—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

miércoles, 2 de mayo de 2012

94.-Antepasados del rey de España: Amadeo VIII de Saboya ( Anti-Papa Félix V)


 
Amadeo VIII de Saboya 


  
Aldo  Ahumada Chu Han 

Amadeo VIII de Saboya ( Anti-Papa Félix V)  (4 de septiembre de 1383 - 7 de enero de 1451) fue un noble italiano que tuvo los siguientes títulos:

o Amadeo de Saboya y Berri,  Conde de Saboya (1391-1416); Conde de Aosta y Maurienne (1391-1439); Duque de Saboya (1416-1440); Príncipe del Piamonte (1418-1439); Papa (Félix V) Antipapa (1439-1449); Obispo de Ginebra y Lausana
Era hijo de Amadeo VII, conde de Saboya y de Bona de Berry, nació en Chambéry el 4 de septiembre de 1383. Sucedió a su padre y fue ayudado a gobernar por su abuela Bona de Borbón, quien más tarde fue destituida por intrigas familiares. Fue conde de Saboya, Aosta y Murienne, duque de Saboya, en 1416, príncipe del Piamonte y antipapa.
Amadeo VIII intenta mantener estables los territorios de su Estado sobre todo con la diplomacia, aunque a menudo tiene que vérselas con bandas armadas de mercenarios pagados por los enemigos de los Saboya. Debido a estas amenazas se ocupa de reparar las fortificaciones de Ivrea. Por su expresa voluntad, en octubre de 1395, será confiscada a un noble de Ivrea, la torre que había al suroeste del Palacio Municipal para instalar en ella un reloj de campana aunque esa torre será demolida en 1794.
Está considerado como el principal fundador del estado de Saboya por sus adquisiciones como el condado de Ginebra, sin Ginebra, pero con Annecy o la incorporación definitiva del Piamonte a sus estados y por conseguir del Emperador Segismundo, el 14 de febrero de 1416 el título de Duque. En 1418, muere Ludovico, el último Príncipe de Acaya con lo que incorpora los territorios de este a sus estados. El 30 de octubre de 1401 se celebra el enlace concertado desde mayo con María de Borgoña que le dará abundante descendencia. 
En 1426 logra también Vercelli; en el año 1430 promulgara el Statuta Sabaudiae que es una recopilación administrativa y judicial, siendo más bien, el inicio de una constitución de gobierno de sus estados. El bienio comprendido entre 1433 y 1434, lo dedicará a someter numerosas villas de la zona del Monferrato. En Ivrea comenzará la construcción del llamado «naviglio» o canal navegable.
En el año de 1434, Amadeo abdica a favor de su hijo, retirándose a la vida de eremita y fundando la orden de los Caballeros de San Mauricio. En 1439 es investido antipapa seguramente debido a las influencias y conflictos habidos con el papa tras el Concilio de Florencia, en el que parte de la Iglesia griega no aceptaba la unión con Roma, además, la caída de Bizancio poco tiempo después será el detonante para la celebración del Concilio de Basilea, en donde el 15 de julio de 1439 es declarado hereje el hasta entonces papa, Eugenio IV, y es nombrado en su lugar Amadeo de Saboya, que aceptará bajo el nombre de Félix V.
Su vida casi monástica no se vio muy alterada aunque si aceptará ser investido en la catedral de Lausana delante de los pocos que reconocen su autoridad, el 23 de julio de 1440, aunque las revoluciones internas dentro de la iglesia ya han pasado, Amadeo estará en el cargo hasta la muerte de Eugenio IV, en 1449, abdicando inmediatamente del Trono de Pedro. Amadeo fallecerá el 7 de enero de 1451, en Génova siendo enterrado en Ripaille, de donde será trasladado un siglo después por su descendiente Manuel Filiberto a la capilla de la Sindone, en Turín.


 
María de Borgoña (en francés: Marie de Bourgogne; Dijon, septiembre de 1386 ‑ Thonon-les-Bains, 2 de octubre de 1422) fue una aristócrata francesa. Fue la octava de los nueve hijos de Felipe II de Borgoña y su esposa, la condesa Margarita III de Flandes. Ella era duquesa de Saboya por su matrimonio con Amadeo VIII de Saboya, más tarde conocido como antipapa Félix V.




Matrimonio

Felipe había hecho alianzas con los bajos condado bávaros, al casarse Juan con Margarita de Baviera-Straubing. Felipe también hizo vínculos con los duques de Austria y de Saboya, al casarse Catalina con Leopoldo IV de Austria y María con Amadeo VIII de Saboya, hijo de Amadeo VII, conde de Saboya y de Bona de Berry. Su matrimonio se contrajo el 11 de noviembre de 1386 en Esclusa, Zelanda; casado por poderes el 30 de octubre de 1393 en Chalon-sur-Saône; y en persona en Arras en mayo de 1401.

  • Margarita de Saboya (13 de mayo de 1405-1418).
  • Antonio de Saboya (septiembre 1407-d. 12 de diciembre de 1407).
  • Antonio de Saboya (1408-a.10 de octubre de 1408).
  • María de Saboya, (enero 1411-22 de febrero de 1469), casada con Filippo Maria Visconti, duque de Milán
  • Amadeo de Saboya (26 de marzo de 1412-17 de agosto de 1431), Príncipe de Piamonte.
  • Luis de Saboya (24 de febrero de 1413-29 de enero de 1465), su sucesor.
  • Bona de Saboya (septiembre 1415-25 de septiembre de 1430).
  • Felipe de Saboya (1417-3 de marzo de 1444), Conde de Ginebra.
  • Margarita de Saboya (7 de agosto de 1420-30 de septiembre de 1479), que se casó con:
  • Luis III de Nápoles
  • Luis IV del Palatinado
  • Ulrico V de Wurtemberg
En 1416, Segismundo de Luxemburgo, emperador del Sacro Imperio elevó a Amadeo de conde a duque de Saboya. María debidamente se convirtió en duquesa. A partir de entonces los duques gobernaron sobre Saboya.
La pareja estuvo casada durante treinta y seis años antes de que María muriera en 1422 en el castillo francés de Thonon-les-Bains. Ella está enterrada en la Abadía de Hautecombe.


 
Anti-Papa Félix V


 



El concilio cismático de Basilea, depuso al papa legal Eugenio IV y procedió inmediatamente con la elección de un antipapa. Queriendo asegurarse influencias adicionales y soporte económico se volvieron hacia el rico y poderoso príncipe el Duque Amadeo IV de Saboya que había ejercido su autoridad de formas suaves sobre sus dependencias y había mostrado gran celo por los intereses de la Iglesia, especialmente en lo relacionado con el Cisma de Occidente y la sucesión papal, que había llegado a su fin en el Concilio de Constanza.
 El emperador Segismundo había mostrado aprecio por los servicios de este gobernante elevando a ducado el anterior condado de Saboya, en 1416 y en 1422 confirió a Amadeo el condado de Génova. Al morir su esposa, María de Borgoña, el duque Amadeo decidió llevar en adelante una vida de contemplación, pero sin renunciar completamente al gobierno de sus territorios.
 
Nombró a su hijo Luis regente del ducado y se retiró a Rapaille, sobre el lago Ginebra, donde, en compañía de 5 caballeros con los que había formado la orden de San Mauricio, llevaba una vida semi-monástica siguiendo la regla que él mismo había redactado.

Amadeo había estado en contacto con el concili cismático de Basilea; y fue elegido papa el 30 de octubre de 1439, por el colegio electoral del concilio, que incluía un cardenal d'Allamand de Aries, once obispos, siete abades, cinco teólogos y nueve canonistas. Después de largas negociaciones con una diputación del concilio, Amadeo aceptó la elección, el 5 de febrero de 1440, al mismo tiempo que renunciaba completamente al gobierno de su ducado. Su ambición una postura algo fantástica le llevaron a dar este paso. Tomó el nombre de Félix V y fue solemnemente consagrado y coronado por el cardenal d'Allamand el 24 de julio de 1440. 
Eugenio IV ya le había excomulgado el 23 de marzo, en el concilio de Florencia. Hasta 1442, el famoso Aeneas Sylvinus Piccolomini, más tarde Pio II, fue el secretario del antipapa. 
Esta renovación del cisma arruinó cualquier éxito de la asamblea de Basilea, recién cerrada en Constanza. En adelante Amadeo residió en Saboya y Suiza. Sus esfuerzos para rodearse de una curia no tuvo mucho éxito, ya que muchos de los que nombraba cardenales declinaron la dignidad. 
Solo halló reconocimiento general en Saboya y Suiza, pero sus reclamaciones fueron también reconocidas por los duques de Austria, Tyrol y Beviera- Munich, el Conde palatino de Simmen, la orden teutónica, algunas otras órdenes alemanas y algunas universidades que en adelante se adhirieron Basilea.

Pronto se vio envuelto en una lucha con el conde de Basilea sobre su derecho a la distribución de los beneficios. El papa legal, Eugenio IV y su sucesor Nicolás V (1447), que fueron universalmente reconocidos, primero por España y Polonia, hallaron sus posturas más ampliamente admitidas en Francia y Alemania. 
En 1442 y el 16 de marzo de 1443, ocurrió la última sesión de la asamblea de Basilea. Félix, que por razón de los beneficios había asumido la administración de la diócesis de Ginebra, se agarró durante seis años más a su dignidad usurpada, pero finalmente se sometió en 1449 a Nicolás V, y recibió el título de cardenal de Sta. Sabina, siendo nombrado vicario general apostólico permanente para los territorios de la casa de Saboya y varias otras diócesis (Basilea, Estrasburgo, Chur etc.) 
Y así terminó el último cisma papal.


