—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

miércoles, 11 de julio de 2012

131.-Antepasados del rey de España: Margarita de Angulema .


  Esteban Aguilar Orellana ; Giovani Barbatos Epple.; Ismael Barrenechea Samaniego ; Jorge Catalán Núñez; Boris Díaz Carrasco; -Rafael Díaz del Río Martí ; Alfredo Francisco Eloy Barra ; Rodrigo Farías Picón; Franco González Fortunatti ; Patricio Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda; Jaime Jamet Rojas ; Gustavo Morales Guajardo ; Francisco Moreno Gallardo ; Boris Ormeño Rojas ; José Oyarzún Villa ; Rodrigo Palacios Marambio; Demetrio Protopsaltis Palma ; Cristian Quezada Moreno ; Edison Reyes Aramburu ; Rodrigo Rivera Hernández; Jorge Rojas Bustos ; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba ; Rodrigo Villela Díaz; Nicolás Wasiliew Sala; Marcelo Yáñez Garín;  María Francisca Palacio Hermosilla; 

 
 Margarita de Angulema.


  
Aldo  Ahumada Chu Han 

Margarita de Angulema, llamada también Margarita de Francia, Margarita de Navarra o Margarita de Orleans (Angulema, Francia, 11 de abril de 1492 - Odos, Altos Pirineos, 21 de diciembre de 1549), fue una noble francesa, princesa de la primera rama de Orleans de la dinastía de los capetos, duquesa consorte de Alençon (1509-1525), reina consorte de Navarra (1527-1549), escritora y humanista.
 Fue una mujer muy avanzada en su tiempo. Apreciada por su carácter abierto, su cultura y por haber hecho de su corte un brillante centro del humanismo, acogió con agrado los inicios de la Reforma difundiendo el evangelismo y el platonismo. 
Como escritora su obra más conocida es el Heptamerón siguiendo el modelo del “Decamerón” de Bocaccio pero con la inversión de la situación en el papel de hombres y mujeres ya que en la obra de Margarita son las mujeres quienes ridiculizan a los hombres.

Vida.

Nació en el castillo de Angulema el 11 de abril de 1492. Hija de Carlos de Orleans (1459-1496), conde de Angulema y de Luisa de Saboya. Carlos de Orleans era descendiente directo de Carlos V de Francia y pretendiente a la corona francesa tras la muerte sin descendencia de Carlos VIII de Francia. Cuando tenía dos años cambiaron de residencia y se instalaron en Cognac, donde nacería su hermano, el futuro Francisco I de Francia.
Tras morir su padre en 1496, cuando ella tenía cuatro años, ambos hermanos quedaron bajo la tutela del duque Luis de Valois, que llegaría al trono en 1499.
Bajo la supervisión de su madre recibieron formación por parte de Madame de Chatillon y de los mejores tutores de la época, que les enseñaron latín, italiano y español, además de Neoplatonismo, que llegaba desde Florencia con la idea de que el cuerpo es la cárcel del alma, de la que solo se libera a través de la muerte y el amor, y Espiritualismo evangélico.
Cuando tenía diez años su madre intentó casarla con el príncipe de Gales Enrique VIII de Inglaterra, pero el enlace fue rechazado por la parte inglesa.​ Posteriormente estuvo prometida a Gastón de Foix, sobrino de Luis XI de Francia, del cual estaba enamorada, pero este falleció antes de la boda en la batalla de Rávena.​ A los 17 años, en diciembre de 1509 celebró su primer matrimonio con el duque de Alençon, un matrimonio sin amor y desdichado.


En 1515 murió el rey Luis XII sin sucesor directo y su hermano Francisco llegó al trono de Francia. Su relación familiar con el nuevo rey la convirtió en una figura relevante de la corte, que Margarita aprovechó para rodearse de intelectuales, artistas y pensadores llegando a ser considerada como una mecenas del Renacimiento intelectual y literario en Francia.
Enviuda en 1525, año en el que Margarita escribe su primer libro: “El diálogo”.
Como consecuencia de la batalla de Pavía entre franceses y españoles, Francisco I cae prisionero del Emperador Carlos I y V de Alemania. Francisco I es trasladado en primer lugar a Valencia. Posteriormente es trasladado a Madrid.
Margarita de Navarra, en septiembre de 1525, se traslada a Madrid para visitar a su hermano el rey Francisco I y negocia las condiciones para su liberación. El propio emperador Carlos I acompañó a Margarita a visitar a su hermano. Consecuencia de esta visita, se firmó el Tratado de Madrid (19 de diciembre de 1526) por el que Francia cede el ducado de Borgoña a los Habsburgos y a cambio Francisco I obtiene la libertad.

Matrimonio y descendencia.

El 3 de diciembre de 1509 se casa, en primeras nupcias, con el duque de Alençon Carlos IV, con el que no tuvo hijos.​ Tras enviudar en 1525, el 24 de enero de 1527 se casa con Enrique II de Albret, rey de Navarra, de esta unión nacieron:
  • Juana III de Navarra (1528-1572), llamada Juana de Albret, reina de Navarra.
  • Juan de Navarra (1530), murió muy joven.
  • Margarita de Angulema falleció el 21 de diciembre de 1549 en el castillo de Odos.
Siguiendo el ejemplo dado por su madre, Margarita se convirtió en la mujer más influyente en Francia durante su vida cuando su hermano subió al trono como Francisco I en 1515. Su salón, conocido como el "Nuevo Parnaso" ganó fama internacional.
Tras la muerte de la reina Claudia, Margarita se hizo cargo de sus dos sobrinas, Magdalena y Margarita, a quienes siguió cuidando durante su segundo matrimonio.

Reina de Navarra.

Carlos, su primer esposo, enfermó de pleuritis, Margarita quedó viuda el 11 de abril de 1525, justo cuando su hermano estaba preso y enfermo en la corte de España después de la derrota de Pavía. El 24 de enero de 1527 se casa con Enrique II de Albret,​ rey de Navarra. Fernando II de Aragón había invadido el Reino de Navarra en 1512, y Enrique sólo gobernaba la Baja Navarra, el principado independiente de Béarn y varias dependencias en Gascuña. El 16 de noviembre de 1528, Margarita dio a luz a una hija de Enrique, la futura Juana III de Navarra (1528-1572), llamada Juana de Albret, reina de Navarra y quien habría de ser la madre del futuro Enrique IV de Francia.

Un embajador veneciano de la época elogió a Margarita por conocer todos los secretos del arte diplomático, por lo que debía ser tratada con deferencia y circunspección. La aventura más notable de Margarita consistió en liberar a su hermano, el rey Francisco I, que había sido hecho prisionero en España por Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico, tras ser capturado en la batalla de Pavía, Italia, en 1525. Durante un período crítico de las negociaciones, la reina Margarita cabalgó a través de los bosques invernales, doce horas al día por varios días, para cumplir con un plazo de salvoconducto, mientras escribía sus cartas diplomáticas por la noche.
Su único hijo, Juan de Navarra (1530), nació en Blois el 7 de julio de 1530, cuando Margarita tenía treinta y ocho años, una edad considerada mayor para lo corriente en el siglo XVI. El niño murió el día de Navidad de ese mismo año. Los académicos creen que su duelo motivó a Margarita a escribir su obra más controvertida, Miroir de l'âme pécheresse (Espejo del alma pecadora), en 1531.

