Silvia Ruffini (o Rufini; 14..? - Roma, 1561) fue la amante de Alejandro Farnesio, futuro papa Paulo III, y madre de sus cuatro hijos. No se conoce la fecha de su nacimiento pero si se sabe que casó, como muy tarde en el año 1496, con el mercader o comerciante romano Giovanni Battista Crispo, al que dio tres hijos, entre ellos el cardenal Tiberio. La familia de Silvia pertenecía a la pequeña nobleza romana y vivía en un palacio del barrio Colonna. Del testamento de su padre Rufino, quien murió en 1504, parece que Silvia tuvo cuatro hermanos varones (Giacomo, Girolamo, Ascanio y Mario, estos dos últimos siguieron la carrera eclesiástica) y dos hermanas (Camilla e Ippolita). Las cercanas y habituales relaciones de Alejandro Farnesio con los Ruffini (en particular Giacomo, su conclavista en 1503 y 1513 y gentilhombre de cámara) confirman la estabilidad de la relación del Farnesio con Silvia. Giacomo es también el primer Ruffini mencionado en documentos públicos relacionados con Alejandro, en 1499: es posible que él mismo presentara a Silvia al cardenal. Alejandro Farnesio, sin embargo, nunca quiso revelar la identidad de la madre de sus hijos, legitimada por el complaciente Julio II y León X. Costanza, entonces, la primera de los cuatro hijos con Alejandro, probablemente nació cuando Silvia todavía estaba casada con Crispo en 1500 (quien murió a inicios de 1501). Es madre de los Farnesio, Costanza, Pedro Luis, Paolo y Ranuccio, oficialmente fue siempre una mujer casada cuyo nombre no se menciona, pero la verdad es que Silvia, que firmaba "Silvia Rufina de Crispis" medio siglo después de la muerte de su esposo, no se volvió a casar. La mentira fue la estratagema de Alejandro para ocultar su identidad, posiblemente proteger su reputación (una viuda tenía que ser fiel a su marido fallecido) y no quedar para la historia como la concubina de un papa, como había pasado con el papa Borgia y su Julia. Nadie vio a Silvia y Alejandro Farnesio juntos en el mismo lugar, y no está claro si ella vivió en el palacio de Farnesio: la máxima confidencialidad se cernía sobre su relación. Algunos poemas latinos de Baldassarre Molosso, poeta y tutor de los hijos de la pareja, dejan caer que Silvia (a quien llamaba Lola) podría vivir en Frascati o en una villa de su hijo Tiberio en Bolsena, o al menos que ella iba a menudo allí, ya que en los poemas leemos acerca de un Farnesio impaciente por abrazar su hermosura. Vivir en Bolsena hubiera sido cómodo, ya que su hermana Camilla se había casado allí y cerca (en Gradoli), el cardenal Alejandro Farnesio (futuro Paulo III), se había construido una villa. Ciertamente, sin embargo, Silvia murió en Roma en 1561 y fue enterrada en la tumba de la familia Crispo preparada por su hermano Mario más de diez años antes, en el Panteón, un mes después. Hijos Pedro Luis Farnesio (del italiano: Pier Luigi o Pierluigi Farnese) (Roma, 19 de noviembre de 1503 - Piacenza, 10 de septiembre de 1547) fue un militar, aristócrata y gobernante italiano. Duque de Parma y Piacenza. Ranuccio o Rinuccio Farnese (Roma, 1509 - ?, 1528 o 1529) fue un eclesiástico y militar italiano. Constanza Farnesio (Roma, 19 de diciembre de 1500 - 23 de mayo de 1545), fue una hija de Alejandro Farnesio y Silvia Ruffini, nacida antes de que su padre se convirtiera en el Papa Pablo III. Paolo Farnese ( Roma , 1504 – Roma , 1512 ), fue hijo natural del cardenal Alessandro Farnese , futuro Papa Pablo III . |
La Casa de Farnesio. (en italiano: Farnese) fue una influyente familia italiana de la aristocracia que ostentó el ducado de Parma entre 1545 y 1731. Sus importantes miembros incluyeron al Papa Pablo III y los Duques de Parma. El encumbramiento de los Farnesio y su enlace con las más ilustres familias romanas tuvo lugar en tiempos de Ranuccio Farnese, el Viejo, protegido del papa Eugenio IV. Ranuccio casó a su hijo Gabrielle Francesco con Isabella Orsini, y a su hijo Pier Luigi, continuador de la estirpe, con Giovanella Caetani. De ese matrimonio nacieron el que sería Papa Pablo III y Julia Farnesio. Entre los siglos XVI y XVII los Farnesio se distinguieron por su protección a las artes, a ellos se debe la construcción o adquisición, del Palacio Farnesio en Roma, la Villa Farnesio en Caprarola, la Iglesia del Gesù en Roma y el Palacio del la Pilotta en Parma, actualmente Galería Nacional de Parma, y los artefactos antiguos incluyen los Mármoles Farnese. El último Farnesio soberano de Parma fue Antonio Farnesio (1679- 1731); al morir sin sucesión directa, el ducado pasó al hijo de su sobrina Isabel Farnesio y del monarca español Felipe V, el entonces infante Carlos de Borbón y que posteriormente se convertiría en rey de España. Historia Los orígenes de la familia se remontan aproximadamente al año 984 d. C. y tomaron su nombre de una de sus