El escándalo de Larry Flynt
The People vs. Larry Flynt (en España, El escándalo de Larry Flynt; en México, Larry Flint: el nombre del escándalo) es una película dramática estadounidense dirigida por Miloš Forman y estrenada en 1996. Cuenta la historia de la revista pornográfica Hustler, creada por el editor Larry Flynt. Contó con la actuación de Woody Harrelson, Courtney Love y Edward Norton.Sinopsis
En la década de los 70, los estadounidenses están en plena revolución sexual. Larry Flynt (Woody Harrelson) es un empresario que decide abrir varios establecimientos de striptease. Tras promocionarlos con boletines de las artistas, sus ingresos económicos aumentan y decide dar un paso más fundando la revista Hustler.El éxito de la publicación convierte a Flynt en un excéntrico millonario. Tras varios pleitos judiciales en relación con las leyes de obscenidad y libertad de expresión, Larry Flynt y su abogado Alan Isaacman (Edward Norton) son atacados por un francotirador al salir de un juicio. El propietario de Hustler queda en silla de ruedas, paralizado de la cintura para abajo, y con fuertes dolores, lo que le lleva a convertirse en un consumidor habitual de narcóticos recetados por su médico para mitigar el dolor, de los que su esposa Althea Flynt (Courtney Love) acaba convirtiéndose en adicta.Larry queda postrado de por vida en una silla de ruedas, desde donde continúa con la dirección de su imperio, luchando por los derechos civiles en Estados Unidos y por la libertad de expresión.
Grandes escenas - Tiempo de matar (1996)
Sinopsis
En una tranquila localidad sureña de Misisipi, dos jóvenes blancos borrachos violan salvajemente a Tonya, una niña negra de 10 años. La mayoría blanca de la ciudad se muestra horrorizada ante tan atroz crimen, hasta que Carl Lee (Samuel L. Jackson), el padre de Tonya, armado con un rifle de asalto, decide tomarse la justicia por su cuenta y mata a los violadores de su hija pequeña ante la mirada atónita de numerosas personas, en el juicio de los jóvenes.Durante diez días, mientras la tensión va creciendo y reaparecen en las calles de Clanton las cruces ardiendo del Ku Klux Klan, Jake Brigance (Matthew McConaughey), un joven abogado blanco, y su ayudante Ellen Roark (Sandra Bullock), harán todo lo posible para salvar la vida de Carl Lee, mientras tratan de no perder su propia vida y la de los que están a su alrededor.
Argumento
La película trata de una joven y solitaria mujer llamada Sarah Tobias, quien trabaja como camarera en una cafetería típica de los Estados Unidos. Es una mujer que cada vez que fracasa en su intento por estabilizar su vida con un hombre, vuelve a sus cervezas y a su vida vagabunda. Lamentablemente ella vive con un hombre drogadicto que la golpea cuando quiere, ejerce varios tipos de violencia con ella y no la ayuda en los gastos del hogar.
En una de esas tantas peleas con su novio, ella se va a beber cervezas y a olvidar sus problemas al bar de una amiga camarera para esperarla cuando acabe su turno y poder conversar con ella. Estando en el bar, y habiendo bebido un par de cervezas empieza a coquetear con unos chicos que están jugando al billar. Otro hombre del lugar la invita a una cerveza y se sienta junto a ella. Siguen bebiendo y la amiga continúa trabajando, mientras que Sarah se va a bailar con este hombre al fondo del bar. Estando muy bebida comienza a bailar provocativamente y muchos hombres comienzan a llegar a verla bailar de esa forma. En unos minutos, habiendo mucha gente a su alrededor, ella decide irse, pero en ese instante no le permiten que se vaya, la asaltan y la violan repetidamente (tres hombres la violan sobre un juego electrónico a la vista de todo el mundo, golpeándola y tapándole la boca, impidiéndole escapar y pedir ayuda).Desesperada y ultrajada, acude a pedir justicia, pero nadie cree en su relato y piensan que ha sido ella quien ha provocado la violación debido a que es una mujer que tiene antecedentes por mala conducta, consumo de drogas y no tiene apoyo por parte de su familia. Tras acreditar la violación en el hospital y sentirse totalmente vulnerada por la agresión, aparece la fiscal Murphy, que intentará ayudarla y encerrar a los agresores. Sarah pasa fácilmente de ser una víctima a una acusada, provocadora y causante directa de la violencia, una violencia que sólo es el principio de su odisea, una odisea que la llevará a enfrentarse a todo un sistema judicial con la única ayuda de su abogada para conseguir que la justicia condene a los criminales, pero fracasan por la atmósfera presente.Posteriormente, después de protagonizar un incidente con uno de los hombres que incitaron la violación ese día y que se burlaba de ella al respecto, deciden llevar a juicio a las personas que animaron e incitaron la violación, ya que, según las leyes de ese estado, cualquier persona que anime, incite o no haga nada para evitar un crimen es tan culpable como los agresores, desarrollándose un juicio polémico para la justicia norteamericana, en la que consigue a muy duras penas justicia, porque consiguen encontrar a un testigo clave. Su condena llevará a que los violadores directos también sean castigados por su crimen, pero, como acentúa la película, el problema de las violaciones en los Estados Unidos sigue a pesar de este caso.
