—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

miércoles, 18 de marzo de 2015

328.-Los consejos para un abogado de familia.-a


  Esteban Aguilar Orellana ; Giovani Barbatos Epple.; Ismael Barrenechea Samaniego ; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí ; Alfredo Francisco Eloy Barra ; Rodrigo Farias Picon; Franco González Fortunatti ; Patricio Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda; Jaime Jamet Rojas ; Gustavo Morales Guajardo ; Francisco Moreno Gallardo ; Boris Ormeño Rojas ; José Oyarzún Villa ; Rodrigo Palacios Marambio; Demetrio Protopsaltis Palma ; Cristian Quezada Moreno ; Edison Reyes Aramburu ; Rodrigo Rivera Hernández; Jorge Rojas Bustos ; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba ; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala; Marcelo Yañez Garin; Alamiro Fernandez Acevedo; Carla Vargas Berrios;


ABOGADOS DE FAMILIA.





Un abogado de familia debe de contar con una formación relativamente amplia y especializada, para ejercer sus funciones eficiente. 
También debe tener algunas cualidades extra para ser un buen profesional dentro de esta rama del derecho. De esta manera sus potenciales clientes, podrán depositar la confianza en él o ella para que defienda sus derechos si el abogado o abogada cumple con algunas características.
Entre estas se tienen en cuenta si tiene vocación de servicio, si es empático y entiende los problemas de sus clientes; si tiene la intención de solucionar estos problemas por la vía pacífica, llegando a acuerdos sin tener que resolver el problema ante el juez; si es capaz de mantenerse motivado y con buena actitud pese a los problemas e imprevistos que puedan presentarse a lo largo del desarrollo del caso; si mantiene la objetividad frente a los hechos; y, lo más importante, si es capaz de generar confianza ante sus clientes, en especial en aquellas cuestiones en las que hay menores de edad de por medio. 

Las  funciones principales de un abogado de familia es de ser mediadores entre los miembros de una familia en caso de disputa de carácter familiar y se encargan de representar a sus clientes en los procedimientos ante los tribunales de familia, así como redactar diferentes tipos de documentos legales, como acuerdos prenupciales o de propiedad, adopción, paternidad, divorcios, sucesiones, donaciones, herencias, etc., por lo que si todavía no sabes cuáles son las funciones de un abogado de familia, debes prestar especial atención a los siguientes apartados.

Actúa en casos de separación y divorcio.

Las relaciones son complicadas y, lo que en un principio puede resultar una convivencia armoniosa entre dos personas se puede convertir en un problema constante de discusiones interminables y falta de comunicación que lleve al hecho de que dos personas casadas ante los ojos de la ley deciden poner fin a su matrimonio y llevar caminos diferentes. En estos casos, tienen la opción de contratar un abogado de familia para afrontar el divorcio o separación de manera legal.
Hay que puntualizar que no existe alegar ninguna causa para que una persona quiera divorciarse de otra siempre que hayan transcurrido un mínimo de 90 días tras la celebración del matrimonio. Este tipo de profesionales del derecho intercede en estos casos buscando la solución menos conflictiva y más pacífica posible, ya que, en el caso de que haya hijos menores de edad en un matrimonio que se quiera divorciar, es una figura imprescindible debido a que deberá realizarse íntegramente por vía judicial. 

Los casos de custodia de hijos.

Hemos dicho que el hecho de formar una familia otorga unos derechos y unas obligaciones. Por ello, se entiende que los padres son legalmente responsables del cuidado de los hijos independientemente de si viven juntos, separados o están divorciados. Son situaciones bastante complejas de resolver, pero la norma general es que ambos padres conservan la patria potestad de sus hijos, pero es necesario decidir quién está más capacitado o capacitada económica para ejercer la guarda y custodia del menor o la menor. 
Para los casos en los que exista disputa entre los progenitores, es necesario contactar con un abogado de familia para que prepare una demanda que deberá de resolver un juez, que puede determinar hasta 4 tipos de guarda y custodia: exclusiva, compartir, distributiva o atribuida a un tercero, siempre teniendo en cuenta cuál es la situación que más beneficia a los menores. 

Puede prestar servicios en asuntos de herencias.

Un abogado especialista en herencias es un abogado familiar que se encarga de asesorar jurídicamente a sus clientes para el cumplimiento de las obligaciones tributarias y el reparto de los bienes, evitando las vulneraciones de derechos. Así pues, presta sus servicios en lo relativo a los testamentos, proporcionando la validez efectiva al mismo para el cumplimiento de la última voluntad del difunto. 
Este tipo de profesional también se encarga de gestionar todo lo relativo a las sucesiones y de las transmisiones de derechos, así como en casos de renuncia a herencias cuando las deudas del fallecido son mayores que los activos y sus herederos no obtienen ningún beneficio al heredar. También se encargan de llevar a cabo las particiones de herencias en caso de que exista desacuerdo entre las partes. 

Casos de acuerdos prematrimoniales

Los acuerdos prematrimoniales se suelen dar en matrimonios en los que una de las partes tiene una cantidad de bienes bastante superior a la otra parte, por lo que se contemplan las consecuencias de que la relación sentimental cese o se produzca la muerte de cualquiera de los cónyuges o futuros cónyuges. Por ello, el abogado familiar es la figura encargada de ayudar en la redacción de este tipo de acuerdos para que sean efectivos.
Entre los puntos de reparto de bienes tras el cese de la vida conjunta que se tratan los acuerdos prematrimoniales se encuentran las pensiones económicas entre las partes, la atribución y el uso de la vivienda familiar, las futuras relaciones con los hijos y la división del propio matrimonio.


 
TRIBUNALES DE FAMILIA.

 
Juzgado de Familia en Chile.


Los juzgados de Familia, son tribunales especiales del poder judicial de Chile, formado por unos o varios jueces letrados, que ejercen en forma unipersonal su potestad jurisdiccional, para conocer, juzgan y ejecutar lo juzgado, en todos negocios o asuntos que la ley  encomiende. Su territorio jurisdiccional esta  formado por comuna o  un agrupación de comunas.

El procedimiento ordinario de Familia se aplica en todos los casos en que la ley no establece un procedimiento especial.
Una vez interpuesta la demanda, y habiendo pasado el examen de admisibilidad, el tribunal de familia debe fijar en el más breve plazo posible la primera audiencia llamada “audiencia preparatoria”, la que debe notificarse a las partes con una anticipación mínima de 15 días a su realización. Luego, el o la demandada debe contestar la demanda por escrito con a lo menos 5 días de anticipación a la fecha de realización de la audiencia preparatoria.
Las partes deben asistir a las audiencias personalmente y acompañados de sus abogados, salvo que el juez los exima de comparecer personalmente por resolución fundada. El juez puede autorizar la comparecencia remota por videoconferencia de cualquiera de las partes que así lo solicite.
En la audiencia preparatoria las partes deben hacer una síntesis de la demanda y de la contestación. El juez debe: resolver las medidas cautelares; promover, si es posible, la resolución del conflicto mediante la mediación o la conciliación; y determinar el asunto del juicio (contenido o materia que se encuentra en discusión de las partes) qué hechos hay que probar y cuáles no. Posteriormente, se deben determinar las pruebas a rendir, tanto las propuestas por las partes como las dispuestas por el tribunal, para finalmente fijar la fecha de la segunda audiencia denominada “audiencia de juicio”, dentro de un plazo no superior a 30 días de realizada la audiencia preparatoria, a la cual se entienden notificadas desde ya las partes.
En la audiencia de juicio las partes deben presentar ante el juez las pruebas que habían ofrecido en la audiencia preparatoria (testigos, documentos, otros). Al final del debate, el juez debe comunicar a las partes su resolución, sin perjuicio que fije otra audiencia para la lectura del fallo.


