—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

lunes, 23 de julio de 2012

134.-Antepasados del rey de España: Alejandro Farnesio.


Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Hernandez Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma;  


  Alejandro Farnesio.


 
Retrato del joven Alejandro durante su estancia
 en Madrid (c. 1561), atribuido a Sofonisba Anguissola.

(italiano: Alessandro Farnese) (Roma, 27 de agosto de 1545–Arrás, 3 de diciembre de 1592), III duque de Parma, Plasencia y de Castro, hijo de Octavio Farnesio y Margarita de Parma, hija ilegítima de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, sobrino de Felipe II y de Juan de Austria. Desarrolló una importante labor militar y diplomática al servicio de la corona española. Luchó en la batalla de Lepanto contra los turcos y en los Países Bajos contra los rebeldes holandeses, así como en Francia en las guerras de Religión del lado católico contra el protestante.

Biografía

Acompañó a su madre a Bruselas cuando fue nombrada gobernadora de los Países Bajos. Alejandro había crecido en España con su primo hermano - el príncipe Carlos, hijo de Felipe II, y su tío Juan de Austria; los tres estudiaron en la Universidad de Alcalá.

Pasaron varios años antes de que pudiera demostrar su talento para las operaciones militares. Durante ese tiempo, los Países Bajos se habían rebelado contra su tío Felipe II, señor de Flandes y rey de España y, tras la muerte de Luis de Requesens, Juan fue enviado como gobernador en 1576. En otoño de 1577 Alejandro Farnesio fue enviado en su ayuda, llegando como comandante del ejército al frente de los tercios, con los que en enero de 1578 derrotó a un ejército protestante en la batalla de Gembloux. En octubre de 1578 Juan de Austria murió de tifus. Previamente había solicitado a Felipe II que se nombrara a Alejandro gobernador de los Países Bajos, a lo que el rey accedió.
Demostró sus dotes como diplomático a los tres meses, en enero de 1579, cuando consiguió, mediante la Unión de Arras, llevar de nuevo a la obediencia a Felipe II a las provincias del sur que se habían unido a Guillermo de Orange en rebeldía. Por el contrario, las provincias rebeldes abjuraron definitivamente de la soberanía de Felipe II unas semanas más tarde mediante la Unión de Utrecht.
Tan pronto como obtuvo una base de operaciones segura en la provincia de Hainaut y Artois, se dispuso a reconquistar las provincias de Brabante y Flandes. Una ciudad tras otra fueron cayendo bajo su control hasta llegar frente a Amberes, a la que sitió en 1584. El asedio de Amberes exigió todo el genio militar y fuerza de voluntad de Alejandro para completar el cerco y finalmente rendir la ciudad el 15 de agosto de 1585. El éxito militar de Alejandro volvió a poner en manos de Felipe II todas las provincias del sur de los Países Bajos, pero la orografía y situación geográfica de las provincias de Holanda y Zelanda hacían imposible su conquista sin contar con el dominio del mar, en manos de los rebeldes.
En 1586 se convierte en duque de Parma por la muerte de su padre y solicita permiso al rey para ausentarse y visitar el territorio del ducado, permiso que no le es otorgado, ya que el rey lo considera insustituible.
En preparación al intento de invasión de Inglaterra con la Armada Invencible, Alejandro marchó contra las ciudades de Ostende y Sluis y conquistó esta última, donde llegó la Armada en 1587. Después de la derrota de la Armada, Alejandro se instaló en Dunkerque.
Tras el asesinato del rey francés Enrique III en diciembre de 1589, Alejandro fue enviado con el ejército a Francia para luchar con el bando católico opuesto al rey Enrique IV. En el asedio de Caudebec, el 25 de abril de 1592, resultó herido de un disparo de mosquete.1​ Se retiró con su ejército a Flandes. Posteriormente su salud se agravó y murió la noche del 2 al 3 de diciembre de 1592 en la Abadía de Saint-Vaast de Arrás. Sus restos reposan en la iglesia de Santa María de Steccata en Parma (Italia).

Alejandro Farnesio.
Matrimonio e hijos

En 1565 se casó con María de Portugal, boda celebrada en Bruselas con gran esplendor. Tras su matrimonio se instaló en la corte de Madrid. De ese matrimonio nacieron:

  • Margarita Farnesio (1567-1643), casada con Vicente I Gonzaga.
  • Ranuccio I Farnesio (1569-1622), su sucesor y uno de los posibles herederos al trono portugués durante la crisis sucesoria portuguesa de 1580 (por ser bisnieto de Manuel I de Portugal).
  • Eduardo Farnesio (1573-1626), fue cardenal.
  • Después de la muerte de su mujer tuvo una hija natural con Catalina de Roquoi, una señora principal de Flandes de la Casa de Roquoi:
  • Isabel Margarida Farnesio (Luxemburgo, 1578 - Lisboa, 1610), casada en Rouen en abril de 1592 (algunos dicen que no hubo matrimonio) con el portugués Juan de Meneses, el Rojo (el Púrpura), señor del mayorazgo de Penamacor, coronel del ejército español, maestre de campo en los Países Bajos Españoles, único hijo de Simón de Meneses, con quien tuvo una hija llamada Leonor de Meneses.




Farnesio, Alejandro. Duque de Parma y de Piacenza (III). Roma (Italia), 27.VIII.1545 – Arrás (Francia), 2.XII.1592. Hombre de gobierno y militar al servicio de España.

Era hijo de Octavio Farnese (castellanizado Farnesio), segundo duque de Parma y Piacenza, y de Margarita, hija natural de Carlos V. Octavio se alió con los franceses para recuperar Piacenza, de la que se habían apoderado las tropas de Carlos V, en septiembre de 1544, siendo primer duque el desgraciado Pedro Luis (padre de Octavio), que resultó asesinado, pero el Emperador quiso conservarla por su gran importancia estratégica. El 15 de septiembre de 1556, en Gante, se pactó un acuerdo entre el nuevo rey, Felipe II, y los Farnesio, por el que esta familia quedaría sólidamente unida a España. Felipe II restituyó a Octavio la villa y ducado de Piacenza, pero se reservó la ciudadela de esta última y reclamó a su joven hijo, Alejandro, para residir y ser educado en España, como una especie de rehén de la fidelidad de los Farnesio a la Corona española. Así, Alejandro Farnesio, a finales de 1556, abandonó Parma, acompañado por su madre, para continuar su formación en la Corte de su tío, entonces en los Países Bajos. En ella conoció y trató a los grandes consejeros del monarca español. Formó parte del cortejo, en el que también iba su madre, Margarita, que acompañó a Felipe II a Inglaterra, para convivir un corto tiempo con su esposa María Tudor, con la esperanza de conseguir un descendiente. En septiembre de 1559 regresó con Felipe II y su Corte a España.

Alejandro recibió la esmerada educación reservada a la más alta nobleza, en la que no faltaban los estudios de Humanidades, y probablemente los de francés y alemán, dirigido por su preceptor, el humanista Francesco Luisini, en los que mostró su precocidad y viva inteligencia; pero gustaba más de la equitación, de la caza y de los deportes. Desde que le conoció, a los trece años, hizo una gran amistad con don Juan de Austria, hermanastro de Felipe II, y tío, por tanto, suyo, que era prácticamente de la misma edad, y esta amistad duraría hasta la muerte del príncipe español.

No es extraño que congeniaran, porque ambos poseían un carácter abierto, generoso, si bien Farnesio era más ponderado y tenía mayor control de sí mismo.

En Alcalá, en 1561, ambos pasaron un breve tiempo con el enfermizo infante don Carlos, cumpliendo un plan de comportamiento y estudio bajo la dirección de los respectivos mayordomos y del humanista Honorato de Juan, hasta que la desgraciada caída sufrida por el infante, en abril de 1562, que tanto afectó a su comportamiento, aconsejó separarlos, y don Juan y Farnesio volvieron a Madrid.

