—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

jueves, 28 de junio de 2012

125.-Los reyes de España.-Genealogía Trigésima tercera parte): Casa de Valois Borgoña y de los Países Bajos.-a



Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma;Nelson Gonzalez Urra ;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán ; Ricardo Matias Heredia Sanchez; alamiro fernandez acevedo;  Soledad García Nannig; Paula Flores Vargas;



LINEA DUCAL DE CASA DE BORGOÑA (VALOIS)

Casa de Valois, rama de la dinastía de los Capetos que reinó en Francia entre los años 1328 y 1589 durante tres periodos distintos: Los Valois directos (1328-1498), los Valois-Orleans (o segunda Casa de Orleans) 1498-1515 y los Valois-Angulema (o Valois-Orleans-Angulema) 1515-1589. También es el origen de otras Casas como la de Alenzón, Borgoña o la Tercera Casa de Anjou.
La casa de los Valois-Borgoña son una rama menor de la dinastía Valois. Los Valois, duques de Borgoña, empezaron cuando Juan II de Francia (también duque de Borgoña como Juan I) entregó el Ducado de Borgoña a su hijo menor, Felipe el Atrevido.

Escudo de Borgoña
Scherezada Jacqueline Alvear Godoy

Escudo de Borgoña Ducal y Palatinado.
Scherezada Jacqueline Alvear Godoy




Felipe II el Audaz (Pontoise, 15 de enero de 1342-Halle, 27 de abril de 1404) fue un duque de Borgoña perteneciente a la dinastía Valois. Era el cuarto hijo de Juan II el Bueno, rey de Francia, y de Bona de Luxemburgo. Mereció el sobrenombre de Atrevido por el arrojo del que dio muestras en la batalla de Poitiers (1356), en la cual participó con solo quince años de edad.

Juan I, duque de Borgoña, (Dijon, 28 de mayo de 1371 - Montereau, 10 de septiembre de 1419), llamado Juan Sin Miedo (francés: Jean sans Peur), hijo primogénito y sucesor del duque Felipe el Atrevido.

Felipe III, Duque de Borgoña, llamado “Felipe el Bueno (en francés, Philippe le Bon; Dijon, 31 de julio de 1396 - Brujas, 15 de junio de 1467), fue llamado también Gran Duque de Occidente, por la amplitud de los territorios bajo la influencia del Ducado, lo que incluía los Países Bajos.

Carlos I de Valois, llamado el Audaz o el Temerario (en francés: Charles le Hardi o le Téméraire; Dijón, 10 de noviembre de 1433-Nancy, 5 de enero de 1477), fue duque de Borgoña, Brabante, Limburgo y Luxemburgo, entre otros títulos. Pertenecía a una rama menor de los Valois, que gobernó Borgoña entre 1463 y 1477. María de Borgoña (Bruselas, Flandes, 13 de febrero de 1457 - Brujas, 27 de marzo de 1482), duquesa de Borgoña y duquesa de Brabante, fue la esposa de Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano, y madre de Felipe el Hermoso.

María de Borgoña (Bruselas, Flandes, 13 de febrero de 1457 - Brujas, 27 de marzo de 1482), duquesa de Borgoña y duquesa de Brabante, fue la esposa de Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano, y madre de Felipe el Hermoso.



CONDADO DE FLANDES


conde de Flandes
Scherezada Jacqueline Alvear Godoy


Los condes de Flandes fueron los titulares del Condado de Flandes entre el siglo IX y la disolución formal del condado tras la Revolución francesa y la formación del reino de Bélgica en 1830, aunque honoríficamente el título todavía fue empleado por los Habsburgo de Austria hasta 1919 y por los príncipes herederos a la corona de Bélgica. Entre 1516 y 1700 todos los reyes españoles de la casa de Habsburgo, fueron también Condes de Flandes. El Tratado de Utrecht de 1713 entregó la titularidad a los Habsburgo de Austria hasta que tras la Revolución francesa el condado fue anexionado a Francia en 1795 y el título disuelto. A la creación del reino de Bélgica en 1830, el título fue empleado honoríficamente por los emperadores de Austria y lo es todavía como distinción de los príncipes herederos de Bélgica.

Balduino I Brazo de Hierro o también el Bueno (c. 830 - 879), fue el primer Conde de Flandes (862 - 879).

Balduino II de Flandes,​ (h. 863 - Blandimberg, 4 de diciembre de 918). Fue conde de Flandes desde 879 hasta su muerte.

Arnulfo I el Viejo, también llamado el Grande (c. 890 - 28 de marzo de 965), tercer Conde de Flandes.

Balduino III el Joven (940 - 1 de enero de 962), era hijo de Arnulfo I de Flandes y de su segunda esposa, Adela de Vermandois (c. 915 – 969), hija de Herbert II, conde de Vermandois,​ fue Conde de Flandes asociado al gobierno junto a su padre Arnulfo el Viejo desde el año 958 hasta su muerte.

Arnulfo II el Joven​ (960 o 961 - 30 de marzo de 988), conde de Flandes desde 965 hasta su muerte. Era hijo de Balduino III y Matilde de Sajonia, hija de Herman, duque de Sajonia

Balduino IV de Flandes (980 - 30 de mayo de 10351​),​ conocido como "el Barbudo", fue conde de Flandes desde 987 hasta su fallecimiento.

Balduino V de Flandes,​ conocido como Balduino el Piadoso o Balduino 'de Lille' (Arras, 1012 - † 1 septiembre de 1067). Conde de Flandes de 1036 a 1067.

Roberto I de Flandes (1029/1032 - 13 de octubre 1093 en Cassel), conocido como Roberto el frisón, fue conde de Flandes de 1071 a 1092.

Gertrudis de Flandes, duquesa de Lorena (h. 1070–1117), también condesa de Lovaina, landgravina de Brabante hasta 1095, como consorte de sus esposos. En la época en la que el ducado era la Lorena Superior, desde 959 separado del ducado de la Baja Lorena.

Teodorico de Alsacia​ (hacia 1099/1101 - † 17 de enero de 1168 en Gravelinas), hijo del duque Teodorico II de Lorena (Teodorico el Valiente) (v.1055 - † 1115) y de Gertrudis de Flandes (v.1070 - † 1117), hija a su vez del conde Roberto I de Flandes, conocido como Roberto el frisón, y de Gertrudis de Sajonia.

Margarita de Alsacia (1145-Brujas, 15 de noviembre de 1194) fue condesa de Flandes desde 1191 y hasta su muerte.

Balduino I, o Balduino IX conde de Flandes, o también Balduino VI conde de Henao (Valenciennes, Francia, 1171 – Veliko Tarnovo, Bulgaria, 1205), fue el primer emperador del Imperio latino.

Margarita de Constantinopla (circa 1202 - 1280), también conocida como Margarita II de Flandes o Margarita de Henao, llamada la Negra, fue condesa de Flandes y de Henao de 1244 a 1278. Hija del conde Balduino IX de Flandes y VI de Henao, más tarde emperador latino de Constantinopla y de María de Champaña, heredó el condado a la muerte de su hermana mayor, Juana de Constantinopla.

Guido de Dampierre (h. 1226 – Compiègne, 7 de marzo de 1305) fue conde de Flandes (1251–1305) y marqués de Namur (1268–1297). 

Roberto III de Flandes (1249 – 17 de septiembre de 1322), también llamado Roberto de Béthune y apodado El león de Flandes ("De Leeuw van Vlaanderen"), fue conde de Nevers 1273–1322 y conde de Flandes 1305–1322

Luis  (1272 – 22 de julio de 1322) fue conde de Nevers suo iure y conde de Rethel iure uxoris.

Luis I de Flandes (Nevers,1304-Crècy, 26 de agosto de 1346), de la casa de Dampierre, fue conde de Flandes, de Nevers y de Rethel.

Luis II de Flandes fue un conde de Flandes. Hijo de Luis I de Flandes y de Margarita de Francia, nació el 25 de octubre de 1330 en Male (Bélgica) —actualmente un suburbio de Brujas— y falleció el 30 de enero de 1384 en Lille. Conocido como Luis de Male, fue conde de Borgoña, Artois y Flandes.

Margarita III de Dampierre, Condesa de Flandes (Male, 13 de abril de 1350 - Arrás 21 de marzo de 1405). La muerte de su padre en 1384 la convirtió en condesa palatina de Borgoña y en condesa de Artois, Flandes, Rethel y Nevers, y de esta forma en poseedora de importantes Estados dentro de los Países Bajos y en el norte de Francia. Estos territorios pasarían a formar parte del Ducado de Borgoña por su matrimonio con Felipe de Valois.

DUCADO DE BRABANTE


Ducado de Borgoña
Scherezada Jacqueline Alvear Godoy
Enrique I de Brabante llamado el Valiente o el Batallador (circa 1165 - Colonia, 1235), fue hijo de Godofredo el Animoso, III conde de Lovaina, duque de Lothier (Baja Lotaringia), landgrave de Brabante y marqués de Amberes, y de Margarita de Limburgo. Asociado por su padre al gobierno del ducado desde 1179, en 1183 recibió del emperador Federico I Barbarroja el título de duque de Brabante.

Enrique II de Brabante ( 1207 – Lovaina, 1 de febrero de 1248) fue duque de Brabante y de Lothier a la muerte de su padre Enrique I en 1235.

Enrique III de Brabante, llamado el Piadoso, (c. 1231 - Lovaina, 1261), duque de Brabante de 1248 a su muerte, fue hijo de Enrique II, duque de Brabante, y de María de Hohenstaufen. Protector de las letras y de los poetas, fue también un destacado trovador, conociéndose cuatro canciones escritas por él en lengua francesa.

