—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

viernes, 8 de junio de 2018

444.-Consejo Regional en Chile.-a


  Esteban Aguilar Orellana ; Giovani Barbatos Epple.; Ismael Barrenechea Samaniego ; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; -Rafael Díaz del Río Martí ; Alfredo Francisco Eloy Barra ; Rodrigo Farias Picon; Franco González Fortunatti ; Patricio Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda; Jaime Jamet Rojas ; Gustavo Morales Guajardo ; Francisco Moreno Gallardo ; Boris Ormeño Rojas ; José Oyarzún Villa ; Rodrigo Palacios Marambio; Demetrio Protopsaltis Palma ; Cristian Quezada Moreno ; Edison Reyes Aramburu ; Rodrigo Rivera Hernández; Jorge Rojas Bustos ; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba ; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala ; Marcelo Yañez Garin;  Francia Candia Troncoso; Maria Francisca Palacio Hermosilla; 

  
CORE


 
El Consejo Regional  es la Asamblea representativa
de la ciudadanía regional en el gobierno regional.

El Consejo Regional, es un órgano colegiado representativo, resolutivo y deliberante, que forma parte del Gobierno Regional, que tiene jurisdicción sobre la región.

Historia.


El antecedente inmediato del CORE, son los CONSEJO REGIONAL DE DESARROLLO (CODERE)  creados por medio de la ley Nº  18.605 del 1987,  en cada Región del país. Los  CODERE , tenían como objetivo el asesoramiento al Intendente regional en gobierno regional y contribuir a hacer efectiva la participación de la comunidad en el progreso económico, social y cultural de la respectiva Región. 
La primera elección indirecta de consejeros regionales fue el año 1992, elegidos por medio de los concejales municipales de cada comuna de la Región. Se han efectuaron elección indirecta los años  1992, 1996, 2000, 2004, y 2008, es decir un total de cinco elecciones durante 21 años. Este periodo histórico los miembros del CORE, han tenido un bajo perfil y labor desconocida para la población regional.

Naturaliza jurídica y atribuciones.

El consejo regional es una asamblea representativa y carácter deliberante de carácter regional, encargado de hacer efectiva la participación de la ciudadanía de la  región. Este órgano posee facultades normativas, resolutivas y fiscalizadoras. 
Las funciones más relevantes que cumple este consejo son las de aprobación del plan de desarrollo de la región, la del presupuesto del gobierno regional, la distribución de la cuota del Fondo nacional de Desarrollo Regional y la determinación de los programas de inversión.
 El consejo regional ejercer las atribuciones que la ley orgánica constitucional respectiva le encomiende.
Corresponderá al consejo regional aprobar el proyecto de presupuesto de la respectiva región considerando, para tal efecto, los recursos asignados a ésta en la Ley de Presupuestos, sus recursos propios y los que provengan de los convenios de programación.

Composición.

El consejo regional estará integrado por consejeros elegidos por sufragio universal en votación directa, de conformidad con la ley orgánica constitucional respectiva. Durarán cuatro años en sus cargos y podrán ser reelegidos. La misma ley establecerá la organización del consejo regional, determinará el número de consejeros que lo integrarán y su forma de reemplazo, cuidando siempre que tanto la población como el territorio de la región estén equitativamente representados.
 Cesará en su cargo el consejero regional que durante su ejercicio perdiere alguno de los requisitos de elegibilidad o incurriere en alguna de las inhabilidades, incompatibilidades, incapacidades u otras causales de cesación que la ley orgánica constitucional establezca.
 Lo señalado en los incisos precedentes respecto del consejo regional y de los consejeros regionales será aplicable, en lo que corresponda, a los territorios especiales a que se refiere el artículo 126 bis.
  Los Senadores y Diputados que representen a las circunscripciones y distritos de la región podrán, cuando lo estimen conveniente, asistir a las sesiones del consejo regional y tomar parte en sus debates, sin derecho a voto.

Presidencia del consejo regional.

El consejo regional, por mayoría absoluta de sus integrantes en ejercicio, elegirá un presidente de entre sus miembros. El presidente del consejo durará cuatro años en su cargo y cesará en él en caso de incurrir en alguna de las causales señaladas en el inciso tercero, por remoción acordada por los dos tercios de los consejeros regionales en ejercicio o por renuncia aprobada por la mayoría de éstos.
La ley orgánica constitucional determinará las funciones y atribuciones del presidente del consejo regional.


                                        Elección del Consejero Regional.

 
1992-2013

Entre 1992 y 2013, los consejeros eran elegidos por los concejales de la región, constituidos para estos efectos en colegio electoral por cada una de las provincias respectivas, de acuerdo con la siguiente distribución:

Dos consejeros por cada provincia, independientemente de su número de habitantes,y
Diez consejeros en las regiones de hasta un millón de habitantes y catorce en aquellas que superen esa cifra, los que se distribuyen entre las provincias de la región a prorrata de su población consignada en el último censo nacional oficial.

 21 años de vigencia.



  
Desde 2013

A partir de 2013 se modificó el número y la distribución de los consejeros regionales por provincia.

En cuanto al número de consejeros por región, cada región cuenta con:
  • 14 consejeros, en las regiones de hasta 400.000 habitantes (Arica y Parinacota, Tarapacá, Atacama, Los Ríos, Aysén y Magallanes)
  • 16 consejeros, en las regiones entre 400.001 y 800.000 habitantes. (Antofagasta, Coquimbo y Ñuble desde 2022)
  • 20 consejeros, en las regiones entre 800.001 y 1.500.000 habitantes. (O'Higgins desde 2022, Maule, La Araucanía y Los Lagos desde 2022)
  • 28 consejeros, en las regiones de más de 1 500 000 habitantes. (Biobío y Valparaíso)
  • 34 consejeros, en la Región Metropolitana (por tener más de 4 000 000 habitantes.)