posesiones feudales más antiguas: Castrum Farneti. Ha habido cierto debate sobre los orígenes del nombre Farnesi/Farnese. Algunos sugieren que deriva del nombre vernáculo de un roble que se encuentra en la región, Farnia (Quercus robur), pero otros han sostenido que el nombre debe su origen a Fara, un término de origen lombardo que se utiliza para denotar un grupo social particular. En el siglo xii, se registran como feudatarios menores en las áreas de Tuscania y Orvieto, varios miembros que ocupan cargos políticos en esta última comuna. Un Pietro derrotó a los gibelinos toscanos en 1110 y, muy probablemente, luchó contra los Italo-normandos en 1134. Su hijo Prudenzio fue cónsul en Orvieto y derrotó a los gibelinos de Orvieto respaldados por Siena; otro Pietro defendió la ciudad contra el emperador Enrique VI. En 1254, un tal Ranuccio derrotó a las tropas de Todi y luchó por el Papa Urbano IV contra Manfredo de Sicilia. Su hijo Niccolò estaba en el ejército de Gueldo en la Batalla de Benevento (1266). Los Farnesio regresaron a Tuscia (sur de Toscana-norte de Lazio) en 1319, cuando adquirieron Farnese, Ischia di Castro y los castillos de Sala y San Savino. En 1354, el cardenal Albornoz, a cambio de la ayuda de la familia en la guerra contra los barones alborotadores papales, les dio el territorio de Valentano. En este período lucharon contra los feroces rivales papales, los Prefetti di Vico. En 1362, Pietro Farnese era comandante en jefe del ejército florentino contra Pisa en la guerra de Volterra. Seis años más tarde Niccolò Farnese salvó al Papa Urbano V del ataque de Juan de Vico, primero en el castillo de Viterbo y luego en el de Montefiascone. La lealtad a la causa papal significó que a los Farnesio se les concediera la confirmación de sus posesiones en el norte del Lacio y se les otorgara una serie de privilegios que los elevaron al mismo nivel que los barones romanos más antiguos y poderosos de la época, como los Savelli, Orsini, Monaldeschi y Sforza de Santa Fiora. Farnese es una localidad y comuna italiana de la provincia de Viterbo, región de Lacio, con 1691 habitantes. |
Enciclopedia Catolica.
Unicorno Unicornus Farnesiæ gentis symbolum. El unicornio (o liocornio ) es un animal fantástico descrito en los bestiarios como un caballo blanco puro con un cuerno largo, afilado y retorcido en medio de la frente, que posee poderes místicos, mágicos y antivenenos. El unicornio es considerado un símbolo de humildad y sabiduría, pero también de ferocidad, y solo una joven virgen podía acercarse a él, sobre quien se posaría, una unión simbólica de castidad y pureza. El animal fantástico fue adoptado por la familia Farnesio y se convirtió en su símbolo por excelencia. La familia Farnesio hizo un uso extensivo y obsesivo de este animal simbólico, representándolo en las paredes y techos de sus hogares, en retratos, frescos y pinturas, y también se usó como cresta en su escudo de armas familiar, que estaba coronado por un unicornio rampante. |
Lirio. El lirio heráldico es el símbolo principal de la familia Farnese y está presente en el escudo de armas familiar desde el principio, por lo que también se le llama "lirio Farnese". El lirio Farnesio es un esmalte azul heráldico , símbolo de castidad, fidelidad, nobleza, fortaleza, firmeza, riqueza y gloria, y generalmente está presente en los escudos de armas en seis en las posiciones 3, 2 y 1, sobre campo de oro. El lirio fue y es el símbolo de muchas casas nobles de todo el mundo. A diferencia del mucho más famoso lirio Medici , florido y abotonado , el lirio Farnesio se asemeja más a la flor de lis francesa , más carnosa y estilizada. Además, a diferencia del primero, el lirio Farnesio casi siempre se representa en forma redonda y no bidimensional. |
Julia Farnesio (en italiano, Giulia Farnese; Canino, 1474/1475-Roma, 23 de marzo de 1524) fue una de las amantes de Rodrigo Borgia, quien fuera luego el Papa Alejandro VI. Fue conocida como «Giulia la bella», que en italiano significa «Julia la hermosa». Lorenzo Pucci la describió como «la más amable de contemplar». Familia Julia Farnesio había nacido en 1474, hija de Pedro Luis Farnesio, señor de Montalto, y de Giovannella Caetani, quien era a su vez la última miembro de la ilustre dinastía de los Anagni. También perteneciente a ella fue el papa Bonifacio VIII. Tuvo tres hermanos. El primero, Angelo, fue noble. El segundo hermano, Alejandro, cursó estudios de notario pero finalmente se embarcó en la carrera eclesiástica, llegando a ser papa en 1534 con el nombre de Paulo III. La tercera fue una hermana, Girolama. Matrimonio y relaciones con Alejandro VI A la edad de 15 años, el 21 de mayo de 1489, Julia contrajo matrimonio con Orsino Orsini Migliorati, conde de Bassanello, que era hijo de Lodovico Orsini Migliorati, señor de