En 1559 la madre de Farnesio, Margarita, fue nombrada gobernadora de los Países Bajos, cargo que aceptó por complacer a su hermano y con la esperanza de que accediera a restituir a su familia la ansiada ciudadela de Piacenza. Cuando se trató del matrimonio de Farnesio, sus padres deseaban una princesa italiana, para establecer mejores relaciones con algunos altos nobles italianos, concretamente con los duques de Mantua, pero Felipe II deseaba asegurar la adhesión del príncipe a los intereses españoles y sugirió su matrimonio con la infanta portuguesa María, nieta del rey don Manuel, casi siete años más joven que Farnesio. El enlace se verificó en Bruselas, en la capilla de palacio, el 8 de noviembre de 1565. El 16 de mayo del año siguiente, Farnesio fue autorizado a marchar a Parma, donde estaba su padre el duque Octavio, y con su esposa se instaló en el palacio episcopal.

La princesa permaneció dedicada a ejercicios piadosos y a obras de beneficencia durante los once años que viviría aún. Tuvieron tres hijos: Ranuccio, que sucedió a su padre en el ducado de Parma y Piacenza; Odoardo, cardenal en 1591; y Margarita, que se casó con Vicenzio, duque de Mantua. Alejandro Farnesio no dejaba pasar ocasión de galantear a damas y practicar sus ejercicios preferidos: la esgrima, la equitación y la caza. Tenía verdadera pasión por los buenos caballos y perros de caza. Su madre, Margarita, al ser nombrado, en septiembre de 1567, el duque de Alba capitán general de los Países Bajos, solicitó su relevo, lo que Felipe II le autorizó, reuniéndose en Parma con su marido e hijo a finales de 1568.

La vida más bien ociosa de Parma no acababa de complacer a Farnesio, que, conforme a su temperamento y ambiciones, soñaba con aventuras militares.

La ocasión se presentó al constituirse, el 20 de mayo de 1571, la Santa Liga contra el Turco entre la Santa Sede, la República de Venecia y España, de la que don Juan de Austria, victorioso general en la guerra de insurrección de los moriscos granadinos, fue nombrado jefe supremo. Farnesio escribió a Felipe II para que le autorizara a alistarse a las órdenes de su tío, el amigo de su infancia, y obtuvo consentimiento. Se reunió, en Génova, el 27 de julio de 1571, con don Juan, que enseguida le admitió entre los miembros de su consejo de guerra y le entregó el mando de las tres galeras de la República de Génova que se unieron a la flota cristiana. Participó así en el gran triunfo de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, jornada en la que demostró su temerario arrojo al abordar una galera turca y apoderarse de los dineros destinados a pagar a marineros y jenízaros, y al año siguiente en el fracasado asedio de Navarino, en el Peloponeso, mostró nuevamente su gran valor y sangre fría para retirarse a tiempo de una emboscada que habían tendido los turcos a las tropas cristianas que había desembarcado (4 de octubre de 1572). Al disolverse la Santa Liga y dirigirse don Juan a la conquista de algunas plazas del norte de África, Farnesio se volvió a Parma, y Felipe II, al perderse Túnez a poco de conquistada, llamó a don Juan a España.

La preocupación del monarca español estaba centrada entonces en los Países Bajos, donde Luis de Requesens, que había sustituido a finales de 1573 al duque de Alba y ensayado una política más conciliatoria, falleció en marzo de 1576, dejando un vacío de poder y un ejército amotinado, que con el brutal saqueo de Amberes se había enajenado la voluntad de los naturales del país. En estas difíciles circunstancias, Felipe II designó gobernador a su hermanastro don Juan, que el 12 de febrero de 1577, después de muchas discusiones con los Estados Generales, accedió a firmar el llamado Edicto Perpetuo, entre cuyas cláusulas estaba la salida de las tropas españolas hacia Italia. Pero don Juan no podía permanecer inactivo y rompió el convenio, apoderándose el 25 de junio de 1577 de la ciudadela de Namur. Esta precipitada acción fue mal acogida en Madrid, donde se desconfiaba de los contactos privados que don Juan mantenía con los príncipes católicos de la familia francesa de los Guisa y con el Papa, tramando casarse con María Estuardo e instalarse en el trono de Inglaterra. Don Juan, consciente de las dificultades ante las que se hallaba empeñado, pidió a Madrid que se le autorizara a llamar a Farnesio, en quien confiaba plenamente. Éste estaba dispuesto a colaborar a las órdenes de su viejo amigo, y además se hallaba libre, pues su esposa, María de Portugal, acababa de fallecer el 8 de julio. Así, Farnesio, el 17 de diciembre, estaba en Luxemburgo, donde le esperaba don Juan, que le ofreció el cargo de jefe general de la caballería, lo que rehusó prudentemente, pues sabía que lo ambicionaba Octavio Gonzaga, con quien no quería indisponerse, conformándose con estar a la disposición del gobernador. Don Juan, dispuesto a la guerra, forzó a Felipe II a que ordenara el regreso de los tercios. Disponía así de dieciocho mil infantes y dos mil caballos, españoles, borgoñones, franceses y alemanes, con los cuales estaba decidido a ganar una batalla que le diera autoridad. Aprovechando que varios jefes valones se habían desplazado a Bruselas, para participar en la boda de uno de ellos, el ejército español se lanzó al ataque y obtuvo un triunfo resonante en Gembloux, cerca de Namur, el 31 de enero de 1578. La perspicacia y pericia de Farnesio tuvieron buena parte en esta importante victoria, pues supo aprovechar un momento de debilidad fortuita del enemigo que, sorprendido, optó por la retirada y apenas tuvo ocasión de combatir. El triunfo fue rotundo: la caballería pudo salvarse en su mayor parte, pero la infantería perdió casi todos sus efectivos, más de seis mil hombres de un total de siete mil. Era una buena ocasión para marchar sobre Bruselas, pero don Juan carecía de dinero, aunque se conquistaron varias ciudades del Brabante oriental y Farnesio rindió alguna plaza fuerte del Limburgo (15 de junio de 1578), y se dispuso a conquistar Maastricht.

Don Juan, desilusionado por el fracaso de sus planes personales (el asesinato de su secretario, Juan Escobedo, en Madrid, los había desvanecido) y aquejado de fiebres tifoideas, se había retirado a Namur, donde expiró la noche del 1 de octubre a la edad de treinta y tres años.

Antes de su fallecimiento había nombrado sucesor a su sobrino y colaborador Alejandro Farnesio, a quien Felipe II confirmó en el cargo. Tenía entonces treinta y cuatro años; era de talla media, más bien pequeña, cuerpo delgado, pero musculoso y pleno de fuerza, y en su rostro, de tinte bronceado, destacaban sus ojos negros. Resistente a la fatiga, podía pasar noches sin dormir, y, aun con fiebre, no se quedaba en el lecho.

En su madurez, su arriesgado carácter, templado por la experiencia, había adquirido una gran prudencia. Este conjunto de excelentes dotes hacía de él un jefe ejemplar, querido por sus soldados, que le seguían sin vacilar, pues además les trataba con afabilidad, hasta el punto de que se asegura que conocía a muchos de ellos por sus nombres. Sabía ejercer su autoridad y mantener una perfecta disciplina, mostrándose implacable con los insubordinados. Por añadidura, vestía con magnificencia y gusto, aun en campaña, lo que causaba mayor impresión. Era generoso, aunque demasiado pródigo en las recompensas, rasgo del que se le acusó —no sin razón— al Monarca. Desde los treinta años padeció gota, que le atormentaba con frecuencia. No era locuaz, sino de palabras pensadas. Ante un asunto importante, reunía a su consejo, le escuchaba atentamente, y después tomaba la decisión que consideraba oportuna.

A pesar de las cualidades señaladas, Felipe II, aconsejado por Granvela, quiso que su madre, Margarita de Parma, la antigua gobernadora, estuviera a su lado en el gobierno. La idea de Granvela y de Felipe II era que Margarita llevara los asuntos propiamente de gobierno y su hijo se consagrara al mando del ejército y a las campañas militares. A Margarita, vieja y enferma, no le apetecía dejar Parma y volver a un puesto que le suscitaba amargos recuerdos, pero obedeció y llegó a Namur en 1580. Tampoco agradó a Farnesio que le pusieran limitaciones en su cargo, aunque se tratara de su madre, por lo que durante el tiempo que ella residió en Flandes, las relaciones entre ambos, anteriormente tan estrechas y cordiales, llegaron a relajarse a veces y tuvieron algunos enfrentamientos.

