—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

domingo, 30 de septiembre de 2012

144.- Ancestros de Felipe VI de España: Catalina Sforza.-a


 
Catalina Sforza


Aldo  Ahumada Chu Han 

Catalina Sforza (Caterina, en italiano) (Milán, 1463 – Florencia, 28 de mayo de 1509), hija ilegítima de Galeazzo María Sforza (duque de Milán) y de Lucrecia Landriani, fue condesa de Imola y Forlì. Contrajo primeras nupcias con Girolamo Riario de Forlì en 1473.

Llamada por su detractor el papa Alejandro VI como Vampiresa de la Romaña, Diablesa encarnada o Virago cruelísima («virago» es utilizado por los italianos para definir a una mujer que lucha como un hombre) por su resistencia ante los ataques del pontífice, lo cierto es que Catalina fue de las mujeres más relevantes de su tiempo.

Biografía

Nació en 1463, siendo hija natural del noble lombardo Galeazzo María Sforza, hermano del influyente Ludovico Sforza, el Moro, quien regía la ciudad de Milán. No obstante, a pesar de su condición bastarda, la pequeña Catalina fue educada como una más en el seno de la familia Sforza.
Siendo aún una niña, la casaron con Girolamo Riario, sobrino del papa Sixto IV, quien concedió a su pariente el gobierno en la ciudad de Imola. La relación entre la pareja fue complicada y siempre a expensas de las continuas infidelidades de Girolamo, lo que no impidió que éste engendrara con su mujer seis hijos.
En 1484, tras la muerte de Sixto IV, Catalina —embarazada de siete meses— ya dio muestras de su espíritu aguerrido cuando, para defender su patrimonio territorial, encabezó un pequeño contingente militar en la toma del Castillo Sant'Angelo para justificar su derecho sobre Imola ante el nepotismo del nuevo Papa. Con esta acción aseguró su dominio sobre Imola, y el nuevo pontífice, Inocencio VIII, le concedió la plaza de Forli.
En 1488 su esposo murió asesinado a cuchilladas por algunos desafectos y se dijo que ella misma estaba implicada en el complot. Fue hecha prisionera junto con sus hijos, pero consiguió escapar. Si bien, desde el primer momento, la Sforza se enfrentó a los conjurados demostrando una gallardía propia de los más valientes guerreros. Fuera esto una simple farsa o no, lo cierto es que la noble consiguió, gracias a su famosa sangre fría, que se reconociese a su varón primogénito Octavio Riario como nuevo señor de las heredades y los títulos dejados por su padre. Tuvo que acuartelarse en un castillo para enfrentar el ataque de los aliados de su marido, quienes capturaron a sus hijos y amenazaron con asesinarlos. Catalina, indica la leyenda, desde la muralla del castillo se levantó las faldas y señalando sus genitales les gritó: «Ho con me lo strumento per farne degli altri!» («Tengo el instrumento para hacer otros!»). Con este gesto, se dice, sorprendió a los asaltantes, que levantaron el asedio. Poco después tuvo que hacer frente a la invasión francesa de Carlos VIII, defendiendo sus ciudades.

Vida amorosa

En los años siguientes, la hermosa viuda disfrutó de fogosos amantes, como su favorito, Giacomo Feo, de 19 años, pero que murió asesinado por envidia, dejando consternada a Catalina hasta que al fin llegó la gran pasión de su vida: Giovanni de Médici, conocido como il Popolano, un atractivo noble florentino.
Se casó en secreto con Giovanni de Médici sin tener en cuenta los inconvenientes dinásticos. De esta unión nacería Giovanni de Médicis, futuro héroe nacional italiano que pasó a la historia con el sobrenombre de Juan de las Bandas Negras. Empero, la Sforza padeció un nuevo quebranto con la muerte de su amado en 1498. Una vez más quedaba sola y a merced del peligro encarnado en la familia Borgia, cuyo máximo representante, el papa Alejandro VI, había declarado la ilegitimidad de los señores que gobernaban la Romaña.

Ataque del papa Alejandro VI

Consciente de que la guerra sería el único camino a seguir, Catalina se preparó para defender sus dominios frente a las tropas pontificias, dirigidas por un auténtico genio militar, el hijo del papa Alejandro VI, César Borgia, y decidió utilizar —dados sus conocimientos alquímicos— la treta del envenenamiento contra el Santo Padre. Pero este atentado se desbarató en el último instante, por lo que la Sforza se convirtió en público y malvado enemigo de la Santa Sede, llevando desde entonces el sobrenombre allí de «La diablesa de Imola». El 17 de diciembre de 1499 los ejércitos pontificios sitiaban Forlí, tras haber tomado Imola sin oposición.
Sin embargo, aquí sí que planteó una feroz resistencia parapetada con 1.000 soldados tras los muros de la inexpugnable ciudadela interior. Entre estos soldados se encontraban franceses de su nuevo aliado el rey de Francia Luis XII. Los combates fueron terribles y culminaron en enero de 1500 con la masacre de la guarnición de Forlí, después de una gran resistencia, mientras que su generala era prendida por un caballero francés aliado de los hombres del Borgia, quien había ofrecido 20.000 ducados por la captura de su brava adversaria. No fue agresivo con su prisionera que, por entonces, todavía disfrutaba de una gran belleza, gracias a la utilización cotidiana de ungüentos cosméticos y baños de hierbas medicinales de las que Catalina era entusiasta y gran consumidora.
Una vez presa, César Borgia le dio un trato pésimo: la encerró en un sótano (utilizado como bodega en la mansión de Luffo Numai) y de vez en cuando iba con ella para satisfacer sus deseos sexuales, pero con más intención de humillarla que por deseo, a lo que ella respondía de una forma sensual e insinuante para devolverle la moneda y ser ella quien lo humillase a él, haciéndole ver que él no la podría humillar ni quebrantar. Tratándola de esta forma, César Borgia faltó a un trato hecho con los franceses Yves D’Allègre y el bailío de Dijon, en el cual Borgia daba su palabra de tratar a la contessa como merecía una dama de su clase.
Más tarde, la trasladaron del sótano de la mansión de Luffo Numai al palacio de César Borgia. Ahí el fiel ayudante de la dama, Jacopo, junto con media docena de hombres, intentó ayudarla a escapar. El plan fue descubierto y frustrado y se mandó a Catalina a la mazmorra del castillo Sant'Angelo. Al final dejó de ser prisionera gracias a la intervención de los franceses, especialmente la del francés D’Allègre, el cual habló en nombre de su soberano con el pontífice Alejandro VI, protestando por el trato que la contessa recibía y manifestando también el rechazo a un juicio falto de razones y garantías (porque cabe destacar que la iban a mandar a la hoguera con la complicidad del pontífice y César Borgia, proclamando injurias y calumnias sobre ella, dando acusaciones falsas y carentes de sentido).
La Sforza volvió a sus dominios pero vio como éstos estaban ocupados ahora por la familia Orsini. Entonces se retiró a un convento de Florencia, junto a su pequeño hijo Juan, sin llegar a ocasionar más alteraciones en aquella época, que la contempló como fémina indómita. Falleció en la luminosa ciudad toscana en 1509, en el Monasterio de Le Murate, aunque su cuerpo se perdió cuando en el siglo XIX el edificio fue convertido en prisión (actualmente alberga diversas cafeterías).​ Hoy en día los investigadores históricos la consideran una de las grandes mujeres de la Italia renacentista.