Papel en la Reforma Protestante

Gracias a su educación modernista, y en particular a raíz del tratamiento de la Iglesia Católica hacia el reinado de su hermano Francisco, Margarita estaba desencantada con la deshonestidad e hipocresía de la jerarquía eclesiástica y las prácticas del catolicismo medieval, y desde los primeros días del reinado de Francisco había hecho todo lo que estaba en su mano para reformar sus corruptas instituciones y procurar que se colocara a clérigos dignos en puestos importantes.
Uno de estos clérigos fue Guillaume Briçonnet, progresista obispo de Lodève y estudiante de Jacques Lefèvre d'Étaples, y se ha sugerido que Margarita fue crucial en que Briçonnet fuera nombrado obispo de Meaux en 1515, así como para que se le incluyera en las negociaciones que dieron vida al Concordato de Bolonia un año después.

Bajo la influencia del obispo Briçonnet, Meaux se convertiría en un lugar de reunión de varios clérigos modernistas, entre ellos Lefèvre, Gerard Roussel (posteriormente capellán de Margarita), Guillaume Farel (que posteriormente se haría protestante), Michel d’Arande y otros, todos los cuales serían posteriormente acusados por sus creencias "heréticas." 
Influenciados por las nuevas ideas teológicas de Erasmo de Róterdam y conscientes de la rebelión contra la autoridad eclesial que estaba ocurriendo en los estados germanos desde que Martín Lutero publicara sus tesis en 1517, estos hombres estaban interesados en redefinir las prácticas espirituales, incluyendo entre otras ideas la impresión y distribución de traducciones francesas de la Biblia.

Briçonnet y Margarita llevaron una extensa correspondencia, y el obispo se convirtió en su mentor y asesor espiritual, aconsejándola en asuntos doctrinales y personales. Briçonnet también la exhortó a extender la agenda reformista a la atención del rey Francisco, así como a proteger e instalar a sacerdotes reformistas, tarea que Margarita aceptó alegremente.
Con la muerte del papa León X en 1521, y el trono papal cayendo en manos de Adriano VI, otrora tutor del rival de Francisco, Carlos V, Francisco pudo haber visto en el movimiento reformista una forma de contrarrestar el poder papal, y se ofreció a brindar apoyo a la campaña reformista del obispo Briçonnet, apoyo que sin embargo se vio ampliamente mermado por el deplorable estado económico del reino.

La agenda reformista patrocinada por Margarita (y evidente en su Heptamerón) pronto empezó a recibir ataques de parte de sectores conservadores de la Iglesia, que empezaron a condenar a Briçonnet, Lefèvre y los demás como herejes, e incluso a interrogarlos, saquear sus casas y quemar sus libros. Margarita, temiendo por sus vidas, apeló a su hermano Francisco para defenderlos. El conflicto entre reformistas y católicos conservadores se hizo más álgido en los años siguientes. La ayuda de Margarita a quienes favorecían la Reforma la llevó a ser sospechosa de profesar tales doctrinas heréticas.
 La Universidad de la Sorbona se sublevó contra Margarita. Novel Beda, un sindicato de la facultad de teología,​ denunció su "Espejo del alma pecadora", y se esforzó por demostrar que, al no hablar en esta obra de los santos o del purgatorio, su autora no creía en estos dos dogmas del catolicismo. Un monje afirmó que Margarita debería ser cosida en un saco y arrojada al Sena. Estudiantes del Colegio de Navarra la satirizaron en una obra llamada Furia del infierno. Sin embargo, su hermano, el rey Francisco, obligó a retirar los cargos y obtuvo una disculpa de la Sorbona.

Durante este tiempo, si bien Francisco apoyó a su hermana contra sus detractores y toleraba sus esfuerzos por reformar la iglesia, había jurado defender la fe católica y mantener el orden. Sin embargo, el 18 de octubre de 1534 aparecieron volantes en varias ciudades francesas que atacaban de manera ofensiva la misa católica, y uno de ellos fue puesto incluso en la puerta de la alcoba real en Amboise.
 Este episodio, conocido como el Asunto de los Pasquines, no fue solo un ataque contra la iglesia sino contra el poder político de Francisco quien para entonces intentaba demostrar su lealtad al recién nombrado papa Paulo III, y Francisco se vio forzado a actuar, lo que llevó al comienzo de una intensa persecución de los protestantes, publicándose los primeros edictos condenatorios. 
Durante la turbulencia religiosa de Francia de estos años, Margarita no pudo proteger como antes a los reformistas, y tuvo que limitarse a dar asilo a muchos de los perseguidos por herejes en sus nuevos estados de Navarra; incluyendo a Berquin, Dolet (los dos fueron quemados posteriormente); Calvino, que ya era un firme protestante, pero no un líder religioso; y Clemente Marot, de quien se rumoraba era amante de la reina.[
Tras la expulsión de Juan Calvino y Guillaume Farel de Ginebra en 1538, Margarita de Navarra escribió a Marie Dentière, una notable reformadora protestante francesa en Ginebra. Las dos parecen haber tenido una historia personal fuera de su correspondencia escrita: Margarita era madrina de la hija de Marie Dentière y la hija de ésta compuso una guía en francés a la lengua hebrea para enviársela a la hija de Margarita.
​ En su carta, Margarita preguntaba cuál era la causa de la expulsión de Calvino y Farel. Dentière respondió en 1539 con la Epistre tres utile, comúnmente conocida hoy como la Epístola a Margarita de Navarra.[17]​ Esta epístola criticaba al clero protestante que había expulsado a Calvino y Farel, pedía el apoyo y la ayuda de Margarita para aumentar el conocimiento bíblico y su acceso entre las mujeres, y le aconsejaba que actuara para expulsar al clero católico de Francia.
Durante sus años en Francia, Ana Bolena había sido dama de compañía de la reina Claudia. Se conjetura que en tanto las cortes de Claudia y Margarita coincidieron es posible que Ana Bolena hubiera estado al servicio de Margarita más que de Claudia, y que pudo haberse convertido en seguidora de Margarita, absorbiendo sus opiniones sobre el cristianismo. Existe una carta de Ana Bolena después de convertirse en reina en la que hace grandes expresiones de afecto a Margarita.
 Se conjetura que Margarita entregó a Ana el manuscrito original de su Miroir de l'âme pécheresse (Espejo del alma pecadora, 1531) en algún momento.
 Se sabe con certeza que en 1544, nueve años después de la ejecución de Ana Bolena, la hija de ésta, que se convertiría en Isabel I (1533-1603), tradujo el poema a la prosa inglesa como The Miroir or Glasse of the Synneful Soul cuando tenía once años, y que lo presentó, escrito de su puño y letra, a su entonces madrastra, la reina inglesa Catalina Parr.[ Esta conexión literaria entre Margarita, Ana Bolena, Catalina Parr e Isabel sugiere un vínculo mentor directo o un legado de convicciones religiosas reformistas.
Margarita estaba convencida de que el asunto de los pasquines había sido instigado no por los reformistas sino por sus detractores para hacer actuar al rey. Con todo, por solicitud de su hermano, Margarita dejó de expresar en público su apoyo a los reformistas (si bien su apoyo aparece de manera tácita en sus escritos), y es posible que la relación entre los dos se haya deteriorado debido a esto.
​ Ante las numerosas críticas que la acusaban a ella y a su hermano de apoyar a los herejes, Margarita se esforzó en una carta a su hermano en 1542 en aclarar que no solo no estaba del lado de los herejes sino que apoyaba las medidas del rey para suprimir la reforma, en particular abjurando de quienes predicaban que los elementos de la Misa eran solo símbolos, y si bien había ayudado a algunos de estos como Calvino, Margarita afirmó que tenía la convicción de que la reforma eclesial debía ocurrir desde adentro, y que su desavenencia era con la corrupción y la estrechez de mente de los clérigos y no con la doctrina eclesial.
 La mayoría de los autores que han hablado de esta princesa en los dos siglos anteriores dicen que hacia el final de su vida frecuentó los sacramentos y usó grandes cantidades de dinero para construir templos en honor a la verdadera religión, lo cual destruiría las sospechas planteadas sobre sus creencias. También fundó algunos hospitales, uno de ellos en París.

