—¿Por qué lees tanto? —(…) Mi mejor arma está en el cerebro. Mi hermano tiene su espada; el rey Robert tiene su maza, y yo tengo mi mente… Pero una mente necesita de los libros, igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo. —(…)—. Por eso leo tanto, Jon Snow.

TYRION LANNISTER.

viernes, 26 de abril de 2013

218.-Plotino y las Enéadas o Enéadas.-a



Plotino y las Enéadas o Enéadas.



Aldo ahumada Chu Han
(en griego, Πλωτίνος; en latín, Plotinus; 205-270) fue un filósofo griego neoplatónico, autor de las Enéadas (Ἐννεάδες; en latín, Enneades).

Biografía y obra.

Aunque Eunapio sostenga que nació en Licón y Suidas asegure que en Licópolis, no se conoce con certeza su lugar de nacimiento. Natural de la provincia romana Egipto, vio la luz hacia el 203 ó 204 d. J. C. En el 232 entró en el círculo de Amonio Saccas (o Sakkas) en Alejandría, de quien también fueron discípulos Orígenes (el pagano), Longino y Erenio. Se embarcó en 242 en la expedición bélica del emperador Gordiano III a Persia con el propósito de conocer la filosofía persa. Fracasada la expedición y asesinado el emperador, logró dificultosamente refugiarse en Antioquía. Abrió en Roma una escuela (246) donde gozó muy pronto del favor de los más conspicuos personajes de la corte, incluyendo al emperador Galieno y su esposa Cornelia Salonina.
Solía recoger en su casa a niños huérfanos y les hacía las veces de tutor y, aunque personalmente llevaba una vida muy ascética, era de carácter dulce y afectuoso. Era vegetariano, no se casó ni se dejó retratar "para no dar lugar a una sombra de otra sombra". Se le atribuyeron dotes místicas de visionario. Su discípulo Porfirio, autor de su biografía Vida de Plotino y de la sistematización y publicación de su obra central Enéadas, refiere que en los seis años que estuvo con él, Plotino llegó a «aunarse y allegarse con el Dios omnitranscendente» hasta cuatro veces.
Desde el 254 comienza a poner sus obras por escrito. Sus tratados son en total 54 y están ordenados en seis libros de nueve capítulos, resultado de lo cual reciben el nombre de Enéadas. Se considera como uno de los Tratados más sólidos de la Antigüedad, junto a los de Platón y los de Aristóteles. Murió aquejado de una dolorosa enfermedad (lepra) en el 270 d.C. a los 66 años, en Campania.
Definido como Neoplatónico místico, Plotino realiza una nueva fundamentación de la metafísica clásica, tomando caminos más ligados a la mística de raigambre pitagórica y platónica que al camino seguido por Aristóteles.
Habría que partir de la idea de que la filosofía de Plotino es una suerte de Cosmogonía unida a una Física. La forma teórica que asume su discurso es la metafísica. En ese sentido es heredero de Aristóteles, pero sobre todo de Platón.



Doctrina.

La propuesta central de Plotino consiste en afirmar que existe una realidad que funda cualquier otra existencia: lo Uno. De un acto de procesión, algunos optan por emanación, surge el nous y el alma. En realidad, el principio básico es solamente lo Uno, mientras que las otras dos hipóstasis y el resto de realidades son derivadas.
Hablar de hipóstasis es una atribución que hace Porfirio, discípulo de Plotino, al pensamiento de su maestro, ya que el término hipóstasis no se encuentra en el texto de las Enéadas.
Lo Uno de la teoría de Plotino es indescriptible, ya que es la unidad, lo más grande, hasta tal punto que a veces le denomina el propio autor como Dios, único, infinito. Plotino antes de querer corregir, prefiere guardar silencio que decir algo. Una actitud claramente mística. Como principio y última realidad, esta absoluta trascendencia hace que no existan términos para referirla. Se trata entonces de la Unidad que funda la existencia de todas las cosas. Es ése el centro de toda su doctrina. El Uno está más allá del Ser y, por lo tanto, no hay ninguna definición que describa positivamente al Uno y opta por la vía negativa. Elude su comprensión porque la considera imposible según la modalidad humana de conocer.
La siguiente realidad o hipóstasis es el nous. No hay una traducción adecuada pero algunos autores lo identifican con espíritu, mientras que otros prefieren hablar de Inteligencia, mas esta vez no con un sentido místico sino intelectual. En la explicación del "nous" Plotino parte de la semejanza entre el Sol y la Luz. El Uno sería como el Sol y la Luz como el nous. La función del nous como luz es la de que el Uno pueda verse a sí mismo, pero como es imagen del Uno, es la puerta por la que nosotros podemos ver al Uno. Plotino afirma que el nous es observable simplemente aplicando nuestras mentes en dirección opuesta a nuestros sentidos.

Este concepto está tomado de la noción de dialéctica de La República donde un proceso similar se dice que conduce a la visión de la forma del Bien, no del Bien mismo.
El "nous" se puede, y muy probablemente se debe, entender como "la inteligencia pura". El "nous" procede de "lo uno" no a voluntad porque "lo uno" es "más que perfecto" que no puede tener voluntad, está mucho más allá; y todo lo que procede de "lo uno" es un especie de "desparramarse", en el acto de hacerse a sí mismo que es "lo uno"; por tanto la analogía del sol y la luz deben entenderse como una mera imagen para dar una idea de como "emana la luz" del sol; resulta más ilustrativo pensar "el despliegue de un círculo a partir de su centro".
La tercera realidad o hipóstasis es el alma la cual es de naturaleza doble. En un extremo está ligada al nous y tira de él. En el otro extremo se asocia con el mundo de los sentidos, del cual es creadora (o, mejor, plasmadora). Por tanto Plotino considera a la Naturaleza como el resultado de una procesión que va "hacia abajo" desde el alma.
Sobre la inmortalidad, Plotino adopta el criterio expuesto en el Fedón. El alma del hombre es una esencia, y como tal es inmortal, pero afirma que tiende a fundirse con el nous y por consiguiente pierde su personalidad.




Plotino es el máximo filósofo griego de los últimos siglos de la Antigüedad y el principal representante del neoplatonismo, con un fuerte acento espiritual y místico. Su sistema es, junto con los de Platón y Aristóteles, el más completo del pensamiento clásico.

Plotino (h. 205-270 d.C.) es el máximo filósofo griego de los últimos siglos de la Antigüedad y el principal representante del neoplatonismo, con un fuerte acento espiritual y místico; ello le opone a sus contemporáneos epicúreos y estoicos, de orientación materialista, y lo empareja con el impulso idealista y espiritualista de los florecimientos neopitagóricos, gnósticos y de otros movimientos religiosos.
 Su pensamiento tuvo amplio eco en la teología cristiana medieval y ha alcanzado a épocas mucho más modernas: desde diversos misticismos del siglo XVII hasta el idealismo alemán y el movimiento romántico del XIX.
Probablemente nació en Licópolis (Egipto); participó en la expedición del emperador Gordiano a Mesopotamia con vistas a estudiar el pensamiento oriental, y en el año 244 se estableció en Roma, donde fundó una escuela en la que dialogaba con sus alumnos acerca de las grandes cuestiones filosóficas. Precisamente para la formación de éstos escribió sus textos, que a causa de su vista endeble no podía revisar, por lo que conservan un fuerte carácter de oralidad. 

Los cincuenta y cuatro ensayos filosóficos que escribió fueron ordenados en seis grupos de nueve (de ahí el título Enéadas) por su discípulo Porfirio, que además se encargó de su publicación.La filosofía de Plotino concibe el universo como una jerarquía de realidades o hipóstasis, una gran cadena del ser, en la que la realidad más alta y plena es la causa de todo lo que está por debajo de ella, según un proceso que denomina emanación, en el que el efecto es siempre inferior a la causa. 
Existen tres hipóstasis o realidades primordiales: el Uno (Hen), la Inteligencia (Nous) y el Alma (Psyche). El principio básico es siempre el Uno; las otras dos hipóstasis y el resto de realidades son derivadas. El Uno es indescriptible, único, la Unidad que está en la base de todo, más allá de la capacidad de comprensión racional. La Inteligencia (que también cabría traducir como Espíritu, puesto que en esta dimensión lo espiritual predomina sobre lo intelectual), situada justo por debajo del Uno, permite la contemplación fragmentaria e intuitiva de éste. 
El Alma requiere la sucesión para contemplar, por lo que origina el tiempo y el espacio: da paso a la siguiente realidad, la Naturaleza (Physis), principio de la vida y del crecimiento; por debajo de ésta ya se encuentra la materia. El ser humano es un microcosmos, contiene dentro de sí Materia, Naturaleza, Alma e Inteligencia, y el lugar que ocupe dependerá de hacia dónde dirija su conciencia, en su aspiración (amor y entusiasmo) al Uno; tanto más se elevará cuanto más se purifique. Se trata de un proceso místico cuya consecución final (la contemplación del Uno) Plotino decía haber alcanzado en cuatro ocasiones.El presente volumen está compuesto por las Enéadas tercera y cuarta, e incluye escritos como Sobre las hipóstasis; Sobre el Uno; Sobre la Belleza inteligible; Sobre la inteligencia; Sobre las ideas; Sobre el ser; Sobre el ser y el devenir y Sobre la unimultiplicididad del ser.



Las Enéadas o Enéadas.



La obra filosófica de Plotino posee un carácter distintivo y, en cierto modo, único que ha llevado a los intérpretes a considerarla un punto de inflexión en la historia de la filosofía. [1] Su pensamiento ha sido entendido como culminación de una tradición[2] y, a la vez, como punto de partida de un nuevo modo de reflexionar y de experimentar el mundo.[3] Pero tanto una como otra concepción reconocen la enorme deuda de nuestro filósofo con los pensadores que le preceden y su capacidad para reunir en un pensamiento consumado doctrinas platónicas, aristotélicas y estoicas, principalmente.[4] Frente a esta multiplicidad de fuentes, los especialistas han brindado numerosos calificativos al modo en que Plotino integra las doctrinas más diversas: se ha hablado de síntesis original[5], desarrollo[6] y sistematización,[7] mezcla incierta en la cual los diferentes elementos pierden sus contornos respectivos,[8] transmutación de lo antiguo para darle una nueva dirección y sentido,[9] fundición en un todo orgánico e híbrido,[10] etcétera. Consideremos, además, que ya Porfirio señala el entrevero y la condensación de doctrinas antiguas presentes en las Enéadas.[11]

El estudio moderno de las fuentes del pensamiento plotiniano, por otra parte, ha favorecido en gran medida el conocimiento de los filósofos platónicos inmediatamente anteriores a Plotino, cuyos comentarios, según nos cuenta Porfirio, eran leídos en las clases de Plotino. De estos se mencionan a Severo, Cronio, Numenio, Gayo y Ático, aunque tal listado seguramente no sea exhaustivo. La búsqueda de los antecedentes medioplatónicos de Plotino, no obstante, posee la dificultad de que no disponemos de obras completas de los autores mencionados, mientras que, de los que contamos con obras completas, como Plutarco de Queronea, Máximo de Tiro, Apuleyo e incluso Alcínoo no son mencionados por Porfirio. Wallis, no obstante, afirma que aun si alguno de estos últimos autores hubiera sido mencionado por Porfirio en su listado, la situación tampoco variaría mucho.[12] El estudio de los autores mencionados, de todos modos, ya sea de los fragmentos o testimonios disponibles como de las obras completas, nos permite conformarnos una idea bastante precisa de las discusiones vigentes y del nivel de elaboración que habían adquirido las respuestas a los problemas filosóficos y exegéticos. En el próximo apartado haremos referencia a las principales vertientes entre los pensadores platónicos pre-plotinianos y a algunos caracteres propios de los pensadores del período. Porfirio también nos cuenta que en la escuela plotiniana se discutían, además, los escritos de los peripatéticos Aspasio, Alejandro, Adrastro, y de los que tuvieran disponibles. Los comentarios de Alejandro, sin lugar a dudas, son los que mayor influencia ejercieron sobre el pensamiento de Plotino y un análisis detallado de tal influencia, si bien nosotros no la abordamos en este trabajo, podría proveer resultados esclarecedores.[13]

Ahora bien, podemos afirmar que si a comienzos del siglo XX la distinción entre Plotino y sus antecesores platónicos era subrayada enfáticamente, gracias a la abundancia de datos relativos a la filosofía “medioplatónica” provistos por los estudios desarrollados en las últimas décadas, tal distinción es más difícil de defender en la actualidad. Los historiadores decimonónicos, de hecho, crearon la categoría de “platonismo medio” de modo de contraponer a los pensadores platónicos preplotinianos, por una parte, con Plotino, el fundador del Neoplatonismo, por otra. En los volúmenes más recientes, sin embargo, en los que se estudia desde una perspectiva histórico-filosófica el pensamiento correspondiente a esta época, los autores proponen categorías diferentes y revisionistas basados en nuevos criterios.