 
Anti-papa


 
Antipapa​ es la persona que, con la intención de ser reconocido como tal o tomar su lugar, usurpa o pretende usurpar las funciones y poderes que corresponden al papa de la Iglesia católica legítimamente elegido. Históricamente, los antipapas y sus seguidores no se consideraban usurpadores sino las personas legítimas para ostentar el cargo de pontífice, señalando al obispo de Roma como quien carecía de legitimidad para ostentar dicho cargo.
El título se utiliza especialmente cuando se trata del papa en cuanto cabeza visible de la Iglesia como obispo de Roma, sea en oposición a un pontífice o bien en periodos de sede vacante. El título de antipapa no implica la adhesión a una doctrina contraria a la fe católica, sino la pretensión de hacerse con una jurisdicción que no le pertenece según la Iglesia.
En ocasiones, es difícil distinguir cuál de los dos pretendientes debería llamarse papa y cuál antipapa, como fue el caso de León VIII y Benedicto V.

Causas
Históricamente, los antipapas surgieron por diversas razones, siendo tres las principales:
  • Discordancia doctrinal.
  • Injerencia política del poder temporal.
Doble elección.

El primer antipapa fue Hipólito de Roma, cuyo papado se extendió entre los años 217 y 235, y el último reconocido canónicamente por la Iglesia católica fue Félix V (1440-1449), elegido por el Concilio de Basilea.

Discordancia doctrinal

Ocurre cuando una de las partes (con mayor probabilidad el antipapa) difiere doctrinalmente del legítimo pontífice y es favorecido por las autoridades o el pueblo. El primer antipapa, Hipólito de Roma, se proclamó debido a su oposición a los papas Ceferino y Calixto I, a los que acusó de laxismo. El antipapa Novaciano también se proclamó por discordancia doctrinal al adoptar el montanismo, mientras que el antipapa Félix V fue elegido por favorecer la teoría conciliar de la Iglesia.

Injerencia política del poder temporal

Sucedía cuando el poder temporal intervenía activamente en la Iglesia católica (cesaropapismo). En esos casos era habitual que los emperadores (del Imperio romano y luego del Sacro Imperio Romano Germánico) depusieran al legítimo pontífice, lo desterraran o encarcelaran y ponían en su lugar a uno de sus favoritos si aquel les contradecía. El antipapa Félix II fue un claro ejemplo; elevado al papado por el emperador Constancio II, que se inclinaba por el arrianismo, en detrimento del papa legítimo Liberio, que no era arriano. Por cuestiones meramente políticas se puede citar a Pascual III, nombrado por Federico I Barbarroja, e instalado en la Santa Sede mientras que el verdadero papa, Alejandro III tuvo que exiliarse.
Ha ocurrido también que las disposiciones del poder temporal influyeron contra un papa legítimamente electo, después de su muerte, a fin de cobrar antiguas afrentas. Tal ocurrió con el papa Formoso, cuyo cadáver fue juzgado en el Concilio Cadavérico por el papa Esteban VI (que apoyaba a Lamberto II de Spoleto para la corona del Sacro Imperio) por supuestos errores eclesiásticos y herejía: le hizo quitar las vestiduras pontificias, mutilarlo y arrojar sus restos al Tíber, declarándolo antipapa. Los papas Teodoro II y Juan IX rehabilitaron la figura de Formoso.

Doble elección

Ocurre cuando en la Iglesia se enfrentan dos o más facciones y cada una organiza un cónclave y elige a su propio pontífice. Al darse esta situación, es común que ambos papas luchasen para apoderarse de Roma. Es la más compleja de todas las situaciones, porque hubo momentos en los que era difícil determinar qué papa era el legítimo.
Entre los años 896 y 904 se eligieron varios papas y antipapas. La situación llegó a su punto culminante cuando Roma se encontró seriamente dividida entre los partidarios del papa León V y el antipapa Cristóbal. La situación fue salvada después de que Sergio III (tercero en reclamar el pontificado) prendiera a los dos disputantes y los hiciera estrangular, quedando como único pretendiente.
La situación se ejemplifica mucho mejor estudiando el Gran Cisma de Occidente, que estalló después de la elección de Urbano VI en el año 1378, debido a su comportamiento, los vicios de su corte y las dudas sobre su ortodoxia. Los cardenales se volvieron a reunir en la ciudad de Fondi, Italia y en un cónclave depusieron a Urbano VI para elegir al antipapa Clemente VII, que se trasladó a Aviñón.
 El cisma se prolongó durante medio siglo, durante el cual se ensayaron varias soluciones, desde el cese de ambos pretendientes hasta la convocatoria a un concilio. Finalmente, se reunieron en la ciudad de Pisa los obispos y cardenales de ambos bandos, pero únicamente añadieron otro pretendiente. Tras largas disputas, se reunió el Concilio de Constanza, que depuso a todos los pretendientes y eligió a Martín V.


 
Lista de Antipapas reconocidos por la mayoría de los  historiadores.


 
1. San Hipólito (fue reconciliado con el Papa San Ponciano, murió como mártir de la Iglesia), 217-235.

2. Novaciano, 251-258.

3. San Félix II (confundido por un mártir del mismo nombre y durante mucho tiempo fue considerado Papa legítimo), 355-365.

4. Ursicinos (Ursino), 366-367.

5. Eulalio, 418-419.

6. Laurentes, 498-499, 501-506.

7. Dioscóreos (legítimo quizás como opuesto a Bonifacio II pero murió 22 días después de su elección), 530.

8. Teodoro (II) (opuesto al antipapa Pascal), 687.

9. Pascal (I) (opuesto al antipapa Teodoro), 687.

10. Teofilacto, 757.

11. Constantino II, 767-768.

12. Felipe (reemplazó brevemente al antipapa Constantino II; reinó por un día y luego regreso a su monasterio), 768.

13. Juan VIII, 844.

14. Anastasio III Bibliotecario, 855.

15. Cristóbal, 903-904.

16. Bonifacio VII, 974, 984-985.

17. Juan Filagato (Juan XVI), 997-999.

18. Gregorio VI, 1012.

19. Silvestre III, 1045.

20. Benedicto X, (Juan Mincio) 1058-1059.

21. Honorio II, (Pietro Cadalus) 1061-1064.

22. Clemente III, (Guibert de Ravenna) 1080 & 1084-1100.

23. Teodorico, 1100-1101.

24. Adalberto, 1101.

25. Silvestre IV, (Maginulfo) 1105-1111.

26. Gregorio VIII, (Mauricio Burdano) 1118-1121.

27. Celestino II, (Tebaldos Buccapecuc) (legítimo pero se sometió a oponerse al Papa Honorio II, y después fue considerado como antipapa), 1124.

28. Anacleto II, 1130-1138.

29. Víctor IV, (Gregorio Conti) 1138.

30. Víctor IV, (Octaviano de Montecelio) 1159-1164.

31.  Pascal III, (Pietro Pierleoni) 1164-1168.

32. Calixto III, (Giovanni de Stuma) 1168-1178.

33. Inocencio III, (Lanzo de Sessa) 1179-1180.

34. Nicolás V, (Pietro Rainalduccio) antipapa en Roma, 1328-1330.



 
Gran Cisma de Occidente.

El Cisma de Occidente, también conocido como Gran Cisma de Occidente y a menudo llamado Cisma de Aviñón, hace referencia a la división que se produjo en la Iglesia católica entre 1378 y 1417, cuando dos obispos —y, a partir de 1410, incluso tres— se disputaron la autoridad pontificia.

Antecedentes históricos

La difícil situación de la relación entre el reino de Francia y el Papado, que venía arrastrándose desde los conflictos de Bonifacio VIII con Felipe el Hermoso, era una de las causas por las que los últimos cónclaves habían sido especialmente largos. En 1309, el papa Clemente V trasladó la sede de Roma a la ciudad de Aviñón, que entonces no era territorio francés sino que pertenecía al Reino de Nápoles, que a su vez era vasallo de los Estados Pontificios. La división en el seno del colegio cardenalicio se prolongaba ya que algunos consideraban que los papas de Aviñón eran demasiado serviles a la política del monarca francés. Por otro lado, el regreso a Roma se hacía imposible por las divergencias políticas entre familias que mantenían en pie de guerra la ciudad.

A estas cuestiones que causaban una constante división entre los cardenales hay que añadir la progresiva toma de conciencia de estos del poder que tenían al ser quienes elegían al papa. Durante los cónclaves se requería que quien fuera el elegido siguiera una serie de políticas y hasta se dejaba escrito que se procedería de ese modo. Pero dado que tales juramentos y acuerdos eran completamente ilegales –los documentos escritos de los cónclaves no los mencionaban– los papas luego se sentían con la libertad de no seguir tales acuerdos. Y para evitar que a raíz de esta actitud, los cardenales se le opusieran, se apresuraba a nombrar cardenales a personas de su entorno propiciando el nepotismo.