Muerte.

Su hermano Francisco murió el 31 de marzo de 1547, y a raíz de ello perdió cualquier rol de influencia en el reino de su sobrino Enrique. Margarita se retiró finalmente a un domicilio modesto en Odos, cerca de Tarbes, donde se dedicó a plantar árboles, a la oración y a escribir. De salud frágil, finalmente se resfrío y enfermó, para morir el 21 de diciembre de 1549, a los 57 años de edad.
Dados sus vínculos con los movimientos protestantes, hubo gran especulación respecto a la fe en la que murió, pero se sabe con casi absoluta certeza que murió siendo católica.
 Recibió la extremaunción de manos del monje franciscano Gilles Caillau, y una misa se celebró en su honor en la catedral de Léscar, donde están enterrados los miembros de la familia real de Navara, misa a la que asistieron numerosos prelados de la iglesia.

Su obra literaria.

Pierre Boaistuau es el primer editor de sus novelas
  • Un diálogo místico en forma de visión nocturna (1525).
  • Un poema: Espejo del alma pecadora (1531) atacado por la Sorbona tras su reedición en 1533, necesitó la intervención de Francisco I. El libro está plagado de ideas evangélicas que hacen de la fe y de la caridad principio de la salud. A esta obra le siguieron numerosos poemas basados en los cantos espirituales de los que Margarita utilizaba la estructura poética de canciones profanas sustituyéndola por textos religiosos.
  • Cuatro Misterios o Autos sacramentales.
  • Dos Farsas.
  • Las Margaritas de la Margarita de las princesas (1547), poesías, recopiladas y publicadas después de su muerte por Silvio de La Haya, uno de sus ayudantes de cámara. Las Poesías se imprimieron en París, 1554. Entre los manuscritos de la biblioteca real de Francia, se conservan tres volúmenes en folio de Cartas de Margarita de Valois, una parte de las cuales fue publicada por Mr. Genin, en la colección de la Sociedad de la Historia de Francia.
Heptamerón o los cuentos de la reina de Navarra

En la recta final de su vida escribió sus dos grandes creaciones: “Las prisiones de la Reina de Navarra”, en la que condensaba sus inquietudes filosóficas, teológicas, místicas y artísticas, y el “Heptamerón”, (1542) que está considerada como su obra cumbre,​ siguiendo el modelo del Decamerón de Boccaccio, que ya se conocía desde 1414. 
Pero no puede acabarlo, ya que la muerte le sobreviene antes de terminar la obra. El Heptamerón recoge 72 relatos que se desarrollan durante siete días. Como en la obra de Boccaccio, los relatos se inscriben en una historia cerrada.
 Margarita hace que cinco hombres y cinco mujeres, atrapados por el derrumbe de un puente a causa de una fuerte lluvia, cuenten una historia cada día durante diez jornadas hasta completar cien relatos. Sin embargo, la reina navarra solo pudo completar siete jornadas, de ahí el título de “Heptamerón” a causa de su muerte.
 El historiador Jon Oria, autor de una biografía de la reina, destaca de la obraː
«Margarita hace feminismo intelectual, ya que si en el “Decamerón” Bocaccio hace que los hombres se rían de las mujeres, en el “Heptamerón”, Margarita hace que las mujeres ridiculicen a los hombres».
La última edición de Heptamerón parece que es la de Berna, 1780, con las preciosas láminas de Chodowiecki.
"Bajo la forma de una amena ficción literaria, el Heptamerón inaugura el debate que proseguirá en los siglos XVI y XVII: ¿cuánto valen las mujeres y los varones y cuáles son sus respectivas capacidades y virtudes? El juego del Heptamerón es argumentar preguntas y respuestas. Margarita de Navarra pone en debate el sexo. Su libro sigue siendo una referencia para el futuro de la cuestión de las mujeres" señala Severine Auffret en el ensayo La gran historia del feminismo".
Influencia

Simone de Beauvoir se refiere a ella en su obra El segundo sexo con estas palabras: 
«Pero la escritora que mejor sirvió a la causa de su sexo fue Margarita de Navarra, que propuso contra la licencia de las costumbres un ideal de misticismo sentimental y de castidad sin mojigatería, tratando de conciliar amor y matrimonio para honor y dicha de las mujeres».
Artículos Periodistica. "El Renacimiento fue una de las épocas más brillantes de Navarra"

Miren Mindegia / Mikel Saiz
30·04·22

El historiador José Luis Orella Unzué, catedrático emérito de Historia Medieval, ofrece en su última publicación un estudio sobre las reinas que ejercieron en Navarra en el período del Renacimiento navarro. Unas reinas que, según el autor de este libro editado por Nabarralde, “marcaron con su impronta una etapa extraordinaria”. Se trata de Catalina de Foix, reina durante la conquista de 1512; Margarita de Angulema, escritora del Heptamerón; Juana de Albret, reina calvinista; y Margarita de Valois, la reina Margot que con Enrique III de Navarra llegó a ser reina de Francia. Una publicación que se puede adquirir mañana domingo junto con DIARIO DE NOTICIAS.

El periodo que abarca su libro es un periodo intenso, de guerras y conquistas, pero también de cierto florecimiento cultural.

-Fue un período histórico de una Navarra que no había terminado con la conquista española. Uno de los más brillantes de la historia de este reino, independiente a pesar de las fuerzas armadas españolas, que para la historiografía hispánica ya no existía sino incorporado a la corona española, la cual quería destacar en Europa como la potencia imperial de Carlos V, como el astillero majestuoso que surtía barcos a todos los continentes conocidos, como la descubridora de América, o la que aportaba grandes masas de plata y oro a los estados. Se debe subrayar la personalidad de Navarra como un reino que no iba al socaire de las corrientes del Imperio, del pontificado, del concilio de Trento, de la Contrarreforma.

