—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

viernes, 13 de enero de 2017

370.-El yassa o derecho mongol; y las Leyes de Manu.-a



Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; 



El gran yassa

La palabra mongola yassa se traduce literalmente como orden o decreto. Fue la ley general mongola creada por Gengis Kan, quien designó a su hijo más severo, Chagatai, para supervisar su cumplimiento. Escrita en rollos de pergamino y organizados por volúmenes, habitualmente los autores se refieren a esta ley como un documento secreto mongol ya que sólo podían ser leídos por el kan o sus más cercanos consejeros, aunque sus contenidos eran ampliamente conocidos y seguidos.
Aunque no han sobrevivido copias completas del documento, se sabe que era muy exhaustivo y específico. Era un conjunto de reglas cotidianas destinadas a lograr la convivencia entre los ciudadanos bajo dominio mongol, así como la pervivencia y organización del propio imperio. De tal forma que algunas leyes van en contra del robo de ganado, la obligación de compartir los víveres con los viajeros, el secuestro de mujeres de otras familias, la deserción de los soldados, etc. Aunque conocemos por encima las leyes que afectaban a algunos grupos de la comunidad como soldados, oficiales, doctores, etc., la ley pretendía ser uniforme para todos los ciudadanos de un imperio tan heterogéneo, teniendo en cuenta las disputas tribales entre los propios mongoles, así como con y entre los futuros súbditos. Era bastante severa y se aplicaba la pena de muerte incluso a faltas menores como el robo, el engaño, el adulterio o el encubrimiento.

Leyes de la Yassa

Muchas fuentes han hecho conjeturas sobre sus contenidos. Sobre todo porque influyó sobre otras culturas que se apropiaron de ella y la adaptaron a sus necesidades. Algunas posibles fueron:

  • Solo hay un Dios.
  • No hay impuestos para líderes religiosos, médicos o funerarios.
  • El emperador debe ser elegido por el consejo de kanes.
  • Los súbditos no pueden mantener títulos honorarios.
  • Las guerras son absolutas y no se hacen tratados antes de la derrota total.
  • El ejército está organizado por la ley.
  • Cada soldado debe conseguir sus armas del oficial antes de la batalla.
  • Bajo pena de muerte no se guerreará los lunes, martes y fiestas de guardar.
  • El saqueo solo puede producirse tras su permiso general. No hay distinciones entre soldados y oficiales. Una parte es para el emperador. Los que incumplan estas reglas serán condenados a muerte.
  • Los animales para alimentación deben ser sacrificados clavándoles en el corazón.
  • No se pueden consumir la sangre y las entrañas.
  • Leyes de caza que regulan las épocas.
  • Los autores de robos menores serán castigados con golpes, en número de nueve veces el valor de lo robado.
  • Los ladrones de caballos y bueyes morirán y serán partidos por la mitad.

Legado 

Ogodei , el 3º hijo de Genghis Khan y segundo Gran Khan, proclamó la Gran Yassa como cuerpo integral de los precedentes, lo que confirma la validez de las órdenes y ordenanzas de su padre, al tiempo que añade su propia. Ogedei codificó normas de vestimenta, la conducta de los kurultais, el consejo militar. Sus dos inmediatos sucesores siguieron la tradición de la Yassa.
Los mongoles en diversas partes del imperio comenzaron a añadir leyes más apropiadas en su zona.


Las Leyes de Manu 



Las Leyes de Manu es un importante texto sánscrito de la sociedad antigua de la India.

Según el texto, esas doctrinas fueron dictadas por el sabio Manu (quien en la religión hinduista es el antepasado común de toda la humanidad) a los rishis que le habían pedido que los iluminara. Como todos los textos hinduistas, carece de datación. Por el tipo de idioma sánscrito clásico que utiliza, se desprende que es posterior en varios siglos al sánscrito védico (que se utilizó en el norte de la India hasta el siglo VII a. C. aproximadamente).
Varios historiadores creen que el texto fue escrito durante o después del reinado del rey hinduista Púsiamitra Shunga (alrededor del siglo III a. C.), quien persiguió a los budistas y los echó de la India. Después de la ruptura de los imperios Mauria y Shunga, hubo un periodo de incertidumbre que llevó a un aumento del interés en normas sociales ultraconservadoras.

