—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

274.-La Naturaleza Jurídica de Santa Corona de Hungría.-a


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; 

Introducción. 


La Santa Corona húngara, conocida también como Corona de San Esteban (en húngaro: Magyar Szent Korona, en alemán: Stephanskrone, en croata: Kruna svetoga Stjepana, en latín: Sacra Corona) o Sacra Corona Húngara, es la única en la actualidad calificada como un ”Atributo Sacro”.

Las insignias empleadas en la ceremonia de coronación de los monarcas húngaros fueron la Corona de San Esteban, un cetro, un orbe o mundo y un manto. Desde el siglo XII, todos los reyes de Hungría han sido coronados con la misma corona. En el orbe figuran las armas del rey Carlos I Roberto de Anjou (1310-1342).

Doctrina Sacra Corona.

El concepto de Corona Húngara quedó vinculado con los conocidos como Territorios de la Corona de San Esteban, de forma que la expresión Sacra Corona hacía referencia tanto al símbolo de la autoridad de los monarcas húngaros como al territorio en el que ejercía su autoridad. La relevancia que se le otorgó a este símbolo se observa en que se denominó Doctrina de la Sacra Corona al conjunto de principios políticos del Reino de Hungría (una Constitución no escrita). Además se consideraba que ningún monarca de Hungría tenía completa legitimidad si no era coronado.
 A lo largo de la historia, más de quince reyes fueron coronados con esta corona. Únicamente tres monarcas no cumplieron con esta tradición: Vladislao I de Hungría, Juan Segismundo Szapolyai y José II de Habsburgo. El último fue conocido por el seudónimo de "el rey asombrerado", en húngaro "kalapos király", ya que precisamente llevó siempre sombrero y no la Santa Corona.

La Corona de San Esteban empezó a ser denominada ”Sacra” en 1256 y a partir del siglo XIV se la consideró en concreto algo más que un adorno, convirtiéndose en el único símbolo de la autoridad real y, por extensión, de los conocidos como Territorios de la Corona de San Esteban. Por todo ello se puede afirmar que existía ”un rey para la Corona de Hungría y no una corona para el rey de Hungría”.

Desde el año 1401 figuraba en el sello del Reino de Hungría la inscripción: "Sello de la Sacra Corona de Hungría".

Descripción.

La corona posee una forma elíptica con una anchura de 203,9 milímetros y una longitud de 215,9 milímetros, un tamaño mayor que el de una cabeza humana.
El peso es de 2056 gramos.
Se recurrió a dos aleaciones diferentes de oro y plata para elaborar los elementos de la parte superior e inferior de la corona.
En las imágenes de la parte superior figuran caracteres latinos, y griegos en las de la parte inferior.
La parte inferior es asimétrica.
Se ha empleado un elaborado sistema de medición para la elaboración de la mayor parte de las piezas de la corona.

Se desconoce el lugar y la época exacta de su ensamblaje.

Atributo Sacro

Conforme a la tradición, San Esteban alzó esta corona en el año 1000 durante su coronación como ofrenda a la Virgen María Nagyboldogasszony, como señal del compromiso de la monarquía con ella. A partir de entonces, la Virgen María fue considerada Regina (Reina) además de patrona de Hungría. Esta tradición sirvió como justificación de carácter divino para reforzar la autoridad real y la Doctrina de la Sacra Corona. Supuestamente fue enviada por el Papa a San Esteban. Pudo querer reflejar la dependencia espiritual del monarca húngaro respecto del Papa, que le serviría como justificación para no quedar sujeto al vasallaje del emperador y, por otro lado, también pudo simbolizar el compromiso que el Papado esperaba recibir del rey para que ayudara a la Iglesia Católica a alcanzar sus objetivos en Hungría.









































Los resultados de rigurosas investigaciones científicas, que han sido aceptadas por la Iglesia Católica Húngara, indican que en realidad los distintos elementos que componen esta corona fueron ensamblados durante el reinado de Bela III (1172-1196). Es posible que se emplearan algunos procedentes de una joya anterior que pudo ser enviada por el Papa con motivo de la coronación de San Esteban.

Origen de la Sacra Corona

De acuerdo con la teoría más aceptada, recogida en publicaciones de la Academia de Ciencias Húngara y de la Conferecia Episcopal Húnga, la Corona de San Esteban posee dos partes diferenciadas denominadas Corona Graeca y Corona Latina. Fue ensamblada durante el reinado de Bela III y tiene influencias bizantinas, debido a que este rey se había criado en la Corte Bizantina.