Y como una de las grandes protagonistas de esa época, Catalina de Foix. ¿Cómo fue su reinado?

-Catalina de Navarra reorganizó su reino a pesar del acoso del príncipe de las armas y la diplomacia, como era Fernando el Católico. Supo unir su descendencia a César Borgia, a quien incorporó a su corte y lo nombró general de sus ejércitos. Había salido a flote del asedio de las potencias internacionales, imperiales y eclesiásticas, fraguadas por el Pontificado y por el Concilio de Pisa. Aunque había transigido con la corriente internacional de expulsión de los judíos, sin embargo se había separado de las corrientes europeas de condena de Erasmo y del erasmismo y tuvo la gloria de que su hijo, Enrique II el sangüesino, fuera proclamado rey de una nueva Navarra que nacía de sus cenizas del acoso español con protagonismo internacional.

¿Qué representa Margarita de Angulema en la cultura literaria mundial?

-Pocas escritoras encontramos hasta este momento en la literatura laica universal. En su madurez escribió dos grandes creaciones: Las prisiones de la reina de Navarra, donde condensa sus inquietudes filosóficas, teológicas, místicas y artísticas; yel Heptamerón, en el que superó al Decamerón de Bocaccio en dos aspectos, por su vocación feminista y por su proyección universal. Margarita robustece con su obra literaria un centro de humanismo y de reforma protestante de corte feminista, ya que si en el Decamerón Bocaccio hace que los hombres se rían de las mujeres, en el Heptamerón Margarita hace que las mujeres ridiculicen a los hombres. Su discurso alcanzará en su hija Juana el culmen del feminismo europeo. Simone de Beauvoir se refiere a ella en su obra El segundo sexo diciendo:
 “La escritora que mejor sirvió a la causa de su sexo fue Margarita de Navarra, que propuso contra la licencia de las costumbres un ideal de misticismo sentimental y de castidad sin mojigatería, tratando de conciliar amor y matrimonio para honor y dicha de las mujeres”.
¿Qué papel jugó Juana de Albret en los conflictos de religión de su época?

-Fue una gran reina de Navarra. Consolidó su país no como la nación derivada de su historia peninsular católica, agazapada en unas fronteras peninsulares y de reconquista; sino como la nación universal, de corte y protagonismo feminista, libre de ataduras del pontificado, asentada en la libertad de conciencia, en la propia lengua vasca, y en el consorcio de las nuevas naciones que se estaban fraguando en una Europa nueva como la que esbozó su hijo Enrique III de Navarra y IV de Francia. Consolidó, al fin y al cabo, la utopía de una nueva nación. Entre sus logros importantes, está el establecimiento como lengua vehicular del bearnés y el euskara al ordenar a Leizarraga la primera traducción de la Biblia y el Nuevo Testamento a la lengua euskara.

En cuanto a Margarita de Valois, la llamada ‘reina Margot’, ¿qué hay de cierto en la leyenda negra que la rodea?

-Margarita de Valois, esposa de Enrique III de Navarra y IV de Francia, era una mente ilustrada, patrocinadora de literatos y músicos, motor de la vida cultural de la corte, seguidora del neoplatonismo que asumía la supremacía del amor platónico sobre el amor físico. Fue la primera mujer en la historia que escribió sus memorias, se convirtió en mujer de moda con imitaciones en su modo de vestir y en sus aficiones culturales en todas las cortes europeas. Margarita visitó el los famosos salones literarios parisinos, lugares de encuentro para poetas, intelectuales y artistas. Allí se ganó a la alta sociedad, por lo que fue objeto del recelo y la envida de una misoginia que le achacó ser ninfómana e incestuosa, una mala fama que no era cierta, siendo una mujer hermosa y culta.

Autor. José Luis Orella Unzué.
Editorial. Fundación Nabarralde.

Sinopsis. El Renacimiento navarro alcanza su máxima proyección en los tiempos en que, tras la conquista de 1512, el reino soberano queda limitado a los confines de Baja Navarra. Fue el canto del cisne del Estado vascón, el que llevó a Shakespeare a augurar que Navarra sería la admiración del mundo. Cuatro notables reinas, con una brillante personalidad, representan con su obra y su biografía el esplendor de aquella época.


  
Diálogo en forma de visión nocturna (1525).

Un poema: Espejo del alma pecadora (1531) atacado por la Sorbona tras su reedición en 1533, necesitó la intervención de Francisco I. El libro está plagado de ideas evangélicas que hacen de la fe y de la caridad principio de la salud. A esta obra le siguieron numerosos poemas basados en los cantos espirituales de los que Margarita utilizaba la estructura poética de canciones profanas sustituyéndola por textos religiosos.
Las Margaritas de la Margarita de las princesas (1547),​ una recopilación de textos.


  
Heptamerón.


 


HEPTAMERÓN en 4 volúmenes ( encuadernados en 8), PARÍS 1880 ( francés)


El Heptamerón es una colección de 72 cuentos escritos en francés por la reina Margarita de Navarra, consorte de Enrique II de Albret.

En el temprano siglo XVI, cinco hombres y cinco mujeres se encuentran atrapados por inundaciones y obligados a refugiarse en una abadía en lo alto de los Pirineos. Cuando se les informa que deben esperar días para que se repare un puente, se inspiran -al recordar el Decamerón de Boccaccio- para pasar el tiempo de manera culta contando cada uno una historia todos los días. 
Sin embargo, las historias pronto degeneran en una batalla verbal entre los sexos, mientras los personajes tejen relatos de frailes corruptos, nobles adúlteros y esposas engañosas. 
Desde el cínico Saffredent hasta el joven idealista Dagoucin o la moderada Parlamente -se cree que expresan las propias opiniones de De Navarre- El Heptamerón ofrece una fascinante visión de las mentes y pasiones de la nobleza de Francia del siglo XVI.


Primeras ediciones.

La primera publicación de lo que se acabaría llamando Heptamerón tuvo lugar nueve años después de la muerte de la reina, con el título Histoires des Amans fortunes (París, Gilles Gilles, 1558) con solo 67 novelas y anónimo; ​en el prólogo del editor, Pierre Boaistuau, sugiere la paternidad de Margarita sobre la obra. 
Un año más tarde, aparece el Heptaméron des Nouvelles de très illustre et très excellente Princesse Marguerite de Valois, remis en son vray ordre, confus auparavant en sa première impression, (París: Claude Gruget, 1559) donde se aclara la cuestión de la autoría.

Contenido.