El día que un publicitario -Hoffman- consigue la mejor cuenta de la agencia, su mujer -Streep- le comunica que le abandona, a él y a su hijo de 7 años. Comienza así una dura etapa en la que tendrá que ejercer de padre soltero de un niño que echa de menos a su madre y, al mismo tiempo, dedicar toda su energía en el trabajo. Cuando tras un tiempo parece que la relación con su hijo parece ir mejorando, la madre aparece para pedir la custodia del pequeño... Vaya por delante que "Kramer vs. Kramer" resultó un más que correcto drama de gran éxito con excelentes interpretaciones, por no definirla como un telefilm de lujo enormemente emotivo que retrataba con acierto un problema muy común en la sociedad moderna. Ahora bien, dicho esto... ¿De verdad alguien cree que merecía el Oscar a la mejor película por delante de "Apocalypse Now"?¿De verdad alguien -en su sano juicio- puede creer que Benton hizo un mejor trabajo que Coppola?Pablo Kurt: FilmAffinity
"Uno de los dramas más exitosos del cine mundial (...) Lleno de emotivos momentos"Fernando Morales: Diario El País
"Una película perspicaz, emotiva e inteligente sobre uno de los problemas de la América contemporánea, la disolución de la unidad familiar."Dale Pollock: Variety
"Lo que esta producción de Stanley R. Jaffe tiene es sabiduría, perspicacia, compasión y una extraordinaria sensibilidad para los problemas y el dolor del presente."Arthur Knight: The Hollywood Reporter
"'Kramer vs. Kramer' no habría sido ni la mitad de buena que es -ni la mitad de intrigante y absorbente- si la película hubiera escogido un bando (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 4)"Roger Ebert: rogerebert.com
"Estupideces misóginas sobre un marido divorciado (...) Benton consigue sacar varias actuaciones eficaces"Jonathan Rosenbaum: Chicago Reader
"Un homenaje a los vínculos entre padre e hijo que funciona con astucia donde dramones como 'The Champ' fracasaron por su sensiblería."Gary Arnold: The Washington Post
The Boondock Saints es una película estadounidense de 1999 dirigida y escrita por Troy Duffy. El filme fue protagonizado por Sean Patrick Flanery y Norman Reedus como dos hermanos irlandeses católicos que se convierten en justicieros después de asesinar a dos miembros de la mafia rusa en defensa propia. Ambos experimentan una epifanía y junto a su amigo David Della Roco tratan de librar de los criminales la ciudad de Boston mientras son perseguidos por un agente del FBI.
Duffy declaró que el guion fue inspirado por una experiencia personal mientras vivía en Los Ángeles. El filme fue lanzado sólo en cinco salas de cine durante una semana5 y fue recibido negativamente por la crítica. Sin embargo, el filme recaudó US$50 millones gracias a las ventas de VHS y DVD3 y se volvió una película de culto.67
Argumento
El filme comienza con dos hermanos gemelos irlandeses, Connor (Sean Patrick Flanery) y Murphy (Norman Reedus) MacManus, asistiendo a misa en una templo católico, en donde un sacerdote habla del caso de Kitty Genovese. Posteriormente, mientras celebran el Día de San Patricio con varios amigos, los hermanos inician una pelea con tres mafiosos rusos que quieren cerrar el bar donde están celebrando y tomar la propiedad. Los hermanos tratan de negociar con los mafiosos, pero estos responden con violencia. A la mañana siguiente, los cuerpos de dos de los tres mafiosos son encontrados en un callejón.
