—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

domingo, 21 de diciembre de 2014

306.-El Arbre des batailles de Honoré Bouvet



Bouvet, Honoré (ca. 1343-1405).



Honorat Bovet , nacido hacia 1350 y muerto en 1409 o 1410, también conocido como Honoré Bonet , es un autor provenzal , prior de Lorsnet , cerca de Embrun, partidario del papa Clemente VII y consejero del rey de Francia Carlos VI. Su variada obra aborda el derecho de la guerra durante la Guerra de los Cien Años, así como la cuestión del Gran Cisma y las desgracias de Francia.

Honoré Bonet
Nacimiento1350
Muerte1410
NacionalidadReino de Francia
Ocupaciónescritor, jurisconsulto, heraldista
Obras destacadas
L’arbre des batailles


Nombre.

Honorat Bovet fue conocido durante mucho tiempo como Honoré Bonet. Investigaciones recientes le han dado primero el nombre afrancesado de Honoré Bouvet (debido al novillo que figura en su escudo y al apodo de Carobovis que él mismo se puso)  y luego, más correctamente, dado su origen provenzal, el nombre de Honorat Bovet.
Considerado durante mucho tiempo prior de Salon, hoy se le identifica correctamente como prior de Lorsnet .

Biografía

Originario de la región de Sisteron, Honorat Bovet estudió primero en Montpellier luego en Aviñón donde obtuvo el grado de licenciado y luego de doctor por decreto (1386). Entró en el monasterio benedictino de IÎe-Barbe en Lyon (fue elegido abad en 1399) y luego se convirtió en prior de Lorsnet ( Alpes de Alta Provenza ) en la diócesis de Embrun en 1371.
Acompañó al Papa Urbano V a Italia (probablemente en 1368) y desde el inicio del Gran Cisma (1378) se convirtió en un ardiente defensor del partido de Aviñón de Clemente VII , hasta la muerte de este último en 1394. A partir de 1390, se situó en al servicio del rey de Francia Carlos VI , quien le concedió una pensión anual en 1392 y le encomendó diversas misiones. En 1390, fue uno de los comisarios encargados de ir a Guyena y al Languedoc para investigar las denuncias presentadas contra el duque de Berry. En 1400, encabezó una embajada en nombre del rey de Francia ante el rey romano Wenceslao, ante quien pronunció un discurso a favor de resolver el cisma. Sabemos que también permaneció varios meses en el reino de Aragón entre 1387 y 1392.
A partir de 1402, se retira a Provenza, ya sea a su priorato de Alleznet o a la corte del rey Luis II de Anjou en Aix-en-Provence , donde es nombrado maestro racional y lugarteniente de juez mago en 1404. Aparece por última vez en los asuntos de la Iglesia en 1409, como uno de los procuradores del clero de Provenza en el Concilio de Pisa , dando su apoyo a la sentencia de deposición de los dos Papas Benedicto XIII y Gregorio XII. Probablemente murió poco después.

Obras

Nos han llegado tres obras principales de Honorat Bovet: El árbol de las batallas, la más famosa, pero también  Somnium super materia scismatis, y L'apparicion maistre Jehan de Meun.

El árbol de las batallas, escrito en francés y en prosa, es una amplia síntesis de diversas fuentes (históricas, filosóficas, jurídicas y literarias) sobre el derecho de la guerra. Se escribieron dos versiones: la primera en 1386-1387, la segunda (más larga, que contiene desarrollos históricos inspirados en las obras de Martín de Troppau y Ptolomeo de Lucca ) fue terminada en 1389 y dedicada a Carlos VI. En la tercera y cuarta parte de la obra, se ocupa de las batallas y del derecho de los hombres de guerra, basándose en gran medida en el tratado latino de Juan de Legnano. 
Hace de la guerra un hecho natural del mundo y un fenómeno beneficioso para la sociedad, en el marco de una guerra justa, respetuosa de la inmunidad de los no combatientes (retomando aquí a Santo Tomás de Aquino ). Al heroísmo caballeresco, al duelo y a la venganza, a comportamientos particulares fijados por la costumbre, opone la disciplina, la lealtad al rey, el servicio al bien común, nociones heredadas de la tradición eclesiástica.

El Árbol de las batallas tuvo una amplia difusión en los siglos XV y XVI ,  como lo demuestra el gran número de manuscritos conservados -al menos 90 en francés- , así como las múltiples traducciones de las que fue objeto la obra en el siglo XV, notablemente en 1456, en inglés en el castillo de Rosslyn por Gilbert de la Haye, canciller de Escocia. Christine de Pizan lo copió numerosas veces, citándolo entre sus principales fuentes. 
El heraldista siciliano Jean Courtois , que trabajaba para Alfonso V de Aragón, se refiere extensamente a Bovet en su obra, el Blason des Couleurs .

