El asunto de los venenos (affaire des poisons) fue un escándalo ocurrido durante el reinado de Luis XIV. Entre 1677 y 1682, varios adivinos y miembros de la aristocracia fueron acusados de envenenamiento y brujería, provocando el asunto de los venenos la ejecución de treinta y seis personas y siendo cerrada la investigación por orden del rey en 1680. Origen El origen del caso tuvo lugar en 1675 tras el juicio de la marquesa de Brinvilliers, quien fue acusada de haber conspirado junto a su amante, el capitán del ejército Godin de Sainte-Croix, para envenenar a su padre, Antonine Dreux d'Aubray en 1666, y a dos de sus hermanos, Antoine d'Aubray y François d'Aubray en 1670, con el objetivo de obtener su parte de la herencia. La marquesa huyó tras ser acusada, siendo posteriormente arrestada en un convento próximo a Liège. Tras confesar después de haber sido sometida al tormento del agua, fue condenada a muerte. Su cómplice, Sainte-Croix, no llegó a ser acusado debido a su muerte por causas naturales en 1672. El juicio contra Madame de Brinvilliers atrajo la atención sobre otras muertes misteriosas. Personalidades influyentes, incluyendo Luis XIV, empezaron a temer ser envenenados. Investigación El asunto de los venenos estalló en febrero de 1677 tras el arresto de Magdelaine de La Grange bajo acusación de falsificación y asesinato. La Grange apeló a François Michel Le Tellier, marqués de Louvois, afirmando poseer información sobre otros crímenes de gran importancia. Louvois informó al rey, quien a su vez informó a Gabriel Nicolas de la Reynie, jefe de la policía de París. La subsecuente investigación sobre envenenamiento condujo posteriormente a acusaciones de brujería y asesinato. Las autoridades interrogaron a varios adivinos y alquimistas sospechosos de vender veneno, algunos de los cuales confesaron bajo tortura, proporcionando listas de clientes, los cuales supuestamente habrían adquirido veneno para matar a sus cónyuges y a sus rivales en la corte real. El caso más famoso fue el de Catherine Monvoisin, conocida como La Voisin, quien fue arrestada en 1679 tras ser acusada por la envenenadora Marie Bosse. La Voisin implicó a su vez a varios miembros destacados de la corte, entre los que se encontraban Olimpia Mancini, condesa de Soissons; su hermana, la duquesa de Bouillon; François Henri de Montmorency, duque de Luxemburgo; y la más conocida de todos ellos, Madame de Montespan, amante oficial de Luis XIV. Interrogada en estado de ebriedad, La Voisin declaró que Montespan había adquirido afrodisíacos y participado en misas negras con el fin de seguir contando con el favor del rey frente a otras rivales, si bien, también se afirma que La Voisin nunca llegó a nombrar a Montespan en sus declaraciones, siendo la relación entre ambas dada a conocer después de la muerte de La Voisin. También se vio envuelto en el escándalo Eustache Dauger de Cavoye, miembro de una prominente familia de la nobleza. Cavoye fue desheredado por su familia tras haber celebrado Viernes Santo con una misa negra. En consecuencia, Cavoye abrió un lucrativo negocio de venta de veneno y afrodisíacos, desapareciendo misteriosamente tras el cierre de la investigación del asunto de los venenos por orden de Luis XIV, llegando a sospecharse que Cavoye pudo haber sido el hombre de la máscara de hierro, si bien actualmente se sabe que en realidad fue encerrado en 1679 en la prisión de Saint-Lazare por orden de su familia. Fin del caso La Voisin fue condenada a muerte por brujería y envenenamiento, siendo ejecutada en la hoguera el 22 de febrero de 1680. François Henri de Montmorency fue encarcelado el mismo año, siendo liberado poco después, convirtiéndose posteriormente en capitán de la guardia. De la Reynie estableció de nuevo la Cámara Ardiente con el fin de juzgar casos de envenenamiento y brujería. Finalmente, treinta y cuatro personas fueron condenadas a muerte, dos murieron mientras eran sometidas a tortura y varios miembros de la corte fueron condenados al exilio. La cámara fue abolida en 1682 debido a la negativa del rey a seguir otorgando publicidad al escándalo. Hechos posteriores El efecto más importante que tuvo el asunto de los venenos fue la expulsión de Francia de Olimpia Mancini, condesa de Soissons, permaneciendo su hijo, Eugenio de Saboya, en el país, si bien no pudo lograr sus objetivos profesionales como consecuencia de la caída en desgracia de su madre, prohibiéndosele desempeñar una carrera militar. Tras abandonar el país, y debido al resentimiento que sentía hacia Luis XIV, entró al servicio de los Habsburgo, enemigos de Francia. Con el tiempo, acabaría convirtiéndose en uno de los más destacados generales de su época, siendo uno de los causantes del fracaso de Luis XIV en su lucha por obtener la hegemonía de Europa. Condenados en el asunto de los venenos. El asunto de los venenos implicó a 442 sospechosos, de los cuales se dio orden de arresto a 367, siendo finalmente detenidos 218. De entre los condenados, 34 fueron ejecutados, 5 fueron condenados a galeras y 23 exiliados, exceptuándose quienes se suicidaron o murieron bajo tortura. Algunos de los acusados no llegaron a ser juzgados, siendo condenados a cadena perpetua mediante una lettre de cachet. De entre éstos, 6 mujeres fueron encerradas en el Château de Villefranche; 18 hombres en el Château de Salces; 12 mujeres en Belle-Île-en-Mer; 10 hombres en el Château de Besançon; 14 mujeres en St Andre de Salins; y 5 mujeres en Fort de Bains. |
Listas de criminales.
