—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

sábado, 15 de abril de 2017

379.-Código de Hammurabi y los demás códigos de babilonia.-a


El Código de Hammurabi es sin lugar a dudas una de las mayores maravillas que nos ha legado la antigüedad, y es uno de los primeros intentos legislativos del ser humano. 


Se presenta como una gran estela de basalto de 2,25 metros de alto. En lo alto hay una escultura que representa a Hammurabi de pie delante del dios del Sol de Mesopotamia, Shamash. Debajo aparecen inscritos, en caracteres cuneiformes acadios, leyes que rigen la vida cotidiana. Fue colocado en el templo de Sippar; igualmente se colocaron varios otros ejemplares a lo largo y ancho del reino. El objeto de esta ley era homogeneizar jurídicamente el reino de Hammurabi. De este modo, dando a todas las partes del reino una cultura común, se podía controlar el todo con mayor facilidad.
Scherezada Jacqueline Alvear Godoy


Introducción.

El Código de Hammurabi, creado en el año 1760 a. C. por el rey de Babilonia Hammurabi, es uno de los conjuntos de leyes más antiguos que se han encontrado y uno de los ejemplares mejor conservados de este tipo de documentos creados en la antigua Mesopotamia y, en breves términos, se basa en la aplicación de la ley del Talión.

Hammurabi gobernó Babilonia, entre los años 1792 a. C. y 1750 a.C. siendo el sexto rey de la dinastía babilónica, realizando una tarea unificadora del reino, entre la que se destacó su famoso Código.



REINO DE BABILONIA.

Babilonia es la ciudad más famosa de la antigua Mesopotamia, cuyas ruinas se encuentran en el actual Irak, a 94 km al suroeste de Bagdad. Su nombre deriva de bav-il o bav-ilim, que en acadio significaba "Puerta de Dios" (o "Puerta de los Dioses"); "Babilonia" en griego. En su época, fue un gran centro cultural y religioso.
Los antiguos escritores griegos se refirieron a la ciudad con asombro y, según se dice, fue el lugar donde se encontraban los Jardines Colgantes de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Su reputación se ha visto empañada por las numerosas referencias desfavorables que se hacen de ella en la Biblia, empezando por Génesis 11:1-9 y la historia de la Torre de Babel asociada al zigurat de Babilonia.
También se hace referencia a la ciudad de forma desfavorable en los libros de Daniel, Jeremías, Isaías y, sobre todo, en el Apocalipsis. El erudito Paul Kriwaczek señala que Babilonia "puede culpar de su mala reputación directamente a la Biblia" (167). Aunque ninguna de estas narraciones habla bien de la ciudad, en última instancia fueron las responsables de su fama (o infamia) en la era moderna, lo que llevó a su redescubrimiento por el arqueólogo alemán Robert Koldewey en 1899.

Babilonia se fundó en algún momento antes del reinado de Sargón de Acad (el Grande, 2334-2279 a.C.) y parece haber sido una ciudad portuaria menor en el río Éufrates hasta el ascenso de Hammurabi quien reinó de 1792 a 1750 a.C. y la convirtió en la capital de su Imperio babilónico. Tras la muerte de Hammurabi, su imperio se desmoronó rápidamente. La ciudad fue saqueada por los hititas en el año 1595 a.C. y luego tomada por los casitas, que la rebautizaron como Karanduniash.
Fue gobernada brevemente por los caldeos (siglo IX a.C.), cuyo nombre se convirtió en sinónimo de babilonios para los escritores griegos posteriores (sobre todo Heródoto) y los escribas bíblicos, y luego fue controlada por el Imperio neoasirio (912-612 a.C.) antes de ser tomada por Nabopolasar quien reinó de 626 a 605 a.C. y estableció el Imperio neobabilónico. Babilonia pasó a manos de los persas con Ciro II (el Grande, quien reinó de c. 550 a 530 a.C.) y fue capital del Imperio aqueménida (550-330 a.C.) hasta que cayó en manos de Alejandro Magno en el 331 a.C.