 La tradición platónica en la época del Imperio.

El término ‘Platonismo Medio’ [14] es una categoría historiográfica cuya finalidad es organizar, como ocurre con la categoría de ‘Neoplatonismo’, cierto período y a ciertos autores de la tradición filosófica que puede ser calificada de ‘platónica’. Pensemos que con el solo término ‘platonismo’ cubriríamos muchos siglos y filosofías de lo más diversas: desde (Platón? y)[15] los inmediatos discípulos de Platón hasta la edad de Justiniano. Estas categorías creadas en el pasado por los historiadores alemanes presentan, sin duda, dificultades, pero parece que tales distinciones resultan aún hoy útiles, sin importar tanto los términos utilizados para indicarlas.[16]

Debe tenerse en cuenta, no obstante, que el modo en que los filósofos se identificaban a sí mismos en la Antigüedad era bastante diferente. Durante la época helenística, el trasfondo filosófico de un pensador era indicado mediante la referencia a la escuela o grupo filosófico con el que había estudiado. De este modo, a aquellos que sentían una conexión cercana con la escuela de Platón se los conocía como ‘académicos’. Entre estos se encontraban Espeusipo, Jenócrates, Polemón y Crates, sucesivos escolarcas de la Academia, a quienes se consideraba como continuadores de la enseñanza de Platón en sus caracteres generales, a pesar de diferir considerablemente entre sí en los aspectos de la doctrina que promovían. [17]Se ha considerado que a esta época de la Academia le debemos, en gran medida, el haber organizado la obra platónica en un corpus doctrinal. Dillon afirma, por ejemplo, que fue Jenócrates quien colaboró mayormente a esto dirigiendo, posiblemente, una primera edición de las obras de Platón y organizando, en sus múltiples tratados, los dominios de la filosofía en tres ramas: Física, Ética y Lógica. [18]

Ahora bien, en el siglo II a. de C., como es sabido, cuando Arcesilao accede como escolarca de la Academia, la escuela se vuelca en una dirección diferente en cuanto a su interpretación de la filosofía de Platón. En esta época, la Academia toma una orientación escéptica basada en una visión de Sócrates fundada en los diálogos tempranos, en los que se lo retrata alegando su ignorancia y evitando ofrecer su punto de vista sobre los temas en discusión.[19] Este período escéptico dura alrededor de un siglo y medio y suele considerarse a Carnéades como su principal exponente.[20] Así pues, el nuevo perfil de la escuela provocó que a partir del siglo II a.C. el término ‘académico’ comenzara a ser utilizado para designar a aquellos que aceptaban la orientación introducida por Arcesilao. Por esta causa, con el tiempo se volvió necesario disponer de un término para aquellos que siguiendo las enseñanzas de Platón no apreciaran la contribución de Arcesilao y sus sucesores: el término ‘platónico’ satisfizo eventualmente esta necesidad, aunque no se encontraba libre de ambigüedades.[21]Glucker afirma, en relación con esto, que a partir de mediados del siglo II d.C. las fuentes evidencian el uso de este epíteto para referirse a filósofos que siguen una haíresis filosófica basada en los textos de Platón sin involucrar una filiación a la Academia u otra escuela.[22]

La interpretación escéptica de Platón tuvo una vida acotada. En los primeros años de la década del 90 a. de C., Filón de Larisa, escolarca de la Academia en esa época, se retira a Roma a causa de los disturbios políticos que agitaban Atenas. Allí prosigue con su actividad docente y publica nuevos escritos filosóficos. Un tiempo antes, Antíoco de Ascalona quien fuera principal discípulo de Filón, se aleja de su maestro promoviendo una filosofía diferente de la de aquel y agrupando a sus nuevos seguidores en una escuela. Llamativamente, la doctrina defendida por Antíoco guarda estrechas semejanzas con la de los estoicos, sobre todo en lo que concierne a la epistemología. Antíoco, sin embargo, sostiene que su doctrina se remonta a la Academia y que sus ingredientes estoicos sólo constituyen ajustes de aquellos aspectos vulnerables del pensamiento de Platón y de sus sucesores inmediatos como, por ejemplo, la teoría de las Ideas.[23]

La crisis definitiva de la Academia, entonces, ocurre cuando un nuevo tratado redactado en Roma por Filón llega a las manos de Antíoco, quien también había abandonado Atenas y se encontraba en ese tiempo en Alejandría. Si bien en la actualidad no disponemos de los escritos de Filón, a partir de diversos testimonios los especialistas concluyen que en sus obras romanas el escolarca defiende la continuidad doctrinal de la Academia y niega que exista un distanciamiento teórico entre los diádocos escépticos y los inmediatos sucesores de Platón. Este filósofo subraya la unidad esencial de la historia de la institución platónica enfatizando, por un lado, la naturaleza aporética y escéptica de las enseñanzas de Sócrates y de muchos de los diálogos de Platón, y moderando, por otro, la posición escéptica de Arcesilao y sus sucesores.[24]

Antíoco, por su parte, al tomar conocimiento de los nuevos escritos de su antiguo maestro reacciona negativamente y escribe una obra en contra de Filón intitulada “Sosus”, posiblemente en honor al filósofo estoico nativo de su misma ciudad, Ascalona. Este episodio marca, por una parte, la ruptura final entre Antíoco y la Academia escéptica, a la que había adherido durante muchos años.[25] Pero la sedición de Antíoco constituye, a su vez, tanto el puntapié inicial de una nueva tendencia filosófica que prosperará durante numerosos siglos hasta el final de la Antigüedad, como el ocaso de un modo de comprender la filosofía de Platón que no volverá a tener nuevos adherentes sino hasta el siglo XX. [26]

Ahora bien, lo que sucede después de la reacción adversa de Antíoco no es del todo claro para nosotros. Sabemos que este filósofo regresa a Atenas (a diferencia de Filón que muere en Roma) y dirige una escuela que recibe el nombre de ‘Antigua Academia’ con discípulos que lo acompañan desde Alejandría. Los testimonios, sin embargo, no nos permiten saber con certeza si Antíoco habría sido nombrado sucesor de Filón. La opinión de los estudiosos se divide en este respecto. Armstrong y Witt, por ejemplo, sostienen que Antíoco habría sido escolarca de la mismísima Academia platónica.[27] Glucker, por el contrario, en su detallado estudio sobre este filósofo, responde a la cuestión negativamente: Antíoco habría sido el indiscutido director de su propia ‘Antigua Academia’, la escuela más influyente de Atenas de su época, que funcionaba en el centro de la ciudad y no en el tradicional gymnasium. Antíoco habría sostenido, incluso, que su nueva institución era la verdadera heredera de la tradición platónica. Pero tal como afirma Gluker, Antíoco no habría accedido a la dirección de la escuela fundada por Platón y, aparentemente, Filón no habría dejado sucesor alguno.[28] En cuanto a la escuela de Antíoco, sabemos que a su muerte es heredada por Aristón, su hermano y discípulo. No sabemos quién recibió, si es que hubo alguien, la dirección de la institución tras la muerte de Aristón ni qué fue de ella. Cabe señalar que, desde la aparente extinción de esta escuela y durante un siglo aproximadamente, no encontramos a ningún filósofo viviendo en Atenas al que las fuentes le otorguen el calificativo de ‘académico’ o ‘platónico’.[29]Como resultado de este conflictivo proceso, pues, desde la mitad del último siglo a. C. y por más de cien años Platón carecerá de herederos de su legado filosófico en su propia tierra.

Las circunstancias que hemos descrito, sin embargo, no disminuyeron la fecundidad del pensamiento de Platón. Por el contrario, como ya afirmamos, la disolución de la Academia da pie al surgimiento del ‘platonismo’. Las fuentes nos revelan, de hecho, que el apelativo πλατωνικός comienza a utilizarse del modo descrito en los dos primeros siglos de la edad imperial. Su uso se explica como una consecuencia del deseo de los nuevos pensadores dogmáticos de no comprometerse con la tradición escéptica de los siglos precedentes. A los integrantes de esta corriente en decadencia, por otra parte, las fuentes los identifican con el calificativo de ἀκαδεμικοί. La contraposición de estos adjetivos, pues, revela el surgimiento de la nueva concepción y la imposibilidad de conciliar a los nuevos ‘platónicos’ con los antiguos ‘académicos’.[30] Ahora bien, la desaparición de la institución permite, a su vez, que pensadores libres de toda filiación institucional y en diversas regiones aledañas al Mediterráneo se dediquen a la investigación del ‘verdadero significado’ de los escritos de Platón. Con el tiempo, pues, tal empeño logrará que la identidad aglutinadora de los seguidores del ateniense antaño provista por una institución encuentre su fundamento en una convicción o ideología (αἵρεσις).[31]

Cabe señalar, no obstante, que algunos especialistas han resaltado últimamente la dificultad que presenta la dicotomía escepticismo – dogmatismo como principio organizador en la historia de la filosofía antigua para distinguir a académicos de platónicos, es decir, entre los filósofos del período que media entre Arcesilao y el Neoplatonismo. Tanto Tarrant[32] como Opsomer[33] sostienen que este binomio es ineficaz a la hora de examinar textos como el Comentario Anónimo del Teeteto (c. s. I d.C?)[34] y que resulta problemático, a su vez, a la hora de clasificar a un autor como Plutarco quien, aun siendo incluido entre los llamados filósofos medio-platónicos, no es un defensor del dogmatismo platónico sin más.[35] Sumada a estas dificultades historiográficas se halla la cuestión histórica de si puede atribuirse la ‘paternidad’ del renacimiento del platonismo dogmático a un filósofo en particular. Mencionamos anteriormente a Antíoco de Ascalona como posible candidato, puesto que desarrolla una visión dogmática del platonismo con una fuerte impronta estoica. Pero unas décadas más tarde en que este pensador polemizaba con su maestro escéptico, Eudoro de Alejandría ofrecía una versión también dogmática del platonismo con una impronta, en su caso, marcadamente pitagórica.[36] Eudoro, en efecto, es un exponente característico de una corriente platónico-pitagórica floreciente por ese entonces.[37] Antíoco y Eudoro se diferencian, sin duda, de la corriente escéptica que les precedió; sin embargo, algunos especialistas se inclinan a pensar que no es posible atribuirle de modo definitivo y excluyente a ninguno de ambos la paternidad de esta “restauración” dogmática, por lo que habría que considerarla como un proceso complejo y en el que confluyeron diferentes tendencias coexistentes.[38] Ahora bien, si la categoría de ‘Platonismo Medio’ presenta dificultades respecto del período que le precede, también es necesario atender a las dificultades que presenta tanto respecto del período y de los autores que engloba como del período que le sigue, es decir, el Neoplatonismo.

Podría entenderse, por ejemplo, que el período englobado por el ‘Platonismo Medio’ es una división puramente temporal, un momento preciso en la cronología del pensamiento antiguo. [39] Comprenderlo en este sentido nos enfrentaría con la falta de una fecha precisa y creíble para su comienzo, además de evadir toda pretensión descriptiva y calificativa de la categoría. Podría considerarse, en otro sentido, que el término ‘Platonismo Medio’ alude a una corriente de pensadores platónicos cuyo denominador común parecería ser la ausencia de elementos propiamente plotinianos.[40] Esta interpretación, sin embargo, parece estar en conflicto con la historiografía reciente del medioplatonismo que ha puesto de manifiesto de modo creciente la deuda plotiniana respecto de los filósofos medioplatónicos.[41] Si aceptamos, por el contrario, una continuidad temática y de la estructura conceptual entre ambos períodos, las categorías parecen disolverse una en la otra. Ahora bien, si se quiere sostener la existencia de un tipo peculiar de platonismo que habría comenzado alrededor del siglo I a.de C. para concluir en tiempos de Plotino se vuelve necesario indicar los lineamientos peculiares de esta corriente que la distinguirían de cualquier otra.

