Aldo Ahumada Chu Han |
BIOGRAFÍA. |
Karl Heinrich Marx (en español comúnmente traducido como Carlos Enrique Marx; Tréveris, Reino de Prusia; 5 de mayo de 1818-Londres, Reino Unido; 14 de marzo de 1883) fue un filósofo, economista, sociólogo, periodista, intelectual y militante comunista prusiano de origen judío. Raramente la obra de un filósofo ha tenido tan vastas y tangibles consecuencias históricas como la de Karl Marx: desde la Revolución rusa de 1917, y hasta la caída del muro de Berlín en 1989, la mitad de la humanidad vivió bajo regímenes políticos que se declararon herederos de su pensamiento. Contra lo que pudiera parecer, el fracaso y derrumbamiento del bloque comunista no habla en contra de Marx, sino contra ciertas interpretaciones de su obra y contra la praxis revolucionaria de líderes que el filósofo no llegó a conocer, y de los que en cierto modo se desligó proféticamente al afirmar que él no era marxista. Ciertamente fallaron sus predicciones acerca del inevitable colapso del sistema capitalista, pero, frente a los socialistas utópicos, apenas se interesó en cómo había de organizarse la sociedad. En lugar de ello, Marx se propuso desarrollar un socialismo científico que partía de un detallado estudio del capitalismo desde una perspectiva económica y revelaba las perversiones e injusticias intrínsecas del sistema capitalista. En tal análisis, fecundo por los desarrollos posteriores y vigente en muchos aspectos, reside el verdadero valor de su legado. En cualquier caso, es innegable la altura de sus ideales; nunca ambicionó nada excepto "trabajar para la humanidad", según sus propias palabras. Y, refiriéndose a su libro El capital, dijo: "Dudo que nadie haya escrito tanto sobre el dinero teniendo tan poco". Biografía. Karl Marx procedía de una familia judía de clase media; su padre era un abogado convertido recientemente al luteranismo. Estudió en las universidades de Bonn, Berlín y Jena, doctorándose en filosofía por esta última en 1841. Desde esa época el pensamiento de Marx quedaría asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo hegeliano por una concepción materialista, según la cual las fuerzas económicas constituyen la infraestructura subyacente que determina, en última instancia, fenómenos «superestructurales» como el orden social, político y cultural. En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las doctrinas racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas. Convertido en un demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e instalarse en París (1843). Por entonces estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, que se plasmaría en la estrecha colaboración intelectual y política de ambos. Fue expulsado de Francia en 1845 y se refugió en Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para apoyar las tendencias radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más estable en Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a la causa del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades materiales, superadas gracias a la ayuda económica de Engels. Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de «utópicos», si bien tomó de ellos muchos elementos de su pensamiento (particularmente, de autores como Saint-Simon, Robert Owen o Charles Fourier). Tales pensadores se habían limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad perfecta del futuro y a esperar que su implantación resultara del convencimiento general y del ejemplo de unas pocas comunidades modélicas. Por el contrario, Marx y Engels pretendían hacer un «socialismo científico», basado en la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes objetivas que conducirían a su superación; la fuerza de la revolución (y no el convencimiento pacífico ni las reformas graduales) sería la forma de acabar con la civilización burguesa. En 1848, a petición de una liga revolucionaria clandestina formada por emigrantes alemanes, Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto Comunista, un panfleto de retórica incendiaria situado en el contexto de las revoluciones europeas de 1848. Curiosidades sobre Carlos Marx. 1. Sus dos abuelos eran rabinos. Para alguien que consideraba la religión "el opio del pueblo" –es decir, un instrumento de las clases dominantes para adormecer a las masas–, resulta significativo que proviniese de una familia religiosa. Su abuelo paterno fue el rabino de Tréveris y el materno un rabino holandés. No obstante, el padre de Karl, Herschel, recibió una educación laica; eso sí, más tarde se convirtió al luteranismo –y cambió su nombre a Heinrich– para eludir el antisemitismo. 2. Presidió un club de bebedores. Aunque sus aficiones desde muy joven fueron la política, la filosofía y la literatura, su padre lo obligó a estudiar Derecho, primero en Bonn y luego en Berlín. En la primera de estas universidades el joven Karl no logró interesarse por las leyes, pero sí por las bebidas alcohólicas. Tanto, que más tarde se uniría al Club de la Taberna de Tréveris, una asociación de bebedores de la que llegó a ser copresidente. 3. Se casó con una aristócrata. Otra aparente paradoja "marxista": la mujer del pensador, Jenny von Westphalen –con la que contrajo matrimonio en 1843 tras siete años de noviazgo, amiga suya desde la infancia y madre de sus siete hijos (cuatro de los cuales murieron de niños)–, era baronesa. Claro que hay que decir que, para unirse a él, Jenny rompió su compromiso con un joven aristócrata y que acompañó a Marx en una larga vida de penuria económica y exilio político. 4. Vivió en cuatro países. Nacido en lo que entonces era el reino de Prusia, sus ideas revolucionarias y su dedicación al periodismo llevaron a Marx a cambiar a menudo de país de residencia. Así, vivió en París (Francia) de 1843 a 1845; fue expulsado y tuvo que emigrar a Bruselas (Bélgica), de donde también hubo de huir en 1848, y, tras otro breve paso por París y una accidentada estancia en Colonia (Alemania), se instaló en Londres (Inglaterra) en 1849. Fue su hogar definitivo 5. Fue corresponsal del New York Tribune. Karl, Jenny y sus hijos pasaron toda su vida grandes apuros materiales y en ocasiones vivieron en la pobreza extrema, ayudados por Engels. Una de las pocas fuentes de ingresos estables que tuvo el filósofo fue, sorprendentemente, un diario estadounidense más bien conservador, el New York Tribune, del cual fue corresponsal en Londres entre 1851 y 1852. Crítica La importancia de Karl Marx en el panorama intelectual y político del siglo xix, y de su legado en el siglo xx, han provocado numerosas críticas a su obra y su persona. En el siglo xix, las principales críticas provenían de intelectuales y organizaciones del movimiento obrero que sostenían posturas políticas distintas a las de Marx. Entre otros, Bakunin, anarquista y rival en la inspiración de La Internacional, consideraba que el objetivo de los marxistas era «un poderoso estado centralizado.» Proudhon, teórico anarquista del socialismo libertario mutualista, consideró que el proyecto de la sociedad comunista conduce a una "dictadura por todas partes". Durante el último tercio del siglo xix y, sobre todo durante el siglo xx, la fuerza del marxismo en los ambientes intelectuales y organizaciones políticas de todo el mundo hizo que numerosos pensadores conservadores y liberales intentasen refutarlo. Algunas críticas se centran en elementos concretos de la obra de Marx, mientras otras se oponen a alguna de las versiones del canon marxista elaborado por las organizaciones políticas y los intelectuales socialistas o comunistas. Finalmente, diversos autores de orientación centrista y socialdemócrata han hecho profundas reflexiones críticas de las bases filosóficas del marxismo, como Habermas, Hannah Arendt, Anthony Giddens. Poco después de la muerte de Marx, el economista austríaco Böhm-Bawerk, que contribuyó de forma destacada al desarrollo de la Escuela Austriaca de Economía, publicó varios ensayos sobre el marginalismo y el subjetivismo del valor, entre ellos La conclusión del sistema marxiano de 1896, donde propuso refutar El capital y la teoría del valor-trabajo marxista. Desde la macroeconomía, John Maynard Keynes llegaría a decir que El capital era "un manual obsoleto" al cual no solo encontraba "científicamente equivocado sino además sin interés o aplicación para el mundo moderno" Ya en el siglo xx, Karl Popper, en La sociedad abierta y sus enemigos analizó lo que llama ‘profecías marxistas’, según su opinión desmentidas por la historia. Popper escribió también un ensayo crítico con las ‘pretensiones’ del marxismo como ciencia de la historia, considerando que incurre en lo que llama ‘historicismo’. Popper argumentó que tanto el concepto del método histórico de Marx como su aplicación son imposibles de verificar y, por lo tanto, es una pseudociencia que no puede demostrarse como verdadera o falsa. Bertrand Russell criticó como poco científico la creencia de Marx en el progreso como una "ley universal". Mario Bunge resaltó del marxismo el carácter estrechamente economicista que infravalora el papel de la política y la cultura, el hecho de confundir lógica con ontología y la adopción del utilitarismo como ética. Jean-Paul Sartre concluyó que la "clase" no era una entidad homogénea y que nunca podría montar una revolución, pero aun así continuó defendiendo las doctrinas marxistas. Karl von Scherzer consideró que la idea de fusionar el socialismo y la evolución mediante la selección natural le pareció descabellada. También el ensayo de Marx Sobre la cuestión judía de 1843 se ha interpretado como antisemitismo.265266 Isaiah Berlin concluye que: “Sus doctrinas cambiaron la historia, para mejor o peor [...] y sus ideas han entrado en la textura del pensamiento moderno, incluso de aquellos que se oponen profundamente a él.” |
