Como no logra cumplir con su finalidad de abrir este candado, baja al descanso, manifiesta que toma fuerzas y regresa para intentar nuevamente abrir los candados, pero tampoco puede, en ese instante, en momento en que logra pedirles a los internos del interior que golpearan las puertas con lo que tuvieran, detecta precisamente que en la parte inferior de la puerta se genera un espacio, aprovechando eso junto al teniente Hormazábal para hacer palanca, lo que permitió que 5 de los internos del ala sur, que son los sobrevivientes, pudieran salir.
Una vez hecha esta acción, baja nuevamente pero ahora en una segunda subida, con un napoleón que aparece de alguna parte, no precisa de dónde, con él intenta nuevamente abrir el lado sur sin lograrlo, refiere que en este momento sugiere abrir el lado norte al teniente Hormazábal, que se encontraba con él precisamente a la altura del cuarto piso, sin embargo, la respuesta que recibe del jefe nocturno de la guardia interna es “no”, es decir, instruye expresamente no abrir el lado norte, a pesar de que había ya gritos de auxilio y a pesar de que se podía percibir claramente de que estaba colmándose de humo.
Y ello porque los instruye de esa forma, Hormazábal señaló este testigo,
porque indica que aún habían sobrevivientes en el lado sur, lo que da cuenta de
que un accionar oportuno y una apertura y un desencierro oportuno pudo o haber
salvado todas las vidas o por lo menos haber evitado las trágicas consecuencias
respecto de los habitantes del lado sur (sic).
Aquí es importante destacar que luego de subir dos veces para intentar
abrir con las llaves, sube dos veces para intentar abrir con un napoleón, la primera
con una frazada que le pasan los internos y la segunda cuando observa a otro
funcionario con una galletera, es en este momento, es decir, en la cuarta subida y
es en la segunda que corresponde a la segunda con el napoleón en su poder
cuando se recibe una instrucción de parte del mayor Campos que se había
apersonado en el lugar de abrir el lado norte, es decir, claramente hubo tiempo
suficiente y hubo elementos aún si no se contaba con las llaves para haber
procedido a la apertura y desencierro del lado norte.
A pesar del carácter heroico que podamos atribuirle a las labores
desarrolladas por Gómez Antipe, sin duda esas labores demuestran un actuar
absolutamente desorganizado, inorgánico, motivado quizás también por la
intuición y por la urgencia que se estaba viviendo en el penal, sin embargo, ese
actuar en ningún caso podemos señalar que se atribuya a patrones
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prestablecidos, a procedimientos de actuación ante circunstancias de emergencia
conforme a ensayos que se hubieran hecho o pautas o directrices claras que se
les hubiere instruido.
Asistir a un lugar en un primer momento frente a una emergencia que ya
había detectado como una situación de incendio, lo que le motivó solamente a
portar un Ifex, sin el equipo adecuado, y sin el conocimiento, sin duda impidió un
actuar eficiente, sobre todo si tenemos presente que sabiendo que se trataba ya
de un incendio cuando él toma el Ifex y analizamos todos los elementos que se
encontraban en la sala BIG, que reiteradamente fueron descritos por el encargado
de la sala BIG, por los directores de Gendarmería a nivel nacional, a través de la
lectura de documentos, que daban cuenta de la existencia de pitones, mangueras,
chaquetas, guantes, esclavinas, botas, todos elementos absolutamente normados
además de hachas, napoleones y otros elementos que sin duda hubieran sido
absolutamente eficientes, tanto para lograr una adecuada permanencia de quien
va a realizar esta labor de rescate y apertura como también para la finalidad de
abrir las puertas de los respectivos colectivos, no lleva nada de eso, no recibe
implementos básicos, no recibe instrucción, no utilizó los elementos que estaban
en la sala BIG, no se utilizó un equipo de respiración autónoma, es decir, todo lo
que hizo lo hizo por intuición.
Tampoco hubo una acción coordinada y desplegada respecto de los otros
funcionarios que intentaron en su momento abrir las puertas, como ocurrió con
Bravo y Hormazábal. Se observa en un mismo funcionario la realización de un sin
número de acciones, una tras otra, sin más motivación que lo que él entendía en
el momento que podía ser eficiente para lograr la finalidad de este desencierro y
salvataje de las personas que se encontraban a su interior.
Confirman todas estas afirmaciones los propios dichos del testigo, que
frente a las consultas que se le hacen y la seguidilla de acciones que él realizó
como apoyo con escopeta, como apoyo de llaves, como apoyo con galletera,
todas estas acciones señala que él las hizo solamente para prestar apoyo y querer
salvar vidas, pero que esa madrugada no sabía de antemano que apoyo
específico podría prestar frente a una contingencia y una eventualidad e incendio
como ocurrió.
Las declaraciones del segundo a cargo de la guardia armada don José
Quilodrán, también apuntan en la misma dirección que las declaraciones de los
gendarmes que ya me he referido con anterioridad. En cuanto a las acciones
desplegadas por Quilodrán a partir de la alarma radial, refiere que sus
compañeros desde el exterior pedían agua, antes esto indicó expresamente que
literalmente trataron de ver si podían conectar las mangueras que había en la
guardia armada, o ver de qué parte podían dar agua agregando en ese mismo
sentido que ese fue también la actitud que él también vio en sus compañeros, pero
que sin embargo, son decidoras las palabras cuando concluye que no sabía dónde
hacerlo, porque los gabinetes donde había que conectarse estaban malos.
Estos dichos, a nuestro juicio, grafican y demuestran de manera palmaria la
existencia de un grupo de funcionarios al interior del penal, enfrentados a una
situación de emergencia, intentando prestar ayuda, pero sin un objetivo
conducente a ello, enterándose prácticamente en el momento de la realidad del
penal, es decir, que no sabían de donde podían sacar agua, enterándose que los
gabinetes estaban malos.
Este testigo Quilodrán, también en el mismo sentido que los anteriores,
indicó expresamente que no supo sino hasta en ese momento que la red,
refiriéndose a las redes húmedas o secas del penal, no estaban en condiciones.
Este escenario, es sin duda un triste escenario que también pudimos
apreciar a través de las imágenes que se reprodujeron de las respectivas cámaras
justo en esos momentos, un grupo de funcionarios con cierto grado de
desconcierto, realizando maniobras en el gabinete de la red seca, justo en el muro
existente entre la entrada de los pasillos norte y sur en el sector de la tercera reja,
gabinete que al momento de efectuar la visita por parte del Tribunal y de todos los
intervinientes en febrero de este año ya no se encontraba ubicado en dicho lugar.
Estos dichos de Quilodrán también son ratificados por su superior Edith
Ramírez, en cuanto a que no existía un criterio para entregar implementos de
emergencia, demostrando en qué consistía verdaderamente el concepto
internalizado por muchos en cuanto a su obligación de ponerse a disposición para
colaborar en emergencias no tenía ningún contenido, no tenía ningún criterio, no
obedecía a ninguna instrucción precisa. En este punto nos refirió este mismo
testigo que este apoyo consistía en socorrer dependiendo de lo que esté
ocurriendo, es decir, un socorrer como un concepto que atendida la prueba
rendida no estaba cabalmente definido por ningún contenido o contenido en
ningún procedimiento o en ninguna instrucción previa.
También este testigo refiere y respalda con ello los dichos de la teniente
Edith Ramírez y del gendarme César Gómez Antipe, en cuanto a que actuaron
según su propia iniciativa y realizando acciones que aunque escapaban de sus
funciones, cuando explican el incidente con las puertas de acceso para el correcto
posicionamiento del carro. Señaló que en un momento ingresa a una guardia
interna que no le corresponde, la interna, pero que pensó que a lo mejor no había
nadie en esa guardia y es por eso que ingresa y también conocemos esto por los
dichos del testigo, el gendarme Bravo y de los bomberos que llegaron al lugar, que
dan cuenta de todas las descoordinaciones que se produjeron en ese minuto, en
ese preciso minuto.
De la ronda que al parecer efectuó o hizo Quilodrán por el cordón de
centinela, y que habría durado aproximadamente 10 o 15 minutos desde las 4:20
horas, ya se advertía según los dichos de testigos, que la única torre donde había
movimiento y había ruido correspondía a la torre N° 5, creemos que aunque este
testigo ya ha relatado que fueron ruidos y movimientos que no le parecieron
dignos de consignar, da crédito perfectamente a las versiones de los vecinos del
penal, que también refieren la existencia de este tipo de ruidos, vecinos de las
casas colindantes y el guardia del estacionamiento colindante.
Respecto de las características de este tipo de ruido, nos parecen más
verosímiles las relatados por aquellos, es decir, por estos testigos de las casas
colindantes, que no tienen ningún otro interés en esta causa más que decir la
verdad, a diferencia de lo que informaron en el Tribunal testigos que lógicamente
podrían verse motivados a matizar su dichos por razones de carácter personal con
los acusados o por razones de carácter institucional con la institución a la que
pertenecen, además debemos recordar expresamente que esta ronda no quedó
consignada en el respectivo libro de guardia.
Finalmente el testigo Quilodrán y de los dichos del mismo contribuyen a
relativizar bastante las motivaciones y también las verdaderas acciones
desplegadas por el acusado teniente José Hormazábal al momento de abandonar
la dependencias de la guardia interna y concurrir a la guardia armada. Este testigo
señala que en el momento del incidente del vehículo en el exterior, él estaba en
sus dependencias cambiándose de ropa y que al regresar pasada la media noche
la teniente Edith Ramírez se encontraba sola confeccionando el parte que daba
cuenta del incidente, es decir, aquí la versión de brindar apoyo en este tipo de
procedimiento no tiene sustento.