El ambiente intelectual también había cambiado. A la propuesta de conciliación de la teología con la filosofía aristotélica realizada por Tomás de Aquino se había opuesto primero Duns Scoto y luego Guillermo de Ockham generando una tendencia antirracionalista dentro de la cristiandad y otro foco de división que sería determinante en el cisma.

El tan deseado regreso del papa Gregorio XI a Roma, séptimo pontífice en Aviñón, no solucionó los problemas políticos que había en Roma y estando a punto de abandonar de nuevo la ciudad, el papa falleció en el año 1378.

El cónclave de 1378

El Cónclave para la elección del nuevo pontífice de la Iglesia se celebró en Roma; los habitantes de la ciudad no querían que el futuro papa se instalase de nuevo en Aviñón​ y por ello se produjeron importantes disturbios, no solo en la ciudad, sino en toda la península. Se impidió a los cardenales abandonar Roma. Incluso algún cardenal fue agredido, como Bertrand Lagier. Las autoridades municipales de la ciudad hicieron saber a los cardenales que no podrían contener a las turbas si la elección no se realizaba según su gusto. Sin embargo, la situación no era tan peligrosa ya que los cardenales no tomaron todas las medidas que, en caso de temer por sus vidas, habrían puesto: los grupos armados que los acompañaban quedaron fuera de la ciudad y no usaron el Castillo Sant'Angelo (que estaba más protegido) para el cónclave, sino que decidieron reunirse en la basílica de San Pedro.
El cónclave comienza el 7 de abril de 1378 con 16 cardenales (10 de los cuales eran franceses). Mientras van llegando los cardenales, las turbas romanas les gritan enfervorizadas: 
«Romano, romano lo volemo, o almanco italiano» («lo queremos romano, romano, o al menos italiano»).
​ Luego entraron en las estancias pontificias amenazando a los electores. Los cardenales hicieron saber a las autoridades civiles que, si continuaban las presiones, la elección no podría considerarse válida.
Al día siguiente el cardenal Giacomo Orsini propuso la elección de un papa de compromiso que fuera temporal mientras se pudiera organizar un cónclave con la necesaria seguridad.​ La propuesta fue rechazada unánimemente.[4]​ Finalmente y a instancias de los cardenales Pedro de Luna y Jean de Cros, fue elegido el arzobispo de Bari, Bartolomeo de Prignano, quien tomaría el nombre de Urbano VI.
​ El elegido no era cardenal y por tanto no se encontraba entre los electores. Dos se oponen: el cardenal de Bretaña y el cardenal Guillaume de Noellet. El primero luego concede su voto al candidato de los demás y el segundo anuncia que seguirá a la mayoría. En cambio, el cardenal Orsini considera que, debido a la situación de presión, la elección podría ser inválida y por tanto vota en contra. La noticia no se anuncia inmediatamente.
A media mañana el cardenal Orsini anuncia a las turbas que se tendría un papa italiano antes del fin del día. Luego convoca a siete obispos para evitar que se conociera la noticia antes de tiempo. Al comer, se renueva la votación y 12 cardenales votan a favor de Prignano. Pero la situación se vuelve nuevamente difícil por la presión de la multitud. Orsini pide a todos que se dirijan a la Basílica de San Pedro: esto llevó a una confusión pues pensaron que el elegido era el prior de la basílica, es decir, el cardenal Tebaldeschi, a quien hicieron los honores.
Pero algunos supusieron que se trataba de una dilación debido a que el elegido no era italiano, y entonces arremetieron contra los cardenales. En la confusión, los asaltantes, inducidos por la confusa pronunciación de un monseñor francés presente en el lugar, que quiso decir «Bari», creyeron que el elegido era el obispo Jean de Bar. Esto acrecentó la furia de la turba. La confusión era enorme y en medio de ella los cardenales abandonaron el palacio papal, siendo incluso agredidos.

Inicio del cisma

El día 9 de abril los cardenales que se quedaron en Roma (doce cardenales) aprueban la entronización del papa recién elegido aunque varios de ellos se niegan a salir de sus casas por temor a las turbas. Los días siguientes la situación se tranquiliza, lo que permite que regresen a Roma los demás electores. El 18 el nuevo papa fue coronado por Orsini. El 24 de junio Urbano recibió la carta de aprobación de los cardenales que se habían quedado en Aviñón.
El nuevo pontífice era partidario de una reforma de la Iglesia y desde el inicio no ahorró críticas al modo de vida de los cardenales, tales como Jean de La Grange, que llevaban una vida de lujos y exagerada pomposidad. También dispensó un trato poco amable a los embajadores de Nápoles y de Fondi granjeándose la enemistad de sus señores. Unos días después de su elección reprendió a los obispos presentes por estar en Roma y no al frente de sus diócesis. El cardenal obispo de Pamplona, Martín de Zalba, se enfrentó a él negando la acusación, alegando que estaba en Roma como refrendario del papa.

La declaración de Anagni y el cisma de Fondi

Finalmente, con el verano, los cardenales salieron de Roma y algunos de ellos comenzaron a oponerse abiertamente al papa. Cuatro de los electores, precisamente los italianos, son los únicos que se quedan en Roma. Los demás se reúnen en Anagni y el 2 de agosto declaran que la elección realizada doce días antes era inválida por falta de libertad de los cardenales.[7]​ A este acto siguieron una serie de negociaciones en que incluso los cardenales italianos titubearon solicitando la celebración de un concilio.
El 9 de agosto el grupo de Anagni endureció su posición y comenzó a buscar apoyos políticos pues era evidente ya que Urbano no cedería, ni consentiría que se celebrase un nuevo cónclave. Luego se trasladaron a Fondi, donde recibieron también el apoyo militar de la reina de Nápoles, Juana I. En septiembre Borsano, Corsini y Orsini se unieron a los cardenales de Fondi y el rey francés les hizo saber su apoyo. 
El 18 de septiembre, Urbano VI –que ya no contaba con el apoyo de ningún cardenal– decidió nombrar un nuevo colegio: 29 cardenales (20 italianos) y de este modo seguir adelante. Con estos antecedentes, el 20 de septiembre se produjo un nuevo cónclave que eligió a Roberto de Ginebra, quien tomó la denominación de Clemente VII. Era el inicio formal del cisma.


Cristiandad dividida.

División de los reinos y señoríos

Al parecer el apoyo del rey francés fue decisivo para los cardenales de Fondi: se le achaca haberlo hecho porque quería que los papas volvieran a Aviñón y por su parentesco con el finalmente elegido papa, Clemente. En cuanto se eligió a Clemente en el cónclave de Fondi, el rey francés reunió a su consejo y decidieron apoyarlo. Sin embargo, la universidad de París se opone y decide, al menos al inicio, mantenerse neutral.
Comenzó la «guerra de legados» que ambos papas enviaron a todos los reinos y señoríos. Tras Francia, el condado de Saboya y Escocia se alinean con Clemente. Inglaterra (no sin problemas en sus territorios dentro del continente) y el imperio germánico ya con Carlos IV, elegido ese mismo año, se ponen de parte de Urbano, aunque también algunos territorios del Imperio (los más occidentales y meridionales) se pasaron a la obediencia de Clemente.
En la península ibérica, el rey Enrique II de Castilla convoca una asamblea para estudiar el asunto en Illescas (diciembre de 1378). Pero no se llega a nada y se decide consultar a otros reinos. Hasta 1380 en que, tras una especie de sínodo realizado en Medina del Campo, el reino se decanta a favor de Clemente. Se anuncia oficialmente esta decisión en Salamanca en mayo de 1381 aun cuando parte del clero consideraba mejor la solución de la convocatoria de un concilio.

 En Aragón, el rey Pedro IV también se hizo aconsejar por medio de asambleas y ante la imposibilidad de que una de las partes prevaleciera, tomó la original decisión de declararse «neutral» y disponer de la financiación del clero asumiendo también las rentas de la Cámara Apostólica. Así se mantuvo hasta que murió. Por su parte, Carlos II de Navarra también se mantuvo neutral. El rey Fernando I de Portugal se decanta por Clemente a fines de 1379, pero reconoció a Urbano en 1381 y volvió a la obediencia a Aviñón el año siguiente, siempre de acuerdo con los movimientos políticos de la corona. Tras la batalla de Aljubarrota (1385) se pasarán definitivamente a los «urbanitas».
Como se ha mencionado anteriormente, en la península itálica tanto Fondi como Nápoles se unen desde el inicio a los cardenales contrarios a Urbano y luego al papa Clemente. A estos se suman el Marquesado de Montferrato, Viterbo. Apoyaban a Urbano: Florencia, Pisa y Perugia. Milán se mantuvo entre ambas obediencias. En Italia además se dieron los primeros enfrentamientos armados que buscaban la prevalencia de uno de los papas. El primero ocurrió en Carpineto (1379) y terminó con la victoria urbanista. La situación se agravó de tal manera que Clemente tuvo que huir primero a Nápoles (donde las turbas le gritaban de todo a pesar del apoyo de la reina) y luego a Aviñón.
Evidentemente tras una separación tal de la cristiandad estaban las alianzas políticas del momento. Las universidades también se dividieron, en general las que sostenían el nominalismo pasaron al papa Urbano. En cambio las que se mantuvieron tomistas fueron seguidoras de Clemente o se mantuvieron neutrales. Más curioso resulta el constatar que precisamente los reinos que apoyaron a Urbano fueron los que luego apoyarían más la Reforma protestante, con excepción de Italia y la península ibérica.