El agente especial del FBI Paul Smecker (Willem Dafoe) es asignado al caso y determina que la muerte de los rusos no fue provocada por un profesional, sino que probablemente fue un caso de defensa propia. Los hermanos deciden entregarse para limpiar sus nombres y cuando llegan a la estación de policía, son recibidos por la prensa y los mismos policías como héroes. Durante una entrevista con Smecker, revelan que su madre insistía en que aprendieran varios lenguajes (incluyendo ruso, italiano, español, francés y alemán), lo que explica cómo se comunicaron con los mafiosos. Para evitar la prensa, los hermanos pasan la noche en una celda, en donde sienten un «llamado» de Dios diciéndoles que se deshagan de los villanos para que los inocentes puedan florecer.
Connor y Murphy deciden matar a todos los grandes criminales de Boston con la ayuda de su amigo y exmafioso, Rocco (David Della Rocco). Connor se entera a través de un mensáfono que le quitó a los mafiosos que mataron de que habrá una reunión de los líderes de la mafia rusa en un hotel. Los hermanos llegan al lugar de la reunión y asesinan a todos los mafiosos, dejando al jefe, Yuri Petrova (Victor Pedtrchenko), para el final. Antes de matar a Petrova, los hermanos rezan una oración familiar y después colocan monedas en los ojos de todos los mafiosos. Durante la investigación, Smecker cree que los asesinatos fueron resultado de una guerra entre mafiosos y de la mala televisión, ya que los asesinos entraron a través de los ductos de aire, algo que sólo se ve en programas de televisión y en el cine.
Después de asesinar a un miembro de la familia Yakavetta, Vincenzo Lipazzi (Ron Jeremy), en un strip club (lo que hace que Smecker descarte la teoría de una guerra de mafiosos), los tres justicieros continúan asesinado mafiosos en misiones cada vez más violentas. Como consecuencia, Giuseppe «Papa Joe» Iacavetta (Carlo Rota) contrata al temido sicario Il Duce (Billy Connolly) (un asesino al que la mafia recurría cuando necesitaba matar a uno de los suyos) para deshacerse de los justicieros. Después de asesinar a un criminal con quien Rocco tenía una rivalidad, los tres amigos son emboscados por Il Duce. Aunque logran escapar, los justicieros reciben varias heridas, siendo la más seria la pérdida de un dedo de Rocco. En lugar de ir a un hospital en donde pueden ser identificados, los tres cauterizan sus heridas con un hierro incandescente.
Horas después, mientras la policía investiga el área, Smecker encuentra el dedo de Rocco y decide realizar una investigación por cuenta propia. La evidencia guía al agente a Rocco y sus aliados. Sin embargo, batallando con su conciencia, decide ayudarlos en su lucha contra el crimen. Con la ayuda de Smecker, quien se disfraza de mujer, los justicieros se infiltran en los cuarteles de la familia Iacavetta. Sin embargo, Il Duce atrapa a Smecker, otros mafiosos capturan a los gemelos y «Papa Joe» asesina a Rocco. Los hermanos logran escapar, encuentran el cuerpo de Rocco y empiezan a recitar la oración familiar. Il Duce entra al cuarto sin que Connor ni Murphy se den cuenta y en vez de asesinarlos, termina la oración. Il Duce revela que es el padre de los gemelos, Noah, y decide unirse a su causa.
Tres meses después, se celebra el juicio a «Papa Joe» y la prensa predice que saldrá libre. Los hermanos, junto a su padre y ayudados por el agente Smecker, se infiltran en el juzgado y llegan a la sala donde se celebra el juicio del mafioso. Ante las cámaras, revelan sus identidades y prometen erradicar el mal donde sea que esté. Los tres justicieros recitan la oración familiar y asesinan a «Papa Joe». Los medios los llaman «Los Santos» y la película termina con varias entrevistas a gente en la calle opinando sobre las actividades de los justicieros.