A mayor abundamiento también y respecto de estos puntos citamos las
declaraciones de otros funcionarios de Gendarmería que comparecieron en esta
audiencia, como por ejemplo Hans Bravo, quien indica que luego de despertar en
el momento que llega la guardia armada y le dicen que hay un incendio, procede a
tomar un extintor, sitúa su llegada, en este punto, al momento en que Gómez
Antipe está cubierto con la frazada, en cuanto a los implementos de emergencia
que se guardaban en la guardia armada señaló que tenía un leve recuerdo de
haberlos visto, recordó este testigo que participó en la armada de una línea desde
el grifo del penal hasta la tercera reja, recodando además que estas mangueras
quedaron torcidas o enredadas. Ante las consultas de la fiscalía, señala que nunca
antes había extendido una manguera en su vida, manifiesta falta de capacitación,
refiere expresamente que desconocía las instalaciones contra incendios del penal,
tanto la red húmeda y seca, es categórico en decir que no sabía sus funciones en
caso de incendio y que las que él realizó y desplegó sólo las hizo por pura lógica,
lo que claramente se opone a la existencia de un plan previo que haya sido
conocido, que haya sido divulgado e internalizado por los funcionarios y también
se opone a la existencia de instrucciones para actuar ante a este tipo de
emergencias.
En este punto respeto a este testigo, y consultado particularmente por las
llamas, que él pudo percibir en la pieza chica, al momento de encontrarse en la
cruceta 5 relata un momento en que observa una lengua de fuego que recorrió el
techo de cruceta 5, momento en que de acuerdo a la declaración que los peritos
de bomberos podemos situar como cercanos al flash over que se produce dentro
de la pieza chica, que es un momento bastante posterior al que se pretendió
señalar y demostrar a través del peritaje del DICTUC en una modelación de
carácter computacional.
Este testigo igualmente señala que no participó en ningún simulacro, refirió
además cosas que no había en el CDP y consultado por el llamado simulacro de
julio del año 2010, señaló expresamente no haber participado, lo que está
conteste con la constancia de la realización de ese simulacro, pero ese ejercicio y
particularmente ese simulacro de julio de 2010 tuvo por finalidad la evacuación de
cierto personal, no incorporando en caso alguno a los internos de alguna cruceta o
de alguna ala sur o norte del penal y además en este simulacro de julio de 2010
quedó establecido que no participó personal de carácter operativo.
Él también da cuenta de la experiencia que tuvo como centinela, señala en
su declaración que muchas veces no avisaba de inmediato respecto de la salida
de humo, porque también tenía internalizado y había comprendido que se
producía situaciones de cocinar en los baños, esto permite comprender tal vez ese
hecho, el no avisar oportunamente basado en las interpretaciones de un centinela,
en circunstancias que la normativa de la cual se dio cuenta en este juicio a través
de la respectiva lectura de documentos, indica que obligaba a avisar de inmediato,
sin hacer distinción desde el muro, precisamente por razones de seguridad, en
este punto es importante hacer referencia y complementar sus dichos con lo que
indicó su compañero Lindor Novoa, que refiere expresamente que incluso los
humos conocidos o que provenían conocidamente de cocinar debían avisarse, ello
en cumplimiento precisamente a la normativa ya señalada.
Ever Garrido refirió expresamente que desconocía que era lo que tenía que
hacer concretamente en el penal y solo tenía conocimientos previos por su
experiencia de bombero y expresamente él dice que “capacitación por parte de
Gendarmería no recibió nunca”. Reitera la versión en cuanto a que no sabía que
las redes estaban inoperativas, lo que explica su relato de haber tratado de
conectarse a estas redes y particularmente a la red seca.
Por otro lado, cuando participa en la confección y realización de una
armada desde el grifo de la unidad, no repara que este grifo no tenía presión
suficiente para llegar con agua hasta el lugar donde se producía el siniestro,
situación que además demuestra que había un desconocimiento en este aspecto y
que también había un desconocimiento en relación a que para lograr tal finalidad
se tenía que utilizar la motobomba que había al interior del penal y particularmente
entre los elementos de la sala contra incendios, motobomba que tal como se
indicó en la prueba rendida durante el juicio oral, no fue utilizada; pero que
además, conforme a lo establecido estaba inoperativa, por cuanto no tenía
bencina y de las imágenes de la fotografía de este elemento queda claramente
que no fue utilizada porque se encontraba en el mismo lugar donde estaba
guardada y además estaba completamente seca.
El testigo Lindor Novoa, quien estuvo en la primera reja hasta las 4:00 de la mañana, refiere haber visto sola a la teniente Ramírez anotando las constancias referidas a la situación de la incautación de las botellas de alcohol que intentó ingresar un funcionario, también indica que al despertar la teniente le comunica que se trata de un incendio. A pesar de ello, señala haber concurrido a la cruceta
sólo con chaleco, es decir, sin equipamiento alguno, indicando que no pudo subir
porque había mucho calor y lo afectaba, dice que el fuego estaba muy
desarrollado, que portaba un Ifex con el que originalmente no pensaba hacer
nada, sin embargo por la desesperación decide igualmente utilizarlo en el lugar,
indica que lo percutó aproximadamente 8 veces en dirección a la pieza chica
porque ahí estaba el fuego; que ratifica todas las declaraciones anteriores en el
sentido de que el fuego estaba concentrado y se inició en la pieza chica y cuando
se realizan las maniobras de tratar de ingresar al cuarto piso aún estaba
concentrado en este punto.
Este testigo frente a las consultas que se le indicó señaló no saber que la
utilización del elemento Ifex en el fuego declarado inyecta más aire, lo que
aumenta también el poder de fuego, todo lo que da cuenta de que a pesar de que
tomar la iniciativa de coger un Ifex y utilizarlo para un amago de incendio, tenía
pleno desconocimiento de cuál era la modalidad y forma de utilizarlo y las
consecuencias de su manejo.
El testigo Alejandro Montiel estuvo en el ingreso del CDP entre las 00:00
horas las 4:00 de la mañana y refiere que durante la confección del parte, a raíz
de la incautación de las botellas de alcohol, estaba la teniente Ramírez junto a él y
el de la primera reja, refiriéndose a Lindor Novoa. Señala que sus acciones fueron
un tema de conciencia y llegó a la torre con los implementos que pudo tomar,
refiere que los extintores los toma por lógica, tal como se toman los tenedores
para comer, es decir, aquí no existe ninguna indicación, ni instrucción, ni
calificación previa en su actuar, esa lógica se ve refrendada cuando reconoce que
tal vez no debió hacerlo, pero igualmente manifiesta que era lo que tenía a mano,
este funcionario, a las consultas de la defensa respecto de su estado capacitación,
indica que tuvo una charla de 15 minutos y un ejercicio de 2 minutos, y también
indica que aquello no le permitía entender que estaba capacitado, respecto de las
consultas que se le hacen por los elementos existentes en la sala BIG, solamente
tiene conocimiento de aquello por haberlos visto, pero no porque sus superiores o
alguien le hubiera indicado que existían y como debían ser utilizados.
A mayor abundamiento, cuando habla de las redes, en el momento del
incendio, indica que no tenía conocimiento alguno respecto de las redes y señaló
que desconocía si éstas funcionaban o no, y termina señalando que no tenía
conocimiento de función alguna que le hubiere correspondido desplegar o ejercer
en caso de una situación de contingencia de incendio.
También respecto de este testigo Alejandro Montiel aparece relevante lo
que declaró con respecto a su experiencia como centinela y su afirmación a que
en cuanto a que no siempre y muchas veces no es posible percibir los ruidos de
fondo en las comunicaciones, es decir, a través de los intercomunicadores, lo que
puede justificar en algunos casos, lo que puede justificar y explicar aquella línea
argumentativa de la defensa de que no existían estos ruidos tanto de pelea o de
solicitud de auxilio.
Como señalé y para concluir respecto a la declaración prestada por el
testigo Alejandro Montiel, particularmente sobre su experiencia como centinela,
precisamente le aportó un antecedente absolutamente relevante en cuanto al
último punto consultado, que es precisamente la posibilidad de captar los ruidos
de fondo a través de las comunicaciones de los intercomunicadores que portan los
centinelas, en donde él expresamente manifestó que no siempre se pueden captar
estas conversaciones o estos ruidos de fondo en estos intercomunicadores y en
ese sentido es claro en señalar que esta vertiente, es decir, que por no
escucharse ruidos de fondo, en las grabaciones de los intercomunicadores que
pretendió levantar la defensa también tiene justificación en los dichos del propio
gendarme.
Otro gendarme que también concurrió a prestar declaración en estrado y
que se encontraba en el penal la noche del siniestro y que particularmente en el
turno de las 00:00 horas a las 4:00 de la mañana se encontraba cumpliendo
labores de vigilancia en el puesto N° 3, es don Carlos Astudillo, este testigo
precisamente nos relató que durante su turno de las 00:00 horas a 4:00 de la
mañana él subió una silla hasta la garita de centinela, elemento que se encuentra
prohibido, tanto reglamentariamente por la documentación leída, pero además por
sobre todo por las propias declaraciones de los oficiales de Gendarmería, este
elemento manifestó que lo dejó en la misma garita una vez que terminó su turno.
Concluido el turno, a pesar de encontrarse en servicio, concurre a las
dependencias internas a descansar, y refiere que se despertó y pudo ver al
momento de despertarse el humo que salía de la cruceta N° 5.
También consultado respecto de las acciones que desplegó aquella noche,
indica que las realizó por instinto, en cuanto a las capacitaciones indica que tuvo
una capacitación respecto al manejo de un equipo de respiración autónoma, esta
capacitación tuvo una duración de una tarde, sin embargo, de los registros y de las
declaraciones de este propio testigo queda de manifiesto que aquella noche,
cuando se produce este siniestro, él no realiza ninguna acción destinada
precisamente a utilizar un equipo de respiración autónoma respecto del cual se
supone tuvo una capacitación, aun cuando haya sido de media tarde, por el
contrario, él de acuerdo a sus propios dichos se limita a señalar que solo tomó un
bastón.