Personalidad y relaciones

José Calvo Poyato describió los principales rasgos de la duquesa:
 "Era muy renacentista, de voluntad indomable y con muchas aristas en su carácter".
Leonardo da Vinci es la figura histórica con la que la duquesa mantuvo una relación más estrecha:
 "Da Vinci trabajó como asesor para la familia Sforza. Tenían una relación militar en la que el inventor ayudaba a Catalina a diseñar estrategias".
La personalidad polifacética de la duquesa le llevó también por otros caminos:

 "Escribió un recetario con 450 fórmulas elaboradas con plantas sobre cómo teñir el pelo o cómo hacer que la piel pareciera más blanca de acuerdo a los cánones estéticos de la época. Este trabajo le llevó a ser acusada de brujería". 

Su perfil de mujer peligrosa se complementó con un intento fallido de envenenamiento al Papa, acción por la que adquirió el sobrenombre de "La diablesa de Imola".

Catalina en el arte

La belleza de la Sforza era otra de sus características. Se ha llegado a decir que Botticelli se inspiró en su rostro para retratar a una de las tres Gracias de su famoso cuadro La primavera, siendo ella la de la derecha, idea a la que el autor antes mencionado atribuye "muy poco fundamento": "Sólo hay un retrato conocido de la duquesa, era una persona con poco espíritu trascendente hasta el punto de que solicitó que en su lápida no pusiera nada, petición que se cumplió tras su muerte en Florencia en 1509".​


Descendientes

Juan de Médici o Giovanni de Médici (en italiano) o Giovanni de las Bandas Negras o Giovanni dalle Bande Nere (en italiano) (1498-1526) fue un célebre condotiero italiano del Renacimiento.Nació en Forli, hijo de Giovanni de Médici (il Popolano) y Catalina Sforza, una de las mujeres más famosas del Renacimiento.

Cosme I de Médici (Florencia, 12 de junio de 1519 – Villa di Castello, 21 de abril de 1574), II Duque de Florencia (1537-1569) y I Gran Duque de Toscana (1569-1574), durante los últimos años del Renacimiento.

Fernando I de Médici, (Florencia, 30 de julio de 1549 - id., 17 de febrero de 1609), Tercer Gran Duque de Toscana entre 1587 y 1609. Quinto hijo del Duque Cosme I de Médici y de Leonor Álvarez de Toledo, fue ordenado cardenal en 1562, con catorce años de edad.

Cosme (Cosimo) II de Médici (12 de mayo de 1590 – 28 de febrero de 1621) gobernó como IV gran duque de Toscana desde 1609 hasta 1621.

Margarita de Médici (Florencia, 31 de mayo de 1612 – Parma, 6 de febrero de 1679) fue una noble italiana, duquesa consorte de Parma y Piacenza y esposa de Odoardo I Farnesio. Fue regente de Piacenza en 1635 y regente de todo el ducado en 1646, a la muerte de su marido.

Ranuccio II Farnesio (en italiano: Ranuccio II Farnese) (Parma, 17 de septiembre de 1630 – Parma, 11 de diciembre de 1694), fue el sexto duque de Parma y Plasencia y séptimo duque de Castro.

Eduardo II Farnesio (en italiano:Odoardo Farnese) (Colorno, 12 de agosto de 1666 – 6 de septiembre de 1693), heredero del ducado de Parma y Plasencia.

Isabel Farnesio (Parma, 25 de octubre de 1692- Aranjuez, 10 de julio de 1766), fue una aristócrata italiana, reina consorte de España como segunda esposa del rey Felipe V y madre de Carlos III.

Carlos III de España (Madrid, 20 de enero de 1716-ibid., 14 de diciembre de 1788), llamado «el Político»a​ o «el Mejor Alcalde de Madrid», fue rey de España desde 1759 hasta su muerte en 1788, duque de Parma y Plasencia —como Carlos I— entre 1731 y 1735, rey de Nápoles —como Carlos VII— y rey de Sicilia —como Carlos V— entre 1734 y 1759.

Carlos IV de España, llamado «el Cazador» (Portici, 11 de noviembre de 1748-Nápoles, 19 de enero de 1819), hijo y sucesor de Carlos III y de María Amalia de Sajonia fue rey de España desde el 14 de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808.

Fernando VII de España, llamado «el Deseado» y «el rey Felón»​ (San Lorenzo de El Escorial, 14 de octubre de 1784-Madrid, 29 de septiembre de 1833), ocupó personalmente el trono español entre marzo y mayo de 1808 y, tras la salida de España del «rey intruso» José I Bonaparte y su vuelta al país, nuevamente desde mayo de 1814 hasta su muerte, exceptuando un brevísimo intervalo de unos pocos días de 1823 en que sus funciones fueron asumida por un Consejo de Regencia de acuerdo con lo establecido en la Constitución de 1812.

Isabel II de España, llamada «la de los Tristes Destinos» o «la Reina Castiza»a​ (Madrid, 10 de octubre de 1830-París, 9 de abril de 1904),​ fue reina de España entre 1833 y 1868,3​ gracias a la derogación del Reglamento de sucesión de 1713 (comúnmente denominado «Ley Sálica» aunque, técnicamente, no lo fuera)​ por medio de la Pragmática Sanción de 1830.

Alfonso XII de España, apodado «el Pacificador» (Madrid, 28 de noviembre de 1857-El Pardo, 25 de noviembre de 1885), fue rey de España entre 1874 y 1885. Hijo oficialmente​ de la reina Isabel II y el rey consorte Francisco de Asís de Borbón, con el inicio de su reinado terminó la Primera República y comenzó el período conocido como Restauración.

Alfonso XIII de España, llamado «el Africano»​ (Madrid, 17 de mayo de 1886-Roma, 28 de febrero de 1941) fue rey de España desde su nacimiento hasta la proclamación de la Segunda República Española el 14 de abril de 1931. 

Juan de Borbón y Battenberg (Real Sitio de San Ildefonso, 20 de junio de 1913-Pamplona, 1 de abril de 1993) fue jefe de la casa real española entre 1941 y 1977 y, como tal, pretendiente legítimo a la Corona de España. 

Juan Carlos I de España (Roma, 5 de enero de 1938) ha sido rey de España desde el 22 de noviembre de 1975 hasta el 18 de junio de 2014, cuando abdicó la Corona en su hijo Felipe VI.

Felipe VI de España.

143.-Ancestros de Felipe VI de España: Cosme I de Medici.-a

Aldo  Ahumada Chu Han 


(Cosimo I de' Medici, llamado Cosme I de Medici o de Médicis; Florencia, 1519 - id., 1574) Duque de Florencia (1537-1574) y gran duque de Toscana (1569-1574), miembro de una rama colateral de los Médicis.
Los Médicis, que habían perdido el control de Florencia entre 1494 y 1512, lo volvieron a perder en 1527 al proclamarse la República, pero lo recuperaron en 1530 gracias al apoyo del emperador Carlos V. Sucesor de Alejandro de Médicis, que murió asesinado en 1537, Cosme I gobernó por medio del terror e impidió el retorno de los exiliados republicanos (familia Strozzi).
En el interior, Cosme I de Médicis fortaleció su poder a base de debilitar las instituciones parlamentarias tradicionales; en el exterior, dotó a Florencia de su máxima extensión territorial: en 1555 se anexionó Siena y desde 1569 dominó el conjunto de la Toscana. Ese mismo año el papa Pío V refrendó su poder coronándolo gran duque de Toscana. En 1574 cedió el poder a su hijo Francisco, que se proclamaría vasallo del rey de España.