Bassanello, y de Adriana de Milà, a su vez sobrina materna del entonces Papa, Alejandro VI. Ha sido descrito como un hombre estrábico y sin ningún tipo de confianza en sí mismo. De acuerdo con Maria Bellonci, se desconoce cuándo Rodrigo Borgia se enamoró locamente de Julia y decidió convertirla en su amante. Lo que sí sabemos es que Adriana de Milà dio su aprobación para que su hijo lograra un mayor estatus en la Santa Sede. Alrededor del mes de noviembre de 1493, Julia Farnesio vivía con su suegra y con la hija de Alejandro VI, Lucrecia Borgia, con la que trabó gran amistad, en un palacio de reciente construcción cercano al Vaticano, desde el cual el Papa podría realizar sus visitas clandestinas con facilidad. Pese a esto, su relación aparecía en todos los rumores de la época. Gracias a su intimidad con el Papa, fue capaz de conseguir que su hermano Alejandro llegara a cardenal, con el sobrenombre «Cardenal de las faldas» que le procuró Pasquino. Julia tuvo una hija a la que llamó Laura. No está esclarecido si el padre de Laura fue Orsino o el Papa Alejandro. Maria Bellonci cree que hay evidencias de que Julia mantenía el contacto físico con su esposo. En cualquier caso, ella aseguró que en realidad Laura era hija del Papa, pero bien pudo hacerlo para elevar el estatus de la niña en las consideraciones de un futuro matrimonio. En 1494, enojó al Papa al marchar a Capodimonte para acompañar en su lecho de muerte a su hermano, Angelo. Esto la mantuvo lejos de Roma, incluso tras el fallecimiento, por la insistencia de su esposo. Sin embargo, Orsino cedió a la presión papal, y Julia pronto regresó a su amante. Al mismo tiempo se producía la invasión de Italia por la Francia de Carlos VIII, que provocó la captura de Julia a manos del capitán francés Yves d'Alègre, que exigió (y consiguió) del Papa un rescate de 3.000 escudos a cambio de un salvoconducto a Roma. Julia fue amante del Papa hasta 1499 o 1500. Alrededor de estos años parece que perdió sus favores debido a su edad. Bellonci afirma que la ruptura entre ambos fue probablemente amistosa, gracias a la intercesión de Adriana Milà. Su marido murió por estas fechas también, y ella se mudó a Carbonagno, no lejos de Roma. Este pueblo había sido entregado al difunto Orsino por parte de Alejandro VI, quien, por otra parte, murió tres años después. Últimos años y muerte Julia regresó a Roma para la boda de su hija Laura en 1505. Laura se casó con Niccolo della Rovere, sobrino del por entonces Papa Julio II. Para Julia, sus años de amor no habían terminado. Tras varios amantes, cuyos nombres no se han conservado, en los primeros años de su viudez se casó con Giovanni Capece de Bozzuto, quien era miembro de la baja nobleza napolitana. En 1506, Julia se convirtió en gobernadora de Carbonagno, y residió en la ciudadela de su castillo, en cuyo puente se inscribió su nombre. Las crónicas del castillo establecen que Julia fue una administradora capaz que gobernó de manera firme y enérgica. Permaneció en esta ciudad hasta 1522, cuando abandonó el lugar y retornó a Roma, donde murió en la casa de su hermano, el cardenal Alejandro, el 23 de marzo de 1524, a la edad de 50 años. La causa de su muerte es desconocida. Diez años después, su hermano ascendió al trono papal como Paulo III. Laura y su esposo Niccolo tuvieron tres hijos, que heredaron las posesiones de la familia Orsini. |
El ducado de Castro fue un feudo situado en la Italia central, que existió como estado independiente bajo los Farnesio entre 1537 y 1649. Comprendía una pequeña cara territorial en la actual región del Lacio. Creación El ducado de Castro fue instituido por el papa Paulo III Farnesio (1534-1549), con la bula Videlicet immeriti del 31 de octubre de 1537, en favor de su hijo Pedro Luis Farnesio y de su primogenitura masculina. El ducado tuvo una existencia breve, poco más de 110 años y fue eclipsado por los dominios parmesanos de los Farnesio. Castro, una pequeña ciudad situada sobre una peña en las cercanías del río Fiora, era la capital y la residencia del duque. Fronteras El ducado de Castro se extendía desde el mar Tirreno al lago de Bolsena, aquella franja de tierra delimitaba con el río Marta y por el río Fiora, remontando hasta el afluente Olpeta y el lago de Mezzano, en el cual el Olpeta desembocaba. Se había anexionado el ducado de Latera y el condado de Ronciglione. Los orígenes Para consolidar los dominios de su familia y favorecer a su hijo Pedro Luis, en 1537, el papa Paulo III instituyó el ducado de Castro que comprendía los siguientes centros: Castro, Montalto, Musignano, Ponte della Badia, Canino, Cellere, Pianiano, Arlena, Tessennano, Piansano, Valentano, Ischia, Gradoli, Grotte, Borghetto, Bisenzio, Capodimonte, Marta, las islas Bisentina y Martana (ambas situadas en el lago de