Archibasílica de San Juan de Letrán. |
Heráldica catalana |
Jordi Pujol Como entrada de hoy se proponen las armas diseñadas para el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Molt Honorable Senyor Jordi Pujol. Se trata de un escudo de oro con cuatro palos de gules, sobre el todo, un monte de sinople moviente de la punta sumado de un bastón de peregrino con calabaza de azur, acompañado en jefe de dos roques de plata. Son armas parlante, pues un “pujol” es, en catalán, una colina. Tanto los roques como el bastón son los muebles del escudo de Queralbs, lugar de veraneo de la familia Pujol. Por otro lado, el bastón en la cima del monte simboliza dos cosas: la afición del ex presidente por la montaña y las excursiones y la fe católica que profesa. El campo de oro con cuatro palos de gules simboliza la presidencia de la Generalitat |
Josep Tarradellas Molt Honorable Senyor Marqués de Tarradellas. Se trata de un escudo partido: primero de oro, cuatro palos de gules, escusón en forma de “escudo cívico” de plata con una cruz plena de gules; segundo de oro, cuatro palos de gules, escusón en forma de escudo francés de gules, un relicario de oro; el pie de sinople, un racimo de uvas de oro. Jefe general de oro, un ciervo de azur. El primer cuartel carga las armas de la Diputación de Barcelona, al haber sido don Josep Tarradellas su presidente. El segundo cuartel lleva el campo de oro con cuatro palos de gules simbolizando la presidencia de la Generalitat. El escusón son las armas de Saint-Martin-le-Beau, desde donde, exiliado, ejerció la mayor parte de dicha presidencia. El jefe carga las armas del pueblo de Cervelló, de donde era originario el ex presidente. La corona de marqués por el marquesado de Tarradellas que le concedió S. M. el Rey don Juan Carlos el 24 de julio de 1986. |
Se trata de un escudo partido de plata y azur. Resaltando sobre el todo, una rueda de timón del uno en el otro. El jefe general de oro, cuatro palos de gules. El escusón de sable, un mas de oro; bordura de oro con la divisa “PUNY FERM, COR CALENT, CAP FRED, PEUS A TERRA” (puño firme, corazón caliente, cabeza fría, pies en el suelo), en letras de sable. El motivo del diseño es el siguiente: durante la reciente campaña electoral, se dio a conocer una especie de lema que rige la vida del President Mas. Se trata del expuesto más arriba, que se encuentra grabado el una rueda de timón que fue del bisabuelo del President: el capitán Artur Mas i Reig. El propio timón y la divisa inscrita en él, se convirtieron en una suerte de símbolo, de mensaje electoral. Artur Mas llevaría el timón de Cataluña -siguiendo la lema de su bisabuelo- hasta buen puerto, capeando temporales económicos y arrecifes financieros. Tanto es así que el timón está ahora colgado en el despacho del President. Para recordárselo cada día. El plata y el azur son los esmaltes escogidos al ser los principales del escudo de Vilassar de Mar, de donde son originarios los Mas. El jefe de oro con cuatro palos de gules, por ser presidente de la Generalitat. El escusón de sable con la masía de oro, es parlante del linaje de don Artur. Los esmaltes no tienen simbolismo. Estética pura y dura. Por último, y como me hacía gracia incluir el lema familiar de los Mas en el escudo, lo coloqué en una bordura de oro, aunque no es habitual encontrar borduras escritas en la heráldica catalana. Por timbre, yelmo de noble, ya que creo que el cargo les ennoblece. Aunque ya no lo ostenten. |
José Montilla Molt Honorable Senyor don José Montilla. Se trata de un escudo partido de plata y sinople, pie general ondado de azur con dos fajas ondadas de plata sumado de un monte flordelisado de oro con cuatro palos de gules cargado de un cuerno de caza de azur, cordado de sable. El motivo de los esmaltes no es otro que el de simbolizar los orígenes del presidente adoptando los colores propios de la bandera andaluza. He optado por hacer unas armas parlantes jugando con el apellido Montilla al dividirlo en dos partes: Mont- e –illa. De esta forma tenemos un monte (Mont-), simbolizado por el monte flordelisado; que forma una isla (-illa), sobre del pie de azur con dos fajas ondadas de plata. El monte lleva los palos catalanes como símbolo de la presidencia de la Generalitat, y está cargado con el cuerno de caza al ser éste el mueble principal del escudo de Cornellà de Llobregat, municipio del que don José Montilla fue alcalde. |
Don Pascual Maragall. Se trata de un escudo cuartelado: primero y cuarto de sable, una corona de espinas de oro; segundo y tercero cuartelados: primero y cuarto de plata, cruz plena de gules, segundo y tercero de oro, cuatro palos de gules; en escusón de azur, un becerro de plata. El primer y cuarto cuarteles hacen referencia al famoso incidente ocurrido en un viaje oficial a Israel. Tras visitar el Santo Sepulcro, al ex presidente no se le ocurrió nada mejor que fotografiar a su entonces vicepresidente Carod-Rovira, bromeando con una corona de espinas de esas que se venden a los turistas. Obviamente, una broma de mal gusto que no sentó bien ni aquí, ni allí, ni en ningún sitio. Don Pascual Maragall también fue alcalde de Barcelona, por lo que he creído conveniente representarlo en su escudo, en los cuarteles segundo y