Juan I de Brabante, llamado el Victorioso (c. 1251 - 1294), fue duque de Brabante desde 1267 y duque de Limburgo a partir de 1288 y hasta su muerte. Sucedió en el ducado a su hermano Enrique IV, quien renunció a la corona ducal al alcanzar la mayoría de edad. Fue hijo de Enrique III, duque de Brabante, y de Adelaida de Borgoña.

Juan II de Brabante, llamado el Pacífico (27 de septiembre de 1275 - Tervuren, 27 de octubre de 1312), duque de Brabante y de Limburgo de 1294 a su muerte, fue hijo de Juan I, duque de Brabante y de Limburgo, y de Margarita de Dampierre.

Juan III de Brabante, llamado el Triunfante (1300 - Bruselas, 1355), duque de Brabante y de Limburgo de 1312 a su muerte, fue hijo de Juan II, duque de Brabante y de Limburgo, y de Margarita de Inglaterra.

Margarita de Dampierre,condesa de Flandes (Male, 13 de abril de 1350 - Arrás 21 de marzo de 1405).


miércoles, 27 de junio de 2012

124.-Los reyes de España.-Genealogía Trigésima segunda parte): Condes príncipes del Tirol.-a


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma;Nelson Gonzalez Urra ; Ricardo Matias Heredia Sanchez; Alamiro Fernandez Acevedo;  Soledad García Nannig;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán;  Paula Flores Vargas



TIROL.

El condado (principesco) de Tirol era una propiedad del Sacro Imperio Romano Germánico establecida alrededor de 1140. Después de 1253, fue gobernada por la Casa de Gorizia y desde 1363 por la Casa de Habsburgo. En 1804, el condado de Tirol, unificado con los príncipes-obispados secularizados de Trento y Brixen, se convirtió en una tierra de la corona del Imperio austríaco. Desde 1867, fue una tierra de la corona de Cisleitania de Austria-Hungría.
Hoy en día, el territorio de la tierra histórica de la corona se divide entre la región autónoma italiana de Trentino-Alto Adigio/Tirol del Sur y el estado austriaco de Tirol. Las dos partes están hoy asociadas nuevamente en la Euro-región Tirol-Tirol del Sur-Trentino.


CONDADO PRINCIPESCO DE TIROL

Nota Histórica: Meinhard III de Wittelsbach  (9 de febrero de 1344 - 13 de enero de 1363), un miembro de la casa de Wittelsbach, fue duque de Alta Baviera y conde de Tirol desde 1361 hasta su muerte. Era hijo del duque Luis V, duque de Baviera con la condesa Margarita de Tirol y como tal también el último descendiente de la rama tirolesa de la Casa de Gorizia (dinastía Meinhardiner).
Al no tener descendientes que la sucedieran, legó el condado a Rodolfo IV de Habsburgo, duque de Austria en 1363. Fue reconocido por la Casa de Wittelsbach en 1369. Desde ese momento en adelante, el Tirol fue gobernado por varias líneas de la dinastía de los Habsburgo austriacos, que tenía el título de Conde príncipe.
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Condes del Tirol

  • Alberto I -1078
  • Alberto II (1055-1101)
  • Alberto III (1101-1165)
  • Berthold I (1165-1180)
  • Berthold II (1180-1181)
  • Enrique I (1180-1202)
  • Alberto IV (1202-1253), hijo.
Línea masculina extinta.

El condado legó al yerno de Alberto:

  • Meinhard I (1253-1258), también conde de Gorizia desde 1231
  • Meinhard II (1258-1295), también conde de Gorizia hasta 1271, duque de Carintia y margrave de Carniola desde 1286, junto con:
  • Alberto V (1258-1271), hermano, también conde de Gorizia hasta 1304
  • Alberto VI, hijo, hasta 1292
  • Enrique II (1295-1335), hijo de Meinhard II, también duque de Carintia, rey de Bohemia 1306 y 1307-1310, junto con sus hermanos
  • Luis, hasta 1305
  • Otón, hasta 1310

Línea masculina extinta, condesa Margarita, hija de Enrique II, casada con:

  • Juan Enrique de Luxemburgo 1335-1341;

divorciado, en segundo lugar a:

Luis de Wittelsbach (1341-1361), también margrave de Brandeburgo (1323-1351), duque de Baviera desde 1347, sucedido por
  • Meinhard III (1361-1363), hijo.






Casa de Habsburgo

Condado legado a

  • Rodolfo IV de Habsburgo (1363-1365), también duque de Austria, Estiria y Carintia desde 1358, duque de Carniola desde 1364
  • Leopoldo I (1365-1386), hermano, también duque de Austria hasta 1379, duque de Estiria, Carintia y Carniola (Austria Interior según el Tratado de Neuberg de 1379), junto con su hermano
    • Alberto IV hasta 1379, único duque de Austria desde 1379
  • Guillermo (1386-1406), hijo de Leopoldo I, también gobernante de Austria Interior, junto con su hermano
    • Leopoldo II (1396-1406), regente del Tirol y Austria Anterior (hasta 1402), regente de Austria desde 1406
  • Federico de los bolsillos vacíos (1406-1439), hermano, también regente de Austria Adicional desde 1402
  • Segismundo (1439-1490), hijo, también gobernante de Austria Adicional, depuesto.

Línea extinta, tierras de los Habsburgo reunificadas bajo

  • Maximiliano I (1490-1519), rey de Alemania (rey de romanos) desde 1486, archiduque de Austria desde 1493, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico ("emperador electo") desde 1508.

Habsburgo regentes del Tirol y Austria Anterior:

  • Fernando II (1564-1595), segundo hijo del emperador Fernando I
  • Maximiliano III (1612-1618), hijo
  • Leopoldo V (1619-1632), hermano menor del emperador Fernando II
  • Fernando Carlos (1632-1662), hijo, con su madre 
    •    Claudia de Médici (1632-1646), como regente
  • Segismundo Francisco (1663-1665), hermano

Línea extinta, tierras de los Habsburgo reunificadas bajo

  • Leopoldo I (1665-1705), emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1658.


martes, 26 de junio de 2012

123.-Los reyes de España.-Genealogía Trigésima primera parte): Condes de Holanda.-a


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma;Nelson Gonzalez Urra ;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán;  Ricardo Matias Heredia Sanchez; Alamiro Fernandez Acevedo;  Soledad García Nannig; Paula Flores Vargas

El oro tiene gules leones rampantes, armados y languidecidos azur.
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Introducción

El condado de Holanda es un antiguo estado feudal del Sacro Imperio Romano . Fue adquirida en 1433 por Felipe el Bueno y así se integró en los Países Bajos Borgoña , luego en los Países Bajos españoles.
La región de Holanda dentro de los Países Bajos.
aldo ahumada chu han

Holanda (en neerlandés, Holland) es una región histórica y cultural situada en la costa occidental de los Países Bajos. Desde 1840, está dividida en dos provincias, Holanda Septentrional (Holanda del Norte) y Holanda Meridional (Holanda del Sur).
Antiguamente, el condado de Holanda fue miembro principal de las Provincias Unidas (1581-1795). Debido a su importancia histórica en la región, el topónimo «Holanda» se utiliza tradicionalmente como pars pro toto o sinécdoque para referirse al Estado soberano, y la denominación oficial de éste es la de «Países Bajos». Sin embargo, durante el reinado de Luis I Bonaparte, el Estado llevó el nombre de Reino de Holanda (1806-1810). Lo mismo ocurre con el idioma, el neerlandés, que es conocido tradicionalmente, por extensión, como «holandés» (aunque en realidad el holandés es un "dialecto" del neerlandés). Lo mismo ocurre en el caso del gentilicio, que es neerlandés/a, aunque también se usa «holandés/a».

Hasta el siglo IX, los habitantes del territorio que se convirtió en Holanda eran de procedencia frisona. La zona era parte de Frisia. A finales del s. IX, Holanda se convirtió en un condado del Sacro Imperio Romano Germánico. El primer conde de Holanda que se conoce con certeza fue Teodorico I, que reinó desde el año 896 hasta el 931. Fue sucedido por una larga lista de condes holandeses, que hasta el 1101 se conocieron como condes de Frisia. Cuando el conde Juan I murió sin descendencia en 1299, el condado fue heredado por Juan II de Avesnes, conde de Henao. En la época de Guillermo V (Casa de Wittelsbach, 1354-1388), el conde de Holanda también fue el conde de Henao y de Zelanda.
Más tarde, Frisia Occidental fue conquistada —como resultado, la mayoría de las instituciones regionales se referían a Holanda y Frisia Occidental como una sola unidad—. Al mismo tiempo, enfrentamientos armados tuvieron lugar y se sucedieron hasta que Jacqueline I, condesa de Henao, se vio obligada a ceder todas sus posesiones, incluyendo Holanda, a su primo Felipe III de Borgoña, conocido como Felipe el Bueno, en 1432.
Como consecuencia, Holanda se convirtió en parte de los Países Bajos Borgoñones, y más tarde, en 1477, pasó a formar parte de las Diecisiete Provincias de los Habsburgo. En el siglo XVI, el condado se convirtió en la región europea más densamente urbanizada, con la mayoría de la población viviendo en las grandes urbes. En los Países Bajos Borgoñones, Holanda era la región dominante del norte; la influencia política de Holanda determinó en gran medida el dominio borgoñón sobre la zona.
 El último conde de Holanda fue Felipe II de España. Fue depuesto oficialmente en 1581 mediante el Acta de abjuración, aunque los monarcas hispánicos conservaron la intitulación de «condes de Holanda» hasta la Paz de Münster, firmada en 1648.

Demografía

Holanda tiene una población de 6,3 millones de habitantes, concentrando aproximadamente un tercio de la población de los Países Bajos.


Condes de Holanda.

