DECIMO NOVENO: Alegatos del abogado Defensor Penal Público Pedro Narváez Candia por el acusado JOSÉ ALEXIS HORMAZÁBAL SÁNCHEZ.
Que en su alegato de apertura indicó que la cárcel de San Miguel era una bomba de tiempo, y esa madrugada del 08 de diciembre de 2010 esa bomba explotó. Cuando José Hormazábal Sánchez asume su turno como oficial de la guardia nocturna, lo que hizo fue sentarse en un barril de pólvora que en cualquier momento iba a explotar.
Él enfrentó la emergencia del incendio aun arriesgando su vida, en las
condiciones, circunstancias, y de acuerdo a los medios disponibles, no siendo
posible exigir un comportamiento distinto al que realizó José Hormazábal. ¿Qué se
le va a reprochar? El Tribunal tiene que considerar el contexto, las condiciones
infrahumanas y precarias de la cárcel de San Miguel fueron determinantes para
que esa madrugada fallecieran 81 internos y otros 13 quedaran lesionados,
porque este contexto determinó las posibilidades de actuación de José
Hormazábal. En este juicio ya se ha escuchado los planteamientos de la Fiscalía y
querellantes, y han dicho muchas cosas. De los hechos se pueden decir dos
cosas importantes porque aquí se han adelantado muchas ideas y quiere
circunscribir este punto de vista a cuestiones fundamentales que se le reprochan a
su representado y que entiende que no configuran los supuestos por los cuales ha
sido acusado. Primero los hechos hablan por sí solos, no necesitan interpretación
ni teorías y dos su representado de todos los acusados es el único que estaba al
interior de la unidad penal y el único que enfrentó la emergencia con mayúscula.
El 07 de diciembre, el día interior a la madrugada del incendio, asume en su
calidad de jefe de la guardia nocturna, inicialmente iba a ser con dos funcionarios,
Veroíza y Bravo, y a última hora se agrega el gendarme Zamorano. Su primera
función es recibir el turno de jefe interno y recibir la información que toda la
población penal está encerrada en sus respectivas crucetas. De las tareas
relevantes lo que tiene que hacer él y que forman parte de su perfil, de sus
funciones y de su cargo: encerrar a los demás internos que por determinadas
razones se encontraban deambulando por los pasillos y dependencias de la
unidad penal, específicamente mozos; verificar, y así lo hicieron que las
mangueras que se encontraban al interior de la unidad- de la seguridad reja hacia
el interior de los pasillos de las crucetas- estuvieran debidamente desplegadas;
efectuar rondas, punto importante de materia de prueba, las rondas están
formuladas como un principio y forman parte de un sistema más amplio de
vigilancia y custodia dentro de la unidad penal. Antes del incendio se hicieron tres
rondas y se verificó que se despachara y se verificara que internos venían
llegando de los Tribunales, y que internos debían estar en condiciones para el día
siguiente de ser despachados a los juzgados para determinadas audiencias.
Paralelamente las dos primeras rondas antes de medianoche. Pasada la
medianoche ocurre que José Hormazábal, además de cumplir el rol de jefe de
guardia nocturna era el oficial más antiguo en la unidad, accidentalmente.
Después se supo que en realidad, desde el punto de vista formal había otro oficial,
pero por estar con licencia médica él cumplió su labor, y por lo tanto José
Hormazábal pasó a ser el Alcaide subrogante o el jefe de la unidad penal, y en esa
calidad la entonces jefa de la guardia armada, subteniente Edith Ramírez lo
requiere para que concurra a la guardia armada en razón de que pasada la
medianoche habían ocurrido dos eventos de los cuales ella no tenía la experiencia
para llevar a cabo el procedimiento de redacción de los partes respectivos. Uno
vinculado a un delito de daños de un vehículo particular y una infracción a los
Reglamentos penitenciarios porque un funcionario había intentado ingresar a la
unidad con dos botellas de alcohol. José Hormazábal concurrió a la guardia
armada e invirtió tres horas en apoyar como jefe de la unidad penal este
procedimiento. Durante este procedimiento que duró aproximadamente hasta las
cuatro o cuatro y media de la madrugada, ninguno de los mecanismos de
vigilancia de la unidad penal le informaron o le reportaron novedades, aun cuando
él había dejado en la guardia interna a los otros funcionarios al interior de las
dependencias.
