Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes; Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez; Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo Price Toro; Julio César Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Katherine Alejandra Del Carmen Lafoy Guzmán; Carla Vargas Berrios; Alamiro Fernandez Acevedo
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El Palacio Ducal de Urbino. |
Ciudad. Urbino es un municipio italiano de la provincia de Pesaro y Urbino, en la región de Marcas. Su población asciende a unos 14 468 habitantes. La ciudad, cuya parte más antigua data de la época de Julio César, se convirtió en un importante centro renacentista en la época de Federico da Montefeltro. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998. Destaca su gran Palacio Ducal del siglo XV, actual sede de la Galería Nacional de las Marcas, que alberga pinturas provenientes de diversas escuelas italianas de pintura. La universidad de la ciudad data de 1506. Toponimia El topónimo en italiano es Urbino. En el dialecto local se la conocería como Urbìn y en latín con el nombre de Urvinum mataurense. Ubicación Se extiende sobre 35 ha en una colina en la región de Marcas, en una zona entre dos regiones (Las Marcas y Emilia-Romagna) y que se denomina Montefeltro. Está situada aproximadamente 180 km al este de Florencia, 170 km al sur de Bolonia y 280 km al norte de Roma. La modesta ciudad romana de Urvinum Mataurense («pequeña ciudad sobre el río Matauro») se transformó al comienzo de la Edad Media en un centro importante durante las Guerras Góticas en el siglo VI. Fue tomada en el año 538 por los bizantinos y es frecuentemente nombrada por el historiador Procopio de Cesarea. Incluso Pipino ofreció a Urbino al Papado; las tradiciones se expresaban independientemente hasta el año 1200 que cayó bajo el dominio de los nobles que combatieron entre ellos y la vecina Montefeltro. Estos nobles no tenían una autoridad directa sobre la ciudad, pero ejercían presiones para su elección. Los urbinati se rebelaron en 1213 y formaron una alianza con la ciudad independiente de Rímini, en el año 1234 consiguieron volver a tener el control de la ciudad. El miembro más famoso de los Montefeltro fue Federico, señor de Urbino desde 1444 a 1482, muy hábil diplomático, y seguidor entusiasta de las artes y literatura; fue un magnífico gobernante, que contó con una brillante corte. En 1502, César Borgia, con la connivencia de su padre, el papa Alejandro VI, depuso a Guidobaldo de Montefeltro, duque de Urbino, e Isabel Gonzaga. Regresaron en 1503, después de la muerte de Alejandro. Después de que el papa Médicis León X intentara durante breve tiempo establecer a un joven Médici como duque, lo cual fue frustrado por la temprana muerte de Lorenzo II de Médicis en 1519, Urbino fue gobernado por la dinastía de los duques Della Rovere. En 1626, el papa Urbano VIII, incorporó el ducado independiente de Urbino a los territorios papales; obsequio del último duque Della Rovere, que se retiró después del asesinato de su heredero para que fuera gobernado por el obispado. La gran biblioteca fue trasladada a Roma y se adjuntó a la Biblioteca Vaticana en el año 1657. La posterior historia de Urbino es parte del Estado Pontificio, y después de 1870 parte de la historia italiana. Urbino El Centro Histórico Urbino, cuna del Renacimiento intacta en el tiempo. Entre el valle del Metauro y el valle del Foglia, en las colinas de la región de las Marcas frente al mar Adriático, se encuentra la ciudad de Urbino, uno de los centros más importantes del Renacimiento italiano, cuyo encanto artístico y patrimonio arquitectónico conserva aún hoy. Adornada con edificios de arenisca y rodeada por una larga muralla de ladrillos, Urbino es una ciudad de inmensa riqueza histórica y artística. De ser un simple pueblo, pasó a ser la "cuna del Renacimiento" y, aún hoy, paseando por su centro histórico se respira el aire del siglo XV. En 1998, Urbino se ganó el honor de ser considerada Patrimonio Mundial de la UNESCO por haber sido un punto de atracción para los más ilustres eruditos y artistas del Renacimiento de toda Italia y del mundo, y por haber influido en el progreso cultural del resto de Europa, logrando al mismo tiempo mantener casi intacto su excepcional conjunto urbano. Historia y curiosidades de Urbino. La historia de Urbino