L'Arbre des batailles también se imprimió muy pronto: la primera edición, en francés, se publicó en Lyon en 1481. Fue editado por E. Nys en 1883, traducido por GW Coopland en 1949 y objeto de una edición crítica de Hélène. Biu (textos en francés y occitano) en 2004.

Le Somnium super materia scismatis fue escrito en latín y en prosa en París en 1392. La Iglesia, abrumada por las desgracias, se aparece al autor en un sueño y le ordena que vaya a convencer a los principales reyes y príncipes de la cristiandad para que trabajen para resolver el problema. cisma.

L'Apparicion maistre Jehan de Meun se presenta también como un sueño. El autor duerme en la casa de La Tournelle, en París, que había pertenecido a Jean de Meung , autor del Roman de la Rose , ve cómo el difunto poeta le presenta sucesivamente un médico, un judío, un sarraceno y un dominico que a su vez nos permiten evocar las desgracias de Francia y abogar por una amplia reforma del reino.  L'Apparicion  y el Somnium  fueron editados por I. Arnold en 1926.

Es también autor de un poema dedicado a la grandeza de los condes de Foix, conocido sólo a través de tradiciones más recientes. También se le atribuye en ocasiones otro folleto sobre el cisma, el Judicium veritatis in causa schismatis (inédito),



Honoré Bovet ofreciendo su obra a Valentine Visconti, duquesa de Orleans, iluminación tomada de Apparicion maistre Jehan de Meun , París, Bibliothèque nationale de France, Departamento de Manuscritos, ms. Francés 811, f. 1v.

Escritor francés, nacido hacia 1343 y fallecido en 1405. Hoy se tiene seguridad sobre el apellido Bovet o Bouvet, a pesar de que durante mucho tiempo la crítica lo conoció como Bonet o Bonnet por un mero error paleográfico; ése parece haber sido su apellido, como deducimos de sus armas, donde aparece un boyezuelo (bouvillon), y de su nombre latino, Carobovis. Este escritor era oriundo de alguna localidad cercana a Sisteron, desde donde se trasladó a Aviñón para realizar sus estudios. En 1382, aparece ya como licenciado en Derecho canónico y como monje de la abadía benedictina de Île-Barbe (Lyon), aunque también era el prior de Selonnet (en la diócesis de Embrun); mantuvo este último puesto hasta su muerte. El título de doctor lo recibió en la Universidad de Aviñón, con grandes honores, en 1386; en esta ciudad, residió y en ella trabajó para el papa Clemente VII. Como un partidario convencido de las tesis clemencistas se nos muestra en su escrito más importante, pronto difundido por el resto de Europa: el Arbre des batailles, que compuso entre 1386 y 1389.

Este tratado general acerca de la materia caballeresca consta de varias secciones perfectamente definidas: la primera versa sobre las tribulaciones de la Iglesia con el Cisma; la segunda es un resumen de historia universal; la tercera y cuarta abordan los asuntos de re militari y el derecho que afecta a todo tipo de combate (como duelos en campo cerrado, casos de legítima defensa, venganza, etc.). La obra está basada, según hoy sabemos, en el De bello, de represaliis et de duello de un jurista boloñés de esa misma época de nombre Juan de Legnano. Sin embargo, también se sirvió de otras tantas fuentes y fue más allá del mundo jurídico, al hacer referencia a la historia contemporánea y al servirse de diálogos; nada sorprende, por otra parte, la incorporación de la heráldica y algunos materiales que nos remiten a la tradición de los regimientos de príncipes. Tras la primera redacción, entre 1386 y 1387, el autor llevó a cabo una segunda, más larga, que acabó en 1389 y dedicó a Carlos VI.

El Arbre des batailles gozó de una extraordinaria fortuna, como se deduce de su rica tradición manuscrita: en Francia se conocen más de sesenta códices y seis ediciones incunables; además, contó con traducciones al provenzal, catalán, inglés y al español. En España, tuvo dos versiones independientes y contemporáneas. Una versión es obra de Diego de Valera, por encargo del Condestable don Álvaro de Luna (aunque tampoco quepa desechar por completo la atribución del explicit de un manuscrito, donde se le adjudica a fray Diego de Valencia), y se conserva en dos códices; la otra, de Antón Zorita, oficial del Marqués de Santillana, fue preparada por encargo de su señor en 1441. Esta traducción gozó de mayor difusión, según se deduce de los tres manuscritos que contienen la versión íntegra y del epítome o resumen que conocemos.