Margarita pidió en varias ocasiones su relevo, que no se le concedió hasta 1583, y regresó inmediatamente a Parma a reunirse con su esposo.

Después de Gembloux, los españoles se habían apoderado del Limburgo y mantenían la provincia de Namur y el ducado de Luxemburgo. Pero quedaba aún mucho territorio por reconquistar. Farnesio efectuó una reforma del Ejército y del Consejo de Estado. En éste tenían lugar preeminente el conde Pedro Ernesto de Mansfelt, maestre de campo general, y Octavio Gonzaga, general de la caballería, que no se entendían bien, por lo que Farnesio hubo de limar sus frecuentes discordias, y otros señores valones, españoles (entre ellos el valeroso y veterano coronel Francisco Verdugo), alemanes y borgoñones. Pero sus hombres de confianza eran su secretario, el italiano Cosme Massi, y el presidente del Consejo, el valón Jean Richardot.

Con la llegada de tropas de socorro disponía de unos veinticinco mil infantes y ocho mil caballos. También había recibido dinero suficiente para pagar buena parte de los atrasos a la caballería. El soberano le concedió facultades para negociar con los rebeldes sobre la base del acatamiento de la autoridad de la Corona y la profesión del catolicismo. Aunque los brillantes éxitos que obtendría en el futuro fueron debidos fundamentalmente a sus brillantes cualidades militares y personal habilidad negociadora, no debe olvidarse que también contribuyeron a ellos las diferencias entre sus enemigos y a que dispuso de mayores sumas de dinero que los gobernadores que le antecedieron. Fueron estos años ochenta una de las décadas del siglo XVI en que llegó la plata americana a España en mayor abundancia.

La idea de Farnesio consistía en apoderarse de una plaza importante y emprender negociaciones con los señores valones para tenerlos asegurados. Esta posibilidad de recuperar la confianza de las provincias meridionales venía facilitada por la creciente tensión que existía entre ellas y las provincias del norte. Los intentos de Guillermo de Orange de frenar a los fanáticos calvinistas de algunas ciudades del sur, como Bruselas o Gante, buscando la unión de todo el país contra el soberano español, fracasaron, pues se impusieron en el gobierno una especie de comités de defensa elegidos por los gremios. Estos comités trataron de ofrecer la soberanía de los Estados de las provincias meridionales al duque de Alençon, hermano del rey de Francia, lo que repugnaba a los norteños por tratarse de un francés y católico; preferían a un alemán, a ser posible protestante. Los excesos de los calvinistas en algunas ciudades norteñas provocaron una reacción en las provincias valonas, que en enero de 1579 acordaron formar una Unión en Arrás, a la que correspondieron, más tarde, las del norte con la Unión de Utrecht.

Esta ruptura, que prefiguraba la actual formación de Bélgica y Holanda, no significaba que las provincias valonas hubieran vuelto a la obediencia del soberano español. Para ellas, tan odioso era el extremismo de los calvinistas del norte como la intransigente dominación española. Farnesio, que se dio cuenta de ello, combinando la astucia diplomática con los éxitos militares, consiguió atraerlas. Por el tratado de Arrás de 17 de mayo de 1579, los representantes de las provincias de Artois, Hainault y Flandes valona aceptaban la soberanía española y se comprometían a mantener el catolicismo como religión única, a cambio del pago de sus tropas y de la partida de los tercios. Farnesio ratificó los privilegios de tales provincias y prometió retirar de cargos civiles y militares a los extranjeros.

Para rematar este éxito buscó un importante triunfo militar, que obtuvo a finales de 1579 al conquistar la estratégica plaza de Maastricht. Pero necesitaba más tropas, y consiguió convencer a los miembros de la Unión de Arrás que aceptaran los tercios españoles con una serie de garantías. A fines de 1582, Farnesio tenía bajo su mando casi sesenta mil hombres, incluyendo cinco mil españoles y cuatro mil italianos.

Con este gran ejército, aprovechando las disensiones de los enemigos, Farnesio redujo durante los años 1582 y 1583 ciudades tan importantes como Iprés, Brujas y Gante; en marzo de 1585, Bruselas, y el 17 de agosto la gran metrópoli comercial de Amberes.

Fue éste un hecho memorable en el que Farnesio usó no sólo la estrategia militar, sino también exhibió medios técnicos avanzados. Primeramente, había limpiado de enemigos las dos orillas del Escalda; después construyó un sólido y amplio puente de barcazas sobre el río, de Calloo a Oordam, además de varios fortines de defensa, que estuvo terminado el 25 de febrero de 1585; con dicho puente trataba de evitar que la ciudad fuera socorrida por mar. Los sitiados y sus aliados del exterior ensayaron todos sus medios, incluidos brulotes, hasta que, convencidos de la incapacidad de levantar el bloqueo, el 17 de agosto los responsables del gobierno de Amberes se vieron obligados a capitular. Se cuenta que cuando llegó la grata noticia a España era de noche, pero Felipe II no pudo contener su alegría y se levantó inmediatamente de la cama para anunciar con gran excitación a su hija Isabel: “Amberes es nuestra”. Fueron estos años ochenta los de mayor éxito de Farnesio, reconocido en toda Europa como estratega excepcional. El monarca español le había concedido la máxima condecoración de los Habsburgo, el Toisón de Oro, y, además, la muerte de su padre, Octavio, el 18 de septiembre de aquel mismo año 1585, le convirtió en duque de Parma y Piacenza. Los Países Bajos meridionales —la actual Bélgica— eran nuevamente españoles. Sólo las cinco provincias de Holanda, Zelanda, Utrecht, Frisia y Groninga resistían, así como parte de Güeldres, pero los rebeldes se hallaban desunidos y desmoralizados.

Isabel de Inglaterra, asustada por el avance español, tres días después de la caída de Amberes, firmó un tratado con los rebeldes (Nonsuch, 20 de agosto de 1585) por el que acordaba suministrarles ayuda militar bajo mando inglés. Pero el duque de Leicester no pudo impedir que Farnesio se apoderara de Sluys (La Esclusa), en las bocas del Escalda, en agosto de 1587.

Su intención de continuar la reducción de las provincias norteñas fue contenida por la determinación de Felipe II de conquistar Inglaterra, que desde finales de verano de 1585 cavilaba y que se convirtió en decisión firme tras la ejecución de María Estuardo (8 de febrero de 1587). La empresa contra Inglaterra estaba por entonces preparada, al menos en sus grandes detalles. La estrategia a seguir había sido aceptada por el Rey después de interminables consultas, sobre todo con el experto almirante Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, y con el propio Farnesio, por cartas o por enviados expresos. La intervención de éste era decisiva, ya que su ejército, embarcado en gabarras a la llegada de la Armada a las costas de Flandes y escoltadas por ella, debía poner pie en la costa inglesa.

Fue éste el punto más discutido, pues exigía un alto grado de coordinación, teniendo en cuenta, además, que los Países Bajos más meridionales carecían de puertos de calado suficiente para acoger los grandes buques de la Armada. Farnesio, aparte de que le disgustaba el proyecto, porque dilataba sus planes de reconquista de los Países Bajos, pensaba que la operación era excesivamente arriesgada y que muy probablemente terminaría en un fracaso. Entre otras cosas había que asegurar que los franceses, especialmente los hugonotes, no pusieran obstáculos al paso de la Armada. Para lograr inmovilizarlos, se contaba con el levantamiento de la Liga Católica en París, encauzada por el embajador español, Bernardino de Mendoza, en colaboración con el duque Enrique de Guisa, pero el pueblo parisino se precipitó y la insurrección se produjo en mayo de 1588, antes de que la Armada llegara al Canal de la Mancha. Además, el proyecto español era demasiado conocido, por lo que, cuando los galeones españoles estuvieron ante Calais, a comienzos de agosto, se hallaron enfrentados a una escuadra inglesa dotada de gran movilidad y cañones de largo alcance, mientras que en Flandes pequeños barcos holandeses sin quilla patrullaban con facilidad por los bajos fondos de la costa de Dunkerque y Nieuwport, donde esperaban evitar el embarque de las tropas de Farnesio. En estas condiciones resultaba imposible tanto que los galeones se acercaran a puerto como que las barcazas preparadas por Farnesio salieran sin protección para alcanzar a los buques de la Armada.