Recibe su nombre del griego y quiere decir siete días, estando el octavo incompleto. Sigue, al menos en parte, el modelo del Decamerón de Boccaccio. El marco literario en el que se inscriben las narraciones es el de unos nobles que están descansando en Cauterets, en el Pirineo, y que cuentan historias para entretenerse mientras están incomunicados por las tormentas. 
La temática de la obra generalmente es de tipo amoroso: romances, infidelidades, engaños o burlas, lascivia, fuertes críticas a la licenciosidad de los franciscanos, etcétera. Margarita toma sus historias de diversas fuentes: los fabliaux, Boccaccio, fuentes clásicas, literatura oral, historias coetáneas, literatura medieval...







En la recta final de su vida escribió sus dos grandes creaciones: “Las prisiones de la Reina de Navarra”, en la que condensó sus inquietudes filosóficas, teológicas, místicas y artísticas, y el “Heptamerón”, (1542) que está considerada como su obra cumbre.
​ Siguiendo el modelo del Decamerón de Boccaccio, que ya se conocía desde 1414. Pero no puede acabarlo, ya que la muerte le sobreviene antes de terminar la obra. 
El Heptámeron recoge 72 relatos que se desarrollan durante siete días. Como en la obra de Boccaccio, los relatos se inscriben en una historia cerrada. Margarita hace que cinco hombres y cinco mujeres, atrapados por el derrumbe de un puente a causa de una fuerte lluvia, cuenten una historia cada día durante diez jornadas hasta completar cien relatos. 
Sin embargo, la reina navarra solo pudo completar siete jornadas, de ahí el título de “Heptamerón” a causa de su muerte. 
El historiador Jon Oria, autor de una biografía de la reina destaca de la obra «Margarita hace feminismo intelectual, ya que si en el “Decamerón” Bocaccio hace que los hombres se rían de las mujeres, en el “Heptamerón”, Margarita hace que las mujeres ridiculicen a los hombres».
Nota periodista.
La Real Sociedad Bascongada acoge la presentación de la obra "Margarita de Navarra, la reina del Heptamerón", de Álvaro Bermejo
Por Alejandra Pavón y Ana Prieto
sábado 30 de septiembre de 2023

El pasado jueves 21 de septiembre, la emblemática sede de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País (RSEMAP) acogió la presentación de la lección del escritor Álvaro Bermejo Marcos: "Margarita de Navarra, la reina del Heptamerón". El acto también celebró la incorporación de Bermejo como Amigo de Número de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País.

Margarita de Navarra es considerada por muchos como la primera mujer moderna por su lucha en favor de la mujer en la Europa del siglo XVI. El propio Bermejo declara en su obra que “la figura de Margarita de Navarra supuso una revolución en el ethos de la mujer francesa”, e incluso Simone de Beauvoir se refirió a ella como “la escritora que mejor sirvió a la causa de su sexo”. Sin embargo, su legado parece haber sido injustamente relegado al olvido; y es precisamente este desconocimiento en torno a Margarita que motiva a Bermejo a acercarnos a su vida y su obra.
Conocida como “La Perla”, Margarita de Angulema, más tarde, Margarita de Navarra (1492-1549), dedicó su vida a la escritura, la filosofía y la diplomacia. Además, fue una destacada defensora de la reforma protestante y promotora del movimiento artístico del Renacimiento. Para el poeta Clément Marot, la reina de Navarra tenía “cuerpo de mujer, mente de hombre y corazón de ángel”, pues, en una Europa controlada por hombres, Margarita desafió la representación de la mujer como un mero florero para destacar en el mundo de las artes como escritora.
Su obra más reconocida, el Heptamerón (1542), publicada póstumamente, recoge una colección de 72 relatos narrados por un grupo de diez viajeros (cinco hombres y cinco mujeres) que son sorprendidos por una tormenta cuando se encontraban disfrutando de los baños termales de Cauterets. La obra aborda temas relacionados con la guerra entre géneros, como bien señala Bermejo al apuntar que “el honor de la mujer no se mide con la misma medida”. La obra recuerda al Decamerón de Boccaccio y supuso un paso decisivo para la entrada del renacimiento en Navarra y Francia.

La Real Sociedad Bascongada.

La Real Sociedad Bascongada de Amigos del País es una institución que se remonta a la mitad del siglo XVIII, y que tiene como principal objetivo fomentar el desarrollo, la ciencia y la cultura. Para esta sociedad, el ingreso de un miembro supone la promoción y preservación de la cultura vasca, así como la continuación de los ideales de sus ancestros fundadores. Por su parte, la RSEMAP, con sede en la Torre de los Lujanes, es una sociedad de carácter benéfico-cultural sin ánimo de lucro, fundada por Carlos III, que promueve la educación como herramienta de desarrollo.
En palabras de Francisco Javier Olaciregui, delegado en corte de la RSEMAP: “Es asombroso y resulta en cierto modo conmovedor, que Álvaro Bermejo pueda leer esta minuciosa, documentada y preciosa reflexión, en el mismo lugar en el que concretamente, por parte de la monarquía hispánica, se mantuvo prisionero al propio Francisco I rey de Francia, hermano tan querido y cercano de Margarita, la protagonista egregia de este señalado día de hoy, 21 de septiembre de 2023”.

Álvaro Bermejo Marcos (San Sebastián, 1959) es un escritor y periodista vasco. 


 
Margarita de Angulema o de Navarra. La “Décima” Musa, La Cuarta Gracia. 

Angulema (Francia), 11.IV.1492 – Odos-en-Bigorre (Francia), 21.XII.1549. Reina de Navarra y escritora.

Era hija de Luisa de Saboya y de Carlos de Orleans, conde de Angulema, primo hermano del rey de Francia Luis XII, al que se consideraba como jefe de la familia. Por ello, cuando Carlos murió, se llevó a la Corte a su familia. Margarita y su hermano Francisco se educaron junto al Rey en Blois y en Amboise. Francisco casó con Claudia, hija única, del rey Luis XII.
Por tanto, cuando éste murió (1515), el trono pasó a Francisco, y Margarita se convirtió en una de las primeras damas de la Corte. Era dos años mayor que su hermano y tenían una estrecha relación, y su mayor edad hacía que Francisco siempre la tuviera en gran consideración. Durante la primera época de su vida, en que residió en la Corte francesa, tuvo una importante actuación política de colaboración con su hermano Francisco I, al que apoyó incondicionalmente, además contribuyó a su formación cultural convirtiendo la Corte en un foco de ideas humanistas. Margarita es un ejemplo de los ideales de la época, pues se dio en ella la paradoja propia del humanismo que, junto a una gran curiosidad intelectual, demostró una gran piedad y preocupación religiosa que mantuvo siempre, pero, al mismo tiempo, fue autora de una serie de cuentos libertinos recogidos en el Heptameron.
Margarita casó (1509) en primeras nupcias con Carlos, III duque de Alenzon y condestable de Francia.

Cuando enviudó, casó (1527) en segundas nupcias con el rey de Navarra Enrique Albret. Navarra había quedado reducida a un pequeño reino al Norte del Pirineo, tras la conquista del territorio navarro meridional por Fernando el Católico (1512), la nueva capital fue Saint-Jean-Pied-de-Port. Pronto fue madre de una niña, la futura reina Juana Albret de Navarra, puesto que Margarita no logró que ningún otro hijo viviera. Juana casó con Antonio de Borbón, duque de Vendome, y fue madre del rey de Francia Enrique IV Borbón, el cual accedió a la Corona a la muerte sin sucesión de Enrique III (1607), alegando los derechos de su abuela Margarita de Angulema a la Corona francesa.

