—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

martes, 1 de abril de 2014

241.- La tugra del Sultán de Turquía a


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio ernesto Hernández Jara;   Demetrio Protopsaltis Palma; Carla Vargas Berrios; Alamiro Fernandez Acevedo;


La tugra del Sultán  de Turquía.


Scherezada Jacqueline Alvear Godoy

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Scherezada Jacqueline Alvear Godoy

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Otras Tugras
Scherezada Jacqueline Alvear Godoy

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Scherezada Jacqueline Alvear Godoy





La Tugra en Arquitectura.

Scherezada Jacqueline Alvear Godoy
En turco, la firma de los sultanes otomanos se llamaba tugra o tughra. No se trataba de una rúbrica sin más sino de algo de carácter oficial y ceremonial como representación de la Sublime Puerta, de ahí que, además de estar formada por más de una palabra, tuviera un acentuado aspecto artístico.
 
La tugra llevaba en la sere (parte inferior) el nombre del sultán, obviamente, pero solía ir acompañado de algún apodo, divisa o leyenda breve: la filiación, el apodo, ser hijo de, etc. Eso se escribía mediante el tuğ, tres trazos verticales que representaban estandartes y estaban cruzados por otras tantas zülfe, unas líneas con forma de S que equivaldrían a vientos haciendo flamear las banderas. Sin embargo, hay otras versiones tradicionales sobre el significado del tuğ. Una dice que eran una síntesis gráfica de los tres dedos del sultán Murad I, que al ser analfabeto los mojó en tinta para imprimir una huella-firma. Otra que metaforizaba al pájaro fabuloso tughri, tótem de la tribu Orghuz, de la que descendían los otomanos.
 
En fin, dos bucles a la izquierda, uno dentro de otro y que se conocían como beyze (huevo), simbolizaban el Mediterráneo y el Mar Negro. Por último, a la derecha se ponían dos líneas paralelas, síntesis gráfica de una espada.

Con ese signo se firmaban los documentos, plasmando la autoridad del gobernante; equivalía al monograma que los reyes europeos hacían con sus iniciales o, remontándose a la Antigüedad, el cartucho en el que los faraones egipcios ponían su nombre. Por eso no era una rúbrica de puño y letra sino que había un funcionario (nişancı) encargado de diseñarla, igual que los calígrafos occidentales en los códices; preparaba varios modelos y el sultán elegía su preferido el día de su proclamación. Del modelo original se sacaban luego moldes para los sellos.
 
Scherezada Jacqueline Alvear Godoy

Parece ser que esta tradición empezó durante el reinado de Orhan I, que vivió a caballo entre los siglos XII y XIII, aunque al principio eran tugras más sencillas -tal como se aprecia en la segunda foto- y fueron adquiriendo majestuosidad a medida que el Imperio Otomano aumentaba su poder.
La tugra que vemos en la primera imagen es la de Solimán el Magnífico, el duro rival de Carlos V por el control del Mediterráneo, a partir del cual el estilo adquirió cierta uniformidad. Iluminada exquisitamente en oro y azul, encabezaba un berata (documento escrito) que se ha perdido y en el que, como era costumbre, fue lo úĺtimo que se puso para evitar falsificaciones.


Scherezada Jacqueline Alvear Godoy




Scherezada Jacqueline Alvear Godoy

La tugra o tughra (طغراء, en turco moderno Tuğra) es el nombre con el que se denomina a la firma ceremonial usada como sello por los sultanes del Imperio otomano que representaba la realeza del país. Las firmas representan no sólo el nombre de cada sultán sino alguna leyenda sencilla (hijo de, siempre victorioso) o la filiación del sultán, y tienen varias partes bien definidas, comunes a todas las tugras y con significados específicos: los tres trazos verticales (tuğ-estandarte),la curva a la izquierda (beyze-huevo) o el trazo inferior (sere-reservado para el nombre del sultán).

La firma de la imagen de la derecha representa al sultán Mahmud II (1808–39) y muestra el texto Mahmud Jan bin Abdülaziz Muzaffer Daima, en español "Mahmud Sultán hijo de Abdülhamid victorioso siempre".

Scherezada Jacqueline Alvear Godoy

Las Tugras servían para un propósito similar a la cartela en el antiguo Egipto o al Monograma real de los monarcas europeos. Cada sultán otomano tuvo su Tughra individual. El calígrafo principal (nişancı) de la corte del sultán diseñaba la tugra de éste al principio de su reinado, y luego se copiaba, pintaba o grababa como sello real en documentos, edificios y otros.

 La primera tugra de la que se tiene noticia es la Orhan I, segundo jan del Imperio otomano que reinó entre 1284 y 1359, y sus formas más bien austeras fueron evolucionando hasta la complejidad de la forma cásica utilizada a partir de Solimán el Magnífico (1494-1566).

Leyenda.

El hecho de que la figura de la Tughra procediera de la mano bañada en tinta del supuestamente analfabeto sultán Murad I , que se utilizó como sello en 1365 , surgió de una leyenda que probablemente se originó en Ragusa ( Dubrovnik ) y que aún no ha sido verificada.

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