 
Los consejos para un abogado de familia.


  
7 consejos. 

  
Attorney's Room (Former Toilet), Bronx Family Court; 6/76


El Abogado don José Corozzo, señala las siete habilidades que debe tener un abogado de familia,  para hacer un buen juicio de divorcio:


1.- Fomenta el diálogo y trata de evitar la disputa y la oposición de intereses características del proceso judicial contencioso:


Agota hasta el final las posibilidades de encauzar el conflicto familiar a través de los canales de la Mediación Familiar, o mutuo acuerdo entre las partes. Aunque la mediación no es la panacea, en principio ofrece alternativas potencialmente beneficiosas para resolver las cuestiones derivadas del divorcio sobre todo si existen hijos menores en matrimonio.
Frente al paradigma “ganar-perder” centrado en intereses del proceso judicial contencioso la Mediación Familiar fomenta el principio “ganar-ganar” o en todo caso el “empatar-empatar” y siempre centrado en los valores.

2.- Enfoca adecuadamente el mutuo acuerdo entre cónyuges para divorcio:

En la actitud o disposición del ánimo, de un proceso de mutuo acuerdo, procura la suscripción de un convenio regulador con acuerdos debidamente pensados, reflexionados y madurados; no pretenderá acuerdos alcanzados cinco minutos antes  de audiencia judicial y que se formalizan y consienten en la sala del juzgado de Familia, por los cónyuges que se ven bajo temor reverencial frente al Juez : acuerdos incompletos, improvisados a “salto de mata”, acuerdos que cierran heridas “en falso” y fuente segura de problemas futuros.

Al contrario; el Abogado altamente efectivo se esfuerza en que en el convenios regulador, alcance acuerdos satisfactorios, flexibles e imaginativos; plantea la plasmación de un plan de parentalidad (relativo al ejercicio de todas las funciones de la patria potestad y el cuidado de hijos, y el régimen de visita.); del monto, forma de pago y actualizaciones de pensión de alimentos, de la relación de partidas de gastos extraordinarios y su forma de abono etc…tan detallista como sea necesario y en función de la realidad socio-económica de la familia; no mercadea ni comercia sino que consensúa las medidas; fomenta que junto con el divorcio personal se proceda a la liquidación de los bienes materiales en común.
En síntesis, trata que de acuerdos esté adaptado, “customizado” y personalizado plenamente a la realidad de la familia y con miras a la evitación de futuras controversias que pueden derivar en interminables ejecuciones judiciales.

 3.- No busca culpables:

 Si finalmente no es posible el divorcio consensuado y se adentra en el proceso contencioso, no utiliza los escritos de demanda y contestación o el interrogatorio de partes y testigos para buscar culpas o culpables o para abrir la “caja de Pandora” sacando a relucir las “miserias” de la familia que han provocado el desafecto personal y conyugal como si de un divorcio causal se tratase. Como ya comenté más detalladamente en mi anterior artículo “Conviene recordarlo: El divorcio en España no requiere causa ni busca culpables”, un proceso judicial contencioso así planteado influye en el deterioro de una posterior relación personal basada, al menos, en los principios de comunicación pacífica, respeto y tolerancia así como en la construcción de vías de colaboración y entendimiento para el posterior cuidado y crianza de los hijos menores que, a la postre, serán los más perjudicados.

4.- Se centra en el interés superior del menor: 

Hace pivotar el planteamiento de su solicitud de medidas reguladoras del divorcio en torno al bienestar de los hijos menores más allá y por encima de algunos interés egoístas de los progenitores. Y es que, no lo olvidemos, la única persona que debe ser defendida al unísono por todos los profesionales que intervenimos en los procesos familiares (Abogados, Peritos, Juez y Fiscal) debe de ser el menor.

 5.- No afronta el proceso judicial como si de una contienda bélica se tratase:

Cuantas veces hemos oído a algunas personas que se divorcian dirigirse a su pareja con expresiones como “vamos a por todas”“te voy a dejar con lo puesto”, “te voy a arruinar”, etc, expresiones denotan un equivocado enfoque del proceso matrimonial. En demasiadas ocasiones, la actual visión de la ruptura en el ámbito jurídico se contagia de este enfoque centrado en la generación de perdedor-ganador en un escenario de competencia o competición por los elementos que antes se compartían (bienes, hijos…).
 Este planteamiento del conflicto provoca que en ocasiones el proceso judicial se convierta en una batalla campal que a la larga provocará en los miembros de la familia patologías psicológicas: El Abogado altamente efectivo evita este enfoque y disuade a su cliente de que afronte el proceso de esta manera.

6.- Aporta al proceso matrimonial información completa y veraz: 

La falta de colaboración o la colaboración incompleta sobre datos económicos, laborales, escolares, sociales o personales además de suponer una mala praxis y atentar al principio de buena fe procesal puede dar lugar a una Sentencia ineficaz o insatisfactoria y, con probabilidad, a unos procesos de ejecución tortuosos, desagradables e interminables.

 7.- Conoce, estudia constantemente y está atento a las novedades legales y tendencias de la doctrina y la jurisprudencia, específicas en materia de la especialidad de Derecho Matrimonial y de Familia.


La defensa del asunto de Familia requiere siempre y en primer lugar el conocimiento adecuado de las normas, doctrina y jurisprudencia específicas de la materia aplicable al caso cuya defensa maneja. Está en constante y diario aprendizaje. Es un buen hábito para el Abogado altamente efectivo y que no es especialista en Derecho de Familia buscar el asesoramiento y la consultoría de otros profesionales jurídicos que sí dominan esta especialidad que pondrán sus conocimientos y experiencia a su servicio.



  
Diez consejos para evitar un mal divorcio.

 



Abogado Felipe Mateo.

1º. ANTES DE CASARSE, HAGA SEPARACIÓN DE BIENES.

Sé que es muy poco romántico aconsejar que antes de casarse hagan capitulaciones matrimoniales pero, como abogado de familia, también sé que al final, llegada la ruptura, la «principal batalla» es la económica. De esta forma, si antes de casarse se deja resuelta esta cuestión, llegado el caso de tener que divorciarse, habrá un problema menos.

2º. DEDÍQUELE A SUS HIJOS, DESDE EL PRIMER MOMENTO, TODO EL TIEMPO QUE LE SEA POSIBLE.