La coronación de San Esteban, el primer rey de Hungría, simbolizó el comienzo del proceso de creación de Hungría como entidad política. No se ha podido determinar si se celebró el día de Navidad del año 1000 o el 1 de enero de 1001.

El obispo Hartvik (entre 1095-1116) elaboró uno de los primeros relatos sobre el origen de la corona, que sirvió de base para una tradición que afirmaba que el Papa le había enviado una corona a San Esteban junto con su bendición. El relato del Obispo aparece recogido en una biografía escrita por él entre 1100 y 1110 por encargo del rey Colomán I. El obispo Hartvik señaló que San Esteban envió al arzobispo Astrik de Esztergom a Roma, encargándole que solicitara en su nombre una corona al pontífice. Sin embargo, el rey de Polonia, Miecislao I, que también había enviado emisarios a Roma con el mismo objetivo, iba a recibir una corona que ya estaba preparada. Una noche, se le apareció en sueños al Papa, en el relato no se cita el nombre de ningún pontífice, el Ángel del Señor que le anunció que llegaría otro emisario de un pueblo desconocido solicitándole una corona. El ángel le indicó que debería entregársela a él porque ese pueblo poseía más méritos para recibirla. Al día siguiente el arzobispo Astrik recibió del Papa la corona.

La leyenda del obispo Hartvik comenzó a figurar en libros litúrgicos y breviarios húngaros aproximadamente a partir del año 1200, en los que se menciona al papa Silvestre II, y desde aquella fecha empezó a extenderse por el mundo cristiano. En 1613, el guardián de la Corona, Péter Révai, señaló que la Sacra Corona Húngara fue donada a San Esteban por el papa Silvestre II. Sin embargo, esta narración no pudo ser cierta, dado que el rey Miecislao I no era contemporáneo de San Esteban ni del papa Silvestre II. Además, en el relato de la vida de San Esteban, escrito en la época en que fue canonizado (1083), se recoge que “cinco años después de la muerte de su padre (...) trajeron una carta con bendiciones papales (...) y el Señor favoreció a uno, Esteban, que fue elegido rey, ungido y por fortuna coronado con la diadema del honor regio”. En esta historia no se menciona ninguna corona donada por Roma. Por otra parte, en los Archivos Vaticanos no se ha localizado ningún documento relacionado con la donación de una corona a los húngaros, circunstancia que hubiera contado con el interés de la Iglesia Católica porque probaría su ascendiente sobre el Reino de Hungría.


San Esteban.

Existe otra teoría, muy difundida pero incierta, formulada por Thietmar von Merseburg (fallecido en 1018). Este autor afirmó que el emperador Otón III aceptó que San Esteban fuese coronado y el Papa le envió sus bendiciones; algunos historiadores han defendido que también le mandó una corona, pero hasta la fecha no hay ninguna prueba que lo pueda documentar.

A las dos teorías más destacadas – la donación por el Papado y su creación durante el reinado de Bela III (la más probable) – se les unen otras, de acento más romántico, que situarían en Asia y en un pasado remoto el origen de la Corona Húngara.

Se ha llegado a pensar que las dos partes de la corona pudieron ser elaboradas en periodos diferentes debido a las diferencias encontradas en los estilos y técnicas con que se realizaron las imágenes esmaltadas de la decoración. A esta circunstancia se le une el hecho de que las inscripciones de la diadema son griegas y las de las bandas, latinas. Sin embargo, se debe destacar que observando esta joya no se encuentra ningún indicio, al margen de lo ya expuesto, que lleve a pensar que esté formada por elementos que pudiesen haberse encontrado separados en algún momento.

En 1978, cuando la Sacra Corona fue devuelta a Hungría por los Estados Unidos y comenzaron a realizarse cuidadosos estudios, se volvió a tratar de determinar qué elementos de la parte superior pudieron pertenecer a la corona originaria del primer monarca húngaro.