En cuanto a la distribución de los consejeros por provincia (art. 29 inc. 3° y siguientes LOCGAR):

  • La mitad de los consejeros se dividirá por el número de provincias (o circunscripciones provinciales), dando ese resultado el número mínimo de consejeros de cada provincia.
  • La otra mitad, más el resto de la división anterior, será repartido entre las provincias a prorrata de su población.
  • Una provincia tendrá al menos dos consejeros, aunque de los resultados anteriores se obtenga menos de esa cifra.

Los consejeros regionales serán elegidos popularmente por provincia, excepto en aquellos casos en que éstas se dividan en circunscripciones provinciales:

La provincia de Valparaíso (Región de Valparaíso) se dividirá en dos circunscripciones provinciales: la primera constituida por las comunas de Puchuncaví, Quintero, Concón y Viña del Mar; y la segunda constituida por las comunas de Juan Fernández, Valparaíso y Casablanca.

La provincia de Cachapoal (Región del Libertador General Bernardo O'Higgins) se dividirá en dos circunscripciones provinciales: la primera constituida por la comuna de Rancagua y la segunda constituida por las comunas de Mostazal, Graneros, Codegua, Machalí, Olivar, Doñihue, Coltauco, Las Cabras, Peumo, Coínco, Malloa, Quinta de Tilcoco, Rengo, Requínoa, Pichidegua y San Vicente.

La provincia de Concepción (Región del Biobío) se dividirá en tres circunscripciones provinciales: la primera constituida por las comunas de Tomé, Penco, Hualpén y Talcahuano; la segunda constituida por las comunas de Chiguayante, Concepción y Florida; y la tercera constituida por las comunas de San Pedro de la Paz, Coronel, Lota, Hualqui y Santa Juana.

La provincia de Cautín (Región de la Araucanía) se dividirá en dos circunscripciones provinciales: la primera constituida por las comunas de Temuco y Padre Las Casas; y la segunda constituida por las comunas de Galvarino, Lautaro, Perquenco, Vilcún, Melipeuco, Carahue, Cholchol, Freire, Nueva Imperial, Pitrufquén, Saavedra, Teodoro Schmidt, Cunco, Curarrehue, Gorbea, Loncoche, Pucón, Toltén y Villarrica.



La provincia de Santiago (Región Metropolitana de Santiago) se dividirá en seis circunscripciones provinciales

La primera constituida por las comunas de Pudahuel, Quilicura, Conchalí, Huechuraba y Renca; la segunda constituida por las comunas de Independencia, Recoleta, Santiago, Quinta Normal, Cerro Navia y Lo Prado; la tercera constituida por las comunas de Maipú, Cerrillos y Estación Central; la cuarta constituida por las comunas de Ñuñoa, Providencia, Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea y La Reina (Santiago Oriente); la quinta constituida por las comunas de Peñalolén, La Granja, Macul, San Joaquín y La Florida; y la sexta constituida por las comunas de El Bosque, La Cisterna, San Ramón, Lo Espejo, Pedro Aguirre Cerda, San Miguel y La Pintana.​



  
Presidente.

Corresponde al gobernador regional, en su función de presidente del consejo regional:

  • Ordenar que se reciba la votación, fijar su orden y proclamar las decisiones del consejo.
  • Mantener el orden en el recinto, pudiendo solicitar, si lo estima necesario, el auxilio de la fuerza pública.
  • Mantener la correspondencia del consejo regional con las autoridades de nivel central, con el delegado presidencial regional, con las Cortes de Apelaciones con asiento en la región, con el Tribunal Electoral Regional y con la contraloría regional respectiva.
  • Actuar en representación del consejo en los actos de protocolo que corresponda.
  • Cuidar de la observancia del reglamento.


  
Atribuciones.

Corresponde al consejo regional:

  • Aprobar el reglamento que regula su funcionamiento, en el que se puede contemplar la existencia de diversas comisiones de trabajo.
  • Aprobar los reglamentos regionales.
  • Aprobar los planes regionales de desarrollo urbano, los planes reguladores metropolitanos y los planes reguladores intercomunales propuestos por la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo.
  • Aprobar los planes reguladores comunales y los planes seccionales de comunas que no formen parte de un territorio normado por un plan regulador metropolitano o intercomunal, previamente acordados por las municipalidades, en conformidad con la Ley General de Urbanismo y Construcciones, sobre la base del informe técnico que deberá emitir la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo respectiva.
  • Aprobar, modificar o sustituir el plan de desarrollo de la región y el proyecto de presupuesto regional, así como sus respectivas modificaciones, sobre la base de la proposición del gobernador regional;
  • Distribuir por ítems o marcos presupuestarios, sobre la base de la proposición del gobernador regional, los recursos del o los programas de inversión del gobierno regional que correspondan a la región;
  • Aprobar, modificar o sustituir los convenios de programación que el gobernador regional proponga celebrar, sin perjuicio de la facultad de recomendar a aquél, por mayoría absoluta de sus miembros en ejercicio, la suscripción de convenios de programación específicos;
  • Fiscalizar el desempeño del gobernador regional en su calidad de órgano ejecutivo del gobierno regional, como también el de las unidades que de él dependan o que ejerzan competencias propias del gobierno regional, de conformidad a lo dispuesto en el artículo siguiente;
  • Requerir información de autoridades o jefaturas que desempeñen sus funciones en la región o a nivel provincial sobre el accionar de sus respectivas instituciones, en las materias de competencia del consejo regional, las que deberán responder dentro del plazo de treinta días;
  • Recomendar al gobernador regional la implementación de acciones de interés regional;
  • Dar su acuerdo al gobernador regional para enajenar o gravar bienes raíces que formen parte del patrimonio del gobierno regional y respecto de los demás actos de administración en que lo exijan las disposiciones legales, incluido el otorgamiento de concesiones;
  • Emitir opinión respecto de las proposiciones de modificación a la división política y administrativa de la región que formule el gobierno nacional, y otras que le sean solicitadas por los Poderes del Estado;
  • Aprobar, modificar o sustituir el plan regional de desarrollo turístico;
  • Aprobar las propuestas de territorios como zonas rezagadas y su respectivo plan de desarrollo;
  • Aprobar el anteproyecto regional de inversiones a que se refiere el artículo 71;
  • Conocer el programa público de inversiones para la región según lo dispuesto en el inciso final del artículo 73, y de su ejecución en forma trimestral;
  • Aprobar las solicitudes de transferencias de competencias que se realicen al Presidente de la República, así como las competencias que en definitiva se transfieran;
  • Aprobar la propuesta de proyecto de zonificación del borde costero de la región, así como las eventuales modificaciones a la zonificación vigente.
  • Ejercer las demás atribuciones necesarias para el ejercicio de las funciones que la ley le encomiende.
Funcionamiento.