Teodorico I, muerto hacia 959, conocido también como Dirk I, fue conde de Frisia desde 916 a 959. Era probablemente hijo de Gerolfo II, conde en el Kennemerland. Es investido, en pleno dominio, por Carlos el Simple del comitatus de Kennemerland, en el que había sucedido a su padre, en un lugar llamado Pladella Villa (situado en el actual municipio de Bladel) por carta patente fechada el 20 de abril de 922. En 923, el mismo monarca, encontrándose en Bladel (pueblo del concejo de Bois-le-Duc) le dona la iglesia de Egmond con todas sus dependencias. En los archivos de su abadía figura Teodorico como el primer conde de Holanda.

Teodorico II, nacido en Gante hacia 930, muere en Egmond el 6 de mayo de 988, fue conde de Holanda desde 959 a 988.

Arnulfo de Gante, nacido en Gante hacia 951, y fue muerto cerca del río Mosa el 18 de septiembre de 993. Conde de Holanda y de Gante​ desde 988 a 993, era hijo de Teodorico II y de Hildegarda de Flandes

Teodorico III de Holanda llamado Teodorico de Jerusalén, nació hacia 980 y murió el 27 de mayo de 1039, fue conde de Holanda desde 995 a 1039. Desarrolló sus tierras tomando tributo a los mercaderes que descendían por los ríos Merwede y Mosa. Logró imponerse militarmente a los obispos renanos, consiguiendo para su condado una ancha independencia política y comercial frente al Sacro Imperio Romano Germánico.

Florencio I de Holanda (nacido en Vlaardingen - muerto el 28 de junio de 1061 en Güeldres (Gelderland), Países Bajos) fue conde de Holanda (que era llamada Frisia en ese momento) desde 1049 hasta 1061. Fue el hijo de Teodorico III y Otelindis. Toma el título de conde de Holanda.

Teodorico V de Holanda, nacido en Vlaardingen hacia 1052, y muerto en Gueldre el 17 de junio de 1091, fue conde de Holanda desde 1061 a 1091. Era hijo de Florencio I, y de Gertrudis de Sajonia

Florencio II llamado el Gordo, nacido en Vlaardingen hacia 1085 y muerto el 2 de marzo de 1122, fue conde de Holanda desde 1091 a 1122. Era hijo de Teodorico V, conde de Holanda, y de Otelindis de Sajonia.

Teodorico VI de Holanda, nacido en La Haya hacia 1114 y muerto el 5 de agosto de 1157, fue conde de Holanda desde 1122 a 1157. Era hijo de Florencio II, conde de Holanda, y de Petronila de Lorena

Florencio III de Holanda, nacido en La Haya hacia 1141, muerto en Antioquía el 1 de agosto de 1190, fue conde de Holanda desde 1157 a 1190. Era hijo de Teodorico VI, conde de Holanda, y de Sofía de Luxemburgo.

Guillermo I de Holanda, nacido en La Haya hacia 1167, muerto el 4 de febrero de 1222, fue conde de Holanda desde 1203 a 1222. Era hijo de Florencio III, conde de Holanda, y de Ada de Huntingdon.

Florencio IV de Holanda, nacido el 24 de junio de 1210 en La Haya, muerto el 19 de julio de 1234 en Corbie , fue conde de Holanda desde 1222 a 1234. Era hijo de Guillermo I, conde de Holanda, y de Adelaida de Güeldres.

Adelaida de Holanda, condesa de Henao fue una regente holandesa. Era hija de Floris IV, Conde de Holanda y Matilde de Brabante. También fue hermana de Guillermo II, conde de Holanda y rey ​​de Alemania. Ella actuó como regente de su sobrino el Conde Floris V durante su minoría.

Juan I de Henao, o Juan II de Avesnes , nacido hacia 1248, muerto en Valenciennes  el 22 de agosto de 1304, fue conde de Henao (Juan I, 1280-1304) y de Holanda (Juan II, 1299-1304). Era hijo de Juan I de Avesnes y de Adelaida de Holanda. Insatisfecho por el resultado de las guerras de Sucesión de Flandes y de Henao, se preparó para tomarse la revancha sobre los Dampierre a la espera de heredar Henao. El 4 septiembre de 1272, acuerda una alianza con su primo Florencio V de Holanda. El 29 de mayo de 1275 obtuvo el apoyo del emperador Rodolfo I de Habsburgo quien le confirma como heredero de Holanda, si Florencio muere sin descendencia.

Margarita II de Avesnes , o de Henao, nacida en 1311, muerta en Valenciennes el 30 de septiembre de 1355, fue condesa de Henao desde 1345 a 1355, de Holanda y de Zelanda (bajo el nombre de Margarita I) desde 1345 a 1354. Era hija de Guillermo I, conde de Henao, de Holanda y de Zelanda, y de Juana de Valois.

Alberto (o Albrecht) de Wittelsbach, también llamado Alberto I de Baviera (Munich, 25 de julio de 1336 - La Haya, 13 de diciembre de 1404), fue un señor feudal que ejerció sus poderes en varias zonas de Europa. Fue Duque de Baviera-Straubing, conde de Holanda, de Zelanda y de Henao de 1389 a 1404.

Margarita de Baviera, (1363–Dijon, 23 de enero de 1423) fue la quinta hija de Alberto, duque de Baviera-Straubing, conde de Henao, Holanda, y Zelanda y señor de Frisia, y Margarita de Brieg.​ Fue regente de los Países Bajos borgoñones durante la ausencia de su esposo, en 1404–14192​ y la regente en la Borgoña francesa durante la ausencias de su hijo en 1419–1423. Se la conoce sobre todo por su exitosa defensa de la Borgoña francesa contra Juan IV, conde de Armagnac en 1419.

Felipe III, Duque de Borgoña, llamado “Felipe el Bueno” (en francés, Philippe le Bon; Dijon, 31 de julio de 1396 - Brujas, 15 de junio de 1467), fue llamado también Gran Duque de Occidente,​ por la amplitud de los territorios bajo la influencia del Ducado, lo que incluía los Países Bajos.

Carlos I de Valois, llamado el Audaz o el Temerario (en francés: Charles le Hardi o le Téméraire; Dijón, 10 de noviembre de 1433-Nancy, 5 de enero de 1477), fue duque de Borgoña, Brabante, Limburgo y Luxemburgo, entre otros títulos. Pertenecía a una rama menor de los Valois, que gobernó Borgoña entre 1463 y 1477. María de Borgoña (Bruselas, Flandes, 13 de febrero de 1457 - Brujas, 27 de marzo de 1482), duquesa de Borgoña y duquesa de Brabante, fue la esposa de Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano, y madre de Felipe el Hermoso.

María de Borgoña (Bruselas, Flandes, 13 de febrero de 1457 - Brujas, 27 de marzo de 1482), duquesa de Borgoña y duquesa de Brabante, fue la esposa de Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano, y madre de Felipe el Hermoso.

Felipe I de Castilla, llamado «el Hermoso» (Brujas, 22 de julio de 1478 - Burgos, 25 de septiembre de 1506), fue duque titular de Borgoña —como Felipe IV—, Brabante, Limburgo y Luxemburgo, conde de Flandes, Habsburgo, Henao, Holanda y Zelanda, Tirol y Artois, y señor de Amberes y Malinas, entre otras ciudades, entre 1482 y 1506, y rey iure uxoris de Castilla (1506) por su matrimonio con Juana, hija y heredera de los Reyes Católicos después de la muerte de sus hermanos los infantes Juan e Isabel.
Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, llamado «el César»​ (Gante, 24 de febrero de 1500 - Cuacos de Yuste, 21 de septiembre de 1558), reinó junto con su madre —esta última de forma solamente nominal y hasta 1555— en todos los reinos y territorios hispánicos con el nombre de Carlos I desde 1516​ hasta 1556, reuniendo así por primera vez en una misma persona las Coronas de Castilla —el Reino de Navarra inclusive— y Aragón. Asimismo, fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V de 1520 a 1558.

Felipe II de España, llamado «el Prudente» (Valladolid, 21 de mayo de 1527-San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598), fue rey de Españah​ desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte, de Nápoles y Sicilia desde 1554 y de Portugal y los Algarves —como Felipe I— desde 1580, realizando la tan ansiada unión dinástica que duró sesenta años. Fue asimismo rey de Inglaterra e Irlanda iure uxoris, por su matrimonio con María I, entre 1554 y 1558.

Felipe III de España, llamado «el Piadoso» (Madrid, 14 de abril de 1578-ibídem, 31 de marzo de 1621), fue rey de España y de Portugala​ desde el 13 de septiembre de 1598 hasta su muerte.

Felipe IV de España, llamado «el Grande» o «el Rey Planeta» (Valladolid, 8 de abril de 1605 - Madrid, 17 de septiembre de 1665), fue rey de España desde el 31 de marzo de 1621 hasta su muerte, y de Portugal desde la misma fecha hasta diciembre de 1640.

María Teresa de Austria, (en francés: Marie-Thérèse d'Autriche) (10 de septiembre de 1638-30 de julio de 1683), infanta de España y de Portugal, archiduquesa de Austria y, al casarse con Luis XIV, reina consorte de Francia y de Navarra desde 1660 hasta su muerte.

                                                           Casa de Borbones


Luis de Francia (Fontainebleau, 1 de noviembre de 1661 – Castillo de Meudon, 14 de abril de 1711), conocido como el Gran Delfín (Grand Dauphin en francés) o Monseñor (Monseigneur), fue príncipe de Francia, hijo mayor y heredero del rey Luis XIV y la reina María Teresa de Austria.