Algo que he comprobado a lo largo de los años de ejercicio profesional como abogado de familia es que muchas personas «se dan cuenta» de que tienen hijos el día que se divorcian. Antes no se habían «acordado» de ellos o se habían acordado muy poco y, llegado el divorcio, «de repente» quieren la custodia compartida o la custodia exclusiva.
Esto, antes, era una cuestión casi exclusiva de los hombres, pero desde que las mujeres se han incorporado al mercado laboral es algo que se da tanto en hombres como en mujeres.
Y lo cierto es que muchas personas piensan que las custodias exclusivas o compartidas se ganan en los juzgados, pero no es así, las custodias de los hijos «se ganan» fuera de ellos, desde que nacen.
Dicen los psicólogos que el apego se hace en los primeros años de vida del niño. Pues bien, si un padre o madre se pierde esos primeros años de sus hijos –no entro en considerar las razones por las que esto se produce, simplemente expongo un hecho y las consecuencias que conlleva–, es muy probable que lo tenga más difícil para conseguir la tan anhelada custodia compartida.
Por ello, mi consejo es claro, no «confundan» sus prioridades en la vida, dediquen a sus hijos todo el tiempo que les sea posible desde el mismo instante de su nacimiento. Si un día llega la ruptura de la relación de pareja esto les «facilitará» las cosas.

3º. ELIJA UN BUEN ABOGADO, UN ESPECIALISTA.

Si es usted quien decide divorciarse, la primera decisión que tiene que tomar, la «más importante», es en manos de qué profesional se pone. Esta decisión es vital, porque los errores que se cometen al principio de un divorcio, en muchas ocasiones, son irreparables. No se ponga en manos de un amigo o de uno de esos abogados que «lleva de todo….».
Pónganse en manos de un profesional, de un experto, de un especialista, piense que se está jugando su futuro y el de sus hijos –si los hay–. Medítelo bien, en esta elección no puede equivocarse.En mi opinión, en derecho de familia hay dos tipos de abogados, los pirómanos y los bomberos:

a) Los pirómanos son los que solo saben echar leña al fuego o echar cerillas a la gasolina.

b) Los bomberos son los que apagan los fuegos, rebajan la tensión y la temperatura y ayudan a superar la situación.

Pues bien, creo que estarán de acuerdo conmigo, estimados lectores, que la opción que les debo recomendar es que huyan de los primeros y busquen a los segundos.

4º. NO SE «FÍE» DEL ABOGADO DE SU PAREJA.

Son muchos los que, cuando llega el divorcio, acuden a un abogado que previamente ha buscado su pareja, y van como «corderos llevados al matadero», les ponen un convenio regulador –en Aragón Pacto de Relaciones Familiares– encima de la mesa y lo firman como quien firma su «condena de muerte».
Luego, con ese acuerdo o, peor aún, con la sentencia en la mano van a otro profesional y, cuando se dan cuenta de lo que han firmado, ya es demasiado tarde.
Si su pareja le dice que tiene un abogado «magnífico», no pasa nada, usted busque otro abogado «magnífico» y deje que los dos «magníficos» se entiendan, que cada uno de ellos vele por los intereses de su cliente.

5º. NO DÉ NINGÚN PASO SIN CONSULTARLO CON SU ABOGADO.

Tanto si es usted quien decide divorciarse o es su pareja, hasta que no haya encontrado un abogado de su confianza, no haga nada. Los primeros pasos que se dan en una ruptura son decisivos, si son equivocados pueden ser «letales».
Durante el tiempo que dure el procedimiento de divorcio acostúmbrese a consultar todos sus pasos con su abogado, no haga nada sin consultarlo previamente.
Hay una mala costumbre que consiste en hacer las cosas y luego consultar. Si lo que se ha hecho está bien no pasa nada, pero si lo que se ha hecho está mal, el abogado ya no va a poder solucionar eso, por lo tanto, créanme, mejor no hacer nada sin consultar primero.

6º. NO TENGA REPARO, SI LO NECESITA, BUSQUE AYUDA PSICOLÓGICA.

Dicen los expertos que, después de la muerte de un ser querido, un divorcio es una de las experiencias más traumáticas que puede vivir una persona. Los no expertos dicen que al psicólogo solo van los «locos».Por favor, háganme caso, en esta cuestión, los expertos son los que tienen la razón. Si piensa que lo necesita, que no puede más, no lo dude, busque ayuda psicológica.
Un procedimiento de divorcio es largo y puede ser duro, muy duro. Hay que estar «entero», en buena forma –sobre todo psíquica– para afrontarlo. Así, si se busca un abogado especializado en la materia y un buen psicólogo, podrá afrontarlo en mejores condiciones que si va a «pecho descubierto».
Además, si va a tener que pasar la prueba de gabinete psicosocial, estar «en buena forma» psicológicamente hablando e incluso preparar la prueba con un profesional puede ser determinante.

7º. NO ABANDONE EL DOMICILIO FAMILIAR SALVO QUE SEA ESTRICTAMENTE NECESARIO.

Miguel Molina, el protagonista de 1.000 días sin tus hijos, cuando no pudo más, cogió la puerta y se fue y se instaló en un apartotel. En mi opinión, ese día dictó su «sentencia de muerte» como padre.
Cuando un cliente me dice que está pensando en irse de casa, mis preguntas siempre son las mismas:

1.- ¿Tu pareja te ha amenazado con denunciarte por violencia de género?

2.- ¿Crees que tu pareja es capaz de ponerte una denuncia falsa por violencia de género?

Si la situación es muy tensa y hay un alto riesgo de acabar siendo denunciado por violencia de género, lo mejor es irse de casa. Pero si la situación es sostenible, lo mejor es quedarse hasta que se firme el acuerdo o llegue el juicio.
Con ello podemos evitar varias cuestiones importantes que tal vez no tengamos presente en esos momentos –por las circunstancias que estamos viviendo–, pero que pueden ser cruciales:

a) Se evita que se produzca un desapego con los hijos.

b) Se evita que el progenitor que se quede con ellos los manipule en contra del progenitor que se va.

c) Se evita que, luego, esa salida del hogar pueda ser usada en contra en un juzgado.

8º. SI SE VA DE CASA, PREPARE UN NUEVO HOGAR PARA SUS HIJOS.

Si no está dispuesto a quedarse en casa, si el riesgo de denuncia por violencia de género es alto, si, en definitiva,decide irse, prepare primero un lugar «digno» para sus hijos, un nuevo hogar.Como he dicho antes, Miguel Molina, el protagonista de 1.000 días sin tus hijos, cuando no pudo más, cogió la puerta y se fue, se instaló en un apartotel. Repito, para mí, ese día dictó su «sentencia de muerte» como padre.
Coincidirán conmigo en que las opciones que tiene un padre o madre que viva en un apartotel para que le den la custodia compartida de sus hijos son casi nulas, y ya no digamos de la exclusiva… Por lo tanto, antes de abandonar la vivienda familiar, si tiene tiempo y recursos, prepare un nuevo hogar para sus hijos.

9.º ÉCHESE UNA GRABADORA ENCIMA.

Las empresas que se dedican a comercializar grabadoras deberían tener un «detalle» conmigo. Bromas aparte, lo cierto es que a todos mis clientes con divorcios conflictivos, uno de los primeros consejos que les doy es que se hagan con una grabadora.
Al día de hoy puedo decir sin ningún reparo que las grabadoras salvan vidas o, al menos, «impiden» que muchos inocentes entren en la cárcel. De esta forma, tanto si va a seguir en la vivienda familiar como si se va a ir, échese una grabadora encima.
Es preferible que un día tenga que borrar lo grabado a que tenga que lamentar no haberlo grabado.

10º. MÁS VALE UN MAL ACUERDO QUE UN BUEN PLEITO.