En este contexto, incluyendo la ronda que hace por el exterior de la unidad
que hace el jefe de relevo respecto de dos centinelas de los puestos de garita que
se encontraban en función. Y en este contexto, y por eso los hechos hablan por sí
solos, se escucha en toda la unidad, por todos los funcionarios que se
encontraban con sus radios encendidas se escucha la voz del centinela 3
Fernando Orrego quien señala a “Torre 5”, que es el jefe de guardia nocturna, que
en la cruceta 5 del piso cuarto estarían peleando, información que se escucha en
toda la unidad. Esa fue la información que le dio a José Hormazábal, la primera
novedad dentro de la noche. En el juicio nos enteraremos que muchas personas
nos van a decir que esa noche había sido una noche tranquila, que no había
novedades, que no había ocurrido nada anormal, salvo lo normal dentro de una
cárcel que son los ruidos habituales.
La hora será punto de prueba, pero aproximadamente a las 05:40 se
escucha este aviso y se pide por parte del funcionario que concurra a la torre o
cruceta 5 con apoyo de la guardia armada, lo que significa, un funcionario de esta
guardia con una escopeta de balines de goma para verificar la situación. Concurre
el personal nocturno, incluyendo su representado, va hacia la cruceta 5, y cuando
traspasaban la tercera reja que divide la guardia interna de la época con los
pasillos que dan a la cruceta, se escucha un segundo aviso de los centinelas
Orrego señalando que estaría saliendo humo del piso 4 sur. Este aviso ocurre
cuando ellos ya van hacia la cruceta 5. Ante eso apuran la marcha. Llegan a la
entrada de la cruceta, y cuando están abriendo la primera reja –todas tienen
candados- escuchan otro aviso, también del puesto de centinela señalando que se
estaría quemando el piso. Suben y se dan cuenta que en realidad no iban a
verificar una riña, sino que lo que encuentran es un incendio porque había llamas
y humos que salía de los pisos superiores. En ese momento se procede a la
activación de todas las alarmas, tanto guardia armada para llamar a bomberos,
respecto del aviso a yodos los funcionarios que se encontraban al interior de la
unidad penal, no de turno, pero sí pernoctando para el apoyo de esta emergencia,
haciendo sonar la respectiva alarma. Mientras tanto Hormazábal, Bravo y Veroíza
suben al cuarto con extintores que se encontraban dentro de la cruceta para
enfrentar el incendio y Zamorano se queda a la entrada de la cruceta para vigilar
eventos que puedan ser imprevistos como una posible evasión o fuga de internos
como consecuencia de lo que iba a pasar arriba.
Para la apertura de los candados de la reja solo se contaba con un manojo
de llaves que en ese momento tenía en su poder el funcionario Veroíza quien
intenta, mientras se lanzaban los extintores, intenta abrir los candados de la reja
sur lo que no pudo conseguir. No tenían indumentaria ni implementación contra
incendio porque la sala Brigada contra incendio de Gendarmería se encuentra a la
entrada de la unidad penal, es decir, más de 150 metros respecto de donde se
encontraban, por lo tanto, había que actuar. Con la indumentaria que en esos
momentos tenían, que era la indumentaria propia de Gendarmería enfrentan el
incendio, los extintores no dan abasto, son insuficientes. Bravo había ido a la
guardia armada a buscar un Ifex, que es un implemento contra incendio, que lanza
un elemento químico que permite amortiguar, pero esto tampoco dio resultado
porque lo que tenían al frente era un incendio de magnitud, desatado,
descontrolado. En ese momento la temperatura era altísima y el gas negro toxico
que salía desde el incendio del dormitorio sur, era prácticamente insoportable.
En esas condiciones bajan al descanso, llega el personal de apoyo de la
guardia armada. Veroíza entrega las llaves y éste logra abrir el candado inferior de
la reja sur, y es en ese momento crítico, donde se está actuando de acuerdo a lo
que la emergencia indica.