Bolsano), Ronciglione, Caprarola, Nepi, Carbognano, Fabrica di Roma, Canepina, Vallerano, Vignanello, Corchiano y Castel Sant'Elia. Como capital del nuevo ducado fue elegida Castro que, en 1527, había sufrido un gran saqueo por parte de Alejandro Farnesio, futuro Paulo III, que la había hecho ocupar suscitando las iras del papa Clemente VII. Castro devolvió la elección de los Farnesio colocando sobre su propio escudo, constituido por un león rampante, tres lirios azules y el mote "Castrum Civitas Fidelis". Los Farnesio, ayudados por Antonio da Sangallo el Joven, reconstruyeron completamente la ciudad de Castro, adecuadamente fortificada y dotada de una zeca propia. Después de la creación del ducado de Parma y Piacenza en 1545, los Farnesio se dividieron por un decenio entre el viejo y el nuevo ducado, comenzando, sin embargo, siempre en mayor medida orbitaron en torno al nuevo. Convertido en duque de Parma, Pedro Luis cedió Castro a su hijo Octavio Farnesio, que a su vez, después de la trágica muerte de Pedro Luis, cedió Castro a su hermano Horacio, muerto Horacio sin hijos, el ducado de Castro pasó de nuevo a Octavio. A la muerte de Octavio, el ducado pasó a su hijo Alejandro Farnesio, que no se hizo ver nunca en su territorio porque prefirió combatir y forjarse una fama en el norte de Europa. El declive del ducado se inició con Ranuccio I Farnesio, hijo de Alejandro, que heredó una situación deficitaria bastante grave. Si sucesor, Odoardo I Farnesio, no trató de mejorar la situación, e incluso, en una situación poco acertada declaró la guerra a España, sin ni siquiera advertir al pontífice Urbano VIII, que consiguió, no obstante resolver la situación a través de la diplomacia. Sin embargo, los intereses ligados a la importancia estratégica del ducado en el interior de los Estados Pontificios llevaron rápidamente a un giro por parte de Roma en sus relaciones con los Farnesio. La primera guerra de Castro. Las causas de la primera guerra de Castro pueden encontrarse en la política expansionista de la familia Barberini, que se encontró en su camino a Odoardo I Farnesio. Tomando como pretexto la posición del ducado de Castro, creado sobre los territorios del Patrimonio de San Pedro en Tuscia, Urbano VIII, junto a sus dos sobrinos, el cardenal Francesco Barberini y el cardenal Antonio Barberini, maduró la decisión de espoliar a los Farnesios de los privilegios y dominios que la familia gozaba ya desde algunos siglos. Después de haber tratado de hacerse vender el ducado, los dos hermanos trataron de buscar otros medios para poner en dificultades a Odoardo. En 1639 los banqueros Siri y Sacchetti y el prefecto de Roma, el sobrino del papa Taddeo Barberini, denunciaron las concesiones provenientes de Castro, lamentándose de la reducción de precio del grano y negando a Odoardo el dinero pactado, haciéndole encontrarse en una situación más bien delicada: los prestamistas, que le habían concedido fondos haciendo negocio sobre las futuras rentas del ducado, reclamaron su dinero. Para agravar aún más la situación del duque contribuyeron dos decretos del camarlengo, el cardenal Antonio Barnerini, que prohibía la extracción de trigo, privilegio reservado desde siempre a la Santa Sede, y ordenaba la construcción de una carretera de Sutri a Roma para absorber todo el tráfico que precedentemente pasaba por Ronciglione. No obstante las tentativas de Odoardo de superar estas dificultades, los Barberini no cedieron en sus propósitos, y tomando como pretexto el posible derrumbe de los llamados Monti Farnesiani y para garantizar a los prestamistas del duque hasta la ocupación del ducado y el sucesivo secuestro de bienes de los Farnesio en el Estado Pontificio. La ocupación del ducado de Castro por las tropas pontificias comenzó el 27 de septiembre de 1641. Como respuesta, las tropas de los Farnesio entraron en el Estado de la Iglesia, llegando a capturar la ciudad de Acquapendente y haciendo temer al papa un nuevo saco de Roma. La primera parte de la guerra concluyó con el intento de alcanzar una paz en Castel Giorgio, que llevaron a la retirada de las fuerzas farnesianas. Desgraciadamente las negociaciones fracasaron el 26 de octubre de 1642 por lo cual Odoardo vio que su retirada de los territorios pontificios había sido en vano, con toda ventaja para los Barberini que pudieron reorganizar las propias defensas. Después de varios intentos para reconquistar Castro a través de varias expediciones militares vía tierra y mar, se llegó a la segunda fase del conflicto: se firmó una liga entre el Gran Ducado de Toscana, la República de Venecia y el ducado de Módena, que, preocupados por la política expansionista de los Barberini, pretendían devolver a sus legítimos propietarios el ducado, que hasta ese entonces solo habían apoyado moralmente a Odoardo, entraron en el