División de la Iglesia

Urbano y Clemente se excomulgaron uno al otro, de esa forma toda la cristiandad se encontró excomulgada. Los fieles católicos estaban confundidos, tenían delante a dos personas que decían y reclamaban ser el representante de Dios y de su Iglesia. El caos era tremendo, muchas diócesis con dos obispos, monasterios con dos abades, órdenes religiosas con dos generales, parroquias con dos párrocos, etc. Uno clementino y otro urbaniano. 
Por ejemplo, los dominicos, que contaban con 24 provincias, 19 de ellas dieron su obediencia al papa de Roma, mientras que 5 al papa aviñonés.

Cada obediencia tenía incluso su santo, Catalina de Siena y Catalina de Suecia eran urbanistas, mientras que Coleta de Corbie y Vicente Ferrer estaban a favor de Clemente VII. Varios de ellos serían canonizados o beatificados por la Iglesia luego de la unificación.

Algunos, como el arzobispo de Toledo, decidieron permanecer neutrales ante la duda. De hecho, en la Eucaristía rezaba pro illo qui est verus papa, «por quien es el verdadero papa».

Intentos de solución

Via facti: por medio de la guerra

Tras el cónclave de Fondi (1378), la reina Juana de Nápoles se adhirió al grupo que seguía al antipapa Clemente VII pero esta era la opción menos popular entre la población, que quería un papa italiano. El conde de Anjou, Luis I de Anjou, tras encontrarse con Clemente VII pensó en una solución que implicaba el uso de las armas contra el papa Urbano VI usando la base de Nápoles. Para ello, la reina adoptaría a Luis I como hijo y el papa Clemente reconocería oficialmente la adopción, luego este se haría con un ejército que entraría en Nápoles y desde allí comenzaría la guerra contra Urbano. El 29 de junio de 1380, Juana adoptó a Luis I, haciéndolo su heredero, pero la acción en Nápoles tuvo que esperar debido a la muerte del rey francés. 
En respuesta Urbano declaró hereje a la reina Juana, la depuso y nombró rey a Carlos de Durazzo. El 16 de julio de 1381, Carlos III, que tomó ese nombre, se hizo con Nápoles aunque la reina resistió en el Castel Nuovo hasta el 2 de septiembre.
El conde de Anjou no se dio por vencido: se hizo nombrar heredero oficial por el papa Clemente VII y formó un ejército en mayo de 1382. Atravesó Italia pero en julio la reina muere o es asesinada y su ejército disperso y falto de fondos, aunque gana algunas batallas es finalmente arrinconado en Tarento. Se retira a Bari y luego el conde enferma y muere el 21 de septiembre de 1384. Así, los intentos de acabar el cisma por las armas se mostraron fallidos.

Via concilii: por medio del concilio

Tras el primer recurso a las armas, y al tiempo de este, se intentaron otras vías para la reconciliación: la primera de ellas es la via cessionis, que pretendía que uno de los dos papas, o los dos, abdicaran; la segunda era la via compromossionis, con la que se aceptaba el arbitraje de un tercero y se acataba la decisión final de este; y finalmente la via concilii, que consistía en que los dos papas debían aceptar el juicio de un concilio ecuménico. 
También quienes querían acabar con el cisma buscaban algún sistema teológico que permitiera deponer a los papas o juzgar su proceder o la validez del cónclave.
En este momento se desarrolló con fuerza la doctrina conciliarista, que hunde sus raíces sobre todo en las doctrinas de Guillermo de Ockam y Marsilio de Padua, quienes afirmaban la superioridad de un concilio general sobre el papa. Algunas universidades famosas como las de Oxford, Salamanca y París fueron los principales núcleos del conciliarismo.
Los problemas para la celebración del deseado concilio no eran solo de naturaleza teórica o teológica sino también política dada la división de toda Europa. De todos modos no fueron pocos los que se dedicaron a reflexionar sobre el problema como por ejemplo, Conrado de Gelnhausen, Enrique de Langenstein o Pierre d'Ailly.
 Dado que el rey de Francia, impulsado por el Conde de Anjou, buscaba la solución por la fuerza del cisma, hizo presión para acallar las voces favorables al concilio: los profesores terminaron por abandonar la universidad y trasladarse a ciudades del imperio donde podían seguir enseñando sus tesis tanto conciliaristas como nominalistas.

Recrudecimiento del cisma

Urbano VI murió en 1389. Se pensó que con su muerte se llegaría al final del conflicto, sin embargo, los cardenales fieles al difunto papa escogieron al cardenal Piero Tomacelli como su sucesor. El nuevo pontífice romano tomó el nombre de Bonifacio IX. De igual modo procedieron los cardenales disidentes, tras la muerte de Clemente VII, acaecida el 16 de septiembre de 1394, se reunieron en cónclave en Aviñón, a pesar de la negativa de los reyes, y eligieron pontífice al cardenal Pedro de Luna, quien tomó el nombre de Benedicto XIII. 
El cisma se recrudeció en la sede de Roma, a Bonifacio IX, le sucedió primero Inocencio VII (1404-1406) y luego Gregorio XII (1406-1415). El papa aviñonés en cambio permaneció en el solio pontificio hasta el fin del cisma. Este era de carácter mucho menos manejable que su antecesor, los franceses cambiaron de bando y se inclinaron por encontrar una solución.
En la Universidad de París, Enrique de Langenstein y Conrado de Gelnhausen, pronto seguidos por Pedro de Ailly y por Jean Gerson, indicaron las «tres vías» que podían poner fin al cisma: el compromiso, la cesión y el concilio.
En 1407 se estuvo a punto de dar una solución al problema, los dos papas de entonces, Gregorio XII y Benedicto XIII, acordaron encontrarse en Savona, para abdicar conjuntamente y dar paso a una nueva elección. Sin embargo, los dos se arrepintieron y no estuvieron dispuestos a ceder el poder. En ese punto los perfiles se dirigían más hacia la solución de un concilio ecuménico, superior al papa.

El Concilio de Pisa

Los cardenales disidentes, las ciudades del norte de Italia, el rey de Francia y por supuesto la Universidad de París llegaron al acuerdo de convocar un Concilio en Pisa, al cual se adhirieron los alemanes y los ingleses. El concilio comenzó el 25 de marzo del 1409, inmediatamente fueron llamados los dos papas (quienes no se presentaron) a comparecer en calidad de acusados y fueron depuestos el 5 de junio como herejes y cismáticos, basándose en las teorías de Ailly y Gerson. Los 24 cardenales presentes se reunieron en cónclave inmediatamente y eligieron como nuevo papa a Pedro Philargés, franciscano, humanista, profesor en Oxford y en París, de origen cretense, quien tomó el nombre de Alejandro V.
A pesar de la gran cantidad de obispos que habían acudido a Pisa y de que al papa elegido en el cónclave le siguieran en obediencia la mayoría de los reinos cristianos, la legitimidad de la convocatoria del concilio era dudosa. De hecho no todos los cardenales y teólogos estaban convencidos de que la autoridad de un concilio pudiese deponer a un papa (en cualquier situación), ni de cómo se podría llevar a término esa decisión. El concilio en vez de ser la solución, empeoró la situación, pues se pasó de un diabólico dualismo a un maldito trinomio.
El pisano Alejandro V solo duró un año en el cargo, puesto que murió en Bolonia al año siguiente de su elección. Su sucesor, Baldassare Cossa, será elegido por los cardenales pisanos el 17 de mayo de 1410, y tomará el nombre de Juan XXIII. En Italia, continuó la lucha en Nápoles y Roma, el embrollo llegó a su colmo. Tomada Roma por Juan XXIII y saqueada por Ladislao de Durazzo, aquel celebró en ella un nuevo concilio. 
Francia se mantenía desgarrada por la contienda entre los borgoñones y los Armagnacs (netamente galicanos).
Benedicto XIII, reconocido por Aragón, Navarra, Castilla y Escocia, se retiró a Barcelona y después, en 1411, a Peñíscola. Por su parte, Gregorio XII se vio obligado a huir a Gaeta y a Rímini por la deserción de los venecianos.

El Concilio de Constanza

Para muchos, la salvación de la Iglesia solo podía venir del emperador, que era el único que tenía poder para convocar un concilio ecuménico fuera del papa. Segismundo, elegido rey de los Romanos en 1410, había dado su obediencia a Juan XXIII, pero soñaba con desempeñar la función de mediador. Convocó el 30 de octubre de 1413 un gran concilio para la unión, en la ciudad imperial de Constanza. El 9 de diciembre del mismo año, Juan XXIII confirma la convocatoria, creyendo que podía ser en beneficio suyo.
El concilio de Constanza inició el 5 de noviembre de 1414, Una vez reunida la asamblea, todo se puso a discusión: los derechos del concilio, del papa, del emperador, organización de los escrutinios (individualmente o por «nación»), reforma de la Iglesia, entre otros temas. Juan XXIII, el único de los tres papas que estaba presente, se enemistó pronto con Segismundo y en vez de abdicar, huyó de noche disfrazado. 
Fue destituido, arrestado y hecho prisionero el 29 de mayo de 1415. En cuanto a Gregorio XII hizo leer un decreto por el que convocaba el concilio de Constanza (cuya legitimidad confirmaba de esta manera) ante Segismundo y renunció al pontificado.