De esta manera, la operación fundamental, la del encuentro entre aquélla y las barcazas de Farnesio, nunca llegó a realizarse. Además, los ingleses lanzaron barcos incendiados contra la Armada que rompieron su formación, en tanto que terribles temporales la forzaron a levar anclas y, duramente hostigada por el enemigo, a poner rumbo hacia el noroeste. Sin embargo, en Madrid siempre quedarían sospechas de que Farnesio no estaba preparado en el momento oportuno para acudir de alguna forma a unirse a la Armada.

Orange fue asesinado en julio de 1584, por mandato español, decisión que por cierto no gustó a Farnesio por considerarla contraproducente, y los rebeldes de las Provincias Unidas del Norte nombraron al joven hijo del príncipe, Mauricio de Nassau, capitán general, ayudado por su primo Guillermo-Luis de Nassau, que se revelaron como excelentes estrategas.

Pero los proyectos de Farnesio de avanzar en el norte fueron nuevamente interrumpidos al ser llamado por Felipe II para intervenir en Francia, donde asesinado, en agosto de 1589, el rey Enrique III, se planteaba el problema de la sucesión, ya que no dejaba hijos.

Antes de morir había designado como sucesor a Enrique de Borbón, príncipe de Bearne y titulado rey de Navarra, cabeza de los hugonotes. Pero la mayor parte de los franceses se oponía a admitir a un rey hereje y excomulgado por la Santa Sede. El Borbón, que era un gran soldado, consiguió una importante victoria sobre el duque de Mayenne, jefe de la Liga Católica, y puso sitio a París, donde se concentraban unas doscientas mil personas, que resistieron heroicamente, gracias a su fe, estimulada por los predicadores, durante cuatro meses, comiendo hierbas y animales repugnantes. El embajador español, Bernardino de Mendoza, se mostró incansable, animándolos a esperar la pronta llegada de los socorros prometidos por el monarca español. Pero Farnesio, que sufría fuertes ataques del enemigo, no veía el momento de abandonar los Países Bajos, donde se perdería lo conseguido con tanto esfuerzo. Así se lo comunicó a Felipe II, quien le contestó que el problema de Francia era prioritario, conminándole a acudir lo antes posible a desbloquear París. Aunque Farnesio trató de asegurar algunas plazas, obligado por las apremiantes órdenes del Monarca, el 16 de agosto partió de Bruselas, cruzó la frontera, reuniéndose en Meaux con las tropas de la Liga, y con solamente algo más de quince mil hombres se dirigió hacia París. El Borbón, abandonando allí a parte de sus tropas, acudió a cortarle el paso. Pero Farnesio, que no quería arriesgar batalla, durante la noche, realizó una hábil maniobra y se apoderó el 7 de septiembre de Lagny, llegando a las orillas del Marne pocos días después, con lo que quedaban abiertos todos los accesos por tierra y agua a la capital. Como le había encargado el Monarca, trató con los jefes de la Liga de los proyectos para instalar en el trono a la infanta Isabel Clara Eugenia, y a comienzos de diciembre regresó a los Países Bajos, dejando una parte de sus soldados en Francia. El desbloqueo de París había sido un éxito, pero la rápida partida de Farnesio, sin esperar órdenes de su Soberano —lo que le disgustó seriamente— dejó la capital prácticamente en el mismo estado que antes, aunque ahora el Borbón, sabiéndose dueño de la situación y mirando al futuro, permitió la entrada o salida de personas y de mercancías mediante salvoconductos y pago de peajes.

A su regreso, Farnesio halló los Países Bajos en peor estado del que había previsto. Se había perdido buena parte de territorio y el ejército, al que no se le había podido pagar sus soldadas, estaba amotinado. En julio de 1591 se encaminó a Nimega, sitiada por las tropas de Mauricio de Nassau. Pero Felipe II volvió a reclamarle, esta vez para socorrer la importante ciudad de Ruán, cercada por las tropas de Enrique de Borbón. Farnesio, habiendo advertido nuevamente a Madrid, sin éxito, el riesgo que corrían los Países Bajos en su ausencia, levantando el cerco de Nimega, volvió a entrar en Francia. Unidas sus tropas a las de Mayenne, continuó hacia la ciudad sitiada. Negoció nuevamente con los jefes de la Liga sobre los planes para alcanzar los objetivos previstos por Felipe II, pero prontamente advirtió que no estaban dispuestos a secundar los designios del monarca español, y no insistió.

Sin embargo, siguió camino hacia Ruán. El de Borbón le esperaba en la ruta normal, pero Farnesio escogió otro camino, más áspero y difícil, y logró en abril de 1592 liberar aquella plaza. En el sitio de Caudebec, Farnesio fue alcanzado en un brazo por un tiro de arcabuz. A pesar de las molestias que le ocasionaba la herida, para completar el desbloqueo de Ruán, emprendió el asalto a Ivetot. Pero el Borbón, que había reconstruido su ejército, era superior en número y le tuvo entretenido durante quince días con constantes escaramuzas. Este retraso sería fatal, pues el estado de salud de Farnesio, que no había podido curarse de la herida del brazo, empeoró hasta el punto de que hubo de dirigir las operaciones desde el lecho de campaña con ayuda de su joven hijo Ranuccio. Demasiado débil, decidió retirarse a los Países Bajos, y dando nuevas pruebas de su gran pericia militar, casi sin poder sostenerse sobre su caballo, eludió al enemigo, y en julio de 1592 estaba en Flandes.

Aconsejado por sus médicos, se dirigió a la famosa fuente termal de Spa a recuperarse. En cuanto creyó hallarse algo mejorado, se dispuso a volver a Francia para continuar la campaña. Pero Felipe II no pensaba ya en él, pues aparte de su precario estado de salud, le había exasperado repetidamente con su renuencia en acudir a Francia y haber consumido buena parte del dinero preparado para aquella campaña en la defensa de sus posiciones en Flandes. El pundonoroso Farnesio, sin embargo, al tener noticia de la próxima llegada de Pedro Enríquez de Azevedo, conde de Fuentes, lo que parecía indicar que venía a hacerse cargo del gobierno y ejército, considerándolo una insoportable humillación, realizó un supremo esfuerzo.

El 11 de noviembre dejó Bruselas decidido a unirse al ejército que luchaba en Francia, pero al llegar a Arrás, sintió que las fuerzas le flaqueaban y decidió reponerse unos días en la abadía de Saint Waas. Pero la enfermedad —“hidropesía”, según las fuentes coetáneas— seguía su curso y se hallaba sumamente enflaquecido, aunque no dejó de despachar cartas y papeles en los días que hubo de pasar en la citada abadía.

El 1 de diciembre se acostó a la hora acostumbrada, pero horas después sintió que llegaba su fin. Atendido por su médico y su confesor, falleció en la madrugada del 2 de diciembre de 1592. Tenía cuarenta y siete años. Su cuerpo fue llevado a Bruselas, donde se le tributaron solemnes exequias, y fue sepultado en el mausoleo de Parma.

 

Bibl.: A. Vázquez, Los sucesos de Flandes y Francia del tiempo de Felipe II, Madrid, Imprenta de J. Perales y Martínez, 1842 (Colección de documentos inéditos para la historia de España, ts. 72 y 73); F. Barado y Font, Sitio de Amberes 1584-1585: antecedentes y relación crítica con el principio y fin que tuvo la dominación española en los Estados Bajos, Madrid, Palacios, 1891; A. Capelli, “Alessandro Farnese all’impresa di Navarino”, en Áurea Parma (AP), t. I (1912), fasc. 1-2; “Alessandro Farnese alla bataglia de Lepanto”, en AP, t. II (1913), págs. 1-19; P. O. von Törne, Don Juan d’Autriche et les projets de conquête de l’Angleterre, Helsingfors, 1915-1928; L. Serrano, La Liga de Lepanto entre España, Venecia y la Santa Sede (1570-1573): ensayo histórico a base de documentos diplomáticos, Madrid, Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, 1918; L. Van der Essen, Alexandre Farnèse, Prince de Parma, Gouverneur général des Pays Bas (1545-1592), Bruxelles, Nouvelle Société d’Éditeurs, 1932-1937; M. Romano (ed.), Le corti farnesiane di Parma e Piacencia, Roma, 1978; F. Fernández Segado, “Alejandro Farnesio en las negociaciones de paz entre España e Inglaterra (1586-1588)”, en Hispania, 45 (1985), págs. 513-578; G. Parente et al., Los sucesos de Flandes de 1588 en relación con la empresa de Inglaterra, Madrid, Naval, 1988; G. Parker, España y la rebelión de Flandes, Madrid, Alianza Editorial, 1989; La gran estrategia de Felipe II, Madrid, Alianza Editorial, 1998; V. Vázquez de Prada, Felipe II y Francia (1559-1598). Poder, religión y razón de Estado, Pamplona, Eunsa, 2004.



martes, 17 de julio de 2012

133.-Antepasados del rey de España: Julia Teresa Salomé von Hauke.