 Según Romila Thapar, «La severidad de los dharma shastras (escrituras sobre religión) fue sin duda un comentario que surgió de la inseguridad de los ortodoxos ante una era de fluctuaciones».


Sir William Jones: 1250-500 a. C.
Friedrich Schlegel: antes del 1000 a. C.
Monier Monier-Williams: 500 a. C.
Johaentgen: 350 a. C.
Burnell: 100 a 500 d. C.
Thomas J. Hopkins (1971), fue escrito entre el 200 a. C. y el 100 d. C.
Encyclopedia Britannica Concise, el texto se ha preservado desde el siglo I a. C.
Hermann Kulke y Dietmar Rothermund (1986) fue escrito entre los siglos II y III d. C.
Gavin Flood (1996) fue escrito «entre el siglo II a. C. y el III d. C.».
John Keay (2000), su forma final fue puesta por escrito en el siglo II d. C.
Patrick Olivelle (2005): siglo II o III d. C., según evidencias numismáticas, y la mención de monedas de oro como pago de multas.
Burjor Avari (2007) fue escrito entre el siglo II a. C. y el II d. C.

Estos tipos de textos dhármicos son notables también porque no dependieron de la autoridad de ninguna escuela védica en particular, por lo que fueron el punto de partida de una tradición independiente que enfatizaba el dharma (deber religioso) por sí mismo y no por sus orígenes refrendados por los textos Vedas.

Contenido

Las leyes de Manu son uno de los 18 smritis [‘recordado’, texto tradicional] del Dharmashastra. No es parte de la literatura shruti [‘escuchado’, texto revelado por los dioses]. Contiene 2031 (o 2648) versos, repartidos en 18 capítulos, que presentan reglas y códigos de conducta que debían ser aplicados por los individuos y la sociedad. Algunas de esas leyes codifican el sistema de cuatro castas y las etapas de la vida de los «nacidos dos veces» (miembros de las tres castas superiores).

El primer capítulo relata la creación del mundo (mediante una serie de emanaciones de la Deidad autoexistente, Swaiambhu), el mítico origen del propio texto, y las grandes ventajas espirituales que se pueden obtener si se estudia su contenido.
Los capítulos dos a seis relatan el modo de vida y la regulación de la conducta apropiada de los «nacidos dos veces» (los miembros de las tres castas superiores, que han sido iniciados en la religión mediante la investidura con el cordón sagrado).
Primero se describe el periodo de estudiante brahmachari (un tiempo de disciplina ascética dedicada al estudio de los Vedás bajo un maestro brahmán.
Luego se explican las principales obligaciones del grijasta (que vive en el hogar), cómo elegir una esposa, el matrimonio, el mantenimiento del fuego sagrado, los sacrificios a los dioses, las fiestas para los familiares fallecidos, el ejercicio de la hospitalidad. También las numerosas restricciones, regulando su conducta diaria, son discutidas en detalle especialmente en lo relativo a su ropa, comida, relaciones sexuales, y limpieza ceremonial.
Después de esto viene la descripción del tipo de vida exigida a aquellos que eligen pasar sus años de declinación como ermitaños y ascetas.
El séptimo capítulo da cuenta de la dignidad divina y de las diversas obligaciones y responsabilidades de los reyes, ofreciendo en conjunto un alto ideal del oficio real.
El capítulo octavo trata del procedimiento en los pleitos civiles y criminales y del castigo apropiado que deberán enfrentar las diferentes clases de criminales.
Los siguientes dos capítulos hacen conocer las costumbres y leyes que gobiernan a la mujer, el divorcio, los derechos de propiedad, la herencia, y las ocupaciones legales de cada casta.
El undécimo capítulo se ocupa principalmente de los varios tipos de penitencia a que deben someterse aquellos que quieren liberarse de las malignas consecuencias de sus malas acciones.
El duodécimo capítulo expone la doctrina del karma, involucrando la reencarnación en la escala ascendente y descendente, de acuerdo a los méritos o deméritos de la vida presente. Los versos de cierre están dedicados al esquema panteísta de salvación que conduce a la absorción en la Deidad impersonal Brahman.