Carlos Marx.- El genial fundador del comunismo científico, el gran maestro y guía del proletariado mundial, inspirador y organizador de la Primera Internacional, la “Asociación internacional de los Trabajadores”. Carlos Marx nació el 5 de mayo de 1818, en Alemania, en la ciudad de Tréveris. Su padre era abogado. Tras de cursar la enseñanza primaria en Tréveris, Marx estudió primeramente en la Universidad de Bonn y luego en la de Berlín, donde perteneció al grupo de tendencia revolucionaria de los discípulos del filósofo alemán Hegel que eran conocidos con el nombre de “jóvenes hegelianos” (ver). Egresado de la Universidad, escribió la tesis para su doctorado sobre el tema: La diferencia entre la filosofía de la naturaleza en Demócrito y Epicuro (ver). En este trabajo tenía todavía posiciones idealistas. Marx defendió brillantemente su tesis doctoral y volvió de Berlín a Bonn, de donde, a fines de 1842, se trasladó a Colonia, entrando a trabajar allí como redactor jefe del diario La Gaceta Renana, órgano de la burguesía radical. El período de trabajo de Marx en La Gaceta Renana es caracterizado por Lenin como el período en el que apunta su paso del idealismo al materialismo y del democratismo revolucionario al comunismo. A principios de 1843, La Gaceta Renana, que bajo la dirección de Marx sostenía una línea democrático-revolucionaria, y sufrió siempre la censura más severa, fue prohibida. En la primavera del mismo año, Marx contrajo matrimonio con su amiga de la infancia Jenny de Westfalia, trasladándose a París, donde en compañía de Arnoldo Ruge comenzó a publicar los Anales Franco-Alemanes, para los cuales escribió los formidables artículos: “Introducción a la crítica de la filosofía hegeliana del derecho”, y “La cuestión judía”. Lenin hace notar la enorme importancia de estos artículos. «En los artículos de Marx que publica la revista, nos aparece ya como un revolucionario que propugna “la crítica implacable de todo lo que existe” y, sobre todo, “la crítica de las armas”, que llama a las masas y al proletariado» (Lenin). En septiembre de 1844, tuvo lugar en París el encuentro entre Marx y Engels, comenzando desde entonces su lucha en común por la causa de la clase obrera. En 1845 publicaron en colaboración La Sagrada Familia (ver), libro dirigido contra el jefe de los jóvenes hegelianos, Bruno Bauer y consortes. En la Ideología Alemana (ver), escrita en 1845-1846, Marx y Engels exponen, ya formada, su nueva teoría del comunismo científico. En París, Marx se dedicó a un profundo estudio de la economía política y de la historia de la revolución francesa, sin suspender su gran trabajo revolucionario. A instancias del Gobierno prusiano, Marx fue expulsado de París por revolucionario peligroso, trasladándose a Bruselas, donde publicó su obra Miseria de la Filosofía (ver) en 1847, dirigida contra el libro del anarquista y socialista pequeño-burgués Proudhon, Filosofía de la Miseria. En Bruselas, Marx perteneció a una sociedad secreta de propaganda, la “Liga de los comunistas”, tomando una participación destacada y dirigente en su Segundo Congreso, por encargo del cual Marx y Engels redactaron el programa de la Liga. Así nació el famoso Manifiesto del Partido Comunista (ver) que vio la luz pública en febrero de 1848. “Esta obra expone con una genial precisión y claridad la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente que se extiende también a los dominios de la vida social, la dialéctica presentada como la ciencia más vasta y más profunda de la evolución, la teoría de la lucha de clases y del papel histórico revolucionario del proletariado, creador de una nueva sociedad, la sociedad comunista” (Lenin). En Bélgica, Marx prosiguió la lucha contra el Gobierno prusiano, que nuevamente exigió su expulsión, y cuando en Francia estalló la revolución de febrero de 1848, el Gobierno belga, atemorizado por los movimientos populares que comenzaran en Bruselas, arrestó y desterró a Marx, quien se trasladó a París. Después de la revolución de marzo de 1848 en Alemania, pasó a Colonia, donde fundó la Nueva Gaceta Renana. Triunfante la contrarrevolución en Alemania, Marx fue entregado a los tribunales y desterrado. Marx se dirigió nuevamente a París, de donde también fue expulsado tras las jornadas de junio de 1848. Fue entonces a Londres, viviendo allí hasta su muerte. Después del golpe de Estado en Francia (1851), Marx publicó su obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte, en la que hizo el resumen de la revolución de 1848-1851. Los años que siguieron a la revolución fueron para Marx años de un trabajo intenso en la creación de su principal obra científica, El Capital (ver). Fruto de las investigaciones económicas de Marx, se publicó en 1859 la primera edición de su Contribución a la crítica de la economía política. “Esta obra contiene la primera exposición sistemática de la teoría marxista del valor, incluyendo también la teoría del dinero” (Engels). Ocho años después, en 1867, apareció en Hamburgo el tomo I de El Capital, “la principal obra de Marx que expone los fundamentos de sus concepciones económico-socialistas, así como los fundamentos de su crítica de la sociedad existente, del modo capitalista de producción y de sus efectos” (Engels). Los últimos años del trabajo de Marx en El Capital fueron al mismo tiempo años de febril actividad revolucionaria práctica. En relación con el movimiento obrero, que comenzó a reanimarse a principios de la década del 60, Marx emprendió la realización de su idea de crear una asociación de los obreros de los países avanzados del capitalismo. En 1854 fue fundada en Londres la “Asociación Internacional de Trabajadores”, la Primera Internacional. Su inspirador y dirigente ideológico era Marx. Redactó el Manifiesto de Fundación de la Internacional y escribió casi todos sus documentos más importantes. Con la creación de la Primera Internacional, Marx echó los cimientos para la lucha proletaria internacional por el socialismo. Dirigiendo la Internacional, Marx batallaba por superar la diseminación del movimiento obrero y crear, en lugar de las diversas sectas socialistas y semisocialistas, “una efectiva organización de la clase obrera para la lucha”. En la lucha intransigente contra el oportunismo en el movimiento obrero, contra los proudhonistas, bakuninistas y demás representantes del socialismo no proletario, Marx forjó la táctica revolucionaria de la lucha de la clase obrera. En 1871, Marx escribió su famosa obra “La guerra civil en Francia”, en la que dio un análisis genial de la experiencia de la Comuna de París, enjuiciándola, según expresión de Lenin, “en términos tan penetrantes, tan apropiados, tan brillantes, tan activos y tan revolucionarios”. A raíz de la reacción subsiguiente a la caída de la Comuna de París, el Consejo General de la Primera Internacional fue trasladado a América. Más tarde, en 1876, declaróse disuelta la Internacional. Desde entonces, Marx se dedicó a terminar El Capital. Se daba clara y perfecta cuenta de la enorme importancia de esta obra para la revolución proletaria, para la clase obrera internacional. Al mismo tiempo prosiguió su intenso trabajo en pro de la organización del proletariado. Marx era el centro de atracción de todas las fuerzas revolucionarias del mundo. Este fue el último período de la vida y actividad de Marx que ya no duró mucho tiempo. Las expulsiones, a las que periódicamente era sometido por parte de los gobiernos reaccionarios; la extrema miseria de la que no pudo salir durante toda su vida y que sólo era aliviada en parte gracias a la ayuda material de Engels; la lucha enconada que sostuvo contra las diversas corrientes no proletarias y antiproletarias; el esforzado trabajo teórico; todo ello minó las fuerzas de Marx, y el 14 de marzo de 1883, a las tres menos cuarto de la tarde, se detuvo la vida del más genial de los hombres geniales, que personificó el cerebro y el corazón del proletariado, de la clase más avanzada en la historia de la humanidad, llamada a realizar un cambio radical en la historia. “Murió admirado, querido, llorado por millones de compañeros de armas, revolucionarios de toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta California…” (Engels). Marx fue el creador de la teoría y de la táctica de la revolución proletaria. Junto con Engels, creó la concepción revolucionaria del mundo del proletariado, el materialismo dialéctico (ver). Haciendo extensiva esta concepción filosófica al terreno de la historia social, Marx creó el materialismo histórico (ver), teoría de las leyes que rigen el desarrollo social, de las leyes que rigen la lucha de clases. Pertrechado con el materialismo dialéctico e histérico y el conocimiento más profundo de la historia universal, y estudiando en todos sus aspectos la vida económica y política de la sociedad burguesa, Marx descubrió genialmente el proceso de la generación del capitalismo, las leyes y tendencias de su evolución y las condiciones de su muerte. Marx demostró el carácter históricamente transitorio del régimen capitalista y la inevitabilidad de la victoria del nuevo régimen, el régimen del comunismo. Partiendo del hecho del carácter irreconciliable de los intereses de clase del proletariado con los de la burguesía, partiendo del análisis de la misión histórica del proletariado como sepulturero del capitalismo y creador de la nueva sociedad comunista, Marx sacó a luz la idea de la dictadura del proletariado, como instrumento de la transformación revolucionaria del capitalismo en socialismo. La teoría de la dictadura del proletariado es lo principal y fundamental del marxismo. Marx creó la teoría del comunismo científico en oposición a las diversas teorías, hasta entonces existentes, del socialismo utópico (ver). Todos los aspectos de la doctrina de Marx están relacionados entre sí interna e indisolublemente. “La doctrina de Marx es omnipotente, porque es exacta. Es completa y armónica, da a los hombres una concepción del mundo íntegra, inconciliable con toda superstición, con toda reacción y con toda defensa de la opresión burguesa” (Lenin). La doctrina de Marx es inmortal. Después de la muerte de Marx y Engels, su doctrina recibió su ulterior desarrollo en el leninismo (ver: Marxismo-leninismo), que es el marxismo de la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias. Diccionario filosófico marxista · 1946:187-190 |
Carlos Marx.