—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

jueves, 21 de diciembre de 2017

410.-El Palacio Apostólico (Papal).-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 

palacio
Oficialmente conocido como el Palacio de Sixto V, esta residencia del siglo XVI alberga al Papa, a la oficina y biblioteca del Vaticano, así como a la Capilla Sixtina. La estructura en expansión también muestra lo que parece ser un caso de superación entre los Papas cuando se trata de diseño de interiores. Las habitaciones Raphael, decoradas por el entonces joven artista de Urbino para el papa Julio II, debían eclipsar las residencias profusamente decoradas de su predecesor y rival, el papa Alejandro VI (cuyo apartamento Borgia contiene hermosos frescos pintados por Pinturicchio). El papa Francisco, el “Papa de la gente”, fue noticia cuando anunció que abandonaría una habitación en el palacio y, en cambio, viviría en las casas de huéspedes papales. El palacio está cerca de los Jardines del Vaticano, 58 acres de caminos sinuosos, fuentes antiguas y robles majestuosos.
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El Palacio Apostólico, también llamado el Palacio Papal o el Palacio del Vaticano, es la residencia oficial del papa en la Ciudad del Vaticano.
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El Palacio es un complejo de edificios, comprendiendo los Apartamentos Papales, las oficinas de gobierno de la Iglesia católica, un puñado de capillas, los Museos Vaticanos y la Biblioteca Vaticana. En total existen aproximadamente 1000 habitaciones, incluyendo la célebre Capilla Sixtina con los frescos de Miguel Ángel (restaurados entre 1980-1990), los Apartamentos Borgia y las Estancias de Rafael.
El actual papa Francisco no reside aquí, sino en la Casa de Santa Marta,1​ para buscar una "forma simple de vivir y la convivencia con otros sacerdotes". Pero el Palacio Apostólico sigue siendo utilizado para audiencias y para el rezo del Ángelus.

sala regia

La Sala Regia​ es una sala estatal en el Palacio Apostólico, en la Ciudad del Vaticano.
Aunque no se presenta como tal, este espacio amplia es realmente una antesala a la Capilla Sixtina, que alcanza a la Scala Regia. A la izquierda de la entrada antiguamente se encontraba el «trono papal», que ahora está en el lado opuesto a la puerta que conduce a la Capilla Paulina.
La sala se inició bajo el pontificado de Pablo III por Antonio da Sangallo el Joven y se terminó en 1573. La bóveda de cañón es adornada por las impresionantes decoraciones de yeso de Perino del Vaga. Los adornos de estuco sobre las puertas son de Daniele da Volterra.
Las paredes fueron decoradas por Livio Agresti, Giorgio Vasari y Taddeo Zuccari. Los frescos representan trascendentales puntos de inflexión en la historia de la Iglesia, incluyendo el regreso del papa Gregorio XI de Aviñón a Roma, la batalla de Lepanto, el levantamiento de la prohibición de Enrique IV, la reconciliación del papa Alejandro III con Federico Barbarroja y Pedro II de Aragón ofreciendo el Reino al papa Inocencio III.
La sala fue originalmente utilizada para la recepción de príncipes y embajadores reales, de ahí su nombre. Hoy los Consistorios se llevan a cabo en el lugar, y se permiten recitales de música de vez en cuando en presencia del papa; durante el cónclave se utiliza como un espacio para el recorrido de los cardenales.

martes, 19 de diciembre de 2017

409.-Archibasílica de San Juan de Letrán.-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 


Aldo Ahumada Chu Han


La Archibasílica Papal del Santísimo Salvador del Mundo, y de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista en Letrán, más conocida como Archibasílica de San Juan de Letrán es la catedral de la diócesis de Roma, donde se encuentra la sede episcopal del obispo de Roma (el papa). Está dedicada a Cristo Salvador, sin embargo es más conocida con el nombre de San Juan, por estar dedicada a los dos santos principales que llevan este nombre.
Junto al palacio anexo y algunos otros edificios cercanos, goza del estatus de extraterritorialidad dentro del Estado italiano, por lo que es propiedad de la Santa Sede. La basílica es una de las iglesias que se deben visitar en el peregrinaje de las siete iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria en Año Santo.
En 1980 fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad en Europa por la Unesco, con el número de identificación 91-002.​ Desde el mismo año, además, se puede acceder a través de la estación del metro de Roma San Giovanni.

Descripción
Aldo Ahumada Chu Han
 El nombre oficial es Archibasilica Sanctissimi Salvatoris, es la más antigua y la de rango más alto entre las cuatro basílicas mayores o papales de Roma, y tiene el título honorífico de «Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput» (madre y cabeza de todas las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra), por ser la sede episcopal del primado de todos los obispos, el papa. Fue consagrada por el papa San Silvestre en el año 324.
Las otras tres basílicas mayores, todas caracterizadas por tener una puerta santa y un altar papal, son:

  • La Basílica de San Pedro del Vaticano
  • La Basílica de San Pablo Extramuros
  • La Basílica de Santa María la Mayor

La Archibasílica surge en el siglo III en tierras de los Lateranos, noble familia romana caída en desgracia bajo Nerón, cuya propiedad pasó por tanto al dominio imperial. El palacio pasó a manos de Constantino I cuando se casó con su segunda mujer, Fausta, hermana de Majencio, y era conocido con el nombre de Domus Faustae. Por tanto, Constantino era su propietario cuando ganó la batalla del Puente Milvio (contra Majencio), en el 312.
Aldo Ahumada Chu Han

La tradición cristiana indica que los terrenos y la residencia de los Lateranos fueron donados al obispo de Roma (la fecha de la donación no es segura pero debería ser durante el pontificado del papa Melquíades), en señal de gratitud del emperador a Cristo, que apareciéndosele durante el sueño, le había hecho vencer en la batalla del Puente Milvio.
El baptisterio de esta basílica es un edificio independiente de planta octogonal, y tiene la forma típica de los baptisterios de los primeros siglos, cuando el bautismo se hacía por inmersión. Por tanto, cuenta con una piscina en la cual el neófito se sumergía para salir por el lado opuesto.
Anexo a la archibasílica hay un claustro con jardines y arquerías, y un palacio (el Palacio de Letrán), propiedad del papa. Antiguamente, todo este complejo lateranense fue la sede del gobierno eclesiástico, hasta el tiempo en que la corte pontificia se mudó a Aviñón (Francia), periodo conocido como Cautiverio de Babilonia. Al regresar los papas a Roma, se establecieron en la colina vaticana, donde actualmente está la Santa Sede.
Cerca de esta basílica está el edificio que alberga la Escalera Santa, cuyos escalones, traídos de Tierra Santa, son según la tradición los mismos que subió Cristo en el palacio de Pilato. No se permite subirlos de pie. Los devotos los suben de rodillas.
La actual basílica es de estilo barroco, fruto de una radical transformación de Francesco Borromini en el siglo XVII; de época anterior se conservan los magníficos mosaicos del ábside, el ciborio gótico y el pavimento de estilo cosmatesco. En lo alto de la fachada se encuentran estatuas de Cristo, los santos Juanes (el Evangelista y el Bautista) y los Apóstoles. La fachada fue reformada en el siglo XVIII, siguiendo el estilo de la de San Pedro, por el arquitecto Alessandro Galilei.
Ya en el interior, destacan las monumentales estatuas de los doce apóstoles de la nave central. Bajo el altar mayor está enterrado el papa Martín V, bajo cuyo pontificado se abrió por primera vez la Puerta Santa en esta basílica. El ara de este altar es una losa que, según la tradición, es la misma que usaban san Pedro y los primeros papas al celebrar la misa. Sobre el altar hay un baldaquino con un relicario en el que se conservan las cabezas de san Pedro y san Pablo. En el fondo del ábside está la cátedra, el trono episcopal del obispo de Roma, hecho de mármol y mosaicos.
El papa suele celebrar ciertas ceremonias litúrgicas en este lugar (por ejemplo, la misa de la Cena del Jueves Santo, y la misa de la fiesta del Corpus Christi; esta última tiene lugar en el atrio, a partir del cual parte la procesión eucarística).
El canónigo de honor de San Juan de Letrán es el presidente de la República Francesa, según una tradición que se remonta al siglo XVII, cuando el jefe del Estado era un rey. Nicolas Sarkozy tomó posesión del cargo en una ceremonia el 20 de diciembre de 2007.
En el calendario católico, el día 9 de noviembre se celebra la fiesta de la dedicación de esta basílica mayor.