Su posición como hermana del Rey, junto con sus matrimonios, unidos a su inteligencia y buena formación, hicieron que tuviera un importante papel político en la Corte francesa. Cuando Francisco fue derrotado por el ejército de Carlos V y hecho prisionero en la batalla de Pavía (1525), se le trasladó a Madrid como prisionero. Ella no dudó en viajar a esta ciudad para consolarle por su cautiverio y cuidarle en su enfermedad. Sobre todo, le proporcionó auxilios espirituales, ya que era una mujer creyente y piadosa, aunque con una religiosidad propia. Recorrió Cataluña en septiembre de 1525 y tras la mejoría de Francisco se trasladó a Toledo a negociar con Carlos V la libertad de su hermano. La entrevista duró del 4 al 14 de octubre y Margarita logró su propósito.
 Tras su segunda boda, se trasladó a Navarra, donde residió, pero no por ello abandonó totalmente la Corte francesa y mantuvo gran influencia sobre su hermano Francisco y sobre su marido y no dejó de intervenir en los asuntos políticos. Por ello, nunca fue bien considerada por la Corte española, en primer lugar, por su decidido apoyo a su hermano Francisco I, enemigo del emperador Carlos V y, después, por su boda con el rey de Navarra, que no mantenía tampoco buenas relaciones con la Monarquía hispana, por la reciente conquista de la Navarra meridional.

La intervención en la política del momento la hizo tomar partido en los conflictos religiosos que asolaban a Europa en aquellos años originados por el enfrentamiento entre católicos y reformistas. No obstante, su dedicación por la escritura fue prioritaria.
Era una mujer muy inteligente y desarrolló una gran formación cultural y puede considerarse como ejemplo de educación humanista para una princesa.
Desde los cuatro años, su madre, que era italiana y, por tanto, mucho más próximas a los principios renacentistas, se ocupó de su instrucción basándola en la lectura de los autores clásicos y las Sagradas Escrituras.

Llegó a conocer, además del francés, el italiano, que eran sus lenguas maternas, y el latín, el alemán, el hebreo, el griego y el español, que estudió. Y siempre tuvo una profunda preocupación teológica, aunque sus escritos no fueron todos sobre Teología. Además, como la Corte navarra era muy proclive a los protestantes, pudo desarrollar más libremente sus ideas y dedicarse a su formación cultural, por lo que acabó protegiendo no sólo a los humanistas, sino también a los protestantes. Mantuvo buenas relaciones con Calvino y Melachton. Se rodeó de personalidades del momento, como el erudito Robert Estienne y los escritores y poetas Bonaventura des Périers, Mellin de Saint Geldis y Marot. Rabelais debió de sentir admiración hacia ella, pues le dedicó una de sus obras.
Su dedicación intelectual la llevó a ser autora de varias obras, unas poéticas y otras de carácter filosófico y teológico. Los títulos más importantes son: Diálogo en forma de visión nocturna (1523), sus primeras poesías, El espejo del alma pecadora (1531), El Navío (1547), donde manifiesta su dolor por la muerte de su hermano Francisco, Margaritas de la Margarita de las Princesas (1547), donde está recogida la mayor parte de sus poemas, Misterio de Navidad, Últimas poesías de carácter religioso. También escribió una serie de comedias, algunas de carácter bíblico y otras profanas.

Su obra literaria tiene una importancia notable, pero no ha tenido gran difusión ni reconocimiento si exceptuamos el Heptameron (1558-1559).
Su consejero y director espiritual fue Guillaume Briçonnet, obispo de Meaux, en el que encontraba eco a su pensamiento religioso, y, junto con Jacques Lefèbvre d’Etaples, formaron el conocido como Cenáculo de Meaux. Margarita consideraba y defendía que a través de la oración las almas llegaban a la unión con Dios y que las Sagradas Escrituras debían ser traducidas y leídas en francés, no en latín, para que todos los fieles las entendieran y pudieran interpretarlas.
Era contraria a cierta jerarquía eclesiástica y, en Meaux, participó en reuniones clandestinas en las que se discutía sobre teología y se denunciaba la degradación a la que había llegado el papado, incluso se quemaron indulgencias en la puerta de la catedral, lo que suponía una grave desviación y acercamiento al protestantismo.

Sus obras fueron cuestionadas desde el primer momento por su proximidad con las ideas luteranas. En el Diálogo (1523) defendía la teoría de que sólo con la gracia y la fe las almas podían justificar sus actos para conseguir la salvación, este principio es muy próximo a las ideas de Lutero. Margarita pudo llevar a cabo esta política, gracias a la tolerancia de su hermano Francisco I en cuestiones religiosas, ya que además de la enemistad de Francia con el Imperio hispano, el Rey tenía cierta inclinación, en parte por influencia suya, a las ideas reformistas y puede afirmarse que ella favoreció la introducción del protestantismo en Francia, a pesar de que no comulgase totalmente con todas las ideas reformistas pues rechazada la idea de la predestinación que era fundamental en los movimientos luteranos.
Tras su boda con el rey de Navarra, con el que nunca tuvo buenas relaciones, pero sobre el que ejerció una influencia paralela a la que ejercía sobre su hermano, encontró una buena acogida a sus ideas en este reino, donde las ideas reformistas estaban muy extendidas. Pero cuando escribió un tratado espiritual de poesía teológica, denominado El espejo del alma pecadora (1531), la Facultad de Teología de la Sorbona no dudó en condenar la obra, a pesar de las presiones que recibieron por parte de la Corona. En este texto expresaba su doble preocupación religiosa y cultural y causó tal escándalo que, incluso, se pensó incluirla en el Índice de libros prohibidos por el papado. No se llegó a este extremo por su posición e influencia, pero no se pudo impedir que el Colegio de Navarra, pues aquí era Reina, criticara duramente el escrito, sobre todo por haber osado una mujer disputar sobre herejías y fue condenada por sectaria y visionaria.

En los primeros tiempos del reinado de su hermano Francisco I, que frenaba los excesos de los católicos intransigentes franceses, tuvo una mayor libertad de actuación en la Corte. En los últimos tiempos del reinado de Francisco I, éste tuvo que acatar por motivos políticos los dictados de Roma, lo que dio lugar a que Margarita perdiese poder. La situación se hizo más difícil para ella tras la muerte del Rey, que dio paso a un período de predominio de los defensores a ultranza del catolicismo y se inició una fuerte política represora contra las desviaciones reformistas. Como ejemplo de la intolerancia dominante, se llegó a la quema de herejes en la hoguera y, por tanto, los ideales de Margarita eran muy duramente cuestionados, pues aunque no abrazó el protestantismo, tampoco seguía fielmente la doctrina católica romana. Ella se había construido una religiosidad propia, muy espiritual y de una gran unidad con la divinidad. En su poema “Prisiones de la Reina de Navarra”, narra el proceso seguido, gracias a la oración y las penitencias, para culminar el camino de ascensión mística hasta llegar al conocimiento de la divinidad. Es una obra de gran profundidad teológica, no estrictamente fiel con los principios católicos, pero que tampoco se puede encuadrar totalmente dentro de las ideas reformistas.