Las negociaciones de Morella

Poco antes de la reunión del concilio, estando ya convocado, en 1414 se reunieron en Morella el rey de Aragón Fernando de Antequera, fray Vicente Ferrer y el antipapa Benedicto XIII (Papa Luna) en un intento de solucionar el cisma con la renuncia de este último.
El 18 de julio de 1414 Benedicto XIII hizo su entrada en Morella, a requerimiento del rey que se encontraba allí desde unos días antes. Entró a lomos de una mula y fue llevado bajo palio portado por el rey Fernando y otros caballeros hasta la iglesia arciprestal. Fernando tampoco descuidó hacer venir de Castilla a Vicente Ferrer, que a la sazón se hallaba predicando por aquellas tierras. El 15 de agosto se celebró la solemne misa, famosa en la historia de Morella, por concurrir a ella un rey, un papa y un santo.
Las negociaciones, infructuosas, duraron hasta que llegó la noticia de la muerte del rey Ladislao de Nápoles (6 de agosto) sin haber dejado sucesión directa, lo que obligó al rey a abandonar Morella. El papa volvió a Peñíscola a mediados de septiembre, y nunca renunció al papado, muriendo el 23 de mayo de 1423.

Fin del Cisma

Ya solamente quedaba Benedicto XIII, y Segismundo viajó a Perpiñán para reunirse con él, pero no pudo vencer su intransigencia. Esto determinó a Castilla, a Navarra y, menos claramente, a Aragón a abandonarle y comparecer ante el concilio, en el cual estuvieron representadas desde entonces seis autoridades: la italiana, la francesa, la imperial, la inglesa, la navarra y la castellana. Benedicto XIII fue finalmente depuesto por el Concilio el 26 de julio de 1417 como cismático y hereje.
Entretanto, los principales impulsores del Concilio de Constanza estaban empeñados en la realización de la reforma de la Iglesia «en su cabeza y en sus miembros». Para conseguirlo proclamaron el 6 de abril de 1415 la superioridad del concilio sobre el papa y que la autoridad de la Iglesia no reposaba ni sobre el papa ni sobre los cardenales, sino sobre la agregatio fidelium, cuya expresión la constituían las naciones.
A fin de asegurar lo acordado, se procedió a la censura de los escritos de Wycliff, el proceso y la condenación de Jan Hus (el 6 de julio de 1415), de Jerónimo de Praga (el 30 de mayo de 1416) y la discusión, con ocasión del asesinato del duque de Orleans, de la legitimidad del tiranicidio. Se votaron cinco decretos de reforma, entre los que se destacó el Decreto Frequens (del 9 de octubre de 1417), que imponía la celebración obligatoria de un concilio cada 10 años.

Elección de Martín V y fin del cisma

Los alemanes, inquietos por el estado de la Iglesia, quisieron ante todo decretar las reformas indispensables de la misma. Las otras naciones protestaron, por el contrario, contra toda demora en «hacer desaparecer la anomalía de una Iglesia sin jefe». 
Se decidió a agregar a los 23 cardenales, muy atacados por el concilio, otros 30 prelados (seis por nación). Otón Colonna fue elegido casi unánimemente el 11 de noviembre de 1417 y tomó el nombre de Martín V, quedando de este modo abierta la vía para restablecer la unidad en la Iglesia católica, dando por finalizado un cisma de casi medio siglo.
Benedicto XIII, el papa Luna, siguió imperturbable en su postura y murió en 1423, a los 94 años en Peñíscola, a donde había mudado su sede, en el antiguo castillo de la Orden del Templo. Tras ello sus cardenales eligieron a su sucesor, Gil Sánchez Muñoz, que tomó el nombre de Clemente VIII, último papa de la obediencia de Aviñón, en el Salón del Cónclave del castillo de Peñíscola, lugar donde residió hasta su abdicación. 
Esta se produjo en 1429 en San Mateo, Castellón, debido a las presiones políticas del rey de Aragón, Alfonso V, por entonces ocupado en la conquista del Reino de Nápoles.


 
35. Clemente VII, (Roberto de Ginebra) antipapa de la línea de Aviñón, 20 de septiembre de 1378 – 16 de septiembre de 1394.

36. Benedicto XIII, (Pedro de Luna) antipapa de la línea de Aviñón, 1394-1423.

37. Alejandro V, (Pietro Filargi) antipapa de la línea de Pisa, 1409-1410.

38. Juan XXIII, (Baldassare Cossa) antipapa de la línea de Pisa, 1410-1415.

Tumba del antipapa Juan XXIII.
Juan XXIII (en latín: Ioannes XXIII), nacido Baldasarre Cossa (Procida, 1370-Florencia, 22 de diciembre de 1419), fue un antipapa de la Iglesia católica durante parte del denominado Cisma de Occidente entre 1410 y 1415. Antes de ser antipapa fue camarlengo de Bonifacio IX. Fue depuesto y encarcelado para después ser liberado y nombrado arzobispo y cardenal de la Santa Iglesia católica obedeciendo a Martín V. Murió a los pocos meses.
Es el cuarto de los antipapas de ese cisma. Stephen Greenblatt señala que estudió jurisprudencia en la Universidad de Bolonia donde obtuvo dos doctorados, en derecho civil y en derecho canónico y que se le consideraba persona enérgica y astuta. Se le ha descrito como una persona ambiciosa, mundana, nada espiritual ni preparada para asuntos espirituales y sí como un codicioso político, aunque por otra parte, el especialista en historia medieval Luis Suárez Fernández señala que: 
"Es indudable que tales exageraciones no pueden ser admitidas como fidedignas."

Biografía
Nacido como Baltasar Cossa en el seno de la noble familia de los Cossa, en su juventud inició la carrera militar que abandonaría para dedicar su vida a la Iglesia, comenzando la carrera eclesial como canónigo en Bolonia, ciudad en la que se doctoró en Derecho canónico en 1389.
En 1402 fue nombrado cardenal por el papa Bonifacio IX, pasando al año siguiente a actuar como legado papal en la Romaña.
En mayo de 1408, ante la negativa del papa Gregorio XII a reunirse con el papa de Aviñón, Benedicto XIII, para poner fin al Cisma de Occidente, el cardenal Baltassare Cossa será uno de los siete cardenales de la curia romana que, de acuerdo con otros cardenales de la curia aviñonense, propondrá la celebración de un concilio en Pisa con el objetivo de deponer a ambos papas y elegir uno nuevo.
El Concilio de Pisa, celebrado en 1409, decretó la deposición de los dos papas reinantes y eligió a Alejandro V, pero al no lograr la renuncia de los papas depuestos, la Iglesia se vio gobernada simultáneamente por tres papas, el romano Gregorio XII, el aviñonense Benedicto XIII y el pisano Alejandro V.

Elección como papa Juan XXIII 
En 1410, a la muerte de Alejandro V, los cardenales pisanos nombran sucesor al cardenal Baltasar Cossa, que adoptaría el nombre de Juan XXIII, para lo cual fue ordenado como obispo el 24 de mayo de 1410 y consagrado y coronado papa al día siguiente. Ese mismo año tomó partido por el rey Segismundo de Hungría que se había declarado a sí mismo rey de romanos en septiembre (y en 1419 coronado rey de Bohemia, así como en 1433 sería coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico por el papa Eugenio IV).
Como papa apoyó, en la disputa por el reino de Nápoles, a Luis de Anjou frente a Ladislao I de Nápoles que era partidario del papa Gregorio XII. En 1411 Luis de Anjou y Juan XXIII se dirigieron a Roma al frente de un ejército y derrotaron a Ladislao I en la Batalla de Roccasecca. Sin embargo, la vuelta de Luis a Francia hizo que Ladislao se rehiciera militarmente y obligara a Juan XXIII a negociar con él, llegando ambos a un acuerdo por el que el papa le retiraba la excomunión que había lanzado contra él, le otorgaba el reino de Nápoles y reconocía la conquista de Sicilia, mientras que Ladislao abandonaba la causa de Gregorio XII y reconocía a Juan XXIII como papa legítimo.
Obedeciendo una resolución del Concilio de Pisa, Juan XXIII convocó un concilio que habría de reunirse en 1412 en Roma y que sólo logró la condena de los escritos de John Wickliffe.
En 1413 las relaciones entre Juan XXIII y Ladislao I se deterioraron hasta tal punto que este invadió los territorios papales, obligando a Juan XXIII a huir con sus cardenales y a refugiarse en Florencia, donde contó con la protección del rey Segismundo de Luxemburgo de Hungría a cambio de la convocatoria de un nuevo concilio que acabara con el cisma y que habría de celebrarse en Constanza en 1414 bajo la presidencia de Juan XXIII.
El 4 de noviembre de 1414 se inicia el Concilio de Constanza y, a pesar de estar presidido por Juan XXIII, pronto empieza a tomar un rumbo contrario a la pretensión de este de ser nombrado único pontífice de la cristiandad. Por ello decide huir de Constanza el 20 de marzo de 1415. Interceptado, fue devuelto al concilio que había declarado su supremacía sobre el papa y fue formalmente depuesto el 29 de mayo de 1415 acusado de herejía, simonía, cisma, asesinato, violación, sodomía e incesto. Juan XXIII se sometió al juicio del concilio y fue encarcelado.