La organización del estado

Aunque Cosme ejerció el poder en forma despótica, la administración que configuró en Toscana fue un estado que resistió el paso del tiempo. Despojó de sus facultades a la mayor parte de las más importantes familias florentinas, de cuyos componentes desconfiaba y en cambio reclutó funcionarios de origen humilde. Dividió jurídica y administrativamente el territorio en "Estado antiguo" (Florencia y su territorio) y "Estado nuevo" (Siena), manteniendo las dos zonas separadas. Renovó la administración de justicia, promulgando un nuevo código penal y propiciando la eficiencia de los magistrados y la policía. Sus cárceles eran las más temidas de Italia.
Trasladó su residencia del Palazzo Medici -hoy Palazzo Medici Riccardi- al Palazzo Vecchio, de modo que cada florentino tuviera bien claro que el poder estaba totalmente en sus manos. Años más tarde se mudó al Palazzo Pitti, edificio que fue comprado por su esposa Leonor Álvarez de Toledo, en 1549, a Buonaccorso Pitti, descendiente de Luca.
Introdujo y financió la fabricación de alfombras. Construyó calles, alcantarillados, puertos. Dotó a las ciudades toscanas de fortalezas. Reforzó el ejército; instituyó en 1561 la Orden Militar de San Esteban y modernizó la flota florentina, que participó en la Batalla de Lepanto. Promovió las actividades económicas, incluidas nuevas industrias y la recuperación de labores antiguas (como la extracción de mármol en Seravezza). El continuo aumento de los impuestos, a pesar del incremento del comercio, causó descontento popular que se incrementó con sus sucesores. Fue sin embargo, muy pródigo como mecenas.
Fomentó el estudio de la Alquimia y de ciencias esotéricas, pasión heredada de su abuela Caterina Sforza.

Gran duque de Toscana


Cosme no se resignó a ser un vasallo del emperador Carlos V y buscó mayor independencia política. Solicitó del papa Paulo IV el título de rey o archiduque, pero fue en vano. Finalmente, en 1569, después de muchos favores a cambio, Pío V emitió una Bula que creó el Gran Ducado de Toscana, que en lo sucesivo sería coronado por el papa en Roma. Por considerar que el derecho a establecer un Gran Ducado estaba reservado al emperador, España y Austria se negaron a reconocerlo, mientras Francia e Inglaterra aguardaron, para reconocerlo finalmente; con el paso del tiempo, todos los estados europeos acabaron por reconocerlo.

Mecenas y las artes

Cosme de Médici fue un gran mecenas. Entre las obras que promovió Cosme se recuerda especialmente los Uffizi, originariamente destinado a oficinas del estado y actualmente uno de los más importantes museos del mundo. Culminó la construcción del Palazzo Pitti, que se convirtió en la residencia oficial de los Medici; creó los maravillosos Jardines de Boboli, cerca de la residencia del Gran Duque. Comunicó su nueva residencia con el Palacio Vecchio a través del Corredor de Vasari. Financió a muchos artistas, como Giorgio Vasari, Agnolo Bronzino y Benvenuto Cellini. Coleccionó numerosos objetos etruscos, chiusini y de otras culturas antiguas.

Una gran estatua ecuestre de Cosme I, erigida en Giambologna, se encuentra ahora en la Plaza de la Señoría, en Florencia.

ESCUDO DE ARMAS.







Cuando uno visita la Toscana, usted no puede evitar fijarme en el escudo de armas de la familia Medici, famoso por su escudo de armas amarillo, con  6 bolas rojas, que se llaman bezantes  en un escudo de oro  en la heráldica.
Sin embargo algunas de estos escudos de armas a menudo tienen un número de bezantes diferentes. Al principio de la dinastía las "bolas" eran 11, hasta que Giovanni di Bicci bajo a 9.
Cosimo il Vecchio, su hijo, la reducida a 8, y el hijo de este último, Piero el gotoso, bajo a 7.
Escudo de Piero, eran de siete bolas  que el medio, era azul con color diseñado por los tres lirios dorados de real de Francia, como resultado del privilegio concedido por el rey Luis XI en 1465.La última disminución de "bezantes" vino con Lorenzo il Magnifico. 



En la opción de "bolas" hay varias leyendas y supuestos: Hay quien dice que la nave originalmente llevada a cabo por la familia, Doctor, Luego usaron las píldoras, en la edad media que eran en realidad rojo y redondo.
Otra leyenda dice que el fundador ha curado de una enfermedad grave no menos que el emperador Carlo Magno, aplicación de las tazas que inventó para salassarlo. El emperador, agradecido, daría estas tazas que tendrían las "bolas" que se observan en la capa de brazos.
Otra leyenda quiere que los médicos discendino directamente de la mitología de Dios semilla Perseus, y que las "bolas" de la capa de brazos representan las perillas, reunió en el jardín de las Hespérides.
Incluso la leyenda que podría rastrear el origen de la capa de brazos de Averardo de ' Medici, Caballero llevó a cabo en Italia por Carlo Magno, Eso lo mataría en un duelo de un gigante que lanzó el Mugello, Es muy sugerente.
Es más probable que el número de "bolas" representa el número de enemigos muertos en combate que tomó como su nombre.
Los médicos entonces podría ser iniciados por cualquier soldado que, en una gran batalla o campaña, como una cruzada, asesinado 11 enemigos, número de bolas que tenía razón al principio en el escudo de armas.
También hay quienes dicen que "bolas" podrían ser monedas, en recuerdo de los banqueros familiares.

142.-Ancestros de Felipe VI de España: Federico da Montefeltro.-a



Ancestros.


Antonio I da Montefeltro ( Urbino ,... - Urbino , hacia 1184) fue un caudillo italiano.

Montefeltrano (Montefeltrino) I de Montefeltro ( San Leo (?) , hacia 1135 – San Leo (?) , 1202 ) fue un líder y político italiano , fue conde de Montefeltro .

Bonconte I da Montefeltro ( 1170 – Urbino , 1241 ) fue un caudillo italiano , hijo de Montefeltrano I da Montefeltro y su sucesor en 1202 . Fue el primer conde de Urbino  .

Montefeltrano II da Montefeltro (fallecido en 1255) fue un condotiero italiano, señor de Urbino desde 1242 hasta su muerte. También fue conde de Montefeltro y Pietrarubbia .

Pompeo Randi , Guido da Montefeltro recibe la orden del Consejo de Ancianos de Forlì de luchar contra el ejército del Papa Martín IV ( 1870 ), fresco en la sala del Consejo del antiguo palacio de la Provincia de Forlì
.

Guido I de Montefeltro, llamado también Il Vecchio (el viejo) (San Leo, 1223 – Ancona, 29 de septiembre de 1298), fue un condotiero, político y religioso italiano, señor del condado de Montefeltro, gibelino, se distinguió por las empresas militares que condujo en Romaña.

Federico I da Montefeltro ( siglo XIII – 1322 ) fue un político , caudillo y capitán de fortuna italiano , conde de Urbino y señor de Cagli , Fano y Pisa .

Nolfo da Montefeltro , nacido Sighinolfo ( Urbino , 1295 – 1364 ), fue un líder italiano .

Federico Paolo Novello da Montefeltro (... – hacia 1370 ) fue conde de Urbino desde 1364 hasta su muerte.

Antonio da Montefeltro ( Urbino , 1348 – Urbino , 29 de abril de 1404 ) fue un líder italiano , sobrino del conde Nolfo ; fue en la familia Montefeltro donde más resistió a los papas para recuperar su dominio. Sentó con sus descendientes las bases territoriales de lo que se convirtió en el Ducado de Urbino .