Sé que no es fácil, que dos no llegan a un acuerdo si uno no quiere, pero el esfuerzo por llegar a un acuerdo vale la pena. Si hay hijos, piense en ellos, y si su ex pareja no piensa en ellos, usted siga pensando en sus hijos. Ellos quizás «nunca» se lo agradezcan, pero estoy seguro que usted tendrá la satisfacción de haberlo intentado.
Créanme si les digo que, en los procedimientos de divorcio, no gana nadie, todos pierden.
En contra de lo que piensan muchos, el divorcio no termina el día que se dicta sentencia, sino más bien todo lo contrario, el divorcio empieza al día siguiente de dictarse sentencia.
Y en función de cómo haya sido el procedimiento de divorcio, el día después será mejor o peor.
Por eso procure que su divorcio sea lo más «civilizado» posible para no tener que arrepentirse al día siguiente.


 
 10 consejos para un buen Divorcio.


 

1.- Elige bien el régimen económico matrimonial:

Aunque puede resultar demasiado pragmático cuando dos personas está ilusionadas pensando en contraer matrimonio, lo cierto es que elegir bien el régimen económico matrimonial en función de las circunstancias de vuestra familia tiene una gran relevancia.
En el régimen de bienes gananciales: pertenece a ambos cónyuges, desde el primer día del matrimonio, el dinero que ganen y los bienes que adquieran con él. También serán de cada cónyuge las deudas que cada uno contraiga.

En el régimen de separación de bienes: cada uno de los cónyuges seguirá siendo titular de sus ingresos y propiedades y no habrá bienes comunes, salvo que los dos cónyuges quieran adquirir bienes juntos.

2.º Implícate en la crianza y educación de tus hijos desde el principio:

Como Abogado de Familia mi experiencia me ha enseñado que es difícil lograr una Custodia compartida al divorciarse si hasta ese momento esa persona no se ha implicado en la crianza y educación de sus hijos.
La clave para disfrutar de tus hijos tras un Divorcio es que tras la ruptura puedas demostrar que la vida de tus hijos no debe cambiar porque han disfrutado siempre de su padre y de su madre. Es el principal argumento para defender una Custodia compartida en los Tribunales.
Mi consejo, por ello, es disfrutar de los hijos desde que nacen, en la medida en que nuestro tiempo libre nos lo permita e incluso, organizando nuestra jornada laboral, si es posible, para disfrutar de ellos. No sólo será beneficioso para los progenitores, sino también para los hijos y llegada la ruptura, será más fácil que ellos quieran seguir manteniendo las mismas pautas de convivencia con uno y otro progenitor.

3. Elije un buen Abogado de Familia, especialista en Divorcios:

Si quieres divorciarte, la primera decisión que debes tomar es la de asesorarte con un buen Abogado de Familia antes de abandonar el hogar familiar o de comunicárselo a tu pareja
Un especialista en Divorcios se diferencia de los abogados generalistas que llevan “de todo” o de los “amigos” en que te orientará jurídicamente en un momento muy delicado en tu vida y en la de tu familia que tendrá irreparables consecuencias en el futuro si no lo haces bien.
Un buen Abogado de Familia no “echa más leña al fuego” para llevarte a litigar en los tribunales, sino que su función prioritaria es la de ayudarte a tomar buenas decisiones que te permitan conservar las relaciones familiares en el futuro lo más intactas posibles, es decir, no generar conflictos innecesarios y cerrar bien la crisis familiar.
Si, además, es Mediador familiar, mejor porque os ayudará a que las dolorosas decisiones que debéis tomar se desarrollen de la forma más justa posible. Piensa que cuando existen hijos/as, las relaciones familiares perdurarán incluso después de la ruptura, por ello, es mejor que estés abierto al diálogo al acuerdo para ahorraros costes económicos y emocionales.

4. No actúes por tu cuenta, ten en cuenta los consejos de tu Abogado de Familia:

No provoques discusiones que pueden írsele de las manos; no mandes mensajes agresivos; no genere conflictos y no mezcles a tus hijos en tus decisiones impulsivas.
Los primeros pasos que se dan en una ruptura son decisivos, para bien y para mal.

5.- Busca ayuda psicológica si lo necesitas:

No es ningún demérito contar con la ayuda de un profesional de la psicología o de la psiquiatría si la ruptura te desborda emocionalmente o crees que “te estás viniendo abajo”.
Dicen que el Divorcio es, tras la muerte de un familiar querido, el duelo más difícil de gestionar. Hay personas que llevan tiempo esperando esta ruptura y saben salir de ella, pero para otras personas supone una noticia inesperada o sienten un vértigo que les supera. Es ahí cuando no debes dudar en dejarte ayudar.
Cada vez más clientes compaginan las consultas en mi despacho con el apoyo de un psicólogo que tenga experiencia en este tipo de situaciones.

6.- No abandones el domicilio familiar, salvo que fuera necesario para evitar un mal mayor:

Si no hay una situación tan conflictiva en la vivienda familiar que haga insostenible la convivencia para la pareja o para tus hijos/as, es mejor que permanezcas en tu casa durante el tiempo que dure la negociación del divorcio o hasta que se celebre el juicio.
Eso te permitirá mantener fuerte la relación con tus hijos/as y que si ambos os planteáis mantener el uso de la vivienda conyugal, podáis negociar en igualdad de condiciones.
Si ves que resulta necesario que te marches de la vivienda familiar, busca un nuevo hogar ya permanente para tus hijos/as para que desde el inicio puedas compartirlo con ellos. Además, es algo necesario para que puedas reclamar una custodia compartida si es lo que te planteas.

7.- Sé cauto en la comunicación con tu pareja mientras negociáis el Divorcio:

Durante la ruptura, se suelen decir cosas desagradables e inadecuadas que en la mayoría de las ocasiones no se siente, pero quedan dichas.
Debes tener una actitud respetuosa, pero ser precavido/a y no decir cosas de las que luego puedas arrepentirte, no ya solo porque son palabras que contribuyen a generar un mal clima en el hogar, sino porque en muchas ocasiones son palabras que quedan escritas, por ejemplo, en tu WhatsApp y que luego pueden perjudicarte.

8.- No traslades el conflicto de pareja a tus hijos:

Si tenéis hijos/as, tenéis que garantizarles el bienestar emocional necesario para afrontar la ruptura de pareja. No debes involucrarlos en vuestras rencillas, ni utilizarlos el uno contra el otro porque les generaréis un daño emocional irreparable.
Vosotros dejáis de ser pareja, pero seguís siendo ambos progenitores de vuestros hijos/as y ellos os necesitan a ambos.

9.- Mejor un mal acuerdo que un buen pleito:

Aunque en muchas ocasiones, mis clientes llegan al despacho con ánimo de venganza y lo más fácil sería acudir directamente a los tribunales contra la otra parte, como Abogado de Familia  no lo aconsejo nunca.

Mi  especialización en Divorcios me hace siempre trabajar a favor de un acuerdo en temas familiares. No solo por la satisfacción que con el tiempo me trasladan mis clientes, incluso los más irredentos, sino también porque mi obligación es no incendiar, sino apagar fuegos.
En el momento en que llegan al despacho están en plena ebullición de emociones negativas, pero con el tiempo se encuentran que han de gestionar sus vidas, las de sus hijos y seguir adelante y para ello, resulta fundamental tratar de cerrar la crisis de la mejor manera posible, por vosotros mismos y por vuestros hijos.
No es fácil, pero hay que intentarlo todo lo posible.
Si finalmente es imposible, pues habrá que acudir a los Tribunales, pero hay que “darlo todo” por el acuerdo.