Algunas leyes de Manu

«Piensa bien antes de actuar, habla de acuerdo con la verdad, mira por dónde caminas y filtra el agua que has de beber» (6.46).
«Uno debe saber que son puros las moscas, las gotas de agua, las sombras, una vaca, un caballo, los rayos del sol, el polvo, la tierra, el aire y el fuego» (5.133).

Carne

«Son asesinos tanto el hombre que permite (la muerte de un animal), el que lo mata, el que lo corta en pedazos, el que lo vende, el que lo compra, el que cocina la carne, el que la sirve y el que la come» (5.51).
«El consumo de carne proveniente de un sacrificio ha sido declarado que es una regla de los dioses; pero comer carne en otras ocasiones, se considera una conducta de raksasas (caníbales)» (5.31).
«Un duiya [nacido dos veces] que conoce la ley no debe comer carne excepto en conformidad con la ley; si come carne de manera ilícita, después de la muerte será comido por sus víctimas, sin poder defenderse» (5.33).
«El que come carne de manera ilícita perecerá de muerte violenta en tantas reencarnaciones como pelos haya tenido el animal matado» (5.38).
«Uno puede comer carne cuando ha sido salpicada con agua mientras se recitaban mantras, también cuando un brahmán así lo desea, o cuando uno está ocupado de acuerdo con la ley, o cuando su vida está en peligro» (5.27).
«El que come carne cuando hace un sacrificio a los dioses o una ofrenda a los antepasados no comete pecado, ya sea que la haya comprado, que la haya recibido como regalo, o que él mismo haya matado al animal» (5.32).
«Se puede matar y comer un animal al ofrecer la mezcla de miel [a un huésped], cuando se hace un sacrificio a los dioses o cuando se hace una ofrenda a los antepasados, pero en ninguna otra circunstancia: eso proclama Manu» (5.41).
«El hombre que durante la ceremonia religiosa rehúsa comer carne de los animales sacrificados ―cuando está obligado a ello por la ley, después de su muerte renacerá como animal durante veintiún transmigraciones sucesivas» (5.34).

Machismo

«Los días pares (siendo el día de luna nueva el 1.º) se conciben varones, y los días impares se conciben niñas. Por eso un hombre que quiera tener hijos varones debe copular a su esposa los días pares» (3.48).
«Un hijo varón se produce debido a que hay mayor cantidad de secreción masculina. Una hija mujer se produce debido a una mayor cantidad de secreción femenina. Si ambas secreciones fueran iguales, se producirá un hermafrodita, o mellizos varón y hembra. La concepción fallará si ambos cónyuges son débiles o si generan poca cantidad de secreción» (3.49).
«La mujer debe ser cuidada por su padre, por su hermano, por su esposo y por los hermanos de su esposo. En otras palabras, deben hablarle dulcemente y proveerle comida, buena ropa y adornos, y así mantenerla contenta. Los hombres que quieran conseguir una gran prosperidad y felicidad nunca deben hacer sufrir a una mujer» (3.55).
«Manu le asignó a la mujer cama, asiento, adornos, deseos impuros, rabia, deshonestidad, malicia y mala conducta» (9.17).
«La mujer no puede realizar rituales con las Escrituras, así lo dice la ley. La mujer no tiene fuerza ni Escrituras, y es falsa: esa es una regla fija» (9.18).
«Un hombre de 30 años debe casarse con una niña de 12 años que le guste. Un hombre de 24 con una niña de 8 años de edad» (9.94).
«Aunque el esposo carezca de virtudes, o busque sexo [en otras personas] o esté desprovisto de buenas cualidades, la esposa fiel debe adorarlo constantemente como a un dios» (5.154).