tercero. El escusón de azur con el becerro de plata hace referencia a que el ex presidente es nieto del insigne poeta Joan Maragall i Gorina Joan Maragall. (Barcelona, 1860 - 1911) Poeta español en lengua catalana. Durante su juventud se debatió entre su vocación literaria y la carrera de derecho a la que parecía destinado, en gran parte debido a las presiones familiares. Escribió sus primeros versos, en castellano y catalán, durante sus estudios de derecho, al mismo tiempo que realizó diversas traducciones, sobre todo de Goethe, que ejerció en él una gran influencia. En 1894 ganó los Jocs Florals con una composición que se hizo muy popular, La sardana, y un año después apareció su primer volumen poético, Poesías (Poesies, 1895), que incluía uno de sus más célebres poemas, La vaca ciega (La vaca cega). En sus artículos publicados en el Diario de Barcelona llevó a cabo una crítica constante de la sociedad burguesa catalana, en un complicado equilibrio entre su anticonvencionalismo romántico y su conciencia de los problemas y la realidad del país. El desastre colonial de 1898 le impulsó por corrientes afines a las de la Generación del 98, manteniendo a partir de 1900 una intensa relación epistolar con Miguel de Unamuno. Su Elogio de la palabra (Elogi de la paraula, 1903) propone una concepción de la poesía de raíz romántica y basada en la inspiración y la espontaneidad. En Visiones y cantos (Visions i cants, 1900) aparece el comienzo de su poema extenso El conde Arnau (El comte Arnau), de tema legendario con reminiscencias del Fausto de Goethe, que significó su consagración y por el que, a la muerte de Jacint Verdaguer en 1902, fue declarado su heredero y el mayor poeta en lengua catalana. En 1909, frente a los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, volvió a intentar una mediación en el conflicto abierto en la sociedad, convertido ya en una figura reconocida y respetada por todos, en su artículo La iglesia quemada. Alejado desde entonces de cualquier actividad pública, e incapaz de comprender las nuevas corrientes vanguardistas, Joan Maragall publicó su último libro en vida, Secuencias (Seqüències, 1911). Póstumamente apareció Nausica (1913). Joan Maragall i Gorina. Biografía Maragall i Gorina, Joan. Barcelona, 10.X.1860 – 20.XII.1911. Escritor, director de periódico, poeta. Joan Maragall i Gorina es el hijo menor y único varón del matrimonio de Joseph Maragall i Vilarosal y de Rosa Gorina i Folch, que contaban ya con tres hijas. El padre poseía una industria textil, instalada en los bajos de su vivienda, en la calle Jaime Giralt, n.º 4, de Barcelona. A pesar de su delicada salud, el pequeño Joan gozó de una infancia feliz en un ambiente familiar en el que estuvo rodeado del cariño y atención de sus padres y hermanas. En 1867 inició la primera enseñanza en el “Collegi del senyor Micolau”, en la calle de Calderers. Cursó después el bachillerato en el colegio de San Isidoro, situado en la calle de los Arcs, en el que destacó como alumno aplicado y brillante, apasionado por la lectura y con una notable sensibilidad para la música (siguió clases de Piano) y la poesía. Desde niño había sentido, además, una especial atracción por lo religioso, como consta en sus Notes Autobiogràfiques (“quan anaba a missa o asistía a alguna solemnitat religiosa, me quedava encantat davant les magnificències del culte”), en las que evoca con nostalgia el fervor con el que era capaz de anegarse en el “sentiment inmens de la presència de Deu” (Maragall: Obres Completes [O. C.], I, 1960: 849-850). Terminado el bachillerato en 1874, el padre le encomendó un trabajo en el despacho de la fábrica. El joven Joan acató los deseos del progenitor, aunque vivía una etapa de rebeldía interior al ver contrariadas sus aspiraciones culturales y su “passió per la poesía” (O. C., I, 852). Aprovechaba momentos libres para la lectura y la creación literaria. Sus primeros poemas conocidos (“Al veure’t l’anima entera”, “Quan t’acostes on jo soc” y “El barret de copa”) aparecen en la revista Lo Nunci (22 de septiembre de 1878 y 9 de febrero de 1879). De esta época son también cuatro poemas de “innegable inspiración becqueriana” y los únicos versos en castellano que se conocen de él (Marfany, 1986: 192). En 1879 el padre se avino a que Joan dejase la fábrica para estudiar la carrera de Derecho, en la que el joven veía una salida para sus inquietudes literarias. En octubre de ese año ingresó en la Universidad y se sintió feliz en el nuevo ambiente estudiantil (O. C., I, 853). Comenzó a interesarse por la literatura catalana y estudió alemán para poder leer en dicha lengua sus autores preferidos, especialmente Goethe: “Los autores alemanes me han seducido por completo [...] Goethe es mi poeta [...] me vuelvo a entregar en cuerpo y alma al Werther” (O. C., I: 971- 972). En 1881 se presentó al certamen de los Juegos Florales de Badalona y obtuvo la Flor Natural con un poema inspirado en el Fausto de Goethe (“Dins sa cambra”), donde recrea, en un contexto catalán, la visita de Fausto a Margarita en su cámara. En 1883 escribe “Or de llei”, de tema patriótico, en el que aparece ya una primera referencia a la unidad ibérica, tema al que dedicará más tarde su “Himne ibèric”. En 1884 terminó