hunde sus raíces en la época romana, cuando, debido a su importante posición estratégica, se dotó de sólidas murallas y se convirtió en una ciudad fortificada. Sin embargo, el apogeo de Urbino se produjo en el siglo XV gracias a Federico da Montefeltro. En esos años dorados, Urbino adquirió la excelencia monumental y artística que le permitió extender su influencia al resto de Europa. La ciudad se convirtió en una magnífica corte principesca, que albergaba lo mejor que la cultura humanista del Renacimiento italiano podía ofrecer en aquella época: Piero della Francesca, Luciano Laurana, Leon Battista Alberti y Giovanni Santi, padre de Rafael. La última gran época de esplendor artístico y cultural de Urbino se debe a Clemente XI, quien financió la renovación de varios palacios, iglesias y monasterios de la ciudad inmediatamente después de su elección al trono papal en 1701. Qué ver en Urbino: 9 lugares que no te puedes perder. Los lugares de Urbino que no te puedes perder están ligados a las épocas de máximo esplendor de la ciudad. El centro histórico tiene algo más de un kilómetro cuadrado y se puede recorrer a pie en busca de cosas que ver y admirar, como monumentos y obras de arte. El majestuoso palacio ducal de Urbino es una obra maestra del arte renacentista que alberga la Galería Nacional de las Marchas y el Museo Arqueológico Lapidario. Al lado, en la misma plaza Duca Federico desde la que se accede al palacio, se encuentra la catedral de Urbino, dedicada a santa María Asunta y reconstruida por completo tras el terremoto de 1789. Bajo la catedral de Urbino se encuentra el oratorio del Santissimo Crocifisso della Grotta, también conocido como oratorio della grotta, compuesto por cuatro capillas erigidas entre los siglos XVI y XVII. En el interior de la capilla de la Resurrección se encuentra una piedad de mármol esculpida por Giovanni Bandini en 1597. En la casa de Rafaello Urbino se encuentra el museo que alberga pinturas y paneles del artista y de su padre, Giovanni Santi. No muy lejos de Casa Santi se encuentra la fortaleza de Albornoz, construida en la segunda mitad del siglo XIV con función defensiva en el punto más alto de la ciudad. La iglesia de San Bernardino, a las afueras del centro histórico de Urbino, fue encargada por Federico da Montefeltro como lugar de enterramiento suyo y de su hijo Guidobaldo da Montefeltro. Cerca de la entrada se conservan sarcófagos barrocos de mármol. 3 ideas sobre qué hacer en Urbino El pequeño centro histórico de Urbino está repleto de cosas que hacer, e ir de un lugar a otro suele llevar solo unos minutos, aunque las maravillosas vistas te obligarán a detenerte y hacer unas cuantas fotos. Desde la catedral de Urbino se puede llegar al oratorio de San Juan Bautista, una pequeña maravilla que esconde un colorido ciclo de frescos pintados por los hermanos Lorenzo y Jacopo Salimbeni hacia 1416. Un poco más adelante se encuentra el oratorio de San Giuseppe, que alberga algo único: la natividad de Jesucristo en toba y piedra pómez esculpida por Federico Brandani. La obra está ambientada en una capilla revestida de toba para recrear el ambiente de una cueva. Entre los lugares que no hay que perderse en Urbino está el palacio del Collegio Raffaello, uno de los edificios encargados por el papa Clemente XI para albergar a la congregación religiosa de los padres escolapios. ¿Qué comer en Urbino? 4 especialidades con las que deleitarte. La tradición culinaria de Urbino se basa sobre todo en los productos de la tierra, y no se puede empezar una comida en Urbino sin pedir una tabla de quesos y embutidos, como la casciotta D. O. P. de Urbino y el prosciutto D. O. P. de Carpegna. Estos son también los dos protagonistas absolutos de la crescia sfogliata, pariente lejano de la piadina romagnola, con una historia que se remonta a la época de la corte de los duques. Como en otras zonas de las Marcas, la pasta nunca falta en las mesas de los habitantes de Urbino. Los passatelli, pasta fresca mezclada también con parmesano y pan rallado, suelen servirse con caldo, pero te sugerimos que pruebes la versión seca cubierta con virutas de trufa. Los más golosos deben probar el bostrengo, un pastel navideño de aspecto similar al panforte toscano. El arroz, el pan mojado en leche, la harina blanca y la harina de maíz se mezclan con manzanas, peras, nueces, uvas pasas y cacao en una explosión de sabores que te sorprenderá. |