Al consultarle respecto a la situación de porque no ocupó un equipo de
respiración autónoma, él manifestó y justificó esa omisión en atención a que no
sabía que se trataba de un incendio, situación que se contradice con la primera
parte de su declaración, en donde expresamente declara que al momento de
despertarse ve el humo, una vez más este elemento de estas contradicciones y
matices en las declaraciones de funcionarios de Gendarmería sin duda pueden
obedecer precisamente a matizar las situaciones que ocurrieron aquella noche
para evitar asumir o hacer asumir a algunos gendarmes responsabilidades
respecto de ciertas omisiones, y en ese sentido debemos aquilatar las
declaraciones que prestan sobre estos aspectos dichos funcionarios, situación que
sin duda respecto de otros testigos en caso de algunos, se presenta
particularmente aquellos ajenos al penal.
Finalmente, en este aspecto también declaró el testigo Pablo Schulze, que
es un testigo relevante porque da importantes luces respecto de una serie de
hechos que hasta ahora se han expuesto a través de las declaraciones de los
testigos a los que nos hemos referido y particularmente a los incidentes que
ocurren con anterioridad a la producción de la situación de incendio en el penal.
Eso referido a los daños causados al vehículo de uno de los funcionarios y
particularmente a la incautación de alcohol, toda vez que él fue quien fue
sorprendido tratando de ingresar alcohol, y dos botellas de ron en particular al
interior del penal, cuando se produce este evento y es consultado al respecto,
señala que estaba la teniente en ese momento, estaba tomando el procedimiento
de carabineros, cuando él trata de ingresar con estas botellas incluso refiere que
estaba precisamente ocupada en ese momento, por lo que le tomó unos 2 minutos
suspender el procedimiento que estaba desplegando la teniente Edith Ramírez,
para volver con él y proceder a su registro, momento en el cual en virtud de este
registro, se procede a detectar la presencia de estas botellas, en cuanto al
procedimiento de incautación de las botellas propiamente tal, indica que el
procedimiento era dejar constancia en el libro de novedades y la confección del
respectivo parte, esto es que en consecuencia, refiere, no duró más allá de 5
minutos. Es decir, nuevamente acá nos encontramos con un funcionario que
indica que todas estas acciones las habría desplegado la teniente Edith Ramírez
sola y no serían de mayor complejidad y en consecuencia no requerirían de un
apoyo de otro oficial que estaba a cargo de la guardia interna, sobre todo por la
entidad de los mismos.
Cuando se le consulta por su intervención en el incendio señala y da cuenta
que sólo cuando él llega al cuarto piso de la cruceta se percata de la existencia del
incendio, señala que llega al piso afectado solo con un bastón, a pesar de tener
otros elementos, pese a estar capacitado en el Ifex, sin perjuicio de ello explica en
qué consistió esta capacitación, indica que esta capacitación sólo se trató de un
elemento mecánico que es armar y desarmar estos elementos y además efectuar
disparos al aire.
A partir de todo lo que han referido y lo anteriormente expuesto por estos
testigos, claramente ya a estas alturas varias líneas de las imputaciones
sostenidas por la fiscalía, se pueden sostener a partir de lo declarado por quienes
percibieron directamente los hechos aquella madrugada, ya sea por razones
contiguas o aledañas, ya sea por estar esperando ingresar al penal, ya sea por
estar dentro del penal, tanto en el lugar siniestrado como ya sea por ser
funcionario de Gendarmería, que se encontraba a disposición dentro del penal
cumpliendo funciones o bien en momentos de descanso.
El incendio entendido como el inicio del fuego, y entendiendo que una vez
iniciado con posterioridad hay una extensión, sin duda fue precedido por una serie
de situaciones que ameritaban dar aviso y ameritaban la intervención de los
funcionarios de Gendarmería en diversas instancias y niveles, quizás no para
ingresar y allanar inmediatamente una cruceta, pero sí a efectos de al menos
efectuar esta comunicación, dar la advertencia, efectuar esta comunicación por
parte de los funcionarios que deben estar atentos y vigilantes en su puesto de
servicio, dar la advertencia a la guardia interna que a su vez tiene la obligación y
tiene la herramienta para controlar estas situaciones a través de las rondas,
rondas que sin duda son un elemento disuasivo y además también permite alertar
las situaciones de riesgo, en ese sentido, cuando se imputa omisión de los
encargados de vigilancia en cuanto a advertir o verificar, creemos que
efectivamente se ha creado un riesgo indebido de quienes tenían precisamente la
obligación en virtud de su posición de garantes, por la disposición y mandato legal
de evitar estos riesgos, cuyo resultado sin duda es absolutamente previsible y
evitable.
Varios de los testigos que concurrieron a declarar a estrado a propósito de
la previsibilidad de estos hechos dieron cuenta de una serie de siniestros de
similar naturaleza ocurridos con anterioridad, incluso en este mismo penal de San
Miguel el año 2000, donde también pierden la vida internos.
Está la situación ocurrida en Iquique el año 2001, con posterioridad también
hubo referencia de testigos a los hechos ocurridos en el SENAME de Puerto Montt
el año 2007 y también el incendio de Colina el año 2009, testigos como la fiscal
judicial señora Mónica Maldonado, el profesor señor Eduardo Sepúlveda, los
propios ex directores nacionales de Gendarmería, señor Jiménez y señor
Masferrer, mismos oficiales de Gendarmería coroneles actualmente en servicio
activo, el presidente de asociación de funcionarios penitenciarios de Gendarmería
también refiere la existencia de estos hechos previos, en circunstancias similares,
incluso dos de ellos en donde también se utilizó un elemento de carácter
inflamable, artesanal, como es un balón de gas y en consecuencia la tenencia,
posesión y manipulación no regulada de estos elementos inflamables existiendo la
posibilidad de regularlos o por lo menos mantenerlos a resguardo en las horas de
menor o mayor riesgo, sin duda, son situaciones que preveían que un manejo
inadecuado podía traer las consecuencias fatales de la pérdida de vidas de
personas.
Estaba en manos de los acusados evitar precisamente mediante el
cumplimiento de sus obligaciones de estar atentos y vigilantes en sus puestos de
servicio y el cumplimiento de las rondas continuas y permanentes estos hechos.
Hubo signos evidentes y perceptibles de lo que estaba ocurriendo al interior
del piso cuarto, al interior de la cruceta N° 5, que con bastante antelación respecto
de aquellos gendarmes que hoy día se encuentran acusados, pudieron advertir,
dada la cercanía de las garitas 2, 3 y 4 al lugar donde se estaban produciendo
estos hechos, no hay que perder de vista en este caso, la visita que se efectuó por
parte de este Tribunal y de estos intervinientes en donde se pudo constatar y dejar
constancia que desde la marquesina particularmente desde los puesto 2 y los
puestos 3 de las garitas de vigilancia de los centinelas se podían perfectamente
escuchar y eran audibles las conversaciones que en tono normal se tenían dentro
de las respectivas crucetas, en consecuencia, todos aquellos elementos y ruidos a
que han hecho alusión estos testigos, los vecinos y también a que han hecho
alusión quienes telefónicamente pudieron percibirlos, no pudieron no ser
percibidos por quienes estaban a cargo de la guardia armada para advertirlos
oportunamente.
Además hay que considerar que aquí hubo una escalada ascendente,
desde una ingesta de alcohol científicamente acreditada, a una discusión, una riña
y la utilización de elementos corto punzantes, que incluso pudieron ser visibles al
momento en que eran pasados del tercer al cuarto piso, todo lo cual no pudo no
ser advertido por estos vigilantes y además todo lo cual pudo haber sido previsto y
evitado por quienes estaban a cargo de la guardia interna a través del
cumplimiento de su obligación de efectuar rondas constantes y permanentes.
Además, en cuanto a la utilización del elemento inflamable y el fuego,
claramente aquí existe un momento donde se prende esta llama, sin embargo,
entre que se prende esta llama y se utiliza para atacar a los internos de la pieza
chica, se logra un fuego autosustentable, teniendo presente además las conductas
previas de riña y de discusión daban tiempo suficiente para que los funcionarios
acusados pudieran haber reaccionado y haber adoptado todas las medidas
preventivas y todas las medidas disuasivas para eliminar este elemento de riesgo
o peligro, que en definitiva afectó a bienes jurídicos penalmente relevantes de los
internos.
Entendemos entonces que hay claros antecedentes para sostener que hubo
una omisión que generó un riesgo traducido en un resultado previsible y evitable,
las muertes y las lesiones de los internos. Hechos que afectaron bienes jurídicos y
derechos respecto de los cuales los gendarmes que se encontraban en el penal y
que tenían una posición de garantes, estaban obligados a resguardar y adoptar las
medidas necesarias y las acciones necesarias para evitar su dañosidad y su
afectación.
También por otro lado y en cuanto a la tesis que ha planteado la defensa
tanto en sus alegatos de apertura como a través de las preguntas que le han
efectuado a los testigos y las pruebas que ellos mismos han presentado en orden
a que se trató de un incendio absolutamente rápido, imposible de enfrentar a partir
de la existencia de un fuego auto sostenido y la propagación del mismo, sin duda
existe un lapso que va mucho más allá de aquel que se pretendió sostener y
acreditar a través de una modelación computacional. Más aún si consideramos el
periodo precio al inicio o al encendido de esta llama que da cuenta de la riña y de
los movimientos al interior del penal.