la licenciatura en Derecho. La difícil situación por la que pasaba entonces el negocio familiar empujó al joven abogado a comprometerse por todos los medios a salvar la empresa. Gracias a sus gestiones, se logró superar la crisis y consolidar una situación económica “ventajosa” (Comas, 1984: 15). En 1885 comenzó a escribir sus Notes autobiogràfiques, de gran utilidad para conocer su evolución personal y literaria. En 1886 entró como socio en el Ateneo de Barcelona, frecuentaba el Teatro del Liceo y participaba en las tertulias de L’Avenc, donde se reunían intelectuales y artistas de las nuevas tendencias. El 30 de abril de 1888 publicó en la Ilustració Catalana “L’Oda Infinita”, en la que aparece ya su concepción de la poesía no como un artificio sino como fruto de la inspiración, por la que el “poeta extasiat” descubre el sentido de “la ignota meravella” de la vida. En enero de 1890 comenzó a trabajar en el despacho del abogado Brugada. En octubre se incorporó a la redacción del Diario de Barcelona como secretario de su director, Joan Mañé i Flaquer, que sería para Maragall un amigo y un sabio “conductor”, que le estimulará en su trabajo periodístico y literario, contrastando sus percepciones “subjetivistas” con la realidad (G. Maragall i Noble, 1998: 67-68). Pronto abandonó el despacho de abogados para dedicarse íntegramente a la prensa y a la creación poética. En 1891, el 27 de diciembre, se casó con Clara Noble, hija de una acaudalada familia anglo-andaluza, más joven que él, en la que encontró el seguro “port” al que “sempre retorna” la nave del poeta, como proclama en sus versos de “L’esposa parla”. El día de la boda, los amigos (Josep Yxart, Joan Sardá, etc.) le regalaron la edición de cien ejemplares de un libro en el que se recogen los poemas conocidos de Maragall y algunas de sus traducciones. Ese mismo año tradujo al catalán las Elegías romanas de Goethe, parte de las cuales se publicaron en la Ilustració Catalana (31 de julio de 1890), y los Epigramas venecianos, que aparecieron en L’Avenç entre agosto de 1891 y marzo de 1892. El poeta alemán le va a influir en el gusto por el ritmo solemne y la elegancia del verso, que Maragall trata de reproducir en el endecasílabo blanco, de acuerdo con la tradición europea y castellana de considerar este metro como verso noble de clásica resonancia. La publicación de “La vaca cega” en L’Avenç en 1893, texto antológico por su calidad estética y trasfondo moral, consagró a Maragall como poeta, cuya fama trascendió ya el ámbito catalán: se destacan como rasgos de su poesía la ausencia de “énfasis retórico”, la “serenidad de ánimo aunada con la pasión amorosa y el hondo sentimiento de la naturaleza” (Blanco García, 1894: 172). Ese mismo año fue elegido miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, ciudad en la que por esas fechas surgió una realidad inquietante, el terrorismo anarquista, primero con el atentado contra el general Martínez Campos, y después en el Liceo, durante la representación de Guillermo Tell, a la que asistía Maragall con su familia. Al volver a casa, escribió “Paternal” (“Furient va esclatant l’odi per la terra...”), poema en el que deja constancia de tan triste fecha: “Tornant del Liceu en la nit del 7 de novembre de 1893”. En 1894 consiguió la “Englantina” en los “Jocs Florals” de Barcelona con su poema “La sardana” (“...es la dansa sencera d’un poble / que estima i avança donant-se les mans”). En 1895 publicó su primer libro de poemas (Poesies), editado por L’Avenç y recibido con grandes elogios por la crítica, que destacaba igualmente la naturalidad y sinceridad expresivas (“Era el parlar corrent de Barcelona, però dignificat, transformat en materia poética”, dirá J. Pijoan, 1927: 42) y el sentimiento de la naturaleza. En algunos poemas de “Claror” (“Enviant flors” y “Donant les joies”), se advierte la influencia del modernismo (Terry, 1963: 43-44). Otros críticos perciben un influjo del simbolismo y una sensibilidad decadentista en poemas que se remontan a Pirinenques (1892), en los que se nota un tono de melancolía en la presencia frecuente de la luz crepuscular, los colores apagados, la niebla, típica del paisaje simbolista, etc. (Marfany, 1986: 203-204). En sus artículos de prensa, Maragall informaba a sus lectores sobre las nuevas corrientes literarias y sobre la evolución de la cultura europea de fin de siglo en sus escritores más representativos: Nietzsche, Ibsen, Ruskin, Maeterlink, Carlyle, Tolstoi, etc. Aunque en el aspecto político-social mantuvo, por su pertenencia a la burguesía, una posición conservadora (concebía el socialismo como un peligro, era contrario a la dimensión laica y anticlerical de la Tercera República, etc.), el pensamiento de Ibsen y de Nietzsche le ayudaron a descubrir las contradicciones de esa ideología conservadora. En 1895 formó parte, como secretario, de la nueva junta catalanista del Ateneo. Desde su juventud se había sentido ligado a la defensa de la lengua y cultura catalanas, sin embargo, en el aspecto político, en los escasos artículos de prensa referidos al tema regional, a la vez que se mostraba partidario de la descentralización, se apartó de la versión tradicionalista del regionalismo, convencido de que si éste “quiere