jueves, 7 de diciembre de 2017

408.-Las secretarías de estado y del despacho.-a

Luis  Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio  Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma;Nelson Gonzalez Urra ; Ricardo Matias Heredia Sanchez;Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán; Alamiro Fernandez Acevedo;  Soledad García Nannig; Paula Flores Vargas; maría Veronica Rossi Valenzuela; Aldo ahumada Chu Han; Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán


Rey Felipe V

Reforma borbónica en el siglo XVIII:

Con el cambio dinástico, el Despacho con el nuevo rey Felipe V se amplió por disposición de su abuelo el rey Luis XIV de Francia con un Consejo de Despacho de personajes escogidos, que al principio eran Manuel Arias y Porres, que era presidente del Consejo de Castilla, y el cardenal Portocarrero. 
De este modo el rey de Francia evitaba una excesiva influencia del secretario de Despacho sobre el monarca español y a la misma vez el rey de Francia podría controlar y fiscalizar el gobierno de la monarquía española. Inicialmente, para guardar las apariencias el embajador francés Henri Harcourt despachaba con el cardenal Portocarrero aparte. 
Este Consejo de Despacho controló el despacho a boca con el monarca. En 1704, tras la pérdida de Gibraltar, el Consejo de Despacho fue reformado y ampliado con Manuel Arias, José de Solís y Valderrábano, nuevo presidente del Consejo de Castilla, Juan Domingo de Haro, presidente del Consejo de Flandes, Antonio de Toledo y Salazar, presidente del Consejo de Italia y el embajador de Francia Antonio Carlos de Gramont, además del rey y del secretario de Despacho Antonio Ubilla. 
A finales de enero de 1705 Pedro Fernández del Campo fue designado como nuevo secretario de Despacho, y dado que para este recién llegado era imposible desempeñar eficientemente todo el trabajo burocrático, el rey estableció en el Real Decreto de de 11 de julio de 1705 la división de la secretaría en dos oficinas distintas en función de las exigencias de gobierno para ganar la Guerra de Sucesión: los asuntos de Guerra y Hacienda recayeron en José de Grimaldo, mientras que «todo lo demás de cualquier materia que sea» (primordialmente justicia y asuntos eclesiásticos) se mantuvo en Pedro Fernández del Campo.  No obstante, el Consejo de Despacho en ningún caso puede considerarse antecesor del Consejo de Ministros, puesto que era un organismo asesor en el que no había reparto de competencias entre sus miembros y que fue disuelto en 1715. 

El año 1714 se produjo la muerte de la reina María Luisa Gabriela de Saboya en febrero y la vuelta de Jean Orry a España a final de abril, lo que trajo unos cambios administrativos: El secretario de Despacho Pedro Fernández del Campo fue sustituido por Manuel Vadillo y el Real Decreto de 30 de noviembre de 1714 implantó el sistema ministerial francés, estableciendo cuatro secretarías de Despacho:

Despacho de Estado y negociación de ministros y negocios extranjeros, encargada de los asuntos extranjeros, para José Grimaldo;
Despacho de Negocios eclesiásticos, justicia y jurisdicción, encargada de los asuntos eclesiásticos, de la manutención de las regalías de la Corona, del régimen de las universidades, y de la justicia y jurisdicción de Consejos y tribunales, especialmente en los nombramientos, para Manuel Vadillo;
Despacho de Guerra, encargada de los asuntos militares, para Miguel Fernández Durán;
Despacho de Marina e Indias, encargada del ámbito naval y a América, para Bernardo Tinajero de la Escalera.
Jean Orry, artífice de la reforma se quedó a cargo de una Veeduría General para los asuntos de Hacienda que supervisaba toda la administración controlando los gastos, y además, la Veeduría disponía de un intendente general que le asistía para facilitar los dictámenes al resto de Secretarios, y que fue Lorenzo de Armengual. 
El Decreto de 1714 también establecía un Consejo de Gabinete, en el que se integraran los secretarios, aunque no se conoce si formaba un Consejo separado o se integraban en el Consejo de Despacho preexistente; no obstante, la vida de este Consejo finalizó con la caída de Orry a comienzos de 1715,de modo que Giulio Alberoni cortaba el despacho de los secretarios con el rey y así controlaba a los restantes secretarios.

Los nuevos secretarios de Despacho acumularon las atribuciones de los secretarios de Estado (del Consejo de Estado) del siglo XVI como enlaces entre los Consejos y el rey, a las de los secretarios del Despacho Universal del siglo XVII como canalizadores de las comunicaciones del monarca, de este modo, agregaron el prestigio del título de secretario de Estado a cualquier secretario que accediera al Despacho con el monarca, convirtiéndose en las primeras figuras de la Administración al controlar el conjunto del aparato administrativo. Es a partir del Real Decreto de 30 de noviembre de 1714 cuando se va a institucionalizar la figura de secretario de Estado y del Despacho, titulación genérica del ministro a la que se añadía el departamento específico sobre el que se ejercía el despacho. 
De este modo, el ministro de Guerra era el Secretario de Estado y del Despacho de Guerra, o el ministro de Estado era el Secretario de Estado y del Despacho de Guerra, también llamado Secretario del Despacho de Estado, y desde 1734, como Primer Secretario de Estado, pues de hecho, el Secretario del Despacho de Estado el que va a destacar sobre todos los demás al pasar por sus manos los asuntos de más alto rango60 Los secretarios de Estado y del Despacho fueron el germen de los ministros, encargados de un departamento específico y con una burocracia profesional a su disposición, con su quehacer pasaron de burócratas a personajes políticos. Los Secretarios de Estado y del Despacho tenían acceso privilegiado al monarca teniendo despacho «a boca» con él, lo que significaba, resolver y decidir con el rey, así como poner por escrito esas resoluciones verbales para darles curso.60 61 El despacho con el rey se hacía regular y directamente con el monarca y de forma reservada, y además los secretarios asumieron las atribuciones de los antiguos Consejos, así como el control de su personal.62 63 sin menoscabar las competencias específicas del Consejo de Castilla en lo relativo a tribunales de Justicia y Gobierno interior, como en la colaboración con el rey el el proceso legislativo (siendo el único Consejo con función legislativa).64 65

El 7 de febrero de 1715 Orry fue destituido y el 28 de abril de 1715 se produjo otra nueva reforma en el las Secretarías del Despacho: se suprimió la Veeduría General, que se integró en la Intendencia General converida en una Secretaría de Hacienda u oficina del Intendente General, en la que se mantuvo a Lorenzo de Armengual; también se suprimió a la Secretaría de Marina e Indias y sus asuntos se repartieron entre las tres Secretarías de Guerra, Estado y Justicia.55 66 Con el cardenal Giulio Alberoni fue el nuevo hombre influyente en la Corte surge el Real Decreto de 2 de abril de 1717 que produjo otra nueva reorganización del Despacho Universal, el cual fue dividido entre:

Estado y Negocios Extranjeros (con Grimaldo)
Guerra, Marina y Justicia, de España e Indias (con José Rodrigo y Villalpando)
Gobierno Político y Hacienda de España e Indias (con Manuel Fernández Durán).
Tras la caída de Alberoni en diciembre de 1719, se produjo otra nueva reorganización el 1 de diciembre de 1720, con las secretarías de:
Estado, con José Grimaldo;
Guerra, Marina e Indias (excepto lo eclesiástico), con Miguel Fernández Durán
Hacienda, con Juan de Dios del Río González
Justicia y Gobierno político (con lo eclesiastico de Indias), con José Rodrigo
Con la caída de Fernández Durán se produjo una nueva reorganización al dividirse su Secretaría en dos: por un lado Guerra, y por otro la de Marina e Indias; quedando la organización en las cinco secretarías de Despacho especializadas y diferenciadas hasta el siglo XIX, aunque se diera el caso que la misma persona ocupara simultáneamente dos o más secretarías, como en el caso de José Patiño Rosales, José del Campillo y Cossío, Zenón de Somodevilla, o Leopoldo de Gregorio.