- Genial fundador del comunismo científico, gran educador y guía del proletariado mundial, inspirador y organizador de la I Internacional (“Asociación Internacional de los Trabajadores”). Carlos Marx nació el 5 de mayo de 1818 en Tréveris, Alemania. Su padre era abogado. Después del liceo en Tréveris, Marx prosiguió sus estudios en la Universidad de Bonn, y más tarde, en la de Berlín, donde se incorporó al grupo de los “hegelianos de izquierda”, de tendencia revolucionaria. Dedicó su tesis de doctorado a la filosofía de Epicuro y de Demócrito. En su trabajo, defendía concepciones idealistas. Después de haber sostenido brillantemente su tesis en la Facultad de Filosofía de Jena, Marx volvió a Bonn; pero la abandonó en 1842 para dirigirse a Colonia donde actuó como jefe de redacción de la Gaceta del Rhin, órgano de la burguesía radical de Renania. Lenin habla del período de trabajo de Marx en la Gaceta del Rhin como de un período de transición del idealismo al materialismo, del democratismo revolucionario al comunismo. A comienzos de 1843, la Gaceta del Rhin que, bajo la dirección de Marx, era un órgano democrático revolucionario y se hallaba sometido a una censura rigurosa, fue prohibida. En junio de 1843, Marx se casó con Jenny de Westfalia, su amiga de la infancia. A fines de octubre de 1843, fijó su residencia en París donde fundó, con Arnold Ruge, los Anales franco-alemanes. Allí se publicaron sus notables artículos “Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel” y “La cuestión judía”. «En los artículos publicados en la revista, Marx se nos aparece ya como un revolucionario que proclama “la crítica implacable de todo lo que existe”, y en particular, “la crítica de las armas”, haciendo exhortaciones a las masas y al proletariado» (Lenin, Carlos Marx y Federico Engels, Ed. rusa). En setiembre de 1844 se produjo el encuentro de Marx y Engels en París, lo que fue el comienzo de su lucha común por la causa obrera. Fueron los primeros en revelar el papel histórico del proletariado como sepulturero del capitalismo y constructor del comunismo, y se convirtieron en educadores y dirigentes del proletariado, en campeones de la lucha por la emancipación de los trabajadores de la esclavitud capitalista. “Las leyendas antiguas”, escribe Lenin, “ofrecen ejemplos conmovedores de amistad. El proletariado europeo puede decir que su ciencia ha sido creada por dos sabios y militantes cuyas relaciones personales rebasan las leyendas antiguas más conmovedoras relativas a la amistad de los hombres” (Ibid.). En 1845, Marx y Engels escribieron La Sagrada Familia (ver), contra los jefes de los “jóvenes hegelianos“ (ver), Bruno Bauer y consortes, libro que desempeñó un importante papel en la elaboración del marxismo. Marx y Engels expusieron su teoría del comunismo científico en la obra La ideología alemana (ver). En París, Marx se consagró al estudio de la economía política y de la historia de la Revolución Francesa, sin dejar por ello de proseguir su actividad revolucionaria. En 1845, ante la insistencia del gobierno prusiano, Marx fue expulsado de París como revolucionario peligroso. Habiendo fijado su residencia en Bruselas, Marx publicó en 1847 su obra Miseria de la filosofía (ver), respuesta a la “Filosofía de la miseria” del anarquista y socialista pequeñoburgués Proudhon (ver). En Bruselas, Marx se adhirió a una sociedad secreta de propaganda, la “Liga de los comunistas” y tomó parte dirigente en su II Congreso que encomendó a Marx y a Engels redactar el programa de esta asociación. Así fue como en febrero de 1848 apareció el célebre Manifiesto del Partido Comunista (ver) con su gran consigna internacional: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”. “Este pequeño libro equivale a tomos enteros”, escribía Lenin, “y su espíritu hace vivir y marchar, hasta nuestros días, a todo el proletariado organizado y combatiente del mundo civilizado” (Ibid.). En Bruselas, Marx continuó su lucha contra el gobierno prusiano. Cuando se produjo la revolución de febrero de 1848 en Francia, el gobierno belga, frente al movimiento popular que comenzaba en Bruselas, expulsó a Marx, quien fue conducido con escolta policial a la frontera francesa. Marx volvió a París. Pero después de la revolución de marzo de 1848 en Alemania, se dirigió a Colonia para fundar allí la Nueva Gaceta del Rhin. Después de la victoria de la contrarrevolución en Alemania, Marx fue procesado y luego expulsado del país. Fue a su vez expulsado de París después de la manifestación de junio de 1849, y tuvo que dirigirse a Londres donde vivió hasta el fin de sus días. Después del golpe de Estado en Francia, Marx publicó La lucha de clases en Francia y El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, obras donde establecía el balance de la revolución de 1848-1851. Los años que siguieron fueron consagrados a su principal obra científica, El Capital (ver). Después de prolongadas investigaciones económicas, Marx publicó en 1859 la Contribución a la crítica de la Economía política, primera exposición de su teoría del valor y del dinero. Ocho años más tarde, en 1867, apareció en Hamburgo el primer libro de El Capital, que contenía los principios esenciales de las concepciones económicas y socialistas de Marx, así como las bases de su crítica de la sociedad contemporánea, del modo de producción capitalista y de sus consecuencias. Durante los años que Marx dedicó a El Capital, desplegó al mismo tiempo una actividad desbordante. Ante el ascenso del movimiento obrero a comienzos de la década del sesenta, Marx se puso a realizar su idea: crear una asociación de trabajadores para elaborar una táctica única para la lucha proletaria. En 1864, se fundó en Londres la “Asociación Internacional de los Trabajadores”, la I Internacional, de la cual Marx fue el animador y el jefe ideológico. Redactó el Manifiesto inaugural de la Internacional y casi todos sus principales documentos. Al crear la I Internacional, Marx había echado los cimientos de la organización proletaria internacional para la lucha revolucionaria por el socialismo. A la cabeza de la Internacional, Marx emprendió la lucha para poner fin a la dispersión del movimiento obrero. “La Internacional había sido fundada para reemplazar las sectas socialistas y semisocialistas por una organización efectiva de la clase obrera” (Marx/Engels, Obras, Ed. alem.). En una lucha implacable contra el oportunismo dentro del movimiento obrero, contra los anarquistas (proudhonianos, bakuninistas), &c., Marx elaboró la táctica revolucionaria para la lucha de la clase obrera. En 1871 escribió su célebre obra La guerra civil en Francia, donde analizó la experiencia de la Comuna de París, dando de ella una apreciación “profunda, precisa, brillante, eficaz, revolucionaria” (Lenin). Debido a la reacción que suscitó la caída de la Comuna de París, el Consejo General de la Internacional, en virtud de una decisión del Congreso de La Haya (1872), fue trasladado a Estados Unidos, donde se declaró disuelto posteriormente. Marx se consagró de nuevo a El Capital, plenamente consciente del alcance de esta obra para la revolución proletaria, para la clase obrera internacional. En 1875 escribió su célebre Crítica del programa de Gotha (ver). A partir del comienzo de la década del sesenta, Marx siguió con la mayor atención el movimiento de liberación social en Rusia. Estudió el idioma ruso para poder seguir en el original las obras de la literatura que reflejaban las relaciones sociales en Rusia. Se enteró con alegría de que su Capital había sido traducido al ruso: “…en Rusia, donde se lee y se aprecia El Capital más que en cualquier otro país, nuestro éxito es aun más considerable” (Ibid.). Apreciaba en alto grado a los grandes revolucionarios demócratas rusos Chernishevski (ver), Dobroliúbov (ver). El estudio profundo de los cambios económicos y políticos sobrevenidos en Rusia, permitió a Marx y a Engels prever al día siguiente de la Comuna de París de 1871 la inminencia de la primera gran revolución rusa. “Cuando la Comuna de París hubo sido derrocada a consecuencia de las masacres organizadas por los defensores del orden”, escribían Marx y Engels el 21 de marzo de 1881, “los vencedores no podían ni siquiera suponer que apenas diez años más tarde, allá lejos, en Petersburgo, se produciría un acontecimiento que debe conducir inevitablemente, aunque la lucha tenga que ser prolongada y cruel, a la Comuna rusa… ¡Así, la Comuna que las potencias del viejo mundo creían haber borrado de la faz de la tierra, vive todavía!” (Ibid.). Lenin indicaba que Marx y Engels tenían fe en la revolución rusa, que estaban convencidos de su inmenso alcance mundial. Las medidas de expulsión de que fue objeto Marx en numerosas ocasiones por parte de gobiernos reaccionarios, la miseria que padeció toda su vida, y que el apoyo financiero de Engels sólo atenuaba parcialmente, la lucha implacable que sostuvo contra las corrientes no proletarias y antiproletarias de todo calibre, el trabajo intensivo que exigían sus obras teóricas, todo eso quebrantó la salud de Marx, y el 14 de marzo de 1883, este hombre genial se extinguió. Fue el cerebro y el corazón del proletariado, de la clase más progresista, llamada a realizar un viraje radical en la historia de la humanidad. “Y ha muerto”, decía Engels, “venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta California” (“Discurso ante la tumba de Marx”, en Marx/Engels, Obras escogidas, t. II, p. 156, Ed. esp., Moscú, 1952). Marx había descubierto las leyes de la evolución histórica de la humanidad, elaborado la teoría y la táctica de la revolución proletaria. Había creado, conjuntamente con Engels, la concepción del mundo revolucionaria del proletariado, el materialismo dialéctico (ver). Aplicando esta doctrina al estudio de la sociedad, había concebido el materialismo histórico (ver), ciencia de las leyes del desarrollo social, de las leyes de la lucha de clases. El materialismo dialéctico y el materialismo histórico fueron una verdadera revolución en la historia de la filosofía. A diferencia de los filósofos precedentes, Marx y Engels no se limitaron simplemente a ser los fundadores de una “escuela” filosófica, sino verdaderos jefes del movimiento proletario que no ha cesado de ampliarse y reforzarse. Gracias a un estudio completo de la vida económica y política de la sociedad burguesa, Marx describe los orígenes del capitalismo, define las leyes y las tendencias de su desarrollo, y prueba la ineluctabilidad de su desaparición. Mostró que el capitalismo tenía un carácter transitorio, y que la victoria de un nuevo régimen social, del comunismo, era inevitable. En lugar de las viejas teorías del socialismo utópico (ver), Marx creó la teoría del comunismo científico. Todas las partes de la doctrina de Marx se hallan indisolublemente ligadas. “La doctrina de Marx es omnipotente, porque es exacta. Es completa y armónica, dando a los hombres una concepción del mundo íntegra, irreconciliable con toda superstición, con toda reacción y con toda defensa de la opresión burguesa”. (Lenin, “Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo”, en Obras escogidas, t. I, p. 65, Ed. esp., Moscú, 1948). La doctrina de Marx aplicada a las nuevas condiciones históricas fue desarrollada en los trabajos de V. I. Lenin, en las resoluciones del Partido Comunista de la Unión Soviética y de los partidos comunistas y obreros de otros países, así como en las obras de los hombres de ciencia marxistas. Diccionario filosófico abreviado · 1959:318-321+lámina |