La postura religiosa de Margarita estaba mucho más relacionada con la corriente evangélica; esta corriente buscaba la confluencia de las doctrinas protestantes con las católicas para evitar de esta manera la separación dentro de la Iglesia cristiana. Además, Margarita tenía una fuerte influencia neoplatónica e iluminista, que la alejaba de la ortodoxia católica y la acercaba a los principios evangélicos.
El texto de mayor renombre de Margarita es conocido como Heptameron en el que se recopilan setenta y dos relatos, son cuentos breves, cómicos la mayoría, y profanos muy relacionados con los ideales renacentistas, sigue la moda literaria iniciada con el Decameron de Bocaccio. En esta obra se manifiesta otra faceta del pensamiento de Margarita menos profundo y trascendente que sus textos de teología y que demuestran una faceta humorística y muy vitalista, relacionada con el pensamiento burgués, que cuestiona de una forma festiva toda una serie de defectos y vicios de la sociedad.
 Pensaba reunir cien cuentos contados durante diez días por otras tantas personas, que habían quedado aisladas por el desbordamiento de un río, pero murió cuando sólo habían llegado al séptimo día. No se sabe si este escrito fue elaborado a lo largo de la vida de Margarita, o si lo había hecho de joven y en los últimos tiempos de su vida lo estaba retocando. Se sabe que había encargado en 1531 la traducción al francés del Decamerón de Bocaccio a Antoine Le Maçon, que se publicó en 1545 dedicado a Margarita. Es posible que en 1546 ya estuviera terminado, aunque la publicación no se hizo hasta 1558-1559. La obra tuvo un gran éxito sucediéndose las ediciones y gozando de una gran difusión, siendo traducida a los principales idiomas. 
En este texto no se siguen los preceptos de la moral cristiana, sino más bien los postulados del ideal burgués. La crítica es ácida y divertida, sobre todo con respecto a los clérigos, sin duda son los frailes franciscanos quienes sufren de una forma más insistente las críticas y se les presenta como promiscuos, ávidos de riqueza y de una falsa piedad. Por el contrario, en otros cuentos aparecen clérigos ejemplares que se contraponen a los relajados. En este texto, en realidad, también se pretende la reforma de la Iglesia en lo referente a la relajación de las costumbres, pero aquí lo hace de una forma divertida y mucho más asequible que en sus textos poéticos y teológicos, para, de esta forma, llegar a un público más numeroso.

Margarita de Angulema fue una mujer de su época, que compartió los ideales del humanismo y que pretendió vivir de acuerdo con ellos, por lo que se preocupó por el desarrollo cultural y por las cuestiones religiosas, y pretendió, ya que consideraba que su posición le autorizaba para ello, influir en la sociedad y modificar aquellos aspectos en los que no estaba de acuerdo. De ahí su gran preocupación religiosa y sus numerosos escritos en esta materia. No tuvo ningún reparo en cuestionar aquello que no consideraba correcto, tanto en la práctica del catolicismo como dentro de las ideas reformadoras. Su posición como hermana del rey de Francia y esposa del rey de Navarra la facultaron para ello. Aunque ella sufrió críticas en vida, otra mujer que no hubiera gozado de su influencia hubiera sido duramente perseguida por su dedicación a la escritura y, sobre todo, por escribir sobre teología.
Aunque ha sido considerada por muchos como reformista, es más correcto considerarla como evangélica, ya que en sus escritos hay un reconocimiento de la religión católica y una defensa de muchas de sus prácticas y otro tanto hace con las ideas reformistas.
Asimismo, tampoco hay en ella un rechazo total hacia la Iglesia católica, como hacían los defensores de la reforma protestante, y tampoco una aceptación total hacia los nuevos principios. Lo cual demuestra su postura evangélica.
Su pasión por la literatura hizo que se la conociera como La Décima Musa y La Cuarta Gracia.

Obras de ~: Diálogo en forma de visión nocturna, 1523 (ed. Dialogue en forma de vision nocturne, Helsinki, 1983); El espejo del alma pecadora, 1531 (ed., intr. y notas de J. L. Allaire, München, W. Fink, 1972); Marguerites de la Marguerite des princesses, Lyon, 1547; Heptamerón, 1558-1559 (ed. y trad. de M.ª S. Arredondo, Madrid, Cátedra, 1991); Lettres de Marguerite d’Angoulême, Paris, 1641-1642; Oeuvres et nouvelles, Amsterdam, 1698; Oeuvres complètes, Paris, 1852 (ed. Estrasburgo- Nueva York, Heitz-G. E. Strechert & co., 1924); Les dernières poésies de Marguerite de Navarre [...], intr. de A. Lefranc, Paris, A. Colin & Cie., 1896; Théâtre Profane, Paris-Genève, 1978.