Esteban Aguilar Orellana ; Giovani Barbatos Epple.; Ismael Barrenechea Samaniego ; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; Rafael Díaz del Río Martí ; Alfredo Francisco Eloy Barra; Rodrigo Farías Picón; Franco González Fortunatti ; Patricio Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda; Jaime Jamet Rojas ; Gustavo Morales Guajardo ; Francisco Moreno Gallardo ; Boris Ormeño Rojas; José Oyarzún Villa ; Rodrigo Palacios Marambio; Demetrio Protopsaltis Palma ; Cristian Quezada Moreno ; Edison Reyes Aramburu ; Rodrigo Rivera Hernández; Jorge Rojas Bustos ; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba ; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala ; Marcelo Yañez Garin; ; Maria Francisca Palacio Hermosilla; 


Julia Teresa Salomé von Hauke.



Julia Hauke 1840, Gouache von Woldemar Hau

(Varsovia, 12 de noviembre de 1825 - Castillo de Heiligenberg, 19 de septiembre de 1895) fue la esposa de Alejandro de Hesse-Darmstadt, tercer hijo del gran duque Luis II de Hesse-Darmstadt,  y la madre del príncipe Alejandro I de Bulgaria. Sus descendientes forman parte de las familias reales de España y Reino Unido.

Biografía.
Fotografía.


Nació el 12 de noviembre de 1825 en Varsovia, Polonia, y fue hija del conde Hans Moritz von Hauke y de su esposa Sophie Lafontaine. ​ Su padre era un alemán, militar de profesión, que luchó con el ejército de Napoleón en Austria, Italia, Alemania y España. Después de servir en el ejército polaco desde 1790 y el ejército del Gran Ducado de Varsovia de 1809 a 1814, entró en las filas del ejército del Zarato de Polonia, se convirtió en general en 1828 y fue premiado con un título de nobleza polaco. En reconocimiento a sus habilidades, Nicolás I lo nombró ministro de guerra y le elevó a conde en 1829. Este título convirtió automáticamente a Julia en una Hrabianka -una condesa polaca hereditaria.

Portrait of Julia Hauke (1825-1895)


En la Revolución de 1830, durante la rebelión de los cadetes polacos, el gran duque Constantino, virrey de facto de Polonia, logró escapar, pero el conde de Hauke murió al recibir un disparo hecho por algún cadete en las calles de Varsovia. Su esposa falleció al poco tiempo de un shock nervioso y sus hijos quedaron bajo la tutela del zar.
La condesa Julia sirvió como dama de compañía de la emperatriz María Alexandrovna, esposa del zar Alejandro II y hermana del príncipe Alejandro de Hesse-Darmstadt, que se enamoró de Julia durante una visita a San Petersburgo. El zar no aprobaba la relación de su cuñado con la dama de compañía, así que los jóvenes enamorados se fugaron y se casaron el 28 de octubre de 1851 en Breslavia,​ en la Silesia prusiana (antes Breslau, hoy Wroclaw, en Polonia). Para ese momento, Julia tenía seis meses de embarazo de su primera hija.
El matrimonio fue considerado morganático, ya que Julia no era del mismo rango que su esposo. Por este motivo Alejandro perdió sus derechos dinásticos y sus títulos nobiliarios en el gran ducado de Hesse-Darmstadt y sus hijos fueron excluidos de la sucesión al trono. El gran duque Luis III de Hesse-Darmstadt, hermano de Alejandro, nombró a Julia condesa de Battenberg en 1851, con el tratamiento de Su Alteza Ilustrísima. 
Más tarde, el 26 de diciembre de 1858, la elevó a princesa de Battenberg con el tratamiento de Alteza Serenísima. Como resultado, los hijos de Julia y Alejandro tomaron el apellido de la madre y fueron a su vez elevados a príncipes o princesas y denominados Altezas Serenísimas. De esta manera, Battenberg llegó a ser el nombre de una rama de la casa de Hesse.  Julia se convirtió del Catolicismo Romano al Luteranismo en 1875.

Cementerio.

Lugar de descanso final del príncipe Alejandro de Hesse y la princesa Julia de Battenberg

Conjunto en el jardín del claustro de Heiligenberg, cerca de Jugenheim. Cruz conmemorativa de la Gran Duquesa Guillermina de Hesse-Bremen, consagrada el 28 de mayo de 1866; capilla conmemorativa de la Casa de Battenberg/Mountbatten, erigida como mausoleo para el Príncipe Alejandro de Hesse (+1888) en 1894, lugar de descanso final del Príncipe Alejandro y su esposa Julia, Princesa de Battenberg, de soltera Condesa Hauke ​​(+1895), en 1902.


Escudo de Armas.
Escudo de armas de los Condes de Hauke.


Gran duque de Hesse 1902–1918




Arms  de Battenberg: sobre campo de plata, dos palos de sable iguales entre sí y a los espacios del campo, otorgados a la condesa Julia Hauke, creada "Princesa de Battenberg", por el Gran Duque de Hesse
Escudo de armas de Louis Alexander, primer marqués de Milford Haven (desde 1917)

Luis Alejandro de Battenberg (en alemán: Ludwig Alexander Prinz von Battenberg; 24 de mayo de 1854-11 de septiembre de 1921), posteriormente conocido como Luis Alejandro Mountbatten, primer marqués de Milford Haven, fue un príncipe alemán hijo del príncipe Alejandro de Hesse-Darmstadt y de la condesa Julia von Hauke. Estuvo íntimamente relacionado con la familia real británica, ya que contrajo matrimonio con una nieta de la reina Victoria, la princesa Victoria de Hesse-Darmstadt, y mantuvo una distinguida carrera dentro de la Marina Real.

Los Battenberg fueron una familia de condes alemanes que vivían en el castillo de Kellerburg, cerca de Battenberg (Hesse-Nassau), y que se extinguió en el siglo XIV (hacia 1314).
El título condal fue rehabilitado por el gran duque Luis III de Hesse (1806-1877) y el Rin en 1851 para ser otorgado a Julia von Hauke (1825-1895), esposa morganática de su hermano el príncipe Alejandro de Hesse-Darmstadt (1823-1888). Como era habitual en la época cuando se producía un matrimonio desigual, los hijos nacidos de esa unión pasaban a ostentar el apellido de la madre (la parte desigual de la pareja) y la dignidad y el tratamiento que decidiera el jefe de la casa.
En 1858 los Battenberg fueron elevados al rango de príncipes con el tratamiento de altezas serenísimas. Gracias a una serie de matrimonios, sin trazado político alguno, los Battenberg están entroncados con la práctica totalidad de las casas europeas.
En 1917, en plena Primera Guerra Mundial, debido a que Gran Bretaña estaba en guerra con Alemania, la rama inglesa de los Battenberg cambió la versión alemana de su apellido (Battenberg significa en alemán "montaña de Batten o Montebatten") por la traducción al inglés, pasándose a llamar «Mountbatten» (montaña de Batten).


Hijos.

Julia y Alejandro tuvieron cinco hijos, todos príncipes de Battenberg:

María Carolina (1852–1923) — Casada en 1872 con Gustavo Ernesto, Conde (posteriormente Príncipe) de Erbach-Schönberg. La pareja tuvo descendencia.