Los siguientes testimonios recogen la traducción de Antón Zorita: ms. h.II.19 de la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y mss. 10202, 10203 y Reservado 125 (es el extracto a que aludíamos) de la Biblioteca Nacional de Madrid; por lo que se refiere a Diego de Valera, su versión la recogen los códices siguientes: ms. 46-VIII-30 de la Biblioteca de Ajuda en Lisboa y ms. 6605 de la Biblioteca Nacional de Madrid. Mientras la versión de Zorita parece proceder del original francés que se conserva en la Biblioteca Nacional de París (ms. Fr. 587), que perteneció al Marqués de Santillana, el punto de partida para la de Valeraestaría en el Vitr. 24-13 de la Biblioteca Nacional de Madrid, que perteneció a don Álvaro de Luna, o en otro códice emparentado con éste.

Bibliografía.

NYS, E., ed., L'Arbre des batailles, Bruselas, 1883.

COOPLAND, G. W., "The Tree of Battles and Some of its Sources", Tjdschrift voor Rechtsgeschiedenis, 5 (1924), pp. 173-207

OUY, G., "Honoré Bouvet (appelé à tort Bonet) prieur de Selonnet", Romania, 80 (1959), pp. 255-259.

LANGE, W. D., "Zur Überlieferung des Arbre des Batailles in Spanien", Mélanges J. Piel (Liverpool, 1976), pp. 12-31

CONTAMINE, P., "L'Idée de guerre à la fin du Moyen Age, aspects juridiques et éthiques", Comptes rendus des séances de l'Académie des Inscriptions et Belles-Lettres, 1979, pp. 70-86

RICHTER. R, "La tradition de l'Arbre des Batailles par Honoré Bonet", Romanica Vulgaria, 82 (1983), pp. 129-141.

ALVAR, C. y GÓMEZ MORENO, A., "Traducciones francesas en el siglo XV: el caso del Árbol de Batallas de Honoré Bouvet", J. Santoyo, ed., Fidus interpres. Primeras Jornadas de Historia de la Traducción (León: Universidad de León, 1988), vol. I, pp. 31-37 (versión ampliada y con notas en C. Alvar, Miscellanea di studi in onore di Aurelio Roncaglia a cinquant'anni dalla sua laurea (Módena, 1989), pp. 25-34.



Bonet on Heraldry.



Manuscrito del siglo XV de "L'arbre des batailles" de Honoré
 Bonet (también conocido como Bovet, Bouvet)