COLUMNA – Minima juridicæ: stare decisis por Ed. Microjuris.com Puerto Rico 4 junio 2022 Columna del profesor Andrés L. Córdova Phelps. Por el profesor Andrés L. Córdova Phelps Como concepto el precedente judicial está anclado en el pasado. La nota característica del common law inglés – en oposición a los tribunales sitting in equity – es la articulación normativa mediante las opiniones judiciales. Dentro de este universo discursivo, la norma judicial es fuente de derecho en tanto que se aplica prospectivamente a situaciones análogas. Este entendimiento del common law, a su vez, es acaso el mayor legado del Institutes of the Laws of England de Edward Coke (1628-1644). En un sistema judicial jerárquico, los tribunales inferiores vienen obligados a aplicar la casuística aplicable como cuestión de derecho. El tribunal de mayor jerarquía tiene facultad de no aplicarla, o de enmendarla o modificarla según las exigencias de caso ante si. Las prácticas interpretativas judiciales de distinguir y diferenciar la casuística van dirigidas precisamente a atemperar el rigor del precedente. El chain-gang interpretativo de Ronald Dworkin es, a modo de ejemplo, una descripción metafórica de la continuidad de los tribunales en el common law a lo largo del tiempo, dándole estabilidad y certeza a sus determinaciones. Al final del día, la intuición del common law es generar la norma judicial partir de las exigencias del caso ante su consideración. El peligro con esta intuición, por supuesto, es que le concede un poder discrecional desmedido a la rama judicial. En la tradición angloamericana esta concepción clásica del common law tiene hoy día poca vitalidad práctica. El ordenamiento jurídico, y la jurisprudencia derivada del common law, se ha ido incorporado estatutariamente. Al día de hoy son contadas las ocasiones en que un tribunal está llamado a articular una norma jurídica desde el estrado. En la tradición civil-continental, en cambio, la función judicial esta demarcada por la ley, y sus facultades están limitadas – dejamos para otro día los tribunales de casación – a la interpretación y aplicación estatutaria. A modo ilustrativo, dispone el artículo 2 del Código, en lo relevante, “[l]a jurisprudencia complementa el ordenamiento jurídico con la doctrina que establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar la Constitución, la ley, la costumbre y los principios generales del Derecho.” Cómo se complementa, por supuesto, es el nervio del problema. Traduttore, traditore, nos recuerda el dicho italiano. En el campo del Derecho Constitucional estamos ante una realidad donde lo político y lo jurídico se entrecruzan. En estricto derecho, el poder del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de revisar la constitucionalidad de las leyes, facultad que se arrogó por fiat judicial, proviene del conocido caso Marbury v Madison (1801). La doctrina del precedente – o stare decisis – responde a la percibida necesidad política de darle certidumbre y continuidad a los pronunciamientos judiciales. Desde esta perspectiva, la doctrina de stare decisis es una de prudencia judicial, no de sumisión irreflexiva a pronunciamientos anteriores. Todo ejercicio de prudencia claro está, queda expuesto a la crítica y la diferencia de opinión. Precisamente, la razón por la cual los tribunales deben distanciarse de sus opiniones anteriores con mesura es porque al hacerlo invitan la acusación de la politización institucional. El ejemplo de Brown v. Board of Eduaction (1953) es acaso el ejemplo paradigmático de este fenómeno. En algunos supuestos el no distanciarse de los precedentes también invita la misma acusación. En el reciente U.S. v Vaello Madero (2022) el Tribunal Supremo se alineó con los precedentes de los casos insulares en un ejercicio de modestia jurídica que pone en evidencia sus juicios políticos. La falta de coherencia filosófico-jurídica (dejemos a un lado las contradicciones de sus teorías interpretativas originalistas) sobre como ejercer esa prudencia, que no sea entendido como mero oportunismo ideológico, es el mayor peligro a la legitimidad política del Tribunal Supremo. En el borrador de la opinión del juez asociado Samuel Alito en el caso Dobbs v. Jackson Women’s Heatlth Organization (2022), éste declara: “Stare decisis, the doctrine on which Casey’s controlling opinion was based, does not compel unending adherence to Roe’s abuse of judicial authority. Roe was egregiously wrong from the start. Its reasoning exceptionally weak, and the decision has had damaging consequences. And far from bringing about a national settlement of the abortion issue, Roe and Casey have enflamed debate and deepened division.” Este borrador de opinión, filtrado en contravención de una larga práctica de confidencialidad, coloca al Tribunal Supremo en estos tiempos de extrema polarización política en una posición insostenible |
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