conflicto a comienzos de 1643. La primera guerra de Castro terminó con el tratado de Roma de 31 de marzo, que gracia a la ayuda diplomática francesa, restituía el ducado a los Farnesios y los reconciliaba con la Santa Sede. La Segunda Guerra de Castro A la muerte de Odoardo (1646), al que sucedió su hijo Ranuccio II Farnesio, y quien aparte de las deudas, heredó también los problemas derivados de la guerra apenas terminada. Mientras estaban en curso las negociaciones entre el ducado y el papado para el nombramiento de un nuevo obispo, el papa Urbano VIII moría. Éste fue sucedido por Giovan Battista Panphilij, con el nombre de Inocencio X (1644-1655). La familia del pontífice era la que tenía más préstamos para con los Farnesio. El 17 de abril de 1648 el papa, sin consultar a Ranuccio, nombró obispo de Castro a monseñor Cristoforo Giarda. Ranuccio le prohibió el ingreso en la ciudad hasta un "acomodamiento" con Roma. Pasó casi un año y ni siquiera la correspondencia epistolar consiguió desbloquear la situación. Por este motivo el pontífice al obispo de tomar posesión de su diócesis. El 18 de marzo de 1649, de camino de Roma a Castro, cerca de Monterosi, fue víctima de una emboscada y asesinado por Ranuccio Zambini de Gradoli y Domenico Cocchi de Valentano. Inocencio X atribuyó inmediatamente la responsabilidad a Ranuccio, ordenando al gobernador de Viterbo, Giulio Spinola, iniciar un proceso para depurar responsabilidades: de aquí la decisión de atacar el ducado. A pesar de los esfuerzos de Ranuccio, Castro capituló el 2 de septiembre de 1649 y, ocho meses después ordenó su total demolición: fueron echados abajo todos los edificios, incluidos la iglesia principal, la zeca,...El duque Ranuccio, imposibilitado a hacer frente a sus deudas tuvo que aceptar impotente la pérdida del ducado.
| ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Pedro Luis Farnesio (del italiano: Pier Luigi o Pierluigi Farnese) (Roma, 19 de noviembre de 1503 - Piacenza, 10 de septiembre de 1547) fue un militar, aristócrata y gobernante italiano. Hijo del cardenal Alejandro Farnesio, fue condottiero en las guerras italianas en el bando imperial de Carlos V. Con el apoyo de su padre, que fue elegido Papa en 1534, fue nombrado confaloniero y capitán general de la Iglesia, marqués de Novara, duque de Castro y de Parma y Piacenza. Murió asesinado por los nobles placentinos en una conjura organizada por el gobernador de Milán, Ferrante Gonzaga. Orígenes «Pedro Luis nació de lo que actualmente se llamaría una unión libre». Su padre fue el cardenal Alejandro Farnesio, que había recibido la púrpura en 1493 de manos de Alejandro VI, amante de su hermana Julia, pero no tomó las órdenes hasta 1519.]Durante su etapa como vicelegado en la Marca de Ancona el cardenal mantuvo una relación estable extramatrimonial con una dama casada de la nobleza, con la que tuvo cuatro hijos:
La identidad de la madre se intentó mantener en secreto. Historiadores posteriores la averiguaron por una carta de 1536 de François Rabelais al obispo Geoffroy d'Estissac en la que se la menciona como "una dama romana de la casa Ruffini", y por el testamento del cabeza de la familia Ruffini, de donde su nombre se supone ser Silvia Ruffini. Pedro Luis y Paolo fueron legitimados en 1505 por bula de Julio II. Pasó su infancia primero en Valentano y después en Roma, educándose primero bajo la tutela del humanista Baldassarre Molossi y a partir de 1514 de la del sobrino de éste, Stefano Negri. Matrimonio y descendencia Con menos de diez años de edad su padre pactó un acuerdo matrimonial para casarlo con Girolama Orsini, hija de los condes de Pitigliano;[14]la boda se celebró en 1519. La pareja fijó su residencia en su palacio de Valentano, donde nacieron sus cinco hijos:
Su sexualidad Sin embargo fue públicamente conocida su afición por los varones jóvenes. Existe una carta del secretario apostólico Ambrogio Recalcati en la que en nombre de su padre Pablo III le reprochaba haberse acompañado de amantes varones cuando estaba en misión oficial en la corte del emperador, otra del canciller de la embajada florentina Marco Braccio que detalla una cacería que había organizado para perseguir a un paje del cardenal de Ferrara que había rechazado sus insinuaciones, y numerosos pasquines satíricos que aludían a su homosexualidad y a la inmoralidad de toda la familia Farnesio. Mención aparte merece el episodio conocido como el rapto de Fano en el que supuestamente violó al obispo de Fano Cosimo Gheri, del que se desconoce si ocurrió realmente o fue una calumnia elaborada por los enemigos de los Farnesio y propalada por los protestantes alemanes. Condottiero en las guerras italianas A los dieciocho años de edad empezó su carrera como condottiero. Eran los tiempos de las guerras italianas, una sucesión