—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

lunes, 1 de mayo de 2017

382.-El Consejo Áulico y la Cámara de la Corte Imperial del Sacro Imperio Romano Germánico.-a

Luis  Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio  Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma;Nelson Gonzalez Urra ; Ricardo Matias Heredia Sanchez;Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán; Alamiro fernandez Acevedo;  Soledad García Nannig; Paula Flores Vargas; María Veronica Rossi Valenzuela; Aldo Ahumada Chu Han; Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán


El Sacro Imperio Romano Germánico 

(en alemán: Heiliges Römisches Reich; en latín: Sacrum Romanum Imperium o Sacrum Imperium Romanum) fue una agrupación política ubicada en la Europa occidental y central, cuyo ámbito de poder recayó en el emperador romano germánico desde la Edad Media hasta inicios de la Edad Contemporánea.

Su nombre deriva de la pretensión de los gobernantes medievales de continuar la tradición del Imperio carolingio (desaparecido en el siglo X), el cual había revivido el título de Emperador romano en Occidente, como una forma de conservar el prestigio del antiguo Imperio romano. El adjetivo «sacro» no fue empleado sino hasta el reinado de Federico Barbarroja (sancionado en 1157) para legitimar su existencia como la santa voluntad divina en el sentido cristiano.
 Así, la designación Sacrum Imperium fue documentada por primera vez en 1157, mientras que el título Sacrum Romanum Imperium apareció hacia 1184 y fue usado de manera definitiva desde 1254. El complemento Deutscher Nation (en latín: Nationis Germanicæ) fue añadido en el siglo XV.

El Imperio se formó en 962 bajo la dinastía sajona a partir de la antigua Francia Oriental (una de las tres partes en que se dividió el Imperio carolingio). Desde su creación, el Sacro Imperio se convirtió en la entidad predominante en la Europa central durante casi un milenio hasta su disolución en 1806. En el curso de los siglos, sus fronteras fueron considerablemente modificadas. En el momento de su mayor expansión, el Imperio comprendía casi todo el territorio de la actual Europa central, así como partes de Europa del sur. Así, a inicios del siglo XVI, en tiempos del emperador Carlos V, además del territorio de Holstein, el Sacro Imperio comprendía Bohemia, Moravia y Silesia. Por el sur se extendía hasta Carniola en las costas del Adriático; por el oeste, abarcaba el condado libre de Borgoña (Franco-Condado) y Saboya, fuera de Génova, Lombardía y Toscana en tierras italianas. También estaba integrada en el Imperio la mayor parte de los Países Bajos, con la excepción del Artois y Flandes, al oeste del Escalda.

Debido a su carácter supranacional, el Sacro Imperio nunca se convirtió en un Estado nación o en un Estado moderno; más bien, mantuvo un gobierno monárquico y una tradición imperial estamental. En 1648, los Estados vecinos fueron constitucionalmente integrados como Estados imperiales. El Imperio debía asegurar la estabilidad política y la resolución pacífica de los conflictos mediante la restricción de la dinámica del poder: ofrecía protección a los súbditos contra la arbitrariedad de los señores, así como a los estamentos más bajos contra toda infracción a los derechos cometida por los estamentos más altos o por el propio Imperio.
Entonces, el Imperio cumplió igualmente una función pacificadora en el sistema de potencias europeas; sin embargo, desde la Edad Moderna, fue estructuralmente incapaz de emprender guerras ofensivas, extender su poder o su territorio. 
Así, a partir de mediados del siglo XVIII, el Imperio ya no fue capaz de seguir protegiendo a sus miembros de las políticas expansionistas de las potencias internas y externas. Esta fue su mayor carencia y una de las causas de su declive. La defensa del derecho y la conservación de la paz se convirtieron en sus objetivos fundamentales. Las guerras napoleónicas y el consiguiente establecimiento de la Confederación del Rin demostraron la debilidad del Sacro Imperio, el cual se convirtió en un conjunto incapaz de actuar. 
El Sacro Imperio Romano Germánico desapareció el 6 de agosto de 1806 cuando Francisco II renunció a la corona imperial para mantenerse únicamente como emperador austríaco, debido a las derrotas sufridas a manos de Napoleón I.