Siguió siendo un centro comercial bajo el Imperio seléucida (312-63 a.C.), el Imperio parto (247 a.C. a 224 a.C.) y el Imperio sasánida (224-651 a.C.), pero nunca alcanzó el nivel que había alcanzado bajo Hammurabi o el rey neobabilónico Nabucodonosor II (quien reinó de 605/604 a 562 a.C.). La ciudad decayó tras la conquista árabe musulmana en el siglo VII de nuestra era y fue finalmente abandonada.
Solo se conocía a través de las narraciones bíblicas y los escritores clásicos hasta su descubrimiento en el siglo XIX. En la década de 1980, se realizaron intentos de restauración bajo el mandato del entonces presidente Saddam Hussein, incluida la reconstrucción de la Puerta de Ishtar (la puerta real se encuentra actualmente en el Museo de Pérgamo de Berlín, Alemania). En 2019, las ruinas de la gran ciudad fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Mapa del Imperio paleobabilónico tras las conquistas
de Hammurabi, hacia 1750 a. C.


El Código Hammurabi, datado hacia el año 1700 antes de nuestra era, representa al rey Hammurabi de Babilonia recibiendo de Samash, dios del Sol y la justicia, las reglas a cumplir para fomentar el bienestar entre las gentes.
En la Antigüedad, eran «los dioses» quienes dictaban las leyes a los hombres. Por eso, las leyes eran sagradas.
Una prueba de dicho Código se encuentra sobre en el Museo del Louvre, de París. Es una columna de basalto negro de dos metros de alto. Sin duda alguna es una de las mayores maravillas que nos ha legado la antigüedad y uno de los primeros intentos legislativos de la Humanidad.

Antes de la llegada de Hammurabi al poder, eran los sacerdotes del dios Samash los que ejercían como jueces.

Es Hammurabi el que establece que sean sus funcionarios quienes hicieran ese trabajo, mermando así el poder de los sacerdotes y fortaleciendo el suyo propio.
Para ello, Hammurabi recopiló en este Código todas las leyes civiles y penales existentes y las mandó grabar en columnas de piedra que se distribuyeron en todo el reino para que el pueblo conociera la ley y sus castigos.
Con ello se intentaba impedir que cada uno «tomara la justicia por su mano».
Antes, sin la existencia de ley escrita, era fácil que cada juez actuase como más le conviniera.
La repercusión del Código en la historia del Derecho es indudable, y muchos de sus preceptos son recogidos en las legislaciones de hebreos, griegos y romanos.
Además, su percepción de que la Ley se consolida y conoce gracias a la escritura pervive hoy en la mayoría de los sistemas jurídicos modernos.



Jerarquía de la sociedad.

En la época ya existía una división de clases sociales que se vio reflejada en el código de Hammurabi.
La primera categoría eran las personas libres, eran reconocidos jurídicamente y podían tener responsabilidades en cargos públicos. Dentro de las personas libres también existían diferentes niveles que dependían de la procedencia familiar, del nivel de estudios y de la riqueza, algo reflejado en el código.
Estas personas eran los gobernantes, sacerdotes, mercaderes, y una clase libre media.
La siguiente categoría eran los esclavos, que tenían muy pocos derechos o carecían de ellos. Los esclavos podían ser propiedad de personas libres, ser vendidos, comprados o cedidos. Pero según el código, podían tener negocios, ser dejados en libertad y casarse con personas libres. Aparte de convertirse esclavo por nacimiento al ser hijo de esclavos, podían adquirir esta condición social por ser prisionero de guerra o no pagar una deuda.

La tercera clase social es un paso intermedio entre la libertad y la esclavitud, llamados «mezquinos», formado por los esclavos que habían sido liberados. Dentro de esta categoría, que era muy numerosa, se encontraban los trabajadores: pescadores, pastores, prestadores de servicios.

Según la ley, dar refugio o ayudar a un esclavo a escapar estaba penado con la muerte.



Análisis del código.

El código de leyes unifica los diferentes códigos existentes en las ciudades del imperio babilónico.
Entre otras recopilaciones de leyes se encuentran el Códice de Ur-Nammu, rey de Ur (ca. 2050 a. C.), el Códice de Ešnunna (ca. 1930 a. C.) y el Códice de Lipit-Ishtar de Isín (ca. 1870 a. C.).