El consejo regional funciona en sesiones ordinarias y extraordinarias. En las sesiones ordinarias puede abordarse cualquier asunto de la competencia del consejo y en las sesiones extraordinarias solo pueden tratarse las cuestiones incluidas en la convocatoria.
Las sesiones ordinarias y extraordinarias son públicas. Su convocatoria se efectúa conforme lo determine el reglamento, el que también ha de establecer los casos y oportunidades en que el consejo se constituya en sesión secreta. El consejo regional debe determinar en un reglamento interno las demás normas necesarias para su funcionamiento, regulándose en él las comisiones de trabajo que el consejo podrá constituir para desarrollar sus funciones, las que, en todo caso, serán siempre presididas por un consejero regional, sin perjuicio de la asistencia de terceros cuya opinión se considere relevante a juicio de la propia comisión.
El quórum para sesionar, en primera citación, es los tres quintos de los consejeros en ejercicio y, en segunda citación, de la mayoría absoluta de aquellos. Salvo que la ley exija un quórum distinto, los acuerdos del consejo se adoptan por la mayoría absoluta de los consejeros asistentes a la sesión respectiva.
El consejo debe acordar el número de sesiones ordinarias a realizar en el mes, debiendo efectuarse a lo menos dos.


  
Funcionarios políticos  elegidos en la república.

Gobernadores Regionales            16
Senadores                                     50
Diputados                                    155
Consejeros                                 302
Alcaldes                                       345
Concejales                                 2.252

Total:                                          3.120


  

Opinión personal sobre la  elección directa de los consejeros regionales.

Cuando los consejeros son elegidos por la ciudadanía regional, serán objeto de un mayor control de la opinión pública y se abrirá una oportunidad para que los habitantes de las regiones se interesen más en sus gobiernos regionales. EL PERFECCIONAMIENTO de la democracia y la profundización de la regionalización son dos de los efectos más importantes de esta reforma política.
Los ciudadanos tienen pocas noticias y un vago conocimiento del papel decisivo que cumplen los cores en los gobiernos regionales. Y esto ocurre, principalmente, porque éstos no son elegidos directamente por habitantes de regiones, sino por los concejales de los municipios de cada región.
Para comprender su relevancia, basta saber que algunas de sus atribuciones son aprobar el presupuesto regional, asignar los recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), ratificar reglamentos regionales y fiscalizar a los intendentes como autoridad ejecutiva de la Región. Su función es hacer efectiva la participación de la ciudadanía regional.
Este proceso de reforma política en pos de la elección directa de los cores se inició en 2009, cuando se aprobó una reforma constitucional para concretarla.  Actualmente son  elegidos por circunscripciones provinciales, mediante un sistema proporcional.
La primera  elecciones fueron  el 17 de noviembre de 2013.




  
El Gobierno Regional Metropolitano de Santiago es el órgano con personalidad jurídica de derecho público y patrimonio propio, que tiene a su cargo la administración superior de la Región Metropolitana de Santiago de Chile, y cuya finalidad es el desarrollo social, cultural y económico de ésta. Está constituido por el Gobernador Regional y el Consejo Regional.
El Consejo Regional es un órgano de carácter normativo, resolutivo y fiscalizador, dentro del ámbito propio de competencia del Gobierno Regional, encargado de hacer efectiva la participación de la ciudadanía regional y ejercer las atribuciones que la ley orgánica constitucional respectiva le encomiende.
Está integrado por 34 consejeros elegidos por sufragio directa, en las 11 circunscripciones en que se divide la región, que duran 4 años en sus cargos y pueden ser reelegidos hasta por dos periodos.

La circunscripciones provinciales de la región metropolitana

La primera Santiago (Norponiente) constituida por las comunas de Pudahuel, Quilicura, Conchalí, Huechuraba y Renca: 3 consejeros.

La segunda Santiago (Centro) constituida por las comunas de Independencia, Recoleta, Santiago, Quinta Normal, Cerro Navia y Lo Prado: 4 consejeros.

La tercera  Santiago (Poniente) constituida por las comunas de Maipú, Cerrillos y Estación Central: 3 consejeros.

La cuarta Santiago (Nororiente) constituida por las comunas de Ñuñoa, Providencia, Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea y La Reina ("Santiago Oriente"): 4 consejeros.

La quinta Santiago (Suroriente) constituida por las comunas de Peñalolén, La Granja, Macul, San Joaquín y La Florida:  4 consejeros.
 
La sexta Santiago (Sur) constituida por las comunas de El Bosque, La Cisterna, San Ramón, Lo Espejo, Pedro Aguirre Cerda, San Miguel y La Pintana: 4 consejeros.

Cordillera:  3 consejeros.
Maipo: 3 consejeros.
Chacabuco: 2 consejeros.
Melipilla:  2 consejeros.
Talagante: 2 consejeros.



  
Plan Regulador Metropolitano.