No fue hasta el reinado de Fernando VI cuando se produjo la distribución de competencias entras cinco secretarías («Estado», «Gracia y Justicia», «Marina e Indias», «Hacienda» y «Guerra»): la de Estado por el Real Decreto de 15 de mayo de 1754 y las restantes por el Real Decreto de 26 de agosto de 1754. 
Únicamente entre el Real Decreto de 8 de julio de 1787 y el de 25 de abril de 1790 se fijó en siete el número de las Secretarías: «Estado», «Gracia y Justicia de España», «Marina», «Guerra», «Hacienda», «Gracia y Justicia de Indias» y «Comercio y Navegación de Indias», que volvió a ser de cinco en 1790 estimando crear secciones de Indias en las otras secretarías para que trataran de forma indiferenciada tanto asuntos de España como de Inidas: «Gracia y Justicia de Indias» se asimiló a la de España, «Comercio y Navegación de Indias» se repartió entre Guerra, Hacienda y Marina.
Las cinco secretarías de Estado y del Despacho se mantuvieron durante el resto del absolutismo monárquico. Únicamente al final del reinado de Fernando VII se incorporó el secretaria de Fomento General del Reino. La creación de este ministerio surge de una necesidad, que expresada por Sáinz de Andino, era «por objeto directo la conservación del orden, la seguridad común del Estado, el buen régimen de las cosas de aprovechamiento común y el juego de la acción del Gobierno en todo cuanto dice orden al fomento y prosperidad común de los pueblos»
El establecimiento de la Secretaría de Estado y del Despacho de Fomento General del Reino por el real decreto de 5 de noviembre de 1832, redujo el Despacho de Estado a las relaciones exteriores, mientras que al nuevo ministerio le quedaba atribuido el gobierno interior, en el que se incluía la instrucción pública, la imprenta y periódicos, bien sean del Gobierno o de particulares, o las Reales Academias y Reales Archivos.

El gobierno absoluto del monarca se vio interrumpido con la implantación del Estatuto de Bayona y la Constitución de 1812, que modificaron la estructura ministerial; el artículo 27 de la Constitución de Bayona de 1808 establecía nueve ministerios: un Ministerio de Justicia, otro de Negocios Eclesiásticos, otro de Negocios Extranjeros, otro del Interior, otro de Hacienda, otro de Guerra, otro de Marina, otro de Indias y otro de Policía General; y el artículo 222 de la Constitución de 1812 estableció siete secretarios del despacho: para el despacho de Estado, el despacho de la Gobernación del Reino para la Península e Islas adyacentes, el despacho de la Gobernación del Reino para Ultramar, el despacho de Gracia y Justicia, el despacho de Hacienda, el despacho de Guerra, y el despacho de Marina.
Durante el reinado de Carlos III se introdujo la novedad del despacho colectivo con la creación por real decreto de 8 de julio de 1787 de la Junta Suprema de Estado, reunión institucionalizada de todos los secretarios para deliberar sobre los asuntos que superaban el ámbito de cada secretaría. Fue disuelta por decreto de 28 de febrero de 1792 tras la caída del Conde de Floridablanca. No sería hasta el real decreto de 19 de noviembre de 1823, cuando se constituyó definitivamente por el Consejo de Ministros o gabinete, presidido por un presidente del Consejo (o jefe de gobierno).

martes, 5 de diciembre de 2017

407.-El asunto de los venenos en la Corte de Luis XIV de Francia.-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 





El asunto de los venenos (affaire des poisons) fue un escándalo ocurrido durante el reinado de Luis XIV. Entre 1677 y 1682, varios adivinos y miembros de la aristocracia fueron acusados de envenenamiento y brujería, provocando el asunto de los venenos la ejecución de treinta y seis personas y siendo cerrada la investigación por orden del rey en 1680.

Origen

El origen del caso tuvo lugar en 1675 tras el juicio de la marquesa de Brinvilliers, quien fue acusada de haber conspirado junto a su amante, el capitán del ejército Godin de Sainte-Croix, para envenenar a su padre, Antonine Dreux d'Aubray en 1666, y a dos de sus hermanos, Antoine d'Aubray y François d'Aubray en 1670, con el objetivo de obtener su parte de la herencia. La marquesa huyó tras ser acusada, siendo posteriormente arrestada en un convento próximo a Liège. Tras confesar después de haber sido sometida al tormento del agua, fue condenada a muerte. Su cómplice, Sainte-Croix, no llegó a ser acusado debido a su muerte por causas naturales en 1672.
El juicio contra Madame de Brinvilliers atrajo la atención sobre otras muertes misteriosas. Personalidades influyentes, incluyendo Luis XIV, empezaron a temer ser envenenados.

Investigación

El asunto de los venenos estalló en febrero de 1677 tras el arresto de Magdelaine de La Grange bajo acusación de falsificación y asesinato. La Grange apeló a François Michel Le Tellier, marqués de Louvois, afirmando poseer información sobre otros crímenes de gran importancia. Louvois informó al rey, quien a su vez informó a Gabriel Nicolas de la Reynie, jefe de la policía de París. La subsecuente investigación sobre envenenamiento condujo posteriormente a acusaciones de brujería y asesinato.
Las autoridades interrogaron a varios adivinos y alquimistas sospechosos de vender veneno, algunos de los cuales confesaron bajo tortura, proporcionando listas de clientes, los cuales supuestamente habrían adquirido veneno para matar a sus cónyuges y a sus rivales en la corte real.
El caso más famoso fue el de Catherine Monvoisin, conocida como La Voisin, quien fue arrestada en 1679 tras ser acusada por la envenenadora Marie Bosse. La Voisin implicó a su vez a varios miembros destacados de la corte, entre los que se encontraban Olimpia Mancini, condesa de Soissons; su hermana, la duquesa de Bouillon; François Henri de Montmorency, duque de Luxemburgo; y la más conocida de todos ellos, Madame de Montespan, amante oficial de Luis XIV.
Interrogada en estado de ebriedad, La Voisin declaró que Montespan había adquirido afrodisíacos y participado en misas negras con el fin de seguir contando con el favor del rey frente a otras rivales, si bien, también se afirma que La Voisin nunca llegó a nombrar a Montespan en sus declaraciones, siendo la relación entre ambas dada a conocer después de la muerte de La Voisin.
También se vio envuelto en el escándalo Eustache Dauger de Cavoye, miembro de una prominente familia de la nobleza. Cavoye fue desheredado por su familia tras haber celebrado Viernes Santo con una misa negra. En consecuencia, Cavoye abrió un lucrativo negocio de venta de veneno y afrodisíacos, desapareciendo misteriosamente tras el cierre de la investigación del asunto de los venenos por orden de Luis XIV, llegando a sospecharse que Cavoye pudo haber sido el hombre de la máscara de hierro, si bien actualmente se sabe que en realidad fue encerrado en 1679 en la prisión de Saint-Lazare por orden de su familia.

Fin del caso

La Voisin fue condenada a muerte por brujería y envenenamiento, siendo ejecutada en la hoguera el 22 de febrero de 1680. François Henri de Montmorency fue encarcelado el mismo año, siendo liberado poco después, convirtiéndose posteriormente en capitán de la guardia.
De la Reynie estableció de nuevo la Cámara Ardiente con el fin de juzgar casos de envenenamiento y brujería. Finalmente, treinta y cuatro personas fueron condenadas a muerte, dos murieron mientras eran sometidas a tortura y varios miembros de la corte fueron condenados al exilio. La cámara fue abolida en 1682 debido a la negativa del rey a seguir otorgando publicidad al escándalo.

Hechos posteriores

El efecto más importante que tuvo el asunto de los venenos fue la expulsión de Francia de Olimpia Mancini, condesa de Soissons, permaneciendo su hijo, Eugenio de Saboya, en el país, si bien no pudo lograr sus objetivos profesionales como consecuencia de la caída en desgracia de su madre, prohibiéndosele desempeñar una carrera militar. Tras abandonar el país, y debido al resentimiento que sentía hacia Luis XIV, entró al servicio de los Habsburgo, enemigos de Francia. Con el tiempo, acabaría convirtiéndose en uno de los más destacados generales de su época, siendo uno de los causantes del fracaso de Luis XIV en su lucha por obtener la hegemonía de Europa.