Felipe V de España, llamado «el Animoso» (Versalles, 19 de diciembre de 1683-Madrid, 9 de julio de 1746), fue rey de España desde el 16 de noviembre de 1700 hasta su muerte en 1746, con una breve interrupción (comprendida entre el 16 de enero y el 5 de septiembre de 1724) por causa de la abdicación en su hijo Luis I, prematuramente fallecido el 31 de agosto de 1724.

Carlos III de España, llamado «el Político»​ o «el Mejor Alcalde de Madrid» (Madrid, 20 de enero de 1716-ibídem, 14 de diciembre de 1788), fue duque de Parma y Plasencia —como Carlos I— entre 1731 y 1735, rey de Nápoles —como Carlos VII— y rey de Sicilia —como Carlos V— de 1734 a 1759 y de España desde 1759 hasta su muerte en 1788.

-Carlos IV de España, llamado «el Cazador» (Portici, 11 de noviembre de 1748-Nápoles, 19 de enero de 1819), fue rey de España desde el 14 de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808.

Fernando VII de España, llamado «el Deseado» o «el Rey Felón»​ (San Lorenzo de El Escorial, 14 de octubre de 1784-Madrid, 29 de septiembre de 1833), fue rey de España entre marzo y mayo de 1808 y, tras la expulsión del «rey intruso» José I Bonaparte y su vuelta al país, nuevamente desde mayo de 1814 hasta su muerte.

Isabel II de España, llamada «la de los Tristes Destinos» o «la Reina Castiza» (Madrid, 10 de octubre de 1830-París, 9 de abril de 1904),​ fue reina de España entre 1833 y 1868

Alfonso XII de España, apodado «el Pacificador» (Madrid, 28 de noviembre de 1857-El Pardo, 25 de noviembre de 1885), fue rey de España entre 1874 y 1885.

Alfonso XIII de España, llamado «el Africano»​ (Madrid, 17 de mayo de 1886-Roma, 28 de febrero de 1941), fue rey de España desde su nacimiento hasta la proclamación de la Segunda República en 1931.

Juan de Borbón y Battenberg (Real Sitio de San Ildefonso, 20 de junio de 1913-Pamplona, 1 de abril de 1993), conde de Barcelona, Infante de España, tercer hijo de Alfonso XIII, fue jefe de la casa real española en el exilio desde el 15 de enero de 1941 hasta el 14 de mayo de 1977.

Juan Carlos I de España (Roma, 5 de enero de 1938) fue rey de España desde el 22 de noviembre de 1975 hasta el 19 de junio de 2014

Felipe VI de España (Madrid, 30 de enero de 1968) es el actual rey de España.

jueves, 21 de junio de 2012

122.-El condado de Foix y Andorra.-a


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Hernández Jara;Demetrio Protopsaltis Palma;Nelson gonzalez Urra ;Ricardo Matias Heredia Sanchez;Alamiro Fernandez Acevedo;  Soledad García Nannig; Paula Flores Varga ;Katherine Alejandra   Lafoy Guzmán;

escudo

El condado de Foix comprendía el territorio alrededor de la villa homónima, surgida en el siglo IX. Entre sus anejos se encontraba el principado de Andorra, compartido con los obispos de Urgel. Por eso los presidentes de la república francesa, como herederos de los últimos condes de Foix, a través de los reyes de Francia, son co-príncipes de Andorra.
Blasón de los condes de Foix y vizcondes de Bearne
Scherezada Jacqueline Alvear Godoy


Historia

Durante el periodo romano formó parte de la llamada Civitas Consoranorum que después dará nombre al condado de Conserans.
El territorio del condado perteneció inicialmente al ducado de Aquitania, y después al condado de Tolosa del cual pasó al de Carcasona en el año 983 con el Conserans. Erigido en señorío por el Roger II de Cominges, conde de Carcasona, de Razés y de Couserans, en 1012, para su hijo Benardo Roger I, este en su condición de soberano feudal, lo legó a su hijo Roger I (II de Carcasona) con el título condal.
A principios del siglo XI. Roger II de Cominges, llamado el Viejo, conde de Cominges, de Couserans, de Carcasona, de Rasez y de Foix, dejó en herencia al benjamín de sus hijos, Pedro I de Foix, el Castillo de Foix, parte del condado de Razés y el condado de Couserans (Testamento fechado en el año 1012). El condado fue unido en 1290 al vizcondado de Bearn.
Un descendiente directo de Pedro, Gastón III Febus, soberano de los estados de Foix y de Bearne, así como conde soberano de Bigorre (estados heredados por parte de su madre, Leonor de Cominges) fue padre de Bernardo el Bearnés, hijo bastardo que da inicio a la Casa de Medinaceli en España.
En 1398, Isabel de Castellbó, heredera del condado de Foix, lo aportó a la Casa de Grailly, por su matrimonio con Arquimbaldo I de Grailly.
En los siglos XIII y XIV los condes de Foix se cuentan entre los más poderosos nobles de Francia. En 1458 el rey Carlos VII de Francia erige al conde en Gastón IV de Foix en Par de Francia.
Scherezada Jacqueline Alvear Godoy

En 1479, reina Leonor I de Navarra, que se había casado con Gastón IV de Foix, conde de Foix, murió, dejando como sucesor a su nieto Francisco Febo; pero éste murió muy joven, y su hermana Catalina de Navarra, al casarse con Juan III de Navarra, hizo pasar a esta casa el condado de Foix, así como la corona de Navarra. Desde ese momento, los destinos de este condado se confunden con los del reino de Navarra.

Los condes de Foix

1012 1035/38 Bernardo I Roger de Cominges, conde de Conserans y señor de Foix, hijo de Roger I el Viejo.
1035/38 1064 Roger I (II de Cominges), primer conde de Foix.
1064 1071 Pedro I.
1071 1124 Roger II.
1124 1148 Roger III.
1148 1188 Roger Bernardo I el Gordo.
1188 1222 Raimundo Roger I.
1222 1241 Roger Bernardo II el Grande.
1241 1265 Roger IV.
1265 1302 Roger Bernardo III de Foix.
1302 1315 Gastón I de Foix.
1315 1343 Gastón II el Paladino.
1343 1391 Gastón III Febus.
1391 1398 Mateo I de Castellbó.
1398 1426 Isabel de Castellbó.
1398 1413 Arquimbaldo I de Grailly (consorte).
1426 1436 Juan I de Foix.
1436 1472 Gastón IV de Foix.
1472 1483 Francisco I de Foix (Febus) (rey de Navarra).
1483 1517 Catalina de Foix (reina de Navarra).
1517 1555 Enrique I de Foix (rey de Navarra).
1555 1572 Juana de Foix (reina de Navarra)
1555 1562 Antonio de Borbón (consorte, rey de Navarra)
1572 1607 Enrique II de Foix (rey de Navarra y de Francia).


En 1589, Enrique III de Navarra y II de Foix sube al trono de Francia (como Enrique IV), pero manteniendo la separación entre los dominios navarros y asociados, y el territorio francés. En 1620, su hijo, Luis XIII de Francia y II de Navarra anexiona Navarra y sus territorios asociados a la corona francesa, manteniendo las instituciones.

El Vizcondado de Bearne 



Armas de los vizcondes de Bearne, en el cual aparecen dos vacas betizu.


El Vizcondado de Bearne fue una entidad feudal con orígenes en la Alta Edad Media y capital en la ciudad francesa de Pau. Integrada en el Reino de Francia tras el Tratado de Verdún (843) a lo largo de la historia osciló entre la independencia y el vasallaje a distintos reinos (entre ellos Aragón, Navarra o Inglaterra), produciéndose la unión definitiva con el reino galo bajo el reinado de Luis XIII (Edicto de octubre de 1620).
El Bearn desaparece como entidad autónoma durante la Revolución francesa, siendo su territorio integrado junto con tierras de cultura vasca y gascona en el departamento de los Bajos Pirineos (actualmente Pirineos Atlánticos).

Historia

El origen del vizcondado de Bearne se pierde en la bruma de la Alta Edad Media, siendo su primer vizconde conocido Céntulo I, que murió en 866.
Si bien este territorio (como parte del Ducado de Gascuña) quedó dentro de las fronteras del reino de Francia en el Tratado de Verdún de 843, durante muchos siglos Bearne osciló entre la independencia y la sumisión no sólo a Francia, sino a otros poderosos vecinos, como Aragón, Navarra o Inglaterra.
Uno de los vizcondes más famosos fue Gastón el Cruzado (vizconde de 1090 a 1131), que en la Primera Cruzada tuvo un papel protagonista en la conquista de Jerusalén y, más tarde, participó también en la toma de Zaragoza. En su época el vizcondado era teóricamente vasallo de los duques de Aquitania pero casi independiente en la práctica.
Mientras el vecino reino de Aragón tuvo un tamaño comparable al de Bearne, ambos principados fueron aliados. Pero con la expansión aragonesa y su posterior fusión con el condado de Barcelona, Bearne quedó en clara inferioridad. Como resultado, en 1154 el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV recibió la regencia del vizcondado, que quedaría integrado en la órbita de la Corona de Aragón durante un siglo.
En el siglo XIV Gastón Febus, conde de Foix y vizconde de Bearne, consiguió formar un cuasi-estado independiente que incluía gran parte de la vertiente norte de los Pirineos.
En el siglo XV, debido a una serie de enlaces dinásticos, la casa de Foix llegó al trono navarro, con lo que los reyes navarros ostentaban también el título de vizcondes de Bearne. En 1512 Fernando el Católico invadió Navarra y los reyes Juan III de Albret y Catalina de Foix y su corte se replegaron a sus dominios de Bearne, desde donde se realizaron varios intentos de recuperar el reino de Navarra. Mientras Fernando se anexionaba el reino de Navarra, Orthez se convirtió en la capital de los Albret, con sus dominios navarros reducidos a parte de la Baja Navarra. Tras una larga guerra y ya reinando Carlos I de España, el cual tras conseguir el control de la Alta Navarra decidió abandonar San Juan Pie de Puerto, la Baja Navarra se mantuvo como un reino independiente bajo Enrique de Borbón, rey de Navarra con el título de Enrique II.
En 1560 la reina (Juana III de Navarra) se convierte al calvinismo, que se transforma en religión oficial de sus dominios gascones y navarros. En 1566 restringe las manifestaciones públicas de la iglesia católica, con la consiguiente oposición de los obispos de Lescar y Oloron. Esto hará que Bearne sea protagonista de primera fila de las guerras de religión que enfrentan en Francia durante las décadas siguientes a católicos y hugonotes (calvinistas).