de conflictos surgidos a finales del siglo XV que involucraron a Francia, el Sacro Imperio Romano Germánico, España, Inglaterra, los Estados Pontificios y casi todos los pequeños estados en que se encontraba dividida Italia en aquella época. En 1521 había empezado otra guerra, y Pedro Luis se desempeñó como capitán de caballería por cuenta de la República de Florencia, apoyando al ejército imperial-pontificio contra los franceses en el Ducado de Milán, Perugia y Val di Chiana. Hacia 1525, buscando defender los derechos de su esposa contra sus familiares los Orsini, se alió con los Colonna, con quienes en 1526 participó en el asalto al Vaticano. Una nueva guerra sucedió a la anterior, y en 1527 Pedro Luis se unió al bando imperial del Condestable de Borbón y participó en el Saco de Roma; los excesos cometidos en este episodio motivaron que el papa Clemente VII dictara contra él una condena por rebelión, alta traición y lesa majestad, gravísima pero de difícil aplicación en aquellos tiempos revueltos, de la que pronto fue absuelto gracias a la influencia de su padre en la corte papal. Apreciado en el bando imperial como un capitán valeroso, competente y resuelto, aunque cruel y represivo, poco después defendió Manfredonia de los ataques franco-venecianos, combatió en Bisceglie y en Umbria a las órdenes de Filiberto de Chalôns, y según algunos autores también en el asedio de Florencia. Tras el final de la guerra en 1530 se retiró a sus feudos de Gradoli. Ascenso a la sombra del papa En 1534 murió Clemente VII y en el cónclave que siguió fue elegido el cardenal Farnesio para sucederle en el papado. Siguiendo el nepotismo acostumbrado en la época,[c] dos meses después concedió el capelo a sus nietos quinceañeros Alejandro y Guido Ascanio, y el año siguiente Pedro Luis recibió el castillo de Montalto y la exención en el pago del censo de sus señoríos de Canino, Gradoli, Valentano, Latera, Marta y otros lugares en el Lacio. Ese mismo año se desempeñó como embajador ante Carlos V, que pasaba por Cosenza de vuelta de la jornada de Túnez, con la misión de invitarlo a Roma y de tratar de la restitución a la Santa Sede del Ducado de Camerino, de la celebración de un concilio para afrontar la Reforma protestante y de la paz entre el emperador y el rey de Francia Francisco I, aunque no consiguió del emperador ninguno de los objetivos propuestos. Confaloniero, Marqués de Novara, Duque de Castro En 1536 el papa lo absolvió formalmente de las censuras que Clemente VII le había impuesto por los hechos acaecidos nueve años antes durante el Saco de Roma, y el año siguiente le nombró Gonfaloniero y Capitán General de la Iglesia,[35][36] Pedro Luis compró Frascati a Lucrecia della Rovere y lo permutó con la Cámara Apostólica por la ciudad de Castro,[e] a la que después unió el condado de Ronciglione y el resto de sus posesiones en la provincia de Patrimonio de San Pedro para formar el Ducado de Castro, del que el papa le hizo duque en 1537, mientras su hijo Octavio era nombrado gobernador de Nepi. En 1538 Carlos V separó Novara del Ducado de Milán y lo erigió en marquesado, concediéndolo a Pedro Luis.Formó parte del séquito papal en la tregua de Niza y pactó un acuerdo matrimonial entre su hijo Octavio y la hija del emperador, Margarita de Austria. En su desempeño como confaloniero se destacó en la recuperación para los Estados pontificios del Ducado de Camerino, ocupado por el duque de Urbino Francesco Maria della Rovere; en la pacificación de Perugia, que se había rebelado contra el impuesto establecido por el papa sobre la sal; en el asedio y toma de Paliano, donde Ascanio Colonna se había fortificado con el mismo motivo; y en la inspección y reconstrucción de las fortalezas costeras, amenazadas por la presencia de los otomanos. En 1543 desempeñó una nueva misión diplomática en Génova ante el emperador Carlos V, que regresaba de la jornada de Argel, invitándolo a una entrevista en Busseto en la que se propuso la cesión del Ducado de Milán a su hijo Octavio a cambio de dos millones de escudos, aunque el acuerdo no llegó a hacerse efectivo. Duque de Parma y Piacenza A instancias del cardenal Gambara y del secretario Apolonio Filareto en un consistorio celebrado en agosto de 1545 Paulo III separó de los Estados Pontificios las ciudades de Parma y Piacenza, instituyó con ellas el ducado de Parma y Plasencia e invistió a Pedro Luis como duque con derecho de sucesión, a cambio de la cesión de Nepi y Camerino a la Santa Sede, de la del ducado de Castro a Octavio y del pago anual de 9000 ducados a la Cámara apostólica. Ese mismo año murió su hermana Constanza, nacieron sus primeros nietos Alejandro y Carlos y fue creado cardenal su hijo Ranuccio. La erección del nuevo ducado no gustó en el bando imperial. Las dos ciudades (194 400 habitantes