Carlos Marx (1818-1883) Fundador del comunismo científico, de la filosofía del materialismo dialéctico e histórico, de la economía política científica, jefe y maestro del proletariado internacional. Nació en Tréveris, donde en 1835 terminó el gimnasio. Estudió en las universidades de Bonn y de Berlín. Entonces empieza a formarse su concepción del mundo. El punto de partida de la evolución de Marx fue la filosofía hegeliana, su dirección izquierdista (jóvenes hegelianos). Pero entre los jóvenes hegelianos ocupaba Marx una posición de extrema izquierda en virtud de sus ideas democrático-revolucionarias. En su primer trabajo –su tesis doctoral Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro (1841)–, Marx, aún idealista, infiere de la filosofía de Hegel las conclusiones más radicales y ateas. En 1842 pasa a ser colaborador, y luego jefe de redacción, de la Gaceta del Rin. Dirigido por Marx, el periódico se convirtió en órgano de la democracia revolucionaria. La actividad práctica y las investigaciones teóricas conducen a Marx a chocar directamente con la filosofía hegeliana, a causa de las tendencias conciliadoras de la misma, de sus conclusiones políticas conservadoras, de la falta de correspondencia entre los principios teóricos y las relaciones sociales reales, así como entre dichos principios y los problemas concretos que la transformación de las relaciones sociales planteaba. El conflicto con Hegel y con los jóvenes hegelianos en el plano filosófico se reflejó en el paso de Marx a las posiciones materialistas, paso que entonces iniciaba y que se debió en gran medida al conocimiento de las relaciones auténticas de la vida, ante todo las económicas, así como al conocimiento de la filosofía de Feuerbach. El viraje definitivo de su concepción del mundo (1844) está unido al de su posición de clase, a su tránsito del democratismo revolucionario al comunismo proletario. Este tránsito de Marx estaba condicionado por el desarrollo de la lucha de clases en Europa (en particular ejerció sobre Marx un gran influjo la sublevación de Silesia –en Alemania– de 1844), por su participación en la lucha revolucionaria de París, ciudad a la que se había trasladado cuando fue prohibida la Gaceta renana (1843), por el estudio de la economía política, el socialismo utópico y la historia. La nueva posición de Marx halló su expresión en los Anales franco-alemanes (1844, artículos: “Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Introducción” y “La cuestión judía”). En estos trabajos, por primera vez pone de relieve Marx el papel histórico del proletariado, llega a la conclusión de que la revolución social es inevitable, de que es indispensable unir el movimiento de la clase obrera con la concepción científica del mundo. Por aquel entonces, conoce a Engels, con cuya colaboración empieza a elaborar sistemáticamente una nueva concepción del mundo. A generalizar los resultados de sus investigaciones científicas y a fundamentar las tesis básicas de su nueva teoría, están consagrados los Manuscritos económicos y filosóficos (1844), La Sagrada Familia (1845) y La ideología alemana (1845-46), escritas en colaboración con Engels, las Tesis sobre Feuerbach (1845), y la primera obra del marxismo maduro: Miseria de la filosofía (1847). El marxismo se formó como una doctrina íntegra en la unidad orgánica de todas sus partes componentes. En 1847, Marx, que vivía en Bruselas, se adhirió a una sociedad secreta de propaganda, la Liga de los Comunistas, en cuyo segundo congreso participó. Por encargo del Congreso, Marx y Engels escribieron su célebre Manifiesto del Partido Comunista (1848) con el que culminó la formación del marxismo, y en el que “se traza una nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente, que también abarca la esfera de la vida social; la dialéctica, la doctrina más completa y profunda sobre el desarrollo; la teoría de la lucha de clases y del papel revolucionario del proletariado, de trascendencia histórica mundial, creador de una sociedad nueva, la sociedad comunista” (V. I. Lenin, torno XXI, pág. 32). El materialismo dialéctico e histórico es una filosofía auténticamente científica; en él se funden orgánicamente el materialismo y la dialéctica, la concepción materialista de la naturaleza y de la sociedad, la teoría del ser y del conocimiento, la teoría y la práctica. Esto permitió superar el carácter metafísico del materialismo premarxista, el carácter contemplativo, el antropologismo que le son propios y el idealismo en la concepción de la historia. La filosofía de Marx constituye el método más adecuado del conocimiento y la transformación del mundo. La historia del desarrollo de la práctica y de la ciencia en los siglos XIX y XX ha demostrado convincentemente la superioridad de la filosofía marxista frente a todas las formas del idealismo y del materialismo metafísico. La teoría de Marx se ha forjado en lucha contra todo género de tendencias no científicas, antiproletarias y pequeñoburguesas, y se ha convertido en la forma única de la Ideología proletaria. El espíritu de partido, la intransigencia frente a cualquier desviación de la teoría científica son un rasgo característico de la actividad de Marx. Revolucionario en la ciencia, Marx participó activamente en la lucha por la liberación del proletariado. En el período de la revolución de 1848-49 en Alemania, se encuentra en la primera línea de la lucha política. Desde la Nueva Gaceta renana, fundada y dirigida por él, Marx defiende con toda energía las posiciones proletarias en la revolución. En 1849 es expulsado de Alemania y fija su residencia en Londres. Disuelta la Liga de los Comunistas (1852), la actividad de Marx en el movimiento proletario está unida a la fundación (1864) y a toda la labor de la I Internacional. Marx, que seguía atentamente el curso del movimiento revolucionario en todos los países, manifestó gran interés por Rusia. Hasta el último día de su vida estuvo íntimamente ligado a los acontecimientos más críticos de su tiempo. Esto le proporcionaba el material necesario para el desarrollo de su teoría. La experiencia de las revoluciones burguesas de 1848-1849 en Europa le sirvió de base para elaborar su teoría de la revolución social y de la lucha de clases, para desarrollar las ideas sobre la dictadura del proletariado, acerca de la táctica del proletariado en la revolución burguesa, respecto a la necesidad de la alianza del proletariado con los campesinos (La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850, 1850), sobre la necesidad de romper la máquina del Estado burgués (El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, 1852). Después de estudiar la experiencia de la Comuna de París (La guerra civil en Francia, 1871), Marx sometió a profundo análisis las medidas tomadas por el primer Estado proletario, descubrió la forma estatal de la dictadura del proletariado. Siguió desarrollando la teoría del comunismo científico en su Crítica del programa de Gotha (1875). El principal interés científico de Marx se hallaba vinculado a la economía política, a la creación de su trabajo más importante: El Capital (el primer tomo apareció en 1887; el II y el III los editó Engels en 1885 y 1894 respectivamente). Al crear la economía política científica, Marx elaboró un medio de importancia extraordinaria para dar una base científica al comunismo. De ahí que viera en El Capital su principal objetivo, y le consagrara todas sus fuerzas, sacrificándole los intereses de su familia y su salud. El Capital tiene un valor filosófico incomparable. En esa obra encontró encarnación brillantísima el método dialéctico de investigación. Ya en el prólogo a uno de sus primeros trabajos económicos –Contribución a la crítica de la Economía política (1859)–, expuso Marx de manera condensada la esencia de la concepción materialista de la historia. En El Capital, dicha concepción se convirtió de hipótesis en ciencia. En la correspondencia de Marx, se encuentran muchos elementos para caracterizar su filosofía. Nunca se ha dado en la historia de la humanidad otra teoría que haya encontrado en la práctica una confirmación tan plena como la doctrina creada por Marx. Desarrollada por Vladimir Ilich Lenin y sus discípulos y seguidores en nuevas circunstancias históricas, se ha materializado en las victoriosas revoluciones socialistas de varios países y hoy es la base científica de la actividad de los partidos del proletariado y de todo el movimiento obrero y comunista internacional. Diccionario filosófico · 1965:293-295 |
Carlos Marx (1818-1883) Fundador del comunismo científico, el materialismo dialéctico e histórico y la economía política científica, jefe y maestro del proletariado internacional. El punto de partida de la evolución de la concepción del mundo de Marx fue la filosofía hegeliana, su ala de izquierda (Jóvenes hegelianos). Pero entre los jóvenes hegelianos, Marx defendía más consecuentemente, tanto en la teoría como en la práctica, la posición democrático-revolucionaria. En su primer trabajo que fue la tesis de doctor –Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro (1841)–, Marx, siendo aún idealista, saca las conclusiones más radicales y ateas de la filosofía de Hegel. La actividad práctica y las indagaciones teóricas conducen a Marx a la colisión directa con la filosofía hegeliana en virtud de sus tendencias conciliadoras, las conclusiones políticas conservadoras y la falta de correspondencia de las tesis teóricas con las relaciones sociales reales y las tareas de su transformación. Sobre el tránsito de Marx a las posiciones materialistas ejercieron sustancial influencia su conocimiento de las relaciones económicas reales y la filosofía de Feuerbach. La revolución definitiva en la concepción del mundo de Marx (1844) está asociada al cambio de su posición de clase, al paso del democratismo revolucionario al comunismo proletario. Este paso fue condicionado por el acrecentamiento de la lucha de clases en Europa y por el estudio de la economía política, el socialismo utópico y la historia. La nueva posición de Marx recibió su expresión en los Anales francoalemanes (1844, artículos “Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Introducción” y “La cuestión judía”). En estos artículos, Marx por primera vez muestra el papel histórico del proletariado y llega a la conclusión de la inevitabilidad de la revolución social y la necesidad de unir el movimiento de la clase obrera con la concepción científica del mundo. Hacia aquel entonces Marx estrecha sus relaciones con Engels y junto con él comienza la elaboración sistemática de una nueva concepción del mundo. A la sintetización de los resultados de las investigaciones científicas y la fundamentación de las tesis principales de la nueva teoría están dedicados los Manuscritos económicos y filosóficos (1844), La Sagrada Familia (1845) y La ideología alemana (1845-46), escritos en común con Engels, las Tesis sobre Feuerbach (1845) y la Miseria de la filosofía (1847). El marxismo se iba formando como doctrina íntegra en unidad orgánica de todas sus partes integrantes: la filosofía (materialismo dialéctico e histórico), la economía política y el comunismo científico. En 1847, Marx se sumó a la sociedad propagandística secreta: Liga de los Comunistas. Por encargo de la Liga, Marx y Engels redactaron su famoso Manifiesto del Partido Comunista (1848), en el que, sobre la base de todas las investigaciones precedentes, se “expone… la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente aplicado también al campo de la vida social, la dialéctica como la más completa y profunda doctrina del desarrollo, la teoría de la lucha de las clases y del papel revolucionario histórico mundial del proletariado como creador de una sociedad nueva, de la sociedad comunista” (V. I. Lenin, t. 26, p. 48). La filosofía de Marx es el método más adecuado de conocimiento y transformación del mundo. La historia del desarrollo de