  
El Plan Regulador Metropolitano es un instrumento de planificación que orienta, fomenta y regula el desarrollo urbanístico del territorio, en especial de sus centros poblados y sus sistemas de espacios públicos.
El Plan Regulador Metropolitano de Santiago de Chile o PRMS surgió como una iniciativa del Ministerio de la Vivienda y Planificación Urbana (actual MINVU) con el propósito de establecer una normativa nueva para responder a la compleja y deteriorada situación de la Región Metropolitana de Santiago en lo relativo a la integración social, a su identidad, a su función y a su estructura urbana.
El plan inicial se aprobó en noviembre de 1994, conlleva el tratamiento unitario del problema territorial que va más allá del campo comunitario. Además, intenta generar una propuesta amplia e integradora donde los diferentes actores del desarrollo sean capaces de converger y participar en armonía y actuar de una forma responsable en sus respectivos espacios por el bienestar público.

Historia

Desde los años cincuenta, Chile ―así como otros países de América Latina―, ha experimentado un importante crecimiento de la población, junto a un proceso de urbanización de crecimiento exponencial como resultado de las migraciones desde las zonas rurales hacia la ciudad.

Plan regulador de 1960

Frente a los profundos problemas urbanísticos de Santiago, el Plan Regulador Intercomunal de 1960 fue aprobado con el objetivo de orientar el crecimiento futuro de la ciudad. Este instrumento instauró en Chile la planificación urbano-regional. Determinó los límites de las áreas urbanas y suburbanas, definió la zonificación de áreas industriales, verdes, habitacionales, de equipamiento y abordó los problemas de vialidad y transporte que enfrentaba la capital a través de un sistema de vías estructurantes como Américo Vespucio o la carretera Norte-Sur. 
Fue formulado por los arquitectos Juan Honold, Pastor Correa y Jorge Martínez e hizo una propuesta de ordenamiento territorial por expansión horizontal, con la implementación de una zona o faja suburbana, encerrada por dos límites territoriales, urbano y suburbano. Esta faja territorial de usos agrícolas, forestales o de reservas naturales (cauces de ríos, quebradas, etc.) configuraba un sistema de áreas verdes o cinturón verde entre zonas urbanas y rurales, que estaba en boga en la urbanística internacional hacia los años 1960. 
Su objetivo era contener la expansión urbana, impedir la conurbación con otros centros urbanos vecinos (San Bernardo, Puente Alto, Maipú, Quilicura) y reservar parte del recurso suelo para satisfacer necesidades de recreación, cultura y paisaje de la comunidad del Gran Santiago.

El 04 de noviembre de 1994 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) publicó en el Diario Oficial la Resolución Administrativa Nº 20 del Consejo Regional (CORE) Metropolitano, mediante la cual se le dio vida al PRMS, instrumento normativo urbano que reemplazó al Plan Regulador Intercomunal de Santiago (PRIS) de 1960.


  
Consecuencias de una planificación territorial desactualizada.
"... Lo que queda en duda es porqué a través del Plan Regulador Metropolitano de Santiago se permitió poner en un área que ya se encontraba poblada, como Tiltil, proyectos que generan cargas ambientales de consideración para la comunidad. Lamentablemente, cuando se incorporó —en 1997— a la provincia de Chacabuco, la importancia respecto del medioambiente era escasa..."
Miércoles, 9 de agosto de 2017 
Sofía Hübner

A propósito de la aprobación del proyecto “Centro Integral de Gestión de Residuos Industriales” (CIGRI), correspondiente a un vertedero de desechos industriales en la comuna de Tiltil de la empresa Ciclo S.A., cabe nuevamente preguntarse respecto de lo desfasados que estamos como país en cuanto a la planificación territorial.
Para efectos de contextualizar, CIGRI es un proyecto de infraestructura sanitaria para el tratamiento, disposición y eliminación segura de residuos industriales peligrosos y no peligrosos a través de líneas de procesos destinadas a la revalorización, reciclaje, recuperación, tratamiento y disposición final en relleno de seguridad. Esta actividad fue calificada como peligrosa por la SEREMI de Salud.
CIGRI ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) en junio de 2015 mediante un Estudio de Impacto Ambiental (EIA). En diciembre de 2016 se dictó el Informe Consolidado de Evaluación (ICE), donde se recomendó aprobar dicho EIA, y finalmente el 5 de enero de 2017 la Comisión de Evaluación de la Región Metropolitana emitió la Resolución de Calificación Ambiental que aprobó el proyecto mediante Resolución N° 009/2017. 
El proceso contó con el pronunciamiento de los organismos de la Administración del Estado con competencia ambiental, quienes emitieron sus observaciones respecto al proyecto y se mostraron conforme, salvo por la Municipalidad de Tiltil. A su vez, se recibieron más de 30 observaciones en el marco de la participación ciudadana. Revisado el proceso de evaluación, este fue considerado conforme a la ley, cumpliendo con la normativa de carácter ambiental aplicable al proyecto y haciéndose cargo de sus impactos ambientales.
La RCA fue objeto de un recurso de reclamación ante el Comité de Ministros por personas residentes de Tiltil, el que fue rechazado. El texto de esta resolución aún no está disponible.
Pudiendo ver sucintamente que CIGRI cumple con la normativa ambiental, es importante destacar que el problema de este proyecto, más que ser de índole ambiental, es de planificación territorial, cuyo instrumento vigente es el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), que fue aprobado el año 1994 e incluyó la Provincia de Chacabuco (entre las que se encuentra Tiltil) el año 1997. Este Instrumento de Planificación Territorial abarca la Región Metropolitana. Asimismo, Tiltil no cuenta con un Plan Regulador Comunal, el que según fuentes públicas estaría siendo elaborado por la respectiva municipalidad desde 2005 y actualmente estaría en el proceso de la Evaluación Ambiental Estratégica.
Todo plan regulador debe zonificar los terrenos que abarca, determinado el uso de suelo para cada zona en residencial, infraestructura, equipamiento e industrial. Al incluirse en el PRMS la provincia de Chacabuco se determinó que solamente en las comunas de Tiltil y Lampa, de toda la Región Metropolitana, se permitiría la actividad industrial catalogada como peligrosa (en la zona ISAM 6). Sin embargo, gran parte de la comuna de Lampa es zona inundable por la presencia de napas freáticas, por lo que dificulta el desarrollo de este tipo de actividades en esa comuna. En consecuencia, quedaría Tiltil como la única comuna apta, de toda la región, en la que se permitiría desarrollar actividades peligrosas.
Adicionalmente, el PRMS permite en la comuna de Tiltil el desarrollo de diversas actividades productivas, agroindustrias e infraestructura sanitaria. Es por esta razón que en esta comuna confluyen diversos proyectos como Porkland Chile, el Relleno Sanitario Loma Los Colorados de KDM, la Planta de Aguas Andinas, Tranque de relave Nogaz de Codelco (no activo), ex planta Refimet, la Planta de Cemento de Polpaico, la Planta de Tratamiento Cerros La Leona de GERSA y el Tranque de relave de Codelco, la Ovejería, entre otros.