Lo anterior queda claramente de manifiesto por el relato directo de quienes
se encontraban en la cruceta 5 del piso cuarto, que refieren o dan cuenta a través
de sus dichos de un tiempo suficiente para gritar hacia fuera y para también para
pedir ayuda, para vestirse y esperar lo que algunos señalaron que precisamente
se esperaba, esto es, la llegada de los funcionarios de Gendarmería para controlar
esta situación, escuchando los dichos del testigo Patricio Bastías, en atención a
que a partir de comparar esta situación con otras anteriores que a él le había
tocado vivir, claramente acá hubo una demora en la llegada de los gendarmes, lo
que da cuenta también de la demora en el aviso que debieron haber dado quienes
estaban a cargo de la vigilancia externa del penal. A este respecto resulta
bastante clarificador y decidor las observaciones de las fotografía de los cuerpos
que analizó en su minuto el oficial de caso señor Óscar Maureira, en donde se
pudo apreciar internos que estaban vestidos con chaqueta, calcetines, zapatillas
anudadas, ello precisamente daba cuenta de que lo que estaban esperando era la
apertura de las rejas y estaban precisamente vestidos y tanto lo declararon así los
propios internos con esta ropa y esta indumentaria para salir pero además para
soportar quizás eventualmente los palos que se les iba a dar al momento de
desencerrarlos.
Creemos que la dinámica del fuego y el humo, a diferencia de lo que se
pretendió demostrar a través de una simulación computacional, en ningún caso
pudo impedir el actuar oportuno, si los funcionarios hubieran tenido claro el que,
cómo, cuándo y a través de qué actuar, qué maniobras realizar. De que existió
tiempo para haber advertido esta situación, para haber dispuesto una actuación y
para haber actuado, existió, esto no se explica de otra forma, es decir, la
presencia sucesiva de distintos funcionarios en el cuarto piso de la torre 5, una vez
que se constata la situación de incendio, posicionados precisamente frente a la
puerta del acceso a los colectivos norte y sur, funcionarios que señalaron todos sin
excepción que llegaron sin más protección que sus propias vestimentas ordinarias,
sus poleras, camisas y chalecos, sin mangas, da cuenta que ninguno quizás
pensaba en un incendio, ninguno pensaba en la magnitud y ninguno tenía un plan
previo de que es lo que debía hacer o como debía llegar equipado hasta el lugar.
Si además hubiera existido una alarma oportuna, ya sea a través del aviso
aportado por los centinelas, ya sea a través de las rondas que debía haber
efectuado la guardia interna, los funcionarios hubieran sabido, y hubieran
entendido y se habrían enterado a respecto cómo equiparse o como protegerse
ante la probabilidad de la existencia de un siniestro de esta naturaleza.
Con ellos queda claro que la probabilidad de haber evitado el resultado que
se produjo, esto es, la muerte de 81 personas y 13 lesionados, es muy alta, casi
rayana con la certeza, de que habiendo adoptado las medidas adecuadas y las
advertencias oportunas, tanto de la guardia armada como habiendo adoptado y
habiendo ejecutado las acciones de ronda por parte de la guardia interna, esto se
hubiera evitado. Evidentemente si Veroiza, Hormazábal y Gómez Antipe, que
resistieron y maniobraron largos minutos sin protección alguna en el cuarto piso,
hubieran hecho uso de los uniformes, de los guantes, de las esclavinas, todos
debidamente normados, es decir, capaces de soportar situaciones extremas en un
incendio y que quedó demostrado que existían al 8 de diciembre y que estaban
disponibles en la sala BIG, es una vez más un sustento a la afirmación casi
cercana a la certeza absoluta de que el resultado hubiera sido absolutamente
distinto y evitable.
Para qué decir, si solo se hubiere ocupado uno de los dos equipos de
respiración autónoma que existía en el lugar, hubiera permitido la permanencia y
una debida actuación de los gendarmes que llegaron hasta este cuarto piso al
momento de producirse el incendio, más aún si queda de manifiesto que ante la
negativa del teniente Hormazábal en orden a abrir el ala norte porque aún habían
sobrevivientes en el ala sur, hubiera permitido salvar esas vidas.
Adicionalmente todos los testimonios a los que nos hemos referido y que se
escucharon durante la audiencia de juicio oral hay un capítulo en extenso respecto
a la participación y el actuar de bomberos en este siniestro, estos, los bomberos
que concurren al lugar vinieron a declarar tanto como testigos como también como
peritos que analizaron el sitio del suceso y alcanzaron diversas conclusiones que
expusieron con claridad ante este Tribunal.
Sin duda, aquí también hay que partir respecto a este aspecto, en cuanto a
la participación de bomberos en este hecho, desde la participación de las
telefonistas, doña Claudia Garay y doña Orquídea Mardones, de quienes
obtuvimos información relevante y conteste en cuanto a los horarios del primer
aviso, el despacho de los respectivos carros y la llegada del primer personal al
lugar de los hechos.
Quedó establecido que el primer llamado entró a las 05:48 de la
madrugada, también quedó establecido que a las 05:51 se estaba efectuando el
despacho de las respectivas unidades de los carros de bomba al lugar, y que a las
05:57 ya estaba el primer carro en el lugar, aquel carro que se individualizó como
B3 y que llegó al frontis del penal por calle San Francisco, que precisamente es
aquel que ingresa por la denominada puerta falsa, estas testigos nos ratificaron un
dato relevante, en cuanto que la primera llamada que entró a bomberos para dar
esta alarma, provenía precisamente de un interno, interno que al parecer, de
acuerdo a sus dichos, no era ni siquiera del piso siniestrado, sino de otro piso, sin
perjuicio de lo anterior, estas testigos fueron capaces de señalar que como ruido
de fondo se escuchaban gritos, reclamos de por qué no se abrían las puertas, e
incluso el sonido característico de las llamas del fuego.
Según los dichos de Orquídea Mardones, que es una funcionaria que tiene
más de 20 años de experiencia en bomberos, y que fue quien recibió esta
llamada, esta situación pone en evidencia la tardanza del llamado a bomberos
cualquiera sea la hora en que hallamos estimado que se produce o se inicia el
incendio, acá debemos recordar cual fue la explicación que dio doña Edith
Ramírez, oficial de guardia, al momento de explicar porque no había llamado
directamente a bomberos y derivó esto a la central y manifestó que sola no podía
hacer todo lo que tenía que hacer.
La pregunta clara frente a este punto es: ¿sabía doña Edith Ramírez que un
llamado de esta naturaleza derivado a una central iba a demorar el contacto con
bomberos y a su vez ello iba a incidir en alguna forma en la reacción frente a un
incendio?, ¿Sabía también, como se ha referido de la declaración de otros
testigos, que existía una comunicación directa a través de un teléfono especial
entre el penal y bomberos? Aparentemente por las reacciones y las acciones que
ella tuvo, creemos que no.
Esto, creemos que poco cambia las cosas, el hecho de haber recibido
estudiado parcialmente un plan de contingencia -estos fueron sus dichos-, eso fue
lo que ella sostuvo, es decir, nula capacitación, nula información, y nula capacidad
de reacción, sobre todo al enfrentar una emergencia de esta naturaleza y sobre
todo al señalar que ella estaba ya brindando labores de apoyo y que no eran sus
funciones.
Toda esta información, toda esta planificación, toda esta capacitación y
todos estos ensayos, sin duda son obligaciones y deberes que tenía la dirección
del penal, y no solamente la dirección del penal, sino que también la Dirección
Regional a través de verificar que efectivamente y controlar que efectivamente
esta información y estas capacitaciones se hubieran desplegado al personal.
Cuestiones que los acusados que estaban a cargo de en estas instancias de la
dirección del penal y también a nivel de la Dirección Regional omitieron
efectivamente realizar.
La llamada que bomberos avisa su llegada al penal, sabemos que ocurrió a
las 05:57 de la mañana, lo anterior es concordante expresamente con lo que
señala el teniente que llegó a cargo del primer carro que es el denominado carro
B3, que es el teniente Diego Canelo, éste señala haber salido desde el cuartel
aproximadamente a las 05:50 y haber tardado entre dos y tres minutos en llegar al
penal y al lugar siniestrado, particularmente teniendo presente que a esa hora
existía poco tráfico, fue claro en señalar que ya durante el trayecto podían apreciar
la nube de humo, situación que también es concordante con las telefonistas, que
señalaron haber visto lo mismo, cuando giraron la cámara de la central que tenían
en altura.
Al llegar a la unidad señala que se observa una columna de humo grande
que proviene de una zona alejada del penal, al llegar al penal señala que
esperaban que estuviera el primer portón abierto, sin embargo se produce un
incidente ya referido respecto a la falta de llaves para abrir incluso el segundo
acceso, y refiere que al mismo tiempo tiene precisamente que discutir con un
gendarme para que no cerraran el primer portón de acceso y que lo dejaran
abierto, lo cual tenía una clara finalidad, que es la que ya se ha referido, poder y
tener la capacidad de extender hacia afuera las líneas de alimentación.
A partir de este momento el funcionario explica cuáles son los primeros
funcionarios que llegan al lugar, quienes de inmediato realizan dos funciones
paralelas y simultáneas, primero extender una armada de base que va hacia el
interior del penal, así como extender y armar la armada de alimentación que
debería recibir agua desde el grifo existente más cercano en las afueras de la
cárcel y en esta labor interviene y ayuda un carro que se denominó B10 que
también se encontraba rápidamente posicionado en la esquina de Ureta Cox con
calle San Francisco, que es lo que se denominó por algunos de los testigos como
la armada en convoy.