The following text comes from the edition of Bonet's work by G. W. Coopland, Harvard University Press, 1949.
The substance of Bonet's treatment of heraldry (chapters 124 to 129) comes from Bartolo da Sassoferrato, although he does not cite his source. The details vary somewhat, in interesting ways.
In chapter 124, Bonet distinguishes from the outset arms of dominion:
    "There are some [coats of arms] made or ordained for a position of dignity:" and he cites the arms of the Empire, France, England, and "the same for all other kings. Likewise, there are those for lesser dignities: ermine for the Duke of Brittany, the silver cross for the Count of Savoy; and so on for all others who occupy like dignites, whether they be princes or viscounts, and who have each by long prescription their special arms. And no man whatsoever may bear such arms without a difference, nor affix them in his house or town, except him who is chief lord of that dignity. And if any man did so he would be punished. For this reason we see that the uncles and brothers and other relations of kings and other princes never bear the unaltered arms of their house, but make certain differences therein. Then we have arms according to office, as in the case of the Capitoliers of Toulouse who, during their term of office, beat the town arms. That is by reason of office. And the consuls of Montpellier, id they weer to go in arms, would bear an apple gules, for these are the arms of the consulate. And if any other man took upon himself to bear these arms, or to hang them in his house, or to have them in his possession with the intent to keep them, he would be punsiehd as a forger."
Having set aside arms of dominion and arms of office, Bonet discusses whether gentlemen, that is barons or small landowners, can bear the arms of another at will (Chapter 125).
    "There are certain barons, and other gentlemen, whose predecessors had their arms by gift of the Emperor, or by gift or privilege of kings: Hence our masters said that such arms should not be borne by one not of that blood. And I hold this true, if it be understood of that country which is subject to him who has bestowed the arms. But if the king of France had given a silver lion to my line, what harm would result if Germans in Germany bore similar arms? They would certainly not be punished by law.
    We have another kind of arms that a man assumes at his pleasure. You must know that men's names were invented to show the distinction between persons. Such names any man may choose at pleasure, either the father for his son of the godfather for his godson. And further, a man may change his name, provided he does not do so dor purposes of fraud but merely to have a pleasanter name. The same is true of arms. So, such arms as may be chosen at pleasure each may take as he wishes, and may have them painted on his horse and on his belongings, but not on the belongings of others."
In Chapter 126, Bonet distinguishes himself further from Bartolo, and expresses the opinion that even among self-assumed arms, there is a public interest in avoiding confusion.
    "Let us consider another matter which in law is still more doubtful. My father, by his own wish, has adopted as arms a cow gules with three stars above it. Another person of the same locality, who has no connection with my father, wishes to adopt and bear these same arms. My father decides to oppose this, because he takes a great pleasure in these arms. I ask whether he may do so. The contrary appears to be the case, and I prove this clearly. A man is allowed to take at will another man's name, and there may be in the same house, town, or village, several men called by the same name, for the law allows this. Why then should there not be in a town several men bearing the same arms? but let something be said on the other side. Common things belonging to no person in particular, such as birds, seafish, deer, wild boar, hinds, and hares, are the property of the man who takes them first. And since no man in our countryside has taken these arms before him, it appears as if my father, being the first, is in the right. On this question our masters come to the following conclusion: if a man,or his house, has adopted a new coat-of-arms and has worn it publicly, lords should not support any other man of that town or region who desires to adopt it, for such arms are adopted for the sake of distinction and difference, and in such case we should have no distinction by which to recognize people, and the result would be confuision. Further, it is the lord's business to see that no one of his subjects causes shame or injury to another or encroaches on his rights. It would appear that the second man who takes the arms does it maliciously and in contempt of the first, with a view to enmity and strife, so that it is the sovereign's duty to find a remedy. Again, it is not a good statement to say that there can be several me nof the same name in one town, for one man can be distinguished from another, and the difference is also to be ascertained from the surname. But in the case of the identical arms mistkae might easily arise as to their ownership. For these reasosn I think that the sovereign should intervene."
In Chapter 127 Bonet takes up the story of the Italian and the German from Bartolo, adapted to France and with a picturesque dialogue added (notice the digs at the Germans).
    "Let us examine another question which might well arise. A German takes himself to Paris to see the King's court, and to become acquainted with the gentle manners of France. He meets a knight or squire bearing the arms of his house, and confronts him, as roughly as the Germans are accustomed to do, denying his right to bear such arms.
    The Frenchman replies courteously: "Worthy Sir, what are you saying? Am I not allowed to bear the arms that my rather and ancestors have born so long that memory runneth not to the contrary?"
    "By Heaven," say the German, "my house is more ancient and more gentle than yours, and the arms you bear belong to us. I say you do wrong to bear them, and if you wish to defend yourself in the matter, there is my gage."
    The Frenchman replies politely: "I do you no injury, but all the same I am ready to defend myself against your charge."
    Now I ask whether the King, when the dispute is brought before him, should decide for wager of battle. It appears that he should, for the German is of the more ancient house and has borne the arms first, and if he was first he has the better claim, and as he has no witnesses to bring before the King, and wishes to prove it by his body, it would seem that combat should take place.
    Our masters, however, do not agree with this view. The reasons why there should be no combat are patent and manifest; for the two men do not belong to the same kingdom and hence there can be no confusion between them in warfare, nor can any great harm result to the King. Nor can the German be dishonoured in his own country because his arms happen to be borne by a Frenchman in France, unless this were done for a dishonest purpose. For suppoise a French knight, a man of evil life, a great vagabond and pillager, were to take the arms of a very worthy German, a good knight, and then, bearing them, were to carry fire into Burgundy, or steal cattle, or rob everyone he meets in Lorraine. If the worthy German knight offered his gage against such knight and before the King, on such facts, his complaint would be sufficiently well founded; but even then I do not say that the King should decree battle. If the King, on sure information, foudn the story true, I do not dare to speak of the gibbet or of beheading, for I am a clerk. But if he administered good and strict justice in the affair I should not be astonished thereat. On the other hand I do not see that the law allows him to ordain trial by combat against a man who is a criminal, or who can be proved to be of evil and unjust life."
Bonet, in Chapter 128, discusses fraudulent adoption, for example a soldier of modest descent adopting the arms of an ancient house in order to receive more honor and credit; or a craftsman counterfeiting the mark of another, better skilled craftsman in order to increase the sale of his goods. Both cases would call for punishment.
Chapter 129 is devoted to the tinctures and their significance.


L’Arbre des batailles, ca. 1400–1450


Impact of Bonet's Writings

Bonet was very influential in the 15th century. Christine de Pisan copied liberally from him, quoting him as one of her sources: her writing was popularized by Caxton in England in the late 15th century. The herald Sicile, herald of Alfonso V of Aragon, also used Bonet extensively in his Blason des Couleurs, as well as 15th century Burgundian heralds.


Traducido. 