Ahora, lo que queda en duda es porqué a través del PRMS se permitió poner en un área que ya se encontraba poblada, como Tiltil, proyectos que generan cargas ambientales de consideración para la comunidad. Lamentablemente, cuando se incorporó —el año 1997— a la provincia de Chacabuco en este Plan Regulador, la importancia respecto del medioambiente era escasa: no fue evaluado ambientalmente, la ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente había sido dictada hace pocos años, no existía participación ciudadana y claramente no se consideraron las cargas ambientales que podían generar los proyectos a la ciudadanía en aquel entonces.
Por tanto, acá la problemática, más que de la aprobación de CIGRI por parte de la autoridad ambiental, es la falta de planificación territorial que existe en nuestro país, que muchas veces no se condice con la realidad de hoy en día, existiendo un gran número de comunas que se rigen por planes reguladores antiguos. Por tanto, es deber de las respectivas municipalidades, de las secretarias regionales ministeriales de Vivienda y Urbanismo y de los gobiernos regionales actualizar los instrumentos de planificación territorial y que, lo anterior, sea efectuado en plazos razonables. 
Estos instrumentos, a su vez, deberán cumplir con la debida participación ciudadana y la evaluación ambiental estratégica, lo que permitirá que no ocurran situaciones como las que se están viviendo hoy en Tiltil, que es tener proyectos de gran impacto ambiental cerca de comunidades que pueden verse afectadas por ellos.
Es fundamental mejorar los instrumentos de planificación territorial para determinar los lugares óptimos para el emplazamiento de los diversos proyectos, elaborando, a su vez, un marco nacional que indique de antemano en qué lugares se pueden realizar proyectos y en cuáles no.
Finalmente, cabe destacar que es lamentable que esta importante problemática no esté en el programa de ninguno de los candidatos presidenciales.

* Sofía Hübner Garretón es abogada de Prieto.


  
El creador del Plan Regulador Metropolitano de Santiago.

La Tercera
20 AGO 2013
El arquitecto Juan Honold fue responsable de trazar el primer plan de la ciudad en los 60

El arquitecto Juan Honold Düner (85) nunca imaginó que su tesis de título, realizada a comienzos del 50 con Pastor Correa -hermano de Raquel, la fallecida periodista chilena-, iba a dar pie al Plan Regulador Metropolitano de Santiago de 1960 (PRMS 60), el primero que tuvo la ciudad.
Con sólo 24 años, su "Ensayo de Planificación del Gran Santiago" fue expuesto en el hall de la Casa Central de la U. de Chile en 1952, y comprado por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) para crear el primer plan que trazara los límites de la ciudad y los usos de suelo en ésta. Dos años después, ya era parte de la de la Dirección de Planeamiento de la cartera.
Al cruzar la puerta de su casa, en Las Condes, lo primero que se ve es un cuadro con el plano original del 60. Gracias a ese diseño se crearon las comunas de Santiago y se dividió el territorio en zonas industriales y habitacionales. Gracias a éste también, se creó hace 60 años el primer anillo metropolitano, la circunvalación Américo Vespucio, además de la Ruta 5 Norte-Sur, y se trazó lo que sería Américo Vespucio y las Costanera Norte y la Sur.

Pese a la importancia de este hito, pocos saben que fue este hombre, descendiente de suizos, quien a sus 28 años ingresó a trabajar al MOP para darle forma al plan. Honold dice que la historia lo sacó d el momento en que se comenzaron a inaugurar las primeras obras públicas que emanaran de su planificación. "Yo estaba en el Minvu y fue otro quien estaba ahí para cortar las cintas", cuenta, para aclarar por qué no figura como el autor de este hito. Por ejemplo, toda la avenida Américo Vespucio, se terminó en 1975, 15 años después de que se implementará su plan y cuando él ya no estaba en el MOP.
Sin embargo, en el mundo del urbanismo son varios los que tienen claro el lugar que ocupa. Arquitectos como Iván Poduje, Luis Eduardo Bresciani y Germán Bannen lo asocian inmediatamente con el PRMS 60 y premio nacional de Urbanismo 2010.
Por su parte, Poduje, arquitecto y socio de Atisba, asegura que Santiago le debe mucho a este planificador. 
"Es un actor clave. Su mayor legado fue anticipar que Santiago sería un área metropolitana formada por varias comunas y que, por ello, requería de varios centros, de anillos de circunvalación y zonas industriales exclusivas. Pocos lo asocian a este trabajo, porque las grandes obras urbanas no tienen derecho de autor", sentencia.
En esta línea, el urbanista y ex presidente del Colegio de Arquitectos, Luis Eduardo Bresciani, agrega que "si bien fue un tipo de bajo perfil, vio al PRMS 60 como un plan de inversión y desarrollo. Algo más complejo que lo que existe actualmente", asegura.
Este arquitecto destaca su manera de hacer urbanismo desde lo público.