Su representado advierte que habían cinco internos agachados junto a la
reja sur del dormitorio respectivos, suben. Como Gómez había logrado abrir el
candado inferior fuerza la reja por su parte inferior con una pierna con ayuda de
los internos y logran abrir una abertura de 50 centímetros por donde salen cinco
internos que lograron sobrevivir del dormitorio sur, en condiciones riesgosas,
insuficientes, precarias, su representado dentro de la dinámica de su actuación
logra –arriesgando su vida- salvar a estas personas.
En esos momentos dentro de esta dinámica llegan otros funcionarios de
otras dependencias de apoyo, llega bomberos y se intenta abrir los candados de la
reja norte que estaba sometido a las mismas condiciones del dormitorio sur, con la
única diferencia que en el dormitorio sur estaba el incendio y en el dormitorio norte
estaba a unos tres o cuatro metros de distancia. No había luz, el humo negro no
permitía ver nada, la temperatura era prácticamente insoportable. Su representado
ya había sufrido herida en antebrazo, estaba con principio de asfixia y es entonces
bomberos junto con otros funcionarios que logran abrir el candado norte y logran
evacuar al resto de la población.
En ese momento llega al lugar el Mayor Patricio Campos quien pasa en ese
momento a tener el control y la dirección de la unidad y se produce por orden de
éste, ya que era el jefe de la unidad penal en ese momento, o el de mayor
jerarquía, la evacuación de los pisos inferiores hacia los patios de las crucetas
respectivas.
Eso es de lo que se puede adelantar de los hechos que van a ser todos
objeto de prueba, proposiciones fácticas que van a ser corroboradas durante el
juicio oral. En cuanto a la prueba se pueden visualizar tres grupos importantes:
peritos bomberos, internos y funcionarios de Gendarmería. Se ha adelantado ya
respecto de los peritos y bomberos las cuestiones importantes que se van a
aprobar, la dinámica del incendio, su desarrollo en el espacio temporal, cuanto
significó para que estese transformara en un incendio descontrolado, pero estos
peritos y bomberos indistintamente van a referir la gran cantidad de carga de
combustión existente al interior de los dormitorios, especialmente del dormitorio
sur; van a declarar sobre las condiciones de construcción e infraestructura de la
unidad penal y de los dormitorios, de las condiciones precarias y eficientes en que
se encontraban encerrados los internos en cuanto a la posible evacuación.
Peritos en prevención de riesgos asociados a este tema indicarán la
inexistencia y la falta de elementos de emergencia, de alerta que pudieran advertir
en forma oportuna y rápida respecto de una crisis o emergencia, en este caso
incendio y también de la falta de una alternativa de evacuación que no fuera la reja
que se encontraba en ese momento con dos candados.
De los internos se tienen dos grupos, el grupo de los que estaban en la sur
que sobrevivieron que van a declarar en qué condiciones críticas su representado
logra salvarles la vida, como ellos sintieron y como se llevó a cabo acción, y ellos
junto con los sobrevivientes del dormitorio norte y de otros internos de otros pisos
de la misma cruceta y de otras crucetas nos van a contar de las condiciones de
hacinamiento en que ellos vivían al interior de los colectivos, de las posibilidades
de contar con distintos elementos, balones de gas, ropa, otros elementos de
combustión de la costumbre de ingerir chicha artesanal, de la habitualidad de las
riñas en el interior de los dormitorios en el día y la noche, de los ruidos que se
producían por las discusiones ocurridas en el interior, de la forma como quedan
encerrados después de las cinco de la tarde de cada día, y de otras condiciones
que contextualizan la forma de por qué es que entiende que el contexto deficiente
y precario de la cárcel de San Miguel fue determinante para las posibilidades de
actuación de su representado.
En cuanto a los funcionarios de Gendarmería destaca como relevante, que
los que se encontraban junto a su representado en la guardia nocturna van a
referir como cumplieron con sus funciones, cuáles eran estas, como se llevan a
cabo las rondas, como se consigna en los libros de novedades o libros de la
guardia interna, como testimonio irrefutables, y también van a demostrar que
enfrentaron una emergencia distinta a la que se había comunicado, una
emergencia crítica, sin medios disponibles y con poca capacitación.