10.- Pon tu mente en el futuro:

No es sencillo cerrar un capítulo que en ocasiones ha durado muchos años y que conlleva la creación de una familia, pero hay que enfocarse en el futuro y en el proyecto de vida que tienes por delante y no regodearte en el pasado, sobre todo cuando el pasado está claro que no va a volver.
Lleva su tiempo, y en ocasiones es necesario el apoyo de un psicólogo/a, pero enfocarte en lo que será tu vida de ahora en adelante te ayudará a no venirte abajo.


  
7 destrezas importantes para abogados de familia.


Juzgado de Familia.


Les presentamos algunas de las habilidades más importantes que destacan en esta área:

1. Comunicación efectiva.

La comunicación clara y efectiva es fundamental para los abogados de familia. Deben ser capaces de comunicarse de manera comprensible con sus clientes, colegas, jueces y otras partes involucradas en el caso. Esto implica tanto habilidades de expresión oral como escrita.

2. Empatía y habilidades interpersonales.

Los abogados de familia deben ser capaces de comprender y conectar emocionalmente con sus clientes, mostrando empatía y sensibilidad hacia sus situaciones y necesidades. Las habilidades interpersonales sólidas les permiten establecer relaciones de confianza con sus clientes y trabajar de manera efectiva con otros profesionales en el campo.

3. Habilidades de negociación.

La capacidad de negociar favorablemente en nombre de los clientes es esencial para estos abogados. Deben ser capaces de buscar soluciones amistosas y resolver disputas de manera efectiva, utilizando estrategias de negociación y resolución de conflictos para lograr acuerdos justos y beneficiosos para sus clientes.

4. Pensamiento analítico y resolución de problemas.

Deben ser capaces de analizar de manera crítica los problemas legales y las situaciones complejas que enfrentan, identificar los problemas clave y desarrollar estrategias para resolverlos. El pensamiento analítico y la capacidad de resolución de problemas les permiten abordar los desafíos legales de manera efectiva.

5. Organización y gestión del tiempo.

La práctica del derecho de familia puede implicar múltiples casos y plazos ajustados. Por lo tanto, los abogados deben ser organizados y capaces de gestionar su tiempo de manera eficiente para cumplir con los plazos y cumplir con las demandas de múltiples clientes y casos.

6. Adaptabilidad y manejo del estrés.

La práctica del derecho de familia puede ser emocionalmente desafiante y exigente. Es importante que los abogados san capaces de adaptarse a situaciones cambiantes, manejar el estrés y mantener la calma bajo presión. La resiliencia y el manejo efectivo del estrés son habilidades clave en este campo.

7. Competencia legal y actualización continua.

Los abogados de familia deben tener un sólido conocimiento de las leyes y regulaciones relacionadas con el derecho de familia en su jurisdicción. También es importante que se mantengan actualizadas sobre los cambios legales y las tendencias en el campo del derecho de familia a través de la educación continua y la investigación. En Microjuris te ofrecemos jurisprudencia, legislación, doctrina y actualidad jurídica novedosa sobre el derecho de familia. Consulta aquí el plan que mejor se adapte a tus necesidades.

Estas habilidades son fundamentales para que los abogados de familia brinden un servicio eficaz y de calidad a sus clientes y se destaquen en su práctica profesional.

Retos importantes.

Asimismo, es importante mencionar algunos retos que enfrentan las y los abogados que ejercen el derecho de familia. Algunos de los retos más importantes que pueden enfrentar son:

1. Carga emocional.

La naturaleza de los casos de derecho de familia implica trabajar con situaciones emocionalmente cargadas, como divorcios, custodia de niños, violencia doméstica, entre otros. Los abogados de familia pueden enfrentar una carga emocional significativa al lidiar con las historias y las circunstancias de sus clientes.

2. Exposición a la violencia y el trauma.

Al trabajar con casos de violencia doméstica y abuso familiar, los abogados de familia pueden estar expuestas a situaciones peligrosas y traumáticas. Esto puede tener un impacto en su bienestar emocional y mental.

3. Desafíos en la negociación y resolución de conflictos.

La negociación y la resolución de conflictos son habilidades fundamentales en el derecho de familia. Los abogados pueden enfrentar desafíos al negociar acuerdos justos y equitativos para sus clientes, especialmente cuando existen dinámicas de poder desequilibradas.

Es importante abordar estos retos y trabajar hacia la igualdad de oportunidades y condiciones para los abogados de familia, promoviendo un entorno inclusivo y valorando su contribución en el campo del derecho familiar.



otros consejos para ejercer la profesión Abogado


  
EJEMPLO DE DIVORCIO HISTÓRICO.


  
The Trial of Queen Caroline.


El juicio de la reina Carolina, 1820 , de Sir George Hayter (fallecido en 1871),
donado a la National Portrait Gallery de Londres en 1912.




Un detalle de El juicio de la reina Carolina, 1820 , de Sir George Hayter. De izquierda a derecha: Stephen Lushington (con peluca y de espaldas al pintor); Henry Brougham (con peluca, entregando una hoja de papel hacia abajo); William Vizard, el abogado de la reina (en el piso debajo de Brougham); el Lord Canciller Lord Eldon (sentado en el centro del fondo, mirando al frente); la reina Carolina ; Lord Grey (con el brazo extendido).

El juicio (de divorcio) de la reina Carolina es una pintura histórica de 1823 del artista británico George Hayter. Representa los acontecimientos de 1820, en los que Jorge IV , que había accedido recientemente al trono, intentó divorciarse de su esposa, Carolina de Brunswick , con la que llevaba mucho tiempo distanciado. Para conseguir su divorcio, Jorge presentó un proyecto de ley especial en la Cámara de los Lores. (En Inglaterra la única forma divorciarse era a  través de una ley). 
Los Lores escucharon pruebas del adulterio de la reina, pero, como la opinión pública estaba firmemente a favor de Carolina, la medida fue finalmente retirada por el gobierno. Carolina permaneció casada con Jorge hasta su muerte al año siguiente.

Personas retratadas

El cuadro fue encargado por George Agar-Ellis , un joven miembro Whig del Parlamento en ascenso y partidario de Caroline.  Representa el sexto día de los procedimientos. Caroline misma está sentada cerca del centro delantero de la imagen mirando de lado. Entre los prominentes en la imagen están los políticos de la oposición Whig Lord Holland y Earl Grey , con este último de pie e interrogando a un testigo. Entre la gran multitud se encuentran el  primer ministro Lord Liverpool , además de los ministros del gobierno, el duque de Wellington y Lord Castlereagh, junto con los ex o futuros primeros ministros William Grenville, Henry Addington , Lord John Russell y Lord Melbourne. 
También se incluyen dos de los hermanos del Rey: el duque de York y el duque de Clarence, el futuro Guillermo IV . Agar-Ellis aparece prominentemente a la derecha de la pintura, y en la esquina inferior derecha hay un autorretrato del artista. 

  
La reina Carolina sentada de perfil en una silla durante su juicio en la
 Cámara de los Lores. Lleva un elaborado tocado con grandes plumas,
 un estilo con el que se la asoció.