Condenados en el asunto de los venenos.

El asunto de los venenos implicó a 442 sospechosos, de los cuales se dio orden de arresto a 367, siendo finalmente detenidos 218. De entre los condenados, 34 fueron ejecutados, 5 fueron condenados a galeras y 23 exiliados, exceptuándose quienes se suicidaron o murieron bajo tortura.
Algunos de los acusados no llegaron a ser juzgados, siendo condenados a cadena perpetua mediante una lettre de cachet. De entre éstos, 6 mujeres fueron encerradas en el Château de Villefranche; 18 hombres en el Château de Salces; 12 mujeres en Belle-Île-en-Mer; 10 hombres en el Château de Besançon; 14 mujeres en St Andre de Salins; y 5 mujeres en Fort de Bains.



 Lista de clientes.

  1. Benigne, marquesa de Alluye, clienta de La Voisin; huyó del país para evitar ser juzgada, permitiéndosele regresar posteriormente.
  2. Pierre Bonnard, secretario del duque de Luxemburgo, cliente de Lesage; condenado a galeras en mayo de 1680.
  3. Marie Brissart, clienta de La Voisin y Lesage; multada y exiliada.
  4. Marie de Broglio, marquesa de Canilhac, clienta de La Voisin; no llegó a ser juzgada.
  5. Anne Carada, clienta de Deschault y Debray; ejecutada el  25 de junio de 1681.
  6. Jean Bartholominat, La Chaboissiere, valet de Louis de Vanens; ejecutado el 16 de julio de 1682 (último ejecutado en el asunto de los venenos).
  7. Louis de Guilhem de Castelnau, marqués de Cessac, cliente de Lesage; huyó del país para evitar ser juzgado, regresando en 1691.
  8. Madame Cottard, clienta de Lesage; amonestada y multada.
  9. Madame Desmaretz, clienta de Lesage; multada.
  10. Françoise de Dreux, clienta de La Voisin; desterrada de la capital.
  11. Madeleine de la Ferte, clienta de La Voisin; absuelta.
  12. Antoine de Pas, marqués de Feuquieres, cliente de La Voisin; no llegó a ser juzgado.
  13. Madame Ferry, clienta de La Voisin; ejecutada en mayo de 1679.
  14. Marguerite Leferon, clienta de La Voisin; multada y desterrada de la capital.
  15. Madame Lescalopier, clienta de Poligny y Sandosme; huyó del país para evitar ser juzgada.
  16. Jean Maillard, cliente de Moreau; ejecutado en febrero de 1682.
  17. Olimpia Mancini, condesa de Soissons, clienta de La Voisin; expulsada del país.
  18. María Ana Mancini, duquesa de Bouillon, clienta de La Voisin; desterrada a las provincias.
  19. François Henri de Montmorency-Bouteville, duque de Luxemburgo, cliente de La Voisin; absuelto.
  20. Madame de Montespan, clienta de La Voisin; no llegó a ser juzgada.
  21. Madame Philbert (esposa de Philippe Rebille Philbert), clienta de La Voisin; ejecutada en la horca tras haberle sido amputada la mano derecha.
  22. Jaqqueline du Roure, vizcondesa de Polignac, clienta de la Voisin y Lesage; huyó del país para evitar ser juzgada. Regresó en 1686, siendo desterrada de la capital.
  23. Marguerite de Poulaillon, clienta de Marie Bosse; encerrada en un asilo.
  24. Claude Marie du Roure, cliente de La Voisin y Lesage; absuelto en marzo de 1680, pero desterrado de la capital.
  25. Marie Louise Charlotte, princesa de Tingry, clienta de La Voisin; absuelta.
  26. Marie Vertemart, clienta de La Voisin; encerrada en un asilo.
  27. Antoinette, duquesa de Vivonne, clienta de La Voisin y Filastre; no llegó a ser juzgada.




Listas de criminales.
Impresión de un retrato de Catherine Monvoisin sostenido
 por un diablo alado (siglo XVII).

  1. Roger de Bachimont, alquimista, asociado de Louis de Vanens; cadena perpetua mediante lettre de cachet en St Andre de Salins.
  2. Marie de Bachimont, alquimista, asociada de Louis de Vanens y esposa de Roger de Bachimont; cadena perpetua mediante lettre de cachet en St Andre de Salins.
  3. Mathurin Barenton, envenenador; ejecutado en septiembre de 1681.
  4. La Belliére, adivina; cadena perpetua mediante lettre de cachet.
  5. François Belot, asociado de La Voisin; ejecutado en junio de 1679.
  6. Martine Bergerot, adivina.
  7. Betrand, envenenador, asociado de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en el Château de Salces.
  8. Denis Poculot, Sieur de Blessis, alquimista, amante de La Voisin; condenado a galeras.
  9. Marie Bosse, adivina y envenenadora; ejecutada en la hoguera el 8 de mayo de 1679.
  10. Marie Bouffet, practicante de abortos, asociada de Marguerite Joly; ejecutada en la horca en diciembre de 1681.
  11. Pierre Cadelan, asociado de Vanens; cadena perpetua mediante lettre de cachet.
  12. Jeanne Chanfrain, amante de Guibourg.
  13. Magdelaine Chapelain, adivina y asociada de Filastre; cadena perpetua mediante lettre de cachet en Belle-Île-en-Mer.
  14. Anne Cheron, vendedora y proveedora de objetos para rituales mágicos; ejecutada en junio de 1679.
  15. Jacques Cotton, organizador de misas negras, asociado de La Voisin; ejecutado en la hoguera en 1680.
  16. P. Dalmas, asociado de La Chaboissiere; enviado a un asilo.
  17. Giles Davot, organizador de misas negras, asociado de La Voisin; ejecutado en 1681.
  18. Étienne Debray, asociado de Deschault; ejecutado en septiembre de 1681.
  19. Marguerite Delaporte, envenenadora, asociada de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en Belle-Île-en-Mer.
  20. Jacques Deschault, pastor y mago; ejecutado en 1681.
  21. Louison Desloges, asociado de Marguerite Joly; ejecutado en la horca en diciembre de 1681.
  22. La Dodée, envenenadora; se suicidó en prisión.
  23. Louise Duscoulcye, amante de Dalmas, envenenadora.
  24. Françoise Filastre, envenenadora; ejecutada en la hoguera en 1680.
  25. Louis Galet, envenenador; cadena perpetua mediante lettre de cachet en el Château de Besançon.
  26. Madame Guesdon, envenenadora; cadena perpetua mediante lettre de cachet.
  27. Étienne Guibourg, organizador de misas negras, asociado de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en el Château de Besançon.
  28. Marguerite Joly, adivina y envenenadora; ejecutada en la hoguera en diciembre de 1681.
  29. Latour, albañil y asociado de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en el Château de Salces.
  30. Catherine Lepère, practicante de abortos; ejecutada en agosto de 1679.
  31. Adam Lesage, mago y organizador de misas negras, asociado de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en el Château de Besançon.
  32. Catherine Leroy, asociada de La Voisin y La Chaboissiere; cadena perpetua mediante lettre de cachet en Belle-Île-en-Mer.
  33. Jeanne Leroux, asociado de La Voisin; ejecutado en abril de 1680.
  34. Margot, criada de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en St Andre de Salins.
  35. François Mariotte, abate, asociado de La Voisin y Lesage; murió en prisión en 1682.
  36. Anne Meline, envenenadora, asociada de Marguerite Joly; ejecutada en la horca en diciembre de 1681.
  37. François Boucher, astrólogo; cadena perpetua mediante lettre de cachet en el Château de Salces.
  38. Marguerite Monvoisin, hija de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en Belle-Île-en-Mer.
  39. Christophe Moreau, pastor, mago y envenenador; ejecutado en septiembre de 1681.
  40. Romani, envenenador, asociado de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en el Château de Besançon.
  41. La Pelletière, adivina, proveedora de niños para las misas negras, asociada de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en Belle-Île-en-Mer.
  42. Maitre Pierre, envenenador; cadena perpetua mediante lettre de cachet.
  43. Anne Poligny, envenenadora; ejecutada en julio de 1681.
  44. La Poignard, colaboradora en la organización de misas negras; cadena perpetua mediante lettre de cachet.
  45. La Poulain, asociada de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet en Belle-Île-en-Mer.
  46. Catherine Trianon, envenenadora, asociada de La Voisin; se suicidó en prisión en 1681.
  47. La Salomond, envenenadora; cadena perpetua mediante lettre de cachet.
  48. Denise Sandosme, envenenadora; ejecutada en la horca en julio de 1681.
  49. Louis de Vanens, alquimista; cadena perpetua mediante lettre de cachet en St Andre de Salins.
  50. Vautier, envenenador y asociado de La Voisin; cadena perpetua mediante lettre de cachet.
  51. Marie Vigoreaux, asociada de Marie Bosse; muerta mientras era sometida a tortura en mayo de 1679.
  52. La Voisin, adivina y envenenadora; ejecutada en la hoguera el 22 de febrero de 1680.