Respecto del resto de los funcionarios de Gendarmería que estaban ese día
en el lugar, nos van a relatar cómo llegan al lugar, las acciones de apoyo que
llevaron a cabo, lo que vieron y escucharon en ese momento, como se encierra a
los internos, que el sistema de vigilancia está conectado por distintos elementos,
la ronda que no es personal, es uno de ellos, los avisos radiales de los
funcionarios del muro perimetral o centinelas es otro de esos elementos, la
cámara de televisión que contiene una cantidad importante de cámaras que
visualizan toda la unidad penal es otra forma del sistema de vigilancia, de control,
de custodia y alerta dentro de esa unidad penal. Hasta antes del incendio no se
había reportado por estos sistemas o mecanismos de vigilancia ninguna novedad.
No puede extrañar desde ese punto de vista.
El incendio provocó efectos importantes en la estructura y forma de
funcionamiento en la unidad penal con posterioridad al 08 de diciembre de 2010.
Se va a evidenciar que existía la voluntad y los medios, pero tenía que ocurrir un
hecho para que se produjeran los cambios que se venían evidenciando. Cree que
al final de este juicio oral se va a evidenciar que el contexto de las condiciones
precarias, deficientes de la cárcel de San Miguel fueron determinantes para las
posibilidades de actuación de su representado en cuanto a enfrentar un incendio.
Se va a concluir que en la conducta de José Hormazábal no se dan los
elementos para la configuración de las figuras penales que le fueron imputadas en
las respectivas acusaciones: cuasi delito de homicidio y lesiones y de homicidio
simple en comisión por omisión. Adelanta que las normas legales y reglamentarias
invocadas por los acusadores no constituyen ara el efecto del ámbito penal, no
son posibles de entender como infracción de Reglamento.
En consecuencia, en la conducta o comportamiento de José Hormazábal no
se da una infracción de Reglamento, de deber de cuidado, de ningún deber de
garante, no hay culpa, no hay negligencia, actuó de acuerdo a las posibilidades y
desde ese punto de vista, no pudiendo atribuirle culpa en la forma como lo señala
la ley va a solicitar la absolución de todas las acusaciones que le fueron
formuladas oportunamente.
Que en su alegato de apertura indicó que la cárcel de San Miguel era una bomba de tiempo, y esa madrugada del 08 de diciembre de 2010 esa bomba explotó. Cuando José Hormazábal Sánchez asume su turno como oficial de la guardia nocturna, lo que hizo fue sentarse en un barril de pólvora que en cualquier momento iba a explotar.
Él enfrentó la emergencia del incendio aun arriesgando su vida, en las
condiciones, circunstancias, y de acuerdo a los medios disponibles, no siendo
posible exigir un comportamiento distinto al que realizó José Hormazábal. ¿Qué se
le va a reprochar? El Tribunal tiene que considerar el contexto, las condiciones
infrahumanas y precarias de la cárcel de San Miguel fueron determinantes para
que esa madrugada fallecieran 81 internos y otros 13 quedaran lesionados,
porque este contexto determinó las posibilidades de actuación de José
Hormazábal. En este juicio ya se ha escuchado los planteamientos de la Fiscalía y
querellantes, y han dicho muchas cosas. De los hechos se pueden decir dos
cosas importantes porque aquí se han adelantado muchas ideas y quiere
circunscribir este punto de vista a cuestiones fundamentales que se le reprochan a
su representado y que entiende que no configuran los supuestos por los cuales ha
sido acusado. Primero los hechos hablan por sí solos, no necesitan interpretación
ni teorías y dos su representado de todos los acusados es el único que estaba al
interior de la unidad penal y el único que enfrentó la emergencia con mayúscula.