ser un germen viable y fecundo no debe vivir del pasado más que lo necesario para que las regiones sientan su individualidad, su carácter, su genio y aptitudes” (O. C., I: 352). No obstante, a partir de ahora, como poeta, dedicó buena parte de su obra “entre 1895 i 1900 a l’elaboració d’una mitología i una simbologia nacionalistas” (Marfany, 1896: 208-209). En 1896 ganó la “Viola d’or i plat” en los Juegos Florales de Barcelona. En 1897 comenzó a publicar sus memorables artículos sobre la crisis de Cuba, en los que Unamuno descubrirá un “hondo patriotismo español” (Corredor, 1960: 183). En el titulado El problema cubano (28 de noviembre de 1897), basándose en el informe del ingeniero bilbaíno P. de Azaola, advertía del enorme error de empeñarse en mantener “una colonia”, que ni era viable concediendo la autonomía (lo que deseaban los rebeldes era “la independencia”, y los autonomistas “la explotación de la metrópoli por la colonia”) ni continuando una guerra, que se ha convertido en “crónica e ilimitada”. Por lo que consideraba razonable “la evacuación de la isla en la forma y términos en que a España convenga hacerlo” (O. C., II: 522-524). En La escuadra que va a Filipinas (17 de junio de 1898) describe la “fiebre de guerra” desencadenada en el país tras el desastre de Cavite, y las expectativas que un pueblo desinformado tenía puestas en la escuadra del “desquite” y de la “esperanza” (O. C., II: 557-559). En La escuadra del Almirante Cervera (17 de enero de 1900) denuncia (comentando el libro estremecedor de V. M. Concas, que fue comandante del crucero María Teresa y sobrevivió al desastre) las condiciones en las que se produjo la destrucción de la escuadra en Cuba, que, contra el parecer del almirante y de su Estado Mayor, fue enviada “al sacrificio” con armamento y municiones en mal estado y que fue aniquilada al cumplir órdenes de salir del puerto de Santiago. Maragall lamenta el sopor (“duermen los políticos”) de éstos y de la opinión pública “torpemente hipnotizada” ante el desastre (O. C., II, 590-595) y la postración enfermiza del país, cuyas causas había señalado ya en un artículo anterior, El discurso de Lord Salisbury (18.V.1898): “la desorganización, la pobreza, la falta de grandes hombres, el desgobierno, la corrupción administrativa” (O. C., II, 555). El 10 de diciembre se firmó el Tratado de París por el que España cede Puerto Rico y Filipinas a Estados Unidos y renunciaba a la soberanía sobre Cuba. En este contexto escribió Maragall su Oda a Espanya, en la que le pedía que, dejando aventuras y glorias pasadas (“Massa pensaves en ton honor / i massa poc en el teu viure: / trágica duies a mort els fils”), piense en la vida y se convierta en una madre “fecunda, alegre y viva”. La reacción que se produjo en algunos intelectuales y escritores jóvenes españoles ante dicho desastre alentó la esperanza de Maragall. Uno de esos intelectuales era Unamuno, que desde 1896 estaba en contacto con un grupo de escritores catalanes, amigos de Maragall: P. Coromines, J. Brossa (en cuya revista Ciencia Social escribió el escritor vasco en 1896), Soler i Miquel, J. Pérez Jorba, etc. Este último, en una carta a Unamuno en abril de 1898, le informaba sobre la obra y la personalidad poética de Maragall: “Esperit cristiá i pagà, a quina formació intellectual hi ha contribuit quasi exclusivamente en Goethe i en Nietzsche, manifesta el seu carácter en un sensualismo metafísic i en misticismo humá, en una aspiració fervent dels sentits cap a lo etern i en una religió filosófica de la Vida” (A. Sotelo, 2006: 14). Unamuno leyó entonces los poemas de Maragall y éste un ensayo de aquél, En torno al casticismo, que le impresionó por la profundidad con que definía el alma castellana, latente en “la intrahistoria del poble espanyol”, del que Maragall esperaba que surjiera la reacción contra el “marasmo” que asfixiaba al país. Esta lectura le hizo pensar que “Espanya està per descubrir i sols la descubriran els espanyols europeizats” (Corredor, 1960: 183 y 187). Entre éstos, figuran dos jóvenes escritores en cuyos libros (Alma castellana y Diario de un enfermo, de J. Martínez Ruiz, y Vidas sombrías y La casa de Aizgorri, de Baroja) constata un rigor, sobriedad y sinceridad peculiares del alma castellana y olvidados por la “retórica dominante”, a excepción de Galdós. En su artículo “La joven escuela castellana”, destaca la aparición de esa nueva generación de escritores que, en libros, periódicos y revistas demuestran poseer “ojos penetrantes para ver lo que pasa en el mundo [...]; brazos fuertes para sujetar el ideal y conducirlo por el camino propio” (O. C., II, 151). Por otra parte, su encuentro con F. Giner de los Ríos (con el que le unirá una gran amistad) y los hombres de la Institución Libre de Enseñanza le llevó a creer que la regeneración española contaba con un soporte fundamental: la educación. En 1900 Unamuno envió su obra Tres ensayos a Maragall; se inició así un intercambio epistolar, que dio paso a una sólida amistad, basada en una sintonía espiritual y en unos ideales compartidos. Les unía un mismo interés por renovar la vida y cultura catalana y española y un deseo de promover un mutuo conocimiento, que, según Unamuno, “es el modo de quererse y