Galería Nacional de las Marcas. La Galleria Nazionale delle Marche (Galería Nacional de las Marcas), alojada en este palacio, es una de las más importantes colecciones de arte gótico y renacentista del mundo. Incluye obras destacadas de autores de los siglos XIV, XV y XVI como Giovanni Baronzio, Melozzo da Forlì, Rafael Sanzio, Piero della Francesca (con su famosa Flagelación), Paolo Uccello, Giovanni Santi (padre de Rafael), Justo de Gante (una Última Cena con retratos de la familia Montefeltro y la corte), Pedro Berruguete (quien trabajó en Urbino en la década de 1470) y Timoteo della Vite, y otros artistas, así como una tardía Resurrección obra de Tiziano. |
Ducado de Urbino. El Ducado de Urbino (1443-1631) fue un antiguo estado italiano situado en la parte septentrional de la región de las Marcas. Creación El nacimiento del Ducado de Urbino tuvo lugar en 1443, cuando el papa Eugenio IV nombró a Oddantonio II de Montefeltro duque de Urbino, ciudad que se convirtió en capital del nuevo estado y que llegó a ser uno de los centros focales del Renacimiento italiano. Su declive se inició con el traslado de la capital a Pésaro en 1523. Fronteras En la época de su constitución, el Ducado de Urbino hacía frontera al este con el Mar Adriático, al oeste con la República de Florencia y en el resto con provincias de los Estados Pontificios. Breve historia El nombramiento papal convirtió al Condado de Urbino, constituido en 1213, en ducado, gobernado por la familia Montefeltro. El estado pasó posteriormente a los Della Rovere y finalmente en el año 1631 anexionado a los Estados Pontificios por el papa Urbano VIII (1623-1644), que instauró la Legación de Urbino. Línea dinástica de los condes y duques de Urbino. Montefeltro, Condes de Urbino 1234-1242: Bonconte I de Montefeltro 1242-1255: Montefeltrano II de Montefeltro 1255-1285: Guido de Montefeltro († 1298) protagonista en el canto XXII de la Divina Comedia; 1285-1304: control Papal 1296-1322: Federico I da Montefeltro 1322-1360: Guido II, Galasso y Nolfo de Montefeltro 1322-1324: control Papal 1360-1363: Federico II de Montefeltro († 1370 ca.) 1363-1404: Antonio II de Montefeltro 1369-1375: control Papal 1404-1443: Guidantonio de Montefeltro Montefeltro, Duques de Urbino 1443-1444: Oddantonio II de Montefeltro, primer duque de Urbino 1444-1482: Federico III de Montefeltro conocido como Federico de Montefeltro; 1482-1508: Guidobaldo de Montefeltro 1502-1504: Dominio de César Borgia Della Rovere, Duques de Urbino 1508-1516: Francisco María I della Rovere 1516-1519: Lorenzo II de Médici (durante parte de 1517 con Francisco María I della Rovere) 1508-1538: Francisco María I della Rovere 1539-1574: Guidobaldo II della Rovere 1574-1621: Francisco María II della Rovere († 1631) 1621-1623: Federico Ubaldo della Rovere 1623-1631: Francisco María II della Rovere (después de la muerte de su hijo volvió al poder) desde 1625: devolución a los Estados Pontificios, oficialmente en 1631, después de la muerte del último Della Rovere. Las colecciones artísticas de los Della Rovere pasaron a la última descendiente, Victoria della Rovere, esposa de Fernando II de Médici, traspasados por ésta a Florencia. |
Victoria della Rovere (Pésaro, 7 de febrero de 1622-Pisa, 5 de marzo de 1694) fue gran duquesa de Toscana por su matrimonio con Fernando II de Médici. Fue la última representante de la familia de los Della Rovere, duques de Urbino, y sería la heredera de Francisco María II, su abuelo, que le dejó su fortuna y los ducados de Rovere y Montefeltro. Urbino se reincorporó a los Estados Pontificios. Biografía Victoria fue la hija de Federico Ubaldo della Rovere, duque de Urbino por abdicación de Francisco María II. La temprana muerte de Federico puso de nuevo al viejo duque en el trono, ya sin ningún heredero varón. En 1625 devolvió el feudo de Urbino al papa y se retiró a sus posesiones familiares. Mientras su madre, Claudia de Médici, contraería nuevo matrimonio con el archiduque y conde del Tirol, Leopoldo V de Habsburgo. Con solo un año, Victoria fue prometida a su primo, Fernando II de Médici, y enviada a la corte florentina para ser educada. El matrimonio se hizo efectivo en 1633 y la novia incluyó en su dote los tesoros y obras de arte de los Della Rovere, que pasaron a engrosar las colecciones de los Uffizi.