El 07 de diciembre, el día interior a la madrugada del incendio, asume en su
calidad de jefe de la guardia nocturna, inicialmente iba a ser con dos funcionarios,
Veroíza y Bravo, y a última hora se agrega el gendarme Zamorano. Su primera
función es recibir el turno de jefe interno y recibir la información que toda la
población penal está encerrada en sus respectivas crucetas. De las tareas
relevantes lo que tiene que hacer él y que forman parte de su perfil, de sus
funciones y de su cargo: encerrar a los demás internos que por determinadas
razones se encontraban deambulando por los pasillos y dependencias de la
unidad penal, específicamente mozos; verificar, y así lo hicieron que las
mangueras que se encontraban al interior de la unidad- de la seguridad reja hacia
el interior de los pasillos de las crucetas- estuvieran debidamente desplegadas;
efectuar rondas, punto importante de materia de prueba, las rondas están
formuladas como un principio y forman parte de un sistema más amplio de
vigilancia y custodia dentro de la unidad penal. Antes del incendio se hicieron tres
rondas y se verificó que se despachara y se verificara que internos venían
llegando de los Tribunales, y que internos debían estar en condiciones para el día
siguiente de ser despachados a los juzgados para determinadas audiencias.
Paralelamente las dos primeras rondas antes de medianoche. Pasada la
medianoche ocurre que José Hormazábal, además de cumplir el rol de jefe de
guardia nocturna era el oficial más antiguo en la unidad, accidentalmente.
Después se supo que en realidad, desde el punto de vista formal había otro oficial,
pero por estar con licencia médica él cumplió su labor, y por lo tanto José
Hormazábal pasó a ser el Alcaide subrogante o el jefe de la unidad penal, y en esa
calidad la entonces jefa de la guardia armada, subteniente Edith Ramírez lo
requiere para que concurra a la guardia armada en razón de que pasada la
medianoche habían ocurrido dos eventos de los cuales ella no tenía la experiencia
para llevar a cabo el procedimiento de redacción de los partes respectivos. Uno
vinculado a un delito de daños de un vehículo particular y una infracción a los
Reglamentos penitenciarios porque un funcionario había intentado ingresar a la
unidad con dos botellas de alcohol. José Hormazábal concurrió a la guardia
armada e invirtió tres horas en apoyar como jefe de la unidad penal este
procedimiento. Durante este procedimiento que duró aproximadamente hasta las
cuatro o cuatro y media de la madrugada, ninguno de los mecanismos de
vigilancia de la unidad penal le informaron o le reportaron novedades, aun cuando
él había dejado en la guardia interna a los otros funcionarios al interior de las
dependencias.
En este contexto, incluyendo la ronda que hace por el exterior de la unidad
que hace el jefe de relevo respecto de dos centinelas de los puestos de garita que
se encontraban en función. Y en este contexto, y por eso los hechos hablan por sí
solos, se escucha en toda la unidad, por todos los funcionarios que se
encontraban con sus radios encendidas se escucha la voz del centinela 3
Fernando Orrego quien señala a “Torre 5”, que es el jefe de guardia nocturna, que
en la cruceta 5 del piso cuarto estarían peleando, información que se escucha en
toda la unidad. Esa fue la información que le dio a José Hormazábal, la primera
novedad dentro de la noche. En el juicio nos enteraremos que muchas personas
nos van a decir que esa noche había sido una noche tranquila, que no había
novedades, que no había ocurrido nada anormal, salvo lo normal dentro de una
cárcel que son los ruidos habituales.
La hora será punto de prueba, pero aproximadamente a las 05:40 se
escucha este aviso y se pide por parte del funcionario que concurra a la torre o
cruceta 5 con apoyo de la guardia armada, lo que significa, un funcionario de esta
guardia con una escopeta de balines de goma para verificar la situación. Concurre
el personal nocturno, incluyendo su representado, va hacia la cruceta 5, y cuando
traspasaban la tercera reja que divide la guardia interna de la época con los
pasillos que dan a la cruceta, se escucha un segundo aviso de los centinelas
Orrego señalando que estaría saliendo humo del piso 4 sur. Este aviso ocurre
cuando ellos ya van hacia la cruceta 5. Ante eso apuran la marcha. Llegan a la
entrada de la cruceta, y cuando están abriendo la primera reja –todas tienen
candados- escuchan otro aviso, también del puesto de centinela señalando que se
estaría quemando el piso. Suben y se dan cuenta que en realidad no iban a
verificar una riña, sino que lo que encuentran es un incendio porque había llamas
y humos que salía de los pisos superiores. En ese momento se procede a la
activación de todas las alarmas, tanto guardia armada para llamar a bomberos,
respecto del aviso a yodos los funcionarios que se encontraban al interior de la
unidad penal, no de turno, pero sí pernoctando para el apoyo de esta emergencia,
haciendo sonar la respectiva alarma. Mientras tanto Hormazábal, Bravo y Veroíza
suben al cuarto con extintores que se encontraban dentro de la cruceta para
enfrentar el incendio y Zamorano se queda a la entrada de la cruceta para vigilar
eventos que puedan ser imprevistos como una posible evasión o fuga de internos
como consecuencia de lo que iba a pasar arriba.