De padre y madre suizos, Honold fue el mayor de tres hermanos, y educado en el Instituto Nacional y luego en la U. de Chile. Asegura que esas instituciones fueron las que le inculcaron la importancia del trabajo público y la carrera funcionaria, a la que dedicó la mayor parte de su vida.
"Cuando llegamos con Pastor al MOP nos dedicamos , le habiamos dedicado cinco años a la tesis, así que teníamos claro qué explicarle a los ingenieros y a los habitantes para ponerlo en práctica. Es decir, como se desarrollaría y las expropiaciones", explica Honold mientras dibuja aquello que explicó en esa época.
Cuatro fueron los gobiernos que traspasó el famoso PRMS 60: llegó cuando estaba Carlos Ibáñez del Campo en el gobierno, luego siguió con Jorge Alessandri Rodríguez, para continuar con Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende y Augusto Pinochet.
"El 16 de diciembre de 1965, cuando se creó el Minvu, quien fuera mi jefe en el MOP, Modesto Collados, me llevó con él para que me hiciera cargo del urbanismo. Fue la persona que quedó en mi lugar en el MOP, Juan Parrochia, la que cortó cintas y quien fue recordado con los años", rememora el descendiente de suizos.
"Nos tocó bailar con la fea, pero Santiago es mi diploma. En plan sobrevivió a cuatro gobiernos y dio pie al siguiente. Por eso me llevaron al Consejo Regional Metropolitano en 1996", asegura Honold.

Fue en esta última repartición gubernamental donde él abogó porque no borraran las comunas y no crearon al alcalde mayor, ya que "era una idea inviable, una bolsa de gatos", afirma, después se dedicó a la docencia.
Dice que el término "innovador" le queda grande, que fueron "personas con herramientas y método para la época", pues junto a Correa habían estudiado los planes de Londres, París, Varsovia.
Para el urbanista y artífice de Providencia, German Bannen, "la importancia de él y de Correa es innegable y la labor que hicieron con el plan que nos rige quedó bastante opacada", dice.

Santiago contemporáneo

Honold no entiende las planificaciones contra el tiempo ni cortoplacistas y asegura que la ciudad debe pensarse como un todo y nunca hacerla por tramos. Es por eso mismo que el último Plan Regulador Metropolitano, el PRMS 100, le parece errónea.
"El gobierno lleva tres años tratando de sacar el decreto 100 y no ha resultado, porque se hizo la expansión urbana y no se reguló la estructura circulatoria; es decir, que no se extendieron las redes de conexión con el centro de la ciudad. Hay un esqueleto, pero no hay circulación de la sangre", asegura.

Para él , el problema de Santiago no es darle mayor o menor vialidad o terreno. "Es un tema de planificación urbana. Si tienes agua potable, alcantarillado, calles pavimentadas y electricidad en toda la ciudad, ¿por qué mejorarla en vez de extenderla? Puede ser incluso un buen negocio, tanto como comprar terrenos donde sea barato construir", remata.


  

El Padre de Santiago.



29 OCT 2018
 Iván Poduje

La semana pasada La Tercera publicó un completo reportaje de la historia del Metro con motivo de su aniversario número 50, y en una estupenda crónica de Oriana Fernández conocimos la historia del urbanista detrás de esta hazaña: don Juan Parrochia Beguin. La infografía de la nota mostraba a todo color el plan de Metro que diseñó Parrochia en 1969 y era increíble ver como incluía buena parte de la red operativa, las nuevas líneas en construcción e incluso la línea 7 que conectará Cerro Navia con Las Condes en 2025.
Además, Parrochia trabajó junto a Juan Honold en el primer plan regulador intercomunal que previó que ciudades "alejadas" como San Bernardo, Maipú y Puente Alto serían parte de Santiago, y diseñó un sistema vial para conectarlas, que se materializaría treinta años después mediante las concesiones. De ahí surgen Américo Vespucio, la Costanera Norte y Kennedy o el puente que une Tabancura con La Dehesa, que entonces era un pueblo de montaña. También plantearon la necesidad de tener centros en la periferia y los ubicaron en un mapa en medio de chacras. Hoy son el distrito Nueva Las Condes, la intermodal de La Cisterna o el Paradero 14 de La Florida.


¿Cómo pudo anticiparse tan bien a los requerimientos de la ciudad? Algunos creen fue un "visionario", pero leyendo sus libros la respuesta es bastante más lógica y menos mesiánica. Parrochia manejaba mucha información y conocía Santiago como la palma de su mano. Previó su crecimiento porque participó directamente de éste, formulando propuestas para sacar a miles de familias de la miseria, en esa ciudad de los 60 tan idealizada por los urbanistas de las cosas simples como Jan Ghel.
Pero no se quedó en los dibujos. Se fue a trabajar al sector público y desde ahí luchó para concretar su plan. Dicen que se peleó con medio mundo y que inició las obras de Metro sin autorización, cansado de la indefinición de burócratas que querían medir hasta los pasos de la gente antes de mover una piedra.

¿Cómo sería Santiago sin su legado? 

Si usted viaja a Bogotá podrá tener una idea. Su alcalde Peñalosa tiene a ocho millones de habitantes sufriendo por su negativa a construir un Metro con tal de defender su fracasado Transmilenio. También puede ir a Lima y recorrer sus "conos" populares como San Juan de Lurigancho donde un millón de personas sufre de tacos infernales para cualquier mortal, salvo para los detractores de las autopistas que comen sushi en San Isidro.
Con Transantiago aprendimos a golpes que las ciudades no se planifican desde un escritorio. Juan Parrochia hizo lo contrario. Recorrió la ciudad, conversó con la gente, detectó sus necesidades y empujó proyectos que beneficiaron a millones de capitalinos. Fue un servidor público ejemplar. El padre del Santiago contemporáneo, al que le debemos mucho.

El hombre que construyó un metro.