Luis Alejandro (1854–1921) — Casado en 1884 con la princesa Victoria de Hesse-Darmstadt (nieta de la reina Victoria). A instancias del rey Jorge V, Luis renunció al título de príncipe de Battenberg en el Gran Ducado de Hesse y con esto al tratamiento de Alteza Serenísima el 14 de julio de 1917. Al mismo tiempo, cambió su apellido «Battenberg» a la versión inglesa «Mountbatten». El 17 de julio, el rey lo creó marqués de Milford Haven, conde de Medina y vizconde de Alderney, títulos de la nobleza del Reino Unido. Victoria y Luis tuvieron cuatro hijos: Alicia, casada en 1903 con el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca y madre del príncipe Felipe, duque de Edimburgo; Luisa, casada en 1950 con Gustavo VI Adolfo, rey de Suecia; Jorge, casado con la condesa Nadejda Mijáilovna de Torby; y Luis, casado con Edwina Ashley.

Alejandro José (1857–1893) — Elegido como Príncipe Soberano de Bulgaria en 1879, con la aprobación de las grandes potencias europeas. Abdicó en 1886 y fue nombrado conde de Hartenau, casado morganáticamente en 1889 con Johanna Loisinger. La pareja tuvo descendencia.

Fotografía 

Enrique Mauricio (1858–1896) — Se casó con la princesa Beatriz, hija menor de la reina Victoria. La pareja se fue a vivir con la reina a Gran Bretaña, para que Beatriz pudiera seguir haciéndole compañía a su madre y actuando como su secretaria privada. La pareja tuvo descendencia, incluyendo a la reina Victoria Eugenia de España. Sus hijos permanecieron en el Reino Unido y fueron Lords y Ladies y adoptaron también el apellido Mountbatten a partir de 1917. Su hijo mayor recibió el título de marqués de Carisbrooke en 1917.

Francisco José (1861–1924), casado en 1897 con la princesa Ana de Montenegro (1874–1971), sin descendencia.



Distinciones honoríficas.
 
Gran Ducado de Hesse
  • Dama de la orden del León Dorado (1 de enero de 1883)
  • Condecorada con la Medalla de Sanidad Militar (Militär-Sanitätskreuz).
  • Condecorada con la Medalla conmemorativa de la Campaña Francesa en 1870/1871 (Kriegsdenkmünze für die Feldzüge 1870–71) (para no combatientes)

Extranjeras

  • Dama gran cruz de la Orden de Santa Catalina (Imperio ruso)
  • Condecorada con la primera clase de la Orden de la Cruz Roja (Орден Красного Креста для женщин и девочек) ( Imperio ruso)
  • Dama de la Orden de Teresa. ( Baviera)
  • Condecorado con la Cruz del Mérito de primera clase de 1870/1871 (Verdienstkreuz für die Jahre 1870/71) ( Baviera)

Ancestros Julia Teresa Salomé von Hauke.
 
1. Julia Teresa, Princesa de Battenberg

2. Conde Hans Johann Moritz de Hauke
3. Sophie Lafontaine
 
4. Friedrich Carl Emanuel Hauke
5. María Salomé Schweppenhäuser
6. Doctor Franz Anton Leopold Lafontaine
7. María Theresa Kornély
 
8. Ignatz Marianus Hauck
9. Baronesa María Franziska Riedesel de Eisenbach
10. Heinrich Wilhelm Schweppenhäuser
11. Charlotte Philippine Juliane Westermann
12. Benno Leopold Ignatius Lafontaine
13. María Katharina Franziska Leonhardt
14. Markus Kornély
15. Sophie Maria Wójcik
16. Johann Gaspar Hauck
17. Johanna Barbara o Bárbara N.
18. Barón George XX Riedesel de Eisenbach
19. Margarethe Kilian
20. Johann Schweppenhauser
21. María Magdalena Boell
22. Johann Heinrich Westermann
23. Sophia Elisabeth Eleonore Bode
24. Johan de la Fontaine
25. María Rosalía Bonelli
26. Franz Joseph Leonhardt
27. Marie Mayer
28. Albert Kornély
29. Sophie Kowalska
30. Dominik Wójcik
31. Maria Novák

Julia de Hauke
Princesa de Battenberg

Información personal
Nombre
secular
Julia Teresa
 Salomé
Otros
títulos
Condesa Hauke
Nacimiento12 de noviembre 
de 1825
Varsovia, Polonia
del Congreso
Fallecimiento19 de septiembre
 de 1895
 (69 años)
Castillo de
Heiligenberg, 
Jugenheim, 
Gran Ducado
de Hesse-Darmstadt
SepulturaJardines del 
Castillo de
Heiligenberg
Familia
Casa realBattenberg
PadreHans Mauricio
 von Hauke
MadreSofía Lafontaine
CónyugeAlejandro de
Hesse-Darmstadt


Títulos:

  • 12 de noviembre de 1825 - 20 de noviembre de 1851: Condesa Julia Hauke.
  • 20 de noviembre de 1851 - 30 de diciembre de 1858: Su Alteza Ilustrísima la condesa de Battenberg.
  • 30 de diciembre de 1858 - 19 de septiembre de 1895: Su Alteza Serenísima la princesa de Battenberg.

Príncipe de Hesse y del Rin.



Alejandro de Hesse-Darmstadt (Alexander von Hessen und bei Rhein; Darmstadt, 15 de julio de 1823-Darmstadt, 15 de diciembre de 1888) fue un príncipe y militar alemán del siglo XIX.

Biografía.



Fue el tercero de los cuatro hijos de Luis II de Hesse-Darmstadt y de Guillermina de Baden.

Aunque Alejandro es famoso por su escandaloso matrimonio, también lo es por las dudas sobre su paternidad, pues existen rumores —posiblemente certeros— que dicen que tanto él como su hermana María eran hijos del barón Augusto de Senarclens de Grancy, chambelán de su madre.

Como cualquier otro príncipe, Alejandro mantuvo la tradición marcial de su familia y sirvió en el Ejército ruso, donde fue un distinguido soldado con una brillante carrera por delante. Mandaba un regimiento de lanceros y fue premiado con la Cruz de San Jorge. El hecho de que su hermana María fuese la zarevna (princesa heredera) de Rusia (esposa del futuro zar Alejandro II de Rusia), no era una desventaja para sus propósitos.
Esta prometedora carrera fue destruida por un escándalo, pues Alejandro se enamoró de la condesa Julia de Hauke, una camarera de su hermana María Alexandrovna. La condesa era una huérfana de origen germano-polaco protegida del zar, e hija de Hans Moritz von Hauke, antiguo ministro de guerra del zar. Con el tiempo, el zar Nicolás I consideró a Alejandro como un posible marido para su sobrina, pero enterado del romance, prohibió el matrimonio; era inconcebible que una persona cercana a la familia imperial se casase con una simple condesa. El Almanaque de Gotha, léxico y guía de las clases tituladas europeas, era muy claro en asuntos de índole matrimonial.
Alejandro se marchó a Inglaterra para meditar sobre su futuro, pero acabó regresando a Rusia para fugarse con Julia a Breslavia (hoy Wroclaw, en Polonia), donde se casaron en octubre de 1851.
Volvieron a Hesse, donde el hermano mayor del novio, el Gran Duque Luis III de Hesse-Darmstadt, estaba disgustado por el inferior estatus dinástico de la mujer de su hermano. Se nombró a Julia condesa de Battenberg (nombre de una pequeña ciudad en el norte de Hesse, donde ellos vivieron apartados en un primer momento), pero sus hijos quedaron definitivamente excluidos de la línea de sucesión. Por fin la condesa fue elevada al rango de princesa, y la pareja pudo así volver a Darmstadt.
Habiendo perdido sus prerrogativas dinásticas, el príncipe Alejandro y su morganática esposa vivieron una vida tranquila. Su familia vivía principalmente en el palacio de Heiligenberg, junto a Jugenheim, en el sur de Hesse.

Alejandro de Hesse y Julia de Battenberg tuvieron cinco hijos, que heredaron el título y el apellido de su madre. 



Hesse-Darmstadt (desde 1568, Landgraviato de Hesse-Darmstadt; a partir de 1816, Gran Ducado de Hesse y el Rin) fue un antiguo Estado del Sacro Imperio Romano Germánico, en el actual territorio de Alemania, y plenamente independiente desde 1806. Su historia comprende desde 1568 hasta 1918. Su capital era Darmstadt, ciudad que le dio nombre en sus orígenes.