de integrarse al cabo” (C. Bastons, 2006: 41). En segundo lugar, una concepción similar de la poesía (compartían el gusto por ciertos poetas europeos: Goethe, Novalis, Leopardi, Carducci, etc.), una visión trascendente del sentimiento de la belleza, un anhelo de conservar las realidades hermosas de este mundo más allá de la muerte, y un afán por dar realidad y vida a las criaturas poéticas: Augusto Pérez (Niebla) Adalaisa y el conde en El conte Arnau. Compartían también el ideal de la unidad ibérica y el objetivo de conectar España con Europa. En 1900 publicó su segundo libro de poemas (Visions i cants) en L’Avenc, que incluyó textos tan significativos para la indagación de mitos autóctonos y rasgos culturales de la identidad nacional catalana como “La fi d’en Serrallonga”, “El comte Arnau”, “La sardana”, “El cant de la senyera”, etc. En este libro, destaca por su perfección estética y contenido el “Cant espiritual”, considerado como “una de la más altas cumbres de la lírica española de todos los tiempos” (Laín Entralgo, 1960: 19). En octubre de ese año viajó a Madrid, donde se encontró con Giner de los Ríos, Azorín, Díez Canedo, Martínez Sierra, etc. Visitó Toledo y el Escorial. Este año murió su padre, y en 1901 J. Mañé i Flaquer, a los que dedicó un emotivo recuerdo. En abril de 1903 dejó El Diario de Barcelona por discrepancias con la dirección. En julio fue elegido presidente del Ateneo de Barcelona y el 15 de octubre pronunció el discurso inaugural del curso, Elogi de la paraula, acogido con grandes elogios en los ambientes literarios. En 1904 apareció su tercer libro: Les disperses. Poesies originals i traduccions de Goethe. Curiosamente, en esta época se distanció de la poesía de Goethe (por faltarle “fonda emoció estètica de la vida florint en verb”, que es en lo que consiste para él la verdadera poesía) y se interesó por Novalis, cuyos Himnos de la Noche traducirá al catalán (O. C., I, 1019 y 1038). En 1905 Prat de la Riba y Cambó le propusieron participar en la candidatura a diputado por la Lliga Regionalista, propuesta que no aceptó por mantener su independencia frente a los partidos. Sin embargo, en 1906 apoyó la formación de “Solidaridad catalana”, que concordaba con su ideal de unión de todos para salvaguardar los intereses superiores de Cataluña. Ese año se celebró el “Primer Congrés Internacional de la Llengua Catalana”, en el que intervino Maragall, que publicó por esas fechas su cuarto libro de poemas, Enllá, con el que obtuvo el premio Fastenrath en los Juegos Florales de 1910 (A. Comas, 1984: 26). En 1907 ocurrieron tres acontecimientos relevantes para las letras catalanas: se inauguró el “Institut d’Estudis Catalans”, Eugeni D’Ors inició el Glosari en La Veu de Catalunya y Josep Carner publicó su libro de poemas Els fruits saborosos, que marcó el nacimiento de la poesía catalana contemporánea y un distanciamiento de la poética de Maragall. Éste comenzó a colaborar en El Imparcial de Madrid y en 1908 lo hizo en la revista La Lectura. En dicho año, D’Ors y Maragall entablaron un debate sobre el concepto de ciudad y sociedad civil, sobre el que el primero venía escribiendo en su Glosari y al que Maragall se referirá en varios artículos y en su Oda a Barcelona. D’Ors deseaba contribuir con sus glosas a la “vertebración” del espíritu ciudadano a través de una campaña cultural y cívica (“una Kulturkampf, llevada por la vía de la restitución autónoma de las instituciones ciudadanas, generadoras de instituciones de cultura”, según E. Trías), que pudiera organizar el fuerte desarrollo demográfico y urbanístico de Barcelona, incorporando la masa de emigrados y las poblaciones vecinas (Trías, 1985: 206). Para Maragall, este concepto colonizador de la ciudad era una “abstracción” que contrastaba con la realidad viva y compleja de Barcelona, concepto en el que estaba ausente el “amor” solidario que permitiera superar el odio de clases. Los acontecimientos de la Semana Trágica en julio de 1909 (huelga general que terminó en insurrección, quema de iglesias y conventos, represión y condenas a muerte; J. Benet, 1966: 28 y ss.) confirman que el concepto de “ciudad ideal” de D’Ors no se aviene con el caos de la “ciudad real”, del que emerge la “turba” protagonista de la “revuelta” (Trías, 1985: 212-213). El poeta, que estaba pasando el verano en Caldetes, al volver a Barcelona sintió una profunda tristeza al contemplar tanto destrozo y edificios religiosos incendiados. Su reflexión pública apareció en tres artículos: en el primero, ¡Ah, Barcelona! (La Veu de Catalunya, 1 de octubre de 1909) pedía a los barceloneses que no buscasen un chivo expiatorio (“No me vengáis con aquello de que los que hacen el mal son los forasteros”) y asumieran su responsabilidad en lo ocurrido, al no oponerse al deterioro de la convivencia con valentía y con “amor”. Ante las condenas y fusilamientos llevados a cabo en el mes de agosto, Maragall envió cartas a Cambó y al gobernador Ossorio y Gallardo, pidiendo su mediación ante el Gobierno para parar las ejecuciones (Benet, 1966: 137). El 9 de septiembre se reunió el Consejo de Guerra para juzgar al anarquista Ferrer. Maragall escribió el día 10 un segundo artículo, La ciutat del perdó, en el que se enfrentaba a los “bienpensantes” (que, por cobardía, no arriesgaron su vida “al pie de una barricada o en la puerta de una iglesia” y ahora exigen castigo inmisericorde) y abogaba por el indulto de Ferrer. Sólo el amor y el perdón podrá redimir a la ciudad: “Id a pedir perdón para ellos a la justicia humana, que será tanto como pedirla para vosotros a la divina, ante la cual sois tal vez más culpables que ellos” (Benet, 1966: 142). A este artículo, que no fue publicado, al parecer, por un compromiso de Prat de la Riba con el gobierno de Maura (Comas, 1984: 30), siguió el de La iglesia cremada (La Veu de Catalunya, 18 de diciembre de 1909), que impresionó por su hondura religiosa y solidaridad evangélica con “los pobres, los oprimidos, los desesperados” (Benet, 1966: 184- 193). Finalmente, en la Oda nova a Barcelona, junto al elogio de su belleza (“Tens aquesta rambla que és una hermosura”), reprochaba sus pasadas discordias, que no impedían el gran amor del poeta: “Tal com ests, tal te vull, ciutat mala /[...] / Barcelona nostra! la gran encisera!”. En 1910 tradujo al catalán los Himnos Homéricos y la Olímpica I de Píndaro (ese año terminó la “tragèdia clasica” Nausica, basada en la Odisea) y volvió a la redacción de sus Notes Autobiogràfiques. En 1911 fue elegido miembro del Institut d’Estudis Catalans, publicó su quinto libro de poemas, Seqüences, y escribió la última parte de El Comte Arnau. En noviembre cayó enfermo; el pintor Pahissa le hizo un retrato los días 27 y 28. La enfermedad se agravó: el 17 de diciembre recibió el viático y el 18 la extremaunción. En la madrugada del día 20, rodeado del amor de su mujer y sus trece hijos, “moria cristianament” (Maragall i Noble, 1998: 189) el más grande poeta catalán del siglo xix al xx. Por su bondad excepcional y “honestidad insobornable” (A. Comas, 38), por su criterio independiente y conciliador “sempre orientat vers un ideal de noblesa y justicia” (Pla, 1981: 15), “consiguió mantenerse por encima de las luchas y resentimientos de la política catalana y rehuyó ser presentado y considerado como hombre de partido. Era un poeta [...] quien sabe si un profeta” (Benet, 1966: 84). Como escritor, ocupa un puesto relevante en la historia de la literatura española, tal como subrayó Unamuno en un merecido panegírico: “España acaba de perder a su más grande poeta contemporáneo, al que más dentro llegó de sus entrañas. Y llegó a las comunes entrañas ibéricas a través del alma de su Cataluña. A fuerza de catalán era honda, íntima, entrañablemente español” (Bastons, 2006: 145). Obras de ~: Poesies, Barcelona, Tipografia L’Avenç, 1895; Goethe, Ifigenia a Tàurida, trad. de ~, Barcelona, Tipografia L’Avenç, 1898; Visions & cants, Barcelona, Tipografia L’Avenç, 1900; Les disperses, Poesies originals i traduccions de Goethe, Barcelona, Publicaciò Joventut, 1904; De les reials jornades, Barcelona, Tipografia L’Avenç, 1904; La paraula, Barcelona, Ateneu Barcelonés, 1904; Artículos (1893-1903), Barcelona, Imprenta de Fidel Giró, 1904; Eridon i Amina. Pastorel·la, Barcelona, Ediciò Catalunya, 1904; Enllà. Poesies, Barcelona, Tipografia L’Avenç, 1906; La Margarideta, Barcelona, Tipografia L’Avenç, 1907 (Biblioteca Popular de L’Avenç); Novalis, Enric d’Ofterdingen, trad. de ~, Barcelona, Tipografia L’Avenç, 1907; Elogi de la poesia, Barcelona, Bartomeu Baixeras, editor, 1909; Goethe, Pensaments, trad. de ~, Barcelona, Tipografia L’Avenç, 1910; Seqüències, Poesies, Barcelona, Tipografia L’Avenç, 1911; Obres Completes. Edició definitiva, Barcelona, Ediciò dels Fills de Joan Maragall, 1929-1955, 25 vols.; Epistolario entre Miguel de Unamuno y Juan Maragall y sus escritos complementarios, Barcelona, Editar, 1951 (y en C. Bastons, Joan Maragall y Miguel de Unamuno. Una amistad paradigmática, Lérida, Editorial Milenio, 2006, págs. 51-133); Obres completes: I, Obra catalana. II, Obra castellana, Barcelona, Editorial Selecta, 1960; Obra poética, vers. bilingüe, introd. y notas de A. Comas y trad. de J. F. Vidal Jové, Madrid, Castalia, 1984, 2 vols. Bibl.: F. Blanco García, “La literatura catalana en el siglo xix”, en La literatura española en el siglo xix, Madrid, Sáenz de Jubera Hermanos, 1894; J. Pijoan, El meu don Joan Maragall, Barcelona, Llibreria Catalònia, 1927; P. Corominas, Del meu comerç amb Joan Maragall, Barcelona, Publicacions La Revista, 1935; E. d’Ors, “Signe de Joan Maragall en la història de la cultura”, prólogo a Epistolari III de Obres completes, ed. definitiva, 1936, vol. XXIII; M. Seharrima, Joan Maragall, Barcelona, Biblioteca Política de Catalunya, 1938; Azorín, “Aproximación a Maragall”, en Los vivos y los muertos, Barcelona, Ediciones Destino, 1946; J. Ferrater Mora, “El Cant Espiritual. Sentit d’un poema”, en El llibre del sentit, Santiago de Xile, El Pi de les Tres Branques, 1948; J. M.