LA BRUJA, CATHERINE DESHAYES (1640-1680)

Muchas han sido las mujeres que a lo largo de la historia han sido condenadas por brujas. Desde un inofensivo elixir de amor hasta una peligrosa y macabra magia negra, algunas de estas mujeres se movieron en terrenos pantanosos. En la esplendorosa Francia del Rey Sol, se vivió uno de los episodios más oscuros de la historia de la brujería, no en vano, dicho lamentable capítulo fue definido como el “Asunto de los venenos”. Más de 300 personas, muchas de ellas de alta alcurnia, demasiado cercanas al rey, fueron inculpadas, por cómplices, hacedores o impulsores de las más terribles actividades brujeriles. Una mujer, impasible, imperturbable, fue detenida a las puertas de una iglesia. Conocida como la Voisin, fue quemada vida por sus reiteradas actividades lucrativas relacionadas con embrujos, elixires, ritos de magia negra, abortos, asesinatos y envenenamientos. 

Embrujos contra todo.

De Catherine Deshayes, nacida en Francia en 1640, poco o nada se sabe sobre sus orígenes. La historia la encuentra casada con un joyero llamado Antoine Monvoisin, con el que tuvo al menos una hija, Marie-Marguerite Monvoisin, quien tendría también un papel destacado en el asunto de los venenos.
Parece ser que Catherine inició sus actividades como curandera tras la ruina de la joyería de su marido. Sostuvo la economía familiar con la lectura del futuro a partir de los rasgos faciales y de las manos. Pero la fama de Catherine se fue extendiendo a medida que sus sortilegios y embrujos parecían surtir el efecto deseado. Sus conocimientos de medicina y de hierbas y ungüentos la hicieron famosa hasta el punto de que un reguero de mujeres y hombres acudían diariamente en petición de ayuda. 
Sus métodos pronto derivaron en extrañas fórmulas que hacían desaparecer en incomprensibles circunstancias a aquellos que amargaban la vida de sus desesperadas clientas, porque ellas, las mujeres de la alta nobleza, se convirtieron en las más asiduas visitantes del extraño hogar de la Voisin.

El asunto de los venenos

Pero Catherine no era un caso aislado en la Francia del siglo XVII. Las misteriosas muertes por envenenamiento o intoxicación que se sucedían en París en aquellos tiempos hicieron sospechar a la policía de que aquello no podía ser obra de una sola persona ni fruto de la casualidad. El 8 de marzo de 1679, Luis XIV ordenaba la creación de una corte especial conocida como al Chambre Ardente y dirigida por el teniente Nicolas de La Reyne, que intentara dilucidar aquellos supuestos y extraños crímenes. 
Tras unas cuantas detenciones, le tocó el turno a La Voisin. En 1679, tras asistir a la misa del domingo, Catherine fue detenida. La Reyne sospechó de ella al encontrar en su casa de la rue Beauregard un pabellón con las paredes tapizadas de negro y un altar decorado con una cruz y velas negras.
La detención de Catherine, junto con Marie Bosse y Adam Coeuret, daría un giro a la investigación. Acusándose unos a otros, “confesaron haber hecho abortar a un número elevadísimo de mujeres, haber envenenado por encargo a diversas personas, haber practicado magia negra y haber organizado ritos satánicos y misas sacrílegas en el curso de las cuales se sacrificaba recién nacidos”.
Durante el proceso de Catherine, nombres cercados a la corte del rey provocaron aún más problemas a los investigadores. Uno de esos nombres era el de la favorita del rey, Madame de Montespan, quien, según La Voisin, había sido cómplice de sus actividades demoníacas en más de una ocasión.
El final de Catherine estaba claro. Fue condenada a ser quedada viva. El 22 de febrero de 1680, el castigo se cumplió en la plaza de la Grève a manos de un verdugo que muchos afirmaron que había sido su propio amante 
La muerte de la Voisin desató de repente la lengua de los demás acusados. Muchos de ellos volvieron a nombrar a la favorita real. Luis XIV intentó sin éxito quemar todas las pruebas inculpatorias contra su favorita. Cuando en 1682 se disolvía la Cámara Ardiente, habían sido encarceladas o ejecutadas todas aquellas personas que mencionaron en algún momento del proceso el nombre de Athenaïs de Montespan. 
Catherine Deshayes fue uno de los más de 300 nombres incluidos en el vergonzoso asunto de los venenos, aunque fue quizás el nombre más conocido, no en vano “quedó su legendario recuerdo como reina de las brujas” 


lunes, 4 de diciembre de 2017

406.-El Palacio de España de Roma.-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 

Aldo Ahumada Chu Han

El Palacio de España de Roma o Palacio Monaldeschi es un palacio barroco que alberga la sede de la Embajada de España ante la Santa Sede desde 1647. No alberga, por contra, la Embajada de España ante Italia, ya que esta se encuentra en la primera planta del Palacio Borghese de Roma.

Orígenes de la Embajada.

La embajada de España ante la Santa Sede es la misión diplomática permanente más antigua del mundo. Fue creada en 1480 por el rey Fernando el Católico siendo su primer embajador Gonzalo de Beteta, caballero de la Orden de Santiago. Entre los resultados políticos de esta actividad diplomática destacan el apoyo papal a la Reconquista de Granada, el reparto del Nuevo Mundo entre España y Portugal a través de la “Bula Inter Caetera” en 1493, la Liga Santa para la lucha contra el Turco que culmina en la victoria de Lepanto en 1571, etc.

El palacio Monaldeschi: sede de la Embajada de España.

Aldo Ahumada Chu Han


Los embajadores españoles habían alquilado el palacio Monaldeschi durante más de una década. En 1647, el nuevo embajador, Íñigo Vélez de Guevara, conde de Oñate, hizo una oferta por el palacio, propiedad de los Monaldeschi, una vieja familia noble romana que lo sacó a subasta pública, a través de un agente italiano, Bernardino Barber, y consiguió después el permiso de compra de la Congregación de Barones del estado pontificio, que tenía la potestad para aprobar la venta de palacios importantes. Barber lo compró por 22.000 escudos romanos e inmediatamente fue traspasado al conde de Oñate. Poco después, se compraron otras cuatro casas junto al palacio para ampliar el edificio, y en 1654 el rey Felipe IV envió 19.000 ducados para su mantenimiento y reparación.
Situado en la famosa Piazza di Spagna, en pleno centro histórico de Roma, plaza que de hecho toma su nombre del palacio. La superficie de terreno que ocupa el palacio es de 3589 m² con 11 000 m² de construcción entre plantas y terrazas constituyendo una de las más bellas y ricas obras arquitectónicas de la época.
Aldo Ahumada Chu Han
 Borromini diseñó la ampliación del palacio y trazó la escalera principal de la embajada y el vestíbulo. El arquitecto Antonio Del Grande (1625 – 1671) fue el continuador de las obras. Entre 1827 y 1834 se introdujeron decoraciones de estilo neoclásico y pompeyano y desapareció del salón de baile un pequeño teatro de madera donde Vittorio Alfieri estrenó su Antígona el 20 de noviembre de 1782.
Durante los siglos XVII y XVIII el palacio fue el centro de un mundo fastuoso y alegre de fiestas que animaban también la Plaza de España, escenario de los acontecimientos más brillantes de su tiempo, en los que se mezclaban con el pueblo de Roma artistas y personajes famosos.
La embajada alberga una colección de tapices gobelinos del siglo XVII que pertenecieron a la familia Borbón-Orleans procedentes del Palacio Galliera de Bolonia, con motivos romanos y bíblicos. Las paredes del comedor de gala se adornan con tres espléndidos tapices de lana y seda del siglo XVIII, originarios del Palacio Real de Madrid, que representan escenas de la vida de Telémaco, según cartones dibujados por Rubens
Los salones cuentan con la presencia de cuadros del Museo del Prado de ilustres autores como Federico Madrazo, Vicente López, Nattier, Mengs, Mario dei Fiori. Entre las esculturas destacan dos bustos de Gian Lorenzo Bernini de 1619, "El alma beata" y "El alma condenada".
El 8 de septiembre de 1857, el papa Pío IX inauguró la columna de la Inmaculada Concepción que preside la Plaza de España en recuerdo de la definición del dogma de la Inmaculada del que España fue tenaz defensora durante siglos.