la práctica y la ciencia en los siglos 19-20 demostró convincentemente la superioridad de la filosofía marxista frente a todas las formas del idealismo y el materialismo metafísico. En la lucha contra las corrientes antiproletarias y pequeñoburguesas acientíficas, la doctrina de Marx se fortalecía y se convertía en forma única de expresión teórica de los intereses de la clase obrera. El partidismo y la intolerancia ante la menor desviación de la teoría científica es un rasgo característico de la actividad de Marx. Revolucionario en la ciencia, Marx tomó parte activa en la lucha por la liberación del proletariado. En el período de la revolución de 1848-49 en Alemania estaba en la primera línea de la lucha política. En la Nueva Gaceta del Rhin, fundada y dirigida por él, Marx defendía resueltamente las posiciones proletarias en la revolución. En 1849, habiendo sido deportado de Alemania, Marx se instaló definitivamente en Londres. Después de la disolución de la Liga de los Comunistas (1852), la actividad de Marx en el movimiento proletario estuvo vinculada con la creación (1864) y toda la labor de la I Internacional. Marx dispensaba gran atención a la marcha del movimiento revolucionario en todos los países y hasta el último día de su vida se encontraba en la entraña misma de los agudísimos acontecimientos de la contemporaneidad. Esto precisamente proporcionaba a Marx el material necesario para desarrollar su teoría. La experiencia de las revoluciones burguesas de 1848-49 en Europa le sirvió a Marx como base para el desarrollo de la teoría de la revolución socialista y la lucha de clases y de las ideas sobre la dictadura del proletariado, la táctica del proletariado en la revolución burguesa y la necesidad de la alianza del proletariado con el campesinado (Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850, 1850), sobre la inevitabilidad de la destrucción de la máquina estatal burguesa (El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, 1852). Después de haber estudiado la experiencia de la Comuna de París (La guerra civil en Francia, 1871), Marx descubrió la forma estatal de dictadura del proletariado y analizó a fondo las medidas que debía aplicar el primer Estado proletario. la teoría del comunismo científico recibió desarrollo ulterior en la Crítica del Programa de Gotha (1875). El principal interés científico de Marx estaba asociado a la economía política y a la creación de su principal trabajo: El Capital (el tomo 1 apareció en 1867; el 2 fue editado por Engels en 1885, el 3, en 1894). La creación de la economía política científica fue un importantísimo medio de fundamentación científica del comunismo. El Capital, así como los extensos trabajos previos en su preparación (de los cuales son particularmente importantes los manuscritos de 1857-59 y de 1861-63) poseen una enorme significación filosófica. En ellos están desarrollados en su integridad y aplicados brillantemente a la investigación del sistema de relaciones económicas del capitalismo los aspectos y principios más importantes de la filosofía marxista (método dialéctico, principio de la unidad de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento, &c.). En el prefacio a uno de sus primeros trabajos económicos –Contribución a la crítica de la Economía política (1859)–, Marx expuso ya concisamente la esencia de la concepción materialista de la historia. En El Capital, esta concepción fue aplicada científicamente. La correspondencia de Marx proporciona material profuso para caracterizar su filosofía. En la historia de la humanidad, ninguna otra doctrina ha recibido una confirmación tal en la práctica como la de Marx. Desarrollada en las nuevas condiciones históricas por Lenin y sus discípulos, dicha doctrina se materializó en las revoluciones socialistas victoriosas de varios países y hoy constituye el fundamento científico de la actividad de los partidos comunistas y obreros. Diccionario de filosofía · 1984:270-271 |
HOGAR DE CARLOS MARX EN LONDRES. |
FAMILIA DE CARLOS MARX |
Johanna Bertha Julie von Westphalen, llamada "Jenny" (Salzwedel, 12 de febrero de 1814-Londres, 2 de diciembre de 1881), fue una escritora y pensadora política prusiana. Fue esposa del filósofo Karl Marx y primera miembro de la Liga de los Comunistas. Fue una importante interlocutora intelectual de Marx, con quien tuvo siete hijos, cuatro de los cuales murieron siendo niños. Jenny von Westphalen nació en Salzwedel en una prominente familia de la aristocracia prusiana. Su padre, el Barón Ludwig von Westphalen (1770-1842), era un viudo con cuatro hijos de anteriores matrimonios, que sirvió como "Regierungsrat" (burócrata con un alto cargo en la Administración Pública) en Salzwedel y en Tréveris. Su abuelo paterno fue el barón Christian Philip Heinrich von Westphalen (1723-1792), quien había sido de facto "jefe de gabinete" del duque Fernando de Brunswick durante de guerra de los Siete Años. Su abuela paterna, Jeanie Wishart (1742-1811), era una noble escocesa cuyo padre, George Wishart (1703-1785), descendía en línea directa del noveno Conde de Angus y de Lady Agnes Keith, esta última a su vez descendiente directa del rey Jacobo I y la Casa de Estuardo. La familia materna de Jeanie Wishart eran duques de Argyll, la familia aristocrática más poderosa de Escocia durante siglos. En cuanto a la madre de Jenny, era la baronesa Amalia Julia Caroline von Westphalen (de soltera Heubel), quien nació en 1780 y falleció en 1856. El hermano de Jenny von Westphalen, Edgar Gerhard Julius Oscar Ludwig von Westphalen (1819-1890), fue compañero y amigo de Karl Marx. Otro de sus hermanos, el barón Ferdinand Otto Wilhelm Henning von Westphalen, fue el Ministro del Interior de Prusia, entre 1850 y 1858, y ordenó el arresto y deportación de su cuñado iniciando su largo exilio en Londres. Jenny von Westphalen y Karl Marx se encontraban regularmente cuando eran niños. Ella era cuatro años mayor que él. Durante la adolescencia se convirtieron en amigos íntimos, ya que ambos eran cultos y apasionados por la literatura. En el verano de 1835 comenzaron su noviazgo. Según Marx, quien confesaba estar muy enamorado, ella era la joven más linda de Tréveris. El Barón Ludwig von Westphalen, padre de Jenny, era también amigo de Heinrich, el padre de Marx. Pronto el joven Marx también se convirtió en amigo y admirador del barón; juntos solían realizar largas caminatas, durante las cuales hablaban de filosofía y de literatura inglesa. Jenny von Westphalen y Karl Marx se comprometieron en 1836. Un año después él le dedicaría a ella un compendio de numerosos poemas de amor. Finalmente se casaron el 19 de junio de 1843 en la iglesia de San Pablo en Kreuznach (actualmente Bad Kreuznach). Muy poco tiempo después de su matrimonio, en octubre de 1843, Karl y Jenny Marx se trasladaron a la Rue Vaneau en París y se hicieron amigos del poeta alemán Heinrich Heine, quien vivía en la Rue Matignon. Hijos Friedrich Engels (1820-1895), Karl Marx (1818-1883) y las hijas de Marx: Jenny Caroline, (1844-1883), Jenny Laura, (1845-1911), y Jenny Julia Eleonora (1855-1898) Karl y Jenny Marx tuvieron siete hijos, en orden cronológico:
Exilio en Bélgica y Gran Bretaña En febrero de 1845, la policía política francesa expulsó a Karl Marx y a Jenny, quien estaba embarazada, por lo cual el nacimiento de Laura tuvo lugar en Bruselas. A partir de 1846, Jenny von Westphalen desarrolló su participación política más activa tanto en la Liga de los Justos (Liga Comunista) como en la Unión de Trabajadores Alemanes dando conferencias y organizando encuentros. En enero de ese mismo año Karl y Jenny trabajaron juntos para terminar el Manifiesto Comunista, tratando ella de hacer legibles las acusaciones de Marx a la burguesía así como la idea de que la revolución era correcta, inevitable e inminente. A principios de marzo de 1848, la policía belga detuvo con una orden de expulsión a Karl. Los Marx regresaron a París, entonces capital revolucionaria de Europa tras la revolución de febrero y la caída de Luis Felipe de Orleans y al poco tiempo se trasladaron a Colonia. Las erupciones revolucionarias que tuvieron lugar en muchos países europeos en 1848, incluyendo los estados alemanes, les convencieron de la inminencia de una gran revolución democrática en su patria; pero tras el fracaso de la revolución alemana en junio de 1849, las autoridades prusianas detuvieron y deportaron a Karl Marx a Francia, quien se vio obligado a abandonar con su familia dirigiéndose en octubre de 1849 a Londres. Un año más tarde Jenny y sus hijos lo seguirían. A partir de 1849-1850 los Marx vivieron en condiciones muy duras, a las que las disputas políticas, vigilancia y acoso policial, hubieron de añadir las penalidades más sórdidas de pobreza, desahucios y acoso de acreedores en Dean Street en el barrio de Soho. Lo peor de todo fue el fallecimiento de varios de sus hijos a muy corta edad. A partir de 1851 la ayuda financiera sistemática de Friedrich Engels, gran amigo de la familia, palió en parte sus desgracias. En 1856 los Marx se trasladaron a Grafton Terrace, cerca de Hampstead Hill, en el norte de Londres, gracias al dinero que heredó Jenny al fallecer su madre en 1856. La casa de Grafton Terrace 9, en aquel entonces en las afueras de la Londres "civilizada", tenía un pequeño jardín y dos pisos con siete habitaciones, incluyendo la cocina. En sus últimos años Jenny Marx sufrió de dolores internos, diagnosticados como cáncer de hígado. Tras una visita familiar a Francia, falleció en Londres a la edad de 67 años el 2 de diciembre de 1881. La familia la enterró en el cementerio de Highgate. Tras la muerte de su esposa Jenny, Marx desarrolló una pleuresía; falleció el 14 de marzo de 1883 en Londres. Aporte intelectual Jenny von Westphalen fue parte activa en el proceso y desarrollo de la obra de Marx. Estableció epistolar con múltiples personalidades relacionadas con la cultura y la filosofía marxista como Joseph Weydemeyer, Bertha Markheim, Wilhelm Liebknecht, Moritz Elsner, Johann Philipp Becker, Friedrich Engels, Caroline Shöler así como con su marido, Karl Marx. Los siguientes ensayos de crítica cultural son sus trabajos más destacados como escritora:
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Heinrich Marx (15 de abril de 1777 - 10 de mayo de 1838) fue un abogado alemán de origen judío. Padre del filósofo socialista Karl Marx. Heinrich Marx nació en Saarlouis, con el nombre de Herschel Levi, hijo de los judíos Marx Levy Mordechai (1743-1804) y Eva Lwow (1753-1823). El padre de Heinrich Marx era el rabino de Trier, un papel que su hermano mayor asumiría más tarde. Heinrich Marx se calificó como abogado en 1814, pero tras la derrota de Napoleón en 1815 en Waterloo, Renania pasó al control conservador del Reino de Prusia, desde su administración francesa más separada. Un edicto de 1812, que los franceses no hicieron cumplir, afirmó que los judíos no podían ocupar puestos legales u oficinas estatales, y la aplicación prusiana de la ley le causó problemas a Heinrich Marx. Los colegas de Marx, incluido el Presidente de la Corte Suprema Provincial, lo defendieron y buscaron una excepción para él. El Ministro de Justicia de Prusia rechazó sus llamamientos. En 1817 o 1818, cambió su nombre a uno alemán: Heinrich Marx, y se convirtió a la Iglesia Evangélica de Prusia (luterana) para que se le permitiera practicar leyes en Prusia. Su esposa e hijos fueron bautizados en 1825 y 1824, respectivamente. En gran parte no religioso, Heinrich era un hombre de la Ilustración, interesado en las ideas de los filósofos Immanuel Kant y Voltaire. Un liberal clásico, participó en la agitación de una constitución y reformas en Prusia, luego gobernado por una monarquía absoluta. En 1815, Heinrich Marx comenzó a trabajar como abogado, y en 1819 trasladó a su familia a una propiedad de diez habitaciones cerca del arco romano de Porta Nigra. Su esposa, Henriette Pressburg (1788-1863), pertenecía a una próspera familia judía de negocios de Nijmegen en los Países Bajos. La hermana de Henriette, Sophie Pressburg (1797-1854), la tía de Karl Marx, se casó con Lion Philips (1794-1866), un rico fabricante e industrial de tabaco holandés, en quien Karl y Jenny Marx a menudo recurrían a préstamos mientras estaban exiliados en Londres. Sophie era la abuela de Anton y Gerard Philips, quienes luego fundaron la compañía Philips Electronics. Isaiah Berlin escribe sobre Heinrich Marx que creía.. que el hombre es por naturaleza bueno y racional, y que todo lo que se necesita para garantizar el triunfo de estas cualidades es la eliminación de obstáculos artificiales de su camino. Ya estaban desapareciendo, y desaparecían rápidamente, y el tiempo se acercaba rápidamente cuando las últimas ciudadelas de reacción, la Iglesia Católica y la nobleza feudal, se derretirían ante la irresistible marcha de la razón... Nacido como judío, ciudadano de un estatus legal y social inferior, había alcanzado la igualdad con sus vecinos más ilustrados, se había ganado su respeto como ser humano y se había asimilado en lo que le parecía su modo más racional y digno de vida. Heinrich Marx se convirtió en un apasionado patriota y monárquico prusiano que educó a su familia como luteranos liberales. Murió en Trier a causa de una tuberculosis, a los 61 años. Relación con Karl Marx Heinrich hizo que su hijo fuera educado en casa hasta los doce años. Después de graduarse del Trier Gymnasium, Karl se matriculó en la Universidad de Bonn en 1835 a la edad de diecisiete años; deseaba estudiar filosofía y literatura, pero su padre insistió en el derecho como un campo de estudio más práctico. En Bonn, Karl se unió a la sociedad de bebidas Trier Tavern Club (Landsmannschaft der Treveraner) y en un momento se desempeñó como presidente. Debido a las bajas calificaciones de Marx, su padre lo obligó a trasladarse a la Universidad de Berlín, mucho más seria y académicamente orientada, donde sus estudios jurídicos se volvieron menos significativos que las excursiones a filosofía e historia. Incluso después del traslado de Karl a Berlín, sus padres seguían preocupados por su estilo de vida y su extravagancia. Después de recibir una carta de Karl en noviembre de 1837, su padre respondió de manera crítica: Por desgracia, su conducta ha consistido simplemente en desorden, serpenteando en todos los campos del conocimiento, tradiciones mohosas a la luz sombría de la lámpara; La degeneración en una bata erudita con un cabello sin peinar ha reemplazado la degeneración con un vaso de cerveza. Y una elocuente insociabilidad y un rechazo de todas las convenciones e incluso de todo respeto por tu padre. Tu relación sexual con el mundo se limita a tu sórdida habitación, donde quizás yaces en el desorden clásico las cartas de amor de Jenny [la prometida de Karl] y los consejos manchados de lágrimas de tu padre... ¿Y crees que aquí, en este taller de aprendizaje sin sentido y sin rumbo, puedes madurar los frutos para traerte felicidad a ti y a tu ser querido?... Como si estuviéramos hechos de oro, mi caballero hijo dispone de casi 700 táleros en un solo año, en contravención de cada acuerdo y cada uso, mientras que los más ricos no gastan más de 500. Sin embargo, a pesar de sus desacuerdos, Karl siempre mantuvo un fuerte afecto por su padre, su hija Eleanor escribiendo "nunca se cansaba de hablar de él, y siempre llevaba una vieja fotografía de daguerrotipo de él". A la muerte de Karl, Engels dejó la fotografía en su ataúd. |
Henriette Pressburg (20 de septiembre de 1788 - 30 de noviembre de 1863) más tarde casada, Henriette Marx , fue la madre del filósofo y economista comunista Karl Marx . Henriette Pressburg, nació el 20 de septiembre de 1788 en Nijmegen en los Países Bajos . Fue la segunda de los cinco hijos de Isaac Heymans Pressburg (1747–1832) y Nanette Salomons Cohen (1754–1833). Los Pressburg eran una familia próspera, con Isaac trabajando como comerciante textil. Eran miembros prominentes de la creciente comunidad judía de Nijmegen, viviendo primero en Nonnenstraat y luego, cuando Henriette tenía 19 años, en Grotestraat. Isaac era el cantor de la sinagoga en Nonnenstraat donde su padre, Hirschl (o Chaim) Pressburg, había sido elrabino _ Hubo rabinos en la familia durante al menos un siglo. Henriette Pressburg se casó con Hirschel (más tarde Heinrich) Marx (1777-1838) el 22 de noviembre de 1814 en la sinagoga de Nimega, recibiendo una dote de veinte mil florines. La pareja se mudó a Trier , la ciudad natal de Heinrich, en Renania prusiana , donde Heinrich trabajó con éxito como abogado. Aquí tuvieron nueve hijos, cuatro hijos y cinco hijas, dos hijos muriendo cuando niños. Karl, su tercer hijo, nació el 5 de mayo de 1818. En 1819, la familia se mudó a una propiedad de diez habitaciones frente a la antigua puerta romana Porta Nigra , donde Henriette vivió con su familia durante los siguientes 23 años. Aproximadamente en 1817, el esposo de Henriette cambió su nombre de Hirschel a Heinrich y fue bautizado en la Iglesia Luterana , seguido por sus hijos en agosto de 1824. Henriette fue bautizada en noviembre de 1825. Estas conversiones resultaron en una ruptura total con la familia de Heinrich: su padre era el rabino de Trier, aunque Henriette continuó manteniendo un contacto cercano con su familia en los Países Bajos, su cuarto hijo, Hermann, nació durante una visita de regreso a Nijmegen en agosto de 1819. Heinrich contrajo tuberculosis y murió en mayo de 1838, cuando Henriette todavía tenía seis de sus hijos viviendo en casa. Aunque bastante rica debido a su herencia, la familia vivía bastante frugalmente. Relación con Karl Marx Karl fue el tercer hijo y el segundo hijo de Heinrich y Henriette Marx. Graduado del Trier Gymnasium en 1835 a la edad de diecisiete años, Karl se matriculó en la Universidad de Bonn , antes de trasladarse a la Universidad de Berlín. Henriette se preocupó por su estilo de vida fuera de casa, incluida su membresía en una sociedad de bebidas local en Bonn. La salud de sus otros hijos exacerbó las preocupaciones de Henriette. Mientras Karl estaba en la universidad, su hijo Eduard, de 11 años, murió de tuberculosis y Karl mostraba signos de síntomas similares. Sus cartas regulares a Karl enfatizaban la importancia de una vida saludable, aconsejando: "Nunca debes considerar la limpieza y el orden como algo secundario, porque la salud y la alegría dependen de ellos. Insiste estrictamente en que tus habitaciones se frieguen con frecuencia y fija un tiempo definido para ello, y tú, mi querido Karl, hazte un lavado semanal con esponja y jabón." Después de que Karl le escribiera a su padre admitiendo que su estilo de vida estaba afectando su salud, ella escribió: "debes evitar todo lo que podría empeorar las cosas, no debes acalorarte, no beber mucho vino o café, y no comer nada picante". , mucha pimienta u otras especias. No debes fumar tabaco, no trasnochar y levantarte siempre temprano. Ten cuidado, también de no resfriarte y, querido Karl, no bailes hasta que estés bien de nuevo." Karl rara vez parece haber respondido a las cartas de su familia o incluso haberlos visitado. Si bien su estilo de vida y el despilfarro con el dinero ya habían creado tensiones con sus padres, la relación de Karl con su madre se deterioró aún más en los años posteriores a la muerte de su padre en 1838, con sus solicitudes de adelantos sobre su herencia esperada dominando su relación, que se convirtió en cada vez más gélido y lejano. Karl permaneció en Trier durante seis semanas durante 1842, después de la muerte de su hermano Hermann, y para la boda de su hermana Sophie. Las cosas no salieron bien, con Karl refiriéndose a “la más desagradable de las controversias familiares. Mi familia ha puesto dificultades en mi camino que, a pesar de su propia prosperidad, me someten a las circunstancias más difíciles”. Los desacuerdos llevaron a Karl a mudarse a mitad de su estadía de la casa familiar a una casa de huéspedes cercana. Al año siguiente, Karl se casó con Jenny von Westphalen , sin asistir ni Henriette ni ningún otro miembro de la familia Marx. A lo largo de los años, se quejó repetidamente de que su madre no quería ayudarlo a salir de su problema financiero, y se quejó con sus amigos de que mientras ella viviera, él no podría disfrutar de su herencia. La opinión de Henriette era que él debería hacer más para ganar dinero, y ella comentó "si tan solo Karl hubiera hecho Capital, en lugar de simplemente escribir sobre eso". Sin embargo, ella le pasaba fondos de vez en cuando, aunque las cosas no siempre salían bien. En 1848, mientras Karl vivía en Bruselas, ella le pagó 6.000 francos. Ante la sospecha de que los fondos podrían estar destinados a financiar el movimiento revolucionario, la policía belga pidió a las autoridades de Trier que interrogaran a Henriette, aceptando su explicación de que "su hijo había estado pidiendo dinero durante mucho tiempo para su familia y esto era un anticipo de su herencia". . Exiliado de Alemania durante la década de 1850, Karl volvió a visitar Alemania en 1861. Mientras estuvo allí, pasó dos días con Henriette en Trier, quien accedió a cancelar varias de sus deudas más antiguas, aunque en su próxima visita corta en agosto de 1862 ella se negó . para darle cualquier cosa. Esta fue la última vez que Henriette vio a su hijo, muriendo quince meses después. Karl viajó a Trier para el funeral. En 1820, la hermana menor de Henriette, Sophie Pressburg (1797–1854), se casó con el comerciante de tabaco Lion Philips (1794–1866) en la sinagoga de Nijmegen, antes de mudarse a la ciudad holandesa de Zaltbommel . Después de la muerte de su madre en junio de 1833, Henriette acordó que Lion Philips actuaría como fideicomisario del legado de sus padres en beneficio de toda la familia. Lion también fue ejecutor del testamento de Henriette. La familia