Guidantonio da Montefeltro ( 1378 – Urbino , 20 de febrero de 1443 ) fue un líder italiano .
Fue conde de Urbino y señor de Asís , Bastia Umbra, Cagli , Castel Durante, Città di Castello, Forlì , Forlimpopoli , Gubbio , Lamoli , Mercatello, Montone, Nocera Umbra, Ostra, Sant'Angelo in Vado y Spello .

  
Aldo  Ahumada Chu Han 

Federico da Montefeltro, también conocido como Federico III da Montefeltro (7 de junio de 1422 – † 10 de septiembre de 1482), fue uno de los más exitosos condottieri del Renacimiento italiano, y Duque de Urbino desde 1444 hasta su muerte. En Urbino encargó la construcción de una gran biblioteca, quizá la mayor de Italia después de la Biblioteca Apostólica Vaticana, con su propio equipo de escribientes, y organizó alrededor de él una corte humanística en una de las grandes joyas arquitectónicas del renacimiento temprano, el Palacio ducal de Urbino, diseñado por el teórico y arquitecto Francesco di Giorgio Martini.

Biografía


Federico nació en Gubbio, hijo ilegítimo de Guidantonio de Montefeltro, señor de Urbino, Gubbio y Casteldurante, y duque de Spoleto.
En su juventud vivió en Venecia y Mantua como huésped. Estuvo un tiempo bajo la educación de Vittorino Ramboldini. En 1437 fue nombrado caballero por el emperador Segismundo, y en el mismo año contrajo nupcias con Gentile Brancaleoni en su ciudad natal.
A los dieciséis años comenzó su carrera como condottiero bajo las órdenes de Niccolò Piccinino. El 22 de julio de 1444 su medio hermano, Oddantonio da Montefeltro, recién nombrado Duque de Urbino, fue asesinado en una conjura. Enseguida, Federico tomó el poder de la ciudad.
En la década de 1450 luchó para el rey de Nápoles y su aliado, el papa Pío III. Ayudó a Francesco Sforza, miembro de otra exitosa familia de condottieri, gobernantes de Milán. En pago recibió de los Sforza —Federico nunca luchaba gratis— el control de Pésaro y Fossombrone, haciéndose en consecuencia un gran enemigo, el señor de Rímini Segismundo Pandolfo Malatesta.
En 1459 luchó contra Malastesta en la Romaña para Pío III, derrotándolo totalmente en 1462 en el río Cesano cerca de Senigallia. El papa lo hizo vicario de los territorios conquistados, pero cuando Pío III trató de tomar control personal del cargo de Malatesta en Rímini, Federico cambió de bando y luchó contra el papado a la cabeza de una alianza de ciudades-estado.
En 1472, por orden de Lorenzo de Médici, saqueó Volterra.1​ Urbino fue elevada a ducado en 1474 por el papa Sixto IV, que casó a su sobrino predilecto, Giovanni Della Rovere, con la hija de Federico, Giovanna de Montefeltro. Entonces Federico luchó contra sus antiguos patrones florentinos, a la cabeza del ejército de Sixto, luego del fracaso de la conspiración de los Pazzi, en la que estuvo no solamente profundamente involucrado sino que orquestó el plan, convenció al papa Sixto IV y a Fernando I de Nápoles a intervenir, intentando asesinar a Lorenzo de Médicis, para encumbrar a la pequeña República de Urbino, en contra del poderío de la República de Florencia.
Federico de Montefeltro murió en Ferrara en 1482, mientras luchaba contra Venecia.
Un hijo de Federico, Guidobaldo, se casó con Elizabetta Gonzaga, la brillante y educada hija del señor de Mantua. Con la muerte de Guidobaldo en 1508 el ducado de Urbino pasó a través de Giovanna a la familia papal de Della Rovere, fundada por Sixto IV.

Corte.

Una de las cortes que adquirieron un reconocido prestigio como centro de cultura humanista y desarrollo de las nuevas artes fue la de Urbino, en la que Federico de Montefeltro logró agrupar a artistas de las más dispares procedencias. Baltasar de Castiglione en "El Cortesano", obra en la que se traza el ideal del perfecto cortesano, y que fue traducido por Juan Boscán al castellano en 1534, sitúa el relato en la corte de Guidobaldo en Urbino, el hijo de Federico de Montefeltro a quien se debe el desarrollo alcanzado por su corte durante el Quattrocento. Al referirse a Urbino Baltasar de Castiglione decía que "entre sus mayores bienaventuranzas, tengo yo por la más principal que de mucho tiempo acá siempre ha sido señoreada de muy buenos y valerosos señores". 
Entre ellos, Federico de Montefeltro fue el verdadero creador de la corte de Urbino como centro cultural. 
"Este señor -continúa Castiglione-, además de otras muchas cosas que hizo dignas de ser loadas, edificó en el áspero asiento de Urbino una casa (según opinión de muchos), la más hermosa que en toda Italia se hallase, y así la forneció de toda cosa oportuna, que no casa mas ciudad parecía, y no solamente de aquello que de ordinariamente se usa, como de vajillas de plata, de aderezos de Cámara, de tapicería muy rica, y de otras semejantes cosas la proveyó, mas por mayor ornamento la ennobleció de infinitos bultos de los antiguos de mármol y de bronce, de pinturas singularísimas y de todas maneras de instrumentos de música, y en todo ello no se pudiera hallar cosa común, sino escogida y muy excelente"
Las realizaciones llevadas a cabo por Federico de Montefeltro en Urbino constituyen un programa completo orientado a dotar al marco de su corte de toda una serie de obras de arte. En este sentido, Benevolo ha apuntado como una de las causas que hicieron posible la realización de este programa artístico la proporción que existió entre el programa, los medios y los tiempos de ejecución. Federico de Montefeltro permaneció en el poder durante un período de tiempo excepcionalmente largo, entre 1444 y 1482, lo que le permitió desarrollar en intervenciones sucesivas su programa y dar una categoría artística a su corte que resulta excepcional en la Italia de su tiempo. A este respecto, con la llegada al poder de Federico de Montefeltro debe relacionarse La Flagelación (Urbino, Galería Nacional), pintada por  en 1455.