Para la apertura de los candados de la reja solo se contaba con un manojo
de llaves que en ese momento tenía en su poder el funcionario Veroíza quien
intenta, mientras se lanzaban los extintores, intenta abrir los candados de la reja
sur lo que no pudo conseguir. No tenían indumentaria ni implementación contra
incendio porque la sala Brigada contra incendio de Gendarmería se encuentra a la
entrada de la unidad penal, es decir, más de 150 metros respecto de donde se
encontraban, por lo tanto, había que actuar. Con la indumentaria que en esos
momentos tenían, que era la indumentaria propia de Gendarmería enfrentan el
incendio, los extintores no dan abasto, son insuficientes. Bravo había ido a la
guardia armada a buscar un Ifex, que es un implemento contra incendio, que lanza
un elemento químico que permite amortiguar, pero esto tampoco dio resultado
porque lo que tenían al frente era un incendio de magnitud, desatado,
descontrolado. En ese momento la temperatura era altísima y el gas negro toxico
que salía desde el incendio del dormitorio sur, era prácticamente insoportable.
En esas condiciones bajan al descanso, llega el personal de apoyo de la
guardia armada. Veroíza entrega las llaves y éste logra abrir el candado inferior de
la reja sur, y es en ese momento crítico, donde se está actuando de acuerdo a lo
que la emergencia indica.
Su representado advierte que habían cinco internos agachados junto a la
reja sur del dormitorio respectivos, suben. Como Gómez había logrado abrir el
candado inferior fuerza la reja por su parte inferior con una pierna con ayuda de
los internos y logran abrir una abertura de 50 centímetros por donde salen cinco
internos que lograron sobrevivir del dormitorio sur, en condiciones riesgosas,
insuficientes, precarias, su representado dentro de la dinámica de su actuación
logra –arriesgando su vida- salvar a estas personas.
En esos momentos dentro de esta dinámica llegan otros funcionarios de
otras dependencias de apoyo, llega bomberos y se intenta abrir los candados de la
reja norte que estaba sometido a las mismas condiciones del dormitorio sur, con la
única diferencia que en el dormitorio sur estaba el incendio y en el dormitorio norte
estaba a unos tres o cuatro metros de distancia. No había luz, el humo negro no
permitía ver nada, la temperatura era prácticamente insoportable. Su representado
ya había sufrido herida en antebrazo, estaba con principio de asfixia y es entonces
bomberos junto con otros funcionarios que logran abrir el candado norte y logran
evacuar al resto de la población.
En ese momento llega al lugar el Mayor Patricio Campos quien pasa en ese
momento a tener el control y la dirección de la unidad y se produce por orden de
éste, ya que era el jefe de la unidad penal en ese momento, o el de mayor
jerarquía, la evacuación de los pisos inferiores hacia los patios de las crucetas
respectivas.
Eso es de lo que se puede adelantar de los hechos que van a ser todos
objeto de prueba, proposiciones fácticas que van a ser corroboradas durante el
juicio oral. En cuanto a la prueba se pueden visualizar tres grupos importantes:
peritos bomberos, internos y funcionarios de Gendarmería. Se ha adelantado ya
respecto de los peritos y bomberos las cuestiones importantes que se van a
aprobar, la dinámica del incendio, su desarrollo en el espacio temporal, cuanto
significó para que estese transformara en un incendio descontrolado, pero estos
peritos y bomberos indistintamente van a referir la gran cantidad de carga de
combustión existente al interior de los dormitorios, especialmente del dormitorio
sur; van a declarar sobre las condiciones de construcción e infraestructura de la
unidad penal y de los dormitorios, de las condiciones precarias y eficientes en que
se encontraban encerrados los internos en cuanto a la posible evacuación.