A menudo se lo señala como el primer ejemplo del concepto jurídico de que algunas leyes son tan fundamentales que ni un rey tiene la capacidad de cambiarlas. Las leyes, escritas en piedra, eran inmutables. Este concepto pervive en la mayoría de los sistemas jurídicos modernos.
Estas leyes, al igual que sucede con casi todos los códigos en la Antigüedad, son consideradas de origen divino, como representa la imagen tallada en lo alto de la estela, donde el dios Shamash, el dios de la Justicia, entrega las leyes al rey Hammurabi. De hecho, anteriormente la administración de justicia recaía en los sacerdotes, que a partir de Hammurabi pierden este poder. Por otra parte, conseguía unificar criterios, evitando la excesiva subjetividad de cada juez.

Escrito en acadio, su prólogo y el epílogo están redactados en un lenguaje más cuidado y con la finalidad de glorificar al dios babilonio Marduk y, a través de él, a su rey.
El rey ordenó que se pusieran copias de este Código en las plazas de cada ciudad para que todo el pueblo conociera la ley y sus castigos, para lo cual el cuerpo de la ley se expresa en lenguaje claro, del pueblo. Comienza con la partícula si (o proposición condicional), describe la conducta delictiva y luego indica el castigo correspondiente. Una de sus leyes establece la Ley del Talión ("ojo por ojo, diente por diente").
Redactado en primera persona, relata como los dioses eligen a Hammurabi para que ilumine al país para asegurar el bienestar de la gente. Proclama a Marduk como dios supremo, alejando al panteón sumerio.

Historia.


Medallón de mármol con el rostro de Hammurabi
en la Cámara de Representantes en
 el Capitolio de los Estados Unidos.


El rey de Babilonia Hammurabi (1722-1686 a. C. según la cronología breve o 1792-1750 a. C. según la cronología media) pensó que el conjunto de leyes de su territorio tenía que escribirse para complacer a sus dioses. A diferencia de muchos reyes anteriores y contemporáneos, no se consideraba emparentado con ninguna deidad, aunque él mismo se llama «el favorito de las diosas».

El Código de Hammurabi fue escrito en un bloque de basalto de unos 2,50 m de altura por 1,90 m de base y colocado en el templo de Sippar; asimismo se colocaron otros ejemplares similares a lo largo y ancho del reino. El objeto de este código era homogeneizar jurídicamente el reino de Hammurabi. Dando a todas las partes del reino una legislación común, se podría controlar al conjunto con mayor facilidad.
Durante las diferentes invasiones de Babilonia, el código fue trasladado, hacia el 1200 a. C., a la ciudad de Susa (en Elam), actualmente en el Juzestán (Irán). En esta ciudad fue descubierto por la expedición que dirigió Jacques de Morgan, en diciembre de 1901. Fue llevado a París, Francia, donde el padre Jean-Vincent Scheil tradujo el código al francés. Posteriormente, el código se instaló en el Museo del Louvre, donde se encuentra en la actualidad en París.



Aspecto.

El Código de Hammurabi está grabado en una estela de diorita de 2,25 metros de altura. En la zona superior está representado Hammurabi en bajorrelieve, de pie, delante del dios del Sol de Mesopotamia, Shamash, el principal de la ciudad sumeria de Larsa. Debajo aparecen, inscritos en caracteres cuneiformes acadios, las leyes que regían la vida cotidiana.



Contenido.

Las leyes del Código de Hammurabi (numeradas del 1 al 282, aunque faltan los números 66–99 y 110–111) están escritas en babilonio antiguo y fijan diversas reglas de la vida cotidiana. Norman particularmente:

La jerarquización de la sociedad: existen tres grupos, los hombres libres o "awilum", los "mushkenum" (quienes se especula podrían ser siervos o subalternos) y los esclavos o "wardum".