La determinación de Jorge IV, tras su ascensión al trono en 1820, de obtener finalmente el divorcio de su ex esposa, Carolina de Brunswick, desencadenó una campaña de oposición, tanto en el Parlamento como en el país, que amenazó la supervivencia de la administración tory de Lord Liverpool. También dio lugar a extensos procedimientos en la Cámara de los Lores, que adquirieron la apariencia de un juicio estatal. El famoso cuadro "El juicio de la reina Carolina" de Sir George Hayter se encuentra en la National Portrait Gallery.

El 5 de junio de 1820, Carolina, que había estado viviendo en el extranjero durante los últimos seis años, llegó inesperadamente a Inglaterra para reclamar su derecho a ser coronada reina. El gobierno, bajo intensa presión del rey, aceptó a regañadientes presentar un proyecto de ley  en la Cámara de los Lores, que habría anulado el matrimonio real y privado a Carolina de su título. A partir de entonces, se convirtió en la beneficiaria improbable de una ola de simpatía pública indignada, al ser percibida como una "mujer agraviada" que luchaba valientemente por defender sus derechos contra un estamento político insensible. Durante el verano y el otoño, un número cada vez mayor de políticos Whigs dieron su apoyo a Carolina, superando en muchos casos el desagrado personal que sentían por ella. Radicales prominentes como Sir Francis Burdett y John Cam Hobhouse también estaban dispuestos a sacar provecho de la situación, y se enviaron direcciones de apoyo a la reina desde numerosas reuniones celebradas en todo el país.

Detrás de las diversas expresiones de devoción hacia Carolina se escondía sin duda una considerable antipatía personal hacia el rey, al que muchos consideraban extravagante, egoísta y disoluto. En una época de dificultades económicas en el país, los ministros del rey también fueron condenados por su presunta corrupción y su recurso a medidas represivas, así como por su servil acoso a la reina. Al defender los derechos constitucionales de Carolina, los críticos podían atacar al régimen sin ser abiertamente subversivos o antimonárquicos.
Los abogados Whigs, Henry Brougham y Thomas Denman, defendieron hábilmente a Carolina durante los procedimientos sobre el proyecto de ley  en la Cámara de los Lores. Los ministros se dieron cuenta de que un número cada vez mayor de lores, habitualmente fiables, los estaban abandonando y, en la votación sobre la tercera lectura del proyecto de ley, el 9 de noviembre, su mayoría se redujo a sólo nueve. Liverpool, reconociendo que no había posibilidad de aprobar la medida en la Cámara de los Comunes, decidió abandonarla, ante la furia no disimulada del rey. El gobierno se vio aún más debilitado por la dimisión de un ambicioso ministro de alto rango, George Canning, en protesta por la forma en que se había tratado a la reina.

La noticia del fracaso del proyecto de ley provocó escenas de júbilo en el campo y, en reuniones públicas posteriores, incluidas varias reuniones de condado, los enemigos del gobierno se mostraron cada vez más audaces en sus demandas. Se intentó vincular la causa de la reina con el clamor popular por la reducción del gasto público y, en algunos casos, también se planteó la cuestión de la reforma parlamentaria, para desconcierto de los whigs más moderados.
De hecho, la agitación en favor de la reina se calmó con una rapidez sorprendente. A principios de 1821 hubo indicios de una reacción leal en el país, sostenida por las escabrosas pruebas presentadas durante el juicio de los lores sobre la conducta inmoral de Carolina. Los diputados conservadores de segunda línea también temían las posibles consecuencias si el ministerio de Liverpool se derrumbaba, y se unieron en su defensa cuando los whigs presentaron mociones condenando la omisión del nombre de Carolina de la liturgia de la Iglesia de Inglaterra. Esto marcó efectivamente el fin del asunto de la reina Carolina como asunto parlamentario.
En los meses siguientes, Carolina se convirtió en una figura cada vez más aislada y, cuando intentó asistir a la coronación del rey en julio, se hizo famosa su exclusión de la Abadía de Westminster. En menos de un mes estaba muerta, pero su importancia política ya había disminuido en gran medida.


Queen Caroline entering the House of Lords during her trial, Westminster, London, 1820 c1890.


The House of Lords during the trial of Queen Caroline in 1820 - MR Brougham's speech for the defence - Caroline of Brunswick-Wolgenbuttel (Brunswick Wolgenbuttel) (1768-1821), consort of George IV of Great Britain and Ireland.

 

Henry Brougham Esq. M. P. The Queens Attorney
 General, c1820. Creator: T Wright

Henry Brougham, 1er Barón de Brougham y Vaux, (Cowgate, Reino Unido, 19 de septiembre de 1778 -Cannes, Francia, 7 de mayo de 1868) fue un estadista británico que se convirtió en Lord canciller de Gran Bretaña. Siendo un joven abogado en Escocia, Brougham ayudó a fundar el Edinburgh Review en 1802 y contribuyó con muchos artículos al mismo​. 
En 1810 ingresó en la Cámara de los Comunes, formando parte del ala Whig. Firmó el Acta contra el Comercio de Esclavos de 1833 y se opuso a las restricciones al comercio libre con la Europa continental. En 1820, ganó fama popular como abogado en jefe de la reina Carolina, y en la siguiente década se convirtió en un líder liberal en la Cámara. No solo propuso reformas de la educación en el Parlamento, sino que también fue uno de los fundadores de la Sociedad para la difusión del conocimiento útil en 1825 y del University College de Londres en 1826. Como Lord Canciller desde 1830 hasta 1834, realizó numerosas reformas legales para acelerar los procedimiento administrativos y estableció la Corte Central Criminal. En años posteriores pasó gran parte de su tiempo en Cannes, que contribuyó a popularizar como lugar de descanso.