Si hay alguien a quien Santiago le debe su metro, ese es Juan Parrochia Beguin, Premio Nacional de Urbanismo, quien murió la semana pasada, a los 86 años. Este es un extracto del perfil escrito por el periodista Roberto Farías para El Gran Libro del Metro de Santiago (editado por Felicidad), con el que la empresa conmemora sus 45 años. En él se reconoce su carrera y carácter obsesivo a la hora de darle a la ciudad el mejor metro posible.
En los altos pasillos del antiguo edificio del Departamento de Urbanismo de la Universidad de Chile, en Santiago, el sonido de un vozarrón atravesaba las paredes y se dispersaba como un viento invernal que se colara desde una ventana y moviera las cortinas. Nadie quedaba indiferente.

—¡Qué se ha imaginado! ¡Salga de mi oficina! —se oyó gritar a alguien con voz gruesa e inconfundible. La arquitecta María Isabel Pavez, entonces una ayudante de 25 años, se puso de pie, nerviosa. Era su profesor titular, el arquitecto Juan Parrochia, quien sermoneaba a uno de los tantos “expertos en transporte” que le solicitaban una entrevista y que, al explicarle sus motivos, le había soltado someramente un “Entiendo que usted tiene algo que ver con el metro”.
“¡Algo que ver...! —gritaba Parrochia—. ¡Vaya e infórmese primero sobre todo lo que he hecho los últimos veinte años antes de venir a decir semejante tontera!”.

Es probable que esa mañana Parrochia haya vociferado algo como “¡El metro soy yo!”, y no hubiera sido la primera vez que su genio impetuoso, irreverente e imponente le pusiera esa frase en la boca.
“¡Cómo pregunta semejante tontera, usted es un ignorante!”, solía replicar a alumnos, académicos y hasta a algunos empresarios que iban a verlo sin haberse preparado lo suficiente. Pero lo que venía después del trueno era la luz del relámpago. —Si podía, o si quería —dice María Isabel—, después respondía con la soltura de un sabio. Era por lejos el arquitecto que más sabía de urbanismo en Chile.
Y además era el que más sabía de metros en Chile, afirma Vicente Acuña, arquitecto y consultor que trabajó con Parrochia en el Ministerio de Obras Públicas (MOP) en los años 70. 
“Ante las dudas, confusiones o pequeños tropiezos que enfrentábamos en la etapa de diseño del Metro de Santiago, nos decía de pronto ‘A los 27 años yo ya había andado en todos los metros del mundo, así que dígame, de qué metro me está hablando y por qué le parece tan interesante’. Nos dejaba helados, pero también nos obligaba a subir la vara para que las discusiones fueran precisas, técnicas”.
Hasta 1957 viajó por cincuenta países y conoció los veinte trenes metropolitanos que funcionaban en las principales ciudades del mundo. Hizo siete viajes, que iba intercalando con sus estudios en Bélgica y un trabajo en el Ministerio de Urbanismo de Francia, que encaró la devastación de la Segunda Guerra Mundial.
Efectivamente, en 1953, después de titularse de arquitecto, Parrochia partió en tren a Antofagasta y desde ahí tomó el barco Campo Grande hacia Marsella. Visitó a sus parientes Parrochia, afincados en Lyon, y a los Beguin en Suiza. Les llevó fotos de sus padres en Traiguén. Pero su objetivo final era otro: aprender urbanismo de primera mano, dando la vuelta al mundo en motoneta.
Hasta 1957 viajó por cincuenta países y un centenar de ciudades y conoció los veinte trenes metropolitanos que en esos años funcionaban en las principales ciudades del mundo. Hizo siete viajes y se desplazaba como un vaquero o un buscador de oro, con una pistola en el bolsillo del impermeable.
En su archivo de fotos se palpa que Parrochia no solo visitaba los lugares turísticos y las pirámides. En cada país se entrevistó con arquitectos, urbanistas y constructores. Y en Viena se entrevistó en dos ocasiones con Karl Brunner, el fundador del urbanismo moderno en Chile, que planificó la comuna de Santiago en los años 30. Por cierto, Brunner fue el autor de uno de los varios proyectos de metro en Santiago, cuando todavía la ciudad no estaba madura para ellos.
 En agosto de 1953 Parrochia le llevó a Brunner el bosquejo de un metro urbano hecho por el ingeniero de ferrocarriles del MOP Leopoldo Guillén, quien lo había presentado al gobierno de Carlos Ibáñez del Campo y que estuvo próximo a ser construido. Era uno de los 35 bosquejos y croquis para un metro de Santiago que se habían acumulado desde 1922. El de Guillén fue el último en quedar solo como bosquejo: luego vendría la construcción definitiva a partir del proyecto de Parrochia.

PLANEANDO LA CIUDAD

Cuando se instaló en Chile en 1957, ingresó al Departamento de Estudios del MOP, que comenzaba a trazar el nuevo Plan Intercomunal de Santiago.
Ingresó a la repartición como arquitecto y urbanista y a partir de 1960 pasó a ser jefe de ese plan. Como tal lo presentó al Ejecutivo y obtuvo su aprobación. Durante los diecisiete años siguientes dirigió proyectos que cambiaron el rostro público de Santiago y de gran parte del país. Junto a diversos profesionales, fue parte de la construcción del aeropuerto Pudahuel, de la avenida Norte-Sur bajo la Alameda (hoy Autopista Central), la rotonda Pérez Zujovic y la extensión de la avenida Kennedy, la circunvalación Américo Vespucio, el camino internacional a Mendoza, la autopista Santiago-San Antonio y la autopista elevada entre Viña del Mar y Valparaíso, entre otras. Tras el terremoto de 1960 participó en el replaneamiento de las devastadas Valdivia y Concepción.