 Según una interpretación verosímil la obra fue realizada como una referencia a la muerte (1444) del príncipe Oddantonio de Montefeltro, hermanastro de Federico de Montefeltro a causa de una conjura. Oddantonio aparece en el grupo de figuras situado a la derecha, entre sus malos consejeros, Manfredo de Pío y Tommasso dell'Agnello, a quien se debió su impopularidad y la conjura de los Serafini. 
El programa emprendido por Federico de Montefeltro surge movido por la idea de prestigio y representación militar del triunfo. Federico de Montefeltro, signore militare, supone la unión de dos principios que, desde tiempos de Petrarca, habían sido objeto de polémica: el problema de las armas yolas letras. El retrato de Federico de Montefeltro y su hijo Guidobaldo (Urbino, Galería Nacional), realizado por Pedro Berruguete, que muestra al prócer sentado y de perfil, vestido con armadura y con el yelmo a los pies, leyendo un libro y acompañado de su hijo Guidobaldo, es un ejemplo elocuente de su actitud. 
En otras obras, como la Madonna con el Niño, santos, ángeles y Federico de Montefeltro (Milán, Pinacoteca Brera) nos muestra igualmente al personaje de perfil y con armadura. Puede decirse que el retrato de Berruguete constituye el intento, por un hombre de armas culto y humanista, de establecer una concordatio entre ambas ocupaciones. El mencionado retrato del duque con su hijo o la composición que representa Federico de Montefeltro escuchando la lección de un humanista (Windsor Castle), pintado hacia 1480, al igual que el espléndido studiolo del duque, son un claro exponente de la importancia adquirida por la cultura y por la actividad humanista en la corte de Urbino. 
Lo cierto es que en la corte de Urbino se produce un clima artístico y cultural que se desarrolla al margen de las rigurosas opciones selectivas que tienen lugar en Florencia. En Urbino trabajaron los arquitectos Luciano Laurana y Francesco del Giorgio y estuvo como asesor L. B. Alberti, cuya influencia se deja sentir en la escenografía clasicista de la Madonna pintada por Piero della Francesca. Prueba de la inclinación por un equilibrado eclecticismo es la disparidad de tendencias que representan algunos de los artistas que trabajaron para el duque. 
Así, en Urbino junto a Melozzo da Forli y Piero della Francesca, uno de los más radicales exponentes del nuevo lenguaje figurativo, Justo de Gante, y nuestro Pedro Berruguete, a pesar de algunos intentos por desmentir su presencia en Urbino, fueron artistas de formación flamenca que trabajaron para el duque.

Vittorino Ramboldini más conocido como Vittorino da Feltre (Feltre, 1372 o 1378 - Mantua, 2 de febrero de 1446)​ fue un humanista y educador italiano.

Biografía

Hijo de un escribano, se marchó hacia Padua para estudiar en la Universidad de Padua, donde fue alumno de Gasparino de Barzizza. En 1422 obtuvo las cátedras en Filosofía y Retórica en la Universidad de Padua. Posteriormente, se desempeñó como profesor de matemáticas y lenguas clásicas (latín y griego). Influyeron en sus concepciones acerca de la educación los mentores Pier Paolo Vergerio, autor del primer tratado de pedagogía del humanismo y Guarino Guarini de Verona, con quien perfeccionó el griego, en Venecia. También tuvo como profesores a Juan de Ravena y Gasparino Barzizza en las disciplinas literarias, y a Jacobo de Forli en las ciencias físicas y astronómicas.
Fue invitado a Mantua por Francisco I Gonzaga y allí se estableció en 1422. Pronto fundó (en 1423) allí una escuela bajo los ideales cristianos unidos a los del humanismo. La llamó Ca' Gioiosa, que significa La casa de la alegría. La estableció alejada de la agitada y mundanal vida cortesana, en un poblado que Gonzaga, su colaborador, dejó a su disposición. Él vivía con los mismos alumnos en la misma casa, por lo que se ha considerado que fundó la primera escuela pupila secular.
Fue un innovador en el área educativa, convencido de que la educación debía estar basada en el interés de los alumnos, quienes no debían considerarla un castigo.
Fue el primer humanista en desarrollar un currículo de educación física. Su programa incorporaba la arquería, las carreras, los bailes, la cacería, la pesca, la natación, el esgrima, la lucha y los saltos.​ Según Vittorino, la educación física debería ser considerada como cualquier otra disciplina dentro del proceso educativo del individuo, ya que es indispensable para el aprendizaje en otros campos del saber. Además, era importante para disciplinar el cuerpo, la preparación de la guerra y para el descanso y la recreación. Se le atribuye a él la creación de ejercicios especiales para niños con incapacidades físicas.
Muchos hijos de grandes humanistas del siglo xv enviaron a sus hijos a su escuela, como Guarino de Verona, Poggio Bracciolini y Francesco Filelfo. También tuvo como alumno a Federico de Montefeltro.
Su sistema de enseñanza fue imitado en toda Europa, especialmente en Inglaterra. Su movimiento de renovación pedagógica culminó en el de Hyeronimus Mercurialis.



  
Federico da Montefeltro y su hijo
Guidobaldo, cuadro de Pedro Berruguete.

Descendencia. 

Giovanna da Montefeltro ( Urbino , 1463 - Roma , 25 de noviembre de 1513 ) fue duquesa consorte de Sora y Arce, dama consorte de Senigallia. Ella fue la tercera hijo en nacer  de Federico da Montefeltro , duque de Urbino , y de su segunda esposa Battista Sforza , hija de Alessandro Sforza.
Giovanni della Rovere: Señor de Senigallia, luego duque de Sora (1457-1501). Hijo de Raffaele Della Rovere, recibió de su tío, el Papa Sixto IV, el señorío de Senigallia y el vicariato de Mondavio para casarse como igual con Giovanna da Montefeltro, hija de Federico, duque de Urbino . Luego fue nombrado prefecto de Roma (1475) y capitán general de la Iglesia (1484). Como señor de Senigallia, supo ganarse la estima y el afecto de sus súbditos, que permanecieron fielmente a su lado, incluso durante las maniobras del duque Valentino contra Romaña. A la muerte de su primo Leonardo recibió el ducado de Sora.

Francisco María I della Rovere (Senigallia, 25 de marzo de 1490 – Pésaro, 20 de octubre de 1538) fue un condottiero del Renacimiento italiano, duque de Urbino y Sora.

Giulia della Rovere (1531, Casteldurante - 4 de abril de 1563, Ferrara) fue una noble italiana. Un retrato de ella de Tiziano sobrevive en el Palazzo Pitti de Florencia.

Cesare d'Este (8 de octubre de 1562 - 11 de diciembre de 1628) fue duque de Módena y Reggio desde 1597 hasta su muerte.

Alfonso III d'Este (22 de octubre de 1591 - 26 de mayo de 1644) fue duque de Módena y Reggio de 1628 a 1629. Era el esposo de la princesa Isabel de Saboya , hija de Charles Emmanuel I, duque de Saboya y su esposa Infanta Catherine Michelle de españa .

Francisco I de Este (Módena, 6 de septiembre de 1610 - Santhià, 14 de octubre de 1658) fue el hijo mayor de Alfonso III de Este, duque de Módena y Reggio, e Isabel de Saboya. Sucedió a su padre en los derechos al ducado el 25 de julio de 1629 y fue duque de Módena y Reggio desde 1629 hasta su muerte.

Isabel de Este (Módena, 3 de octubre de 1635 – Colorno, 21 de agosto de 1666) fue duquesa de Parma, como la segunda esposa del duque Ranuccio II Farnesio. Fue la abuela paterna de Isabel Farnesio.

Eduardo II Farnesio (en italiano:Odoardo Farnese) (Colorno, 12 de agosto de 1666 – 6 de septiembre de 1693), heredero del ducado de Parma y Plasencia. Era hijo del duque Ranuccio II Farnesio y de Isabel de Este, su segunda esposa, quien murió a los 9 días de dar a luz al príncipe Eduardo.

Isabel Farnesio (Parma, 25 de octubre de 1692-Aranjuez, 10 de julio de 1766) fue una aristócrata italiana, reina consorte de España como segunda esposa del rey Felipe V y madre de Carlos III.

Carlos III de España (Madrid, 20 de enero de 1716-ibid., 14 de diciembre de 1788), llamado «el Político»a​ o «el Mejor Alcalde de Madrid», fue rey de España desde 1759 hasta su muerte en 1788, duque de Parma y Plasencia —como Carlos I— entre 1731 y 1735, rey de Nápoles —como Carlos VII— y rey de Sicilia —como Carlos V— entre 1734 y 1759.