Principado de Andorra: Primer cuartel: armas del Bisbat de la Seu d'Urgell, en la provincia catalana de Lleida (España);  Segundo cuartel: armas del antiguo Condado de Foix, hoy comuna francesa de Foix (Francia);  Tercer cuartel: Barras de la Corona de Aragón; Cuarto cuartel: armas del antiguo Vizcondado del Bearne, hoy parte integrante del departamento francés de los Pirineos Atlánticos (Francia).


Juana muere en 1572 y le sucede su hijo Enrique III, jefe de filas de los hugonotes. El mismo año, Enrique se casa con Margarita, tercera hija de Catalina de Francia. Fruto de esta boda y de una serie de fallecimientos en cadena en la familia real francesa, Enrique se convierte en pretendiente al trono de Francia. Tras una larga guerra contra los católicos, Enrique logra en 1589 acceder al trono como Enrique IV. Bajo la presión del Parlamento de París, el nuevo rey une a la corona de Francia sus territorios de Foix, Bigorra, Quatre-Vallées y Nébouzan. Pero se niega en redondo a hacer lo mismo con Navarra y Bearne, que se mantienen por tanto al margen del patrimonio real. A partir de entonces, el gobierno de Bearne recae en Catalina de Borbón, la hermana del rey, que residía en Pau.
En 1599 Enrique IV otorga a Bearne y Navarra el Edicto de Fontainebleu, que estipula la libertad de religión en el país. Es el equivalente del Edicto de Nantes otorgado a Francia.
Luis XIII, hijo de Enrique IV, hereda los títulos de rey tanto de Francia como de Navarra. En 1617 ordena la devolución a la iglesia católica bearnesa la propiedad de sus bienes. El Consejo Soberano de Bearne, de mayoría calvinista, se niega a acatar el edicto. En consecuencia, el rey decide intervenir militarmente. El 9 de septiembre de 1620 parte hacia Bearne al frente de un ejército de 5.000 hombres. Rechaza las tentativas de negociación de los emisarios del Consejo de Bearne y, sin encontrar resistencia armada, entra en Pau el 15 de octubre y el 17 en la fortaleza de Navarrenx.
Luis XIII restablece inmediatamente el culto católico, publica un Edicto de unión entre los Estados de la Corona de Navarra y los de la Corona de Francia y ordena transformar el Consejo soberano en mero Parlamento. De esta forma, el reino de Navarra quedó unido definitivamente a Francia.

martes, 19 de junio de 2012

121.-Antepasados del rey de España: María Cristina de Borbón-Dos Sicilias.-a

Aldo  Ahumada Chu Han 

 (Palermo, 27 de abril de 1806 - Sainte-Adresse, 22 de agosto de 1878) fue reina consorte de España por su matrimonio con el rey Fernando VII en 1829 y regente del Reino entre 1833 y 1840, durante una parte de la minoría de edad de su hija Isabel.

Biografía

Era hija del rey de Nápoles, Francisco I. Siendo muy joven se convirtió en la cuarta esposa de su tío Fernando VII de España. En 1830 le dio a éste la descendencia que no había tenido de enlaces anteriores, que resultó ser una niña, la futura reina Isabel II. Oportunamente, el rey había publicado poco antes la Pragmática Sanción, aprobada en 1789, por la que la Casa de Borbón restauraba las prácticas sucesorias tradicionales de Castilla, permitiendo el acceso al Trono de las mujeres
María Cristina luchó por asegurar la sucesión para su hija frente a las expectativas que había despertado la posibilidad de que el rey muriera sin descendencia en su hermano Carlos María Isidro, cabeza visible de la facción ultrarrealista de la corte. Por su parte, Cristina adoptó una postura aperturista hacia la oposición liberal, con la que había tenido prometedores contactos cuando atravesaba Francia en su viaje hacia España.
Aprovechando una enfermedad del rey en 1832, los ultras le hicieron firmar un codicilo anulando su anterior disposición sucesoria y restaurando la Ley Sálica; pero tal rectificación fue a su vez anulada cuando Fernando VII recobró la salud. La inevitable confrontación estalló al morir el rey en 1833, dejando como heredera a una niña de tres años y como regente durante su minoría de edad a su madre María Cristina.
La rebelión de los absolutistas, agrupados en el bando carlista, dio lugar a siete años de guerra civil (1833-40), que obligaron a María Cristina a buscar apoyo entre los liberales para garantizar el Trono de Isabel. Contando con el reconocimiento de Francia e Inglaterra, María Cristina fue avanzando hacia una monarquía constitucional a medida que se lo demandaba la presión liberal.
En 1834 llamó a gobernar al moderado Martínez de la Rosa, quien dictó una amnistía para los liberales perseguidos por el régimen absolutista y puso en marcha unas primeras Cortes electivas mediante el Estatuto Real de aquel año. La presión combinada de los movimientos populares y de los pronunciamientos militares, unida a la necesidad de reforzar el bando cristino en la guerra contra los carlistas, determinaron la caída de aquel gabinete y la llamada al poder del progresista Mendizábal (1835), que puso en marcha la desamortización de los bienes de la Iglesia.
En 1836 se produjo el «Motín de los sargentos» de La Granja, que condujo a la liquidación del régimen del Estatuto Real; tras un breve periodo de vigencia de la Constitución de 1812, los progresistas elaboraron una nueva Constitución liberal en 1837. Bajo aquel régimen consiguió el general Espartero derrotar por fin a los carlistas en 1839-40.
Escudo de armas de María Cristina como reina consorte


Entretanto, María Cristina se había hecho impopular, tanto por sus inequívocas inclinaciones políticas conservadoras, como por su matrimonio morganático con un guardia de su escolta llamado Fernando Muñoz, con quien tuvo varios hijos y emprendió los más turbios negocios.
Aprovechando su prestigio militar, Espartero se erigió en líder de los liberales progresistas y en 1840 dio un golpe por el que derrocó a la regente, asumiendo él mismo la Regencia del Reino al año siguiente. María Cristina y su marido tuvieron que exiliarse en París, desde donde organizaron conspiraciones con los moderados para recuperar el poder; fracasado un primer intento, obra de Diego de León (1841), por fin el golpe de Estado del general Narváez declaró la mayoría de edad anticipada de Isabel II y permitió a la reina madre regresar a España (1843).
Desde la sombra siguió ejerciendo gran influencia en la corte, organizó los matrimonios reales, nombró a su marido duque de Riánsares y se enriquecieron ambos participando en toda clase de negocios. Eso explica su descrédito creciente, que se manifestó cuando, durante una nueva revolución progresista en 1854, fue saqueado su palacio madrileño y posteriormente secuestrados sus bienes por el gobierno de Espartero. Tras la caída de éste en 1856 regresó ocasionalmente a España, pero ya no influyó directamente en los asuntos políticos.

Negocios

La gran pasión de María Cristina fueron los negocios y para ello contó con grandes personajes como el general Narváez y José de Salamanca. No dudó en desviar fondos estatales para sus inversiones particulares. Se decía que “no había proyecto industrial en el que la Reina madre no tuviera intereses”.
Fernando Muñoz fue el promotor de diversas empresas, destacando las de ferrocarriles que por aquellos tiempos empezaban a abrirse camino, haciendo inversiones en este sector en Asturias. También creó numerosas empresas en torno al carbón en Siero y el valle del Nalón y creó la empresa Asturiana Mining Company que posteriormente sería transformada en la Fábrica de Mieres.
También participó activamente en el negocio de la sal, durante cinco años disfrutó del monopolio de dicho producto, lo cual le dio pingues beneficios. También participó en el negocio de los negreros, en compañía del el general Narváez, fundador de la Guardia Civil.
Obtuvo la concesión de la línea férrea Madrid-Aranjuez, que fue inaugurada, el siete de diciembre de 1851, que posteriormente se extendería hasta Albacete y Alicante. Como dice el historiador Pierre de Luz:
“En aquel momento, todo el mundo en Madrid juega a la bolsa, y es Salamanca quien dirige el baile. Ya ha arrastrado a Muñoz, y pronto asocia al mismo Narváez a sus combinaciones, a sus grandes golpes, a sus enormes ganancias… no existe en España un solo negocio industrial en que María Cristina o el Duque de Riánsares no tomen parte.”


María Cristina y Fernando Muñoz fueron enriqueciéndose con el dinero público, siendo acusados de abuso de poder y de aprovechar en su favor la información privilegiada de la que gozaban. Así supieron anticiparse a la crisis y se desprendieron de sus negocios asturianos un año antes de que fuera promulgado el Real Decreto donde se rebajaban los aranceles sobre los productos siderúrgicos, provocando el desastre de la siderurgia española.

Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, Segundo marido de María Cristina


Descendencia

Primer matrimonio

De su primer matrimonio, con el rey Fernando VII, tuvo dos hijas:

María Isabel Luisa de Borbón, futura "Isabel II de España" (1830-1904), reina de España.
María Luisa Fernanda de Borbón (1832-1897), infanta de España, casada con el duque de Montpensier.