Algunos especialistas han brindado una caracterización del Platonismo Medio en esta dirección, señalando una serie de ideas que les son comunes a los pensadores medioplatónicos. Siguiendo a M. I. Santa Cruz podríamos decir que lo que caracteriza en términos generales al conjunto es el intento de recuperar la dimensión suprasensible como fundamento explicativo del mundo sensible. Algunos otros puntos de preocupación comunes señalados son: 1. La postulación de un primer principio de la realidad. 2. Esbozos de una teología negativa como modo de referirse a ese primer principio. 3. La afirmación de la Inteligencia suprema como el ‘lugar’ de las Ideas platónicas. 4. Inclusión de una jerarquía de potencias espirituales entre el primer principio y nuestro mundo. 5. El planteo del problema de la materia y del mal, con tendencias en muchos autores a soluciones de tipo dualista. 6. La prédica de la necesidad del retorno al principio, que sólo puede alcanzarse a través de intermediarios.[42]

Ahora bien, en el siglo I a. de C., como ya mencionamos, había una diversidad de imágenes de Platón que presentaban entre sí un fuerte contraste. La visión escéptica que los académicos habían sostenido el siglo anterior estaba ya en retroceso y se perfilaban al menos otras dos versiones alternativas: una imagen estoicizante de Platón, tal como la que proponía Antíoco y otra pitagorizante como la propuesta por Eudoro. Visto desde esta perspectiva, lo que llamamos ‘Platonismo Medio’ también podría considerarse, como lo hace Frede, el momento conflictivo durante el cual se enfrentaron diferentes versiones de platonismo que se encontraban o confundían alternando la prevalencia de los aspectos de una u otra. [43] 
Esta caracterización parece implicar que el renacimiento del platonismo dogmático no fue un proceso unificado y sistemático sino, más bien, el campo de batalla en el que diferentes imágenes de Platón, incompatibles en diversos respectos, se enfrentaban entre sí. Esto lo distinguiría, de acuerdo con Donini, del Neoplatonismo que lograría, gracias a Plotino, una recomposición unificada de la imagen de Platón.[44] Junto con esta caracterización de las imágenes propuestas por los platónicos acerca del filósofo ateniense cabe señalar una distinción más que puede indicarse en el seno del platonismo de aquella época. Se trata de la existencia de una vertiente aristotelizante, del cual tanto Alcínoo como Apuleyo son representantes, y de la existencia, a su vez, de otra corriente platónica antiaristotélica, del cual la obra de Ático es un ejemplar. Este último autor parece reaccionar, en efecto, contra la tendencia creciente de sus contemporáneos de interpretar a Platón sirviéndose de Aristóteles con lo cual sus escritos evidencian, más bien, la existencia de ambas tendencias.[45]

Chiaradonna y Bonazzi ofrecen, en este sentido, una interesante clasificación de los autores medioplatónicos. Consideran, por una parte, la tradición interna a la Academia y, por otra, la externa. En cuanto a la primera indican una división entre quienes conservan el escepticismo académico sin renunciar a la impostación teológica y metafísica (como Plutarco y el autor del Com. Anon. al Teeteto) y, por otro, quienes rechazan al escepticismo como una traición al pensamiento platónico (como Antíoco y Numenio, entre otros). En cuanto a la segunda se menciona, en primer término, la actitud favorable frente al estoicismo (Antíoco, Ático, Longino) y la desfavorable (Plutarco) y, en segundo término, la relación problemática con el pensamiento de Aristóteles. Frente a tal polifonía y diferencias, sin embargo, señalan dos problemáticas compartidas y líneas de tendencias comunes a los pensadores platónicos: la creencia en que la filosofía de Platón era el único sistema capaz de dar cuenta de la realidad y la tarea autoimpuesta de reconstruir tal sistema doctrinal subyacente, tal como se creía, en los diálogos. Otro elemento de continuidad entre las diversas tendencias del platonismo es la actitud religiosa de fondo que, si bien es compartida con el estoicismo, tiene como elemento característico la insistencia en la trascendencia de la divinidad.[46]

Una última subdivisión que debemos considerar dentro de la corriente de pensadores medioplatónicos es la propia de la escuela de Gayo. Este autor habría fundado una escuela en Alejandría o bien en Asia Menor[47] a la cual el filósofo Albino, a su vez, habría asistido para adquirir su formación filosófica. [48] Albino es el autor al que se atribuyó durante algunas décadas la autoría del Didaskalikos lo cual dio cierta fuerza a la imagen de una escuela platonica no ateniense. Asimismo, las semejanzas que se encontraban entre el Didaskalikós y el De Platone et eius dogmate de Apuleyo,[49] quien también habría sido discípulo de Gayo, parecían indicar una fuente común a ambos escritos, que los especialistas creían encontrar en Gayo.[50] 
La historiografía reciente, sin embargo, ha descartado la propuesta de Freudental de considerar a Albino como el autor del Didaskalikós, y se inclina a creer en que las semejanzas entre los escritos de Alcínoo y de Apuleyo apuntan a una multiplicidad, más bien, de fuentes en común que se enmarcarían en una tradición entonces ya establecida y en gran parte hoy perdida de escolasticismo medio-platónico.[51] Esta nueva luz aportada por las investigaciones actuales, no obstante, ha dejado la ‘Escuela de Gayo’ en penumbras debido a que no es posible atribuirle una filiación directa con escritos de importancia hoy disponibles, aparte de un breve escrito de Albino.[52]

Podemos afirmar que las tensiones aludidas, internas del platonismo dominante de la época, se habrían suscitado inevitablemente en la búsqueda por la verdadera naturaleza del platonismo cuyo eje podríamos colocar en el problema de la interpretación de los escritos platónicos y la consecuente determinación de las verdaderas doctrinas defendidas por Platón. Comprender de este modo las tensiones intraescolares, por así decirlo, pone de relieve que la disputa entre los platónicos es de carácter eminentemente hermenéutico, lo que favoreció, a nuestro entender, el gran desarrollo de una metodología de lectura y de interpretación.[53] Es llamativo, por otra parte, que la proliferación de tensiones internas al platonismo corre paralelo con la progresiva absorción no solo de las escuelas helenísticas sino también del aristotelismo por parte del platonismo que permanecerá como indiscutido protagonista de la escena filosófica hasta el fin de la Antigüedad.[54]

Otra de las características que se han señalado de la filosofía platónica imperial es el surgimiento de un nuevo concepto de autoridad, ausente en los pensadores precedentes de la Academia escéptica. La novedosa concepción de autoridad que los pensadores proyectaban sobre Platón ha sido interpretada por algunos especialistas como el verdadero punto de partida de la revolución intelectual de aquella época, considerada más significativa, incluso, que la que da origen al neoplatonismo.[55] Boys-Stones, uno de los actuales defensores de esta interpretación, afirma que tal concepto de autoridad incluye un viraje en cómo los pensadores entendían que debía ejercerse la filosofía y sostiene que el platonismo no debe ser definido tanto por sus doctrinas como por su metodología.[56] La característica propia de los pensadores que podemos llamar platónicos, por tanto, yace en su creencia de que la filosofía de Platón es dogmática[57] pero, por sobre todo, autoritativa.[58] 

Boys-Stones sostiene que la autoridad atribuida por estos pensadores a Platón, según la cual el filósofo ateniense posee la verdad de un modo incuestionable, está basada en la adopción por parte de aquellos de la teoría estoica de la ‘sabiduría primitiva’. Según esta teoría, los hombres de la antigüedad más remota habrían tenido a su alcance la verdad perseguida por la filosofía y esta verdad se encontraría preservada, a su vez, en las tradiciones más antiguas. La mitología de la India, Persia, Egipto, Asiria e incluso de Grecia antigua, entre otras, es el material en el que esta sabiduría primitiva se encuentra presente, aunque velada mediante la alegoría, y a la que los filósofos deben recurrir para develarla. Platón, sin embargo, es considerado por los platónicos como quien consigue acceder a esta sabiduría del modo más exitoso, logrando una reconstrucción, compilación y explicación inigualables. 
Los diálogos del ateniense, por tanto, constituyen el camino de acceso más seguro para los intérpretes tardíos a la sabiduría que todas estas tradiciones poseen en común. Los filósofos (medio- e incluso neo-)platónicos son, pues, aquellos que recurren a Platón como autoridad indiscutida en quien es posible encontrar las doctrinas propias de la sabiduría primitiva, conocimiento último que toda filosofía ambiciona, según el entender de estos pensadores. Tarrant, por otra parte, señala que la naturaleza de la filosofía había cambiado considerablemente respecto de la Antigüedad también en cuanto a que el mercado de educandos en filosofía no buscaba tanto un genio en su maestro como el genio de las obras de los autores clásicos. Esto habría permitido que la filosofía sobreviviera dejando que los antiguos hablaran por sí mismos y habría impulsado a los nuevos filósofos a construir su reputación solamente interpretando a aquellos. Las razones aducidas por Boys-Stones y por Tarrant, en fin, ponen de manifiesto que la tarea y el desafío de los maestros en filosofía platónica del imperio consistió principalmente en articular un sistema doctrinal subyacente a los diálogos de Platón, para lo cual fueron desarrollando un modo hermenéutico coherente de acercarse a los textos.[59]

Esta práctica de lectura y exégesis fue llevando con el tiempo a una destilación de ciertas dógmata de los diálogos de Platón, que para el siglo II d.C. ya poseía un carácter acabado. Recordemos que en esta época se escriben los dos manuales de platonismo (imperial), uno latino y el otro griego, que han llegado hasta nosotros: el De Platone et eius dogmate de Apuleyo y el Didaskalikós tôn Plátonos dogmáton de Alcínoo. El tiempo de Plotino, pues, se nos muestra como un período en el cual, tras seis siglos de intensa actividad de lectura, interpretación y diálogo crítico “intra-platónico”, el pensamiento “platónico” había adquirido un alto grado de sistematización y había trazado los lineamientos y dispuesto los materiales necesarios para que una personalidad potente y creativa [60] recurriera a ellos innovadoramente de modo de infundir nuevos impulsos vitales al platonismo.