Semblanza

Brougham nació en Cowgate, cerca de Edimburgo, hijo de Henry Brougham, originario de Brougham Hall, y de Eleonora Syme, hija del reverendo James. Durante siglos fue una de las familias más importantes de Cumberland. Brougham se educó en la Royal High School y en la Universidad de Edimburgo, donde estudió principalmente ciencias naturales y matemáticas, pero también leyes. Publicó varios artículos sobre la luz, y el color utilizando prismas, convirtiéndose en un miembro de la Royal Society en 1803.
Sin embargo, se especializó en derecho, habiendo ingresado en la facultad en 1800. No practicó mucho la abogacía en Escocia, pero se integró en el Lincoln's Inn en 1803. Cinco años más tarde ingresó en el colegio de abogados. Carente de una gran fortuna personal, se valió del periodismo para obtener los apoyos financieros necesarios para proyectar su carrera política. Fundador del "Edinburgh Review", fue el colaborador más importante, escribiendo artículos sobre ciencia, política, explotación de las colonias, literatura, poesía, cirugía, matemáticas y artes figurativas.
Al comienzo del siglo XIX, se opuso a las conclusiones de los experimentos de Thomas Young, que concebía la luz como una onda, apoyando el modelo corpuscular de Isaac Newton.
Posteriormente también criticó a James Maitland Lauderdale y a William Herschel.​ El gran astrónomo había formulado la hipótesis una correlación entre el número de manchas solares y el precio del trigo; Brougham calificó este trabajo de tontería, obligando a Herschel a no publicarlo. Sin embargo, setenta años después, William Stanley Jevons descubrió que las tendencias de los precios del grano en una década están verdaderamente conectadas con una variación solar de 10 a 11 años.
El éxito del Edinburgh Review convirtió a Brougham en un hombre reconocido. Instalado en Londres, se hizo amigo de Charles Grey y de otros líderes del partido Whig. En 1806, el secretario de Asuntos Exteriores Charles James Fox lo envió como secretario de una misión diplomática en Portugal para contrarrestar una posible invasión francesa del país.
En sus años en Portugal se convirtió en un firme defensor del abolicionismo. En 1810 fue elegido, por recomendación del duque de Bedford, representante suplente por la pequeña localidad de Camelford.
Desde el principio, emergió como el mejor orador en el parlamento, convirtiéndose en la figura principal de los Whig. Sin embargo, en 1812, como candidato a representante por Liverpool, sufrió una fuerte derrota.
En 1816, sin embargo, fue reelegido por Winchelsea.En 1828 pronunció un discurso de seis horas, el más largo jamás realizado en la Cámara de los Comunes.
En 1812 se convirtió en abogado de Carolina de Brunswick, esposa repudiada por el príncipe de Gales, el futuro Jorge IV del Reino Unido.
En 1820 Carolina, que vivia en el extranjero, nombró a Brougham su defensor general. Ese mismo año, el príncipe de Gales fue coronado rey y Carolina regresó a Londres. El monarca inmediatamente comenzó el proceso de divorcio.
El Tory presentó un acta que pretendía privar a Carolina del título de reina por adulterio; Brougham defendió enérgicamente a la noble alemana, ganándose la admiración popular.
Sin embargo, el acta fue aprobada en el parlamento, pero tan solo por nueve votos de diferencia; posteriormente fue anulada por Lord Liverpool. En 1826 Brougham resultó ser uno de los muchos amantes de Harriette Wilson, pero pagó a la cortesana para garantizar su anonimato.
Brougham permaneció como parlamentario de Winchelsea hasta febrero de 1830, cuando fue reelegido por Knaresborough. Sin embargo, sólo representó al distrito hasta agosto de ese año, convirtiéndose entonces en representante de Yorkshire.
Durante este período, su política abolicionista se hizo mucho más entusiasta. En noviembre, los conservadores cayeron y Charles Grey se convirtió en primer ministro. Grey nombró a Brougham fiscal general, nombrándole Lord canciller a continuación. El 22 de noviembre, se creó el título nobiliario de "Barón de Brougham y Vaux".
Durante su mandato, Brougham aprobó la Ley de reforma de 1832 y el Acta de Abolición de la Esclavitud de 1833.8​ Sin embargo, se lo consideró un mandatario poco fiable y arrogante, lo que le causó diversos conflictos con el gobierno.
Desde 1834 se opuso al uso del castigo corporal durante la educación escolar. Ese mismo año, el gobierno fue reformado por William Lamb, lo que confirmó el papel de Brougham.
Pro Rege Lege Grege (For The King The Law And The People)


En noviembre de 1834, Melbourne perdió el poder, y después de un corto intervalo de gobierno del Duque de Wellington, con el partido Tory de Robert Peel. También cayó en abril de 1835, y Melbourne tomó el poder nuevamente. En esta ocasión, no reconfirmo a Brougham, quien por entonces tenía una muy mala reputación.
En los años siguientes ya no fue llamado al gobierno, pero continuó teniendo una parte activa en la política, y siguió colaborando con la Edinburgh Review, en la que publicó los "Bocetos históricos de los estadistas que florecieron en la época de Jorge III".
En 1834 fue elegido miembro extranjero de la Real Academia de las Ciencias de Suecia. En 1837 presentó un estatuto para la reforma educativa.
En 1857, fundó la Asociación Nacional para la Promoción de las Ciencias Sociales, convirtiéndose en su presidente.
En 1860, la Reina Victoria le otorgó una segunda baronía, creando para él el título de Baron Brougham y Vaux por Brougham y Highhead Castle. El título fue heredado más tarde por su hermano William Brougham, 2º barón de Brougham y Vaux (1795-1886).
Falleció en Cannes en 1868, a los 89 años de edad. Su autobiografía, que escribió en 1862, se publicó póstumamente en 1871.

 
Retrato de Thomas Denman, primer barón Denman, de medio cuerpo, de perfil a la izquierda en la Cámara de los Lores, con peluca y toga, intercediendo en el juicio de la reina Carolina con la mano derecha levantada y la izquierda junto a un libro abierto sobre un pedestal; ilustración para 'A Queen of Indiscretions' (1907) de Clerici; a partir de un boceto de Wivell. Litografía de 1820



Thomas Denman, primer barón Denman, (23 de julio de 1779 – 26 de septiembre de 1854) fue un abogado, juez y político inglés . Se desempeñó como Lord Chief Justice entre 1832 y 1850.



Denman nació en Londres , hijo del Dr. Thomas Denman. En su cuarto año, asistió a la Academia Palgrave en Suffolk, donde su educación fue supervisada por Anna Laetitia Barbauld y su esposo.  Continuó en Eton y St John's College, Cambridge , donde se graduó en 1800. En 1806  ingreso a carrera de abogados incorporándose en Lincoln's Inn , y de inmediato comenzó a ejercer. 
Su éxito fue rápido y en pocos años alcanzó una posición en el foro que sólo superó a la de Henry Brougham y James Scarlett . Se distinguió por su defensa de los luditas , pero su aparición más brillante fue como uno de los abogados de la reina Carolina. Su discurso ante la Cámara de los Lores fue muy contundente y algunos jueces competentes incluso lo consideraron no inferior al de Brougham. Contenía uno o dos pasajes atrevidos que convirtieron al rey en su acérrimo enemigo y retrasaron su ascenso legal. 
 Desafortunadamente, cometió una notable metedura de pata cuando comparó a la reina con la mujer bíblica sorprendida en adulterio, a la que se le dijo que "Vete, y en adelante no peques más»". Esto sugería que su abogado no creía en la inocencia de la reina y dio lugar a la sátira burlona:
"Reina muy graciosa, te imploramos
que te vayas y no peques más
o, si ese esfuerzo es demasiado grande,
que te vayas de todas formas".
En las elecciones generales de 1818 fue elegido miembro del Parlamento por Wareham y de inmediato ocupó su escaño con la oposición Whig . Al año siguiente fue elegido por Nottingham , escaño que representó hasta 1826 y de nuevo desde 1830 hasta su ascenso al tribunal en 1832. Sus principios liberales habían provocado su exclusión del cargo hasta que en 1822 fue nombrado sargento común de Londres por la corporación de Londres. En 1830 fue nombrado fiscal general bajo la administración de Lord Grey fue nombrado caballero el 24 de noviembre de ese año. 