Carlos IV de España, llamado «el Cazador» (Portici, 11 de noviembre de 1748-Nápoles, 19 de enero de 1819), hijo y sucesor de Carlos III y de María Amalia de Sajonia fue rey de España desde el 14 de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808.

Fernando VII de España, llamado «el Deseado» y «el rey Felón»​ (San Lorenzo de El Escorial, 14 de octubre de 1784-Madrid, 29 de septiembre de 1833), ocupó personalmente el trono español entre marzo y mayo de 1808 y, tras la salida de España del «rey intruso» José I Bonaparte y su vuelta al país, nuevamente desde mayo de 1814 hasta su muerte, exceptuando un brevísimo intervalo de unos pocos días de 1823 en que sus funciones fueron asumida por un Consejo de Regencia de acuerdo con lo establecido en la Constitución de 1812.

Isabel II de España, llamada «la de los Tristes Destinos» o «la Reina Castiza»a​ (Madrid, 10 de octubre de 1830-París, 9 de abril de 1904),​ fue reina de España entre 1833 y 1868,3​ gracias a la derogación del Reglamento de sucesión de 1713 (comúnmente denominado «Ley Sálica» aunque, técnicamente, no lo fuera)​ por medio de la Pragmática Sanción de 1830.

Alfonso XII de España, apodado «el Pacificador» (Madrid, 28 de noviembre de 1857-El Pardo, 25 de noviembre de 1885), fue rey de España entre 1874 y 1885. Hijo oficialmente​ de la reina Isabel II y el rey consorte Francisco de Asís de Borbón, con el inicio de su reinado terminó la Primera República y comenzó el período conocido como Restauración.

Alfonso XIII de España, llamado «el Africano»​ (Madrid, 17 de mayo de 1886-Roma, 28 de febrero de 1941) fue rey de España desde su nacimiento hasta la proclamación de la Segunda República Española el 14 de abril de 1931. 

Juan de Borbón y Battenberg (Real Sitio de San Ildefonso, 20 de junio de 1913-Pamplona, 1 de abril de 1993) fue jefe de la casa real española entre 1941 y 1977 y, como tal, pretendiente legítimo a la Corona de España. 

Juan Carlos I de España (Roma, 5 de enero de 1938) ha sido rey de España desde el 22 de noviembre de 1975 hasta el 18 de junio de 2014, cuando abdicó la Corona en su hijo Felipe VI.

Felipe VI de España.



Línea dinástica de los condes y duques de Urbino.

El nombramiento papal convirtió al Condado de Urbino, constituido en 1213, en ducado, gobernado por la familia Montefeltro. El estado pasó posteriormente a los Della Rovere y finalmente en el año 1631 anexionado a los Estados Pontificios por el papa Urbano VIII (1623-1644), que instauró la Legación de Urbino.

Montefeltro, Condes de Urbino.

1234-1242: Bonconte I de Montefeltro
1242-1255: Montefeltrano II de Montefeltro
1255-1285: Guido de Montefeltro († 1298) protagonista en el canto XXII de la Divina Comedia;
1285-1304: control Papal
1296-1322: Federico I da Montefeltro
1322-1360: Guido II, Galasso y Nolfo de Montefeltro
1322-1324: control Papal
1360-1363: Federico II de Montefeltro († 1370 ca.)
1363-1404: Antonio II de Montefeltro
1369-1375: control Papal
1404-1443: Guidantonio de Montefeltro

Montefeltro, Duques de Urbino

1443-1444: Oddantonio II de Montefeltro, primer duque de Urbino
1444-1482: Federico III de Montefeltro conocido como Federico de Montefeltro;
1482-1508: Guidobaldo de Montefeltro

1502-1504: Dominio de César Borgia

Della Rovere, Duques de Urbino
1508-1516: Francisco María I della Rovere
1516-1519: Lorenzo II de Médici (durante parte de 1517 con Francisco María I della Rovere)
1508-1538: Francisco María I della Rovere
1539-1574: Guidobaldo II della Rovere
1574-1621: Francisco María II della Rovere († 1631)
1621-1623: Federico Ubaldo della Rovere
1623-1631: Francisco María II della Rovere (después de la muerte de su hijo volvió al poder)

desde 1625: devolución a los Estados Pontificios, oficialmente en 1631, después de la muerte del último Della Rovere. Las colecciones artísticas de los Della Rovere pasaron a la última descendiente, Victoria della Rovere, esposa de Fernando II de Médici, traspasados por ésta a Florencia.


  
Montefeltro.



Montefeltro es el apellido de una histórica familia italiana que gobernó en Urbino y Rimini.

La familia era una rama de los Señores de Carpegna , al igual que sus antiguos oponentes, la Casa de Malatesta , los signori de Rimini . Hacia 1140, Antonio (¿m. 1184?), por reparto entre herederos con sus hermanos, recibió el castillo de Montecopiolo y más tarde adquirió el castillo de San Leo (situado sobre la roca mons feretrius que dio nombre a la comarca de Montefeltro ).
El gobierno de la familia empezó en 1226 cuando Buonconte I da Montefeltro y su hermano Taddeo fueron nombrados condes de Urbino por el emperador Federico II. Ellos y su descendencia fueron líderes gibelinos de las Marcas y la Romaña.
A Bonconte lo sucedió Montefeltrano (1214-1255), y Guido I (1255-1286 y 1293-1296), quien fue capitán de Forlì durante las guerras con los ejércitos francés y papales. El papa Bonifacio VIII lo libró de toda censura por sus acciones en aquellas guerras, y lo utilizó en contra de Palestrina y los Colonna.
El sucesor de Guido, Federico I (1296-1322), incrementó sus dominios arrebatando Fano, Osimo, Recanati, Gubbio, Spoleto y Asís a la Santa Sede. Fue asesinado después de imponer altos impuestos y Urbino cayó bajo el control del Papa. En 1323, sin embargo, el hijo de Federico, Nolfo (1323-1359) fue proclamado señor de Urbino. En 1355, como legado papal, el cardenal Albornoz viajó por toda Italia restaurando la autoridad papal y Urbino volvió otra vez a estar bajo el dominio de la Santa Sede. El hijo de Nolfo, Federico, quedó sin autoridad, pero su hijo, Antonio (1377-1403), se aprovechó de la rebeldía de las Marcas y Umbría contra la Santa Sede (1375) para restaurar el poder de su familia en Urbino.
Guidantonio (1403-1443) fue nombrado gobernante del ducado de Spoleto por el papa Martín V (1419) y llevó adelante una guerra contra Braccio da Montone con diversa fortuna. Su hijo, Oddo Antonio, fue asesinado después de sólo unos meses en el poder. Los urbineses entonces ofrecieron el señorío a Federico III (1444-1482), el hijo ilegítimo de Guidantonio, alumno de la escuela de Vittorino da Feltre y amante del arte. Bajo su dominio, Urbino se convirtió en centro cultural del Renacimiento. Se vio implicado en guerras contra Sigismondo Pandolfo Malatesta, Renato de Anjou, y Florencia. El papa Sixto IV le otorgó el título de duque de Urbino (1474).

Guidobaldo I (1492-1508) tuvo que huir de Urbino para escapar de los ejércitos de César Borgia. Adoptó a Francesco Maria della Rovere (1508-38), su sobrino (hijo de una hermana), uniendo así los señoríos de Sinigaglia y Urbino. Ayudó a Julio II a reconquistar la Romaña. El papa León X lo privó de sus territorios, que fueron entregados a Lorenzo II de Médici, y posteriormente a Francesco Maria della Rovere.