 El siguiente texto proviene de la edición del trabajo de Bonet por GW Coopland, Harvard University Press, 1949.
La sustancia del tratamiento de Bonet de la heráldica (capítulos 124 a 129) proviene deBartolo da Sassoferrato , aunque no cita su fuente. Los detalles varían un poco, de maneras interesantes.
En el capítulo 124, Bonet distingue de los primeros armas de dominio:
    "Hay algunos [escudos de armas] hechos u ordenados para un puesto de dignidad", y cita las armas del Imperio, Francia, Inglaterra, y "lo mismo para todos los demás reyes. Del mismo modo, están los de dignidades menores: armiño para el duque de Bretaña, la cruz de plata para el conde de Saboya, y así sucesivamente para todos los demás que ocupan como dignidades, ya sean príncipes o vizcondes, y que por mucho tiempo prescriben sus armas especiales. Y nadie puede porte tales armas sin diferencia, ni las coloque en su casa o pueblo, excepto aquel que sea el señor principal de esa dignidad. Y si alguien lo hiciera, sería castigado. Por esta razón vemos que los tíos y hermanos y otras relaciones de reyes y otros príncipes nunca llevan las armas inalteradas de su casa, pero hacen ciertas diferencias en ellas. Entonces tenemos armas según el cargo, como en el caso de los Capitolios de Toulouse que, durante su mandato, golpearon las armas de la ciudad. Eso es por razón del cargo. Y los cónsules de Mont Pellier, si tuvieran que ir en armas, llevaría una manzana gules, porque estas son las armas del consulado. Y si cualquier otro hombre asumiera la responsabilidad de llevar estas armas, o colgarlas en su casa, o tenerlas en su poder con la intención de conservarlas, sería un castigo como falsificador ".
Tras dejar a un lado las armas de dominio y los de oficio, Bonet analiza si los caballeros, es decir, los barones o los pequeños terratenientes, pueden llevar las armas de otro a voluntad (Capítulo 125).
    "Hay ciertos barones, y otros caballeros, cuyos predecesores tenían sus armas por don del Emperador, o por don o privilegio de reyes: Por lo tanto, nuestros maestros dijeron que tales armas no deberían ser llevadas por alguien que no sea de esa sangre. Y yo sostengo esto es cierto, si se entiende de ese país que está sujeto a él que ha otorgado las armas. Pero si el rey de Francia hubiera dado un león de plata a mi línea, ¿qué daño causaría si los alemanes en Alemania llevaran armas similares? Ciertamente no ser castigado por la ley.
    Tenemos otro tipo de armas que un hombre asume a su gusto. Debe saber que los nombres de los hombres fueron inventados para mostrar la distinción entre personas.Tales nombres que cualquier hombre puede elegir a gusto, ya sea el padre de su hijo del padrino de su ahijado. Y además, un hombre puede cambiar su nombre, siempre que no lo haga con fines de fraude, sino simplemente para tener un nombre más agradable. Lo mismo es cierto de las armas. Por lo tanto,las armas que se elijan a gusto cada uno puede tomarlo como desee, y pueden tenerlos pintados en su caballo y en sus pertenencias, pero no en las pertenencias de otros ".
En el Capítulo 126, Bonet se distingue aún más de Bartolo y expresa la opinión de que incluso entre las armas que se suponen, hay un interés público en evitar la confusión.
    "Consideremos otro asunto que según la ley es aún más dudoso. Mi padre, por su propio deseo, ha adoptado como armas una vaca gules con tres estrellas por encima. Otra persona de la misma localidad, que no tiene conexión con mi padre, desea adoptar y portar estas mismas armas. Mi padre decide oponerse a esto, porque se complace mucho en estas armas. Le pregunto si puede hacerlo. Parece ser lo contrario, y lo pruebo claramente. Un hombre se le permite tomar a voluntad el nombre de otro hombre, y puede haber en la misma casa, pueblo o aldea, varios hombres llamados por el mismo nombre, porque la ley lo permite. ¿Por qué entonces no debería haber en un pueblo varios hombres con los mismos armas, pero que se diga algo del otro lado. Las cosas comunes que no pertenecen a ninguna persona en particular, como pájaros, peces marinos, ciervos, jabalíes, hinds y liebres, son propiedad del hombre que las toma primero. Y dado que ningún hombre en nuestro campo ha tomado estas armas antes que él, parece que mi padre, siendo t El primero, está en la derecha. Sobre esta