Tipos de coronas

En función de su uso, las coronas podían ser:

1).-Coronas de uso privado, sin restricciones.
2).-Coronas de Estado o de uso gubernamental, empleadas en determinadas ceremonias, como las aperturas solemnes de parlamentos y las coronaciones.
3).-Coronas de sucesión, empleadas únicamente como símbolos de la transmisión del poder al sucesor.
Al ser una corona de sucesión, la Sacra Corona únicamente fue utilizada durante las ceremonias de coronación de los reyes de Hungría, quedando el resto del tiempo bajo la custodia permanente de dos guardias de la Corona (koronaőr). Únicamente se permitía a otras dos personas tocar la Sacra Corona: la persona que ostentaba después del monarca el título secular (aristocrático) de mayor rango en Hungría Nádor de Hungría, encargado de depositarla sobre un cojín para su traslado con motivo de una coronación, y el arzobispo de Esztergom que ostentaba el título eclesiástico más importante, encargado de coronar al rey.

Diseño e imágenes de la corona.

La Corona de San Esteban está hecha de oro y decorada con diecinueve imágenes esmaltadas, realizadas con piedras semipreciosas, perlas y alabandina (un mineral formado por sulfuro de manganeso). Consta de tres partes, la diadema inferior, denominada Corona Greca, las dos bandas que se cruzan, conocidas como Corona Latina, y la cruz de la parte superior, que en la actualidad se encuentra torcida.

Posee cuatro colgantes (pendilium) sujetos por cadenas a cada lado de la diadema inferior y otro situado en la parte posterior.

Corona Griega

La Corona Graeca ("Corona Griega") es un stephanos o corona abierta que tiene una anchura de 5,2 centímetros y un diámetro de 20,5 centímetros.

Las dos piedras talladas de aguamarina, situadas en la parte trasera de la diadema, fueron incorporadas por el rey Matías II (1608-1619). En la imagen de la parte delantera aparece representado un Pantocrátor. En el borde, a la derecha e izquierda de Jesucristo, están situadas las figuras de los arcángeles San Miguel y San Gabriel, seguidos de las figuras de los santos Jorge y Demetrio de Tesalónica, y de San Cosme y San Damián con la mitad de su tamaño.

En un marco arqueado situado en la parte trasera de la diadema aparece representado el emperador Miguel VII Ducas (1071-1078). Debajo, a la izquierda se encuentra una imagen, con la mitad de su tamaño, denominada Kon. Porphyrogennetos, que puede tratarse del hermano del emperador Miguel, o bien de su hijo y heredero. A la izquierda aparece una imagen del rey húngaro Geza I (1074-1077), junto a la inscripción griega: ΓΕΩΒΙΤZΑC ΠΙΣΤΟC ΚΡΑΛΗC ΤΟΥΡΚΙΑC (Geōvitzas pistós králēs Tourkías, Geza I, fiel monarca de la tierra de los turcos). El nombre empleado por los bizantinos para referirse a los húngaros en aquella época era turcos. Como era habitual en la jerarquía del Estado Bizantino, en la decoración de la Corona se observa una clara diferenciación entre los títulos del emperador y los del rey húngaro, al emplearse Kralj (rey) para referirse a Geza, que es una expresión helenizada proveniente del eslavo meridional común. Las figuras de los santos y los gobernantes griegos están representados con halos, mientras que la figura de Geza no. Los nombres de los emperadores aparecen escritos en color rojo y los de los monarcas húngaros en azul oscuro o negro.

Las placas esmaltadas de la decoración de la banda circular, el pequeño panel en que figura el Pantocrátor y la imagen del emperador Miguel se encuentran fijadas a la corona mediante técnicas diferentes. La imagen del emperador Miguel no pudo ser fijada al armazón de la misma forma que el Pantocrátor situado en la parte frontal. Esto es debido a que el armazón se halla doblado hacia arriba, lo que ha obligado a sujetar en sus bordes la placa con la imagen de Miguel VII. Esta circunstancia ha llevado a pensar que esta imagen no fue creada para decorar la corona.


Se ha observado que la Corona Griega, debido a su forma apunada y al contar con placas arqueadas, es idéntica a las coronas que utilizaron las emperatrices bizantinas. En realidad llegó a Hungría aproximadamente en 1075, enviada por el emperador Miguel VII Ducas para obsequiar a la esposa del rey Geza, que pertenecía a la familia griega de los Synadenos. No era una corona nueva, pudo tratarse de una antigua corona femenina procedente del tesoro del emperador que fue remodelada para la ocasión. Es posible que las imágenes esmaltadas sustituyeran a otras anteriores, consideradas poco apropiadas para una reina de Hungría.