Este actuar se realiza de inmediato en los dos sentidos, tanto hacia el
interior del penal como también hacia el exterior para la línea de alimentación,
dando cuenta de un actuar sin obstáculos para voluntarios de bomberos una vez
que superaron aquellos que tuvieron al ingreso del penal, particularmente la
apertura de portón, esto es ratificado también por propios funcionarios del penal,
Juan Carlos Bravo refiere que una vez que llegaron ingresaron y no tuvieron otro
problema en su labor tampoco con la presión de agua, porque obtuvieron agua del
carro con el que llegaron, esto producto precisamente de la armada simultánea de
alimentación junto con la armada de base hacia el interior, lo que permitió contar
con agua y presión suficiente. Quilodrán también señala que los bomberos, tras
lograr posicionar su carro, comienzan a desplegar sus mangueras y concurren al
interior, en el mismo sentido este testigo apunta a que lo que aparece registrado
en el libro de guardia armada leído por la funcionaria doña Edith Ramírez, quien
consignó que a las 6:00 de la mañana se constituye personal de bomberos
quienes de inmediato despliegan su equipamiento e ingresan al sector amagado.
También aquí hay una clara referencia al rápido actuar de bomberos y al rápido
despliegue de mangueras eliminando cualquier posibilidad o valoración de la
defensa en el sentido de que hubo un accionar lento o demoroso de parte de estos
funcionarios o voluntarios de bomberos.
Además estas anotaciones no obstan a lo narrado por voluntarios en el
sentido de esperar que los internos estuvieran evacuados, conforme precisamente
a los planes que previamente de alguna forma se habían establecido y que ellos
esperaban que así ocurriera, según las indicaciones de los mismos, que los
mismos miembros del CDP les habían dado con anterioridad en estas actividades
de coordinación.
Una cosa es la omisión de los gendarmes en cuanto a su conducta
esperada y otra que haya habido alguna demora de parte de los voluntarios de
bomberos al llegar al lugar amagado, entendemos además en cuanto a la labor de
los bomberos en el sector amagado, en ningún caso pudo haber implicado ello
una demora a la hora de iniciar paralelamente las labores de rescate y las labores
de extinción, tal como lo explicó detalladamente el teniente don Diego Canelo.
Refiere este testigo que cuando llega al cuarto piso detrás de los 2 primeros
voluntarios que portaban el pitón de la línea de ataque, señala que advierte que
hay personas gritando en el cuarto norte, inmediatamente da orden de que los
chorros de agua sean de tipo compacto hacia el cielo para precisamente bajar la
temperatura, subir el plano neutro y enfriar, procediendo a abrir el lado norte,
donde comienzan a trabajar en las labores de búsqueda y rescate de los internos
que se encontraban en este sector.
Acá tras la apertura de las puertas de ingreso del lado norte, los
sobrevivientes que esperaban aun apostados en la reja o en lo que ellos
denominaban la lata, bajan de inmediato por sus propios medios, comenzando
una búsqueda y rescate de los demás internos que quedaron en el interior en esta
ala norte que estaban aún desmayados, algunos vivos, otros ya fallecidos, lo
anterior de acuerdo a los dichos del propio testigo Canelo, mediante el ingreso de
parejas sucesivas que entraban y salían, agrega que esta labor duró unos
minutos, luego de lo cual abren el ala sur y logran ingresar, en esta etapa
manifiestan que logran ingresar sólo a extinguir, dirigiendo chorros de extinción
hacia donde había más carga calórica y más llama y refiere que este punto era
precisamente a mano derecha del ingreso del ala sur donde se encontraba la
pieza chica.
Para describir el lugar al momento de la llegada, refiere que el fuego estaba
en el lado sur, donde había una gran cantidad de llamas y mucho calor pero
pequeñas, siendo signo evidente en las propias palabras de este testigo de mucha
experiencia como bombero, de tratarse de un lugar de mucha carga calórica y
poca oxigenación, este punto guarda en relación con lo que veremos más
adelante, con las conclusiones a las cuales llegan los peritos también de
bomberos que declararon en esta audiencia don Eduardo Prieto y don Ítalo Volpe.
Prieto en este aspecto declaró que este incendio, debido a la gran cantidad
de material combustible, era un incendio de lo que se denominó de tipo ahogado,
mientas que Volpe en su segundo día de declaración al ser contrainterrogado por
la defensa comenzó refiriendo que los bomberos al llegar habían visto unos
resplandores que se componían de llamas pequeñas, lo que precisamente
obedece y da cuenta a la descripción de Canelo, en este sentido explicó que los
internos del norte que estaban parapetados en la reja, recibían una mayor
oxigenación a diferencia de los que estaban en el fondo, donde había más humo y
el humo también estaba más bajo, en este aspecto es importante porque refrenda
la afirmación de que la ventilación que llegaba hasta el cuarto piso era una
ventilación que llegaba por la caja escala y producía un efecto sombrero o un
efecto de caparazón de aire, opinión experta de estos funcionarios de bomberos y
peritos, sustentando y dando por cierto que en cuanto este era un lugar donde
permaneció gente que resultó con menos consecuencias, tal como lo vimos a
través de los cuerpos y particularmente uno que estaba muy cerca y muy próximo
al ingreso del ala sur, que no presentaba carbonización ni signos evidentes de la
acción directa del fuego.
Este, es decir, esta oxigenación que se producía por la caja escala y que
describieron estos funcionarios y que dieron razón de sus dichos de cómo se
producía, sin duda fue un elemento y una información que no se incorporó a este
programa computacional con el cual hace su recreación el DICTUC respecto a sus
modelaciones fluido-dinámicos, además las imágenes que se exhibieron en su
minuto y que también fueron explicadas por uno de los funcionarios de bomberos
da cuenta de la huella o el rastro del humo consignado en las paredes y donde
existe una huella o rastro ascendente, lo que indica que existía un flujo de ingreso
de aire por parte de la caja escala hacia arriba.
Diego Canelo señala que la extinción en el lado sur propiamente tal no les
tomó tanto tiempo, pero lo que sí les demoró fue sacar la gran cantidad de calor y
gases que se habían acumulado en su interior, debido precisamente a la poca
ventilación que había en el lugar, para este procedimiento de evacuación de gases
utilizan dos ventiladores que empujaban el aire contra los muros para que estos
circularan en dirección al norte, donde existían ventanas con menor reflexión, que
permitían de mayor forma esta evacuación. Este es un dato respecto del cual no
hay antecedentes que permitan controvertirlo y además también este dato, se
condice con las emanaciones de mayor cantidad de humo que se vieron junto a
unas llamas y que se pudo observar de las ventanas del lado oriente del colectivo
sur y que también de alguna forma se reprodujeron en alguna parte de las
imágenes.
Si se compara el momento en que consta la llegada de bomberos, conforme
a las cámaras y particularmente al multiplexor que enfoca el acceso del penal con
el momento posterior que la cámara 6 en donde se registran estas grandes
columnas de humo, humo que por lo demás se torna de un color especialmente
particular que es de un color más blanco y que al mismo tiempo de aumentar por
las ventanas del colectivo del lado oriente disminuye esta emanación por las
ventanas del baño.
Esta situación se condice plenamente con las situaciones que estaban
ocurriendo al interior del colectivo, esto es, las labores de expulsión de gases que
estaban realizando los bomberos una vez que el fuego estaba controlado, tanto
por efectuar el ingreso de agua, pero particularmente por utilizar estos
ventiladores.
Creemos que la observación de algunas llamas intermitentes en el sector,
no es más que la combustión en ese mismo sector, de gases súper calentados
que aún se encontraban en el lugar, que es un elemento combustible que está
cercano a las ventanas y que se inflamó justamente por la circulación forzada de
estos gases.
Estos dichos también son ratificados por don Pedro Flores Mendoza, que
llega al penal directamente de su domicilio tras escuchar el aviso por el radio
portátil que tiene asignado, llegando minutos después que la primera máquina, y
en este sentido él, dando razón de sus dichos, señala que vio cómo se hacían al
mismo tiempo las armadas de base y ataque hacia el interior y también la línea de
alimentación hacia el exterior, esto indica que al llegar de que el carro bomba está
posicionado en el patio de carga, por lo que se va directamente al pasillo interior
hasta la última torre, colocándose un equipo de respiración autónoma, cuando
llega al lugar en la base de la cruceta se encuentra con el teniente Diego Canelo
quien le informa, tal como nos relató en la audiencia, que se encuentran bajando
la temperatura con el pitón y que se están realizando labores de entrada forzada
cortando candados, este testigo señaló expresamente que con esa información
prepara el equipo de búsqueda y rescate y que cuando cortan los candados y
luego que bajan los internos por sus medios, realiza el ingreso junto a los
voluntarios Héctor Aparicio, hecho por cierto confirmado por el propio Aparicio,
que también declaró en el juicio en el momento en que le corresponde su
exposición.
Refiere que la acción de bajar la temperatura con los chorros compactos de
agua que se estaban tirando con las líneas de ataque y señaló que se realizaba
junto con el corte de los candados, se mantiene también durante la labor de
búsqueda y rescate, esta labor de bajar la temperatura, tanto Canelo como Flores
señalan que estos chorros se dirigían al techo y hacia el lado sur.
Del relato de este testigo obtuvimos que el primer voluntario en entrar,
quien es el primer voluntario que entra al lado norte y que trabaja ahí el lapso que
dura, lo que dura su oxígeno del estanque, luego baja y regresa al cuarto piso
ahora a tomar el pitón que atacaba el lado sur, refiere que cuando él llegó a la
parte superior abren el candado e ingresa al lado sur y explica también que en ese
momento mientras él extingue venían detrás otro grupo también de búsqueda y
rescate, relato concordante con la lógica ya explicada de estas acciones paralelas
que se estaban desplegando por bomberos y de manera simultánea desde un
inicio desde la llegada al penal.
Este voluntario testigo que declaró en el juicio, revela la existencia de un
cuerpo en la misma zona de ingreso a la puerta que el manifiesta que tuvieron que
mover en resguardo de su dignidad para evitar pasar por encima con las labores
de ingreso y manifiesta que respecto a lo que se vio en ese cuerpo es que no
estaba calcinado, situación concordante en cuanto a la ubicación con las
planimetrías y también con las imágenes de este interno fallecido, que se identificó
dentro de estas planimetrías con el N° 26, quien estaba totalmente vestido y con
pocas quemaduras, es decir, sin prácticamente quemaduras, por acción del fuego
sino más bien por las altas temperaturas.
