—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

viernes, 27 de enero de 2012

55.-Los reyes de España.-Genealogía (Primera parte): Casa de Austria (I) a


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto  Hernández Jara;Katherine Alejandra del Carmen  Lafoy Guzmán;


LINEA REAL DE CASA DE AUSTRIA.


Escudo de habsburgo: un león rampante de gules en un campo de oro.
Aldo Ahumada Chu-Han

La Casa de Habsburgo (también llamada Casa de Austria)​ fue una de las más influyentes y poderosas casas reales de Europa. Los Habsburgo eran originarios de un modesto castillo en Argovia, actual Suiza. El fundador de la dinastía, el conde Radbot de Habsburgo pasó a controlar el castillo como vasallo del duque de Suabia a principios siglo XI. Por medio de una ambiciosa política matrimonial y de alianzas, los Habsburgo comenzaron a extender su influencia hasta que en el siglo XIII Rodolfo I de Habsburgo, por entonces controlando partes de Alsacia y Argovia, logró ser nombrado rey de romanos en 1273 durante el interregno subsiguiente a la muerte de Federico II de Hohenstaufen. El conflicto entre Rodolfo I y el heredero de los Hohenstaufen, el rey Ottokar II de Bohemia, resultó en que los Habsburgo adquirieran los territorios de Austria, Estiria, Carniola y Carintia, que formarían parte de los territorios centrales de la familia durante el resto de su historia.
 En 1452 el influyente duque de Austria Federico III fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y desde ese momento hasta su disolución los Habsburgo controlaron el trono del Sacro Imperio.



Genealogía  


Guntram, el Rico, conde en Breisgau, ancestro de los Habsburgo. Según el Acta Murensia (Crónica del monasterio Muri), creada hacia el año 1160, Guntram, el Rico, posible descendiente de los Eticónidas de Alsacia, es indicado como el progenitor de los Habsburgo. En la segunda mitad del siglo X poseía tierras en Aargau, Breisgau, Frickgau, en Alsacia superior y en Zürichgau.

Lanzelin, también llamado Landolt o Betzo (ca. 940 - 991) fue un noble germánico que tuvo posesiones en Alsacia y en la actual Suiza, y fue un lejano antepasado de la Casa de Habsburgo, la cual llegaría a gobernar el Sacro Imperio Romano Germánico durante siglos.

Radbot (985 - 1045) fue un noble germánico que tuvo posesiones en la Alta Lorena, en Alsacia y en la actual Suiza; fundó el castillo de Habsburgo, que daría el nombre a la Casa de Habsburgo, la cual llegaría a gobernar el Sacro Imperio Romano Germánico durante siglos.

Werner I (1030 - 1096), a veces llamado Werner el Piadoso,​ fue un noble germánico que ejerció cargos en la Alta Alsacia y en la actual Suiza, incluyendo el castillo de Habsburgo, que había mandado a construir su padre Radbot de Habsburgo. Fue uno de los ascendientes de la Casa de Habsburgo, pero nunca usó el apellido «de Habsburgo».

Otto II  conde de Habsburgo († 8 de noviembre de 1111)​ fue un conde de Habsburgo, landgrave de la Alta Alsacia y Vogt de Muri. Fue uno de los ascendientes de la Casa de Habsburgo, y fue el primer noble en usar el apellido «de Habsburgo».

Werner II conde de Habsburgo (ca. 1100 - 25 de noviembre de 1167),​ fue un conde de Habsburgo, landgrave de la Alta Alsacia y Vogt de Muri. Fue uno de los ascendientes de la Casa de Habsburgo, tatarabuelo de Rodolfo I de Habsburgo, el primer emperador de esa dinastía.

Alberto III conde de Habsburgo (c. 1145-25 de noviembre de 1199),​ llamado el Rico, fue un conde de Habsburgo, landgrave de la Alta Alsacia, duque de Laufenburg y Vogt de Muri. Fue uno de los ascendientes de la Casa de Habsburgo, bisabuelo de Rodolfo I de Habsburgo, el primer emperador de esa dinastía.

Rodolfo II conde de Habsburgo (c. 1167-10 de abril de 1232),​ llamado el Benigno o el Viejo, fue un conde de Habsburgo, landgrave de la Alta Alsacia y duque de Laufenburg y Argovia. Fue uno de los ascendientes de la Casa de Habsburgo, abuelo de Rodolfo I de Habsburgo, el primer emperador de esa dinastía.