Castigos

«La primera vez que se descubre a un ladrón se le deben amputar dos dedos. La segunda vez, una mano y un pie. Al tercer robo, el ladrón debe sufrir la muerte» (9.277).
«Si el ladrón hurta de noche, el rey debe cortarle ambas manos, y empalarlo por el ano con una estaca puntiaguda» (9.276).
«El que rompe un tanque de agua debe ser ahogado hasta morir, o matado con algún otro castigo mortal. Pero si puede pagar por el daño, debe pagar también una multa extra» (9.279).
«El orfebre que actúa deshonestamente es la más nociva de las espinas: el rey debe hacerlo cortar en pedazos a cuchillo» (9.292).

Críticas y controversia

Las leyes de Manu es la escritura del hinduismo que más ha sido criticada por los eruditos coloniales británicos, los defensores de los dalit (intocables) y por los historiadores marxistas. 

domingo, 1 de enero de 2017

369.- El monumento a los fueros en Pamplona en Navarra.-a


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; 


Aldo Ahumada Chu Han



Para conmemorar la Gamazada a la reacción popular acontecida en Navarra (España) en 1893 y 1894 cuando el ministro de Hacienda del gobierno del Partido Liberal de Sagasta, Germán Gamazo, pretendió suprimir el régimen fiscal foral de Navarra que se había establecido mediante la Ley Paccionada de 1841, este hecho muchos pueblos y ciudades de Navarra pusieron a las calles y plazas más importantes el nombre de "Fueros".
En Pamplona y por suscripción popular se levantó el Monumento a los Fueros, como símbolo de la libertad navarra, situándolo en frente del Palacio de la Diputación Foral de Navarra. Lo diseñó el arquitecto Manuel Martínez de Ubago, finalizando en 1903, no siendo nunca inaugurado.

La estatua, de 25 metros de altura, está dividida en tres cuerpos:
Alegorías

Cuerpo central

Columna superior

Cornisa del basamento

Matrona Foral


Cuerpo inferior, de base pentagonal, cuyas cinco caras, simbolizan las cinco merindades de Navarra con varios pequeños escudos de pueblos y ciudades. Debajo hay cinco placas de bronce con las siguientes inscripciones:
Se erigió este monumento para simbolizar la unión de los navarros en la defensa de sus libertades, libertades aún más dignas de amar que la propia vida.
La incorporación de Navarra a la Corona de Castilla fue por vía de la unión principal, reteniendo cada reino su naturaleza antigua, así en leyes como en territorio y gobierno.
Juraban nuestros Reyes guardar y hacer guardar los Fueros sin quebrantamiento alguno, mejorándolos, y que toda transgresión a este juramento sería nula, de ninguna eficacia y valor.


En euskera:
Nosotros los vascos de hoy en homenaje y recordando a nuestros antepasados, nos hemos reunido aquí para demostrar que queremos conservar nuestra ley.


En euskera y escrita en caracteres de inspiración ibera:
Nosotros los vascos, no tenemos más señor que nuestro Dios; al extraño damos la bienvenida y hospitalidad, pero jamás soportaremos su yugo. Sabedlo vosotros, nuestros hijos.

Aldo Ahumada Chu Han


Cuerpo medio, hay cinco grandes esculturas que simbolizan el trabajo, la paz, la justicia, la autonomía y la historia.
Espacios intermedios, están los escudos de Navarra y las cinco merindades (Estella, Olite, Pamplona, Sangüesa y Tudela).
Libro de Honor de los Navarros


Cuerpo superior, se eleva una gran columna de mármol rojo con capitel blanco y aparece la fecha de construcción en 1903 y la estatua de bronce de cinco metros de altura , alegoría de Navarra, coronada en recuerdo a la historia como reino, que sostiene en la mano derecha un tramo de cadena rota, de las que forman el escudo de Navarra y en la mano izquierda la Ley Foral.