cuestión, nuestros amos llegan a la siguiente conclusión: si un hombre, o su casa, ha adoptado un nuevo escudo de armas y lo ha usado públicamente, los señores no deben apoyar a ningún otro hombre de esa ciudad o región que desee adoptar es así, ya que tales armas se adoptan en aras de la distinción y la diferencia, y en tal caso no deberíamos tener ninguna distinción por la cual reconocer a las personas, y el resultado sería la confusión. Además, es asunto del señor ver que ninguno de sus súbditos cause vergüenza o daño a otro o invada sus derechos. Parece que el segundo hombre que toma las armas lo hace con malicia y con desprecio del primero, con miras a la enemistad y la lucha, por lo que es el deber del soberano encontrar un remedio. Nuevamente, no es una buena declaración decir que puede haber varios nombres del mismo nombre en una ciudad, ya que un hombre puede distinguirse de otro, y la diferencia también debe determinarse a partir del apellido. Pero en el caso de las armas idénticos, mistkae podría surgir fácilmente en cuanto a su propiedad. Por estas razones, creo que el soberano debería intervenir ".
En el capítulo 127, Bonet retoma la historia del italiano y el alemán de Bartolo, adaptado a Francia y con un pintoresco diálogo agregado (observe las excavaciones en los alemanes).
    "Examinemos otra pregunta que bien podría surgir. Un alemán se lleva a París para ver la corte del rey y conocer los gentiles modales de Francia. Se encuentra con un caballero o un escudero que lleva las armas de su casa y lo confronta. , tan aproximadamente como los alemanes están acostumbrados a hacerlo, negando su derecho a portar tales armas.
    El francés responde cortésmente: "Digno señor, ¿qué está diciendo? ¿No se me permite llevar las armas que mi padre y mis antepasados ​​han nacido tanto tiempo que la memoria no es lo contrario?"
    "Por el cielo", dice el alemán, "mi casa es más antigua y más gentil que la tuya, y las armas  que llevas nos pertenecen. Digo que haces mal en soportarlos, y si deseas defenderte en el asunto, ahí está mi instrumento ".
    El francés responde cortésmente: "No te hago daño, pero de todos modos estoy listo para defenderme de tu cargo".
    Ahora pregunto si el Rey, cuando se presente la disputa ante él, debería decidir apostar a la batalla. Parece que debería hacerlo, ya que el alemán es de la casa más antigua y ha llevado las armas primero, y si fue el primero, tiene el mejor reclamo, y como no tiene testigos que presentar ante el Rey, y desea demostrarlo por su cuerpo, parecería que el combate debería tener lugar.
    Nuestros maestros, sin embargo, no están de acuerdo con esta opinión. Las razones por las que no debería haber combate son patentes y manifiestas; porque los dos hombres no pertenecen al mismo reino y, por lo tanto, no puede haber confusión entre ellos en la guerra, ni puede causar un gran daño al Rey. Tampoco se puede deshonrar a los alemanes en su propio país porque un francés en Francia lleva sus armas, a menos que esto se haga con un propósito deshonesto. Para suplir, un caballero francés, un hombre de vida malvada, un gran vagabundo y saqueador, tomaría las armas de un muy digno alemán, un buen caballero, y luego, llevándolos, cargaría fuego en Borgoña, o robaría ganado, o robar a todos los que conoce en Lorena. Si el digno caballero alemán ofreciera su instrumento contra dicho caballero y ante el Rey, sobre tales hechos, su queja estaría suficientemente fundada; pero aun así no digo que el Rey deba decretar la batalla. Si el Rey, con información segura, cree que la historia es verdadera, no me atrevo a hablar del truco ni de la decapitación, porque soy un empleado. Pero si administrara justicia buena y estricta en el asunto, no me sorprendería. Por otro lado, no veo que la ley le permita ordenar juicio mediante combate contra un hombre que es un criminal, o que se puede demostrar que es de vida mala e injusta ".
Bonet, en el Capítulo 128, analiza la adopción fraudulenta, por ejemplo, un soldado de ascendencia modesta que adopta las armas de una casa antigua para recibir más honor y crédito; o un artesano que falsifica la marca de otro artesano mejor calificado para aumentar la venta de sus productos. Ambos casos requerirían castigo.
El capítulo 129 está dedicado a las tinturas y su significado.