Alberto IV conde de Habsburgo (c. 1195-Ascalón, 22 de noviembre de 1240)​ fue un conde de Habsburgo y landgrave de la Alta Alsacia, hijo de Rodolfo II el Anciano y de Inés de Staufe

Rodolfo I de Habsburgo (Limburgo en Brisgovia, 1 de mayo de 1218 - Espira, 15 de julio de 1291) fue conde de Habsburgo y rey de Romanos.

Escudo de Austria

Alberto I de Austria (Rheinfelden, julio de 1255 – Königsfelden, cerca de Brugg, Suiza, 1 de mayo de 1308), rey de Alemania, Rex Romanorum y duque de Austria y de Estiria desde 1282.

Alberto II de Austria (12 de diciembre de 1298-16 de agosto de 1358), duque de Austria. Príncipe muy instruido, llamado por ello el Sabio.

Leopoldo III de Austria (1 de noviembre de 1351 - 9 de julio de 1386) fue un noble perteneciente a la familia Habsburgo y duque de Austria entre 1365 y 1369; fue también duque de Estiria y Carintia.

Ernesto I de Habsburgo el Férreo o el duque de Hierro (Bruck an der Mur, 1377 – ibíd. 10 de junio de 1424) fue duque de Estiria, Carintia y Carniola (Austria Interior). Archiduque de Austria.

Federico III de Habsburgo (Innsbruck, 21 de septiembre de 1415 – Linz, 19 de agosto de 1493) fue Duque de Alta Austria (Federico V) (1439-1453), Archiduque de Austria (1453-1493) y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (Federico III), desde el año 1440 hasta su muerte en 1493. Hijo del Duque Ernesto I "el Férreo" y de Cimburgia de Masovia.

Emperador del Sacro Imperio Romano




Maximiliano I de Habsburgo (Wiener Neustadt, Austria, 22 de marzo de 1459 - Wels, Austria, 12 de enero de 1519) fue Archiduque de Austria, rey de Romanos y emperador electo del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1508 hasta su muerte. Era hijo del emperador Federico III y Leonor de Avis, se casó con la heredera de la Casa de Borgoña, la duquesa María, hija única de Carlos «el Temerario» y de quien enviudaría en 1482 a consecuencia de una caída de caballo.


Duque de Borgoña



Felipe I de Castilla, llamado «el Hermoso» (Brujas, 22 de julio de 1478 - Burgos, 25 de septiembre de 1506), fue duque titular de Borgoña —como Felipe IV—, Brabante, Limburgo y Luxemburgo, conde de Flandes, Habsburgo, Henao, Holanda y Zelanda, Tirol y Artois, y señor de Amberes y Malinas, entre otras ciudades, entre 1482 y 1506, y rey iure uxoris de Castilla (1506) por su matrimonio con Juana, hija y heredera de los Reyes Católicos después de la muerte de sus hermanos los infantes Juan e Isabel.


Historia:El desconocido origen de los Habsburgo, la familia real de «halcones» que elevó al Imperio español


El proceso que condujo a los Habsburgo desde ser dueños de un pequeño condado en el corazón de Europa hasta convertirse en los timoneles del gran imperio de su tiempo es una historia completamente desconocida en nuestro país. Su aventura, no en vano, es la de la ambición desmedida y la de una estrategia clara:
 «Hagan otros la guerra; tú feliz Austria, cásate; porque los reinos de Marte da a los otros, a ti te los concede Venus» (la traducción de unos versos latinos del siglo XVI sobre la estrategia matrimonial de los Habsburgo).

 Lo que sirvió de carta blanca para una práctica, la endogamia, empleada por todas las casas europeas, pero llevada al extremo en el siglo XVI por parte de los Habsburgo, llamados Austrias en España.




El «Castillo del Azor»

siglo xvi

En la actualidad, los Habsburgo siguen emparentados con la mayor parte de las casas reales europeas, pero no ejercen en ningún país como dinastía reinante. La génesis de su poder, que les situó como la dinastía titular de una veintena de reinos, se remonta al antiguo ducado de Suabia, una región germanófona de lo que hoy es Suiza. Así lo recordaba Francisco José, el último Emperador del Imperio Austrohúngaro, quien conservaba en el recinto imperial del Palacio de Schönbrunn (Viena) un cuadro bucólico de las ruinas del castillo Habichtsburg, pintado por el artista Joseph Rosa.





El castillo en la actualidad.