|
LA BRUJA, CATHERINE DESHAYES (1640-1680) Muchas han sido las mujeres que a lo largo de la historia han sido condenadas por brujas. Desde un inofensivo elixir de amor hasta una peligrosa y macabra magia negra, algunas de estas mujeres se movieron en terrenos pantanosos. En la esplendorosa Francia del Rey Sol, se vivió uno de los episodios más oscuros de la historia de la brujería, no en vano, dicho lamentable capítulo fue definido como el “Asunto de los venenos”. Más de 300 personas, muchas de ellas de alta alcurnia, demasiado cercanas al rey, fueron inculpadas, por cómplices, hacedores o impulsores de las más terribles actividades brujeriles. Una mujer, impasible, imperturbable, fue detenida a las puertas de una iglesia. Conocida como la Voisin, fue quemada vida por sus reiteradas actividades lucrativas relacionadas con embrujos, elixires, ritos de magia negra, abortos, asesinatos y envenenamientos. Embrujos contra todo. De Catherine Deshayes, nacida en Francia en 1640, poco o nada se sabe sobre sus orígenes. La historia la encuentra casada con un joyero llamado Antoine Monvoisin, con el que tuvo al menos una hija, Marie-Marguerite Monvoisin, quien tendría también un papel destacado en el asunto de los venenos. Parece ser que Catherine inició sus actividades como curandera tras la ruina de la joyería de su marido. Sostuvo la economía familiar con la lectura del futuro a partir de los rasgos faciales y de las manos. Pero la fama de Catherine se fue extendiendo a medida que sus sortilegios y embrujos parecían surtir el efecto deseado. Sus conocimientos de medicina y de hierbas y ungüentos la hicieron famosa hasta el punto de que un reguero de mujeres y hombres acudían diariamente en petición de ayuda. Sus métodos pronto derivaron en extrañas fórmulas que hacían desaparecer en incomprensibles circunstancias a aquellos que amargaban la vida de sus desesperadas clientas, porque ellas, las mujeres de la alta nobleza, se convirtieron en las más asiduas visitantes del extraño hogar de la Voisin. El asunto de los venenos Pero Catherine no era un caso aislado en la Francia del siglo XVII. Las misteriosas muertes por envenenamiento o intoxicación que se sucedían en París en aquellos tiempos hicieron sospechar a la policía de que aquello no podía ser obra de una sola persona ni fruto de la casualidad. El 8 de marzo de 1679, Luis XIV ordenaba la creación de una corte especial conocida como al Chambre Ardente y dirigida por el teniente Nicolas de La Reyne, que intentara dilucidar aquellos supuestos y extraños crímenes. Tras unas cuantas detenciones, le tocó el turno a La Voisin. En 1679, tras asistir a la misa del domingo, Catherine fue detenida. La Reyne sospechó de ella al encontrar en su casa de la rue Beauregard un pabellón con las paredes tapizadas de negro y un altar decorado con una cruz y velas negras. La detención de Catherine, junto con Marie Bosse y Adam Coeuret, daría un giro a la investigación. Acusándose unos a otros, “confesaron haber hecho abortar a un número elevadísimo de mujeres, haber envenenado por encargo a diversas personas, haber practicado magia negra y haber organizado ritos satánicos y misas sacrílegas en el curso de las cuales se sacrificaba recién nacidos”. Durante el proceso de Catherine, nombres cercados a la corte del rey provocaron aún más problemas a los investigadores. Uno de esos nombres era el de la favorita del rey, Madame de Montespan, quien, según La Voisin, había sido cómplice de sus actividades demoníacas en más de una ocasión. El final de Catherine estaba claro. Fue condenada a ser quedada viva. El 22 de febrero de 1680, el castigo se cumplió en la plaza de la Grève a manos de un verdugo que muchos afirmaron que había sido su propio amante La muerte de la Voisin desató de repente la lengua de los demás acusados. Muchos de ellos volvieron a nombrar a la favorita real. Luis XIV intentó sin éxito quemar todas las pruebas inculpatorias contra su favorita. Cuando en 1682 se disolvía la Cámara Ardiente, habían sido encarceladas o ejecutadas todas aquellas personas que mencionaron en algún momento del proceso el nombre de Athenaïs de Montespan. Catherine Deshayes fue uno de los más de 300 nombres incluidos en el vergonzoso asunto de los venenos, aunque fue quizás el nombre más conocido, no en vano “quedó su legendario recuerdo como reina de las brujas” |
No hay comentarios:
Publicar un comentario