Peritos en prevención de riesgos asociados a este tema indicarán la
inexistencia y la falta de elementos de emergencia, de alerta que pudieran advertir
en forma oportuna y rápida respecto de una crisis o emergencia, en este caso
incendio y también de la falta de una alternativa de evacuación que no fuera la reja
que se encontraba en ese momento con dos candados.
De los internos se tienen dos grupos, el grupo de los que estaban en la sur
que sobrevivieron que van a declarar en qué condiciones críticas su representado
logra salvarles la vida, como ellos sintieron y como se llevó a cabo acción, y ellos
junto con los sobrevivientes del dormitorio norte y de otros internos de otros pisos
de la misma cruceta y de otras crucetas nos van a contar de las condiciones de
hacinamiento en que ellos vivían al interior de los colectivos, de las posibilidades
de contar con distintos elementos, balones de gas, ropa, otros elementos de
combustión de la costumbre de ingerir chicha artesanal, de la habitualidad de las
riñas en el interior de los dormitorios en el día y la noche, de los ruidos que se
producían por las discusiones ocurridas en el interior, de la forma como quedan
encerrados después de las cinco de la tarde de cada día, y de otras condiciones
que contextualizan la forma de por qué es que entiende que el contexto deficiente
y precario de la cárcel de San Miguel fue determinante para las posibilidades de
actuación de su representado.
En cuanto a los funcionarios de Gendarmería destaca como relevante, que
los que se encontraban junto a su representado en la guardia nocturna van a
referir como cumplieron con sus funciones, cuáles eran estas, como se llevan a
cabo las rondas, como se consigna en los libros de novedades o libros de la
guardia interna, como testimonio irrefutables, y también van a demostrar que
enfrentaron una emergencia distinta a la que se había comunicado, una
emergencia crítica, sin medios disponibles y con poca capacitación.
Respecto del resto de los funcionarios de Gendarmería que estaban ese día
en el lugar, nos van a relatar cómo llegan al lugar, las acciones de apoyo que
llevaron a cabo, lo que vieron y escucharon en ese momento, como se encierra a
los internos, que el sistema de vigilancia está conectado por distintos elementos,
la ronda que no es personal, es uno de ellos, los avisos radiales de los
funcionarios del muro perimetral o centinelas es otro de esos elementos, la
cámara de televisión que contiene una cantidad importante de cámaras que
visualizan toda la unidad penal es otra forma del sistema de vigilancia, de control,
de custodia y alerta dentro de esa unidad penal. Hasta antes del incendio no se
había reportado por estos sistemas o mecanismos de vigilancia ninguna novedad.
No puede extrañar desde ese punto de vista.
El incendio provocó efectos importantes en la estructura y forma de
funcionamiento en la unidad penal con posterioridad al 08 de diciembre de 2010.
Se va a evidenciar que existía la voluntad y los medios, pero tenía que ocurrir un
hecho para que se produjeran los cambios que se venían evidenciando. Cree que
al final de este juicio oral se va a evidenciar que el contexto de las condiciones
precarias, deficientes de la cárcel de San Miguel fueron determinantes para las
posibilidades de actuación de su representado en cuanto a enfrentar un incendio.
Se va a concluir que en la conducta de José Hormazábal no se dan los
elementos para la configuración de las figuras penales que le fueron imputadas en
las respectivas acusaciones: cuasi delito de homicidio y lesiones y de homicidio
simple en comisión por omisión. Adelanta que las normas legales y reglamentarias
invocadas por los acusadores no constituyen ara el efecto del ámbito penal, no
son posibles de entender como infracción de Reglamento.
En consecuencia, en la conducta o comportamiento de José Hormazábal no
se da una infracción de Reglamento, de deber de cuidado, de ningún deber de
garante, no hay culpa, no hay negligencia, actuó de acuerdo a las posibilidades y
desde ese punto de vista, no pudiendo atribuirle culpa en la forma como lo señala
la ley va a solicitar la absolución de todas las acusaciones que le fueron
formuladas oportunamente.
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