Señala que una vez que ya están en esta ala sur, y cuando se le acaba el
segundo estanque de aire, baja este voluntario al patio de carga, sin volver a
ingresar al colectivo, y le refirió de manera expresa a la fiscalía que tras tomar el
pitón e ingresar al sur se dedicó a hacer extinción de los focos que había hasta el
momento en que se le acaba el aire.
Por tal motivo, aun cuando las defensas hayan insistido en pretender
prolongar su permanencia en el cuarto piso sumado el tiempo de las dos botellas
de aire, lo cierto es que esta extinción en el lado sur comenzó apenas se produce
este ingreso y previo a ello la llegada de los bomberos, quienes estuvieron
bastantes minutos bajando la temperatura mediante el ingreso de chorros de agua
y a su vez subiendo el plano neutro, como se explicó.
Esta situación es reiterada a las defensas, cuando se les señala que si bien
se entra al lado sur lanzando agua, previo a él la persona que estuvo con el pitón
ya estaba realizando estos trabajos con el agua, trabajos que indicó eran
necesarios y estaba destinado exclusivamente al techo, porque se realizan
también y de forma paralela indistintamente chorros al techo y al foco en donde se
encuentra el incendio, según como se vayan comportando los gases.
Es importante destacar la información entregada por estos dos voluntarios
de bomberos, en cuanto a saber que ellos tenían conocimiento que la red seca del
penal no estaba operativa, circunstancia que ellos tuvieron presente desde el
primer minuto que llegaron al penal en su actuar, es decir, los propios voluntarios
de bomberos tenían conocimiento de este hecho y en virtud de ello es que
adoptan las acciones más eficientes y eficaces para enfrentar este siniestro, muy
por el contrario de lo que ocurría con la mayoría de los gendarmes y funcionarios
del penal que desconocían incluida la oficial de guardia y el segundo de abordo el
estado de inoperatividad de estas redes.
También y como ya se señaló concurren otros voluntarios que también
declararon en esta audiencia de juicio oral, Héctor y Rodrigo Aparicio, Héctor
Aparicio confirma en primer lugar que desde que salen del cuartel en el carro de
bomba ya se podía apreciar el humo a la distancia. Respalda además,
concordando además con el teniente Canelo, que luego del ingreso del carro B3
se posiciona de cola por el patio de carga, por un lado Gendarmería trata de volver
a cerrar el portón, por lo que se genera el incidente al que ya nos hemos referido,
así como además es necesario la apertura del segundo portón mediante la
utilización de un napoleón.
Señala que realiza la armada de alimentación con Ignacio Serrano, otro
voluntario, confirma la inmediatez y simultaneidad referida tanto por el teniente
Canelo como por Flores Mendoza, en cuanto a que apenas, cuando señala que
apenas regresó a su labor de esa armada, se aperó inmediatamente con el equipo
autónomo para realizar las labores de búsqueda y rescate, es decir, un accionar
planificado y coordinado.
Refiere en este punto un momento de espera de instrucciones, pero lejos
de implicar un no actuar, refiere que se efectúa un actuar coordinado tanto por
cuanto arriba estaban en plena labor de apertura de candado, como por cuanto
también en virtud de esto se inician las labores de rescate.
Confirma la versión de Flores en el sentido de haber subido luego de que se
cortaran los candados y dejaran la zona de acceso, libre la zona de acceso al
colectivo, en este caso a diferencia de lo que sostiene Flores, pero como
complementando su relato, cuando baja y cambia su botella de oxígeno y de aire
retoma la misma tarea que realizaba con la primera botella, luego de este segundo
ingreso al lado norte baja al patio de carga y posterior a esto le piden que colabore
con las labores de extinción del siniestro en el lado sur.
Aquí son relevantes y cabe destacar sus dichos en cuanto a su
incorporación en este momento a las labores de extinción en el sector sur, ala sur
del cuarto piso, en este punto detalla que al subir para relevar los que atacaron el
fuego antes que él, el fuego estaba controlado, refiriendo expresamente que ya no
había mucho que hacer y no había mucho más que enfriar un poco más las
murallas y el resto de las brasas que había, es decir, en esta oportunidad
claramente está describiendo las consecuencias del actuar de los bomberos que
habían concurrido con anterioridad. Y ¿porque es clave este punto? ya que
mediante la declaración de este testigo presencial tenemos claras luces respecto
al momento en que el fuego se encuentra extinguido en el lado sur, por cuanto su
mención a la existencia de estas brasas, muy lejos de indicar que a la llegada de
bomberos el fuego ya estuviera apagado como forzadamente se intentó sostener
por alguna de las defensas, explica que lo que ocurre cuando él llega a colaborar
al lado sur y si bien en un breve tiempo de su llegada, los bomberos al CDP
claramente luego de esta labor de varios de sus compañeros que procedieron al
ataque ya había una extinción por la labor que desarrollaron los bomberos.
Sirve su declaración también para entender las circunstancias que un casco
de bomberos resultó dañado por el calor, fue claro en decir que aquello ocurrió
mientras se efectuaban las labores de búsqueda y rescate en el lado norte.
Héctor Aparicio confirma también en todas sus partes los dichos y los
testimonios presentados por el testigo Diego Canelo, por un lado cuando refiere
que no hubo esperas para ingresar a la cruceta pese a que era lo esperado
conforme al protocolo es decir, entendían los bomberos que ellos debían esperar a
que se evacuara a la población penal y por otro cuando explica que la información
dada por el primer gendarme que se encuentra nada le dijo de que adentro
hubiera gente encerrada, es decir desconocía esta información ni siquiera cual era
el lugar específico en el cual se estaba produciendo el siniestro.
Acá debemos necesariamente recordar los dichos de Quilodrán, que fue
extremadamente gráfico al relatar que luego de habilitar el acceso a los bomberos
se mantiene ahí, por ser una zona vulnerable, esto es por ser una zona de acceso
y que posteriormente transcurridos unos minutos observa aparecer internos
heridos en el patio de carga, recién ahí les pregunta a los funcionarios que es lo
que estaba pasando en el interior, es decir, también Quilodrán tenía un
desconocimiento de qué es lo que ocurría y qué es lo que estaba pasando en
cuanto a la existencia de este incendio.
Esto, además de revertir la lógica del relato de los bomberos, refuerza la
idea en cuanto a que el tiempo transcurrido entre el ingreso de los bomberos y la
salida de los primeros heridos al patio de carga fue solo de minutos, es decir, un
muy breve tiempo.
Acá complementa su relato secuencial de los hechos y refiere que
precisamente a la defensa que a la armada que se denominó convoy se integraron
tanto los carros B3, que estaba en el patio de carga, como el carro B10, que
estaba en el exterior y que precisamente al armar o elaborar estas dos armadas,
las líneas que van hacia el interior y la línea de alimentación, esta armada de
convoy no se demoró más de 30 segundos, lo que da cuenta de la rapidez del
accionar de bomberos una vez que llega al penal.
A su turno, Aparicio ratifica los dos o tres minutos que señaló Canelo que
tardaron en llegar al penal, en el trayecto desde el cuartel al penal, igualmente
ratifica que ya desde Gran Avenida podían ver el humo, pone tiempo a la labor de
despliegue de mangueras y explica que como sólo se toma la punta y se corre, es
una labor que tomó aproximadamente 40 segundos, lo que da cuenta de un
despliegue rápido de las mangueras.
Es relevante este testigo en cuanto a sus declaraciones, por cuanto si bien
ante las consultas que se le hacen por parte de las defensas de que no procede a
lanzar agua al foco del incendio mientras no se evacuen las personas y eso él lo
ratifica claramente, es decir, es necesario realizar una labor de evacuación previa,
también es claro que se refiere al foco del incendio propiamente tal, pero señala
en concordancia con su compañeros y bomberos que llegaron al lugar, que se
procede desde el principio a bajar el plano neutro, lo que se hace mediante la
aplicación de agua directa a los techos, perdón a subir el plano neutro.
Creemos que estas declaraciones que se prestaron en esta audiencia de
juicio oral, prestadas por los voluntarios de bomberos que concurren al lugar en
cada uno de sus respectivos perspectivas y funciones, apuntan esencialmente en
el mismo sentido, y sin perjuicio del aviso tardío, existió por parte de bomberos
una rápida llegada al sitio del suceso, 2 a 3 minutos desde que salen del cuartel,
cuartel que además está bastante o alguna cercanía y además hay que tener en
consideración que eran horas de la madrugada y de poca circulación vial.
Un rápido actuar, una vez que llegan al penal inmediatamente efectúan el
ingreso y el despliegue de las mangueras, efectuando un despliegue de
mangueras pre conectadas y un trabajo simultáneo de armada de ataque hacia el
interior del penal o armada base hacia el interior del penal y armada o línea de
alimentación hacia el exterior; también efectúan las labores de rescate, llevando
desde que ingresan los bomberos al penal los heridos rápidamente hasta la zona
de carga, tal como lo señaló el testigo Quilodrán, cifrándolo en un par de minutos.
También existe una rápida extinción del fuego que existía al momento, que
está en los dichos de Flores en perfecta concordancia y armonía con lo que señaló
Héctor Aparicio y Diego Canelo en este punto.
Esto sirve de base sólida para analizar lo que dirán los peritos de
bomberos, particularmente en cuanto al análisis que ellos practicaron del sitio del
suceso, los efectos del fuego en los objetos que se encontraban en el lugar y de
esta forma determinar y apreciar una hora de inicio del incendio. Ya no solamente
de acuerdo a las versiones concordantes de los testigos, sino a través de la
exposición de un análisis experto respecto a los fenómenos que se pudieron
apreciar en el lugar una vez que llegan a trabajar en el mismo.