Bibl.: F. Genin, Nouvelles lettres de la Reine de Navarre adressées au roi François I, Paris, 1842; A. J. M. Lefranc, Les idées religieuses de Marguerite de Navarre d’après son oeuvre poétique, Paris, 1898 (reimpr. Gevève, Slatkine Reprints, 1969); P. Jourda, Marguerite d’Angouleme, duchesse d’Alençon, reine de Navarre (1492-1549), Paris, 1930, 2 vols.; L. Fevbre, Amour sacré, Amour profane. Autour de l’Heptaméron, Paris, 1944; R. Lebègue, “Réalisme e apprèt dans la langue des personnages de l’Heptaméron”, en La littérature narrative d’imagination, Paris, 1961; E. Telle, L’oeuvre de Marguerite d’Angouleme, Reine de Navarre, et la querelle des Femmes, Genève, 1969; J. Palermo, “L’historicité des desvisants de l’Heptaméron”, en Revue Historique et Literaire (1969), págs. 193-202; E. V. Telle, L’ouvre de Marguerite d’Anglouleme, reine de Navarre et la Querelle des Femmes, Genève, 1979 (reimpr.); H. Heller, “Marguerite of Navarre and the reformers of Meaux”, en Bibliothèque d’Humanisme et Renaissance, XXIII (1971), págs. 272-310; Ph. Lajarte, “L’Heptaméron et le ficinisme”, en Revue des Sciences Humaines, 3 (1972), págs. 339- 371; M. Tetel, Maguerite de Navarre’s “Hepteméron”: Themes, language and structure, Duke, 1973; Ch. Martineau y M. Veissière (eds.), Briçommet, Marguerite d’Angouleme. Correspondance, 1521-1524, Genève, Droz, 1975, 1979, 2 vols.; N. Cazauran, L’Heptaméron de Marguerite de Navarre, Paris, 1976; M. M. de la Garanderie, Le dialogue des Romanciers: Une nouvelle lecture de L’Heptaméron de Marguerite de Navarre, Paris, 1977; R. Reynolds, Les devisants de l’Heptaméron dix personnages en quête d’audience, Washington, 1977; M. P. Hazera- Ripaoui, Une version des nouvelles de Marguerite de Navarre: Edition commentée du ms. fr. 1513 de la Biblioteque Nationale, Lyon, 1979; P. Sommers, “Marguerite de Navarre’s Heptaméron: the case for the cornice”, en The French Review, 57, 6 (1984), págs. 786-793; M. P. de Saint Léger, “Margarita de Navarra: Querelle des Femmes y feminismo”, en Studia Zamorensia Philología, VII (1986), págs. 257-264; J. A. González Alcaraz, L’Heptaméron. Estudio literario, Murcia, 1988; N. Cazauran, “Les citations bibliques dans L’Heptaméron”, en VV. AA., Mélanges Robert Aulotte. Prose et prosateurs de la Renaissance, Paris, 1988, págs. 153-163; S. Hanon, Le vocabulaire de “l’Heptaméron” de Marguerite de Navarre: index et concordance, Paris, Champión-Slatkine, 1990; M. Bideaux, Marguerite de Navarre: “l’Heptaméron” de l’enquête au débat, Mont-de-Marsan, Editions Interuniversitaires, 1992; M.ª S. Arredondo Sirodey, “La recepción de l’Heptaméron en Espagne: Raissons d’une absance”, en VV. AA., Marguerite de Navarre, 1492-1992. Actes du colloque International de Pau, Pau, 1994, págs. 189-204; “Las mujeres del Heptameron de la crítica tradicional a la dignificación femenina”, en VV. AA., Actas del IX Simposio de la Sociedad Española de literatura general comparada, I. La mujer: Elogio y vituperio, Zaragoza, Sociedad Española de Literatura General y Comparada, 1994, págs. 49-58; J. Llanos García, “El desarrollo del pensamiento religioso en el Heptaméron de Margarita de Navarra”, en M.ª del M. Grana Cid (ed.), Las sabias mujeres, II. Siglos XIII al XVI: homenaje a Lola Luna, Madrid, Asociación Cultural Al-Mudayna, 1996, págs. 173-182.


 
Entrevistas.
MEMORIA COLECTIVA

13/06/2022 

El historiador José Luis Orella recupera a través de su libro 'Cuatro reinas navarras' el papel político, cultural y social que tuvieron Catalina de Foix, Margarita de Angulema, Juana de Albret y Margarita de Valois en la expansión del Reino, su posicionamiento en Europa y la difusión del euskera.

"Debería explicarse a los niños la historia de Navarra para que supieran cómo se ha creado la Europa actual"

Catalina de Foix, Margarita de Angulema, Juana de Albret y Margarita de Valois. Cuatro reinas navarras esenciales para entender el desarrollo de la corona. Mujeres cultas, políticas, estadístas y empoderadas. Figuras clave para entender el siglo "más esplendoroso e ilustre" de la historia del Reino de Navarra. De 1512 a 1620, estas monarcas dejaron un importante legado. Así nos lo recuerda José Luis Orella Unzué, historiador navarro y Catedrático Emérito de Historia en su última obra Cuatro reinas navarras, publicado por la fundación Nabarralde.
Y así, redescubriremos a Catalina de Foix como la reina que "organizó un reino nuevo e independiente". Osadía que le llevaría a ser excomulgada por el Papa.
 Veremos, a su vez, a Margarita de Angulema como precursora del feminismo. "La escritora que mejor sirvió a la causa de su sexo", nos recuerda Orella Unzué parafraseando a Simone de Beauvoir, en un elogio a su célebre y visionario Heptameron. Pero también como la reina que promovió la publicación de Linguae vasconum primitae, de Bernat Dechepare. 
Reconoceremos a hija, Juana III de Navarra la autoría de ser quien "hizo de la nación navarra una nación plurilingüe", el ser la primera en mandar traducir la Biblia al euskera, o el querer convertir su reino "en una nación de libertad de conciencia" donde católicos, protestantes y calvinistas convivieran en armonía pese a convertirse al calvinismo. 
Bajo orden de Margarita de Valois (la célebre Reina Margot), escribiría el mismísimo William Shakespeare Trabajos del amor perdido, una obra donde se ensalza la vida en la corte navarra "en su esplendor renacentista".
Publicada por Nabarralde, Cuatro reinas navarras persigue recuperar la historia de una nación fundamental en el desarrollo de España y de Europa. De hecho, el propio Orella Unzué reivindica un pasado "del que nunca me hablaron ni en la carrera" de Historia. Y hoy, asegura, "la historia del Reino de Navarra tendría que explicarse a los niños en las escuelas para que entendieran cómo se ha ido creando la Europa actual y cómo se fundamentó el renacimiento tanto francés, como italiano y el español".


[Marguerite D'ANGOULÊME] MARGUERITE DE NAVARRE
L'Heptaméron des nouvelles de Marguerite de Navarre
[The Heptameron]
AUGUSTE EUDES |Paris 1880|14.5 x 23 cm (Fort in-8)|4 volumes reliés


























Edición establecida, anotada y comentada por Le Roux de Lincy y Anatole de Montaiglon. Impresión de lujo limitada a 395 ejemplares en papel de lujo, esta vez de 40 en papel Whatman (n.° 301), que incluye tres series de grabados: una en negro sobre papel Japón, otra en bistre y otra en sanguina.
Ilustrado con un retrato de T. de Mare, un frontispicio de Dunker y 76 figuras según Freudenberg grabadas por De Longueil, Eichler, Le Roy, entre otros. Incluye testero y cordal. Una lámina cromolitografiada que representa el escudo de armas de Margarita de Navarra. Todos los grabados se presentan en tres estados, excepto la cromolitografía.
Encuadernación contemporánea en marruecos citrino, firmada por Allo. Lomo con cinco bandas en relieve, ricamente labrado con la cifra de Margarita de Navarra repetida dos veces y motivos de flores de lis, enmarcado en compartimentos dorados con diversas herramientas decorativas y filetes. Su escudo de armas estampado en el centro de ambas tapas, con triple borde dorado. Dobladillos dentados dorados de profusión. Un ligero arañazo en la tapa inferior del volumen II y una pequeña grieta superficial en la junta inferior del mismo volumen. Ejemplar en muy buen estado de conservación, con solo unas ligeras manchas de zorro. Cantos sin recortar, lo que hace que los grabados sean ligeramente más cortos que el cuerpo del texto.

Un magnífico conjunto encuadernado con maestría de época.

*
Le Roux de Lincy basó su trabajo en fuentes manuscritas para restaurar la autenticidad del texto. Esta edición crítica académica incluye extensos apéndices, como la oración fúnebre de Marguerite de Navarre, un estudio de las diversas ediciones y una reseña sobre Freudenberg. Le Roux de Lincy y Anatole de Montaiglon produjeron una edición de referencia para bibliófilos de primer nivel.

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