contando los territorios circundantes) habían pertenecido históricamente al Ducado de Milán, feudatario del Sacro Imperio, y tenían un gran valor estratégico y económico en la guerra con Francia, que había ocupado el Piamonte. Ya en el mismo consistorio en que fue aprobado, el proyecto tuvo la oposición de los cardenales De Cupis, Toledo, Pisani, Carpi y Sadoleto.Los agentes de Carlos V en Roma, Jean d'Andalot y Pedro de Marquina, presentaron una queja ante el papa; el Senado de Milán protestó formalmente, considerando ambas ciudades como parte de su estado, y en la corte imperial se le negó el tratamiento de duque de Parma y Piacenza, aduciendo que la investidura debía haberse hecho efectiva por parte del emperador, no del papa. Impedido por la gota, tomó posesión del ducado el 25 de septiembre de 1545 por medio de sus delegados, el obispo de Casale Bernardino della Barba y el de Piacenza Catalano Trivulzio. Su gobierno en el ducado Su gobierno en ambas ciudades fue bien acogido por el pueblo llano, pero no así por la aristocracia local, especialmente en Piacenza, donde fijó su residencia: los grandes terratenientes, que hasta entonces habían vivido «bajo el suave yugo de la Iglesia» regidos por un legado pontificio, estaban acostumbrados a ejercer su propio gobierno y justicia dentro de sus feudos y a estar exentos del pago de impuestos, algunos de ellos afines a Francia y otros al Imperio, y llevaron mal los intentos del duque de sujetarlos al poder político. Las más nobles y poderosas familias entendieron que había venido a gobernarles un hombre, que teniendo un origen similar al del famoso César Borgia, quería valerse de la malsana política de Nicolás Maquiavelo ... y pronto hizo saber que ambicionaba más ser temido que amado, y buscaba oprimir a todos los poderosos que le podían hacer sombra. Pedro Luis llegó como duque para juntar en su persona la autoridad usurpada, defender al pueblo, asegurar el fruto de los artesanos y los agricultores, frenar a los furibundos, hacer prevalecer la razón y la justicia, extinguir las facciones y hacer prosperar el campo y el comercio, igualando a cada súbdito en su derecho. Renovó la administración pública tomando como modelo la del Ducado de Milán; instituyó un consejo secreto encabezado por su secretario Apolonio Filareto, una congregación de siete jurisconsultos con funciones de consejo supremo de justicia y gracia presidido por Claudio Tolomei y una magistratura encargada de la hacienda pública, al frente de la cual puso a Pier Paolo Guidi. Redujo de 140 a 48 el número de integrantes del consejo de ancianos; se reservó el derecho de nombrar personalmente a los cargos municipales, que tradicionalmente habían sido desempeñados por turnos por miembros de las familias nobles. Prohibió la exportación de cereales sin licencia e impuso nuevas tasas sobre la sal y las caballerías. Levantó un censo de habitantes y un catastro e implantó un servicio de postas entre Parma y Piacenza. Intentó recuperar la ceca de Piacenza, y al no ser capaz, mandó acuñar moneda en la de Novara; en los dos años de su gobierno, el grosso se revalorizó un veinte por ciento.[56] Formó una milicia bajo su mando directo de la que estaban excluidos los nobles; comenzó la construcción de una fortaleza con su artillería y la reconducción de las aguas del Po para rellenar el foso, y para la defensa de la ciudad dispuso el desmonte y allanamiento de los lugares una milla a su alrededor, que incluyeron monasterios, molinos, cultivos y caseríos; y ordenó que los que tuvieran tierras o castillos debían residir al menos seis meses en la ciudad, bajo pena de pérdida de sus feudos en caso de desobediencia, sin excepciones. «Si la vida privada de este duque no estuvo exenta de vicios, su administración no parece que fuese tan reprobable como se quiere hacer creer..» Varios grandes propietarios, que acostumbrados a sus antiguas prerrogativas nobiliarias se negaron a reconocer las nuevas leyes e impuestos, vieron confiscados sus feudos, como fue el caso de Romagnese, expropiado a Giovanni Dal Verme, Cortemaggiore a Girolamo Pallavicino o Poviglio a Rodolfo Gonzaga. Su infidelidad a Carlos V Al mismo tiempo, en la corte de Carlos V las dudas sobre su fidelidad al imperio y sobre su inclinación hacia el bando francés se fueron concretando: en 1543 había corrido el rumor (cierto o no) de que los Farnesio planeaban un atentado contra el emperador;[63]en 1544 Pedro Luis había facilitado el paso por sus feudos de las tropas de Piero Strozzi en su retirada de la batalla de Serravalle, de lo que Strozzi se había beneficiado para reforzarse y volver a presentar combate en Cerisoles, mientras el año siguiente enviaba a su secretario Aníbal Caro ante el marqués del Vasto para requerir que las fuerzas españolas no pasaran por sus