Segundo matrimonio

De su segundo matrimonio, con Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, I duque de Riánsares y I marqués de San Agustín, tuvo ocho hijos, a los que la reina Isabel II concedió títulos nobiliarios entre 1847 y 1849:

  • María de los Desamparados Muñoz y Borbón, I condesa de Vista Alegre (1834-1864)
  • María de los Milagros Muñoz y Borbón, I marquesa de Castillejo (1835-1903)
  • Agustín María Raimundo Fernando Longinos Muñoz y Borbón, I duque de Tarancón grande de España, I vizconde de Rostrollano y pretendiente a rey de Ecuador (1837-1855)
  • Fernando María Muñoz y Borbón, II duque de Riánsares grande de España, II duque de Tarancón grande de España, II marqués de San Agustín, I conde de Casa Muñoz, II vizconde de Rostrollano, I vizconde de la Alborada y II duque de Montmorot Par de Francia (título no reconocido en España) (1838-1910)
  • María Cristina Muñoz y Borbón, I marquesa de la Isabela, I vizcondesa de la Dehesilla (1840-1921)
  • Juan María Muñoz y Borbón, I conde del Recuerdo, I vizconde de Villarrubio (1844-1863)
  • Antonio de Padua Muñoz y Borbón (1842 - 1847)
  • José María Muñoz y Borbón, I conde de Gracia, I vizconde de la Arboleda (1846-1863)


María Cristina de Borbón Dos Sicilias. Palermo (Italia), 27.IV.1806 – Sainte-Adresse (Francia), 22.VIII.1878. Reina gobernadora de España.

Hija de Francisco I, rey de las Dos Sicilias, y de María Isabel de Borbón, infanta de España. Fue la cuarta esposa del rey Fernando VII, con el que contrajo matrimonio tras quedar viudo de su tercera esposa, la reina María Josefa Amalia de Sajonia.
María Cristina era sobrina carnal de Fernando VII, ya que su madre, la infanta María Isabel de Borbón, era hermana de éste, por lo que para poder realizarse el matrimonio hubo que solicitar al Vaticano las oportunas dispensas, gestión que realizó el embajador de España en Roma Pedro Gómez Labrador, quien también fue el encargado de pedir la mano de María Cristina en nombre del rey Fernando VII, al rey de las Dos Sicilias.
El 30 de septiembre de 1829 salió María Cristina desde Nápoles hacia España, acompañada por sus padres y por su hermano menor, Francisco de Paula, conde de Trápani, pasando por Roma, donde fueron recibidos por el papa Pío VIII, y atravesando Italia y Francia, país en el que fue vitoreada por los liberales españoles emigrados, quienes anhelaban que aquel matrimonio sirviera para suavizar de algún modo el absolutismo de Fernando VII, anhelos que se vieron cumplidos tres años más tarde, con la amnistía concedida por María Cristina en octubre de 1832.
El 8 de diciembre llegó la comitiva a Aranjuez. La impresión que causó al Rey su sobrina fue muy positiva, pues, además de contar con su juventud —tenía veintitrés años—, María Cristina de Borbón, princesa de las Dos Sicilias, era hermosa, elegante y poseía un carácter abierto y dulce. Sin duda, no causó el mismo efecto en el ánimo de la joven María Cristina su tío y esposo, que tenía cuarenta y cinco años —era veintidós años mayor que ella— y estaba envejecido prematuramente a causa de su precaria salud.

La boda se celebró en el Real Sitio de Aranjuez el 9 de diciembre de 1829, siendo ratificada a su llegada a Madrid, el día 11, en la basílica de Nuestra Señora de Atocha, prolongándose las fiestas nupciales durante varios días con un despliegue de suntuosidad sin precedentes.

Desde el principio, el matrimonio fue muy mal acogido por los ultra-realistas, partidarios del hermano de Fernando VII, el infante Carlos María Isidro, quien influido por éstos y por su esposa la infanta portuguesa María Francisca de Braganza, había concebido la esperanza de suceder en el trono a su hermano, pues éste, a pesar de sus tres matrimonios anteriores, no había conseguido tener sucesión (solamente su segunda esposa, María Isabel de Braganza, le había dado dos hijas, que no se habían logrado: la infantita María Luisa, que murió a los cuatro meses y medio de nacer, y otra infanta nacida muerta).

El 8 de mayo de 1830, la Gaceta hizo pública la noticia de que la reina María Cristina había entrado en el quinto mes de embarazo. Tres meses antes, el 29 de marzo, el rey Fernando VII, en previsión de que fuese una hija la que naciera, había decidido hacer pública la Pragmática Sanción, que derogaba la ley semi-sálica dada por Felipe V en 1713, la cual excluía a las mujeres en el acceso al trono de España en tanto hubiese descendencia masculina directa o colateral. La Pragmática Sanción, dada por Carlos IV en 1789 y respaldada por las Cortes —pero que al cerrarse éstas precipitadamente por los acontecimientos políticos de Francia en aquella fecha no dio tiempo a que se hiciese pública—, ponía de nuevo en vigencia el orden sucesorio de las Leyes de las Partidas, restableciendo la tradición de la Monarquía española según la cual las mujeres podían reinar.

Con la decisión de Fernando VII de hacer pública la Pragmática Sanción, se disiparon las esperanzas de reinar de su hermano Carlos María Isidro, alentadas por su camarilla, los legitimistas —los carlistas—, iniciándose el enfrentamiento que provocó la lucha dinástica que azotó España tras la muerte de Fernando VII durante gran parte del siglo xix: las Guerras Carlistas, en las que se enfrentaron carlistas e isabelinos. Aunque en realidad, más que un problema dinástico, aquél fue un pretexto para desencadenar el conflicto que existía entre dos tendencias políticas que no aceptaban convivir: absolutistas y liberales.

El 10 de octubre de 1830, la reina María Cristina dio a luz a su primera hija: la princesa Isabel, futura Isabel II. Y trece meses después, el 30 de enero de 1832, nació otra niña, la infanta Luisa Fernanda.

Mientras la felicidad inundaba a María Cristina por haber conseguido dar a Fernando VII la tan ansiada sucesión, las esperanzas de reinar del infante Carlos María Isidro se desvanecían por completo.

En el mes de septiembre de 1832, estando la Corte en La Granja de San Ildefonso, el Rey sufrió uno de sus ataques de gota, pero esta vez tan grave, que se temió por su vida.

Los partidarios del infante Carlos María Isidro, que ocupaban posiciones claves en el Gobierno de la nación, como el ministro de Justicia, Tadeo Calomarde, y el ministro de Estado, conde de Alcudia, aprovecharon este agravamiento de la salud del Rey para pintar ante la reina María Cristina —a la que Fernando VII había encargado la Regencia mientras durase su enfermedad— un panorama tan desolador y con el fantasma de la guerra civil de fondo, que la Reina pidió a su esposo que revocase, por medio de un codicilo, la Pragmática Sanción. La firma de este documento (18 de septiembre de 1832) supuso la derogación de la Pragmática Sanción y el restablecimiento de la legitimidad sucesoria en la persona del hermano del Rey.

Apenas recuperada la salud, Fernando VII mandó iniciar los trámites para anular el codicilo que derogaba la Pragmática Sanción. Calomarde fue desterrado y al conde de Alcudia se le obligó a reincorporarse a su actividad diplomática fuera de España.

Pocos días después, la reina María Cristina, a la que su esposo había facultado para gobernar conjuntamente con él, firmaba un decreto de amnistía que afectó a un gran número de personas, incluidos los exiliados (15 de octubre de 1832).

El 31 de diciembre de 1832 tuvo lugar, ante una nutrida representación de personalidades, el acto solemne de la lectura por parte del Rey del documento derogatorio del codicilo que contenía la derogación de la Pragmática Sanción, que restablecía los derechos sucesorios de su primogénita, Isabel, quien seis meses más tarde, el 30 de junio de 1833, fue jurada por las Cortes princesa de Asturias y heredera del trono, en la madrileña iglesia de San Jerónimo.

Tres meses después, el 29 de septiembre de 1833, murió en el Palacio Real de Madrid el rey Fernando VII a consecuencia de un fulminante ataque de apoplejía. Como su sucesora, Isabel II, cumplía tres años el 10 de octubre, el testamento del Rey disponía que la Reina viuda ejerciera como regente y gobernadora, asesorada por un Consejo de Gobierno, hasta que su hija cumpliera los dieciocho años.

El 1 de octubre, el infante Carlos María Isidro lanzó desde Abrantes (Portugal) un manifiesto en el que no reconocía los derechos al trono de su sobrina Isabel y se intitulaba Carlos V, rey de España. De este modo se inició la guerra civil —Primera Guerra Carlista (1833-1839)— y la Regencia de la reina María Cristina, que duró siete años (1833-1840) y estuvo marcada por graves dificultades desde sus comienzos, pues además del grave problema interno que supuso el estallido de la guerra civil —que incidió profundamente en la vida del país y forzó la actitud de los distintos gobiernos moderados y liberales— en el exterior la reina María Cristina no fue reconocida más que por Francia e Inglaterra, y hubo que esperar hasta 1834 para que las relaciones exteriores de España se mejorasen con la firma del tratado de la Cuádruple Alianza.

La Guerra Carlista dividió al país en dos bandos: los cristinos, liberales partidarios de la reinita Isabel II y de la Reina gobernadora, en los que ésta únicamente podía apoyarse para sostener los derechos de su hija al trono, y los carlistas, realistas partidarios de Carlos María Isidro.

Mientras en el norte de España, Vascongadas, Navarra y Cataluña, a partir del mes de octubre de 1833 ardía la Guerra Civil, la Reina gobernadora comenzó a gobernar dando al país —a instancias de Cea Bermúdez, presidente del Consejo de Ministros— el Manifiesto del 5 de octubre, verdadero programa del primer gobierno de la Regencia.