viernes, 1 de diciembre de 2017

405.-El palacio Borghese.-a


Esteban Aguilar Orellana; Giovani Barbatos Epple;Ismael Barrenechea Samaniego; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí;Alfredo Francisco Eloy Barra ;Rodrigo Farias Picon; Franco Antonio González Fortunatti;Patricio Ernesto Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda;Jaime Jamet Rojas;Gustavo Morales Guajardo;Francisco Moreno Gallardo; Boris Ormeño Rojas;José Oyarzún Villa;Rodrigo Palacios Marambio;Demetrio Protopsaltis Palma;Cristian Quezada Moreno;Edison Reyes Aramburu; Rodrigo Rivera Hernández;Jorge Rojas Bustos; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala;Marcelo Yañez Garin;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán; Franco Natalino; 



Aldo Ahumada Chu Han

El palacio Borghese fue la residencia de la familia Borghese en la ciudad de Roma, Italia, denominado comúnmente como il Cembalo (el Clavecín) debido a su insólita planta trapezoidal. Es una obra de estilo manierista tardío. Se encuentra en el centro histórico de la ciudad, su fachada más corta limita con la ribera del río Tíber; sus otras dos fachadas están orientadas, una frente al Largo della Fontanella Borghese y la otra, en un flanco, frente a la Piazza Borghese y siguiendo toda la Via Borghese hasta la ribera del río. Todas sus entradas conducen a un gran patio central de dos alturas con arcada abierta y decorada con columnas dóricas y jónicas. En su planta primera se encuentra ubicada la Embajada de España en Italia desde 1947.

Historia
Aldo Ahumada Chu Han
 El historiador de la arquitectura Howard Hibbard ha demostrado que la fachada del palacio que está orientada al Largo della Fontanella Borghese fue comenzada entre 1560 y 1561 por órdenes de Monseñor Tommaso del Giglio, cuyo escudo de armas se encuentra sobre la puerta de dicha fachada. El mismo Hibbard sugiere que el arquitecto que proyectó la obra fue Vignola, una teoría aceptada por los también historiadores, Antonio Blunt y James S. Ackerman. La obra, iniciada por Vignola fue continuada por Martino Longhi el Viejo, que siguió en cierta medida los planos del primero, sobre todo en lo que se refiere a la arcada que rodea el patio interior, que fue realizada entre los años 1575 y 1578. Longhi siguió trabajando para el cardenal Pedro de Deza, quién compró la propiedad en 1587, en la construcción del proyecto.
Aldo Ahumada Chu Han

El cardenal Camillo Borghese adquirió el palacio en 1604 y junto con él, adquirió otras propiedades adyacentes. Cuando el Cardenal se convirtió en el Papa Paulo V en 1605, el palacio se convirtió en la residencia de sus hermanos. Durante esta época las labores de construcción del palacio continuaron, en este caso, a cargo de Flaminio Ponzio, y a su muerte en 1613 por Carlo Maderno y Giovanni Vasanzio. Ponzio amplió el patio cuadrado de cinco a siete arcadas, y construyó la escalera oval. También construyó la fachada secundaria que está orientada hacía la Piazza Borghese.
A la muerte de su tío Camillo, el cardenal Scipione Borghese se instaló en el palacio y convirtió el jardín del palacio en una logia.
Entre 1671 y 1676 Carlo Rinaldi remodeló el palacio para el príncipe Giovanni Battista Borghese, siendo realizados los cambios más ambiciosos en la planta baja, con la construcción de un ala que se extendía hacia el Tíber por la Via Borghese, y que da al palacio unas maravillosas vistas al río Tíber. A lo largo de los años se fueron realizando distintas obras para embellecer el palacio, así, Rainaldi añadido la galería de columnas a la fachada del río Tíber realizada por Ponzi, construyó una capilla oval con un hermoso estucado, y añadió a la galería abovedada detalles decorativos de un estilo altamente recargado diseñados por Giovannni Francesco Grimaldi.

Datos generales


Aldo Ahumada Chu Han

Aldo Ahumada Chu Han

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Aldo Ahumada Chu Han

Aldo Ahumada Chu Han

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La fachada principal del palacio consta de tres pisos, con dos entrepisos insertos, de dos majestuosas entradas flanqueadas por columnas y de un balcón central.
El edificio cuenta con un magnífico patio interior, descrito como "uno de los más espectaculares del mundo", está rodeado por noventa y seis columnas de granito y decoradas con estatuas y un ninfeo; así como con un jardín cerrado construido según el proyecto de Johann Paul Schor y terminado por Rainaldi para el príncipe Giovanni Battista Borghese en 1673.
La fachada hacia la Piazza Borghese se encuentra frente a otro palacio Borghese, reconstruida en el siglo XVI por Escipión Borghese como residencia de los miembros menores de la familia, los establos y los criados.
Palacio Borghese fue sede original de la colección de arte de la familia, con obras de Rafael, Tiziano y otros muchos autores; sin embargo, desde 1891 dichas obras se encuentran en la Galería Borghese, en Villa Borghese.
Como curiosidad, se debe decir que la escena del balcón de la película Romeo y Julieta de 1968 fue filmada aquí.

sábado, 18 de noviembre de 2017

404.-La administración central de la monarquía hispánica.-a


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; 

La estructura de gobierno de la Monarquía Hispánica durante la Edad Moderna se define como polisinodial, es decir, con multiplicidad de Consejos, si bien es verdad que este sistema sería utilizado bajo el gobierno de los Habsburgo (s. XVI-XVII) perdiendo influencia y eficacia ante la implantación de un modelo administrativo proveniente de Francia e implantado por los Borbones (s. XVIII) basado en la figura de los Secretario de Despacho.

El concepto proviene del Consilium o Curia Regis, reunión de notables (nobles) que aconsejaban la toma de decisiones políticas a los monarcas altomedievales en cumplimiento del deber vasallático. Estos Consejos se fueron cristalizando a los largo de la Edad Media, si bien fue en la época de los Reyes Católicos cuando adquirieron la forma que, con ligeras transformaciones, sería la aplicada por los Austrias.  

Aldo Ahumada Chu Han

La complejidad de la Monarquía Hispánica (que supuso una unión dinástica, pero en ningún caso administrativo y politico) provocó que tanto en la Corona de Aragón como en la de Castilla aparecieran múltiples consejos, que heredados por la Casa de Habsburgo, fueron ampliados llegando, a su máxima expansión y, por ende, a su mayor grado de ineficacia.
El funcionamiento de estos consejos parte del principio que es el Rey (el garante del Poder Real) el que toma las decisiones, y compete a los Consejos presentar los problemas o asuntos que aparecen en diversas áreas para continuación indicar soluciones o actuaciones que llevaran una resolución positiva de la cuestión, por lo que no se puede decir que dichos Consejos tuvieran capacidad ejecutiva, puesto que era el Rey quién ejercía la soberanía de manera directa. Este sistema ralentizaba mucho la burocracia española, ya que el Soberano tenía que abordar muchas decisiones a la vez, que no siempre se alcanzaban a la primera y devolvía el tema al Consejo.
Los Consejos, una vez cristalizada y desarrollada su evolución, se estructuraron en dos grandes bloques: los Consejos territoriales, que representaban la estructura institucional y constituciones de los diversos reinos, y los Consejos temáticos o de materias, cuya especialización estaba plenamente definida en función de la naturaleza de los mismos.