Los precios: los honorarios de los médicos varían según se atienda a un hombre libre o a un esclavo.
Los salarios: varían según la naturaleza de los trabajos realizados.
La responsabilidad profesional: un arquitecto que haya construido una casa que se desplome sobre sus ocupantes y les haya causado la muerte es condenado a la pena de muerte.
El funcionamiento judicial: la justicia la imparten los tribunales y se puede apelar al rey; los fallos se deben plasmar por escrito.
Las penas: aparece inscrita una escala de penas según los delitos y crímenes cometidos. La base de esta escala es la Ley del Talión.
Se tratan también el robo, la actividad agrícola (o pecuaria), el daño a la propiedad, los derechos de la mujer, los derechos en el matrimonio, los derechos de los menores, los derechos de los esclavos, homicidio, muerte y lesiones. El castigo varía según el tipo de delincuente y de víctima.

Las leyes no admiten excusas ni explicaciones en caso de errores o faltas; el Código se ponía a la vista de todos, de modo que nadie pudiera alegar ignorancia de la ley como pretexto. Cabe recordar, sin embargo, que eran pocos (escribas en su mayoría) los que sabían leer y escribir en aquella época.

Juicios sobre el código.

Aunque el código sea la inspiración del «ojo por ojo, diente por diente» tiene artículos también muy alejados de ese concepto. Los artículos que constituyen el primer ejemplo de la llamada Ley del Talión son el 196 (el ojo), el 197 (el hueso) y el 200 (el diente). También pueden formar parte de este "revanchismo legal" los artículos 1, 2, 3 y, hasta cierto punto, el 21 y el 25. El resto establece indemnizaciones o penas graves, girando alrededor de temas distintos al "te hago lo que me hiciste". El código está inspirado por un alto sentimiento de orden. Las reglas de los contratos son todavía las establecidas por los sumerios. Se fija la responsabilidad mutua del amo y el obrero.
Este tiene que recibir un salario mínimo y gozar de tres días de vacaciones cada mes. El Código es una simple recopilación de leyes sumerias, hecha por un rey, Hammurabi, sexto de los reyes de la primera dinastía babilónica, amorreo y semita aunque no sumerio. Hay bases para suponer préstamo directo de los babilonios a los hebreos, como las hay para ver inspiraciones en este Código por parte de la propia Roma.
El código no debe dar la impresión negativa y simplista de la Ley del Talión. Entre otras cosas porque contribuye a mirar a los sumerios y babilonios (la Sumeria semita) como auténticos salvajes, cuando éstos son los asirios, que vinieron bastante después (Nínive), según los juzga la historia.




En el código no se distingue entre derecho civil y penal, es decir, se dan leyes que regulan los asuntos de la vida cotidiana y leyes que castigan los delitos. Se regulan el comercio, el trabajo asalariado los préstamos, los alquileres, las herencias, los divorcios, la propiedad, las penas por delitos de robo, asesinato, etc. El texto del código también nos sirve para saber cuales eran los delitos más frecuentes en la época, pues un delito previsto será un hecho que acontece con relativa frecuencia. En las penas aplicadas a cada delito se distingue si hay intencionalidad o no, y cual es la "categoría de la víctima y la del agresor".
Así la pena es mayor si se ha hecho adrede y menor si ha sido un accidente; mayor si la víctima es un hombre libre menor si es un esclavo. La mayoría de las penas que aparecen en el código son pecuniarias (multas), aunque también existe pena de mutilación e incluso pena de muerte. En algunos casos la ley opta por aplicar talión, es decir, hacer al agresor lo mismo que él hizo a su víctima siempre que ambos sean de la misma "categoría".



El código de Hammurabi: las primeras leyes de la humanidad.