Fallecimiento 
Cuando el concilio eligió a Martín V como nuevo pontífice, fue liberado y tras prestar obediencia al nuevo papa, este le nombró, en 1419, obispo de Frascati, sin embargo falleció ese mismo año en Florencia y fue sepultado dentro del baptisterio, en un monumento fúnebre obra de Donatello. 
Legitimidad 
Cabe decir que, aunque el Concilio lo depuso oficialmente como antipapa, en realidad muchos contemporáneos, incluido el propio Martín V, que lo habían apoyado contra Gregorio XII, lo vieron como el papa legítimo que debía ser depuesto por el bien de la Iglesia y no como un usurpador; para ellos, Gregorio XII ya había dejado de ser papa en 1409. Como solución para acabar con el cisma, el Concilio esperaba que los tres pretendientes al papado aceptaran dimitir voluntariamente; sin embargo, solo Gregorio XII dimitió: Juan XXIII fue juzgado y depuesto, y Benedicto XIII lo pospuso durante mucho tiempo, hasta que el Concilio lo declaró también depuesto. 
La legitimidad de Juan XXIII, aunque cuestionada, nunca fue verdaderamente negada durante cinco siglos, hasta 1947 , cuando su nombre fue eliminado del Anuario Pontificio (en la Basílica de San Pablo Extramuros , en Roma, en los tondi que representan a los Papas, Juan XXIII aparece en su lugar en el orden cronológico) y el Papa Roncalli en 1958 pudo asumir nuevamente el nombre de Juan duplicando el ordinal.



39. Clemente VIII, (Gil Sánchez Muñoz) antipapa de la línea de Aviñón, 1423-1429.

40. el primer Benedicto XIV, (Bernard Garnier) antipapa de la línea de Aviñón, 1425-c. 1429.

41. el segundo Benedicto XIV, (Jean Carrier) antipapa de la línea de Aviñón, 1430-1437.

42. Félix V, (Duque Amadeo VIII de Saboya) 5 de noviembre 1439 – 7 de abril 1449.


 
Carlo Gambino 


 

Carlo Gambino, en ingles Charles Gambino (Palermo, Sicilia; 24 de agosto de 1902​- Massapequa, Nueva York; 15 de octubre de 1976) fue el jefe mafioso ítalo-estadounidense, mas poderoso de la cosa nostra y fundador de la familia criminal Gambino. 
Luego de la Reunión de Apalachin en 1957, y el apresamiento de Vito Genovese en 1959, Gambino tomó control de la Comisión de la mafia estadounidense hasta su muerte por un ataque cardiaco el 15 de octubre de 1976. Durante más de 50 años en el crimen organizado, sólo estuvo 22 meses en prisión por un cargo de evasión de impuestos en 1937.

Familia y primeros años

Gambino nació en Palermo, Sicilia, Italia, el 24 de agosto de 1902, en una familia que pertenecía a una pandilla de la mafia siciliana de Passo di Rigano.​ Tuvo dos hermanos, Gaspare Gambino, quien no estuvo involucrado con la mafia, y Paolo Gambino quien fue parte de la familia criminal Gambino. Sus padres fueron los inmigrantes italianos Tommaso Gambino y Felice Castellano.
Gambino entró a los Estados Unidos el 23 de diciembre de 1921 en Norfolk, Virginia, como un polizón de la SS Vincenzo Florio.​ Luego se unió a sus primos, los Castellano, en Nueva York. Trabajó para una pequeña compañía de camiones de propiedad de la familia de su tío.
Gambino luego se mudó a una modesta casa ubicada en el 2230 Ocean Parkway en Brooklyn. Su residencia en Long Island, ubicada en el 34 Club Drive en Massapequa, servía como su casa de verano. La casa de ladrillo de dos pisos, rodeada por una cerca baja con estatuas de mármol en el patio frontal estaba al final de una vía sin salida en Harbor Green Estates, con vista a la South Oyster Bay. 

En 1932, Gambino se casó con una de sus primas, Catherine Castellano, hermana de Paul Castellano. Ellos tuvieron tres hijos – Thomas, Joseph (28 de marzo de 1936 – 20 de febrero de 2020​) y Carlo (nacido en 1934), y una hija, Phyllis Gambino Sinatra (22 de septiembre de 1927 – 19 de febrero de 2007).

Guerra de los Castellammarenses y la Comisión

Gambino fue parte de la organización criminal liderada por Joe Masseria.​ En 1930, Gambino fue arrestado en Lawrence, Massachusetts como persona de peligro. Ese cargo fue dejado de lado, pero fue detenido un mes después en Brockton, Massachusetts, por un cargo de latrocinio. Se expidió una orden para su arresto cuando no se mostró ante la corte.​ Cuatro años después, fue arrestado en Manhattan como fugitivo y fue regresado a Brockton, donde el cargo de latrocinio fue dejado de lado cuando hizo la restitución de $1,000.
Para inicios de los años 1930, el principal rival de Masseria era el jefe rival Salvatore Maranzano, quien había venido desde Sicilia para manejar la pandilla Castellammarense. Su rivalidad finalmente escaló en la sangrienta guerra de los Castellammarenses. Masseria y Maranzano eran llamados "Mustache Petes": mayores, jefes mafiosos tradicionales tradicionales que empezaron sus carreras criminales en Italia. 
Ellos creían en mantener los principios del "Viejo mundo de la Mafia" de "honor", "tradition", "respect", y "dignity". Estos jefes se negaban a trabajar con no-italianos, y eran escépticos de trabajar con no-sicilianos. Algunos de los jefes más conservadores trabajaban sólo con hombres que tuvieran raíces de su misma aldea siciliana.

La guerra no iba bien para Masseria y Lucky Luciano vio una oportunidad para cambiar de banco. En un acuerdo secreto con Maranzano, Luciano aceptó planear la muerte de Maseria a cambio de recibir los garitos de éste y convertirse en el segundo en comando luego de Maranzano. El 15 de abril de 1931, Masseria fue asesinato en el restaurante Nuova Villa Tammaro, en Coney Island, Brooklyn. Con la aprobación de Maranzano, Luciano tomó control de la pandilla de Masseria y se convirtió en el teniente de Maranzano, terminando la guerra de los Castellammmarenses.
Ya sin Masseria, Maranzano reorganizó las pandillas ítalo-estadounidenses en Nueva York en las Cinco Familias encabezadas por Luciano, Profaci, Gagliano, Vincent Mangano y él mismo. Maranzano llamó a una reunión de jefes criminales en Wappingers Falls, Nueva York, donde se declaró a sí mismo capo di tutti capi ("jefe de todos los jefes").
​ Maranzano también redujo los garitos de las familias rivales en favor de la suya propia. Luciano aparentemente aceptó estos cambios pero estaba sólo esperando su momento antes de sacar a Maranzano.​ Aunque Maranzano era ligeramente más abierto que Masseria, Luciano había llegado a pensar que Maranzano era incluso más codicioso y sinuoso que lo que había llegado a ser Masseria.

Para septiembre de 1931, Maranzano se dio cuenta de que Luciano era un peligro y contrató a Vincent "Mad Dog" Coll, un gánster irlandés, para matarlo. Sin embargo, Lucchese alertó a Luciano de que estaba condenado a muerte.El 10 de septiembre, Maranzano ordenó a Luciano, Genovese y Costello ir a su oficina en el 230 Park Avenue en Manhattan, donde fue asesinado.
Luego en 1931, Luciano convocó a una reunión en Chicago con varios jefes, donde propuso la formación de una Comisión para que sirva como cuerpo de gobierno del crimen organizado. Diseñado para arreglar todas las disputas y decidir qué familias controlaban qué territorios, la Comisión fue llamada la mayor innovación de Luciano.
 Los objetivos de Luciano con la Comisión era mantener de manera tranquila su propio poder sobre las demás familias, y prevenir futuras guerras entre pandilas. Los demás jefes aprobaron la idea de la Comisión.

Familia Mangano

Luego de la muerte de Masseria, Gambino y sus primos se convirtieron en soldados de la familia liderada por Vincent Mangano. A pesar de ser un importante mafioso por derecho propio, Albert Anastasia fue nominalmente el subjefe de la familia Mangano. Durante los 20 años de dirección de Mangano, él había tomado a mal los lazos cercanos de Anastasia con Luciano y Costello. Particularmente el hecho de que ellos obtuvieran los servicios de Anastasia sin buscar su permiso primero. Esto y otras disputas de negocios llevaron a una rivalidad acalorada, casi física, entre los dos mafiosos.

Gambino fue arrestado en 1937 y pasó 22 meses en prisión en la Lewisburg por evasión de impuestos con relación a una destilería en Filadelfia.
El hermano de Mangano Philip fue encontrado muerto cerca de Sheepshead Bay, Brooklyn el 19 de abril de 1951. Fue asesinado junto con su hermano por órdenes de Anastasia en Brooklyn en 1951. El cadáver de Vincent Mangano nunca se encontró y fue declarado muerto 10 años después el 30 de octubre de 1961, por la corte de familia en Brooklyn. Nadie fue arrestado por los asesinatos de los Mangano pero se asumió ampliamente que Anastasia los había asesinado.