  1. Cfr. Eon (1970: 252), también Runia (1999: 152).↵
  2. Armstrong (1980: 281).↵
  3. Respecto de Plotino como iniciador de un nuevo período en la Historia de la Filosofía véase, por ejemplo, Armstrong (1967: 195), Wallis (2002: 1) o, también, Rist (1967a: 213), quien se refiere a Plotino como ‘el padre de la mística Occidental’.↵
  4. Santa Cruz (2007: XI). Se ha afirmado también que Plotino abreva en fuentes orientales. Cfr., por ejemplo, Bréhier (1953 [1928]: 142-145). Bussanich (1988: 4) sostiene una posible influencia de los Oráculos Caldeos y Picavet (1903: 1-19) analiza la relación de la filosofía plotiniana con las tradiciones mistéricas. ↵
  5. Igal (1982: 43) y Santa Cruz (2007: 25). También Gurtler (1988: 246).↵
  6. Wallis (2002: 44).↵
  7. Wallis (2002: 4).↵
  8. Eon (1970: 254), donde el autor expresa la opinión de Brunschvicg.↵
  9. Dodds (1960: 1).↵
  10. Santa Cruz (1997: 342).↵
  11. Porfirio, Vida de Plotino 14, 4 y 6. emmígnymai y katapyknóo, respectivamente. ↵
  12. Wallis (2002 [1972]: 30).↵
  13. Cfr. en tal sentido el libro clásico de Merlan (1963: 4-84), el trabajo de Schroeder (1984: 239-248) y el apartado dedicado a Alejandro en Chiaradonna (2012: 41-44).↵
  14. Para una bibliografía exhaustiva (hasta 1986) sobre los pensadores incluidos en este período véase Deitz (1987: 124-182).↵
  15. Acerca del platonismo de Platón véase Gerson (2013). Entiéndase por la cuestión del platonismo de Platón, tal como el autor lo aclara en su primer capítulo (p. 3), si la evidencia que poseemos nos permitiría defender la posición según la cual la filosofía de Platón está sustancialmente de acuerdo con la de los que se llamaban a sí mismos platónicos (platonists). Gerson defiende la posición de que la respuesta es más bien un sí. ↵
  16. Donini (2011: 286-287). Varios de los autores incluidos en la Bibliografía utilizan también el término ‘Platonismo Imperial’ para referirse al mismo conjunto de autores involucrados en la categoría de ‘Platonismo Medio’.↵
  17. Tarrant (2011: 63).↵
  18. Dillon (2010: 432:445). Véase también Dillon (2002: xxvii ss.). Muchos de los títulos de las obras de Jenócrates, todas perdidas, parecen indicar una tendencia a sistematizar la doctrina platónica. Por ejemplo: Sobrela Naturaleza, Sobre la Sabiduría, Sobre el Ser, Sobre las Ideas, Sobre el Bien, Sobre los Dioses, etc. Dillon (1993: xxvii). ↵
  19. Tarrant (2011: 64).↵
  20. Ibid. La cuestión de la Academia escéptica es problemática y no es nuestra finalidad ahondar en ella. En las últimas décadas, incluso, se han propuesto interpretaciones de este período novedosas respecto de la interpretación tradicional, relativas al carácter del llamado ‘escepticismo’ académico y a su relación con el ‘platonismo medio’. Para un estudio detallado de la cuestión véanse Tarrant (1985), Opsomer (1998) y Bonazzi (2003). Para una exposición general de los caracteres principales de la filosofía de los académicos escépticos más importantes véase Chiesara (2007: cap. II).↵
  21. Tarrant (2011: 65).↵
  22. Véase Glucker (1978: 206ss.).↵
  23. Glucker (1978: 19-28 y nota 41).↵
  24. Cfr. Dillon (1977: 55). Sedley (1981: 67 – 75) provee algunos puntos innovadores respecto de la visión de Dillon y de Glucker acerca de las causas de la polémica entre Filón y Antíoco. ↵
  25. Glucker (1978: 14).↵
  26. Para un estudio detallado de la polémica entre Filón y Antíoco véase Glucker (1978: 13-97). Véase También Dillon (1977: 52-113). Para un análisis de la relación de Antíoco con el renacimiento del platonismo dogmático véanse Tarrant (2007a: 317-332) y Trabattoni (2005: 13-50). Véase también Bonazzi (2009: 33-54) para un estudio de la relación de Antíoco tanto con el platonismo como con el estoicismo.↵
  27. Cfr. Armstrong (1966[1957]: 238); Witt (1971: 22, 24).↵
  28. Glucker (1978: 106 – 111).↵
  29. Glucker (1978: 121).↵
  30. Bonazzi (2003: 210), quien sigue a Glucker (1978: 206-225). También Tarrant (2010: 65).↵
  31. Cfr. Sedley, op. cit., p. 68. Para un estudio de la noción de αἵρεσις platónica véase Glucker (1978: 206-225). El binomio de adjetivos platónico – académico, o dogmático – escéptico, sin embargo, no está libre de dificultades ni parece poder utilizarse eficazmente respecto de todos los autores o escritos medioplatónicos. Los casos de Plutarco y del Comentario Anónimo al Teeteto son ejemplos en los cuales estas duplas no son del todo aplicables. Cfr. Bonazzi (2003: 179 – 240).↵
  32. Tarrant (2011: 70-71).↵
  33. Opsomer (1998: 14ss). ↵
  34. Tarrant (1983: 161-187). ↵
  35. No nos adentraremos en la discutida cuestión sobre las tendencias académicas (escépticas) de Plutarco. Remitimos al lector a alguna bibliografía secundaria sobre este tema: véase Opsomer (1998: sobre todo capítulo 4), Opsomer (2005: 161-200) en donde el autor revisa algunos puntos de su posición expresados en el escrito anterior. También Opsomer (2007: 379-396) y Donini (2011: 375-402). Véase, asimismo, Donini (2011: 315-326) y para una exposición general e introductoria con cierto detalle de la filosofía de Plutarco, Dillon (1976: 184-230). Señalemos, no obstante, que Opsomer (1998: 14ss), por ejemplo, afirmaque si se considera que el ‘escepticismo’ implica una actitud antirreligiosa y antimetafísica, entonces no sería correcto considerar que los pensadores de la llamada Nueva Academia son escépticos, en la medida en que no habrían tenido tal actitud y, a su vez, que habría habido una importante corriente de filósofos medioplatónicos que concebían la historia de la Academia como unitaria y que consideraban que en ningún momento esta presentaba un quiebre respecto de las enseñanzas de Platón (El autor sigue aquí a Lévy, C., 1993). Mientras que Tarrant (1985: 29ss, 62ss) considera que es posible incluso atribuir ciertas doctrinas a los filósofos de la más tarde llamada “Nueva Académia”, y revisa los diferentes sentidos del término ‘dogmatico’ así como de ‘escéptico’. Las conclusiones provistas por estos autores parecen indicar la necesidad de reevaluar los caracteres específicos de la llamada “Nueva Academia” y de su relación con los filósofos llamados medio platónicos.↵
  36. Deitz (1987: 126). Dillon (1977:115-134). Para un análisis de la relación de Eudoro con el origen del platonismo imperial véase Bonazzi (2005: 117-160) y (2007: 365-377). ↵
  37. Este auge de los escritos pitagorizantes ha sido interpretado como producto de dos circunstancias que vale la pena mencionar. En primer lugar, el hecho de que en el s. II a.C. la imagen oficial de Platón, custodiada por la Academia, era la de un escéptico, inducía a quien encontrara doctrinas positivas en la filosofía de Platón a atribuirlas a un nombre diferente. Y, en segundo lugar, el hecho de que la elección de la autoridad de Pitágoras como aquel bajo quien debía divulgarse la doctrina platónica se consideraba justificada por el indudable interés que Platón mismo y sus sucesores habían manifestado por el pitagorismo. Cfr. Frede (1987: 1041-1044).↵
  38. La alternativa propuesta por Antíoco, por una parte, presentaba una fuerte inclinación hacia el estoicismo que los pensadores posteriores van a considerar un ‘falso platonismo’ del cual había que alejarse. Mientras que Eudoro, según cree Donini, habría sido un pensador con escasa originalidad, que se limitó a recoger, elaborar y difundir una tradición ya existente y bien consolidada. Cfr. Donini (2011: 288). Trapp (2007a: 350) interpreta esta situación de un modo diferente, puesto que sostiene que la versión de Platón que ofrece Antíoco no resultó ser la lectura que revivió al platonismo. Mientras que tal mérito, afirma, parecería pertenecerle, en efecto, a Eudoro. Bonazzi (2005: 117-160) y (2007: 365-377) es un poco más cauto que Trapp aunque considera a Eudoro como una ‘pivotal figure’ y una ‘figura chiave’ en relación con el renacimiento del platonismo.↵
  39. Deitz (1987: 126).↵
  40. Ibid.↵
  41. Cfr. Donini (2011: 286) y Whittaker (1987: 81).↵
  42. Santa Cruz (1997: 341). También Dillon (1977: 43-51) y (1993: xxx-xl) desarrolla con cierto detalle los temas que considera dominantes del medioplatonismo. ↵
  43. Frede (1987: 1041-1044).↵
  44. Donini (2011: 289).↵
  45. Moreschini (1987: 481-482). Para una introducción general a la figura de Ático véase Dillon (1977: 247ss). Para una edición y traducción de los fragmentos de este autor véase Des Places, -ed. y trad.- (2002), Atticus, Paris, Les Belles Lettres. Hay una nueva traducción de Boys-Stones de 2014, inédita aún, que el autor ha puesto a disponibilidad en Internet.↵
  46. Chiaradonna (2012: 33).↵
  47. Dillon (1977: 267).↵
  48. Glucker (1978: 136). De los escritos de Gayo no nos ha llegado ninguno aunque sabemos que sus obras habrían tenido un formato semejante al de comentarios a los diálogos de Platón. Cfr. Porfirio, V.P., 14. Tarrant (2007c: 450ss). De Albino, por otra parte, sólo poseemos un breve tratado introductorio a los diálogos platónicos y algunos testimonios. La bibliografía que se puede consultar confiadamente sobre este autor es realmente exigua debido a la ya rechazada atribución del Didaskalikos (junto con su interpretación de Platón) a Albino. Tal es el caso del capítulo dedicado a este autor en la obra de Dillon (1977), del libro de Witt (1971) y de los artículos publicados antes de que se dejara de lado completamente la hipótesis de Freudenthal. Incluso hoy hay autores que le atribuyen la obra a Albino (Véase Reedy, J. (1991), por ejemplo). Hay una traducción de su Prólogo a los diálogos de Platón en Ferrer E. y Cornavaca R. –ed. (2001), Estudios Platónicos. Alma del mundo, destino y libertad en Platón y algunos platonistas medios, Córdoba, Ediciones del Copista. Véase también Reis (1976) y Tarrant (2007c: 449-465).↵
  49. Para una introducción general a las obras filosóficas de Apuleyo véase Hijmans Jr. (1986) y Trapp (2007b). Véase también Dillon (1977: 306-338) pero téngase en cuenta lo ya señalado respecto de Albino/Alcinoo en la nota 517.↵
  50. Para un comparación detallada entre el Didaskalikos y la Eisagoge véase Witt, R. E. (1971:104-113), Giusta (1961: 167-194) citado por Dillon (1993: ix-xiii) y Whittaker, J. (1987: 83-102) y (1990: vii-xxx).↵
  51. Whittaker (1987: 81-123).↵
  52. La ecuación Alcinoo=Albino constituía un fundamento esencial para la hipótesis de una “Escuela de Gayo”, afirma Whittaker (1990: viii).↵
  53. Para una discusión acerca de la dinámica interna al platonismo previo a Plotino véase Tarrant (2010: 63-99).↵
  54. Chiaradonna (2012: 15, 30ss).↵
  55. Boys-Stones (2001: v).↵
  56. G. Boys-Stones (2001: v). El platonismo medio, de hecho, no es un movimiento unitario en cuanto a las doctrinas que defiende o en cuanto a las interpretaciones de Platón que propone. ↵
  57. Esta concepción va de la mano de la composición de comentarios a los diálogos –uso creciente en la época- que intenta poner de manifiesto las doctrinas que Platón sostiene en ellos. Cfr. Boys-Stones(2001: 103).
  58. Cfr. Boys-Stones (2001: 99-122).
  59. Tarrant (2007c: 449-450).
  60. Chiaradonna (2012: 18)




Las seis Enéadas, a veces abreviadas como Las Enéadas o Enéadas (en griego Ἐννεάδες), es la colección de escritos de Plotino, recopilados y editados por su discípulo Porfirio (c. 270 DC). Plotino fue alumno de Amonio Saccas y ambos fueron los fundadores del Neoplatonismo. Su trabajo, a través de Agustín de Hipona y otros pensadores cristianos y musulmanes posteriores, ha tenido una gran influencia en el pensamiento occidental y de oriente próximo.

La figura de Plotino es, sin duda alguna, tan fundamental en la historia de la filosofía antigua como la de los más conocidos Platón y Aristóteles. Es por eso que celebramos la aparición de esta traducción de los pasajes más relevantes de las Enéadas, donde María Isabel Santa Cruz y María Inés Crespo vuelcan su vasto conocimiento y experiencia tanto en el campo de la filología clásica como en el de la filosofía, para acercarnos a un profundo y completo análisis del pensamiento filosófico presentado por Plotino a lo largo de sus escritos.

En el "Estudio preliminar" que abre el libro y que oficia como introducción, se abordan los temas más importantes en relación con la figura de Plotino y su filosofía. Sin pretender adentrarnos aquí en las complejidades que tal análisis supone, señalaré simplemente los puntos fundamentales que allí se desarrollan. Las autoras comienzan haciendo referencia al neoplatonismo, término acuñado por los historiadores de la segunda mitad del siglo XVIII para referirse a esta corriente filosófica iniciada por Plotino en el siglo III d. C., quien "parece haber sido el primero que intentó sistematizar en un todo coherente un conjunto de ideas de raíz platónica, imponiéndoles un cuño original y consistente" (p. VIII).