Los Consejo Territoriales:

1).-Consejo de Castilla: 
Heredero del Consejo Real (la institución medieval que aconsejaba las decisiones políticas a tomar por el rey), con la ampliación territorial de los Reyes Católicos y la multiplicación del número de los Consejos territoriales y temáticos, el Consejo de Castilla pasó a especializarse en el gobierno interior de los reinos de la Corona de Castilla.
2).-Consejo de Aragón:
 También heredero de los consejos medievales de cada uno de los territorios que la conforman, tiene como ámbito de actuación territorial Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca, Nápoles, Sicilia y Cerdeña. Sus funciones son las consultas sobre conflictos de jurisprudencia entre la corona y los fueros. Está compuesto por un vicecanciller (presidente), un tesorero general, nueve consejeros y un notario. En tiempos de Felipe II se desgajará el Consejo de Italia.
3).-Consejo de Italia: 
Surge ya con Felipe II. Se encarga de la justicia de la hacienda, del nombramiento de cargos y de los virreyes en las antiguas posesiones italianas de la Corona de Aragón (Nápoles, Sicilia y Cerdeña) y el ducado de Milán. Está formado por un presidente y 6 regentes: dos por el reino de Nápoles, dos por Sicilia y dos por Milán. Cada territorio poseía un regente español y otro italiano.
4).-Consejo de Portugal:
 Se encarga de la administración de justicia, designación de cargos eclesiásticos y del nombramiento de oficiales en el reino de Portugal. Fue creado tras la anexión en el reinado de Felipe II (1580) y desapareció tras recuperar su independencia bajo Felipe IV (1640) Estaba formado por un presidente y un número variable de consejeros, todos ellos portugueses.
5)-Consejo de Flandes:
 Tiene como función el nombramiento de cargos, la administración de justicia y de hacienda en Flandes y Borgoña. Para ello cuenta con un presidente y un número variable de consejeros. Tuvo que hacer frente a decisiones ligadas a la Guerra en Flandes (1568-1648) y al mantenimiento del “Camino Español” (que conectaba Flandes con Nápoles a través de Milán y Borgoña). Desaparecerá con la cesión de estos territorios a la rama vienesa de los Habsburgo en el Tratado de Utrecht (1713).
6).-Consejo de Indias: 
Creado en 1524 , tiene como ámbito de actuación territorial el Nuevo Mundo, se ocupa de supervisar la Casa de Contratación de Sevilla, de proponer cargos, de la justicia y del tráfico marítimo (incluido su protección mediante el mantenimiento de fuertes o la organización de grandes flotas “Sistema de Flotas”). Está compuesto por un presidente, un gran canciller, doce consejeros, un cronista oficial de Indias, un cosmógrafo, un representante de la casa de contratación y 4 oficiales.

Los Consejos Temáticos:

7).-Consejo de Inquisición: 

Cuya jurisdicción se extendía al conjunto de la Monarquía Hispánica. Tiene como objetivo velar por la pureza del catolicismo, luchar contra las herejías, y controlar a los cristianos “nuevos”: los judeo-conversos y los moriscos. Está compuesto por un presidente (el inquisidor general) y seis consejeros (los inquisidores apostólicos).

8).-Consejo de Cruzada: 

Creado en 1525, se encarga de administrar las bulas y los subsidios pontificios para la lucha contra los Turcos, debido a la amenaza que suponía el imperio Turco para el Mediterráneo y la Europa Oriental.

9).-Consejo de Órdenes: 

Teniendo al rey como Maestre de las Órdenes Militares desde la figura de Fernando el Católico, tiene como función la administración de la justicia para los caballeros de las órdenes, así como la designación de los mismos.

10).-Consejo de Hacienda: 

Tiene como objetivo recaudar impuestos (que no hacía de manera directa sino a través de los encabezamientos, arrendamientos y administración de la exención a particulares o instituciones), administrarlos y velar para que la Monarquía tuviera liquidez. También se encargaba de gestionar la deuda de la Monarquía con los grandes banqueros como los Welzer y los Függer. Este consejo para ello dispone de cuatro tribunales: el consejo de hacienda, el tribunal de “Millones” (a partir del Servicio de 8 Millones de ducados de 1590), el tribunal de oidores y la contaduría mayor de cuentas.
Fuera de esta distribución podemos encontrar dos consejos más formados por miembros designados por el monarca o por consejeros de diversas áreas:

11).-Consejo de Cámara:

En él participan los consejeros requeridos por el monarca. Se ocupan de convocar Cortes, en las que el presidente y los consejeros participaban en calidad de asistentes, pero les competía verificar los poderes de los procuradores (representantes de las ciudades en la Cortes).

12).-Consejo de Guerra: 

No es un consejo plenamente constituido, ya que lo integraban los consejeros de estado convocados por el monarca, a los que había que añadir altos mandos militares o expertos en el tema en cuestión.

Los validos.

Aldo Ahumada Chu Han
El valido fue una figura política (el valimiento) propia del Antiguo Régimen en la Monarquía Hispánica, que alcanzó su plenitud bajo los llamados Austrias menores en el siglo XVII. No puede considerarse como una institución, ya que en ningún momento se trató de un cargo oficial, puesto que únicamente servía al rey mientras éste tenía confianza en la persona escogida.
Aunque no es un cargo con nombramiento formal, el de valido era el puesto de mayor confianza del monarca en cuestiones temporales. Es importante el matiz, porque las cuestiones espirituales eran competencia del confesor real, figura de importancia política nada desdeñable. Las funciones que ejercía un valido eran las de máximo nivel en la toma de decisiones políticas, no limitadas a las de consejero sino al control y coordinación de la Administración, con lo que en la práctica gobernaba en nombre del rey, en un momento en el que las monarquías autoritarias han concentrado un enorme poder en su figura. Si el rey no puede o no quiere gobernar por sí mismo, es imprescindible el valido.

Características

El reinado de Felipe III trajo una transformación institucional con la aparición del valido, puesto que la falta de dedicación de los monarcas a los asuntos públicos exigía la presencia de una persona que coordinara la política gubernamental, que tuviera la confianza del monarca y la autoridad sobre los Consejos, del mismo modo, la caída del valido se producía por la pérdida de confianza del rey. 
Este puesto no lo podía desempeñar un secretario a causa de su baja extracción social, sino alguien de la aristocracia, pero no de la más alta nobleza, aunque son engrandecidos por el cargo. Como tal, el valido ejerció a través de una delegación de poderes la intervención en los asuntos políticos, como la resolución de las consultas o supervisión de las instituciones, sin ser un mero transmisor de las órdenes del monarca. Al mismo tiempo, el distanciamiento de los monarcas respecto de los asuntos públicos les supuso mantener intacta su popularidad en tanto que las responsabilidades del ejercicio del poder recaía en el valido, y por ello en caso de fuertes oposiciones, el monarca tenía la posibilidad de reemplazarlo por otro.
Dado que el secretario del Consejo de Estado tenía acceso a los secretos la monarquía, los validos evitaron su competencia y limitaron su influencia controlando el Consejo de Estado mediante su intromisión en la elección de los secretarios, como manifiesta el ejemplo de Pedro Franqueza. Esto permitió al valido controlar el Consejo y a la misma vez, el despacho del secretario del Consejo de Estado será con el valido en vez de con el monarca, y sea el valido el que despache «a boca» con el rey los asuntos políticos en curso; de este modo el secretario de Estado quedó limitado a tareas burocráticas dentro del Consejo de Estado y a entregar y recibirla ya elaborada, mientras que el valido quedó como el único intermediario entre el rey y el resto de instituciones. 
A través del despacho «a boca» el secretario elaboraba dictámenes y resúmenes las consultas emitidas por el Consejo, transmitía al monarca esos asuntos que requerían respuesta, y después plasmaba a los papeles la comunicación a las personas e instituciones afectadas por esa decisiones, pero cuando los validos suplantaron en el despacho «a boca» lo hicieron en la comunicación verbal, pero los validos al no ser burócratas no se hicieron cargo del despacho escrito, que fue asumido a través de personal de confianza, dado que el despacho directo del valido con el rey supuso la desaparición del secretario privado del monarca. El desajuste con la desaparición del secretario privado del rey vino a ser remediada en el reinado de Felipe IV.
El control del valido sobre las instituciones se conseguía no solo ubicando a familiares o personas de confianza en puestos claves, sino también creando juntas temporales para atender a un determinado asunto urgente para sustraerlos del control de los Consejos.
En los inicios del reinado de Felipe IV, su nuevo valido, Gaspar de Guzmán, va a procurar una mejor imagen del monarca, evitando una imagen de un monarca gobernado por su favorito, es por ello, para dar al rey una mayor visibilidad en la participación del gobierno y a la misma vez seguir manteniendo el valido la exclusividad en la intermediación entre el rey y el resto de instituciones, va a retomar la figura del secretario privado que impulse la labor burocrática que los validos no hacían respecto al manejo de papeles, como la elaboración, enmiendas o resoluciones a cartas o documentos.
 Para lograr esto, el Gaspar de Guzmán encargó la labor de despachar con el rey a un único secretario para evitar contactos indeseables, y que su elección estuviera controlada por el propio valido, por lo que el valido podía controlar y filtrar la información que debía conocer el rey.6 La asignación de este cometido, en vez de crearse un puesto nuevo, se va a escoger a uno de los dos secretarios del Consejo de Estado para adscribirlo también a una secretaría con entidad propia dedicada a atender al despacho de papeles del monarca, sin mezclar ambas, será la Secretaría del Despacho Universal.

