—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

jueves, 21 de diciembre de 2017

410.-El Palacio Apostólico (Papal).-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 


El Palacio Apostólico (Papal)



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Oficialmente conocido como el Palacio de Sixto V, esta residencia del siglo XVI alberga al Papa, a la oficina y biblioteca del Vaticano, así como a la Capilla Sixtina. La estructura en expansión también muestra lo que parece ser un caso de superación entre los Papas cuando se trata de diseño de interiores. Las habitaciones Raphael, decoradas por el entonces joven artista de Urbino para el papa Julio II, debían eclipsar las residencias profusamente decoradas de su predecesor y rival, el papa Alejandro VI (cuyo apartamento Borgia contiene hermosos frescos pintados por Pinturicchio). El papa Francisco, el “Papa de la gente”, fue noticia cuando anunció que abandonaría una habitación en el palacio y, en cambio, viviría en las casas de huéspedes papales. 
El palacio está cerca de los Jardines del Vaticano, 58 acres de caminos sinuosos, fuentes antiguas y robles majestuosos.

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El Palacio Apostólico, también llamado el Palacio Papal o el Palacio del Vaticano, es la residencia oficial del papa en la Ciudad del Vaticano.
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El Palacio es un complejo de edificios, comprendiendo los Apartamentos Papales, las oficinas de gobierno de la Iglesia católica, un puñado de capillas, los Museos Vaticanos y la Biblioteca Vaticana. En total existen aproximadamente 1000 habitaciones, incluyendo la célebre Capilla Sixtina con los frescos de Miguel Ángel (restaurados entre 1980-1990), los Apartamentos Borgia y las Estancias de Rafael.
El actual papa Francisco no reside aquí, sino en la Casa de Santa Marta,1​ para buscar una "forma simple de vivir y la convivencia con otros sacerdotes". Pero el Palacio Apostólico sigue siendo utilizado para audiencias y para el rezo del Ángelus.

La Sala Regia​ es una sala estatal en el Palacio Apostólico, en la Ciudad del Vaticano.


Aunque no se presenta como tal, este espacio amplia es realmente una antesala a la Capilla Sixtina, que alcanza a la Scala Regia. A la izquierda de la entrada antiguamente se encontraba el «trono papal», que ahora está en el lado opuesto a la puerta que conduce a la Capilla Paulina.
La sala se inició bajo el pontificado de Pablo III por Antonio da Sangallo el Joven y se terminó en 1573. La bóveda de cañón es adornada por las impresionantes decoraciones de yeso de Perino del Vaga. Los adornos de estuco sobre las puertas son de Daniele da Volterra.
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Las paredes fueron decoradas por Livio Agresti, Giorgio Vasari y Taddeo Zuccari. Los frescos representan trascendentales puntos de inflexión en la historia de la Iglesia, incluyendo el regreso del papa Gregorio XI de Aviñón a Roma, la batalla de Lepanto, el levantamiento de la prohibición de Enrique IV, la reconciliación del papa Alejandro III con Federico Barbarroja y Pedro II de Aragón ofreciendo el Reino al papa Inocencio III.
La sala fue originalmente utilizada para la recepción de príncipes y embajadores reales, de ahí su nombre. Hoy los Consistorios se llevan a cabo en el lugar, y se permiten recitales de música de vez en cuando en presencia del papa; durante el cónclave se utiliza como un espacio para el recorrido de los cardenales.



Estructura del Palacio Apostólico.

Dispuesto en torno al Patio de Sixto V, el Palacio Apostólico es una serie de edificios autónomos que constan de una estructura exterior muy identificable.

Capilla Sixtina.

La Capilla Sixtina es la más conocida de las capillas del Palacio y lleva el nombre de Sixto IV. La Capilla es conocida por ser el lugar donde se reúne el Colegio de Cardenales para la elección de cada nuevo Papa. Aquí, los cardenales eligen al sucesor del primer Papa, San Pedro, quien está enterrado en las criptas cercanas a la Iglesia de San Pedro. La Capilla es famosa por sus frescos realizados por diferentes artistas del Renacimiento.

Estancias de Rafael.