Todo comenzó en el Próximo Oriente. Las leyes también. El nacimiento de las sociedades necesitó de normas que establecieran un orden. El nacimiento de la escritura permitió fijar esas leyes por escrito y ponerlas a la vista de todos. A finales del III milenio a. C. aparecieron los primeros cuerpos de leyes escritas. En 1901 se descubrió el Código de Hammurabi, una recopilación de leyes que supone una fuente esencial para estudiar la antigua Mesopotamia. Conocer sus leyes es, en gran medida, saber cómo pensaban en muchos aspectos de la vida. Sin embargo, aún tenemos dudas acerca de la aplicación de estas leyes: ¿se cumplían los artículos legales de manera literal, o solo eran textos morales que servían para intimidar?
La historia de las leyes empezó siglos antes de que Hammurabi mandase escribir su código. Hacia el 3 000 a. C. tenemos restos de textos cuneiformes en los que se registraron transacciones legales sencillas como el caso de una compraventa de tierras. El código de Hammurabi no es la primera ley de la humanidad. Se trata del primer gran código, la primera gran recopilación. Sin embargo, en su texto de reúne toda la tradición legal anterior, por lo tanto sí que podemos conocer a través de esta fuente cómo fueron las primeras leyes (en plural) de la humanidad.

El origen de las leyes

Las relaciones económicas y sociales necesariamente se encontraban dentro de unos parámetros de comportamiento y fueron reguladas por usos y costumbres no escritos. De la necesidad de dejar constancia de ciertas cuestiones nació la escritura. Las primeras anotaciones cuneiformes, tal y como decimos, tienen un contenido económico. Según el especialista en historia antigua del Próximo Oriente, Josef Klíma:

“El aumento de la producción agrícola y el florecimiento de la artesanía, el fomento de la propiedad privada de los medios de producción, el crecimiento del intercambio y de las relaciones comerciales, trajeron consigo grandes transformaciones económicas y sociales para las que ya no bastaban las costumbres anteriores. Con todo esto, el derecho escrito se reveló como algo necesario, principalmente para la protección de la clase dominante”.

Las primeras medidas que conocemos fueron dictadas por Entemena, soberano de Lagash, hacia el año 2 430 a. C. Le sigue la reforma de Urukagina de Lagash alrededor del 2320 a. C. El hecho de que estemos ante una reforma, ya indica que había leyes anteriores a las de Urukagina, consideradas las primeras leyes de la humanidad hasta el descubrimiento de las leyes de Entemena. La reforma de Urukagina responde a una difícil situación socioeconómica y se trata de una obra que contaba con la complicidad de la clase sacerdotal de Lagash, perjudicada por Lugallanda, el predecesor de Urukagina.

El texto de las reformas fue escrito en tres conos de arcilla y ya muestra características fundamentales que se repetirán en los siguientes cuerpos legales. Las leyes se exponen en forma de contrato con Ningirsu, dios principal de Lagash. Estamos ante un elemento esencial en las medidas que tomaron los soberanos del Próximo Oriente: la sanción divina para legitimar las decisiones del rey, quien cumplía la función de servir como contacto entre los dioses y los humanos.

El primer legislador con entidad que conocemos de la historia es Urnammu, el fundador de la III dinastía de Ur. En su conjunto de leyes se reúnen las propiedades de la práctica legal de la época: artículos sobre casos ejemplarizantes, castigos muy severos y ya se muestra la conocida como ley del Talión, el ojo por ojo:
“si un hombre cometía un homicidio, a ese hombre se le da muerte”.

Lipit-Ishtar, soberano de la ciudad de Isin, fue el artífice del siguiente código legal conocido. Destaca por la ampliación a diversos casos y categorías. En sus 38 leyes se regula el homicidio, la evasión de impuestos, la herencia, el matrimonio, la gestión de tierras, la situación de los esclavos, y hasta el alquiler de barcos y de bueyes. Hacia el 1800 a. C., casi contemporáneo al rey Hammurabi, Dadusha promulgó el código legal de su ciudad, Eshnunna.

El descubrimiento del Código de Hammurabi

Jacques de Morgan encabezó una expedición en Susa, al suroeste del actual Irán. En 1901, el equipo francés encontró piezas como la estela del rey acadio Naram-Sin o la estela de diorita en la que aparecía grabado el Código de Hammurabi. La localización de estos hallazgos responde al botín de guerra que el rey Shutruk-Nahunte rapiñó en sus guerras al sur de Mesopotamia, seiscientos años después de Hammurabi. La estela fue reconstruida ya que estaba rota en tres fragmentos. Se transportó al Museo del Louvre, allí fue estudiada y, en 1904, el asiriólogo Jean Vincent Scheil publicó la traducción del texto.