El arquitecto Teodoro Veloso, que conoció a Parrochia haciendo clases en la universidad, recuerda que éste le contaba que a poco de asumir Frei Montalva lo llamó a su despacho para pedirle que estudiara alguna solución para el transporte de Santiago, caracterizado por una aguda congestión en las calles céntricas y un notorio déficit de capacidad en la locomoción colectiva. Juan Parrochia, según él mismo ha relatado, respondió:
 “Con mucho gusto, Presidente, pero no la voy a estudiar. La voy a construir”.
Fue un paso fundamental, porque la lentitud del tráfico era un problema grave para la ciudad. En 1964, Parrochia fue nombrado secretario técnico de la Comisión Metropolitana de Tránsito Rápido, cuyo objetivo era proyectar vías y medios de transporte masivo acordes con el Plan Intercomunal de Santiago.
Para eso era necesario saber para dónde y por qué se movía la gente en Santiago. Hasta ese año todo se hacía por supuestos. Parrochia fue el promotor de la Primera Encuesta Origen-Destino en Santiago 1965-1966. Los datos fueron reveladores: el 75 % de los viajes de los santiaguinos se hacían en 2.900 micros de todo tipo. De ellos, el 70 % se dirigía al centro de la ciudad o provenía del centro. Es decir que solo un 30 % de los viajes se realizaba entre las demás comunas. Y aunque había solo 350.000 autos particulares en Santiago, se proyectaba que cuarenta años más tarde el parque automotriz alcanzaría el millón y medio de vehículos.
En 1965, el gobierno asignó a un consorcio de tres empresas de ingeniería el estudio de un Sistema Metropolitano de Transporte que tuviera el mismo rigor del Plan Intercomunal: que soportara al menos cuarenta años de crecimiento de la población de Santiago. Ese Sistema de Transporte contemplaba cinco líneas de metro y dos trenes suburbanos, alimentados por buses de acercamiento.

EN EL MOMENTO ADECUADO

Todo Chile conoció el proyecto de metro de cinco líneas propuesto en 1968. Cuando se aprobó, se descartó la construcción de un tren colgante y de otras alternativas por tierra. Pese a ser la más cara (el cálculo original fue de 780 millones de dólares, según documentos conservados en el Archivo Nacional), un metro subterráneo era la obra que ofrecía menor impacto futuro y mejores expectativas de desarrollo a la ciudad.
Así, Parrochia fue nombrado jefe de la Oficina de Estudios y Proyectos Especiales de Equipamiento Metropolitano. Pronto a la oficina se le conocería como Dirección de Metro y Vialidad Urbana.
  “El proyecto de metro tenía tantos opositores que no hubiera sido posible sacarlo adelante sin una persona con ese carácter y ese conocimiento”, dice arquitecto Vicente Acuña.
Una historia que refrenda esta opinión. Terminaba 1970 cuando Parrochia se enteró por rumores de que el presupuesto para el año siguiente venía con un recorte del abultado monto asignado a Metro (350 millones de dólares de la época), fue a hablar con el ministro de Hacienda de entonces, Andrés Zaldívar. No estaba y lo recibió el Director de Presupuesto, Edgardo Boeninger. Pero Parrochia insistió en hablar con el ministro:
 “Yo no hablo con el contador —le advirtió—. ¡Yo hablo con el dueño!”.
El Metro de Santiago era un proyecto caro para Chile. Hasta 2013 todavía seguía siendo considerada la inversión más alta en obras públicas de la historia del país, una que implicó 50 mil planos: más que todos los edificios construidos en Santiago desde la Independencia. Más fierro que todo el que producía Chile en una década. Más arquitectos e ingenieros que toda construcción anterior en Chile. Más innovaciones técnicas e ingenieriles que todo lo conocido hasta 1970. El primer computador. Las primeras vigas de hormigón pretensado. Los primeros trenes con piloto automático.
El Metro de Santiago era un proyecto caro para Chile. Hasta 2013 todavía seguía siendo considerada la inversión más alta en obras públicas de la historia del país, una que implicó 50 mil planos: más que todos los edificios construidos en Santiago desde la Independencia.
En su campaña presidencial, Salvador Allende proclamó ante tamaño gasto público que el metro era “un despilfarro sólo para los ricos”. De hecho, después de asumir sacó a Juan Parrochia del proyecto y nombró en la dirección al ingeniero Eduardo Paredes. Pero era tal el respeto que inspiraba Parrochia que, un día antes del anuncio, el propio Paredes fue a verlo a su casa y le ofreció quedarse en una oficina de Vialidad Urbana, como cuenta su familia.
Allende comprendería muy pronto que la construcción de un metro para Santiago hasta podría ser el sello de su gobierno, y así durante la Unidad Popular el proyecto siguió adelante, aunque con retrasos por la convulsión política y alzas de costos por la devaluación de la moneda de la época, el escudo.

EL MEJOR METRO POSIBLE

El 17 de septiembre de 1973, la Junta de Gobierno le ofreció la dirección de Metro al ingeniero Raúl Aitken Lavanchy, pero este le cedió su lugar a Juan Parrochia y fue nombrado su primer director. Dos años después, se inauguró la Línea 1. El metro iba desde estación San Pablo hasta La Moneda. A finales de noviembre de 1975, tras discutir con un ministro, renunció a su cargo.
En los siguientes años, el arquitecto rechazó ofertas para realizar otros metros en Sudamérica.
En 1986, la Universidad de Chile recibió al experto francés en redes urbanas Gabriel Dupuy, quien tuvo como anfitrión a Juan Parrochia, quien lo llevó a una entrevista en la Dirección del Metro y a conocer las obras de la estación Cal y Canto. Al entrar en la red por la estación Universidad Católica, el experto francés dijo: 
“Este metro es muy lujoso para un país subdesarrollado”.
Molesto, este le contestó:
  “¡Con los recursos de que disponía hice lo mejor de lo mejor, pues eso es lo que los chilenos se merecen!”
Tras el abrupto intercambio, viajaron en silencio hasta Cal y Canto, que estaba en plena construcción.
Los cambios drásticos que había llevado a cabo el gobierno militar en la planificación del Metro y la paralización de las obras públicas por diez años no fueron del agrado de Parrochia. Por lo mismo, ese silencioso desplazamiento hasta la estación Cal y Canto sería una de las últimas ocasiones en que Juan Parrochia tomaría el metro.



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