 

La Cámara de la Corte Imperial 

(en alemán Reichskammergericht) era el máximo tribunal del Sacro Imperio Romano. Fue establecida en el año 1495 bajo el reinado del Emperador Maximiliano I de Habsburgo, y actuó como suprema autoridad judicial del Sacro Imperio hasta su disolución en 1806. En su concepción, el tribunal fue ideado por la Dieta del Sacro Imperio como un contrapeso al poder del emperador. Así, nominalmente al menos, era el tribunal de mayor rango dentro del Sacro Imperio Romano Germánico.
En teoría, todos los asuntos legales del Sacro Imperio podían ser presentados ante este órgano. En la práctica, sus competencias estaban limitadas. Por un lado, la reorganización sufrida por el Consejo Áulico, acometida por el emperador Maximiliano I en respuesta a la creación de la Cámara de la Corte Imperial restó numerosas competencias al tribunal, sobre todo en asuntos de gobernanza política y "gestión territorial" del Sacro Imperio: el Consejo Aúlico asumió éstas últimas en exclusiva, y contaba con muchas otras competencias de índole penal que se solapaban con las de la Cámara. Por otro lado, existían ciertas limitaciones inherentes a su jurisdicción: si el gobernante del territorio del que surgía el caso ostentaba y ejercía el llamado privilegio de non appellando, el caso no podía ser atendido por la Cámara; por otro, la Cámara no podía intervenir en casos de delitos criminales penales a no ser que el caso involucrara defectos en el procedimiento legal seguido.

Además, en la práctica la Cámara era un tribunal poco apetecible al que acudir: era famoso por la extrema lentitud con que resolvía los casos y emitía veredictos. En algunos casos que involucraban disputas entre distintos principados del Imperio, la Cámara tardó literalmente siglos en emitir veredicto. Cuando fue abolida en 1806, se extinguieron con ella algunos casos que llevaban siendo atendidos desde hacía 400 años; el escaso interés por parte de las partes pleiteantes en resolver sus pleitos -- o su interés en no alterar el statu quo-- suele mencionarse como la causa de tamañas dilaciones.


Después de su creación el 31 de octubre de 1495, el tribunal tuvo su sede junto a la Dieta, en Frankfurt am Main. Luego tuvo sede en Worms, Augsburgo, Núremberg, Ratisbona, Espira y Esslingen. A partir de 1527 se situó en Speyer. A raíz de la Guerra de los Nueve Años, se trasladó a Wetzlar, donde se mantuvo desde 1689 hasta que fue disuelta en 1806.

 

  

Consejo Áulico

 (del latín aula y éste del griego antiguo αυλή, corte en lenguaje feudal, en la antigüedad una gran residencia de tipo helenístico, por lo general privada) era originalmente un consejo ejecutivo-judicial del Sacro Imperio Romano Germánico. Conocido en alemán como Reichshofrat (que significa literalmente Tribunal del Consejo del Imperio) fue uno de los dos tribunales supremos del imperio; el otro era la Cámara de la Corte Imperial (en alemán: Reichskammergericht), que no sólo tenía jurisdicción concurrente con el de este último, sino, en muchos casos, competencia exclusiva en todos los procesos feudales y en los asuntos penales, sobre los feudatarios inmediatos al emperador y en los asuntos que se referían al gobierno imperial.
Se originó durante la baja Edad Media como un consejo financiado por el emperador, que fue organizado en su forma posterior por Maximiliano I en 1497 como rival del Reichsregiment o Cámara de la Corte Imperial, que le había sido impuesta por la Dieta. 

El Consejo Áulico estaba compuesto por un canciller, un vicecanciller, un vice-ministro y 18 consejeros, que eran elegidos y pagados por el emperador, con la excepción del vice-ministro, que era nombrado por el elector de Maguncia. 
De los 18 consejeros, seis eran protestantes, cuyos votos, cuando eran unánimes, lograban un veto efectivo, de tal modo que en cierta medida se preservaba la paridad religiosa. La sede del Consejo Áulico se encontraba en la residencia imperial en Viena. A la muerte del emperador, el consejo se disolvía y tenía que ser reconstruido por su sucesor.
El triunfo de Napoleón I después de la Batalla de Austerlitz culminó con el fin del Sacro Imperio Romano Germánico y el Consejo Áulico dejó de existir en 1806 como una institución imperial. 


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