Las Estancias de Rafael son un conjunto de salas de recepción en el Palacio Apostólico, que ahora forma parte de los Museos Vaticanos, en la Ciudad del Vaticano. Estas salas son populares por sus frescos, realizados por un equipo de artistas que fueron guiados por Rafael.  Comúnmente conocidas como las Stanze, situadas sobre los Apartamentos Borgia de Alejandro, las Habitaciones de Rafael eran los apartamentos destinados al Papa Julio II. Éste decidió redecorar el interior de las habitaciones por completo, posiblemente para eclipsar la decoración de su predecesor.

Apartamentos Borgia

Los Apartamentos Borgia consisten en un conjunto de habitaciones que eran para uso personal del Papa Alejandro VI. Los apartamentos fueron decorados suntuosamente con frescos y utilizaron temas icónicos de las enciclopedias medievales para añadir significado y celebrar los orígenes divinos de los Borgia. 
Las habitaciones forman parte de la Biblioteca y los Museos Vaticanos. En la actualidad, estas salas se utilizan para la Colección Vaticana de Arte Religioso Moderno, creada por el Papa Pablo VI en 1973.

Sala Clementina

La Sala Clementina, fue creada en el siglo XVI en honor al tercer Papa, Clemente I, por el Papa Clemente VIII. Al igual que los otros apartamentos, la Sala Clementina también consta de numerosas y grandes colecciones de valiosas piezas y frescos, que hacen de la Sala una estructura famosa en sí misma.  El Papa la utiliza como sala de recepción y, a veces, como sede de diversas ceremonias y rituales. Este lugar es también utilizado como sala funeraria donde reposa el cuerpo del Papa para ser visitado en privado por los funcionarios del Vaticano hasta que es trasladado a la Basílica de San Pedro o a la Basílica de San Juan.




El patio de San Dámaso, un lugar con historia en el Palacio Apostólico.

El patio de San Dámaso en junio de 2019


El patio de san Dámaso fue construido bajo el pontificado de Nicolás V, Papa de 1447 a 1455. Como parte de la vasta construcción del Palacio Apostólico, que quería que fuera el más grande del mundo. Nicolás V dio al espacio el nombre de Damasco I, el 37º Pontífice Romano, que reinó de 366 a 384, y sigue siendo conocido por haber desarrollado el culto a los santos mártires y la unidad del cristianismo en Italia. Su memoria litúrgica está fijada para el 11 de diciembre.

Como Patio de Honor del Palacio Apostólico, esta zona es el lugar donde se da la bienvenida a los visitantes oficiales del Papa, incluidos los Jefes de Estado y de Gobierno, pero también a los embajadores y obispos en la visita ad limina. No es el Papa mismo quien los recibe cuando bajan del coche, sino normalmente el Prefecto de la Casa Pontificia o, más raramente, un funcionario de la Curia directamente interesado en el encuentro: por ejemplo, el 23 de mayo de 2016, el Cardenal Jean-Louis Tauran (1943-2018), entonces Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, fue invitado a recibir al Gran Imán de Al-Azhar y a conducirlo hasta el Papa.

Normalmente, el Papa Francisco celebra la mayoría de sus audiencias oficiales por la mañana en el Palacio Apostólico, y dedica la tarde a su trabajo personal y a sus conversaciones privadas en la Casa de Santa Marta. Sus visitantes no pasan por el patio de San Dámaso en estos casos de entrevistas no protocolarias.
En la historia, este espacio al aire libre también fue utilizado por los Papas para recibir y bendecir grupos. Este fue el caso varias veces con Pío XII. Por ejemplo, el 28 de junio de 1946, bendijo a los participantes en la vuelta de Italia, y en 1956 hubo una celebración por el 80 cumpleaños del Papa. Bajo el pontificado de Juan Pablo II, el Papa saludó a los peregrinos allí, especialmente en 1983, en el Año Santo de la Redención. Sin embargo, es más frecuente que las audiencias de grupo tengan lugar dentro del Palacio Apostólico.
El patio de san Dámaso es también el lugar donde los nuevos guardias suizos prestan juramento cada 6 de mayo, si el tiempo lo permite. Esta ceremonia ha tenido lugar en la Sala Pablo-VI cuando han ocurrido fuertes lluvias.




Los bisnietos de la Guerra Civil ahora son escritores (y están contando nuestra historia como nunca)





David Uclés, Carmen Clara Balmaseda y Laura Andreu, nacidos en los 90, reivindican la memoria histórica desde nuevas perspectivas.