Philips se llevaba bien con Karl Marx, su sobrino. Ocasionalmente se quedó con ellos en Zaltbommel, mantuvo correspondencia regular con Lion Philips y, a menudo, pidió dinero prestado contra su legado, particularmente después de que se mudó a Londres en 1849. El hijo de Lion y Sophie, Frederik, y su nieto Gerard fundaron Philips Electronics Company en 1891. El hermano menor de Gerard, Anton, se unió a la dirección de la empresa en 1912. De los hermanos de Henriette, David se convirtió en abogado en Amsterdam y luego en Paramaribo en Surinam y Martin permaneció en Nijmegen en el comercio del tabaco. Creencias y perspectivas Henriette fue la última de la familia en ser bautizada, en noviembre de 1825, más de un año después que sus hijos y unos ocho años después que su esposo. Criada en un hogar judío ortodoxo, parecía estar más apegada a la cultura judía que su esposo y pudo haber mantenido algunas costumbres y prácticas judías dentro de la familia protestante. Claramente se mantuvo más religiosa que su esposo, diciéndoles a sus amigos: "Sí, creo en Dios, no por Dios, sino por mí". Henriette nunca se sintió completamente cómoda ni para escribir ni para hablar alto alemán, y los biógrafos de Marx a menudo describen a Henriette como sin educación, y tal vez de intelecto modesto, una opinión basada en parte en sus cartas sobrevivientes escritas en un alemán poco gramatical con poca puntuación. Sin embargo, este alemán defectuoso puede sugerir que el yiddish era su lengua materna, mientras que su discurso también reflejaba el hecho de que creció en los Países Bajos y solo se mudó a una ciudad de habla alemana cuando tenía veintitantos años. De hecho, siempre se sintió como una extraña en Trier, ya que ambos estaban muy unidos a su propia familia y el país de su nacimiento. Claramente, la principal preocupación de Henriette era el cuidado de su numerosa familia que, a lo largo de los años, sufrió enfermedades y varios duelos, cinco de sus nueve hijos fallecieron antes que ella. Ella admitió tener un "amor de madre excesivo", confirmado por Heinrich, quien le escribió a su hijo Karl que "conoces a tu madre y lo ansiosa que está". Sus hijas la describieron en términos positivos, Emilie dijo que su "querida madre disfrutaba de la vida y era un ángel al pasar sin necesidad si era necesario y al lidiar con el duelo familiar", mientras que Sophie la describió como “pequeña y delicada, y muy inteligente. Al fin y al cabo, era una buena ama de llaves, que sabía administrar su herencia y dejaba a sus hijos una suma mayor de la que ella misma heredó. Manejaba mejor el dinero que sus famosos hijo Carlos Marx.'' Henriette Marx continuó viviendo en Trier, donde murió el 30 de noviembre de 1863, a los 75 años. Fue enterrada en el cementerio protestante después de un servicio en la Iglesia Luterana del Redentor. Dejó a sus cuatro hijos supervivientes importantes legados, aunque gran parte de la parte de Karl se pagó a su tío Lion Philips como pago de sus deudas. |
Genealogía de Carlos Marx. |
Ancestros. |
Línea de padre.
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Línea de madre. Michael Simon Pressburg "Michael Simon" (1638-1690) Simon Michael Pressburg "Simeon", "Simon Michl", "Freistadt", "Pressburg" (1656-10 de abril de 1719) Rabbi Michel Lazar/Eliezer Simon Freistadt (Pressburg) "Michl Simon" (1687-17 de abril de 1756) Hirschl Michl Heymann Preßburg (ben Meir Michael) "Pressburg", "Heyman David Presborg", "Hirsch Pressburg" (1702 y 1736- 1773) Jacques / Isaac Chaim Preßburg (1750-03 de mayo de 1832) Henriette Marx (Preßburg) (20 de septiembre de 1788-30 de noviembre de 1863) |
Descendientes. |
Jenny Caroline "Jennychen" Marx Longuet (1 de mayo de 1844 - 11 de enero de 1883) fue la hija mayor de Jenny von Westphalen Marx y Karl Marx. Brevemente, periodista política que escribió bajo el seudónimo "J. Williams", Longuet enseñó clases de idiomas y tuvo una familia de cinco hijos y una hija, tres de los cuales sobrevivieron hasta la edad adulta, antes de su propia muerte por cáncer a la edad de 38 años. |
Jean-Laurent-Frederick Longuet (1876-1938) fue un socialista francés y nieto de Karl Marx Hijo de Charles y Jenny Longuet . Abogado y socialista francés que en la Primera Guerra Mundial y fundador y editor del periódico Le Populaire. Era pacifista, pero también apoyó créditos de guerra durante el curso de la Primera Guerra Mundial. En el Congreso de Estrasburgo en 1918, su política fue adoptada por la mayoría de la Sección Francesa del partido socialista Internacional de los Trabajadores (SFIO). Después del Congreso de Tours de 1920, donde los comunistas obtuvieron la mayoría, apoyó a la minoría y se unió a la Internacional centrista de dos y media (la Unión de Viena). Longuet apoyó las posiciones pro sionistas en la reunión de la Internacional Socialista en Bruselas en 1930 y en un discurso ante un grupo sionista en París en 1935 |
Karl (Jean Paul) Longuet (10 de noviembre de 1904-París, Isla de Francia, Francia-20 de julio de 1981,Auray, Bretaña, Francia) fue un escultor francés. A una edad temprana, creó un busto de bronce de su bisabuelo, que entregó al comité ejecutivo del partido del SPD en 1930 para el Museo Marx. El busto se presentó al público en Berlín, pero desde la era nazi, este busto se considera perdido. En la década de 1950, Longuet diseñó un nuevo busto de bronce de bronce, que se erigió en 2016 en el patio del lugar de nacimiento de Marx. |
Obras de Carlos Marx. |
Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro. |
Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro (en alemán: Differenz der demokritischen und epikureischen Naturphilosophie) es la tesis doctoral de Karl Marx escrita en 1841 y publicado póstumamente en 1902. En esta se analiza en detalle la diferencia y sus consecuencias entre la física de Democrito y Epicuro. Su asesor de tesis fue su compañero joven hegeliano y amigo, Bruno Bauer. En la tesis, Marx utiliza la lógica dialéctica de Hegel para analizar la física de Epicuro y así obtener las diferencias con respecto de la física de Demócrito. Estas diferencias, que fueron en un principio consideradas triviales por otros autores anteriores, muestran, según Marx, la diferencia radical que tienen ambos filósofos griegos en su cosmovisión de la realidad. Contenido. En el prefacio de la obra se le da importancia al pensamiento filosófico del mundo antiguo como la escuela de Epicuro, el estoicismo y el escepticismo. Democrito considera fundamental el apoyo empírico para superar la ilusión de los sentidos y así alcanzar el conocimiento de la realidad, mientras que Epicuro considera que éste se puede captar a través de los sentidos y el pensamiento filosófico. Democrito defiende que la realidad es determinista y su comprensión se fundamenta en principios o causas. Epicuro, en cambio, considera que la realidad ocurre de forma fortuita sin que los hechos se puedan explicar mediante causas concretas. Más tarde, el continuador de Epicuro, el materialista Lucrecio, fundamentó la libertad sobre la necesidad exterior. En contraste con Demócrito, Epicuro planteó la cuestión de un pequeño “desvío” en el átomo contra las líneas rectas y deterministas del primero. Lucrecio entendió que “la declinación rompe los fati doedra (ataduras del destino)”, y “…si los átomos nunca se desvían para originar algún nuevo movimiento que romperá los lazos del destino” nada cambiaría, pero este proceso sí tiene lugar “en un tiempo no fijo, imperceptible a los sentidos y en el menor espacio posible”. Para Marx el viraje representa “el alma del átomo, el concepto de individualidad abstracta”. Epicuro, argumentó Marx, fue el primero en descubrir el alienación incrustada a través de la religión en la concepción humana de la naturaleza. Marx explica que una vez quitado el mito de los cielos toda explicación posible es suficiente y la tarea de Epicuro es "rastrear su causa y desterrar la fuente de perturbación y pavor". La diferencia fundamental para llegar a conclusiones tan dispares a partir de una física atomista residiría en el postulado introducido solamente por Epicuro que afirma que los átomos en su movimiento de caída se desvían del movimiento rectilíneo. Marx utiliza la dialéctica de Hegel para analizar este movimiento y construir así la cosmovisión de Epicuro como consecuencia. Marx consideró a Epicuro el librepensador griego más formidable y combativo contra la religión. Una última cita de Marx en la tesis sobre Epicuro:
Recepción El ensayo fue controvertido, particularmente entre los profesores conservadores de la Universidad de Berlín. En su lugar, Marx decidió presentar su tesis a la Universidad de Jena, cuya facultad le otorgó su doctorado en abril de 1841. Fue descrita como: "una obra atrevida y original en la que Marx se propuso demostrar que la teología debe rendirse a la sabiduría superior de la filosofía". En sus últimos años, Friedrich Engels reconoció la importancia de la tesis doctoral de Marx. En una conversación con Alexei Voden, Engels admite que es en el materialismo de Epicuro donde estaba la base del desarrollo de una dialéctica materialista y no en el materialismo de la Ilustración francesa como pensaba Gueorgui Plejánov. En la biografía de Karl escrita por Francis Wheen se dice: "[…] pesar de la aparente aridez del tema, el estudio comparativo que hizo Marx entre Demócrito y Epicuro era en realidad un trabajo atrevido y original en el que se proponía demostrar que la teología ha de ceder el paso al conocimiento más elevado de la filosofía, y que el escepticismo ha de triunfar sobre el dogma." El doxógrafo epicúreo Cyril Bailey expresó: “Mirando hacia atrás en su trabajo (de Marx) ahora, es casi asombroso ver hasta dónde llegó considerando los materiales disponibles en ese momento y probablemente fue la primera persona en ver la verdadera distinción entre los sistemas de Demócrito y Epicúreo." El destacado historiador clásico Benjamin Farrington escribió que: “Curiosamente, fue Karl Marx en su tesis doctoral... quien primero tomó la medida del problema y proporcionó la solución... haciendo de Epicuro el más profundo de los dos (en comparación con Demócrito) en la medida en que mientras trabajaba para encontrar espacio en su sistema tanto para el ser animado como para el inanimado, tanto para la naturaleza como para la sociedad, tanto para los fenómenos del mundo externo como para las exigencias de la conciencia moral”. Comentario. Pocos filósofos están dotados de juventud. Dentro del imaginario social, la mayoría de ellos aparecen ya ancianos y con todo un sistema cerrado y autosuficiente que nos distancia de las condiciones reales de la producción de su pensamiento: ¿sintieron dudas? ¿Sufrieron las penas de ver su “sistema”, sus “ideas”, chocar con el mundo real y sus limitaciones? ¿En qué condiciones pensaron lo que pensaron y cómo trabajaron con sus respectivas influencias? Son preguntas que muchas veces aparecen resueltas de la manera más burda en el resumen biográfico, donde las “influencias” son apenas modos de pensar redes conceptuales a la hora de un resumen y no el trágico diálogo intelectual sufrido por un joven que, en un momento determinado y por circunstancias varias, tuvo que elegir y distanciarse del confort que siempre representa la doxa filosófica para atreverse a decir “no estoy de acuerdo”. La publicación de Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro, la famosa tesis doctoral de Karl Marx de 1841, nos permite sopesar cuáles son los rasgos marxistas en la temprana obra de alguien que, a duras penas, todavía no era “Marx”. Karl Marx, entusiasmado por la perspectiva de conseguir un puesto de profesor en la Universidad de Bonn (según cierta información que le había pasado un compañero de la denominada “juventud hegeliana”, Bruno Bauer), llevó adelante entre 1839 y 1841 la redacción de esta tesis de doctorado, la cual le permitió obtener el deseado título en abril de 1841, en la Universidad de Jena. El objetivo central del texto es observar la diferencia entre los planteos del filósofo responsable del atomismo, Demócrito (460 a.C.