Nota histórica.

Carpegna es un municipio italiano situado en la provincia de Pesaro y Urbino, en la región de Marcas. Tiene una población estimada, a fines de 2022, de 1642 habitantes.Está situado a los pies del monte homónimo.
Fue la capital de un pequeño condado imperial desde 1463 hasta su inclusión en 1807 por Napoleón en el Reino de Italia. Devuelto a sus antiguos propietarios en 1817, pasó a los Estados Pontificios en 1819.

Según la leyenda, Odoacro entregó Carpegna a su seguidor Armileone en 466. Un supuesto descendiente de este último, Ulderic de Carpegna, recibió el feudo de Carpegna y otras propiedades en las regiones de Montefeltro y Romaña de Otón I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico . Los señores y condes (como tales mencionados por primera vez en 1238) de Carpegna adquirieron más de 30 castillos y villas en la región. Se dividieron en las ramas Carpegna-Gattara y Carpegna-Pietracuta , que en las luchas entre seguidores papales e imperiales ( güelfos y gibelinos) tomó lados opuestos. Otras dos ramas laterales de la Casa de Carpegna jugaron papeles más importantes en la historia italiana: la Casa de Malatesta (señores de Rimini ) y la Casa de Montefeltro (señores y duques de Urbino ).

La rama Carpegna-Gattara se extinguió en 1409, y en 1463 la familia se dividió nuevamente en los Condes de Carpegna (que gobernaban Carpegna, Castellaccia, Palazzo Corignano y Torre dei Fossati) y los Condes de Gattara-Scavolino (que gobernaban Gattara, Bascio, Miratoio y Scavolino). ). Ambos territorios tenían inmediatez imperial en el Reino de Italia. 
El condado de Gattara fue elevado al rango de principado en 1685. En 1749 la rama de Carpegna se extinguió en la línea masculina y fue heredada por los marqueses Gabrielli -Carpegna que vivían principalmente en Roma y, tras una interrupción de su condición de gobernantes en el Reino napoleónico de Italia, también heredó el principado de Gattara-Scavolino en 1817. 
Sin embargo, dos años más tarde, ambos territorios pasaron a formar parte de los Estados Pontificios. Los príncipes di Carpegna-Falconieri-Gabrielli todavía hoy poseen el palacio principesco de Carpegna.


 
Della Rovere.

Della Rovere fue una familia noble italiana, originaria de la ciudad de Savona, que se preciaba de descender de los condes de Vinovo. Su blasón es un campo azul con un roble heráldico desarraigado en oro, con cuatro ramas entrelazándose dos a dos en mandorla, colgando el par interior y elevándose el par exterior; cada rama trae tres hojas y tres bellotas. Esta es un arma parlante del apellido familiar, pues Rovere es el vocablo italiano para roble. Fueron acérrimos enemigos de la familia Colonna, contra los que lucharon durante la Guerra de Ferrara.

Savona (en ligur Sann-a) es una ciudad italiana de la región de Liguria, capital de la provincia homónima. Se encuentra en la llamada Riviera delle Palme.

Historia.

Los della Rovere provienen de una familia distinguida pero pobre de Savona, Liguria. El primer miembro de la familia conocido por su nombre es Leonardo (o Beltramo) della Rovere († alrededor de 1430 en Savona), casado con Luchina Monteleoni. De origen humilde, vivió mucho tiempo en Albisola, más tarde en Savona, donde perteneció al consejo de ancianos del municipio. 
La condición social y económica de la familia no está clara. Fue probablemente de extracción modesta, aunque algunos de sus panegiristas la definieron como "ilustre, egregia y antiquísima",mientras sus detractores la señalaron como "bajísima y vil".
Su hijo Francesco della Rovere (más tarde Papa Sixto IV) reclamó una relación con la familia de Turín della Rovere, Condes de Vinovo, que ya había proporcionado un gobernador de Turín con Ermondo alrededor de 700  y cuyo escudo de armas adoptó. 
Su pariente, el cardenal Domenico della Rovere , más tarde hizo construir un palacio en Vinovo, que todavía existe.) La palabra Rovere es italiano para roble albar. Sixto IV, al igual que su sobrino Julio II (y todos los miembros posteriores de la familia) usó el escudo de armas con el roble con 12 bellotas doradas sobre un fondo azul.


 
Los condotieros (en italiano, condottieri; singular condottiero) eran mercenarios al servicio de las ciudades-estado italianas desde finales de la Edad Media hasta mediados del siglo XVI. La palabra condottiero deriva de condotta (conducta), término que designaba al contrato entre el capitán de mercenarios y el gobierno que alquilaba sus servicios.
Los condotieros consideraban la guerra como un verdadero arte. Sin embargo, sus intereses no eran siempre los mismos que los de los Estados a cuyo servicio estaban. Buscaban riqueza, fama y tierras para sí, y no estaban ligados por lazos patrióticos a la causa por la que luchaban. Eran célebres por su falta de escrúpulos: podían cambiar de bando si encontraban un mejor postor antes o incluso durante la batalla. Conscientes de su poder, en ocasiones eran ellos los que imponían condiciones a sus supuestos patronos.
La organización base de los condotieros era la compañía (compagnia di ventura), comandada por un capitán. El número de sus efectivos siempre fue muy variable en función del momento y la importancia de la compañía, pudiendo ser desde poco más del centenar a algunos millares. Cubrían todas las especialidades militares de la época, desde la infantería a la caballería pesada. Podía ocurrir que para cumplir con una condotta, el capitán que la firmaba, y que lógicamente tenía su propia compañía, tuviera que subcontratar a otras compañías menores. En este caso el primer capitán o gran condotiero firmaba otra condotta con estas compañías. A su vez estos capitanes también la firmaban con sus hombres, de tal manera que la condotta era un contrato, verbal o escrito, que se extendía a todo el ejército condotiero. Por lo general, se especificaba que el mando directo de cada compañía dependía del propio capitán de esta.
Los primeros condotieros fueron mercenarios extranjeros (sobre todo alemanes), pero ya en el siglo XV casi todos los profesionales de las armas eran italianos. Este siglo supuso la verdadera edad de oro de los condotieros, con grandes figuras, como Gattamelata o Bartolomeo Colleoni. A principios del siglo XVI, sin embargo, fueron incapaces de hacer frente con sus tácticas anticuadas y sus armaduras medievales a los ejércitos modernos de las potencias europeas que invadieron Italia, y terminaron por desaparecer hacia 1550.

Historia.

Mercenarios extranjeros

Durante los siglos XIII y XIV se hizo común en las prósperas ciudades-estado del norte de Italia recurrir para su defensa a la contratación de tropas de mercenarios. En un principio, estos mercenarios no eran italianos. A finales del siglo XIII y comienzos del XIV, las tropas mercenarias (entonces denominadas "masnade") provenían principalmente de Alemania, Brabante (brabanzoni) y Aragón. Se considera que uno de los primeros condotieros fue Roger de Flor, quien, tras combatir en Italia, alquiló sus servicios al emperador bizantino Andrónico II. Otro destacado condotiero fue Juan de Bohemia, que sirvió a Perugia contra Arezzo al mando de su tropa de mercenarios denominada Compagnia della Colomba ("Compañía de la Paloma").

John Hawkwood, obra de Paolo Uccello.