Hesse-Darmstadt se constituyó como Estado independiente a partir de la fragmentación del Landgraviato de Hesse, cuyo último gobernante, el landgrave Felipe I de Hesse, dividió sus posesiones entre sus cuatro hijos a su muerte en 1568. Tiempo después, sólo sobrevivirían dos de estos landgraviatos: Hesse-Darmstadt y Hesse-Kassel, Estados que llegarían a rivalizar entre sí, pese a tener lazos familiares. Los otros dos Hesse-Marburgo y Hesse-Rheinfels desaparecerían.
Mientras que Hesse-Kassel se convirtió al calvinismo, Hesse-Darmstadt permaneció luterano, y el landgrave Jorge II mantendría una alianza con Sajonia y a la larga se uniría a la causa austriaca.
Con la Reichsdeputationshauptschluss, una serie de secularizaciones llevadas a cabo en Alemania, el landgraviato de Hesse-Darmstadt aumentó sus fronteras en 1803. Entre los territorios ganados se encontraban el Ducado de Westfalia, gobernado por el Arzobispo de Colonia, y también los territorios del Electorado de Maguncia y el obispado de Worms.
En 1806 se disolvió el Sacro Imperio Romano Germánico. Algunos años después, el Landgraviato de Hesse-Darmstadt cambió su nombre a Gran Ducado de Hesse y el Rin en 1816.
En 1867, la mitad norte del Gran Ducado (provincia de Oberhessen) se integró dentro de la Confederación Alemana del Norte, mientras que la otra mitad al sur del Rin (provincias de Starkenburg y Rheinhessen) permaneció fuera de la misma. En 1871, el Gran Ducado pasó a formar parte del Imperio alemán. El último gran duque, Ernesto Luis, fue derrocado del trono al finalizar la Primera Guerra Mundial. Abolida la monarquía, se cambió el nombre a Estado Popular de Hesse, un estado de la República de Weimar, poniendo fin así a la historia del Gran Ducado.
Actualmente, la mayor parte de lo que fue Hesse-Darmstadt pertenece al Estado federado alemán de Hesse, mientras que la provincia occidental de Rheinhessen se integró al Estado de Renania-Palatinado.



Palacio de Heiligenberg.





Schloss Heiligenberg es un castillo al este de Jugenheim, parte de Seeheim-Jugenheim, a unos 12 kilómetros al sur de Darmstadt, Alemania. Está construido sobre el Heiligenberg, con vistas panorámicas de Renania hasta el Palatinado.
El palacio
Al comienzo del siglo XIX se construyó el palacio en el Heiligenberg. Más tarde, la gran duquesa Guillermina de Hesse-Darmstadt y su hijo, el príncipe Alejandro de Hesse-Darmstadt, hicieron ampliaciones que fueron diseñadas por Georg Moller entre 1862-1867.

Vista del castillo con el escudo de armas de Hesse en la torre.


Alejandro, tercer hijo del gran duque Luis II de Hesse-Darmstadt, a partir de 1852 vivió principalmente en Darmstadt o en el palacio de Heiligenberg, al menos cuando no estaba en campaña. El 28 de octubre de 1851 contrajo matrimonio morganático con la condesa Julia de Hauke, dama de compañía de su hermana, la zarina María de Hesse-Darmstadt. Alejandro y Julia fueron los fundadores del linaje Battenberg/Mountbatten. 












Debido a que la familia tenía amplias conexiones reales, hasta 1914 el palacio acogió regularmente al zar y su familia, así como a muchos otros reyes, príncipes y diplomática.



Padres.

Hans Moritz von Hauke (Seifersdorf, Sajonia, 26 de octubre de 1775 - Varsovia, Polonia del Congreso, 29 de noviembre de 1830) fue un militar polaco al servicio de Napoleón Bonaparte que combatió en las guerras napoleónicas. 

Epitafio de Hauck y su familia en la Iglesia de los Capuchinos

La Iglesia de los Capuchinos en Varsovia.


Hijo de descendientes alemanes, Hans Moritz von Hauke nació en Seifersdorf, en el Electorado de Sajonia, el 16 de enero de 1791. Hijo de Friedrich Karl Emanuel Hauke (1737-1810), un profesor de alemán que trabajaba en Varsovia, Moritz von Hauke se unió en 1790 al ejército de la República de las Dos Naciones. Participó en la Insurrección de Kościuszko, liderada por Tadeusz Kościuszko, y más tarde pasó a formar parte del ejército del Gran Ducado de Varsovia. Combatió en Austria, Italia, Alemania y en España. Después de 1815 se unió al ejército del Congreso de Polonia, alcanzando el grado de general en 1826. El zar Nicolás I de Rusia le nombró ministro de guerra en 1829.
En el levantamiento de noviembre de 1830, el objetivo principal de Moritz era el Gran Duque Constantino, gobernador general de Polonia. En una persecución tras el duque, Hauke fue asesinado a balazos en las calles de Varsovia por los hombres de Constantino, ante los ojos de su esposa, Sophie Lafontaine, y de sus tres hijos más jóvenes, incluida Julia de Hauke, futura esposa de Alejandro de Hesse-Darmstadt. Su esposa falleció pocos años después, y sus hijos más jóvenes quedaron bajo la tutela del zar, mientras que sus tres hijos mayores se unieron a la insurrección y uno de ellos, Maurice Leopold, murió durante la Batalla de Ostrołęka en 1831 con tan sólo 27 años de edad. Después de su victoria sobre los polacos, el zar levantó un enorme obelisco en Varsovia en 1841, dedicado a la memoria de Hauke y a otros cinco generales polacos; aún así, el obelisco fue derribado en 1917.
Está enterrado con su esposa y sus hermanos en la cripta de la Iglesia de los Capuchinos de Varsovia .

 Sophie Lafontaine (1790 – 1831)
Sophie Hauke ​​​​(1790-1831) de Alexander Molinari (1830)


La esposa de Hauke, Sophie Lafontaine (1790-1831), era hija del médico militar Franz Leopold Lafontaine , cirujano jefe del ejército del Ducado de Varsovia, que venía de Biberach an der Riß y se había mudado a Polonia alrededor de 1780.




Abuelos.



Friedrich Karl Emanuel Hauke ​​(nacido como Johann Friedrich Michael Hauck;  4 de octubre de 1737 - 18 de junio de 1810)  era hijo de Ignatius Hauke ​​(1705-1784) y Maria Franziska Riedesel zu Eisenbach (1718-1785), hija ilegítima del barón Georg XX Riedesel zu Eisenbach.Tres de sus hijos fueron elevados al rango de conde dentro de Polonia-Lituania y el Sacro Imperio Romano Germánico .
El hermano de Friedrich, Peter Anton, era canónigo en la Catedral de Maguncia. Desde muy joven, Friedrich trabajó como secretario de la familia de los Condes de Brühl , viviendo alternativamente en Seifersdorf, en Sajonia y Varsovia . En 1782, Hauke ​​y sus hermanos cambiaron su apellido de Hauck al más fonético Hauke. En 1785 , el conde Alois Friedrich von Brühl se mudó permanentemente a Sajonia, mientras que los Hauke, cuyos hijos se unieron a Varsovia , permanecieron en Polonia. Friedrich primero enseñó en la Escuela de Artillería de la Corona, luego dirigió una escuela privada exclusiva para niños, a la que asistían los hijos de la rica nobleza. 
En 1807 aceptó el puesto de profesor de alemán y matemáticas en el Liceo de Varsovia, donde permaneció hasta su muerte.

María Salomé Schweppenhäuser (1751-1833)  




Nacimiento: 29 noviembre de 1755 en Rechtenbach über Weissenburg, Alemania. 
Fallecimiento: 15 Septiembre de 1833, a los 77 años, en Varsovia , Polonia.

Fue dama de compañía en la corte de Bad Bergzabern (Casa del Palatinado-Zweibrücken.) y Darmstadt.(Hesse-Darmstadt.) Como esposa de Friedrich Hauke ​​(1737-1810), se convirtió en antepasada de la familia noble Battenberg, restablecida en 1851 para los descendientes del príncipe Alejandro de Hesse-Darmstadt y su esposa Julia Therese von Hauke.