estados; en 1546 se extendió la falsa noticia de la muerte de su sobrino Sforza Sforza di Santa Fiora en la guerra de Esmalcalda, y el duque aprovechó para exigir a su mujer Luisa Pallavicini la entrega de Castel San Giovanni bajo pretexto, real o fingido, de protegerla; en enero del año siguiente estuvo involucrado en la frustrada conjura que Gian Luigi Fieschi protagonizó contra Andrea Doria, gobernador de la República de Génova en nombre del emperador, en la que resultó muerto Giannetino Doria y ese mismo año entraba en tratos para casar a su hija Victoria con el duque de Urbino Guidobaldo II della Rovere, afín a la República de Venecia, y a su hijo Horacio Farnesio, duque de Castro con la hija del rey de Francia. Simultáneamente, las relaciones entre el Imperio y la Santa Sede se estaban deteriorando: en marzo de 1547 el papa había trasladado el Concilio de Trento a Bolonia contra el parecer del emperador, y en el curso de la guerra se fraguaba una alianza entre Francia, Venecia y los Estados pontificios que incluía a Pedro Luis.[69] Carlos V manifestaba su intención de retomar Parma y Piacenza a su consuegro tras la muerte del anciano papa. Desde Milán, el nuevo gobernador Ferrante Gonzaga (cuya familia estaba enemistada hacía años con los Farnesio) lo consideraba una amenaza para los dominios imperiales en el norte de Italia y recomendaba tomar Parma y Piacenza por la fuerza antes de que se terminasen las obras de construcción de las fortalezas, pero Carlos V todavía ordenaba postergar la operación. La conjura A mediados de 1547 Gonzaga recibía el beneplácito del emperador para derrocar a Pedro Luis, «en la persona del qual, no conviene que por ninguna manera se toque, sino que le echen fuera, porque no se pueda dezir en ninguno modo que fue hecho por nuestro orden ny mandado». Sin tropas ni dinero suficientes para tomar ambas ciudades por la fuerza, Gonzaga había intrigado con los nobles placentinos descontentos con el gobierno de Pedro Luis y había organizado en secreto una conjura cuyo protagonista principal era Giovanni Anguissola, que buscó la complicidad de Agostino Landi (a quien Andrea Doria ya había hecho una propuesta similar[75]), Luigi Gonfalonieri y los hermanos Girolamo y Alessandro Pallavicini de Scipione. El plan era que los conjurados ofrecieran poner Piacenza al servicio de Carlos V y que impusieran un plazo de un solo día para aceptar la oferta; incapaz de informar al emperador en ese tiempo, Gonzaga debería ocupar la ciudad bajo su responsabilidad, exculpando así al emperador. Adicionalmente se pactó que los impuestos deberían reducirse a la cantidad que se pagaba antes de la llegada del duque, que se reconocería la competencia de la justicia placentina en las causas menores de 1000 escudos, y que los conjurados no serían procesados penalmente por sus actos. La inesperada visita de Octavio a Piacenza obligó a retrasar la operación hasta su salida de la ciudad, pues su seguridad no estaría garantizada durante la ejecución de los planes. Asesinato El sábado 10 de septiembre de 1547, después de que el duque hubiera terminado de comer, Anguissola entró con dos secuaces en la sala donde solía dar las audiencias dentro de la ciudadela y lo apuñaló hasta matarlo, mientras sus cómplices, cada uno acompañado por un reducido grupo de ayudantes (veinte o treinta hombres en total), atacaban a la escasa guardia tudesca y a los sirvientes dejando ocho o diez muertos, levantaban el puente sobre el foso para impedir la entrada de refuerzos y soliviantaban a la población en la ciudad. En la ciudad corrió el rumor de que la ciudadela estaba siendo atacada por los españoles y a su alrededor se formó una muchedumbre de piacentinos. Alessandro da Terni, maestre de campo del duque, apareció al frente de una milicia de mil infantes. Los conjurados colgaron el cadáver de una ventana para que todos lo reconocieran, lo dejaron caer en el foso e improvisaron un breve arenga patriótica y libertaria denunciando los abusos del duque e intentando ganar para su causa a sus conciudadanos; los infantes comenzaron a abandonar la milicia dirigida por Terni, que tuvo que retirarse. Con disparos de artillería se dio aviso a las ciudades de Lodi y Cremona, desde donde se informó a Ferrante Gonzaga. El domingo 11 los conjurados comparecieron públicamente para justificar su acción y propusieron entregar la ciudad al gobernador de Milán, tal como habían acordado con éste; Gonzaga llegó a Piacenza el lunes para tomar posesión de Piacenza. El cuerpo de Pedro Luis recibió sepultura en Piacenza; en 1548 su esposa Girolama dispuso la exhumación de sus restos, que fueron trasladados primero a Parma y después al panteón familiar de la isla Bisentina, en el ducado de Castro. |





.svg.png)
.svg.png)



No hay comentarios:
Publicar un comentario