También dentro de la prueba rendida durante la audiencia de juicio oral y
una vez analizados y expuestos las declaraciones de los testigos bomberos, en
esta oportunidad o en este momento es también oportuno recordar lo que nos
señaló una funcionaria de carabineros que concurre a propósito del llamado de
alerta que se le da a carabineros del lugar, la teniente Daisy Ferrada Martínez, de
la 12 Comisaría de San Miguel, que le correspondía precisamente el segundo
turno del cuadrante del lugar en donde se encuentra el CDP de San Miguel, la
teniente comienza su relato indicando que recibe un llamado a las 5:53 por un
amago de incendio; indica que se demoró unos dos minutos en llegar al lugar
desde Gran Avenida sube por San Nicolás hasta San Francisco, ella también
refirió que cuando llegó al lugar ve bastante humo y concurre a la guardia y
conversa con quien se encontraba a cargo de la guardia la teniente Edith Ramírez,
quien le permite el ingreso, posteriormente una vez que ingresó al penal señala
haber subido a la marquesina del muro de circunvalación dando razón de sus
dichos e indicando que camina por el muro de circunvalación particularmente por
la marquesina hacia el oriente, llegando precisamente hasta la tercera garita, ella
efectúa una descripción muy detallada de como es el sector del penal y señala
que se ubica muy cerca del lugar donde se había producido el incendio esto es en
la torre 5, particularmente la garita N° 3, y señala que se podía ver y escuchar
bien, en este sector la tercera garita, señala haber conversado con el vigilante que
se encontraba en el puesto y en este punto es coincidente este hecho con lo
relatado por el vigía del puesto N° 5, el funcionario Rodríguez Mandujano, quien
reconoce al propio Fernando Orrego, acusado en esta causa, junto a la funcionaria
de carabineros de Chile en ese punto que es el punto correspondiente a la garita
N° 3 el más cercano de la torre 5.
La testigo en ese minuto refirió y relató lo que le señaló el vigilante que se
encontraba en este puesto N°3, e indica que se le señaló que en la noche los reos
se pusieron a beber pero un tipo de alcohol artesanal que ellos fabrican al interior
y dice que hubo algún tipo de lanzazos, indica que le dijo el gendarme, que los
internos se les permitía cocinar al interior y que usaban cocinillas con balón de gas
además que se les permitía ingresar a los internos a ese sector estas cocinillas
agregándole que se ponen a pelear y que por eso pasó lo que pasó. Reitera ante
la pregunta de la fiscalía que aquel gendarme que se encontraba en el puesto N°3
que corresponde al acusado Orrego, le dijo que hubo un consumo de alcohol,
lanzazos y peleas, lo que es un antecedente relevante a los hechos previos a la
ocurrencia del incendio.
Del relato que aparece dando esta testigo al Tribunal, se observa que el
gendarme que se encontraba en el puesto 3 le dio una gran cantidad de
información detallada en cuanto a la realidad del penal, así como también en
cuanto a lo que había ocurrido aquella madrugada, refiriendo aspectos que según
la teniente Daisy Ferrada eran desconocidos para ella, igualmente ella da razón de
sus dichos a medida que este gendarme le contaba cosas, ella al mismo tiempo
iba repitiendo esta información por radio a su central de comunicaciones.
La testigo incluso recordó al escucharla que el gendarme que estaba en el
puesto N° 3 le refirió que en el lugar del incendio había condenados a varios años,
como si estuvieran condenados a altas penas, refiere tal como escuchamos en las
grabaciones en la audiencia que a medida que hablaba, repetía lo que le hablaba
el gendarme, ya que se mantenía al lado de ella, reiterando sus dichos acerca de
los lanzazos y las peleas que originaron este incendio, otro antecedente y otra
prueba relevante sobre este punto.
Cuando se le consulta y se refiere a la llegada de bomberos, distingue en
cuanto a la información que entregó al Tribunal por un lado refiere que al estar
apostado en el puesto N° 3, es casi simultánea la llegada de bomberos, los que
ingresaron por calle Ureta Cox, es decir, aquel carro que ingresó por aquellas
dependencias que estaba destinada a un estacionamiento, lo anterior y atendida la
posición que tenía en ese momento permite concluir que se refiere precisamente a
este carro de bomberos que ingresó por el sector de Tribunales y que desplegó
una escalera telescópica, sin embargo, nos refiere también el avistamiento de
bomberos en otro momento, esto es en el momento en que ella se dirigía al CDP
de San Miguel cuando va por Gran Avenida a la altura de Salesianos, observa el
momento en que iba saliendo el carro de bomberos del cuartel que se encuentra
en calle Salesianos ubicado en ese lugar.
En este punto y también de acuerdo con otros antecedentes vertidos hasta
ahora, se puede concluir que aquel equipo bomberil o aquel carro que ella vio
corresponde al carro B3 que llegó al CDP de San Miguel, esto es que salía más o
menos a la misma hora en que ella se dirigía al lugar, esto además confirmado
con la respectiva exhibición de las pistas de audio de CENCO en las que se
escucha como ella transmite al ver a bomberos que se dirigían al lugar junto a ella,
todo esto a los otros medios de prueba Lacrim N° 22, que se exhibió en su
oportunidad. También y por otro lado, un elemento objetivo y que dice relación con
las cámaras del multiplexor que se observan también reconocido por el operador
del centro de cámaras del interior, el funcionario Flores, la llegada de la
funcionaria de carabineros se ve ratificada por su declaración y casi atrás de ella
se ve la llegada de este camión que ingresa por el sector tras haber traspasado el
primer portón.
Luego de haber analizado una serie de pruebas rendida por el Ministerio
Público, encaminada precisamente a establecerla dinámica y forma como ocurren
los hechos desde la hora que estos se producen, la escalada sucesiva de
acciones que termina con el incendio y el resultado del fallecimiento de 81
internos, dentro de aquel contexto igualmente es relevante dentro de la prueba
producida durante la audiencia de juicio oral, el análisis y consideración de una
serie de pericias presentadas por parte del Ministerio Público y también de
declaraciones en carácter de testigos de uno de estos peritos en relación a la
actuación y la prueba pericial emanada de bomberos, los voluntarios de bomberos
de Chile.
En primer lugar, dentro de esta prueba está la presentada por el perito don
Víctor Muñoz, quien pertenece al cuerpo de bomberos Santiago sur, y él
precisamente nos indica que llega al lugar, y primeramente participa en las labores
de rescate de los internos que se encontraban en el ala norte; esto da cuenta
también de la coincidencia respecto del desarrollo de actividades paralelas, tanto
de ataque – extinción, como también labores de rescate, y refiere que el ala norte
vio hollín y humo, mas no vio presencia de fuego en dicho sector, en este punto al
ser consultado también por la defensa señala que por un lado se realizaron
labores de búsqueda y rescate y que estas labores fueron paralelas precisamente
con las labores de extinción también del incendio que se estaba desplegando y
desarrollando en el ala sur; particularmente con el hecho de tirar agua y estos
chorros de agua con la finalidad y con anterioridad de que se abriera la puerta del
sector sur, para subir el plano neutro y también bajar la temperatura, esto está en
concordancia también con lo que declararon en el juicio los testigos Diego Canelo
y el voluntario de bomberos de apellido Flores, quienes refieren haber lanzado
estos chorros compactos, que los lanzaron antes de las respectivas aperturas de
las puertas del sector sur y eran actividades de lanzamiento de agua paralelas a
las actividades de búsqueda y rescate que se realizaban en el sector o ala norte.
El perito don Víctor Muñoz, cuando describe el sitio del suceso, señala la
presencia de un plano neutro que nos sitúa en el ala sur entre 1.50 metros y 1.60
metros, en tanto en el ala norte sitúa este plano neutro aproximada mente a 1.70
metros. Y señala cuando explica esta situación o esta diferencia de planos neutros
que se refiere precisamente a la dirección que tenía el humo de sur a norte, en
donde había una mayor concentración de humo en el lado sur y una menor
concentración en el lado norte, lo que va a dar cuenta de un desplazamiento del
humo en esa dirección.
Cuando ingresa al lado sur, en primer lugar indica dirigirse al baño, en
donde puede apreciar la presencia de cadáveres vestidos, con un plano neutro a
una altura de aproximada de 1.50 metros y además describe las llaves abiertas
que estaban dando el agua; indica en esta descripción que los azulejos que se
encuentran adheridos a la pared no se encontraban desprendidos, todos estos son
indicios de la presencia de temperatura en el lugar y sin embargo no existió en ese
lugar, particularmente en el baño del ala sur, la presencia de fuego, en cuanto a la
temperatura que alcanzó este espacio indicado como el baño, tampoco fueron
altas, porque él expresamente señala que al encontrarse los azulejos en sus
respectivos lugares y no haberse desprendido indica que las temperaturas que
afectó esa zona no fueron de gran intensidad.
En cuanto a la habitación grande, que es como describe el colectivo sur,
distingue una zona separada por una reja, reja que él al recordarla y describirla, la
describe como una reja combada, y señala que el fuego se habría iniciado
precisamente en ese acceso, entre el colectivo grande y el ingreso de esta pieza
pequeña, donde se encontraba en las proximidades esta reja combada; indica de
acuerdo al análisis del sitio del suceso y las pericias que realizó en el lugar, que el
fuego avanzó tanto hacia la pieza chica como también hacia el dormitorio grande o
colectivo, pero en distintos tiempos; igualmente este testigo nos refiere que el
fuego estuvo mayor tiempo presente precisamente en la pieza chica, en relación al
menor tiempo que estuvo en el colectivo o pieza grande, ello y la conclusión de
ello la sostiene en atención a que en el sector denominado pieza chica se
consumió todo el contenido que había dentro de este sector, solamente quedando
restos de aquellos elementos de carácter metálicos, que se vieron afectados
también por el fuego; igualmente señala que hay sectores donde no se observa la
presencia de hollín, y ello indica que se explica porque el fuego estuvo presente
más tiempo en dicho lugar, lo que se condice con la descripción de los muros de la
pieza chica, en donde no hay presencia de hollín, y eso significa o la ausencia de
hollín, que este también se consumió por completo producto del fuego.