Dos años más tarde fue nombrado Lord Chief Justice of the King's Bench y juró su cargo en el Privy Council dos días después.  En 1834, fue elevado a la nobleza como Barón Denman , de Dovedale, en el condado de Derby. Como juez, se le recuerda sobre todo por su decisión en el importante caso de privilegio de Stockdale v. Hansard (9 Ad. & El. I.; II Ad. & El. 253). En 1841 presidió, como Lord High Steward , el juicio en la Cámara de los Lores del conde de Cardigan por intento de asesinato. 
En O'Connell v the Queen, en 1844, lideró a la mayoría de los Lores en la anulación de la condena por sedición de Daniel O'Connell . Esto es un tributo a su integridad, ya que O'Connell era visto con aversión por la clase dominante británica; pero Denman, como dejó claro, no podía aceptar que hubiera recibido un juicio justo. En 1850 renunció a su puesto de magistrado y se retiró a la vida privada. Fue gobernador de la Charter House y vicepresidente de la Corporación de los Hijos del Clero. También luchó con gran poder, tanto como escritor como juez, por lograr la abolición de la trata de esclavos.
Lord Denman se casó con Theodosia Anne, hija del reverendo Richard Vevers, en 1804. Su escaño en Derbyshire era Middleton Hall, Stoney Middleton . Murió en Stoke Albany, Northamptonshire, a los 75 años, y fue sucedido en la baronía por su hijo mayor, Thomas . Otro de sus hijos, Joseph , fue oficial de la Marina Real , mientras que otro, George , fue diputado y juez del Tribunal Supremo.


  


Carolina de Brunswick-Wolfenbüttel (Brunswick, 17 de mayo de 1768 - Londres, 7 de agosto de 1821) fue reina consorte del Reino Unido y de Hannover desde el 29 de enero de 1820 hasta su fallecimiento, como esposa del rey Jorge IV.

Nacida princesa Carolina de Brunswick, Duquesa de Brunswick-Wolfenbüttel, fue la tercera de los siete hijos del duque Carlos II Guillermo de Brunswick-Wolfenbüttel y de la princesa Augusta de Gran Bretaña, hermana del rey Jorge III del Reino Unido.
Se casó con su primo, el príncipe de Gales —futuro rey Jorge IV del Reino Unido— en el palacio de St. James, el 8 de abril de 1795. Al conocerla, al príncipe le pareció poco atractiva y sucia; además, sospechaba que no era virgen al momento de su matrimonio. Por su parte, Carolina también le encontró a él poco atractivo, y en la correspondencia del príncipe se revela que sólo tuvieron tres contactos íntimos durante su vida en común. La única hija legítima de Jorge, Carlota Augusta, nació de uno de esos contactos, el 7 de enero de 1796. El príncipe y la princesa de Gales nunca volvieron a vivir juntos después de que naciera su hija, y sus apariciones públicas las hicieron desde entonces por separado.
Se evita entonces que Carolina participe de alguna manera en la vida cotidiana de su hija, y finalmente es desterrada en 1799 a una residencia privada en Blackheath, conocida como "La Pagoda", en donde ella alegó haber tenido relaciones adúlteras con el político Jorge Canning y el almirante Sidney Smith. Después de una investigación de su vida privada ordenada por su marido, Carolina abandona el país rumbo al continente europeo, dejando a su paso grandes deudas y varios amantes, siendo el más notorio de ellos el italiano Bartolomeo Pergami. Durante aquella época, la única hija de Jorge y Carolina, Carlota, casada con el príncipe Leopoldo de Sajonia-Coburgo-Saalfeld, muere al dar a luz a su único hijo, un niño nacido muerto.

La ascensión de su esposo al trono del Reino Unido en 1820 hizo que Carolina volviera a Inglaterra, iniciándose los procedimientos legales para el divorcio. La Ley de Dolores y Penas fue introducida entonces en el Parlamento con el propósito de despojar a Carolina de su título de reina y disolver su matrimonio con el rey. La Ley no llegó a ser aprobada; sin embargo, Carolina permaneció en el exilio y le fue negada la entrada a la abadía de Westminster para ser coronada junto a su marido (19 de julio de 1821). Pese a los esfuerzos del rey por desprestigiarla, Carolina conservaba una gran popularidad entre las masas.
Aquella misma noche de la coronación, Carolina cayó enferma, vomitando y con el pulso débil. Falleció dos semanas más tarde, el 7 de agosto de 1821, en Brandeburg House, en Hammersmith, Londres, a los 53 años de edad.
La causa exacta de su muerte nunca no se ha podido comprobar a causa de la misma Carolina: sabiendo que estaba muriéndose, había pedido que no se le realizara una autopsia.
Incluso durante sus últimos momentos, aseguró estar siendo custodiada por un hombre llamado Esteban Lushington, que entregaba sus informes de la salud de Carolina al leal partidario del rey, Robert Jenkinson, lord Liverpool. El porqué de esta vigilancia en su lecho de muerte es aún un total misterio, y la documentación correspondiente a su deceso fue tachada en uno de los extremos.
The royal coat of arms of the United Kingdom are impaled with her father's arms as Duke of Brunswick. The arms were Quarterly of twelve, 1st, Or, a semé of hearts Gules, a lion rampant Azure (Lüneburg); 2nd, Gules, two lions passant guardant Or (Brunswick); 3rd, Azure, a lion rampant Argent crowned Or (Eberstein); 4th, Gules a lion rampant Or, within a border componé Argent and Azure (Homburg); 5th, Or, a lion rampant Gules crowned Azure (Diepholz); 6th, Gules, a lion rampant Or (Lauterberg); 7th, Per fess, in chief Or, two bears' paws erect Sable (Hoya), in the base a gyronny, Argent and Azure (Old Bruckhausen); 8th, Azure, an eagle displayed Argent, langued, beaked and membered Gules (Diepholz eagle); 9th, Chequy Argent and Gules (Hohnstein); 10th, Argent, a stag's attire in bend Gules (Regenstein); 11th, Argent, a stag trippant Sable (Klettenberg); 12th, Argent, a stag's attire in bend sinister Sable (Blankenburg).


Aunque era legalmente reina del Reino Unido, a petición suya fue sepultada en su natal Brunswick.
Sur l'écu, de gauche à droite, figuraient le lion bleu de Lunebourg, les deux lions de Brunswick, et les armoiries des comtes d'Eberstein, Homburg, Diepholz (moitié supérieure), Lauterberg, Hoya et Bruchhausen, Diepholz (moitié inférieure), Honstein, Regenstein, Klettenberg et Blankenburg.


En el escudo, de izquierda a derecha estaban: 1) el león azul de Lüneburg; 2) los dos leones de Brunswick y los escudos de los condes de 3) Eberstein; 4) Homburg; 5) Diepholz (mitad superior);6) Lauterberg; 7) Hoya y Bruchhausen; 8).Diepholz (parte inferior), 9) Honstein, 10) Regenstein, 11) Klettenberg y 12) Blankenburg.

Lema: latín IMMOTA FIDES (“lealtad inquebrantable”) y NEC ASPERA TERRENT (“no temen las dificultades”).

Carlos Guillermo Fernando de Brunswick (en alemán: Karl Wilhelm Ferdinand, Fürst und Herzog von Braunschweig-Wolfenbüttel; Wolfenbüttel, 9 de octubre de 1735-Ottensen, Altona 10 de noviembre de 1806), duque de Brunswick-Wolfenbüttel, fue un príncipe soberano del Sacro Imperio Romano Germánico.

La princesa Augusta de Gran Bretaña , duquesa de Brunswick-Wolfenbüttel (Augusta Federica Carlota Luisa, en alemán:  Augusta Friederike Luise von Hannover; Londres; 31 de julio de 1737- Hanover Square; 23 de marzo de 1813) fue una princesa del Reino Unido y Gran Bretaña, que, por su matrimonio con el duque Carlos Guillermo Fernando, pasó a ser duquesa consorte de Brunswick-Wolfenbüttel, entre 1780 y 1806. 

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