La tumba de Maria Salomea Hauke, de soltera Schweppenhäuser, y sus hijas Christina Hurtig y Caroline Lessel (Cementerio Evangélico de Varsovia)

María Salomea Schweppenhäuser era hija del pastor protestante Heinrich Wilhelm Schweppenhäuser (1718-1760) y su esposa Charlotte Philippine, de soltera Westermann. Su padre fue pastor en Sessenheim hasta su muerte y predecesor de Johann Jakob Brion, de cuya hija Friederike Brion era amiga. María Salomea se convirtió en dama de compañía en la corte de Bergzabern, residencia de la viuda de la condesa palatina y duquesa de Palatinado-Zweibrücken, Carolina. Más tarde fue empleada por la hija de Carolina, la princesa Enriqueta Carolina , esposa del príncipe heredero Luis de Hesse-Darmstadt, en la corte de Darmstadt.
Maria Salomea se casó con Friedrich Hauke, secretario del conde de Brühl , en 1773. Este conde fue llamado a Varsovia en 1782, y Friedrich Hauke ​​se convirtió en recaudador de impuestos en Polonia. El hijo de Friedrich y Maria Salomea, Hans Moritz Hauke, se convirtió en general del ejército ruso en Polonia en 1816 y fue ennoblecido como conde Hauke ​​en 1829. Fue asesinado durante el Levantamiento polaco en 1830, y sus hijos, junto con su abuela, fueron a la corte del zar ruso en San Petersburgo.
 Su hija, Julia Hauke, se casó con el príncipe Alejandro de Hesse en Breslau en 1851 en lo que entonces se consideraba un matrimonio morganático. Posteriormente, el gran duque de Hesse, hermano de Alejandro, nombró a su cuñada condesa de Battenberg, en honor a una extinta familia hessiana.

Antigua casa parroquial protestante en Oberotterbach, construida en 1732


Placa conmemorativa del pastor Johann Schweppenhäuser en la antigua rectoría de Oberotterbach.

María Salomea se encuentra, por tanto, entre los antepasados ​​de la actual familia real británica, la Casa de Mountbatten-Windsor , así como de la familia real española. Una placa en la antigua rectoría de Oberotterbach conmemora la conexión del pueblo con esta casa real. La rectoría fue construida en 1732 bajo la dirección de Johann Schweppenhäuser, padre de Heinrich Wilhelm Schweppenhäuser.

Doctor Franz Anton Leopold Lafontaine.


Franz Leopold Lafontaine, su esposa e hijas Sophie y Victoria,
 pintura anónima, c. 1790-1800, Museo Nacional de Varsovia


Franz Anton Leopold Lafontaine (nacido el 14 de enero de 1756 en Biberach an der Riss ; muerto el 12 de diciembre de 1812 en Mogilev ) fue un médico militar alemán al servicio de Austria y Polonia . Fue el abuelo materno de la princesa Julia von Battenberg .

Franz Leopold era hijo del marchante de arte Benno Leopold Ignaz Lafontaine y Marie Katharina Franziska de soltera Leonhardt y recibió su educación de los benedictinos en Biberach; después trabajó cuatro años como interno en una farmacia . A partir de 1774 estudió medicina en la Universidad de Estrasburgo , donde se doctoró en cirugía en 1777 . Luego fue a Viena , donde recibió su formación práctica en la clínica de Maximilian Stoll hasta 1778 . En 1780 renunció como cirujano.Se alistó en el ejército austríaco, donde sirvió en Crimea y Galicia hasta 1782 .
En esos años su regimiento llegó a Tarnów , que entonces pertenecía a Austria. Tras dejar el ejército, Lafontaine ejerció en esa ciudad, luego en las fincas gallegas de la princesa Lubomirski , y finalmente en Cracovia , donde abrió una consulta médica privada . En 1787 fue a Varsovia , donde fue nombrado médico de la corte del rey Estanislao II Augusto Poniatowski . Pronto se convirtió en un médico muy apreciado en los círculos cortesanos, alcanzó una gran reputación y una considerable fortuna. En 1803 compró el señorío Falęcin cerca de Czersk . En 1791 se le concedió la Universidad de Halle, Doctorado en Medicina y Cirugía sin examen .
Alrededor de 1789 se casó con Theresia de Cornelly (1768-1827), una dama de honor de ascendencia húngara . La pareja Lafontaine organizó una jornada de puertas abiertas, frecuentada por muchas figuras destacadas de la época, como Tadeusz Kościuszko , el general Jan Henryk Dąbrowski y el príncipe Józef Poniatowski . El doctor Lafontaine también poseía una gran colección de pinturas.

Después de la formación del Ducado de Varsovia en 1807, Lafontaine recibió el cargo de Cirujano Jefe del ejército del Ducado con la tarea de organizar el servicio médico militar. Creó una escuela para cirujanos de campo y médicos militares y llenó su biblioteca con libros de su propia colección. En 1811 fue nombrado médico jefe del ejército del ducado. Como tal, participó en la campaña rusa de Napoleón en 1812, fue hecho prisionero por los rusos y murió como prisionero de guerra en Mogilev.
Franz Lafontaine dejó siete publicaciones científicas, tres de las cuales se han perdido. Fue uno de los pioneros de la vacunación contra la viruela en Polonia , organizó los hospitales militares del país según nuevos principios, también se interesó por la medicina veterinaria y escribió un tratado sobre la fiebre aftosa . Se hizo famoso por su trabajo sobre el catarro .
Su conocimiento del idioma polaco siguió siendo pobre hasta el final; escribió sus artículos y cartas en alemán, latín o francés. Lafontaine también trabajó como dramaturgo; su obra "Reclutamiento" se representó en Varsovia en 1809 en traducción al polaco.
Lafontaine era un francmasón activo , miembro de la logia "Para el beneficio vencido" en Cracovia (est. 1786) y después de mudarse a Varsovia en la logia "Diosa de Eleusis" allí (est. 1780).
El matrimonio Lafontaine tuvo dos hijas: Sophie (1790–1831) se casó con el general Hans Moritz Hauke ​​​​y Victoria († 1835) se casó con el rico pastelero de Varsovia Karl Joseph Lessel.


María Theresa Kornély
también conocida como de Kornély

Nacida en 1765 y fallecida en 1827, a la edad de 62 años
Dama de compañía de la reina  consorte polaca Stanislaus August.
Es de origen húngaro. 

Era hija de Nathan Adelkind, un comerciante judío de la corte, originario de Polonia y establecido en Hungría, quien se convirtió al cristianismo y adoptó el nombre de "Joseph Kornély"  (en homenaje a Cornelius Adelkind, ilustre impresor y editor veneciano del siglo XVI.



Markus Antoni de Cornely (1735 - d. )

Louise De Kornely (Schneider) (1740 - d. )



Ancestros




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
16. Johann Gaspar Hauck
 
 
 
 
 
 
 
8. Ignatz Marianus Hauck
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17. Johanna Barbara o Bárbara N.
 
 
 
 
 
 
 
4. Friedrich Carl Emanuel Hauke
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
18. Barón George XX Riedesel de Eisenbach
 
 
 
 
 
 
 
9. Baronesa María Franziska Riedesel de Eisenbach
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
19. Margarethe Kilian
 
 
 
 
 
 
 
2. Conde Hans Johann Moritz de Hauke
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
20. Johann Schweppenhauser
 
 
 
 
 
 
 
10. Heinrich Wilhelm Schweppenhäuser
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
21. María Magdalena Boell
 
 
 
 
 
 
 
5. María Salomé Schweppenhäuser
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
22. Johann Heinrich Westermann
 
 
 
 
 
 
 
11. Charlotte Philippine Juliane Westermann
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
23. Sophia Elisabeth Eleonore Bode
 
 
 
 
 
 
 
1. Julia Teresa, Princesa de Battenberg
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24. Johan de la Fontaine
 
 
 
 
 
 
 
12. Benno Leopold Ignatius Lafontaine
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
25. María Rosalía Bonelli
 
 
 
 
 
 
 
6. Doctor Franz Anton Leopold Lafontaine
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
26. Franz Joseph Leonhardt
 
 
 
 
 
 
 
13. María Katharina Franziska Leonhardt
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
27. Marie Mayer
 
 
 
 
 
 
 
3. Sophie Lafontaine
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
14. Joseph Kornély
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7. María Theresa Kornély