La joven princesa pasó buena parte de su infancia en el convento de Crocetta, donde recibió una educación muy conservadora, que se haría notar en su más avanzada edad, dominada por sacerdotes que la enfrentaron con su marido, de talante más liberal. El matrimonio se consumó en 1639, y en diciembre de ese año nació Cosme, que vivió solo dos días; al año siguiente (1640), Victoria daba a luz un niño muerto. Finalmente, en 1642 nació el esperado heredero, el futuro Cosme III de Médici. Sin embargo, la relación entre los dos cónyuges era cada día peor, y se rompió definitivamente cuando la duquesa descubrió a su esposo en la cama con un paje de la corte. A partir de entonces ambos vivirían separados, exceptuando una breve reconciliación en 1659, de la que sería fruto un nuevo hijo, el cardenal Francisco María de Medici, nacido en 1660. En 1670 falleció Fernando II. Su hijo y sucesor, Cosme III, se había casado con Margarita Luisa de Orleans, prima del rey de Francia, Luis XIV. Pronto se desarrolló una abierta hostilidad entre la nueva gran duquesa y la madre del soberano, que se alineó con Victoria, a quien dio parte en los asuntos del estado, incluyéndola en su Consejo Privado. Margarita, después de diversos incidentes y sintiéndose postergada, llegó a un acuerdo con su marido, del que se separó en 1675 para volver a Francia, de donde no regresaría jamás, aunque vivió hasta 1721. La educación de los jóvenes príncipes Fernando María, Ana María Luisa y Juan Gastón, quedó a cargo de su severa abuela. Victoria della Rovere pasó sus últimos años a caballo entre el convento de Montalve, conocido como Villa La Quiete, y la Villa Médici de Poggio Imperiale, adonde fueron a parar parte de las colecciones sus antepasados. Murió en el Palacio Ducal de Pisa y está enterrada en la florentina Basílica de San Lorenzo. Los ducados de Rovere y Montefeltro pasaron a su segundo hijo, el cardenal Francisco María. |
Las Marcas, una encantadora región de playas, cuevas y montañas. |
Maravillosas, armoniosas y sinuosas: así se pueden resumir Las Marchas en pocas palabras. Una región que conquista con sus colinas embellecidas con tradición y arte, montañas equipadas para esquiar y costas rocosas quebradas por hermosas playas de arena. Destino de vacaciones durante todo el año, ofrece multitud de destinos para todos los gustos: deporte, relax, espiritualidad y bienestar. Orígenes y antecedentes históricos de Las Marcas Habitada desde el Paleolítico, la región conoció la presencia generalizada en su territorio de los picenos, mientras que los senones galos se limitaban al norte, los griegos a Ancona y los umbros al suroeste. En la Edad Media fue dividida entre los bizantinos y los longobardos, hasta que los francos la cedieron a los Papas. Bajo el dominio de la Iglesia, surgieron comunas libres y se formaron importantes señoríos durante el Renacimiento: la corte de Urbino y el ducado de Spoleto se convirtieron en centros de referencia. La Iglesia, que no toleraba el estado de desorden en la región, encargó al cardenal Albornoz el restablecimiento de la autoridad eclesiástica. Emprendió la labor de reconquista y pacificación de Las Marcas e hizo que se aceptaran las leyes que determinaban la nueva ordenación política de la región. Las batallas internas siguieron multiplicándose, siendo la más famosa la protagonizada por Braccio da Montone. Este periodo vio nacer la República Marítima de Ancona, posteriormente anexionada al Estado Pontificio en 1532. Los Sforza y César Borgia intentaron en vano reunificar la región militarmente. Tras la Revolución Francesa, Las Marcas volvieron a estar bajo los Estados Pontificios hasta que, con la batalla de Castelfidardo, fueron finalmente ocupadas por el ejército piamontés y anexionadas al Reino de Italia. Mientras tanto, este territorio ya había dado a luz, en 1798, al mayor exponente de la poesía italiana del siglo XIX, Giacomo Leopardi. Principales ciudades de Las Marcas. Comienza