 Sigue a esta consideración general, una sucinta descripción de la vida y obra de Plotino tal como aparece expuesta por Porfirio en su Vida de Plotino. A continuación se introduce una importante reflexión respecto de la figura de Plotino como exégeta. En este sentido, se señala que "Plotino es un innovador a la vez que un tradicionalista" (p. XVI) ya que, si bien por un lado es un fiel platónico, por otro, se nos presenta como un pensador original que utiliza tanto las doctrinas de Platón como las de otros filósofos —especialmente Aristóteles y los estoicos— para el establecimiento de su propia postura.

Las autoras analizan luego los lineamientos generales del sistema filosófico de Plotino insistiendo en la concepción plotiniana de la realidad como despliegue dinámico que implica tanto el movimiento descendente de producción o procesión (próodos) como el movimiento de retorno o conversión (epistrophé). Se exponen a continuación y en orden descendente los distintos grados de la realidad. Se comienza por la caracterización de lo Uno en tanto principio absolutamente simple e inefable y se hace especial énfasis en el problema de señalar la relación de ese principio consigo mismo. Luego, y en estrecha vinculación con el punto anterior, se aborda el problema de la generación de la Inteligencia —primera instancia de multiplicidad— a partir de lo Uno, tema complejo que Plotino aborda repetidamente a lo largo de su obra. Se continúa con la caracterización de la Inteligencia en tanto nivel noético y del Alma en tanto nivel dianoético, cuya parte inferior, la naturaleza, configura el universo sensible. Tras exponer los distintos niveles de conocimiento, que son propios de las facultades humanas y que Plotino traspone a las hipóstasis, se pasa a la caracterización de la materia, sustrato de lo sensible y límite inferior de la realidad.
Por su parte, el análisis de la conversión hacia lo Uno comienza mostrando la relación entre la filosofía y la dialéctica, su parte más preciosa, como modo de saber discursivo y dianoético. Por lo tanto, se impone en el camino de ascenso superar este nivel para llegar a la aprehensión noética de lo Uno que "remata la filosofía y abre la posibilidad de la mística" (p. LXXXIV) en tanto posibilita la unión final con lo Uno. De esta manera, se pone de manifiesto la naturaleza de la así llamada mística plotiniana no como una anulación de la actividad racional, sino como su continuación y punto culminante. Por eso el sistema filosófico de Plotino puede concebirse como un camino de la filosofía a la mística. Finalmente, se concluye señalando la influencia de Plotino y de la corriente neoplatónica que él inicia en la filosofía occidental.

Además de este minucioso análisis, en la introducción se incluye una tabla comparativa del orden sistemático y del orden cronológico de los tratados que constituyen las Enéadas, que contiene además el título que Porfirio dio a cada uno de ellos, y una indicación de las citas y abreviaturas utilizadas. También se provee de una muy útil lista de las normas seguidas para la transliteración de los términos griegos y su correcta pronunciación. Finalmente, aparece una completísima bibliografía que incluye las ediciones, traducciones y léxicos de Plotino, así como un extenso y actualizado listado de literatura secundaria en el que figuran los trabajos más importantes —tanto los ineludibles clásicos como los estudios más recientes— realizados por los especialistas en la materia.

La selección de textos que se ofrece en este libro merece destacarse por su exhaustividad y por la precisa articulación que logra de los temas más importantes de la filosofía de Plotino. La primera sección está referida a la figura de Plotino según Porfirio y contiene pasajes de la Vida de Plotino, obra escrita por su discípulo y colocada al inicio de su edición de las Enéadas. La segunda sección corresponde ya a los tratados plotinianos y comienza con dos textos que muestran el punto de partida de la reflexión de Plotino: la necesidad que tiene el alma de retornar a su origen. A continuación, se incluyen varios capítulos tomados de distintos tratados que dan cuenta de la estructura de la realidad que, según este filósofo, se articula en tres niveles, las llamadas hipóstasis, y se constituye en un proceso productivo y dinámico de descenso a partir del primer principio. Los pasajes dedicados a caracterizar este primer principio, el Uno–Bien, lo muestran como lo absolutamente simple, anterior a todas las cosas, más allá del ser y de la Inteligencia, infinito, indeterminado, autosuficiente, inefable. Luego siguen los textos que explican el difícil tema de la generación de la Inteligencia a partir de lo Uno y a continuación la caracterización de esta segunda hipóstasis como instancia unimúltiple que coincide con el plano del ser y es idéntica a los inteligibles (las Ideas) en tanto su intelección consiste en un pensarse a sí misma. 

Los pasajes que corresponden al Alma explicitan su naturaleza una y múltiple, intermediaria entre lo sensible y lo inteligible, su división en dos partes y su relación tanto con la Inteligencia como con el universo sensible. Se destaca en este punto la problemática en torno a la relación con el tiempo y la eternidad, expuesta por Plotino en el tratado III 7 de gran influencia en la historia de la filosofía y cuyos principales capítulos aparecen aquí traducidos. Luego siguen los pasajes referidos a la materia, caracterizada como impasible e incorpórea y vinculada con el no ser, y su relación con el mal y el mundo sensible. La antología se cierra con los textos correspondientes a la concepción plotiniana de la naturaleza humana, la relación de la vida perfecta con el nivel de la Inteligencia y la necesidad del retorno (conversión) hacia el primer principio. Aquí adquiere gran importancia la caracterización de la dialéctica que aparece en el tratado I 3, traducido en su totalidad, como el corazón de la filosofía y punto de inicio del camino de ascenso que termina en la unión con lo Uno, a cuyo tratamiento están dedicados los últimos pasajes.

Como puede observarse en esta breve síntesis, las secciones en que se agrupan los textos traducidos se corresponden con los puntos analizados en el "Estudio preliminar" y esto ayuda a lograr una acabada comprensión de los temas más sobresalientes que constituyen el sistema filosófico plotiniano. Esta labor, a su vez, se encuentra complementada con las notas mediante las cuales se ofrecen referencias bibliográficas, literarias, geográficas e históricas y también indicaciones que facilitan la comprensión tanto filológica como filosófica del texto. La traducción, por su parte, consigue el difícil balance entre mantener una estricta fidelidad al texto griego, por un lado, y, por otro, lograr una versión en castellano que sea comprensible para los lectores actuales pero que dé cuenta de toda la complejidad presente en el pensamiento filosófico de Plotino.

El libro concluye con un índice de los pasajes seleccionados, tanto en el orden sistemático como en el cronológico, y un índice general.

Las autoras, de algún modo, se hacen eco en este libro de la labor porfiriana, presentándonos, en lugar de una traducción completa de las Enéadas o de un tratado en particular, esta selección que ofrece una nueva ordenación temática de los textos plotinianos e incluso nuevos títulos para cada uno de ellos. La estricta observación de los criterios filológicos, historiográficos y hermenéuticos que debe cumplir hoy toda traducción de un texto filosófico antiguo dan una gran ventaja a esta obra y a nosotros, los lectores, que podemos acceder así más fácilmente al difícil y complejo entramado conceptual que constituye la filosofía plotiniana. Si las autoras consideraron a estos pasajes de las Enéadas los textos esenciales de Plotino, este libro es sin duda esencial para comprender de manera acabada el pensamiento de este filósofo también esencial.



puerta al infierno



Donald Trump.



"¿Cómo es posible que alguien como Trump gane unas elecciones?"



Quienes lo preguntan se escudan en las acusaciones judiciales contra el magnate, su argumentario, su ideología y su carácter, pero el 'trumpismo' en su acepción más amplia lleva varios años de ventaja

Jurdan Arretxe
07·11·24

Donald Trump volverá a la Casa Blanca por un segundo mandato. 


La pregunta vuelve como si ocho años hubieran pasado en balde: ¿cómo es posible que un candidato como Donald Trump gane unas elecciones? Quienes lo preguntan se escudan en las acusaciones judiciales contra el magnate, su argumentario, su ideología y su carácter. Como si en 2016 razones parecidas no lo hubieran impulsado a la victoria. El trumpismo en su acepción más amplia lleva varios años de ventaja con respecto a sus rivales.
En Posverdad. La nueva guerra contra la verdad, Matthew d’Ancona recuerda aquellos comicios de 2016, en los que Trump, que no era un candidato simpático, suscitaba una empatía entre la población que Hillary Clinton, muy armada de datos, razones y verdades, fue incapaz de generar. Justo ante una población que sentía haberlo perdido todo salvo el derecho a voto. Y lo empleó: ha cambiado un paradigma en el que Trump y sus réplicas mundiales a lo largo del mundo, además de sujetos activos, son una consecuencia.
En el debate público actual se cruzan posiciones que apuntan en la misma dirección, como recuerda d’Ancona en un buen libro para entender la época actual. Desde el “este país está harto de expertos” que acuñó el ministro británico Michael Gove para atacar a los contrarios al Brexit hasta el “la verdad es una creencia”, que señaló un asesor de Putin como Alexander Dugin.

Antes todo el mundo tenía derecho a su opinión, recuerda el autor, pero no a tener sus propios hechos, que eran sagrados. Si las opiniones eran particulares, los factos eran un lugar común, compartido. Inamovibles. Hoy hay quien niega la realidad ante millones de espectadores: 
“El caballo blanco de Santiago es verde”.
Y lo que es peor: se inventa otra realidad que más le beneficie. Al otro lado de la pantalla del móvil siempre habrá quien piense “por algo lo dirá”. Con un poco de suerte, ese ciudadano reenviará el contenido. Una frase de Sonia Orwell recogida en el libro: 
“Lo peculiar de nuestro tiempo no es la falta de verdad, sino la renuncia a buscarla”.

En un momento en el que los hechos irrefutables no son el árbitro que da y quita razones, la desinformación no sirve para ganar debates públicos, pero tiene otro fin. Su gran objetivo es poner bajo sospecha los datos, la realidad incluso vista con ojos propios para que nunca se cierre el debate. En el 11-M sirvió para generar una teoría que permitiera acusar al Gobierno español de “ilegítimo”. Un hilo acusatorio que 20 años después siguen contra el Gobierno actual en una era de fragilidad institucional generalizada. No es casual.
La respuesta racional y cerebral ante cualquier tema, con informes de 500 páginas, es más bien inútil. “Quienes defienden la verdad tienen que hablarle a la cabeza y al corazón por igual”, defiende d’Ancona tras el fiasco de los contrarios al Brexit, tan escrupulosos en sus datos como inefectivos en el debate cuerpo a cuerpo contra los Nigel Farage y Boris Johnson. Ellos apelaban a las emociones; los contrarios al Brexit, solo daban datos. En otras palabras: 
“La batalla entre el sentimiento y la racionalidad es, en cierta medida, una falsa dicotomía. Más que nunca, la verdad requiere un sistema emocional de transmisión que apele a la experiencia, a la memoria y a la esperanza”.
El bolsillo frente al aborto.

Ocho años después del primer triunfo de Donald Trump, la supervivencia de la democracia, los derechos humanos, el derecho al aborto y el techo de cristal de las mujeres estaban en juego en una campaña en la que los asesores del Partido Demócrata creyeron iba a ser el eje.
Una campaña más, han chocado el intento de imponer un relato más que noble (y necesario) frente a la astucia de saber navegar sobre el relato que la mayoría social y sus pulsiones demandaban, preocupada por sus bolsillos y hasta por las fronteras.
Una población que no por priorizar su economía doméstica está en contra de la igualdad o del derecho al aborto (en siete de los 10 estados que se votaba un referéndum al respecto la opción mayoritaria ha sido proteger dicho derecho). En esa realidad poliédrica empiezan los problemas. Sobre todo cuando toca diseñar una campaña presidencial.
El otrora cinturón azul, el Cinturón del Óxido, ha hablado para quien haya querido escuchar: los grandes números macroeconómicos no llegan a los bolsillos de las familias. La macroeconomía ha de ir bien para que la microeconomía vaya, pero la buena marcha de la macroeconomía no llega a todos los bolsillos con efectos automáticos. Primum vivere, aunque para ello la elección esa sea volver a confiar en aquel que no dio solución a estos problemas entre 2017 y 2020.

Otro cambio de administración.