Patricia Labrador
 |   | 19/04/2024

Han escrito novelas históricas sobre la Guerra Civil española y sus consecuencias, han conciliado -como han podido- su faceta de escritor con su vida, y han demostrado que nuestra historia reciente puede y debe inspirar a las generaciones más jóvenes.
Revisitamos con David Uclés (Jaén, 1990), Carmen Clara Balmaseda (Badajoz, 1995) y Laura Andreu (Torrevieja, 1997) algunos los algunos lugares clave para entender por qué les ha cautivado este episodio histórico.

Guerra Civil y realismo mágico

Podríamos afirmar sin rubor que se ha publicado quizá demasiado sobre la Guerra Civil. Hasta Isaac Rosa tituló una de sus obras como ¡Otra maldita novela sobre la Guerra Civil!. Pero Uclés ha conseguido darle una inesperada vuelta a la tuerca. Ha regalado al relato de sus antepasados un halo de realismo mágico que hace que la historia sea novedosa y potente en lo narrativo.
David Uclés: "Yo soy bisnieto de la guerra, puedo acercarme al conflicto desde un estilo creativo más libre"
Su novela se centra en los estragos de la guerra que se llevó por delante, como un cruento tsunami, linajes enteros, como el de Odisto, el protagonista. El resultado es La península de las casas vacías (Siruela, 2024), título que describe con destreza y lirismo el panorama de hambre, destrucción y desolación que aborda su libro.

Nos citamos con el autor en el lugar de la madrileña Plaza Mayor, donde se tomó la mítica foto del 'No pasarán' en plena guerra y con la ciudad asediada. Noventa años después toca hablar de la gesta de este joven escritor que celebró hasta en cinco ocasiones haber terminado el manuscrito. Un texto que le llevó quince años terminar.

 "Yo soy bisnieto de la guerra, entonces creo que mi generación puede acercarse al conflicto desde un estilo creativo más libre sin esa mochila que pesa, sin esa ley del silencio que se instauró, apunta.
 "Creo que es positivo porque se ha narrado desde una óptica muy polarizada o con mucho miedo".

Homosexualidad, culpa y remordimientos.

De miedo y represalias tienen mucho que decir los protagonistas de Donde se queman los hombres (AdN, 2024). La obra de Carmen Clara Balmaseda aborda la investigación que Miguel Expósito inicia sobre el asesinato de su hermano. Casi en clave de thriller, le permite reconstruir la vida de su familiar: los problemas que tuvo que enfrentar a causa de su homosexualidad, sus andanzas en el mundo militar y su huida de su pueblo natal.
"Quería escribir una novela sobre la culpa y los remordimientos. Pensé que la guerra podía ser un buen punto de partida, los protagonistas son soldados legionarios que lucharon en la denominada 'Matanza de Badajoz' a las órdenes del general franquista Juan Yagüe ", relata la autora.

Carmen Clara Balmaseda: "Quería escribir una novela sobre la culpa y los remordimientos, y la guerra era un buen punto de partida"
El título de la novela, Donde se queman los hombres, lo encontró cuando en el proceso de documentación se topó con la historia del poeta judío-alemán Heinrich Heine. En 1820 pronunció unas palabras que resultaron proféticas en la posterior Alemania nazi: "Allá donde ardan los libros, se quemará también a los hombres".
Nos hemos citado en la Real Casa de Correos de Madrid. El edificio que tiene el reloj más famoso de España, que es testigo del cambio de año, fue también un signo de la tortura y represión franquista más reaccionaria hasta bien entrados los ochenta. Todavía se pueden ver a ras de suelo los barrotes de los calabozos donde se encarcelaba a gays y lesbianas, perseguidos por la 'Ley de vagos y maleantes'.

"No necesariamente hay que irse a la homosexualidad, todos tenemos secretos que queremos esconder, todos tenemos miedo al qué dirán, a decepcionar a nuestros seres queridos", afirma Balmaseda, reconociendo sentirse identificada con su protagonista, Gonzalo:

  "Yo estaba escribiendo sobre cómo se mete en el ejército porque es lo que sus padres esperan de él, sobre cómo se tiene que casar porque es el hijo de un teniente coronel de la Guardia Civil. Claro, Gonzalo no puede ser homosexual. Y pensé que su historia es la de todos; porque todos, en algún momento, no nos hemos atrevido a ser nosotros mismos por miedo a decepcionar a los demás".