tu viaje por Las Marcas desde Ancona, la capital de la región y uno de los puertos industriales más importantes del Mediterráneo, que te sorprenderá enseguida con una curiosa característica: debido al desarrollo en forma de codo de la ciudad, aquí el sol sale y se pone sobre el mar. Entre los numerosos monumentos históricos no te pierdas el Lazzaretto, una fortaleza pentagonal sobre el mar que ahora se utiliza como espacio de exposiciones, y entre las muchas playas de la ciudad, elige la del Passetto. La playa favorita de los anconeses se encuentra al final del Viale della Vittoria, en el barrio del Adriático que termina en un pinar con vistas al mar. Para llegar a ella, baja las escaleras (o el ascensor, en verano) y llegarás a la verdadera joya de la playa: las grutas del Passetto, es decir, los refugios para barcos excavados en la roca. Otro tesoro de las Marcas es Ascoli Piceno, cerca del mar y a la sombra de los Apeninos. Ciudad de las cien torres, conserva su urbanismo medieval y es un derroche de travertino, la piedra clara que caracteriza a todos sus edificios históricos. Su centro histórico es pequeño y compacto, pero lleno de palacios, museos, iglesias y testimonios históricos. A continuación, Urbino, una mezcla imperdible de historia, arte y cultura. Ciudad natal de Rafael Sanzio, uno de los más grandes artistas del Renacimiento, cuenta con la herencia artística y cultural de los Montefeltro, la familia que gobernaba allí. Entre sus tesoros se encuentra el palacio ducal, una obra maestra de la arquitectura renacentista que hoy alberga la colección de arte más importante de la región, con obras de Rafael y Piero della Francesca. También merece la pena visitar Fabriano, la ciudad vinculada a la fabricación de papel y a la invención de la filigrana, una industria que se desarrolló entre los siglos XIV y XV. Recanati, en la zona de Macerata, es el lugar de nacimiento de Giacomo Leopardi: una hermosa ciudad enclavada entre sinuosas colinas salpicadas de románticas vistas. |
Leonardo (2021) Leonardo es una serie de televisión histórica sobre la vida de Leonardo da Vinci, emitida en 2021. La serie narra la vida de Leonardo da Vinci a través de los obras que le hicieron famoso y las historias que se escondían tras ellos, revelando poco a poco los tormentos interiores de un hombre obsesionado con lograr la perfección. Catalina de Cremona, amor platónico de da Vinci, es el personaje femenino de la serie Leonardo. Pero, ¿existió realmente esta mujer?, ¿tuvo una relación con el genio del Renacimiento?, ¿acusaron al artista de su asesinato? La respuesta a todas estas cuestiones es 'no'. No hay documentos ni evidencias históricas que demuestren la existencia de Catalina. Es un personaje inventado por Frank Spotnitz y Steve Thompson para enriquecer la trama de la serie: "Nosotros hacemos ficción, no documentales", se justifican. Si bien -como señalan los autores- es un personaje que brota de su fantasía, sí está basado en anotaciones y bocetos encontrados en el cuaderno de da Vinci. En las hojas de sus diarios aparece el nombre de 'Caterina' y 'La Cremona', pero no hay constancia de que sean la misma persona o la vinculación con el pintor. Por lo tanto, la acusación de asesinato también es ficción, aunque el historial delictivo de Leonardo no está limpio. Tal y como mostró la serie en el capítulo 2, el artista fue detenido -y absuelto- de sodomía en 1476. El personaje de Caterina de Cromana simboliza la figura femenina presente en la vida de Leonardo da Vinci, a veces obsesionado con su rostro y su cuerpo; así como su inspiración para crear sus obras más bellas. La actriz y cantante italiana Matilda De Angelis encarna a la protagonista de la producción que emite Televisión Española. A sus 25 años, la artista tiene una incipiente carrera, tanto en la pequeña como la gran pantalla. ¿Sabes dónde puedes verla? Te contamos las películas y series en las que ha participado. |
Teatro quinta. |