-370 a.C.), y Epicuro (341 a.C.-270 a.C.), quien fue considerado a este respecto apenas un mero repetidor de los planteos de su antecesor. En su tesis, Marx se encarga de señalar que hay una diferencia sumamente importante en el planteo del segundo con respecto a las observaciones del primero y que esa diferencia aparece borrada o rebajada en las glosas y comentarios que la tradición filosófica ha tenido con respecto al trabajo de estos dos pensadores, de Aristóteles a Cicerón, y de ellos hasta Hegel. Para Demócrito, los átomos poseen dos movimientos que responden a una mecánica natural que opera bajo la lógica de la necesidad: la caída en línea recta —algo que, luego de Newton, podríamos llamar “gravedad”— y la repulsión. Junto con el átomo, una unidad mínima e imposible de separar, existe también el vacío, y es a partir de la combinación de átomos y de una cuestión meramente cuantitativa que se dan las cosas en el orbe, originadas por un “torbellino” creador que combinó los átomos en un primer lugar. O sea, todo lo existente parte de esta combinación atómica regida por la necesidad natural, la cual es, también, una forma de justicia indudable: las cosas son así porque es necesario que sean así. ¿Cuál es la diferencia que establece Epicuro en esta teoría? En principio, ubicaría un tercer movimiento localizado entre la caída en línea recta y la repulsión, un movimiento que el filósofo griego llama “declinación”. La declinación es un movimiento mínimo por fuera de la línea recta, hacia el costado, que no responde a esa línea necesaria, sino que se escapa de ella casi por una cuestión de azar. Y si hay azar, la necesidad no puede regirlo todo, el determinismo natural no es una regla que toda la creación cumple a rajatabla: el azar en el ser, desde la lectura del joven Marx, rápidamente abre la posibilidad de ser entendido como azar del pensar. Digamos: de un pensar libremente que puede darse a sí mismo la propia forma de su límite, ya que la declinación es efectivamente un movimiento que supera el ser (Dasein) dado, abstrayéndose de él y de sus restricciones. Las consecuencias prácticas de este planteo ontológico son claras: la filosofía de Epicuro, por ejemplo, fundamenta la búsqueda de la ataraxia, esto es, la felicidad e imperturbabilidad del alma, evitando lo malo y lo dañino y aspirando optativamente por lo bueno. Marx, vía Epicuro, observa que tal perspectiva también permite pensar las asociaciones libres de personas en lo político y la amistad como un fenómeno dependiente de este “darse libremente” de la declinación. Para decirlo mal y pronto: hay contrato social a nivel atómico. La tesis doctoral de Karl Marx nos permite revisar los tempranos acercamientos de un pensador que todavía no se había volcado al socialismo, un Marx que leía en Epicuro y su filosofía de la naturaleza la posibilidad misma de encontrar un fundamento físico a cuestiones de índole ética: la libertad contra la necesidad, la individualidad contra la generalidad de la caída en línea recta, la posibilidad de autodeterminarse contra la determinación dada. Y es que la elección misma del tema responde a una oposición a Hegel y a su lectura: si Hegel había colocado en sus formulaciones a los escépticos por encima de los estoicos y epicúreos, Marx iba a dar vuelta el planteo y a encontrar en el epicureísmo un modelo de filosofía volcada al mundo que no se quedaba en la mera especulación racional, una filosofía que, en alguna medida, también apuntaba a la praxis. Además, y casi desde un planteo que está conectado con la fuerte influencia que los trabajos de Baruch Spinoza habían tenido en los filósofos alemanes de los primeros años del siglo XIX, esta forma de pensamiento claramente respondía a una abierta búsqueda de la felicidad en contra de la tristeza y el sometimiento que representa esa otra forma de pensamiento que tiende al determinismo natural y, por ende, religioso. Basta recordar que mientras Demócrito se quitó los ojos para evitar que el mundo lo molestara en el desarrollo de sus pensamientos, Epicuro, en la hora de su muerte, tomó un vaso de vino puro y se metió en una tina con agua caliente. |
El capital. Posteriormente, durante su estancia en Inglaterra, Marx profundizó en el estudio de la economía política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo, construyó su propia doctrina económica, que plasmó en El capital; de esa obra monumental sólo llegó a publicar el primer volumen (1867), mientras que los dos restantes los editaría después de su muerte su amigo Engels, poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx. Partiendo de la doctrina clásica, según la cual sólo el trabajo humano produce valor, Marx señaló la explotación del trabajador, patente en la extracción de la plusvalía, es decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge la acumulación del capital. Denunciaba con ello la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema económico capitalista, en el que veía la base de la dominación de clase que ejercía la burguesía. Sin embargo, su análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter histórico, como cualquier otro sistema, y no respondía a un orden natural inmutable como habían pretendido los clásicos: igual que había surgido de un proceso histórico por el que sustituyó al feudalismo, el capitalismo estaba abocado a hundirse por sus propias contradicciones internas, dejando paso al socialismo. La tendencia inevitable al descenso de las tasas de ganancia se iría reflejando en crisis periódicas de intensidad creciente hasta llegar al virtual derrumbamiento de la sociedad burguesa; para entonces, la lógica del sistema habría polarizado a la sociedad en dos clases contrapuestas por intereses irreconciliables, de tal modo que las masas proletarizadas, conscientes de su explotación, acabarían protagonizando la revolución que daría paso al socialismo. En otras obras suyas, Marx completó esta base económica de su razonamiento con otras reflexiones de carácter histórico y político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión, subyace en toda la historia de la humanidad y que hace que ésta avance a saltos dialécticos, resultado del choque revolucionario entre explotadores y explotados, como trasunto de la contradicción inevitable entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el encorsetamiento al que las someten las relaciones sociales de producción.
También indicó Marx el objetivo último de la revolución socialista que esperaba: la emancipación definitiva y global del hombre (al abolir la propiedad privada de los medios de producción, que era la causa de la alienación de los trabajadores), completando así la emancipación meramente jurídica y política realizada por la revolución burguesa (que identificaba con el modelo francés). Sobre esa base, Marx apuntaba hacia un futuro socialista entendido como realización plena de las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, como fruto de una auténtica democracia; la «dictadura del proletariado» tendría un carácter meramente instrumental y transitorio, pues el objetivo no era el reforzamiento del poder estatal con la nacionalización de los medios de producción, sino el paso (tan pronto como fuera posible) a la fase comunista en la que, desaparecidas las contradicciones de clase, ya no sería necesario el poder coercitivo del Estado. Marx fue, además, un incansable activista de la revolución obrera. Tras su militancia en la diminuta Liga de los Comunistas (disuelta en 1852), se movió en los ambientes de los conspiradores revolucionarios exiliados hasta que, en 1864, la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) le dio la oportunidad de impregnar al movimiento obrero mundial de sus ideas socialistas. En el seno de aquella Primera Internacional, gran parte de sus energías las absorbió la lucha contra el moderado sindicalismo de los obreros británicos y contra las tendencias anarquistas continentales representadas por Pierre Joseph Proudhon y Mijaíl Bakunin. Marx triunfó e impuso su doctrina como línea oficial de la Internacional, si bien ésta acabaría por hundirse como efecto combinado de las divisiones internas y de la represión desatada por los gobiernos europeos a raíz de la revolución de la Comuna de París (1870). Retirado desde entonces de la actividad política, Marx siguió ejerciendo su influencia a través de sus discípulos alemanes, como August Bebel o Wilhelm Liebknecht; desde su creación en 1875, ambos fueron figuras de peso en el Partido Socialdemócrata Alemán, grupo dominante de la Segunda Internacional que, bajo inspiración decididamente marxista, se fundó en 1889. Muerto ya Marx, Engels asumió el liderazgo moral de aquel movimiento; la influencia ideológica del marxismo seguiría siendo determinante durante un siglo. Sin embargo, el empeño vital de Marx había sido el de criticar el orden burgués y preparar su destrucción revolucionaria, evitando caer en las ensoñaciones idealistas de las que acusaba a los visionarios utópicos; por ello no dijo apenas nada sobre el modo en que debían organizarse el Estado y la economía socialistas una vez conquistado el poder, dando lugar a interpretaciones muy diversas entre sus adeptos. Dichos seguidores se escindieron entre una rama socialdemócrata cada vez más orientada a la lucha parlamentaria y a la defensa de mejoras graduales salvaguardando las libertades políticas individuales (Karl Kautsky, Eduard Bernstein, Friedrich Ebert) y una rama comunista que dio lugar a la Revolución bolchevique en Rusia y al establecimiento de Estados socialistas con economía planificada y dictadura de partido único (Lenin y Stalin en la URSS y Mao Tse-tung en China). |
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