—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

jueves, 5 de julio de 2012

129.-Antepasados del rey de España: Enrique de Borbón, Rey IV de Francia y III de Navarra.-a


Esteban Aguilar Orellana ; Giovani Barbatos Epple.; Ismael Barrenechea Samaniego ; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; -Rafael Díaz del Río Martí ; Alfredo Francisco Eloy Barra ; Rodrigo Farias Picon; -Franco González Fortunatti ; Patricio Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda; Jaime Jamet Rojas ; Gustavo Morales Guajardo ; Francisco Moreno Gallardo ; Boris Ormeño Rojas ; José Oyarzún Villa ; Rodrigo Palacios Marambio; Demetrio Protopsaltis Palma ; Cristian Quezada Moreno ; Edison Reyes Aramburu ; Rodrigo Rivera Hernández; Jorge Rojas Bustos ; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba ; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala; Marcelo Yañez Garin;  Maria Francisca Palacio Hermosilla; 

Aldo  Ahumada Chu Han 

Enrique de Borbón  (Pau, 13 de diciembre de 1553-París, 14 de mayo de 1610) fue rey de Navarra con el nombre de Enrique III entre 1572 y 1610, y rey de Francia como Enrique IV entre 1589 y 1610, primero de la casa de Borbón en este país, conocido como Enrique el Grande (Henri le Grand) o el Buen Rey (Le bon roi Henri) y copríncipe de Andorra (1572-1610).
A menudo es considerado por los franceses como el mejor monarca que ha gobernado su país, siempre intentando mejorar las condiciones de vida de sus súbditos. Se le atribuye la frase: «Un pollo en las ollas de todos los campesinos, todos los domingos», que simplifica perfectamente su política de hacer feliz a su pueblo, no sólo con poder y conquistas, sino también con paz y prosperidad. Es el referente de los monárquicos franceses, los cuales realizan todos los años un homenaje frente a su estatua del Pont Neuf (Puente Nuevo) de París el día de su entrada a la ciudad.
Le fue dedicada la marcha «Vive Henri IV» («Viva Enrique IV»), que llegó a ser el himno de facto del reino y el de iure durante la Restauración, y es conocida aún hoy día por los franceses.

Biografia

 Hijo de Antonio de Borbón y de la reina de Navarra, Juana de Albret, fue educado en la religión calvinista. Combatió en el bando hugonote (protestante) durante la tercera guerra de religión francesa, al final de la cual se decidió su matrimonio con la hermana de Carlos IX como signo de reconciliación entre católicos y protestantes (paz de Saint-Germain, 1570).
Una semana después del casamiento (1572), los extremistas católicos rompieron todo entendimiento organizando la matanza de hugonotes conocida como la «Noche de San Bartolomé». Para salvar la vida, Enrique tuvo que convertirse oficialmente al catolicismo; pero en 1576 consiguió escapar de la corte y, declarando de nuevo su profesión de fe calvinista, se puso al frente del ejército protestante.
Desde 1584 la muerte del hermano del rey convirtió a Enrique en heredero del Trono francés, perspectiva inaceptable para el partido católico (la «Liga»). La muerte de Enrique III en 1589 hizo recaer la Corona sobre la cabeza de Enrique de Navarra; pero sólo fue aceptado por los hugonotes, mientras continuaba la guerra civil, con victorias significativas para los protestantes en las batallas de Coutras (1587), Arques (1589) e Ivry (1590).
La intervención en los asuntos franceses de Felipe II de España (Alejandro Farnesio había impedido a los hugonotes tomar París) dividió a los partidarios de la Liga católica, facilitando finalmente a Enrique el acceso de hecho al Trono, con tal de abjurar del protestantismo; en un acto de realismo político, dio ese paso en 1593 (momento en que se le atribuye la célebre frase «París bien vale una misa», seguramente apócrifa). Fue coronado e hizo su entrada en París en 1594, aunque tuvo que sostener combates hasta 1598 para acabar con los últimos reductos de la Liga y para rechazar los ataques españoles.
La tolerancia religiosa decretada por el Edicto de Nantes (1598) fue acompañada del reconocimiento del catolicismo como religión del Estado y de una política de reconciliación basada en la renuncia a toda revancha o depuración; con ello pacificó el país y consolidó el Trono.
En los años siguientes Enrique IV y sus valiosos ministros (Sully, Laffemas, etc.), dedicaron sus mejores esfuerzos a la reconstrucción económica de Francia, arruinada por casi medio siglo de luchas religiosas. Se procedió a una reorganización general de la Hacienda, se fomentó la agricultura, el comercio y las manufacturas y se emprendió la colonización del Canadá. Con ello la institución monárquica recobró el prestigio perdido bajo los últimos Valois. Su reinado se caracterizó por el fortalecimiento de la autoridad absoluta de la Corona (en la línea preconizada por los escritos de Bodino): dejó de convocar los Estados Generales, redujo la influencia de los parlamentos e introdujo la venalidad de los cargos.
Al parecer, Enrique IV había concebido el proyecto de afirmar la posición internacional de Francia mediante la ruptura del bloque formado por los Habsburgo de Viena y de Madrid. Pero el puñal de un fanático católico, François Ravaillac, segó su vida en las calles de París cuando apenas había iniciado las gestiones tendentes a hacer realidad tal propósito. Dejaba como sucesor a un niño de corta edad, Luis XIII, bajo la tutela de su madre María de Médicis, con la que Enrique IV había contraído matrimonio en 1600, tras separarse de Margarita de Valois.