La ley de Mesopotamia

Los amorreos fueron los nómadas que se hicieron con el poder en Mesopotamia tras la caída de la III dinastías de Ur y pusieron en Babilonia la capital del país. Hammurabi fue el sexto rey de la dinastía implantada por estos amorreos. En el 1758 a. C. mandó escribir su recopilación de leyes para exponerla al público.
El código de Hammurabi se talló en idioma acadio con escritura cuneiforme sobre una estela de basalto negro de 2,25 metros de altura por 50 centímetros en su lado más ancho. En la parte superior se puede ver un relieve de Hammurabi recibiendo las leyes de Marduk, el dios del sol y de la justicia. Contiene 282 artículos que regulan temas tan diversos como haría cualquier cuerpo legal moderno.
Todos los artículos siguen una misma estructura dividida en dos partes. La primera parte, llamada prótasis, es donde se expone un hecho en condicional. La segunda parte, llamada apódosis, es donde se detalla la sentencia o castigo. Por ejemplo: 
“Si un hombre, después de muerto su padre, se acuesta con su madre, [hasta aquí la prótasis y ahora inicia la apódosis] que los quemen a ambos”.

La pena de muerte es una sentencia muy recurrente al igual que las mutilaciones, empalamientos y la ordalía o juicio divino, sobre todo la ordalía fluvial. Esta pena consistía en arrojar al imputado al río, si se salvaba es porque los dioses lo consideraban inocente; en caso contrario moriría ahogado porque las divinidades lo declaraban culpable. Además, estamos ante un código legal clasista, en el que las penas varían en función de quien cometía el delito, si un hombre libre, una mujer o un esclavo.

Pero conviene recordar que las leyes de Hammurabi no fueron hechas públicas hasta el último año de su reinado y que el legislador no tuvo pues suficiente tiempo para imponer en la práctica sus leyes. Con todo, el código de Hammurabi continúa siendo una de las más impresionantes obras literarias del antiguo Oriente. Como código jurídico, esta obra no fue superada en su extensión formal ni siquiera por las leyes romanas de las XII tablas, con las que ha sido comprada a veces. Sólo el código de Justiniano, del siglo VI d. C., excede en extensión a la obra jurídica de Hammurabi”.

Referencias:

Klíma, J. 2013. Sociedad y cultura en la antigua Mesopotamia. Akal.

Sanmartin, J. 1999. Códigos legales de tradición babilónica. Trotta.



Hammurabi.

(Babilonia, hacia 1810 a.C. - 1750 a.C.) Rey de Babilonia (1792 a.C.-1750 a.C.). Su reinado representó la ascensión de Babilonia y de los nómadas amorreos, que se habían instalado en la región, a una posición preponderante entre las ciudades de Mesopotamia. Hammurabi se dedicó a asegurar sus posesiones frente a las apetencias territoriales de la ciudad de Larsa y de su rey Rim-Sin, por lo que sus primeras campañas militares se orientaron hacia el sur. El séptimo año de su reinado, Hammurabi ya le había arrebatado a su rival dos de sus más importantes posesiones: Isin y Uruk.

Hammurabi y Shamash, dios del sol y la justicia
(relieve del código de Hammurabi)


Una vez consolidadas sus posesiones en el sur, el monarca volvió su atención en otras direcciones, y así, cuatro años más tarde se apoderó de las ciudades de Rapiqum y Shabili y realizó expediciones contra el país de Emutbal, al este de Babilonia.
Con la concentración de ciudades en su bando, el poder de Babilonia se había incrementado de tal forma que rápidamente se formó una coalición de ciudades del Tigris para hacerle frente. En la subsiguiente guerra de los Dos Ríos, la coalición del Tigris fue derrotada y en el año trigesimoprimero de su reinado Hammurabi se autoproclamó rey de Sumer y Akkad, título que simbolizaba el dominio sobre Mesopotamia. Esto no detuvo sus campañas expansionistas, en las que derrotó a las ciudades de Mari, Malgium y Subartu (Asiria).
Su obra legislativa culminó con el código que lleva su nombre, una compilación de leyes y jurisprudencia ya vigente y en algunos casos puesta al día. El código de Hammurabi sirvió como modelo para muchos otros códigos posteriores, pero aunque se han querido establecer paralelismos con las leyes de Moisés, las diferencias son marcadas. A pesar de su falta de originalidad, el código de Hammurabi es un documento valiosísimo para el estudio de la sociedad mesopotámica de la primera mitad del segundo milenio antes de nuestra era.
A su muerte sobrevino un período de anarquía en el que varios personajes, que aparecen mencionados en las fuentes como «hijos de nadie» -haciendo quizá referencia a su nula vinculación familiar con el rey-, se disputaron el trono.