Impacto de los escritos de Bonet

Bonet fue muy influyente en el siglo XV. Christine de Pisan copió generosamente de él, y lo citó como una de sus fuentes: su escritura fue popularizada por Caxton en Inglaterra a fines del siglo XV. El heraldo Sicile, heraldo de Alfonso V de Aragón, también usó Bonet ampliamente en su Blason des Couleurs , así como heraldos borgoñones del siglo XV.



Le Roman de la Rose (Jean Renart).





Le Roman de la Rose, también llamado Le Roman de la Rose ou de Guillaume de Dole, Le Roman de Guillaume de Dole o simplemente Guillaume de Dole , es un poema de 5.656 versos en lengua de oïl , escrito en el primer tercio del  siglo XIII , quizás entre 1209 y 1214. 

La única copia conocida de este texto se encuentra en un manuscrito escrito a finales del siglo XIII, conservado en la Biblioteca Apostólica Vaticana y que contiene otras tres novelas:  (Le Chevalier de la Charrette et Le Chevalier au lion de Chrétien de Troyes, et Méraugis de Portlesguez de Raoul de Houdenc). El manuscrito no está firmado, pero los medievalistas coinciden en atribuir Le Roman de la Rose a Jean Renart .

El primer propietario conocido del manuscrito fue el historiador francés del siglo XVI Claude Fauchet ; formaba parte de su extensa colección, y es debido al «celo de Fauchet como coleccionista» que el manuscrito y, por lo tanto, el poema se conservan. Durante las Guerras de religión francesas , Fauchet huyó de París y su colección se dispersó. La siguiente mención del manuscrito es como parte de la biblioteca de Paul Pétau , y en 1650 fue adquirido por Cristina, reina de Suecia . La biblioteca del Vaticano adquirió el manuscrito después de 1689. 

Fecha elaboración. 

Las primeras líneas del poema contienen una dedicatoria a Miles de Nanteuil , un clérigo de principios del siglo XIII que fue elegido (pero no confirmado) en 1201 como arzobispo de Reims , y más tarde se convirtió en obispo de Beauvais , en el norte de Francia ; murió alrededor de 1235. Según Todd, el noble de Nanteuil puede haber sido demasiado joven y salvaje para ser elevado al arzobispado , pero esto lo habría convertido en un buen candidato para la dedicatoria de Renart. Esto, más la evidencia basada en otros nombres encontrados en el poema, llevó a Todd a concluir que el poema fue compuesto alrededor del año 1200. Sin embargo, los críticos e investigadores posteriores datan el poema entre 1204 y 1228, y tienden hacia la fecha anterior. 

La obra.

Esta obra compleja e intrigante, bajo una aparente sencillez, es a la vez una novela de caballería y una novela cortesana , pero rompe con la tradición por su preocupación por el realismo geográfico y la verosimilitud psicológica, haciendo evolucionar a sus protagonistas pseudohistóricos (el emperador alemán Conrado, su juglar favorito, su senescal , el valiente caballero Guillermo de Dole y su hermana la bella Liénor, la “doncella de la rosa” ), en un entorno geográfico y entre personajes secundarios muy reales y contemporáneos del autor.

Los lectores y “todos aquellos que lo oirán cantar y leer” están invitados en el prólogo a descubrir “una historia de armas y de amor” . Esta historia, contada en un estilo alerta y conciso teñido de amigable ironía, se desarrolla en un mundo elegante, con un arte de vivir alegre y refinado, que numerosos detalles realistas y concretos hacen particularmente vivo. Como novedad adicional, se integran hábilmente en la historia, sin romper el flujo, cuarenta y seis canciones de géneros muy variados, canciones de lienzo, pastourelles, canciones de trouvères y trovadores , lo que convierte este texto en la antología de canciones en francés más antigua.
La rareza de los manuscritos conservados de Jean Renart no permite saber si su obra fue famosa en su época, pero el proceso de inserción de canciones rápidamente tuvo mucho éxito entre los trouvères y fue emulado. Desde principios del siglo XX, los estudios críticos se han multiplicado y ciertos comentaristas empiezan a preguntarse sobre los posibles vínculos entre El romance de la rosa de Guillaume de Lorris y Jean de Meung con el de Jean Renart.

Resumen.

El poema, tras un preámbulo de 30 versos, cuenta la historia del valiente Guillaume de Dole y su hermana la bella Liénor, de “cabello rubio” ( bloie crigne , v. 695). El emperador Conrado, un joven príncipe acostumbrado al lujo y a la vida fácil, escuchó un día a su malabarista favorito elogiar la deslumbrante belleza y la virtud de una joven "a quien la naturaleza hizo tan hermosa que llegando hasta Tudele no podemos encontrar otra igual", así como los méritos de su hermano, Guillaume, caballero de menor nobleza procedente de los alrededores de Dole , presentado como un modelo de cortesía y valor. Conrad, seducido por el “hermoso nombre” de Liénor, que lleva una vida retirada bajo el cuidado de su piadosa madre, envía a una mensajera, Nicole, para llevar a Guillaume a su corte.
En el torneo de Saint-Trond, donde se enfrentan los mejores caballeros franceses y los señores alemanes de la región del Rin, Guillermo destaca especialmente, tanto por su destreza como por su generosidad. Conrad, convencido, lo convirtió en su favorito. De camino a Colonia , confiesa haberse enamorado de Liénor sin haberla visto, y le revela cómo pretende obtener el acuerdo de los barones del imperio para su matrimonio: va a convocar una dieta en Maguncia. y pedir que se le conceda una promesa “en blanco”, un regalo vinculante ; obtenido su acuerdo, revelará su intención de casarse con Liénor.