Asesinato de Anastasia

Durante mediados de los años 1950, Genovese decidió atacar a Frank Costello. Sin embargo, Genovese necesitaba también deshacerse del aliado más poderoso de Costello en la Comisión, Albert Anastasia, el jefe de la familia criminal Anastasia. Genovese estuvo pronto conspirando con Gambino, el subjefe de Anastasia, para sacar a éste del medio.
A inicios de 1957, Genovese decidió hacer un ataque sobre Costello. Genovese ordenó a Vincent Gigante el atentado a Costello, y el 2 de mayo de 1957, Gigante disparó e hirió a Costello afuera del edificio de departamentos donde vivía.
 El sobreviviente Costello fue persuadido a renunciar al poder a favor de Genovese y retirarse. Un portero identificó a Gigante como el pistolero, sin embargo, en 1958, Costello testificó que no era capaz de reconocer a su asaltantes. Gigante fue absuelto de los cargos de tentativa de asesinato..
Sin Costello, Genovese y Gambino supuestamente ordenaron el asesinato de Anastasia. Gambino le dio el contrato a Joe Profaci, quien supuestamente se lo dio a la pandilla Gallo, liderada por Joseph "Crazy Joe" Gallo, Anastasia fue asesinado el 25 de octubre de 1957, en la barbería del Park Sheraton Hotel en Midtown Manhattan. Gambino entonces se convirtió en el nuevo jefe de la familia criminal Anastasia, que fue renombrada como familia criminal Gambino.
Gambino nombró a Joseph Biondo como subjefe, sin embargo, para 1965, lo reemplazó con Aniello Dellacroce.

Apalachin y la caída de Genovese.

En noviembre de 1957, immediatamente después del asesinato de Anastasia, tras tomar el control de la familia criminal Luciano de Costello, Genovese quería legitimar su nuevo poder celebrando una reunión nacional de la Cosa Nostra. Genovese eligió al miembro de la comisión y jefe de Búfalo, Nueva York, Stefano "The Undertaker" Magaddino, quien a su vez escogió al jefe criminal del noreste de Pensilvania Joseph Barbara y su subjefe Russell Bufalino para supervisar todos los arreglos para la Reunión de Apalachin.
​ Cuba era uno de los temas en discusión en Apalachin, particularmente los intereses sobre las apuestas y el narcotráfico en la isla. El tráfico internacional de narcóticos era también un tópico importante en la agenda.​ Los intereses de la industria de la moda en Nueva York y garitos, como los de usura a los propietarios de negocios y el control de los camiones de carga del distrito, fueron otros importantes temas en la agenda de Apalachin.

El 14 de noviembre de 1957, poderosos mafiosos de los Estados Unidos e Italia se encontraron en la propiedad de Barbara en Apalachin, Nueva York. La agenda incluía la resolución sobre cuestiones de apuestas ilegales y narcóticos, principalmente en el área de Nueva York. 
El patrullero estatal Edgar D. Croswell había caído en cuenta que el hijo de Barbara estaba reservando habitaciones en hoteles locales así como la entrega de una gran cantidad de carne de una carnicería local a la casa de Barbara.
 Luego de que se despertaran las sospechas de Croswell, él decidió mantener vigilada la casa de Barbara.​ Cuando la policía estatal descubrió muchos carros de lujo estacionados en la casa de Barbara, empezaron a anotar las placas. Encontrando que muchos de esos carros estaban registrados a nombres de conocidos criminales, los refuerzos de la policía estatal empezaron a llegar a la escena y armaron un cerco policial.
Cuando los mafiosos descubrieron la presencia policial, empezaron a huir del lugar tanto en carro como a pie. Muchos mafiosos escaparon a través de los bosques que rodeaban la propiedad de Barbara. Se cree que Gambino asistió a la reunión pero no fue uno de los mafiosos detenidos. La policía detuvo un carro manejado por Bufalino, cuyos pasajeros incluyeron a Genovese y otros tres hombres que abandonaban la propiedad. Bufalino dijo que había venido a visitar a su amigo enfermo, Barbara. Genovese dijo que estaba ahí para una barbacoa y para discutir negocios con Barbara. La policía lo dejó ir.

Luciano y Gambino supuestamente ayudaron a pagar parte de los $100,000 a un narcotraficante portorriqueño para implicar falsamente a Genovese en un negocio de drogas.​ El 17 de abril de 1959, Genovese fue sentenciado a 15 años en la Penitenciaría Federal de Atlanta donde murió el 14 de febrero de 1969.
El 26 de enero de 1962, Luciano murió de un ataque cardiaco en el Aeropuerto Internacional de Nápoles. Tres días después, 300 personas asistieron a su funeral en Nápoles. Su cuerpo fue paseado por las calles de la ciudad en una carroza tirada por caballos.
Con el permiso del gobierno estadounidense, los parientes de Luciano llevaron su cuerpo de vuelta a Nueva York para enterrarlo. Fue enterrado en el St. John's Cemetery. Mas de 2000 personas asistieron a su funeral. Gambino, el amigo de largo tiempo de Luciano, dijo su panegírico.

Jefe

Luego de la prisión de Genovese, Gambino tomó contró de la Comisión. Gambino despreciaba las drogas a pesar de que la heroína y la cocaína eran muy lucrativas. Pensaba que estas también atraerían demasiada atención. El castigo para un miembro de la familia que negociara drogas, al estilo Gambino, era la muerte.

En los años 1960, la familia Gambino tenía 500 soldados y más de mil asociados.En 1962, el hijo mayor de Carlo Gambino, Thomas Gambino, se casó con la hija de Tommy Lucchese Frances.
​ Más de 1,000 invitados asistieron a la boda en la que Carlo Gambino regaló a Lucchese un presente de $30,000. A cambio, Lucchese le dio a Gambino parte de sus garitos en el Aeropuerto Idlewild (hoy llamado Aeropuerto Internacional John F. Kennedy).
​ Lucchese ejercía el control sobre la seguridad del aeropuerto y todos los sindicatos aeroportuarios, la Comisión, y gran parte del crimen organizado en Nueva York.

Conspiración contra la Comisión

En 1963, Joseph Bonanno, el jefe de la familia criminal Bonanno, hizo planes para asesinar a varios rivales de la Comisión, los jefes Gambino, Tommy Lucchese, y Stefano Magaddino, así como a Frank DeSimone.
 Bonanno buscó el apoyo de Joseph Magliocco y este aceptó. No sólo estaba molesto porque se le negó un asiento en la Comisión sino que Bonanno y Profaci habían sido aliados cercanos por más de 30 años antes de la muerte de Profaci. La audaz meta de Bonanno era tomar el control de la Comisióni y hacer de Magliocco su mano derecha.
 Magliocco fue asignado con la tarea de matar a Lucchese y a Gambino, y le dio el contrato a uno de sus principales hombres, Joseph Colombo. Sin embargo, el oportunista Colombo reveló el plan a sus objetivos. Los otros jefes rápidamente se dieron cuenta de que Magliocco no podría haber sido quien planó esto. Recordando que tan cercanos eran Magliocco y Bonnano (y antes del primero, Profaci), así como sus lazos cercanos por matrimonio, los otros jefes concluyeron que Bonanno era la mente maestra.
 La Comisión citó a Bonanno y a Magliocco para que se expliquen. Temiendo por su vida, Bonanno se escondió en Montreal, dejando a Magliocco para que se enfrente a la Comisión. Asustado y con la salud afectada, Magliocco confesó su rol en el plan. La Comisión le perdonó la vida pero le forzó a retirarse como jefe de la familia Profaci y pagar una multa de $50,000. Como recompensa por delatar a su jefe, Colombo recibió la familia.

Salud y orden de deportación.

Los procedimientos de deportación se iniciaron por el Servicio de Inmigración y Naturalización incluso en 1953, pero no avanzaron por varios años debido a la condición cardiaca de Gambino y sus constantes hospitalizaciones.
​ En 1970, fue acusado de cargos de conspiración para secuestrar un vehículo blindado llevando 3 millones de dólares y fue arrestado el 23 de marzo de 1970.
 Fue liberado luego de pagar una fianza de $75,000, y nunca fue llevado a juicio debido a su salud.Ese mismo año, la Corte Suprema suspendió una orden de 1967 que él había apelado para que sea deportado porque había entrado de manera ilegal al país. cuando el gobierno quiso llevar a cabo la orden, Gambino fue llevado a un hospital debido a que había sufrido un ataque cardiaco.

Asesinato de Colombo.

El 28 de junio de 1971, Colombo recibió tres disparos de Jerome A. Johnson, uno en la cabeza, en la segunda manifestación por el Día de la Unidad Italiana en Columbus Circle patrocinada por la Italian-American Civil Rights League; Johnson fue inmediatamente asesinado por los guardaespaldas de Colombo.​ Colombo fue paralizado por el tiroteo y luego murió en 1978.
Aunque muchos en la familia Colombo culpan a Joe Gallo por el tiroteo, la policía eventualmente concluyó que Johnson actuó por su cuenta luego de que interrogaran a Gallo.
 Ya que Johnson había pasado un tiempo unos días antes en un club Gambino, una teoría era que Gambino organizó el tiroteo. Colombo se negó a escuchar las quejas de Gambino sobre la Liga y supuestamente golpeó a Gambino en la cara durante una discusión. Sin embargo, el liderazgo de la familia Colombo estaba convencido de que fue Gallo quien ordenó el asesinato luego de que saliera de la familia. Gallo fue asesinado el 7 de abril de 1972.