Si bien al comienzo estas tropas de mercenarios apenas se distinguían de hordas de bandidos, con el tiempo se convirtieron en ejércitos disciplinados y bien organizados. El primer ejército mercenario bien organizado fue la Gran Compañía, dirigida primeramente por el caballero suabo Werner de Urslingen y luego por Montreal de Albarno y Konrad von Landau. Llegó a contar con un ejército bien organizado de 9000 hombres armados. Urslingen impuso a sus tropas una severa disciplina, pero también estableció un reparto equitativo de las ganancias. La Gran Compañía recorrió Italia, dedicándose al pillaje y a exigir dinero, con la excusa de la protección, a todos los gobiernos locales. Sus capitanes obtuvieron enormes sumas a cambio de los servicios de sus tropas: durante el mismo año de 1353 Montreal de Albarno cobró 16,000 florines de Pisa, otros 16,000 de Siena, 25,000 de Florencia y 50,000 de Rímini.
La Gran Compañía fue derrotada en 1362 por un nuevo ejército mercenario, compuesto de hombres de varias nacionalidades, la Compagnia Bianca ("Compañía Blanca") del inglés John Hawkwood, que empleaba tácticas militares más avanzadas. El éxito del ejército de Hawkwood hizo que surgiesen rápidamente tropas similares bajo el mando de capitanes italianos, como la Compagnia della Stella ("Compañía de la Estrella") de Astorre I Manfredi; la Compañía de San Jorge de Ambrogio Visconti, la Compagnia del Cappelletto ("Compañía del Sombrerito") de Niccolò da Montefeltro; y la Compagnia della Rosa de Giovanni da Buscareto y Bartolomeo Gonzaga.
Pronto cobraron conciencia de su verdadero poder y empezaron a imponer los términos de su contrato a sus supuestos patronos. Muchos condotieros, como Braccio da Montone y Muzio Attendolo Sforza, se convirtieron en figuras destacadas de la política del siglo XIV.

La edad de oro de los condotieros

Desde el siglo XV, los principales condotieros eran todos italianos, muchos de ellos eran hijos segundones de casas aristocráticas que, debido a los privilegios de la primogenitura no se esperaban que heredasen derechos nobiliarios de sus padres; otros tenían orígenes mucho más modestos, pero todos poseían una gran familiaridad con las actividades guerreras desde su temprana adolescencia. Procedían de todas las regiones de Italia, pero predominaban los originarios de Romaña, Lombardía, Piamonte y Umbría. El condotiero más famoso del siglo XV fue Giovanni dalle Bande Nere, de Forlì, hijo de Caterina Sforza, llamado "el último condotiero" (queriendo decir "el último condotiero famoso"). Su hijo fue Cosme I de Médicis, gran duque de Toscana.

A veces los propios soberanos de un determinado territorio se convertían en condotieros durante un tiempo para aumentar sus ingresos: así fueron los casos de Sigismondo Malatesta, señor de Rímini, o de Federico da Montefeltro, duque de Urbino. Las ganancias para estos gobernantes, sea en dinero o territorios, eran desde luego muy altas.

Los piratas de estas nuevas compañías mercenarias no eran elegidos por sus hombres, sino al revés. La condotta se convirtió en un tipo de contrato consolidado y detallado en cuanto al reparto del pillaje, los rescates a recibir por capturar un prisionero importante, o los términos por los cuales un guerrero podía abandonar el servicio de la condotta. Cuando el período de contrato (ferma) concluía, la compañía debía esperar durante un nuevo período, denominado aspetto ("espera"), en el cual el Estado conservaba la posibilidad de renovarlo. Aun cuando el contrato hubiese concluido de modo definitivo, el condotiero debía aguardar dos años antes de hacer la guerra a sus antiguos contratantes.
La condotta se aplicaba también a los marinos mercenarios. En esos casos se denominaba contratto d'assento, y assentisti a los capitanes que alquilaban sus servicios de esta forma. Los assentisti fueron utilizados sobre todo por la República de Génova y los Estados Pontificios desde el siglo XIV. La República de Venecia, en cambio, juzgaba humillante contratar a este tipo de "mercenarios del mar" debido a su propia condición de gran potencia naval, y nunca acudió a ellos, ni siquiera en los momentos más peligrosos de su historia.
Los condotieros fueron los árbitros de las batallas que se libraron en Italia durante el siglo XV, especialmente de la guerra entre Venecia y Milán por la supremacía en el norte de Italia, en la que participaron condotieros tan conocidos como Francesco Sforza, Gattamelata, Bartolomeo Colleoni, y Gian Giacomo Trivulzio, de las luchas entre Florencia y Pisa, o de las pugnas de los Estados Pontificios por aumentar su poder en Italia central; de hecho fueron los condotieros los individuos más influyentes en la política de los estados italianos de entonces que, carentes de tropas propias y con súbditos reacios a combatir, dependían exclusivamente del contrato con una condotta como sustento de su seguridad y poderío.

Decadencia y final

El declive de los condotieros llegó en 1494, cuando el rey francés Carlos VIII emprendió la primera invasión extranjera de Italia en más de un siglo. Sus tropas utilizaban masivamente la artillería, contra la que los condotieros no estaban preparados para combatir, además de estar basadas en un esquema militar donde jefes y oficiales dependían -para su paga y ascensos- directamente del monarca francés y no de señores feudales, lo cual hacía mucho más difícil que desertasen o cambiasen de bando. Aunque las tropas francesas utilizaban también mercenarios suizos, estos aspiraban a una buena paga antes que a influencia política sobre un señorío en un país desconocido, siendo así más confiables que los condotieros.
Para estas fechas, a fines del siglo XV, los condotieros italianos solían privilegiar sus intrigas políticas y el lucro antes que el "arte guerrero" donde lucían sus conocimientos en táctica militar: de hecho las campañas bélicas podían resultar incruentas si un bando lograba sobornar a la condotta enemiga, las batallas se tornaban en simples exhibiciones de fuerza donde los mercenarios evitaban riesgos mortales, y donde atrapar prisioneros (de preferencia, adinerados) resultaba más lucrativo para cobrar rescate, antes que matar soldados enemigos.
Los triunfos franceses de 1494 causaron pronto la intervención de España, reino que casi nunca utilizaba mercenarios, pero las tropas españolas aun así demostraron una valía militar que hacía innecesario recurrir a la costosa -y muy poco fiable- condotta. Muchos de los condotieros más famosos decidieron entonces ponerse al servicio de potencias extranjeras: Gian Giacomo Trivulzio por ejemplo, abandonó a Milán por Francia, Francisco II Gonzaga y Ludovico II de Saluzzo también se unieron a los franceses, y Andrea Doria se convirtió en almirante del emperador español Carlos V.
Las Guerras Italianas, en las cuales la península fue invadida por los modernos ejércitos de los Habsburgo y de Francia, marcaron el final de la edad dorada de los condotieros, incapaces de hacer frente a los piqueros suizos, los lansquenetes alemanes, la caballería francesa o los tercios españoles. Sobre todo, los condotieros carecían de experiencia en el uso de la artillería y los arcabuces o mosquetes que eran ya imprescindibles en los modernos ejércitos europeos, además que sus tácticas de riesgo mínimo eran poco útiles ante rivales cuya meta era inutilizar al enemigo. Así, la práctica de la condotta ya había desaparecido hacia 1550, pero la palabra condottiero, sin embargo, continuó utilizándose para denominar en Europa a los generales distinguidos de origen italiano, sobre todo cuando combatían al servicio de potencias extranjeras, tales como Marco Antonio Colonna, Ottavio Piccolomini y Raimondo Montecuccoli.