Desde 1981, cuatro presidentes habían revalidado mandato. Todos salvo Bush padre: Reagan, Clinton, Bush hijo y Obama. Desde el adiós de este en 2017, Estados Unidos estrenará el 20 de enero su tercer cambio de Administración, señal de los tiempos agitados.
Las secuelas de la crisis de la anterior década llevaron a la población del citado Cinturón del Óxido a confiar en Donald Trump, que no les arregló la vida. En 2020 optaron por Biden y ahora regresan a Trump por razones similares. Hay exigencia, no hay respuestas eficaces e incluso se prefiere volver a una fórmula que no satisfizo y fue castigada en las urnas.

Las encuestas aciertan.

Las encuestas han acertado el ganador. Muchas veces criticadas, las encuestas anticiparon que Donald Trump se llevaría el gato al agua. Con márgenes muy reducidos, pero en las últimas semanas mostraban a un Trump que se había recuperado de un mal final del verano.
Un gran agregador como es Real Clear Politics facilita medias de encuestas diarias. También las ofrece en cada estado clave. Incluso en algunos condados. En la larga recta final de la campaña, Trump ya ganaba en cinco de los siete estados. Todos salvo Michigan y Wisconsin, donde las empresas demoscópicas anticiparon triunfos de Kamala Harris por medio punto. Sin Pensilvania u otro estado en el que saltara la sorpresa, la vicepresidenta en funciones estaba sin nada que hacer. Salvo confiar que del margen de error técnico de las encuestas naciera la esperanza.
A tenor de las encuestas, a Harris se le había acabado hace tiempo el empuje que le dio la Convención Demócrata de finales de agosto. En concreto, un mes después: octubre y noviembre han sido ventajas para Trump.
Harina de otro costal es esconderse en los márgenes de error técnico de las encuestas para confundir la realidad de las encuestas con el deseo de la victoria de Harris. Un error como otro cualquiera en la cada vez más larga cadena de teléfonos rotos.






Frederick Christ Trump (El Bronx, Nueva York; 11 de octubre de 1905-New Hyde Park, Nueva York; 25 de junio de 1999), más conocido como Fred Trump, fue un empresario inmobiliario y filántropo estadounidense de origen alemán, cofundador junto a su madre, Elizabeth, de la Trump Organization y el padre del empresario, político y 45.° y 47.° presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El padre de Fred Trump, Frederick Trump, había emigrado a Nueva York en 1885 desde la pequeña ciudad alemana de Kallstadt donde él brevemente regresó alrededor de 1900, se casó y volvió a emigrar. Nació en el este de la avenida Tremont en el Bronx, del matrimonio de inmigrantes alemanes formado por Elizabeth (nacida Christ) y Frederick Trump.
En 1927, con 22 años, Frederick C. Trump fue agente de bienes raíces y financiador de construcciones, creando la Trump Organization junto con su madre Elizabeth Christ Trump, quien fue un socio activo, escribiendo los cheques.
A finales de los años veinte, Trump empezó a construir solo casas familiares en Queens, las que eran vendidas a $3990 dólares cada una. A mediados de los años treinta en medio de la Gran Depresión, ayudó a desarrollar el concepto de supermercados con el Mercado Trump en Woodhaven, que anunciaba: 
"¡Sírvase usted mismo y ahorre!", convirtiéndose en un éxito casi instantáneo.
Un año después, Trump vendió por una pequeña ganancia la cadena de supermercados King Kullen.​ Actualmente, King Kullen continúa operando en el condado de Suffolk.
En 1936, Frederick C. Trump se casó con la escocesa Mary Anne MacLeod. con La que tuvo cinco hijos: Maryanne (1937-2023), juez de la corte federal de apelaciones; Fraser C. Robinson III (1935-1991); Elizabeth (nacida en 1942), ejecutiva en el Chase Manhattan Bank; Donald (nacido en 1946); y Robert (1948-2020), presidente de la compañía de administración de la propiedad de su padre.
A pesar de que los padres de Trump nacieron en Alemania, Trump les dijo a sus amigos y conocidos durante décadas después de la Segunda Guerra Mundial que su familia era de origen sueco. Según su sobrino John Walter, "tenía muchos inquilinos judíos y no era cosa buena ser alemán en aquellos días."

Durante la Segunda Guerra Mundial, Trump mandó construir cuarteles y apartamentos con jardines para la Armada de los EE. UU. para el personal de la marina estadounidense a lo largo de la costa este, incluyendo Chester, Pensilvania, el Newport News, Virginia, y Norfolk, Virginia. Después de la guerra, se expandió a hogares para las familias de clase media, que tenían familiares regresando de la guerra, construyendo un puerto costero en Bensonhurst en 1949, y un puerto cercano a la playa de Coney Island en 1950 (un total de 2700 apartamentos). 
En 1963 construyó 3800 apartamentos en la villa Trump en Coney Island, compitiendo con Lefrak City en Queens. Trump construyó y operó viviendas de alquiler accesibles a través de grandes complejos de apartamentos en Nueva York, incluyendo más de 27 000 departamentos para familias de bajos ingresos y townhouses en los barrios de Coney Island, Bensonhurst, Sheepshead Bay, Flatbush, y Brighton Beach en Brooklyn, y Flushing y propiedades jamaicanas en Queens.

En 1968, su hijo de 22 años Donald Trump se unió a su Administración de Trump Management Co., siendo presidente en 1974, y rebautizándolo a The Trump Organization en 1980. A mediados de la década de 1970, Donald recibió préstamos de su padre que superaron los $ 14 millones (más tarde, Donald afirmó que solo habían sido $ 1 millón).
A mediados de los setenta le heredó su fortuna a su hijo, dejándolo al mando del negocio de bienes raíces en Manhattan, mientras Fred se aferró a Brooklyn y Queens. "Fue bueno para mí", comentó más tarde Donald. " Ya sabes, ser el hijo de alguien, que podía haber sido una competencia para mí. De esta manera, tengo a Manhattan solo para mí."

Pleito con los derechos civiles

En 1973, la División de los derechos civiles del Departamento de Justicia de los EE. UU. presentó una demanda de derechos civiles contra Trump Organization tras rechazar el alquiler de sus departamentos a personas negras. La Urban League había enviado examinadores de ambas razas para solicitar apartamentos en los complejos de Trump; los blancos conseguían los apartamentos, los negros no. Según los registros de la corte, cuatro superintendentes o agentes de alquiler informaron que las solicitudes enviadas a la oficina central para su aceptación o rechazo fueron codificados por raza. En 1979, un artículo del The Village Voice citó a un agente de alquiler que Trump le instruyó de no alquilar a personas negras e incitar a los inquilinos negros a que se largaran de sus apartamentos. 
En 1975, un decreto de consentimiento descrito por el jefe de la división de vivienda del Departamento de Justicia "uno de los mayores alcances logrados en una negociación", requiriendo a Trump para anunciar vacantes en papeles de minoría y lista de vacantes con la Liga Urbana. 
El Departamento de Justicia posteriormente de la continuación de "conductas discriminatoriamente racistas por agentes de Trump ha ocurrido con tanta frecuencia que se ha creado un impedimento sustancial para el pleno disfrute de la igualdad de oportunidades."

Riqueza y bienes

A pesar de su fortuna, fue conocido por su frugalidad, ahorraba clavos usados, haciendo su propio trabajo de exterminación y mezclando sus propios limpiadores de piso. No obstante, insistía en la compra de un nuevo Cadillac azul marino cada tres años, con la matrícula "FCT". En el momento de su muerte, Trump había amasado una fortuna estimada entre los 250 a 300 millones de dólares.






Mary Anne Trump (nombre de nacimiento Mary Anne MacLeod; Tong, Reino Unido; 10 de mayo de 1912-New Hyde Park, Estados Unidos; 7 de agosto de 2000) era una trabajadora doméstica estadounidense, conocida por ser la madre de Donald Trump, el 45.° y 47.° presidente de los Estados Unidos de América y esposa del empresario de bienes raíces Fred Trump. Nacida en las islas Hébridas, emigró a los Estados Unidos en 1930 y obtuvo la nacionalidad en 1942.​ Tuvo 5 hijos con su esposo y llevó a cabo actividades filantrópicas en la zona de Nueva York.

Primeros años

Mary Anne MacLeod nació en una casa rural de la villa de Tong, en la isla de Lewis, en Escocia.​ Los historiadores locales describen las casas de la zona en aquella época como muy sucias, dando fe de las condiciones de miseria de la época.​ El estallido de la primera guerra mundial debilitó la economía y diezmó la población masculina del lugar, al igual que lo hizo en muchas otras zonas.
Criada en un ambiente en que se hablaba gaélico escocés, Mary era la segunda de 10 hijos de Malcolm MacLeod (1866-1954) y Mary Ann smith (1867-1963).​ Su padre era arrendatario, pescador y oficial en la escuela de Mary.​ El inglés fue su segunda lengua, el cual aprendió en la escuela a la que asistió hasta octavo grado.


Sus abuelos paternos fueron Alexander MacLeod y Ann MacLeod, siendo sus abuelos maternos Donald Smith y Mary MacAulay. Procedían de Vatisker y la zona de los Lochs del sur de la isla de Lewis,​ habiendo sufrido algunas generaciones la expulsión de ocupantes de los Highlands por parte de los propietarios, hecho ocurrido principalmente en los siglos XVIII y XIX.

Emigración a los Estados Unidos

Teniendo ya varias hermanas que vivían allí, Mary Anne MacLeod podría haber visitado los Estados Unidos durante una corta estancia en diciembre de 1929. El 2 de mayo de 1930, MacLeod partió de Glasgow a bordo del RMS Transylvania llegando a Nueva York el 11 de mayo de 1930, un día después de su 18 cumpleaños, declarando querer adquirir la ciudadanía estadounidense y residir permanentemente en América.
Al hacerlo de este modo se convirtió en lo que posteriormente se conocería como inmigrante económica, una de las decenas de miles de escoceses que abandonaron Escocia durante este periodo para vivir en los Estados Unidos o Canadá, debido a las consecuencias de la primera guerra mundial y a las expulsiones que sufrieron los escoceses por parte de los propietarios de las tierras donde vivían.​ La lista de pasajeros del Transylvania, del 2 de mayo de 1930, incluye datos como su altura (172 centímetros), ojos azules y como ocupación empleada del hogar.

Llegó a los Estados Unidos con 50 dólares, residiendo con su hermana mayor Christina Matheson en Long Island y trabajando de sirvienta del hogar durante un mínimo de 4 años. Uno de estos trabajos parece ser que fue el de niñera/cuidadora de una opulenta familia de Nueva York, trabajo que perdió debido a los problemas causados por la Gran Depresión.​ Se podría decir pues que comenzó su vida en América como una pobre sirvienta, escapando de una mayor pobreza en su país natal.
El censo de 1940 la refleja, tanto a ella como a Fred Trump, como una ciudadana naturalizada, si bien su naturalización no tuvo lugar hasta el 10 de marzo de 1942.​ A pesar de ello no hay ninguna evidencia que indique que se haya producido la violación de ninguna ley antes de producirse su naturalización en 1942, puesto que de forma frecuente hacia viajes internacionales y fue capaz de volver a entrar en el país sin problemas.
MacLeod volvió a su localidad natal a menudo durante su vida, siendo capaz de hablar gaélico cuando lo hacía.

Matrimonio, familia y otras actividades.

A principios de los años 30, Mary Anne conoció a Fred en un baile, en donde se enamoraron.1​ Se casaron en la iglesia presbiteriana de Madison Avenue en enero de 1936, oficiando la ceremonia George Arthur Buttrick.​ El convite de la boda se llevó a cabo en el hotel Carlyle de Manhattan. El 5 de abril de 1937 dio a luz a su primera hija, Maryanne Trump Barry, siguiéndole Fraser C. Robinson III (1935-1991), Elizabeth Trump Grau (1942), Donald Trump (1946) y Robert Trump (1948–2020). El último nacimiento se complicó, obligando a realizar una histerectomía, a la que pudo sobrevivir.
La familia vivió en Queens (Nueva York), en el barrio de Jamaica y más tarde en Jamaica Estates.​ Al principio ambos residían en la casa de la madre de Fred​ aunque posteriormente, hacia 1940, adquirieron su propio hogar.​ Mary tenía el rol de ama de casa, ayudando esporádicamente a su marido en sus negocios, por ejemplo en la recogida de monedas de las máquinas de lavandería en los distintos edificios. En su momento Mary condujo un automóvil Rolls Royce con las placas de matrícula rezando “MNT”.