Otros Códigos de leyes.



El Código de Ur-Nammu. 

El Código de Ur-Nammu es un código de leyes fechado entre los años 2100 y 2050 a. C., durante el reinado de Ur-Nammu de Ur (2112 - 2095 a. C.), quien es citado en el prefacio del código. A pesar de ello, algunos historiadores han pensado que en realidad data del reinado de su hijo Shulgi, por lo que también recibe el nombre de código de Shulgi. Está escrito en sumerio y se corresponde al periodo del Renacimiento sumerio.
Aunque se sabe que existieron códigos de leyes anteriores, como puede ser el Código de Urukagina, el Código de Ur-Nammu es el texto más antiguo que ha llegado hasta nuestros días.

La primera traducción del código fue elaborada por Samuel Noah Kramer y publicada en 1952. Estaba basada en su primer hallazgo, dos fragmentos encontrados en Nippur. En ellos se distinguían el prefacio y cinco leyes. Posteriormente se halló otra copia en Sippar, con ligeras variantes. El código distingue dos estratos sociales, los hombres libres y los esclavos.
Es tres siglos más antiguo que el Código de Hammurabi y, a la vista de su contenido, mucho más progresista. El texto está estructurado de manera que a cada crimen le sigue un castigo específico, estructura copiada en códigos posteriores y para tratarse del Código más antiguo conocido, se considera realmente avanzado para su época, porque al contrario que el código de Hammurabí, cuya máxima popular es el ojo por ojo, el código de Ur-Nammu contempla compensaciones económicas en lugar de daños físicos como pago a ciertos crímenes. Sin embargo el asesinato, el robo, el adulterio y el rapto son considerados ofensas capitales que no admiten tal compensación.



 Código de Lipit-Isthar.

El Código de Lipit-Isthar es un código legal compilado en tiempos del rey sumerio de Isín Lipit-Ishtar (c. 2112 - 2046 a. C.). Fue promulgado cuando Isín aún era la potencia hegemónica de la Baja Mesopotamia, y está escrito en sumerio.

Contenido

Consta de unos 50 artículos o apartados que tratan sobre propiedad, alquiler, tratos con esclavos, relaciones familiares, herencia, difamación, cuidado y trabajo de las tierras agrícolas y daños causados por animales. En el prólogo, el rey dice cumplir la voluntad de los dioses al redactar el código; es la primera vez en que esto sucede en un código, generalizándose a partir del presente. En el epílogo el rey dice haber sabido cumplir con el encargo divino de aplicar la justicia y el bienestar en todo el país. En dicho epílogo se exhorta a futuros legisladores a mantener vigente el código, augurando parabienes si así era, y maldiciones si no. Un epílogo similar puede encontrarse en el código de Hammurabi.

Como pago por algunos crímenes se impone una sanción económica, al igual que sucede en el código de Ur-Nammu, y cosa que no sucede en el de Hammurabi. Otros están castigados con otro tipo de penas, e incluso la muerte. Valgan algunos ejemplos:

(art. 6) Si alguien ha echado abajo la puerta de una casa, el que ha echado abajo [la puerta de] será matado.
(art. 14) Si alguien se ha introducido en el jardín de otro y es sorprendido en el momento del hurto, debe pagar 10 siclos de plata.
(art. 29) Si la segunda mujer que [un ciudadano] ha desposado le ha dado un hijo, la dote que ella ha aportado de la casa paterna pertenece a su hijo.
Liverano, Mario; El antiguo Oriente. Historia, sociedad y economía, pág. 273.


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