Asesinato de Tommy Eboli.

Luego de la muerte de Genovese, Gerardo Catena se convirtió en el nuevo jefe oficial. Sin embargo, Catena fue acusado y encarcelado en 1970.[63]​ Thomas Eboli fue entonces el jefe aparente de la familia por los siguientes dos años aunque él quería ser el verdadero jefe de la familia criminal Genovese. Para conseguir ello, Eboli se prestó 4 millones de dólares del presidente de la Comisión y jefe de la familia rival Gambino, Carlo Gambino, para financiar una nueva operación de tráfico de drogas.
Sin embargo, las fuerzas de la ley pronto cerraron los garitos de Eboli y arrestaron a la mayor parte de su pandilla. Gambino y su subjefe Aniello Dellacroce supuestamente fueron donde Eboli para conseguir de vuelta su dinero pero este no lo tenía. Gambino entonces supuestamente ordenó el asesinato de Eboli por la falta de pago. Sin embargo, se cree que Gambino en realidad quería reemplazar a Eboli con su aliado Frank "Funzi" Tieri, y que utilizó la operación de tráfico de droga para sembrar a Eboli.
​ El 16 de julio de 1972, Ebolí dejó el departamento de su enamorada en Crown Heights, Brooklyn y caminó hasta su Cadillac manejado por un chofer. Cuando se sentó en el carro estacionado, un pistolero en un cambión le disparó cinco veces hiriéndolo en la cabeza y el cuello. Ebolo murió instantáneamente. Nadie fue acusado por este asesinato.

Muerte

Gambino murió en su casa en Massapequa en las primeras horas del viernes 15 de octubre de 1976 a la edad de 74 años,​ habiendo visto la noche anterior la transmisión televisada de los Yankees ganando el campeonato de la Liga Americana. La causa oficial fue "causas naturales" y su muerte no fue imprevista debido a la historia reciente de males cardiacos.
 Su funeral se celebró en la Cusimano & Russo Funeral Home en el fin de semana del 16 y 17 de octubre. Su misa fúnebre se celebró el lunes 18 en la iglesia de Nuestra Señora de la Gracia en Brooklyn. Gambino fue enterrado en la sala privada de su familia en el edificio Cloister del Saint John Cemetery en Queens.
 Al funeral de Gambino asistieron varios cientos de personas, con policías encubiertos y agentes del FBI en las afueras.​ Su cortejo fúnebre consistió en 13 limusinas y una docena de automóviles privados y uno de flores.

Consecuencias.

Contra lo que se esperaba, Gambino había establecido que Paul Castellano fuera su sucesor por sobre su subjefe Aniello Dellacroce . Gambino parecía creer que su familia criminal se beneficiaría del enfoque de Castellano en los negocios de cuello blanco.​ Dellacroce, en ese momento, fue apresado por evasión de impuestos y no fue capaz de contender la sucesión de Castellano.
La sucesión de Castellano fue confirmada en una reunión el 24 de noviembre, con la presencia de Dellacroce. Castellano dispuso que Dellacroce se mantuviera como subjefe dirigiendo las actividades tradicionales de la Cosa Nostra como la extorsión, el robo y la usura.​ Mientras Dellacroce aceptó la sucesión de Castellano, el acuerdo en efecto dividió la familia en dos facciones rivales.


 
Diary of a Chambermaid 2015












Diario de una camarera ( en francés : Journal d'une femme de chambre ) es una película dramática francesa de 2015 dirigida por Benoît Jacquot y escrita por Jacquot y Hélène Zimmer. 
Es una adaptación de la novela homónima de Octave Mirbeau de 1900y está protagonizada por Léa Seydoux como Célestine , una joven y ambiciosa mujer que trabaja como camarera para una pareja adinerada en Francia a principios del siglo XX. La novela original de Mirbeau fue adaptada al cine varias veces antes, en particular la película de Jean Renoir de 1946 y la película de Luis Buñuel de 1964.

 Sinopsis

En Normandía , a finales del siglo XIX, una bella y ambiciosa joven camarera llamada Célestine ( Léa Seydoux ) entra al servicio de sus nuevos empleadores, la familia Lanlaire, compuesta por una esposa amargada y un marido pervertido. Monsieur Lanlaire tiene fama de abusar sexualmente de sus camareras y dejarlas embarazadas, mientras que Madame Lanlaire es conocida por su actitud dominante sobre sus sirvientas y a menudo las despide. También conoce a los demás sirvientes: Marianne, la cocinera obesa y poco atractiva, y al misterioso y anciano Joseph ( Vincent Lindon ), el novio, quien comparte una atracción mutua con Célestine.
A lo largo de la película, Célestine reflexiona sobre sus anteriores puestos, como el de una mujer de mediana edad con un marido anciano que fue humillada en la aduana de un tren tras ser obligada a abrir una caja que dejaba al descubierto su consolador . Otro puesto significativo fue su satisfactorio empleo con el joven y enfermizo Georges y su amable abuela. Georges se enamoró perdidamente de Célestine mientras ella lo cuidaba. Tras resistirse inicialmente a sus insinuaciones, Célestine tuvo relaciones sexuales con él, pero él sucumbió a su enfermedad y murió durante el acto, horrorizándola. Aturdida por la experiencia, abandonó el puesto.
En casa de los Lanlaire, Célestine se irrita con la exigente y a menudo irrazonable Madame Lanlaire, quien frecuentemente se burla de Célestine por cualquier retraso o error y se niega a dejarla asistir al funeral de su madre. Monsieur Lanlaire rápidamente pone sus miras en Célestine, quien rechaza sus avances mientras conspira secretamente para manipularlo. El vecino, el capitán Mauger ( Patrick d'Assumçao ), quien ha legado su patrimonio a la sirvienta, Rose, después de que su esposa lo abandonara por acostarse con Rose, también está interesado en ella. Célestine también planea usar al capitán Mauger para sus propias ambiciones, pero Rose se pone celosa después de que el capitán Mauger mata a su obediente hurón mascota llamado Kleber después de un comentario que Célestine hace sobre la mascota.
Célestine encuentra alivio en los chismes en casa de la abortista del pueblo y compadeciéndose con la cocinera Marianne. En una conversación con Marianne, se entera de que esta se sentía atraída por uno de sus antiguos amos, pero que la echaron tras quedar embarazada de él y la obligaron a matar a su bebé; más tarde, revela que mantiene relaciones sexuales con Monsieur Lanlaire regularmente y que debe abortar. Una noche, después de hablar con Marianne, Célestine oye gritos desgarradores provenientes del bosque, lo cual la perturba.
Al día siguiente, visita a Joseph y descubre que es un antisemita rabioso que propaga propaganda contra Dreyfus en nombre de los sacerdotes locales. Sueña con tener un negocio donde pueda servir de punto de encuentro para militantes nacionalistas de derecha y reconoce que necesita a una mujer como Célestine para que su plan triunfe. Más tarde, mientras cotillea con las otras mujeres, Célestine se entera de que una campesina prepúber local fue violada violentamente, destripada y asesinada, lo que explica los gritos que Célestine oyó por la noche. Célestine sospecha que Joseph es el asesino, ya que podría estar en la escena del crimen, pero esto solo aumenta su fascinación por él.
Rose muere, y el capitán Mauger le confiesa a Célestine que Rose lo decepcionó tras conseguir una sirvienta propia y que no pudo cumplir con las tareas que tenía cuando era sirvienta. Él esperaba morir antes que ella, pues había hecho en secreto un segundo testamento que anulaba el primero, asegurando que Rose no heredaría nada. El capitán Mauger le ofrece a Célestine trabajar para él en el mismo acuerdo laboral y sexual que Rose tenía con él, pero Célestine solo promete pensarlo, satisfecha con su manipulación.
Finalmente, confiesa su atracción por Joseph y le ruega unirse a él. Tras una relación sexual agresiva con ella, Joseph le pide a Célestine que lo ayude a robar la cubertería de plata de los Lanlaire que financiaría su plan, un robo que se atribuye a ladrones profesionales. Al descubrir el robo, Madame Lanlaire se pregunta en voz alta por qué sus perros no ladran a los ladrones, así que Joseph mata a ambos perros a tiros. La policía inicia la investigación del robo. Preguntó a los Lanlaire si sospechaban de alguien de la casa, especialmente de Joseph, pero le dieron una hoja limpia, diciendo que llevaba 15 años con ellos y que era muy devoto y confiable.
 La policía no tiene pistas, incluso después de varias semanas de investigación. El caso se cierra sin resolver. Joseph renuncia más tarde, y Célestine espera su momento, haciéndose amiga de Madame Lanlaire para congraciarse con ella antes de decirle que está comprometida y que debe renunciar pronto. Una noche, ve la señal de Joseph a través de su ventana y se une a él, reflexionando sobre la manipulación que ha experimentado, reconociendo que él es un demonio, pero que la tiene completamente en sus garras. Parten hacia Cherburgo y el carruaje desaparece en la oscuridad.

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