En el siglo X, un noble llamado Radbot, perteneciente a una familia de la nobleza germánica desde tiempos de los Carolingios en el siglo VIII, obtuvo un feudo en el cantón suizo de Argovia, y construyó este pequeño castillo conocido como el «Castillo del Azor» (Halcón), que en alemán era llamado Habichtsbur, probablemente porque que albergaba un importante foco de cetrería. El nombre de los Habsburgo, los halcones, deriva de este enclave.
Los Condes de Habsburgo dependían originalmente del Duque de Suabia, que a su vez rendía tributo al Sacro Imperio Romano Germánico. El carácter electo de los emperadores, una dignidad que hasta la llegada de los Habsburgo no se estableció como hereditaria, hizo que se sucedieran durante toda la Edad Media distintas dinastías en la lucha por el trono imperial: la de Sajonia, la de Suabia y posteriormente los Hohenstaufen. En paralelo a estos enfrentamientos, los Habsburgo prefirieron ocupar un segundo plano en pos de engrandecer su patrimonio a través de una inteligente política de alianzas matrimoniales, sin necesidad de inmiscuirse en las luchas imperiales. Así, a finales del siglo XII, los Condes de Habsburgo gobernaban toda la parte de Suiza de lengua alemana y a mediados del siglo XIII poseían también algunas regiones de Austria.
Hacia 1273, los nobles germanos entregaron la corona imperial a un Habsburgo. Tras el conflicto desencadenado con la muerte de Federico II Hohenstaufen, la nobleza resolvió la disputa eligiendo a un Emperador que consideraba débil y sin mucho poder, de modo que pudiera ser manipulado a su antojo. El Conde de Habsburgo, Rodolfo I, también emparentado con los Hohenstaufen, solo pudo ser nombrado «Rey de los Romanos», dado que nunca llegó a ser coronado por el Papa, pero pronto demostró que no era un hombre fácil de manejar.
De hecho, Rodolfo I inició una amplia renovación de las estructuras imperiales y para ello usó como base su patrimonio condal que vivió un importante crecimiento en aquellos años. Cuando el Rey Otokar de Bohemia (hoy República Checa) se opuso a su elección, que también formaba parte del Imperio con su población combinada de germanos y eslavos, Rodolfo le despojó de algunos de sus dominios (Austria y parte de Hungría) para añadirlos a su patrimonio familiar. Si bien no logró que el título imperial fuera hereditario, el Conde de Habsburgo dejó a su familia bien posicionada, sobre todo gracias al título de Archiduque de Austria, para optar a la corona en el futuro.
No fue hasta el siglo XV cuando los Habsburgo regresaron al trono imperial, primero por un breve periodo de tiempo a través de la figura de Alberto II (1437-39). Su sucesor, Federico III de Habsburgo, logró incluso coronarse Emperador en Roma e inagurar casi interminable de éxitos familiares: la corona romano-germánica quedó, con excepción del breve reinado de Carlos VII (1742-45), en potestad de esta familia o de su rama Habsburgo-Lorena, hasta la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806.
Cuestión aparte es que el título imperial le diera poder efectivo a la familia. Maximiliano I de Habsburgo, hijo de Federico III, comprobó durante su reinado que ser cabeza del Sacro Imperio Romano Germánico era únicamente algo nominal. La necesidad de negociar tropas y fondos con cada príncipe alemán ataba de pies y manos a Maximiliano, al que Nicolás Maquiavelo definió como «un príncipe ligero, inconstante, sin dinero y casi sin consideración». Sus verdaderos recursos emanaban directamente del patrimonio familiar de los Habsburgo, así como del ventajoso matrimonio que negoció para él su padre con la heredera más rica de su tiempo, María de Borgoña, hija de Carlos «El Temerario».
La alianza de estas dos familias aportó a los Habsburgo Borgoña y los Países Bajos, aunque María luchó toda su vida porque Maximiliano no interfiriera en los asuntos de su casa. De este turbulento matrimonio, nacieron Felipe «el Hermoso» y Margarita de Austria, así como una férrea rivalidad con Francia, que nunca renunció a su influencia sobre estos territorios francófilos vecinos.
Y es en este punto donde Maximiliano I desarrolló la política matrimonial que iba a condenar a la dinastía a la endogamia. Con el objeto de aislar a Francia, los Reyes Católicos de España –pertenecientes a la dinastía Trastámara y primos entre sí– casaron a dos de sus hijos, Juan y Juana, con dos vástagos de Maximiliano. No en vano, la prematura muerte del infante Juan de Trastámara, el único hijo varón de los Reyes Católicos, terminó precipitando el desplazamiento de la casa reinante en España por los Habsburgo.