Otras tareas que llevó a cabo fueron las de voluntaria en un hospital así como en actividades escolares y actos de caridad.3​ Muchas de estas acciones buscaban la mejora en la calidad de vida de aquellos con parálisis cerebral y de aquellos disminuidos psíquicos.
​ Entre otros, los Trump ayudaron a organizaciones como Salvation Army, Boy Scouts o Lighthouse of the Blind (faro de los ciegos). Mary Anne tuvo un rol importante en el hospital de mujeres de Jamaica así como en la guardería,​ ambas situadas en el barrio de Queens en Nueva York. Ella y su marido destinaron tiempo y esfuerzos y en su momento donaron propiedades para la mejora de la sanidad en la zona de Nueva York.​ Más aún, el pabellón de hospital Jamaica, con 228 camas, lleva su nombre en su honor.​ Aparte de ello perteneció a distintos clubes sociales.

Como madre su carácter era más reservado que el de su marido.​ Amigos de sus hijos tuvieron poca interacción con ella, al contrario que con su marido.
 Aparentemente su físico era de complexión delgada pero sin embargo tenía un estilo de peinado muy elaborado, del que se dijo que era un remolino anaranjado. Esta forma de peinarse sin duda tuvo un impacto en su hijo Donald, que escribió en su momento “mirando hacia el pasado, me doy cuenta de que parte de mi exhibicionismo viene por parte de mi madre”.

Su marido Fred murió a la edad de 93 años en junio de 1999.  MacLeod murió un año después, el 7 de agosto del año 2000 en el centro médico judío de Long Island, en Nueva York, a la edad de 88 años.​ El funeral tuvo lugar en la iglesia colegial de Manhattan,​ siendo enterrada junto a su marido e hijo (Fraser C. Robinson III) en el cementerio luterano de Middle Village, en Queens. 



Donald John Trump fue uno de los mandatarios más controvertidos en la historia de su país. Para bien o para mal, será difícil olvidar su período presidencial. Después de pasar cuatro años fuera del poder, este martes 5 de noviembre selló su regreso a la Casa Blanca, lo que lo transformó en el primer Presidente con períodos no consecutivos desde 1893.

1.- Es un neoyorquino del barrio Queens: Donald Trump nació el 14 de junio de 1946 en el barrio neoyorquino de Queens. Tiene 78 años. Su padre, Fred Trump, era un magnate inmobiliario, fundador de la compañía “Trump Organization”, que luego heredó el mandatario estadounidense.

2.- Tenía problemas de conducta desde niño: El fuerte carácter acompaña a Trump desde que era niño. A los 13 años, tras tener graves problemas de conducta, sus padres decidieron enviarlo a la Academia Militar de Nueva York (NYMA), un internado mixto ubicado al norte de Nueva York.

3.- Su hermano mayor, Fred Trump, murió de alcoholismo: Se convirtió en el favorito para heredar el imperio inmobiliario de su padre luego de que su hermano mayor, Fred Trump, decidiera convertirse en piloto.

Al contrario de su padre y su hermano menor, a “Freddy” no le interesaba el mundo de los negocios. Murió cuando tenía apenas 43 años por su adicción al alcohol. Según ha dicho el propio Trump, esto hizo que él decidiera evitar el alcohol y los cigarrillos durante toda su vida.

4.- Trasladó el negocio de su padre a Manhattan: El negocio de su padre, Fred Trump, se concentraba en unidades residenciales en los barrios de Brooklyn y Queens. Pero cuando Donald Trump tomó el control de la empresa en la década del ’70, decidió trasladarse a Manhattan y unirse a las “grandes ligas”.

Allí construyó deslumbrantes proyectos y se preocupó especialmente de levantar la marca “Trump”. Transformó el deteriorado hotel Commodore en el Grand Hyatt y erigió su propiedad más famosa: la Trump Tower de 68 pisos en la Quinta Avenida, que sería la primera de varias torres con su apellido.

5.- Fue una estrella de televisión y magnate del mundo del entretenimiento: Si hay algo que se le reconoce es su desplante y seguridad ante las cámaras. Y esto es, en parte, debido a que desde que era un joven empresario fue invitado estelar de diversos programas de televisión.

También fue anfitrión del exitoso reality show The Apprentice (“El Aprendiz”), de la cadena NBC, por 14 temporadas. Esto lo ayudó a desarrollar un perfil cercano a la gente, transformándose en una especie de “gurú” para quienes querían emprender en el mundo de los negocios.

Trump, además, construyó un imperio en el negocio del entretenimiento. El mandatario compró y construyó hoteles y casinos, y desde 1996 hasta 2015 fue propietario de los concursos de belleza Miss Universe, Miss USA y Miss Teen USA.

6.- Su patrimonio neto es de unos 3.500 millones de dólares. Pertenece a la lista de los “400 más ricos de Estados Unidos”, elaborada por Forbes.

7.- Se ha casado tres veces y tiene cinco hijos: Con su primera esposa, la atleta y modelo checa Ivana Zelnickova -fallecida en 2022- Trump tuvo tres hijos: Donald Jr, Ivanka y Eric.

Su divorcio en 1990 fue ampliamente registrado por la prensa, con tensión y demandas de por medio. Luego se casó con la actriz Marla Maples en 1993. Tuvieron una hija llamada Tiffany. En 2005 contrajo matrimonio con su última y actual esposa, la modelo Melania Knauss, con quien tiene un hijo, Barron William Trump.

8.- Irrumpió en la carrera presidencial 2016 atacando a los políticos y bajo el lema “Make America Great Again”: Fue en junio de 2015 cuando hizo formal su primera precandidatura presidencial apoyada por el Partido Republicano.

El empresario irrumpió en esa carrera señalando que el sistema político estadounidense estaba “roto” y liderando una polémica campaña que entre otras cosas prometía construir un muro en la frontera de México y Estados Unidos, y prohibir temporalmente la inmigración de musulmanes.

9.- Su elección como presidente sorprendió a todos (incluso a su equipo más cercano): Todas las encuestas mostraban que la candidata demócrata Hillary Clinton sería la ganadora de las elecciones presidenciales 2016.

Claramente el apoyo a Trump había sido subestimado por los expertos. Por eso, cuando triunfó y salió electo -pese a haber sacado menos votos en el sufragio popular-, el mundo entero se sorprendió. Incluso él, ya que ganó en estados como Wisconsin y Michigan, que llevaban décadas dándole el triunfo a los demócratas.

Tal como dice el periodista Michael Wolff en su libro “Fire and Fury: Inside the Trump White House”, Donald Trump y su equipo estaban listos para perder con “fuego y furia”, pero no para ganar.

10.- Fue el primer presidente de Estados Unidos que no ocupó un cargo político electo ni militar anteriormente: 

Los 44 presidentes de Estados Unidos anteriores a Trump habían ocupado cargos electos o militares antes de liderar la Casa Blanca.

11.- Se le investigó por una supuesta interferencia rusa en su campaña de 2016:

A principios de 2017, agencias de inteligencia de Estados Unidos aseguraron que Rusia había interferido en las elecciones presidenciales de 2016 para favorecerlo.
El episodio puso en aprietos a Trump, quien incluso despidió al director del FBI, James Comey. En marzo de 2019, sin embargo, una investigación liderada por Robert Mueller concluyó que la campaña del mandatario no conspiró con Rusia con la intención de influir en los resultados.

12.- Tiene un fuerte apoyo entre la clase trabajadora y la población blanca: Trump claramente no era el candidato de la élite estadounidense pero tenía una base sólida de seguidores que incluso en los momentos más difíciles lo han defendido con fervor.

El grupo demográfico más importante de su electorado lo conformaron los hombres blancos de clase trabajadora, muchos de ellos frustrados por la falta de progreso económico.

13.- Ha sido acusado de entregar declaraciones falsas en múltiples ocasiones: Según The Washington Post, Trump hizo más de 20 mil afirmaciones falsas en su período como presidente.

14.- Le gusta ganar (y que el mundo lo reconozca como un ganador): A Trump siempre le ha gustado decir que las cosas le resultan; que lo que toca se convierte en oro. Durante su presidencia, en la página web de la Casa Blanca, su descripción comenzó con esta frase: 
“Donald J. Trump define la historia de éxito estadounidense”.
Este perfil de “ganador” lo ha construido toda su vida, desplegando su marca “Trump” por el mundo entero, lo que también lo ha hecho ganar fama de “narcisista”.
Y ese perfil también se vio cuando se negó a reconocer su derrota en las elecciones de 2020, al punto de que sus seguidores atacaron al Capitolio en enero de 2021 y de que no quiso asistir al cambio de mando días después.

15.- Minimizó el efecto del coronavirus y se contagió: Opositores a Trump lo responsabilizaron directamente de haber gestionado mal la pandemia. Además, se le cuestionó su intención de “minimizar” el covid-19, diciendo afirmaciones como que la gripe común es más peligrosa que el coronavirus o que se puede curar con una inyección de desinfectante.

Por eso, que el propio Trump haya dado positivo de covid-19 a solo un mes de la elección de 2020, no fue una buena noticia para él.

16.- Sus opositores han intentado destituirlo, sin éxito: Durante su presidencia, enfrentó dos procesos de intento de destitución, que no tuvieron éxito.

En el primero de ellos, sus opositores en el Congreso lo acusaron de presionar a Ucrania para que buscara información dañina sobre su rival demócrata, Joe Biden, y su hijo Hunter, quien trabajaba para una empresa ucraniana cuando Biden era vicepresidente de Estados Unidos.
Sin embargo, el impeachment no se concretó pues no contó con el apoyo necesario del Senado.

17.- Ha sido acusado de acoso sexual por diversas mujeres: Una veintena de mujeres ha acusado a Trump de acoso o agresión sexual. Entre ellas, varias ex concursantes de Miss USA y Miss Teen USA.

18- Fallo judicial en su contra: En mayo y, tras dos días de deliberaciones, un jurado de Nueva York declaró, por unanimidad, culpable a Trump por 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales.

Se trató de un hecho sin precedentes, ya que con este fallo, se convirtió en el primer exmandatario en la historia de Estados Unidos condenado por un juicio penal.
Los cargos que se le imputaron están relacionados con el pago del abogado de Trump a la actriz porno Stormy Daniels -ocurrido durante la campaña presidencial de 2016- para garantizar su silencio sobre una supuesta relación extramarital del mandatario que habría ocurrido en 2006. El monto ascendió a 130 mil dólares.
Trump se declaró inocente de los cargos que se le imputan.

19.- Fácil triunfo en la primaria republicana: El ex mandatario ganó sin problemas la primaria de su partido este año para competir por la Casa Blanca, con lo cual probó que no tiene competencia electoral dentro de los republicanos.

Algunas figuras históricas del partido, como el ex vicepresidente Dick Cheney, anunciaron que votarán por Kamala Harris o bien señalaron que no votarán por el ex Presidente.

20.- Intentos de asesinato y campaña voto a voto: El pasado 13 de julio sufrió un intento de asesinato durante un acto de campaña en Pensilvania, donde su reacción de levantar el puño y gritar “Luchen, luchen” fue, quizás, la imagen más icónica de esta carrera por la Casa Blanca.





Fachada de la vivienda donde Donald Trump pasó su infancia. 


Donald John Trump; Queens, Nueva York; 14 de junio de 1946) es un empresario, personalidad televisiva y político conservador​ estadounidense.



La casa de ladrillos rojos donde nació  Donald Trump, del elegante barrio Jamaica Estates, propiedad de estilo Tudor y cinco dormitorios donde Trump pasó los primeros cuatro años de su vida. Dirección : 85-15 Wareham Place.


Jamaica Bay and district of New York (Queens), at Long Island , close by the John F Kennedy Airport.