ª Sagarra, Mèmories, Barcelona, Editorial Aedos, 1954; J. Fuster, “Maragall i Unamuno, cara a cara”, en Les originalitats. Assaigs, Barcelona, Editorial Barcino, 1956; J. M. Corredor, Joan Maragall, Barcelona, Editorial Aedos, 1960; P. Laín Entralgo, “Pròleg”, en J. Maragall, Obres Completes, II, op. cit., 1960, págs. 13-31; A. Terry, La poesia de Joan Maragall, Barcelona, Editorial Barcino, 1963 (ed. Barcelona, Quaderns Crema, S. A., 2000); J. Benet, Maragall y la Semana Trágica, Madrid, Ediciones Península, 1966; E. Valentí i Fiol, “Juan Maragall, modernista y nietzscheano”, en Revista de Occidente, VI (1968); J. Pla, “Joan Maragall. Un assaig”, en Obres Completes, vol. X, Barcelona, Edicions Destino, 1981; A. Comas, “Introducción”, en Joan Maragall: Obra poética, I, op. cit., 1984, págs. 7-67; E. Trías, El pensamiento cívico de Joan Maragall, Barcelona, Ediciones Península, 1985; J. L. Marfany, “Joan Maragall”, en M. Riquer, A. Comas y J. Molas, Historia de la literatura catalana, vol. VIII, Barcelona, Ariel, 1986, págs. 187-246; J. A. Maragall i Noble, Joan Maragall. Esbós biogràfic a través de la seva obra (1971), Barcelona, Edicions 62, 1998; J. M. Valverde, “Para la incorporación completa de Maragall a la literatura española”, en J. M. Jauma, José María Valverde, lector de Joan Maragall, vol. 2 Barcelona, Editorial Claret, 2005, págs. 33-58; A. Sotelo, “Pólogo”, en C. Bastons, Joan Maragall y Miguel de Unamuno. Una amistad paradigmática, op. cit., 2006, págs. 11-18; M. de Unamuno, “En la muerte de Maragall” y “Leyendo a Maragall”, en C. Bastons, Joan Maragall y Miguel de Unamuno. Una amistad paradigmática, op. cit., 2006, págs. 144-169. |
Sello de la Orden de Carlos III. |
La Real y Distinguida Orden Española de Carlos III (anteriormente Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III). |
Antonio Olaguer Feliú y Heredia López y Domec o bien Antonio Olaguer y Feliú (Villafranca del Bierzo, 14 de octubre de 1742 - Madrid, 19 de mayo de 1813) era un militar, funcionario y gobernante español que ejerció como gobernador subordinado de Montevideo desde 1790 hasta que fuera designado en el cargo de sexto virrey del Río de la Plata desde 1797 hasta 1799. Escudo de Armas Escudo partido: 1.º cuartelado: I y IV, en campo de plata un monte de su color natural; II y III, en campo de gules, un roel ovalado de plata, orlado de ocho estrellas de plata, y 2.º, en campo de gules, cinco castillos de plata puestos en sotuer. El escudo se encuentra adornado con seis banderas y dos estandartes propios del rango de mariscal de campo que ostentaba y demás ornamentos (cañones, lanzas, alabarda, espada, etc) característico de su profesión de armas. En la parte superior porta un yelmo y el todo se encuentra timbrado con una corona de Mariscal de Campo. |
Benito Amilcare Andrea Mussolini (Predappio, 29 de julio de 1883-Giulino, 28 de abril de 1945), conocido como Benito Mussolini, fue un político, militar y dictador italiano, líder del Partido Nacional Fascista y del Partido Fascista Republicano; y presidente del Consejo de Ministros Reales de Italia desde 1922 hasta 1943. Posteriormente fue Duce —guía— de la República Social Italiana desde 1943 hasta 1945, año de su fusilamiento. Mussolini estableció un régimen totalitario durante el período conocido como fascismo italiano, bajo el beneplácito del rey Víctor Manuel III, hasta su colapso en la Segunda Guerra Mundial. |
Carlos María Cortezo y Prieto de Orche (Madrid, 1 de agosto de 1850-Madrid, 24 de agosto de 1933) fue un médico español que ejerció como ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y director general de Sanidad durante el reinado de Alfonso XIII. Por sus contribuciones médicas y políticas el rey Alfonso XIII le concedió el Toisón de oro, hecho extraordinario pues prácticamente está reservado en exclusiva para miembros de familias reales y jefes de Estado, Miembros de alta nobleza, y estadistas en 1931. |
María Teresa Fernández de la Vega Sanz (Valencia, 15 de junio de 1949) es una magistrada y política española, vinculada al Partido Socialista. Durante su carrera política, alcanzó la posición de vicepresidenta del Gobierno entre 2004 y 2010, durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, siendo la primera mujer en la historia de España en desempeñar el cargo. Al mismo tiempo, fue ministra de la Presidencia y portavoz del Gobierno. Tras abandonar la primera línea política en 2010, se incorporó al Consejo de Estado, y entre 2018 y 2022 presidió el órgano, siendo la primera mujer en hacerlo. Tras esto, continuó como presidenta de la Sección Séptima del órgano consultivo. Además de estos importantes cargos gubernamentales, ha ocupado otros como la titularidad de la Secretaría de Estado de Justicia entre 1994 y 1996, ha sido vocal del Consejo General del Poder Judicial, a propuesta del Senado, entre 1990 y 1994, y diputada a Cortes entre 1996 y 2010. |
Margarita Mariscal de Gante y Mirón (Madrid, 10 de enero de 1954) es una política y jurista española, que fue ministra de Justicia en el primer Gobierno de José María Aznar, siendo así la primera mujer que se ponía al frente de dicha cartera. |
Miklós Horthy de Nagybánya (castellanizado Nicolás Horthy; Kenderes, 18 de junio de 1868-Estoril, 9 de febrero de 1957) fue un noble, militar y político húngaro, que desempeñó el cargo de regente de Hungría desde el 1 de marzo de 1920 hasta el 15 de octubre de 1944. Durante esos años encabezó un régimen calificado como «sistema autocrático conservador» con algunos «elementos esenciales del fascismo». |