Pero su senescal , aunque fiel, está celoso del éxito de William; Temiendo que este matrimonio le haga perder su crédito, decide impedirlo por todos los medios. Va en secreto al Plessié donde vive Liénor. Los convencionalismos le impiden verla en ausencia de su hermano, pero la madre, conmovida por el regalo de un rico anillo y sus protestas de amistad, imprudentemente le revela un detalle íntimo: su hija tiene, en su muslo, “blanca y tierna ” , una marca en forma de “rosa rojiza”  .

De regreso a Colonia, el senescal espera el momento adecuado para insinuar a Conrad que la joven le ha concedido los últimos favores. El emperador, muy decepcionado, se vio obligado a decirle a Guillermo que ya no podía considerar casarse con su hermana, dada su mala conducta. Al principio incrédulo, luego, ante las pruebas aportadas, sumido en la vergüenza y la desesperación, este último confía su dolor a un sobrino que corre a Dole para vengar el honor familiar violado.
Liénor, al descubrir con horror de qué se le acusa, decide utilizar engaños para demostrar públicamente su inocencia. Ella fue, escoltada por dos caballeros, a Maguncia donde el emperador, todavía afligido, convocó a sus barones para el 1 de mayo , hizo regalar al senescal un broche, un cinturón y una cartera bordada, supuestamente regalos de una dama a la que una vez cortejó en vano. y, a punto de arrojarse a los pies de Conrad, le acusa de haber abusado de ella y de haberle robado el candado , el cinturón y el capellán .

Le encontramos estos objetos, pero él jura que nunca la ha visto. Al pedir ser sometido al juicio de Dios , sale claramente victorioso. Luego revela que ella es “la doncella de la rosa” (v. 5040), demostrando así que él la ha acusado falsamente. El emperador, encantado, le abrió los brazos, los barones aprobaron el matrimonio, Guillermo recuperó la alegría de vivir, la boda se celebró magníficamente y el senescal fue condenado a unirse a los Templarios para defender los Santos Lugares.

Autor.

Jean Renart , también conocido como Jean Renaut , fue un trovador picardo de finales del siglo XII y primera mitad del XIII al que se le atribuyen firmemente tres obras: dos novelas caballerescas métricas, L'Escoufle ("La cometa") y Guillaume de Dole , y un lai , Lai de l'Ombre . No se sabe nada más de él ni de su vida. Se le elogia por su realismo y su perspicacia psicológica

En 1933, Vigneras propuso que las fechas de Jean Renaut deberían adelantarse: mientras que otros eruditos databan sus actividades entre 1195 y 1215, él fechó L'Escoufle después de 1245. Guillaume de Dole es "considerado generalmente como su obra maestra". Es un poema narrativo más largo, notable por la incorporación de una gran cantidad de poemas líricos más cortos, incluyendo varias chansons de toile. La fecha de composición generalmente se ubica a principios del siglo XIII. 



Ammonite (2020)



Ammonite es una película de drama romántico de 2020 escrita y dirigida por el director y actor británico Francis Lee. La película está inspirada en la vida de la paleontóloga británica Mary Anning, interpretada por la actriz Kate Winslet. La trama de la película se centra en la relación de Anning con Charlotte Murchison, interpretada por la actriz Saoirse Ronan.

Trama

En la década de los años 40 del siglo XIX, la aclamada y rústica paleontóloga autodidacta Mary Anning trabaja sola en la salvaje y brutal costa sur de Lyme Regis en Inglaterra. Quedando atrás los días de sus famosos descubrimientos paleontológicos, Anning quien vive en el borde de la pobreza ahora busca fósiles comunes para venderlos a turistas ricos para mantenerse a sí misma y a su madre viuda enferma. Cuando uno de esos turistas, Roderick Murchison, llega a Lyme en la primera etapa de una gira europea, le confía a Mary el cuidado de su joven esposa Charlotte, una joven atractiva que se está recuperando de una tragedia personal. Mary, cuya vida es una lucha diaria en la línea de la pobreza, no puede permitirse rechazarlo, pero, orgullosa y apasionada por su trabajo, choca con la invitada no deseada. Son dos mujeres de edades y mundos completamente diferentes.
Sin embargo, a pesar del abismo entre sus esferas sociales, comportamiento, de edad y personalidades, Mary y Charlotte descubren que cada una puede ofrecer lo que la otra ha estado buscando: compartir un amor que la vida les ha negado, ambas se darán cuenta de su mutua atracción. Es el comienzo de una apasionante historia de un amor no convencional que desafiará todos los límites sociales y alterará el curso de ambas vidas de manera irrevocable.






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