Rey de Navarra.

Entiéndase Navarra o Reino de Navarra, en este contexto, como el territorio transpirenaico (Ultrapuertos) del Reino de Navarra desintegrado en 1530.
La Baja Navarra (en francés: Basse-Navarre: en euskera: Nafarroa Beherea, Baxe Nafarroa o Baxenabarre) es una región histórica situada en la vertiente septentrional de los Pirineos Occidentales. Tal denominación procede por contraposición a la Alta Navarra. Ambas, conformando lo que fue el reino de Navarra pasaron a depender desde el siglo xvi de la corona francesa y española respectivamente. Actualmente es un territorio integrado dentro del departamento de los Pirineos Atlánticos, junto con los antiguos vizcondados de Labort, Sola y Bearne.

Coordenadas43°10′00″N 1°14′00″O
CapitalSan Juan Pie de Puerto
EntidadRegión
 • PaísBandera de Francia Francia
Superficie 
 • Total1.325 km²
Población (1999) 
 • Total28,000 hab.
 • Densidad22 hab/km²




En 1512 Fernando el Católico con la excusa de apoyar al bando navarro beamontés en la Guerra Civil de Navarra, invadió dicho reino y tomó el título de rey, uniéndolo al de Aragón.​ En 1513 las Cortes de Navarra a la que solo acudieron beamonteses nombraron rey a Fernando el Católico. Posteriormente las Cortes de Castilla en Burgos en 1515 decidieron la incorporación al Reino de Castilla, sin acudir ningún navarro a dicha asamblea. De esta forma, el título real navarro pasó a estar ligado a la Corona castellana. Al unirse las dos coronas en Carlos I, el título permaneció vinculado a los títulos reales españoles.
Los monarcas navarros Juan III de Albret y Catalina de Foix y posteriormente Enrique II nunca renunciaron a su derecho sobre el reino de Navarra y de hecho intentaron reconquistarlo varias veces, aunque no les fue posible. Al igual que los reyes españoles, siguieron ostentando el título real simultáneamente.
En octubre de 1530 el emperador Carlos V, decidió por razones estratégicas, debido a la imposibilidad de controlarlo, renunciar definitivamente a la parte transpirenaica del reino navarro con lo que Enrique II de Albret, rey de Navarra, pudo ejercer la soberanía de este territorio como uno más de sus dominios. La Baja Navarra mantuvo sus instituciones y leyes propias como parte de los dominios de la casa de Albret.
En 1548, Juana de Albret, reina de Navarra, se casó con el Duque de Vendôme Antonio de Borbón, de cuyo matrimonio nació Enrique III de Navarra, heredero de este reino. En 1589 accedió este al trono de Francia como Enrique IV de Francia, portando en su cabeza la corona de ambos reinos e iniciando la dinastía Borbón. Así, los monarcas galos se intitularon "Reyes de Francia y de Navarra"
Por otra parte, con todo, para la corona española, hasta 1583, los naturales de Ultrapuertos gozaban de la misma ciudadanía navarra que los peninsulares pero tras las Cortes de Tudela de ese año se les fue denegando.

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