Viscount Gough of Goojerat in the Punjab and of the City of Limerick. Hugh Gough (Limerick; Irlanda, 3 de noviembre de 1779-Londres; Reino Unido, 2 de marzo de 1869) fue un mariscal de campo del Ejército Británico. Sirvió como Oficial subalterno en la conquista del Cabo de Buena Esperanza durante las Guerras revolucionarias francesas. Comandó el 2.º Batallón del Regimiento n.º 87 de Infantería durante la Guerra de la Independencia Española. Después de servir como comandante en jefe de las fuerzas británicas en China durante la Primera guerra del opio, se convirtió en comandante en jefe de la India y lideró a las fuerzas británicas en acción contra el Imperio maratha derrotándolos decisivamente al final de la Campaña Gwalior y luego comandó las tropas que derrotaron a los sijs durante la Primera guerra anglo-sij y la Segunda guerra anglo-sij. Crest 1st: a Boar's Head couped Or; 2nd: on a Mural Crown Argent a Lion passant guardant Or holding in the dexter paw two Flag Staves in bend sinister proper the one being the Union Flag of Great Britain and Ireland surmounting the other the staff thereof broken with a triangular Banner flowing therefrom to represent a Chinese Flag having thereon a Dragon and in an Escroll above the word "China"; 3rd: a Dexter Arm embowed in Facings of the 87th Regiment (Gules faced Vert) the hand grasping the Colour of the said Regiment displayed and a representation of a French Eagle reversed and depressed the staff broken proper in an Escroll above the word "Barossa". Escutcheon Quarterly: 1st and 4th, Gules on a Mount Vert a Lion passant guardant Or supporting with his dexter paw the Union Flag flowing to the sinister proper over the same in chief the words "China" and "India" in letters of gold; 2nd and 3rd, Azure on a Fess Argent between three Boars' Heads couped Or a Lion passant Gules in the centre chief point pendent from a Riband Argent fimbriated Azure a representation of the Badge of the Spanish Order of Charles III proper on a Chief within Battlements a Representation of the East Wall of the Fortress of Tarifa with a Breach between two Turrets the dexter Turret surmounted by the British Flag flying all proper. Supporters Dexter: a Lion reguardant Or gorged with an Eastern Crown Gules the rim inscribed with the word "Punjab" in letters of gold with Chain reflexed over the back also Gold; Sinister: a Chinese Dragon Or gorged with a Mural Crown Sable inscribed with the word "China" and chained Gold. Motto Above the centre Crest: Faugh a Ballagh (Clear the way); Below the shield: Goojerat. |
Josep Borrell Fontelles (Puebla de Segur, 24 de abril de 1947) es un político, ingeniero, economista, catedrático y diplomático español, que desde diciembre de 2019 ocupa el cargo de alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, en el ejecutivo comunitario de Ursula von der Leyen. |
Dolors Montserrat Montserrat (San Sadurní de Noya, Barcelona, 18 de septiembre de 1973) es una abogada y política española del Partido Popular, diputada y vicepresidenta portavoz del Grupo del Partido Popular Europeo en el Parlamento Europeo desde 2019. Fue ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España entre 2016 y 2018, además de diputada en el Congreso de los Diputados por Barcelona en la ix, x, xi y xii legislaturas. |
Esperanza Fuencisla Aguirre y Gil de Biedma (Madrid, 3 de enero de 1952) es una jurista y política española, ministra de Educación y Cultura entre 1996 y 1999, presidenta del Senado entre 1999 y 2002, y de la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2012.También ejerció de presidenta del Partido Popular de la Comunidad de Madrid entre 2004 y 2016. |
María del Carmen Calvo Poyato (Cabra, Córdoba, 7 de junio de 1957) es una jurista constitucionalista, profesora universitaria y política española miembro del Partido Socialista Obrero Español, actual presidenta del Consejo de Estado desde 2024. |
Josep Piqué Camps (Villanueva y Geltrú, Barcelona, 21 de febrero de 1955 - Madrid, 6 de abril de 2023) fue un político, economista y empresario español, ministro de distintas carteras durante los gobiernos de José María Aznar, entre 1996 y 2003. Desde diciembre de 2007 hasta agosto de 2013, fue el presidente de la compañía aérea Vueling. El 1 de octubre de 2013 fue nombrado consejero delegado y vicepresidente segundo de OHL. Fue el director ejecutivo de Política Exterior, grupo editorial centrado en el análisis de las relaciones internacionales cuyo consejo asesor está compuesto por todos los exministros de Asuntos Exteriores de España. |
María Emilia Casas Baamonde (León, 30 de noviembre de 1950) es una jurista española. Fue la primera mujer Catedrática de Derecho del Trabajo y Seguridad Social del país. En 1998 ingresó en el Tribunal Constitucional siendo el miembro más joven ingresado en la historia de la institución. En 2004 fue la primera mujer en presidir el Tribunal Constitucional de España (2004-2010). |
María Soraya Sáenz de Santamaría Antón (Valladolid, 10 de junio de 1971) es una abogada del Estado y ex-política española del Partido Popular. Fue vicepresidenta del Gobierno de España entre 2011 y 2018, en el ejecutivo de Mariano Rajoy. Actualmente es consejera de Estado y socia del bufete de abogados Cuatrecasas en el área de gobierno corporativo y compliance. |
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