La guerra en femenino

Si hay un homosexual que retrata la Guerra Civil con nombre y apellidos ese es Federico García Lorca. Es uno de los personajes de Mi Bárbara (Contraluz, 2024), la novela de Laura Andreu. " Lorca es una presencia constante en la novela, es un personaje central, un amigo cercano de la protagonista, y la novela es también una forma de retratarlo a él como persona más allá del personaje histórico", revela la autora.

Laura Andreu: "La novela está contada desde la perspectiva de una mujer y reivindica su voz en el conflicto"
Quedamos con ella en la sede del Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona, cuyo patio de inspiración andaluza evoca esa Andalucía marcada por el caciquismo y los negocios sucios de las boyantes industrias azucareras que dibuja su novela.
La novela transcurre en la Granada anterior y posterior a la Guerra, y la protagonista es una médica huérfana que no quiso el conflicto. "Está contada desde la perspectiva de una mujer y reivindica esa voz de las mujeres que no subvirtieron sus roles de género", apunta Andreu. "Es una novela antibélica, habla de la guerra pero desde una perspectiva profundamente critica con el suceso en sí". Con su ficción construye un emotivo homenaje a las víctimas, sin importar el bando al que pertenecieran.

Jóvenes y memoria histórica

Los tres coinciden en radiografiar a las nuevas generaciones como aletargados por las pantallas. Carmen Clara Balmaseda es profesora de instituto y lo ve en sus alumnos. "Estamos ahora en la época de la inmediatez, y lo que un alumno no pueda ver en un video de un minuto de TikTok tiende a cansarles y pierden el interés en ello", asegura. "Pregunté el otro día en clase que si sabían lo que era la Guerra Civil y me dijeron que lo de Hitler".

Carmen Clara Balmaseda: "Pregunté el otro día en clase que si sabían lo que era la Guerra Civil y me dijeron que lo de Hitler"
También Laura Andreu señala esa desafección por la historia que percibe en los más jóvenes. "Les diría que es importante prestar atención a lo que nos rodea, lo que sucede, aunque parezca que nos queda lejos tiene su reflejo en la sociedad de hoy", asegura. Y eso, a juicio de la profesora y escritora Carmen Clara Balmaseda quizá nos aleja de un temido escenario guerra civilista casi un siglo después. "Quizá estamos más tranquilos viendo el Instagram, quejándonos por Twitter, que iniciando una guerra civil de verdad".
David Uclés se muestra algo más pesimista: "Vamos un poco hacia el precipicio otra vez". Y señala los coqueteos que observa entre los más jóvenes y los partidos de extrema derecha. "La Guerra Civil no se puede dar en dos páginas de los libros de texto. Con una educación fuerte los jóvenes serían más conscientes de lo que ocurrió. El otro día me encontré con un grupo de 50 personas menores de edad cantando el 'Cara al sol", cuenta con gesto de preocupación.
Los tres autores han vivido en primera persona un proceso de documentación que ha pasado por desplazarse a los lugares donde ocurrieron los hechos históricos, buscando el testimonio de quienes lo vivieron o escucharon a sus padres hablar de los estragos del conflicto. "He intentado dar mucha voz a las mujeres que sufrieron la guerra, no solo intelectuales sino también a esas madres de familias que fueron quienes levantaron luego el país porque los hombres habían muerto en la guerra", señala Uclés.
En el caso de Carmen Clara Balmaseda, reconoce que para ahondar en acontecimientos traumáticos como la matanza de Badajoz tuvo que acudir a las crónicas de periodistas portugueses. "No hubo consenso entre historiadores sobre lo que ocurrió", reconoce. Y coinciden en que han observado incomodidad en algunas personas a la hora de abordar la guerra desde la perspectiva más humana. "Tenemos que asumir con mayor naturalidad ese pasado tan traumático que tenemos", proclama Laura Andreu.

Y a eso se dedican las tres obras, a construir desde esta joven generación de escritores con futuro literario un homenaje al pasado y una llamada urgente a la memoria colectiva. Porque como dijo Almudena Grandes: 
"Es un error pensar que la memoria tiene que ver solo con el pasado. Tiene que ver con el presente y con el futuro; si no sabemos de dónde venimos no podremos saber quiénes no queremos ser".

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