Cuando habla y describe las acciones del fuego dentro de la pieza chica, se
refiere también al fenómeno del flashover; que se debió haber producido
precisamente en esta pieza chica, aunque cuando trata este tema señala que
hubo circunstancias que pudieron atentar contra la producción de este fenómeno
del flashover, particularmente en esa zona, ya que en esa zona existe una reja
divisoria con malla que permite precisamente el ingreso de aire que logra bajar o
disminuir en algo la temperatura.
Este punto es importante al momento de cotejar los dichos de este testigo y
analizar también la prueba que se rindió por parte de la defensa a través de la
pericia presentada por el DICTUC, en donde esta pericia a través de la
modelación computacional, mantiene todo este sector tapado, bloqueado, y
precisamente y cuando se consultó a los peritos porque se requería una mayor
información y una malla de antecedentes, una malla computacional mucho más
fina para poder establecer un sistema que permitiera ir e identificar esta zona
como una zona abierta.
También este perito señala que otro elemento que puede atentar contra la
producción del flashover dentro de esta pieza chica es la celosía, que si bien esta
celosía como ya pudimos ver, incluso en el lugar en la visita del penal impedía la
visión hacia afuera; sí esta celosía tenían una separación entre ellas que de
alguna forma producía o permitía la ventilación y con eso el escape del humo y el
escape de la temperatura y los gases que provocan estas temperaturas.
Igualmente este perito efectúa un análisis de las corrientes de viento, que
señalan que en aquel día provenían de la cordillera; y analizando todos estos
elementos, que él estima como elementos que pueden atentar contra la
producción del flashover en esta pieza chica, indica que en este lugar o en este
espacio, el flashover debe haber tenido cabida luego de 7 a 10 minutos de
producido el incendio.
Luego cuando efectivamente efectúa un análisis del avance del fuego
señala que este es lento, porque en primer lugar como toda acción de fuego debe
tomar fuerza y temperatura para producir su disipación; indica que las casas que
conformaban la pieza chica (sic) en las cuales habitaban los internos se fueron
quemando una a una y no todas de una sola vez en un contenido general y que
este avance fue del norte hacia el sur, particularmente afectando en un primer
lugar las casas que se encontraban en el sector oriente del colectivo
extendiéndose hacia el sur; y luego tomando las casas que se encontraban,
perdón, en el sector poniente extendiéndose hacia el sur y luego hacia tomando
las casas que se encontraban hacia el sector oriente, generando una especie de
“U” o una especie de cono en dicha zona; esto lo señala y lo ratifica porque
cuando se acerca al sector del baño, es decir, en el colectivo sur hacia el sector
oriente, señala que aún habían restos de frazadas y telas y colchones, lo que da
cuenta de que estas fueron las últimas especies en quemarse y a una temperatura
ya menor; y también recordó que mientras avanzaba hacia el sector de la reja,
había un cuerpo, un cadáver de uno de los internos que se encontraba indemne,
prácticamente indemne y este corresponde al fijado bajo el N° 26.
Refiere que una vez producida la extinción del incendio, para estimar la
hora de inicio del fuego se consideraron la carbonización encontrada en los
cuerpos o en las diferentes temperaturas que afectó a los metales que se pudieron
identificar dentro de este espacio o colectivo sur, especialmente la oxidación que
tenían los camarotes; indica precisamente al exhibírsele la fotografía que un
cadáver necesitaría para quedar carbonizado aproximadamente 2 horas y para los
niveles de carbonización que se encontró de los cadáveres en el lugar
seguramente colectivo sur y también en la pieza chica, está hablando de que debe
haber habido una exposición al fuego de alrededor de 40 a 50 minutos, lo que
también es coincidente con lo señalado con algunos peritos del SML que
comparecieron a declarar ante este Tribunal.
En cuanto al manejo del incendio por parte de bomberos, señala que éste,
el incendio, se habría extinguido a las 06:20 de la madrugada, sin perjuicio que
después explica que los fenómenos que se producen por las altas temperaturas
del incendio comienzan a estatizarse o no modificarse una vez que la temperatura
comienza a bajar producto precisamente del ataque o de la incorporación de agua
al lugar del siniestro. Precisamente aquí, desde que bomberos llega al cuarto piso
inicia las labores de bajar la temperatura y subir plano neutro.
En consecuencia, este perito concluye que sumando el periodo del
flashover y luego el lapso que el fuego estuvo totalmente desarrollado, teniendo
las 6:20 como hora de extinción del fuego, fija la hora de inicio del incendio a las
5:15 de la mañana, después de la descripción de todos estos fenómenos que él
indica, como también de las circunstancias de producción del flashover en la pieza
chica.
Estas conclusiones y particularmente esta conclusión de este perito, parece
bastante certera, en cuanto a la época o el momento que entiende extinguido el
incendio, sobre todo teniendo presente que el perito Muñoz es un testigo
presencial que concurre al lugar del siniestro y además coincide exactamente con
lo que pudimos apreciar en un antecedente objetivo, que son las imágenes de la
cámara 6, en donde se puede ver que la última llama de esas singulares llamas
que se asoman por la ventana, se observa a las 06:24:37, hora de la cámara, hora
real corresponde a las 06:19 y fracción, según el desfase que dio cuenta las
pericias de Lacrim.
Esto además, es preciso el perito al decir que, recordando lo que vio ese
día, las últimas llamas precisamente se extinguieron a las 06:20, complementó lo
anterior el perito cuando señaló que los fenómenos de incendio se relativizan o
paralizan una vez que se incorpora el agua al lugar del siniestro, cosa que había
ocurrido bastantes minutos antes, con las primeras acciones de bomberos en el
lugar, destinadas precisamente a bajar temperatura y subir planos neutros con
estos chorros compactos y directos, aunque sea hacia el techo se lograba el
efecto deseado que era precisamente éste: bajar la temperatura.
El testigo y perito al observar las planimetrías, refiere que el avance del
fuego se produce desde que se indicó en las planimetrías como zona E, que
corresponde precisamente a la pieza chica, luego la zona D que es el sector
norponiente del colectivo avanzando hacia la zona C, que corresponde al sector
sur poniente del colectivo, para de ahí dirigirse a la zona B, que es el sector sur
oriente del colectivo y de ahí a la zona A, que corresponde al sector nororiente del
colectivo próximo o contiguo al baño del colectivo sur.
Esta conclusión también la explica al señalar que consideró desde la pieza
chica hacia afuera; en primer lugar hay marcas que quedaron en los camarotes del
sector D; en este punto colocándose en la puerta de la pieza chica y mirando
hacia el baño, señala que a la izquierda encontró un camarote que aún mantenía
restos de frazadas y colchones, esto es sumado a las vestimentas intactas del
cuerpo que se encontraba al ingreso de la zona sur fijado como el N° 26, da
cuenta que en esa zona no hubo acción del fuego o si hubo solamente fue en las
zonas más próximas al respectivo camarote y con bajas temperaturas,
produciéndose este avance de norte a sur por el sector poniente del colectivo sur
para llegar al fondo y luego volver por el sector oriente hasta el norte.
También efectúa una comparación de los cadáveres que se encuentran en
las zonas D, C y B encontrándose cadáveres calcinados; indica que en la zona E
con una calcinación menos intensa que en la zona D y esto último, dice el perito,
le permite concluir que éstos no estuvieron expuestos a la misma cantidad de
tiempo a las llamas que se producen en ese sector; finalmente en el sector A y en
el baño las vestimentas de los cadáveres que se encontraban en dicha zona se
encontraban intactas, percibiendo que los cuerpos solamente presentaban
quemaduras producto del vapor que se produjo dentro del colectivo.
Explica que por las señales de carbonización de los cuerpos, los cuerpos y
los tiempos que estuvieron expuestos los cuerpos que estaban en la zona E serían
de unos 40 a 50 minutos y de ahí en descenso respecto de los demás cuerpos y
del resto del colectivo; también como indiciarios de los tiempos de exposición al
fuego están los metales existentes en el lugar.
Cuando efectúa la descripción de lo que ve en la pieza chica habla de esta
reja combada y también hace una descripción de los camarotes; indica que dentro
del colectivo sur no encontró ningún resto de muebles y eso también es un
elemento bastante indiciario que consideró este perito al momento de efectuar
esta comparación, toda vez que al efectuar esta comparación con el contenido del
colectivo del lado norte, donde habían bastante presencia de muebles, se podría
estimar y presumir razonablemente de acuerdo además antecedentes que
también en el colectivo del lado sur habían muebles y sobre este punto él señala
que es importante este aspecto, toda vez que una pulgada de madera demora
aproximadamente 20 minutos en consumirse producto de la acción del fuego; lo
que también es indiciario para él, que al no existir ningún resto de madera; sin
duda el fuego estuvo presente en el lugar, estuvo más allá de los 20 minutos.
En cuanto a la dinámica del viento y que permite explicar el desplazamiento de los humos hacia el interior de la pieza chica, refiere que para los efectos del flashover; este humo servía de empuje para generar la acumulación de gases en ese lugar y elevar las temperaturas, cosa que hubiera demorado más si la corriente de aire no hubiere existido, nuevamente aquí se refiere a las corrientes de aire tanto que venían del sector oriente como aquella que ingresaba por parte de la caja escala, esto es de absoluta lógica, toda vez que el espacio estaba
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