Dos eran las líneas básicas de actuación contenidas en el Manifiesto: la firme voluntad de salvaguardar el poder de la Corona y la promesa de acometer reformas administrativas. Pero el Manifiesto, recibido con frialdad, no gustó a nadie y el propio Consejo de Gobierno —que Fernando VII había dispuesto en su testamento para asesorar a su esposa— aconsejó a la Reina gobernadora que iniciara un ensayo liberal.

El Gobierno de Cea Bermúdez tenía sus días contados: los liberales al unísono se le opusieron y los capitanes generales Llauder y Quesada, de Cataluña y de Castilla la Vieja, respectivamente, elevaron a la Regente sendos escritos reclamando la inmediata reunión de Cortes como punto de partida de una reforma política que estuviera por encima de la mera administrativa que se propugnaba en el Manifiesto.

La reina María Cristina comprendió que no podía mantener ni un minuto más a Cea Bermúdez y en enero de 1834 pasó a sustituirle por Francisco Martínez de la Rosa.

En Martínez de la Rosa, militante del viejo liberalismo de las Cortes de Cádiz y del Trienio Liberal —aunque su entusiasmo de entonces lo habían enfriado la adversidad y el exilio—, se vio al hombre capaz de iniciar un ensayo liberal. En aquellos momentos mantenía una postura liberal moderada que quedaría plasmada en su programa político, el Estatuto Real de 1834, primer texto constitucional del reinado de Isabel II.

El Estatuto Real, que tenía sus antecedentes en la Carta Otorgada de Luis XVIII y era simplemente una convocatoria de Cortes, satisfizo solamente a los sectores más moderados del liberalismo español, aunque a su amparo vivieron cuatro Gobiernos: el de Martínez de la Rosa, hasta junio de 1835; el del conde de Toreno, hasta septiembre de 1835; el de Juan Álvarez Mendizábal, hasta mayo de 1836, y el de Istúriz, hasta agosto de 1836.

A excepción del Gobierno presidido por el liberal progresista Mendizábal —que logró sacar adelante su Decreto desamortizador de 1836 y dejó preparada la Ley desamortizadora de 1837—, los otros tres Gobiernos eran de signo moderado, por lo que tuvieron que gobernar con el fantasma del pronunciamiento y de la conspiración de los progresistas contrarios al Estatuto Real.

En el verano de 1836 se desencadenaron una serie de levantamientos que se iniciaron en Málaga, propagándose muy rápidamente por Granada, Cádiz y demás provincias andaluzas, pasando después a Aragón y Valencia y luego al resto de España. Finalmente, la noche del 12 de agosto de 1836, en el Real Sitio de La Granja —donde la reina María Cristina y sus hijas se encontraban pasando el verano— se consumó el pronunciamiento de los sargentos, siendo obligada la Reina gobernadora a restablecer la Constitución de 1812 poniéndose fin de este modo al Estatuto Real de 1834.

Tras el triunfo del pronunciamiento de los sargentos de La Granja, la reina María Cristina encomendó el poder a los progresistas. El nuevo presidente del Consejo de Ministros fue Calatrava, y éste nombró a Mendizábal ministro de Hacienda, quien pudo entonces sacar adelante su Ley desamortizadora de 1837.

Inmediatamente se convocaron Cortes Constituyentes, que abrió la Reina gobernadora en octubre de 1836, para revisar la Constitución de 1812 o en caso necesario proceder a la elaboración de una nueva. Se designó una Comisión encargada de la reforma constitucional presidida por Agustín Argüelles y cuyo secretario fue Salustiano Olózaga, la cual, tras seis meses de trabajo, elaboró un nuevo texto constitucional: la Constitución de 1837, que fue sancionada por la Reina gobernadora el 18 de junio de 1837.

Con los progresistas en el poder, el Partido Moderado se convirtió en oposición escindido en dos posturas: la de los que deseaban participar en el juego político y la de los que preferían hacerlo desde la clandestinidad.

A causa de la postura de estos últimos, el Gobierno Calatrava —que había durado casi un año— cayó el 18 de agosto a causa del pronunciamiento realizado por los oficiales de la brigada Van Halen, en Aravaca, a las afueras de Madrid.

A consecuencia de esta inestabilidad política, los carlistas aprovecharon para reiniciar su ofensiva, llevando a cabo personalmente el pretendiente Carlos la llamada Expedición Real, llegando a las puertas de Madrid con sus tropas en septiembre de 1837. Pero Carlos no atacó Madrid, pues venía con la intención de pactar con su cuñada y sobrina María Cristina, quien le había hecho llegar sus propuestas por mediación del rey Fernando II de Nápoles.

Para la Reina gobernadora, los sucesos de La Granja del mes de agosto de 1836 habían supuesto una humillación y causado tal alarma que, desde entonces, pensó en la posibilidad de hacer un acuerdo secreto con Carlos María Isidro, ofreciéndole para su hijo, la mano de Isabel II. Pero María Cristina se arrepintió y no abrió la capital a Carlos, quien tuvo que abandonar Madrid sin pacto alguno y en su retirada, sufrir la derrota en Aranzueque (Guadalajara), causada por el general Espartero.

Al caer Calatrava, la Reina gobernadora ofreció el Gobierno a Espartero, pero éste lo rechazó con el pretexto de tener que ponerse al frente del ejército que combatía a los carlistas. Se sucedieron entonces tres gobiernos moderados: el de Eusebio Bajardí, Ofalia, duque de Frías, y Pérez de Castro. Este último inició un programa reformista con vistas a modificar el sistema político pero manteniendo la Constitución.

Los tres puntos fundamentales de su reforma fueron: la limitación del sufragio a través de la Ley Electoral de 1840; el proporcionar medios legales al Gobierno para combatir a la prensa y, el tercero, reforzar el poder central en los municipios, por medio de una nueva Ley de Ayuntamientos.

Acababa la Guerra Carlista, el general Espartero, ya conde de Luchana y ahora duque de la Victoria tras el abrazo de Vergara, era considerado el héroe de la Guerra Carlista y el militar de máximo prestigio del momento. Por eso, la reina María Cristina, aunque conocía su identificación con el progresismo, quiso sondearle para saber si podía contar con él para apoyar el nuevo programa de Pérez de Castro.

Con el pretexto de que los médicos habían aconsejado a la reinita Isabel que tomase baños de mar, la Reina regente decidió viajar con ella y con la infanta Luisa Fernanda a Barcelona, ciudad que contaba entonces con el mayor número de elementos conservadores y que a ella le ofrecía garantías de orden. La primera entrevista de la Reina gobernadora con el duque de la Victoria fue en Lérida, y en ella la reina María Cristina ya se dio cuenta claramente de que Espartero se había convertido en el hombre fuerte del progresismo.

En su segunda entrevista, que tuvo lugar en Esparraguera (Lérida), Espartero comunicó a la reina María Cristina su tajante oposición al Gobierno Pérez de Castro, a la sanción de la Ley de Ayuntamientos y a las Cortes que la respaldaban. La Regente le contestó que estaba dispuesta a un cambio en la composición del Gobierno que podría presidir Istúriz, y del cual el propio Espartero podría formar parte, una vez dominados los últimos reductos de la Guerra Carlista que, al mando del general Cabrera, aún coleaban en el norte de Cataluña.

Por fin, la Reina gobernadora y su hija Isabel II llegaron a Barcelona el 30 de junio de 1840. Lo sucedido en la Ciudad Condal a la llegada de éstas dejó bien patente el enfrentamiento que existía entre la postura de María Cristina, identificada por completo con los moderados, y la de Espartero, vinculado totalmente a los progresistas, pues aunque las Reinas fueron recibidas con entusiasmo, el Ayuntamiento de Barcelona —de clara filiación progresista— se encargó de engalanar las farolas de las Ramblas con el artículo de la Constitución de 1837 relativo a la Ley de Ayuntamientos, y el capitán general, Van Halen, cabeza visible del progresismo barcelonés y brazo derecho de Espartero, presionó personalmente a la reina María Cristina con la amenaza de un estallido popular si Pérez de Castro seguía al frente del Gobierno. La Reina contestó a Van Halen que nunca se atentaría contra la Constitución y que pensaba cambiar el Gobierno, pero que primero deseaba conocer el programa del nuevo diseñado por Espartero.

La toma de Berga y Hort supuso el final de los últimos reductos del carlismo a los que se combatía en el norte de Cataluña. Y desde Berga, Espartero envió a la Reina regente su programa en forma casi de ultimátum: disolución de las Cortes, convocatoria de nuevas elecciones y la anulación de la Ley de Ayuntamientos.

Estaba claro que la postura de la Reina regente y la del duque de la Victoria no eran compatibles, pues pocos días después la reina María Cristina sancionó la Ley de Ayuntamientos, lo cual supuso la inmediata ruptura con Espartero, quien dimitió de todos sus cargos, incluido el último, el de jefe de la Guardia Real, que le había sido concedido por la Regente el mismo día en que ella firmaba el texto de la Ley de Ayuntamientos.

A partir del día 16 de julio, una marea de manifestaciones y protestas contra la Ley, perfectamente orquestadas, hicieron caer al Gobierno de Pérez de Castro. La reina María Cristina tuvo que dar paso a un nuevo Gobierno de carácter progresista presidido por Antonio González —afín a Espartero—, que el 6 de agosto juró su cargo, siendo la primera decisión de este Gobierno dejar en suspensión la Ley de Ayuntamientos y la disolución de las Cortes.