La muerte de Isabel «la Católica» en 1504 y la antipatía de una parte de la nobleza castellana hacia Fernando «el Católico» alzó en el trono del reino español al hijo de Maximiliano I de Habsburgo, Felipe «el Hermoso», casado con Juana «La Loca», que en el momento de la alianza era la tercera en la línea de sucesión al trono, pero que se benefició de la muerte de sus hermanos mayores. El hijo mayor del matrimonio, Carlos, heredó las coronas de Castilla y de Aragón a consecuencia de la prematura muerte de su padre, el fallecimiento sin herederos varones de Fernando «El Católico» y la incapacidad para reinar de su madre, cuyo mote de «loca» no era un simple adorno.
En 1519, este mismo joven obtuvo por elección la Corona imperial con el nombre de Carlos V tras la muerte de Maximiliano. Carlos V reinó en un imperio donde literalmente no se ponía el sol. Hasta el punto de que a su muerte tuvo que dividir sus posesiones entre Felipe II, que se quedó con la herencia hispánica, los Países Bajos, Milán, Nápoles, Sicilia, Cerdeña y el Franco condado, mientras su hermano Fernando, Archiduque de Austria, heredó la Corona imperial. Felipe II añadiría a este imperio la corona de Portugal en 1580; y, a su vez, su tío Fernando añadió al patrimonio Habsburgo los reinos de Bohemia y Hungría por medio de su esposa Ana. En conjunto, eran una familia imparable.
La muerte sin dejar heredero de Carlos II y su decisión de entregar la corona al futuro Felipe V, el primer Borbón, marcaron el final de la dinastía de los Habsburgo como Reyes de España.
Felipe II, Felipe III y Felipe IV siguieron con normalidad la rama española y procuraron mantener los vínculos con la rama vienesa a través de matrimonios entre primos e incluso entre tíos y sobrinos, en una estrategia que también involucró a los Avis de Portugal. Con una cifra de 0,254 en su coeficiente de consanguinidad, Carlos II «El Hechizado» fue el grotesco resultado de varias generaciones de escarceos con la endogamia. El Rey no pudo dar un heredero al reino y se mostró incapaz de gobernar.
«Su cuerpo es tan débil como su mente. De vez en cuando da señales de inteligencia, de memoria y de cierta vivacidad, pero no ahora; por lo común tiene un aspecto lento e indiferente, torpe e indolente, pareciendo estupefacto. Se puede hacer con él lo que se desee, pues carece de voluntad propia», con estas palabras describía el embajador del Papa en Madrid a Carlos II «el Hechizado» a los 20 años, una muestra de lo fácil que podía resultar para sus más cercanos manipular al Monarca. Su muerte sin dejar heredero y su decisión de entregar la corona al futuro Felipe V, el primer Borbón, marcaron el final de la dinastía de los Habsburgo como Reyes de España..
No obstante, las distintas ramas Habsburgo estaban para entonces encerradas en sus propios problemas. La línea española se volcó en su política imperial a ambos lados del charco; la línea austriaca, en contraposición, se enredó en su lucha contra los turcos, las Reformas y las guerras internas. Las desavenencias en Viena, que el escritor Franz Grillparzer hizo famosa en su obra «Libussa y Bruderzwist in Habsburg» (Discordia entre hermanos en Habsburgo), desembocaron en 1564 en hasta tres divisiones: la austriaca, que detentó hasta su extinción en 1619 la Corona imperial; la estirita y la tirolesa. Sobre la rama estirita recayó el cetro imperial y toda la herencia familiar cuando las otras se extinguieron.

Tras la Guerra de los 30 años, Leopoldo I y Carlos VI volvieron a encauzar la Casa de los Austrias en una línea imperial y, una vez derrotados los turcos en 1683, Viena vivió todo el esplendor barroco. En 1740, los Habsburgo volvieron a estar involucrados en una guerra de sucesión, la que se desencadenó en Austria a la muerte del Emperador Carlos VI, el mismo que fue pretendiente de la Corona española en oposición a Felipe V. Sin dejar un heredero varón vivo, la muerte del Emperador precipitó un conflicto internacional que colocó en el trono a la heredera del último Habsburgo austríaco, María Teresa, y a Francisco Esteban, Duque de Lorena, ambos bisnietos del Emperador Habsburgo Fernando III. Los descendientes de éste continuaron la tradición de los Habsburgo de Viena bajo el nombre dinástico Habsburgo-Lorena.



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