Con el cambio a la dinastía Borbón en el siglo XVIII desaparece el uso del término valido, aunque hubo personajes de gran ascendencia sobre los reyes, comenzando con la Princesa de los Ursinos en tiempos de Felipe V y terminando con Manuel Godoy en tiempos de Carlos IV ambiciosísimo personaje que es sin duda la figura más próxima al concepto, cuando ya el Antiguo Régimen tocaba a su fin. La madurez de la administración de la monarquía hacía que incluso en periodos de incapacidad de los reyes (la mayor parte de los reinados de Felipe V y Fernando VI) funcionase el sistema de Secretarías de Estado y del Despacho y el Consejo de Castilla, único que quedó con funciones importantes en el sistema político. La figura más importante de la administración era el Secretario de Estado y del Despacho de Estado.
 Personajes de la talla de Orry (impuesto a su nieto por Luis XIV), Patiño, Campillo, el Marqués de la Ensenada, el Marqués de Esquilache, el Marqués de Grimaldi, el Conde de Aranda, Pedro Rodríguez de Campomanes, el Conde de Floridablanca y Gaspar Melchor de Jovellanos, tenían cargos formales por sí mismos en el conjunto de una Administración que funcionaba institucionalmente y no pueden considerarse validos. 
Otra cosa fue la presencia en la corte de personajes cuya influencia sobre el rey era incluso superior a la de los más altos funcionarios, como ocurrió con embajadores extranjeros (Michael-Jean Amelot o Giulio Alberoni) o damas influyentes, como la princesa de los Ursinos o la reina Isabel de Farnesio.
Aldo Ahumada Chu Han


Secretarios de Estado y del Despacho Universal.

Rey Felipe IV (1621-1665)

1621-24 de febrero de 1623 • Antonio de Aróstegui. Secretario de Estado en el negociado de Italia desde 1610.
10 de marzo de 1623-diciembre de 1626 • Pedro de Contreras. Secretario de la Cámara de Castilla.
diciembre de 1626-agosto de 1627 • Juan de Insausti
1627-1643 • Jerónimo de Villanueva. Secretario de Estado en el negociado de España desde el 27 de septiembre de 1630.
1643-1648 • Andrés de Rozas. Secretario de Estado en el negociado de Norte desde el 27 de noviembre de 1630.
30 de marzo de 1648-27 de julio de 1660 • Fernando Ruiz de Contreras. Secretario de Estado en el negociado de España.
1660 • Pedro Coloma
septiembre de 1660-1661 • Antonio Carnero Trogner. Secretario de Estado en el negociado de España desde octubre de 1660.
1661-8 de septiembre de 1665 • Luis de Oyanguren. Secretario de Estado en el negociado de Norte entre enero de 1660 y octubre de 1661, y desde entonces en el negociado de Italia.

Rey Carlos II (1665-1700)

septiembre de 1665-14 de octubre de 1669 • Blasco de Loyola. Secretario de Estado en el negociado de Italia desde abril de 1662.
18 de octubre de 1669-4 de octubre de 1676 • Pedro Fernández del Campo. Secretario de Estado en el negociado de Italia.
1677-5 de abril de 1682 • Jerónimo de Eguía y Grifo.
abril de 1682-10 de mayo de 1685 • José de Veitia y Linaje.
julio de 1685-junio de 1691 • Manuel Francisco de Lira y Castillo. Secretario de Estado en el negociado de Italia desde 1679.
1691-marzo de 1694 • Juan de Angulo
1694-enero de 1695 • Alonso Gaspar Carnero López de Zárate. Secretario de Estado en el negociado de Italia desde 1691.
junio de 1695-agosto de 1697 • Juan de Larrea.
agosto de 1697-8 de febrero de 1698 • Juan Antonio López de Zárate. Secretario de Estado en el negociado de Italia desde septiembre de 1694.
enero de 1698-enero de 1705 • Antonio de Ubilla, marqués de Rivas. Confirmado por Felipe V el 18 de febrero de 1701. Entre septiembre de 1703 y agosto de 1704, los asuntos de Guerra fueron atendidos por Manuel de Coloma y Escolano.

Rey Felipe V (desde 1700)

enero de 1705-11 de julio de 1705 • Pedro Cayetano Fernández del Campo. El 8 de febrero de 1705 obtuvo el cargo de secretario del Consejo de Estado en Italia.
1705-1714 • José de Grimaldo y Gutiérrez de Solórzano, secretario de Despacho para Hacienda y Guerra - Pedro Cayetano Fernández del Campo, secretario de Despacho para todo lo demás.
1714 • Manuel de Vadillo y Velasco, secretario de Despacho para todo lo demás

El año 1714 se produjo la muerte de la reina María Luisa Gabriela de Saboya en febrero y la vuelta de Jean Orry a España a final de abril, lo que trajo unos cambios administrativos: El secretario de Despacho Pedro Fernández del Campo fue sustituido por Manuel Vadillo y el Real Decreto de 30 de noviembre de 1714 implantó el sistema ministerial francés, estableciendo las secretarías de Despacho específicas.

Aldo Ahumada Chu Han

Consejo de Estado

El rey Carlos I de España, Emperador del Sacro Imperio como Carlos V, decidió crear un consejo propio para los asuntos externos de la monarquía debido a la gran actuación exterior que marcó su reinado. Empezó a funcionar en 1526, cuando Solimán el Magnífico amenazaba Austria. Fue el único Consejo que no tenía presidente, pues era el propio Rey quien asumía esa función.
Sus consejeros no eran especialistas en leyes sino expertos en relaciones internacionales, como el Duque de Alba o Nicolás Perrenot. Los consejeros eran, por tanto, miembros de la alta nobleza y del alto clero. En tiempos de Felipe II en ocasiones el monarca no presidía los consejos y, en su lugar, enviaba a su secretario Antonio Pérez.
Su misión era asesorar al rey sobre la política exterior y tenía el control de las embajadas de Viena (dinastía familiar de los Austrias), Roma, Venecia, Génova, y de las principales potencias de Europa: Francia, Inglaterra y Portugal.
A diferencia del Consejo de Castilla, en el que el rey escuchaba a los consejeros y ejecutaba las conclusiones que le presentaban, en el Consejo de Estado era el propio rey el que exponía los puntos a debatir, escuchaba a sus consejeros y, posteriormente, el mismo monarca tomaba las decisiones que habían de tomarse.