Ante el cariz de los acontecimientos la Familia Real decidió marcharse a Valencia y, estando en esta ciudad, estalló el 1 de septiembre de 1840 en Madrid primero y después se propagó a toda España un movimiento revolucionario que cristalizó en la creación de juntas revolucionarias de gobierno. Ante la gravedad de los acontecimientos, María Cristina llamó a Espartero y le pidió que pusiera fin a aquella revolución, a lo que Espartero contestó que no podía hacerlo porque él se sentía plenamente identificado con ella.

La Reina gobernadora se dio cuenta de que no le quedaba más remedio que abdicar la Regencia en la persona del general Espartero, decidida a no iniciar de nuevo la guerra civil y con el convencimiento de que en aquellos momentos el duque de la Victoria representaba la garantía de seguridad para el trono y el sostenimiento de los derechos de su hija Isabel II.

El 12 de octubre de 1840, María Cristina hacía pública su renuncia en el palacio Cervellón de Valencia y cinco días más tarde, el día 17, abandonaba España, dejando a sus dos hijas, Isabel II, la reina de España, que tenía diez años, y a la infanta Luisa Fernanda, que aún no había cumplido los ocho, que —sin entenderlo— se veían de golpe despojadas del cariño y los cuidados insustituibles de una madre. Embarcada en el vapor Mercurio, se acogió a la hospitalidad que le brindaron sus tíos, el rey Luis Felipe de Francia y su esposa la princesa Amalia de Borbón, tía carnal de María Cristina, y el 8 de noviembre, desde Marsella, explicó a los españoles en un manifiesto los motivos de su importante decisión.

Pero, junto a todos estos motivos políticos, existían otros motivos personales en la renuncia a la Regencia de María Cristina. Tres meses después de la muerte de Fernando VII, se había casado con el capitán de la Guardia de Corps, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez- Funes. Este matrimonio, mantenido en secreto, pero sabido en toda España, restó mucha popularidad a la Reina regente, que sólo podía serlo de su hija Isabel II en tanto era la Reina viuda, según constaba en el testamento de su esposo el rey Fernando VII.

De este matrimonio morganático nacieron ocho hijos, de los cuales cinco lo hicieron en España, mientras la Reina fue regente: María Amparo, María de los Milagros, Agustín, Fernando María y María Cristina.

Estos nacimientos hicieron muy difícil la situación de la Reina gobernadora, que debía ocultar a los ojos de la Corte y de todo el país sus embarazos y partos, sin lograrlo, lo que dañó fuertemente su reputación y le valió ser el blanco de graves críticas. Los otros tres hijos, Juan María, Antonio y José María, nacieron ya en París, después de haber tenido que abandonar la Regencia.

En el exilio María Cristina, basándose en la pretensión de conservar al menos la tutoría de sus hijas —que las Cortes habían concedido al político Agustín Argüelles—, impulsó el primer pronunciamiento moderado surgido para derrocar a Espartero en octubre de 1841, del que fueron alma el general O’Donnell —presidente de la Junta de exiliados que se formó en París nada más llegar a esta ciudad María Cristina— y el general Diego de León, conde de Belascoaín, y que tuvo su momento culminante el 7 de octubre. El plan era una sublevación militar que empezaría en las provincias vascas y Navarra, raptarían en Madrid a las reales niñas y al Regente y volverían a proclamar la Regencia de la reina María Cristina.

Pero la conspiración fue abortada y sus protagonistas, a la cabeza de los cuales se encontraba el general Diego de León, fueron sometidos a juicio sumarísimo y fusilados por decisión inapelable de Espartero, que con esta demostración de dureza inició la caída de su popularidad.

El pronunciamiento incruento de Torrejón de Ardoz, del 22 de julio de 1843, puso punto final a la regencia del duque de la Victoria, quien tuvo que abandonar España el 30 de julio y refugiarse en Inglaterra.

Los moderados, con el general Narváez a la cabeza, llegaban de nuevo al poder y era proclamada reina de España Isabel II, a los trece años, adelantándose cinco años su mayoría de edad.

Con los moderados gobernando, la reina María Cristina regresó a España el 23 de marzo de 1844, sin pensar en corregir el gran error que la había conducido al exilio: identificarse por completo con el Partido Moderado, además de constituirse en un apoyo básico para la exclusión política del Partido Progresista, lo que a la larga le trajo graves consecuencias.

En el mes de octubre su hija Isabel II legitimó su matrimonio clandestino con Fernando Muñoz y a los ocho hijos que tuvo con él. De este modo quedaba resuelto el espinoso tema que a la reina María Cristina había tanto atormentado, pues, tras haber estado once años ocultando su matrimonio, ya podía exhibirse en público con el hombre al que verdaderamente amó durante cuarenta años y al que su hija la reina Isabel II le otorgó el título de duque de Riansares con Grandeza de España, le ascendió a teniente general de los Ejércitos Reales y le condecoró con el Toisón de Oro y con la Gran Cruz de Carlos III.

A su regreso del exilio, la reina María Cristina, que fijó su residencia habitual con su esposo, el duque de Riansares, y sus hijos Muñoz-Borbón, en el palacio de la madrileña calle de las Rejas —próximo al Palacio Real—, ejerció una gran influencia sobre su hija Isabel II, interviniendo directamente en muchos temas políticos durante la Década Moderada (1843-1853), temas que no eran de su competencia sino de su hija, reina constitucional de España. Uno de los asuntos en los que influyó de forma decisiva fue en el desgraciado matrimonio de su hija Isabel II con su primo hermano Francisco de Asís de Borbón, que, de todos los candidatos posibles —y que no fueron vetados por Francia e Inglaterra—, fue el menos adecuado para Isabel II, ni como Reina ni como mujer.

La violencia extrema con que se vivieron las jornadas revolucionarias de julio de 1854 se cebó —además de en los tres ministros moderados más odiados: Sartorius, Esteban Collantes y Doménech, cuyas casas fueron asaltadas, así como la del banquero Salamanca— en María Cristina, a quien los revolucionarios culpaban de la prolongada permanencia en el poder de los moderados, y para hacérselo pagar se expolió e incendió su palacio de las Rejas, teniendo que refugiarse con su familia en el Palacio Real. Finalmente, controlada la situación, su antiguo enemigo, el general Espartero —a quien la reina Isabel II había llamado para contener la revolución— permitió que fuese puesta en la frontera con todas las garantías de seguridad. El día 28 de agosto de 1854, la Reina madre, con su esposo el duque de Riansares, abandonó Madrid con destino a Portugal, quedando anulada su pensión de Reina madre y confiscados todos sus bienes.

María Cristina se volvió a instalar con su familia en Francia y, aunque su hija Isabel II, durante el Gobierno Largo de la Unión Liberal (1858-1863), pidió al general O’Donnell que autorizase la vuelta de la Reina madre a España, el duque de Tetuán se opuso a ello. Quedaba muy lejos la antigua identificación del joven general O’Donnell con la Reina gobernadora, que no volvería ya nunca a España.

En Francia, María Cristina adquirió el castillo de la Malmaison, desde donde se trasladaba frecuentemente a París. En esta ciudad conoció en 1868 la noticia del destronamiento de su hija Isabel II; asistió en el palacio de Castilla al solemne acto de abdicación de la reina Isabel II a favor de su hijo el príncipe Alfonso (25 de junio de 1870), y tuvo la noticia de la restauración de la Monarquía borbónica en la persona de su nieto el rey Alfonso XII (29 de diciembre de 1874).

La reina María Cristina murió el 22 de agosto de 1878 a los setenta y dos años en la ciudad francesa de Sainte- Adresse. Sus restos fueron trasladados a España y, por haber dado descendencia a la Corona, está enterrada en una urna funeraria frente a la del rey Fernando VII en el Panteón de Reyes del monasterio de El Escorial.

 

Bibl.: Barcelona en julio de 1840. Sucesos de este período, con un apéndice de los acontecimientos que siguieron, hasta el embarque de S. M. la Reina Gobernadora. Vindicación razonada del pueblo de Barcelona, Barcelona, Imprenta de José Tauló, 1844; E. Marliani, La Regencia de D. Baldomero Espartero y sucesos que la prepararon, Madrid, 1870; I. Bermejo, La Estafeta de Palacio, Madrid, 1871; A. Pirala, Historia Contemporánea. Anales desde 1843 hasta la conclusión de la actual Guerra Civil, Madrid, 1875; F. Fernández de Córdova, marqués de Mendigorría, Mis Memorias íntimas, Madrid, 1886; Historia de la Guerra Civil y de los partidos liberal y carlista, con la Historia de la Regencia de Espartero, Madrid, 1891; W. Ramírez de Villa-Urrutia, marqués de Villa-Urrutia, La Reina Gobernadora D.ª María Cristina de Borbón, Madrid, 1925; M.ª E. de Borbón, Memorias, Juventud, Barcelona, 1935; B. Pérez Galdós, Obras completas, Aguilar, Madrid, 1945; F. Suárez Verdeguer, Los sucesos de La Granja, Madrid, 1953; C. Seco Serrano, “Don Carlos y el Carlismo”, en Revista de la Universidad de Madrid, n.º 13 (1955); Marqués de Miraflores, Memorias del reinado de Isabel II, Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, 1964; J. Luis Comellas, Los Moderados en el poder. 1844-1854, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1970; C. Seco Serrano, Barcelona en 1840: los sucesos de julio (Aportaciones documentales para su estudio), Barcelona, 1971; J. M.ª Jover (dir.), Historia de España de Menéndez Pidal, t. XXXIV, Madrid, 1981; t. XXXIII, Madrid, 1983; C. Seco Serrano, Militarismo y Civilismo en la España Contemporánea, Madrid, Instituto de Estudios Económicos, 1984; Historia del conservadurismo español, Madrid, Temas de Hoy, 2000.