Jamaica es un barrio del borough de Queens en la Ciudad de Nueva York, Nueva York, Estados Unidos. Fue poblada por los neerlandeses en 1656 en Nuevos Países Bajos como Rustdorp.​ Bajo el dominio británico, la Villa de Jamaica se convirtió en el centro del pueblo de Jamaica. Jamaica fue la sede del condado de Queens en 1683 hasta el 7 de marzo de 1788, cuando la ciudad fue reorganizada por el gobierno estatal y la sede del condado fue trasladada a Mineola (en la actualidad es parte del Condado de Nassau). Cuando Queens se incorporó a la Ciudad de la Gran Nueva York en 1898, tanto el pueblo de Jamaica y la villa de Jamaica, fueron disueltas, pero el barrio de Jamaica, recuperó su papel como sede del condado. 

Localización de Jamaica en Ciudad de Nueva York


Jamaica no siempre fue tan diversa como lo es hoy. A lo largo del siglo XIX y principios del XX, Jamaica estaba poblada principalmente por blancos, ya que los inmigrantes irlandeses se asentaron alrededor de los lugares conocidos hoy como Downtown y Baisley Pond Park. Sin embargo, en la década de 1950, comenzó un largo período de huida de los blancos que duró hasta las décadas de 1970 y 1980, y su lugar fue ocupado principalmente por afroamericanos de ingresos medios.
A partir de 1965 muchos inmigrantes salvadoreños, colombianos y dominicanos se mudaron allí. Estos grupos étnicos tendían a permanecer más cerca de las áreas de Jamaica Avenue y South Jamaica. 






El condado de Queens (en inglés: Queens County), a menudo llamado simplemente Queens ( es un distrito metropolitano (borough), el más grande de los cinco que desde 1898 componen la ciudad de Nueva York (Estados Unidos). La sede de condado está en el vecindario (originalmente, villa) de Jamaica.

Montaje de Queens

Introducción.


El distrito de Queens es el condado étnicamente más diverso del mundo. En 2017 su población ascendía a 2,358,582, habitantes lo que supone el máximo histórico. Es el segundo distrito más poblado en la ciudad de Nueva York. 
En Queens están situados los dos aeropuertos de la ciudad (John F. Kennedy y Aeropuerto LaGuardia). El principal parque de Queens es el Flushing Meadows-Corona Park. Se encuentran allí, los estudios de filmación Kaufmann Astoria y Silvercup.
Queens fue fundado en 1683, constituyendo uno de los 12 condados originales del Estado de Nueva York y fue llamado así en honor de la reina consorte, la portuguesa Catalina Enriqueta de Braganza, esposa de Carlos II. Queens es a menudo considerado como uno de los más periféricos de entre los distritos de Nueva York. Los vecindarios orientales tienen el aspecto y semejanza de los suburbios de la parte occidental del condado de Nassau. No obstante, Queens también acoge muchos vecindarios urbanos y varios distritos de negocios.
En Long Island City, en la ribera de Queens justo enfrente de Manhattan, está situado el edificio Citicorp Building, el rascacielos más alto de Nueva York, entre los ubicados fuera de Manhattan. Es también el edificio más alto de Long Island.

Borough

Queens, el distrito más grande de Nueva York, con una superficie de casi 280 km², se encuentra al este de Manhattan y al norte de Brooklyn. Limita al norte con el East River y al sur con el océano Atlántico.
 Geográficamente, ofrece una gran variedad de paisajes, que van desde zonas urbanas densamente pobladas hasta áreas más abiertas y residenciales. Alberga distritos emblemáticos como Astoria, cerca del East River, y Flushing, conocido por sus comunidades asiáticas, así como playas como Rockaway, en el sur.
Orientarse por Queens puede parecer desalentador por su tamaño y la diversidad de sus barrios, pero es más sencillo de lo que parece. El municipio está dividido principalmente en zonas residenciales bien comunicadas por la red de metro de Nueva York, con líneas como la 7 que atraviesan Queens de oeste a este y conectan puntos clave como Long Island City, Sunnyside y Flushing.
A diferencia de Manhattan, donde las calles siguen un patrón cuadriculado, Queens adopta un sistema más complejo en el que las calles se numeran en orden ascendente con sutiles distinciones entre calles, avenidas y bulevares. Aunque esto puede resultar confuso al principio, las estaciones de metro, los autobuses y las aplicaciones cartográficas facilitan la navegación de un barrio a otro, ya se dirija a Astoria, Jackson Heights o Jamaica. Para los que prefieran viajar en coche, conviene saber que varios puentes y túneles unen Queens con los demás distritos, lo que facilita el acceso a Manhattan, Brooklyn o el Bronx.





Vecindarios.

La ciudad de Nueva York se divide en cinco distritos metropolitanos (boroughs) y estos a su vez están divididos en vecindarios o neighborhoods, cada uno de ellos con su identidad y características propias. Algunos de estos vecindarios se corresponden con antiguas ciudades, que perdieron su condición de tal con la consolidación de la ciudad; en 1898.
El Servicio Postal de los Estados Unidos divide el condado de Queens en cinco “ciudades” basándose en la existencia de estos en el momento de la consolidación de los cinco distritos en la ciudad de Nueva York: ciudad de Long Island, Jamaica, Flushing, Far Rockaway y Floral Park. Estas zonas postales no reflejan necesariamente nombres y límites de vecindarios reales; por ejemplo, “East Elmhurst” ha sido largamente acuñada por el Servicio Postal y no es una comunidad oficial. La mayoría de los vecindarios no tienen límites sólidos. A modo de ejemplo, los vecindarios de Forest Hills y Rego Park, se solapan.

Los residentes de Queens a menudo se identifican más con su vecindario que con el distrito o con la ciudad en sí. Normalmente, las direcciones postales están escritas con el vecindario, estado y el código postal en lugar del distrito o la ciudad. El distrito es una amalgama de docenas de vecindarios singulares, cada uno de ellos con una identidad propia. Howard Beach, Woodhaven y Middle Village acogen gran número de residentes italoestadounidenses; Rockaway Beach tiene una gran población de origen irlandés.
En Queens, se encuentra también la comunidad más numerosa de Colombia en los Estados Unidos, de hecho Jackson Heights fue el primer foco de migración colombiana durante los años 1970 y los 80, este fue el primer asentamiento en todo los Estados Unidos en el cual los colombianos eran la mayoría de la población, hacía 1995 estos eran cerca del 60% de los habitantes de este barrio del condado de Queens,​ actualmente muchos de los que vivían en Jackson Heights han emigrado hacía Nueva Jersey o Long Island, pero sigue siendo un punto de referencia y concentración de Colombianos en la ciudad de Nueva York.5​ Astoria, en el noroeste, es una de las comunidades griegas más grandes fuera de Grecia y su población está aumentando con profesionales jóvenes venidos de Manhattan; también hay en dicho vecindario una importante presencia de población italoestadounidense e irlandesa de viejo arraigo y colectividades de arribo más reciente de árabes, afganos, ecuatorianos y de brasileños, estos últimos mayoritariamente situados en la 34th Ave.

En Maspeth residen muchos inmigrantes europeos, entre ellos, una numerosa población polaca, así como una gran comunidad hispana.

Long Island City es un importante área comercial y en ella está ubicada el proyecto de viviendas de Queensbridge. Jackson Heights, Elmhurst y Corona son un gran conglomerado de comunidades hispanas y asiáticas. Richmond Hill, en el sur, tiene la población más grande de sijs fuera de la India; Forest Hills y Kew Gardens, en la parte central de Queens, han tenido tradicionalmente grandes comunidades judías (muchas de estas comunidades son inmigrantes judíos de Israel, Irán y la antigua Unión Soviética), mientras que Jamaica acoge grandes comunidades afroamericanas y caribeñas. 
Hay también vecindarios de clase media con población afroestadounidense, filipina, hispana y caribeña, tales como Saint Albans, Cambria Heights, Queens Village, Springfield Gardens, Woodhaven, Rosedale y Laurelton en las partes oriental y suroriental de Queens. Hay algunas zonas menos diversas, pero económicamente prósperas, como South Jamaica. Unidos, estos vecindarios conforman el condado étnicamente más diverso en los Estados Unidos. Algunos vecindarios de Queens, tales como Ozone Park, Bayside, Maspeth, Kew Gardens o Woodside, tienen una mezcla muy diversa de varios orígenes.

Cultura.

Queens fue un epicentro de jazz en la década de 1940. Los grandes del jazz, tales como Louis Armstrong, Count Basie y Ella Fitzgerald encontraron refugio de la segregación en las comunidades mixtas del distrito, mientras que una generación más joven — Charlie Parker, Sonny Rollins, Thelonious Monk, Dizzy Gillespie, entre otros — desarrollaban el bebop en los clubes de Harlem. En 1974 se crea la banda de Punk, Ramones en Forest Hills. Uno de las máximas figuras de la historia del Hip-Hop, Nas, se crio en Queensbridge, y comenzó su carrera ahí, al igual que la rapera y cantante de R&B Nicki Minaj , 50 Cent y el gran guitarrista de los Red Hot Chili Peppers, John Frusciante.

La parte occidental del distrito se está convirtiendo en un centro artístico. Entre otros, se encuentran aquí el Museo Noguchi, el Parque Escultórico de Sócrates, el Museo para el Arte Africano y el Museo de Cinematografía. El Centro de Arte Contemporáneo P.S. 1 en el vecindario de Long Island City es uno de los más grandes y antiguos en los Estados Unidos dedicados exclusivamente el arte contemporáneo. Además de sus exposiciones que se renuevan periódicamente, la institución organiza las prestigiosas series de Proyectos Nacionales e Internacionales, las series musicales de verano y el programa de Jóvenes Arquitectos, conjuntamente con el Museo de Arte Moderno.
En los últimos años un movimiento literario está surgiendo de este distrito que acuna a una población multicultural y en el que se hablan más de 130 idiomas. Desde 2006, en Queens se celebra la Feria Multilingüe del Libro de Nueva York donde se destaca la obra de escritores que trabajan en diversos idiomas, sobre todo los de habla hispana provenientes de América Latina y España.
En Astoria se hallan ubicados los estudios fílmicos KaufmanAstoria; allí se filmaron entre otras notables películas, Perfume de Mujer, El Abogado del Diablo y El Veredicto. Woody Allen y Sidney Lumet son habituales de los estudios.9​ Más próximos a Long Island City, los estudios Silvercup han albergado producciones televisivas tales como Los Soprano, Sex and the City, y la versión americana de Betty La Fea
Entre otras instituciones culturales ubicadas en Queens, encontramos las siguientes:

  • Centro de Artes Interpretativas de Jamaica (Jamaica Performing Arts Center)
  • Jardín Botánico de Queens (Queens Botanical Garden)
  • Museo Americano de la Cinematografía (American Museum of the Moving Image)
  • Queens Public Library
  • Frank Sinatra School of the Arts
  • Museo para el Arte Africano (Museum for African Art)
  • Museo Noguchi
  • P.S. 1
  • Queens Museum of Art
  • Salón de la Ciencia de Nueva York (New York Hall of Science)
  • Teatro en el Parque de Queens (Queens Theatre in the Park)









Historia.

Entre 1905 y 1908, el ferrocarril de Long Island en Queens se electrificó. El transporte hacia y desde Manhattan , anteriormente en ferry o a través de puentes en Brooklyn, se inauguró con el puente de Queensboro , terminado en 1909, y con túneles ferroviarios bajo el East River en 1910. A partir de 1915, gran parte de Queens se conectó al sistema de metro de la ciudad de Nueva York.  Con la construcción en 1915 del túnel Steinway que transportaba la línea Flushing del IRT entre Queens y Manhattan, y la sólida expansión del uso del automóvil , la población de Queens se duplicó con creces en la década de 1920, de 469.042 en 1920 a 1.079.129 en 1930. 
Queens fue sede de la Feria Mundial de Nueva York de 1939 y de la Feria Mundial de Nueva York de 1964. El Aeropuerto LaGuardia, establecido en un sitio en el norte de Queens que había sido una base de hidroaviones, abrió sus puertas en 1939, llamado así por el alcalde Fiorello La Guardia , quien impulsó el desarrollo de un aeropuerto moderno en la ciudad de Nueva York. El Aeropuerto Idlewild, en el sur de Queens, abrió sus puertas en 1948 en el sitio de un antiguo campo de golf y fue rebautizado como Aeropuerto Internacional John F. Kennedy en 1963.  


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