Corona Latina

La Corona Latina, que no es un objeto independiente ni podía utilizarse sin la Corona Griega, fue diseñada para estar unida al borde superior, dotando a ésta de una cubierta con forma abovedada. La Corona Latina se compone de cuatro chapas de oro, de una anchura de 5,2 centímetros y con uno de sus bordes unido a una placa central, de forma cuadrada y con una longitud de 7,2 centímetros en cada lado. Estas chapas de oro, que cubren la parte superior de la joya, transforman entonces el stephanos o corona abierta en un stemma o corona cerrada. El simbolismo de una corona cerrada implica que el portador de la joya no se encuentra sometido a monarca alguno.

La escritura de las leyendas que identifican las imágenes de los santos representados ha facilitado pistas sobre la fecha en la que pudo ser elaborada la Corona Latina. Tanto la mayúscula T que figura en la palabra Thomas y la segunda U de la palabra Paulus muestran el estilo característico que poseían las letras latinas empleadas en monedas bizantinas, una costumbre que se abandonó a mediados del siglo XI. Estas imágenes pudieron formar parte de un relicario o de un altar plegable regalado a San Esteban por el Papa. También es posible, aunque tal vez nunca sea factible comprobarlo, que San Esteban recibiese la propia Corona Latina como un regalo de algún Papa en señal de agradecimiento por algún obsequio suyo, costumbre cuya existencia histórica en aquella época se ha documentado. Sin embargo, se ha comprobado que las imágenes de los apóstoles, por su estilo, no pudieron ser realizadas en una fecha cercana al año 1000.

Las bandas que se cruzan están decoradas en sus bordes con hileras de cuentas de oro. La placa central está decorada con doce perlas que simbolizan a los doce apóstoles. La Corona Latina cuenta en su decoración con un total de setenta y dos perlas.

La placa central está adornada con una imagen del Pantocrátor, esmaltada mediante una técnica conocida como cloisonné. En cada banda se pueden observar dos figuras de apóstol (ocho en total) que se corresponden con los ocho primeros que son citados en los Hechos de los Apóstoles, 1.13.

La Cruz

La cruz se encuentra unida al resto de la corona de forma tosca, rompiendo la imagen de Cristo situada en la parte superior. Pudo haberse añadido durante el siglo XVI. La cruz de la corona quedó torcida durante el siglo XVII, probablemente pudo dañarse en el momento de cerrar el cofre de hierro en el que se custodiaba por estar mal colocada en su interior. Desde entonces se ha mantenido inclinada hacia la izquierda y así ha aparecido en todas las representaciones de la Corona de San Esteban que se han realizado.

La Corona en conjunto

La forma de la Corona de San Esteban es muy parecida a la del kamelaukion, un tocado con su parte superior cubierta que fue introducido por el Imperio Bizantino y cuyo diseño se empleó también en las coronas bizantinas. Durante el reinado de Bela III, se incorporaron a la Corona Griega las bandas que se cruzan en la parte superior. Es posible que se pretendiera imitar las coronas bizantinas, debido a que Bela III se había criado en Constantinopla. Para decorar estas bandas se recurrió a una decoración semejante a la utilizada en la Corona Griega.

Vínculos del tesoro con San Esteban

Existe la posibilidad de que las bandas cruzadas de la Corona Latina procedan del propio tesoro de San Esteban. Por otra parte, en la época de la creación de la corona, existía la esperanza de que incluyese algunos trabajos anteriores de orfebrería realizados con oro que permitiesen vincularla con el propio San Esteban.

La inscripción bordada en el manto que fue empleado en la ceremonia de coronación de los monarcas húngaros muestra con certeza que San Esteban y su esposa, la reina Gisela de Baviera, ordenaron su elaboración, que data del año 1031.

El cetro utilizado en la coronación de los reyes de Hungría, que dispone de un orbe o mundo en su extremo superior, también puede ser de la época de San Esteban. En los sellos de sus contemporáneos, el emperador Enrique II y Rodolfo III de Borgoña aparecen representados ambos portando un cetro con la misma forma. Este tipo de cetros, de pequeña longitud y con un orbe en su extremo superior, sólo fueron usados en aquella época.

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